Benveniste, Problemas de linguistica general

problemas de lingüística general II émile b;nvi;7istz lingüística truduccwn de JUAN ALMELA PROBLEMAS DE LINCU~STIC

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problemas de lingüística general II émile b;nvi;7istz

lingüística

truduccwn de JUAN ALMELA

PROBLEMAS DE LINCU~STICA GENERAL 11 PO7

ÉMILE BENVENISTE

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siglo veintiuno editores, s.a. de C.V. CE&

DEL AGUA248 DELEGKIQN COYOACAN.04310. MéYlCO. D E

siglo veintiuno de españa editores, s.a.

portada de anhelo hernhdez

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Primera edición en esoanol. 1977 dc.imoquinta cdici6n en cspailol, 1999 C siglo xxi editores. s a de c v isbn %8-234029-0 (ohra complr~a, isbn 968-234333-8 (volumen 2) primera edición en frances, 1974 O editions gallimard, parís, fraocia titulo original: probldmes de I ~ n p r s o p eginé1~1Ie.2 derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en mexico/printed and made in mexico

Prefacio

1. Estructuralismo y lingüística 2. Este lenguaje que hace la historia

3. Semiología de la lengua 4. El lenguaje y la experiencia humana 5. El aparato formal de la enunciación

6. Estructura de la lengua y estructura de la sociedad 7. Convergencias tipológicas 8. Mecanismos de trasposición 9. Las transformaciones de las categorías lingüísticas 10. Para una semántica de la preposición alemana vor

IV.

FUNCIONES SINTÁCTICAS

11. Fundamentos sintácticos de la composición nominal 17. Formas nuevas de la coinposición nominal 13. Estructiira de las relaciones de auxiliaridad

V.

EL HOMBRE EN LA LENGUA

14. El aiitóniiiio y el pronombre en francés moderno 15. La forma y e l sentido en el lenguaje

VI.

LÉXICO Y CULTURA

16. Difusión de un término de cultura: latín orarium

17. 18. 19. 20.

Génesis del término scientifique La blasfemia y la eufemia Cbmo se formó una diferenciación Iéxica en francés Dos modelos lingüísticos de la ciudad

249 2 56 260 274

PREFACIO

Para sus Problemas de lingiiística general, Émile Benveniste eligió veintiocho articiilos entre sus publicaciones de 1939 a 1964, y los clasificó en seis partes: traiisformaciones de la lingüística, la conlunicación, estructuras y análisis, fuiiciones sintácticas, el hombre en la lengua, léxico y cultura. Ahora bien, de 1964 acá ha publicado numerosos estudios importantes en diferentes compilacioiles y publicacioiies penódicas, a veces de dificil acceso. El inmenso interés despertado por los Problemas de linguística general, tradiicidos bien pronto al inglés, el italiano y el español, suscitó en buen núinero de amigos y discípulos el deseo de que la empresa siguiera adelante y aparecicsc uii nuevo volumen. Cuando expusimos, con M. Lejeune. este anhelo a Émile Benveniste, estuvo gustosamente de acuerdo y nos autorizó para escoger entre sus artículos recientes (dc 1965 a 1972). Reunimos así veirite estudios (los dos primeros en forma de conversaciones), repartidos bajo las mismas seis grandes rúbricas del primer volumen, bajo la estrecha vigilancia de Émile Benveniste en persona.

1. ESTRUCTURALISMO Y LINGUISTICA1

PIERRE DAIX. En los últimos treinta, y aun cuarenta, años ha vivido usted la transformación de la lingüística y de paso su acceso a una especie de posición central en las ciencias humanas, de "ciencia piloto", coino dicen. Quisiera preguntarle qué es lo que le parece que caracteriza esta evolución, esta transformación, desde el punto de vista de la lingüística. Pero, de no tener usted inconveniente, me gustaría, a fin de situar mejor las cosas, hacerle una pregunta personal correspondiente a una que fue planteada a Jakobson en mi revista. ¿Qué lo condujo a usted a la linguística?

ÉMILE BENVEN~STE. Tuve

la suerte de abrazar muy joven la carrera científica, en gran medida bajo la influencia de un hombre que fue un gran lingüista, que contribuy6 mucho a formar los lingüistas y modelar la lingüística durante -diríamos- los veinte o treinta primeros años de este siglo: mi maestro Antoine Meillet. Su encuentro resultó decisivo para mí en vista de mi extrema juventud cuando estudiaba en la Sorbona y de que sin duda me atraía mucho más la investigación que la rutina de la enseñanza. Meiliet enseñaba estrictamente gramática comparada. Aquí hay que remontarse algo atrás, pues a través suyo es la enseñanza de Ferdinand de Saussure la que fue trasmitida en parte a los discípulos de Meillet. Esto es muy importante para quienquiera trace de algún modo la biografía intelectual de la lingüística francesa, con todo y que el Saussure que enseñó durante diez años en la École des Hautes Otudes no fuese el Saussure de quien tanto se habla en todas partes hoy en día. P. D.

Era en cierto modo el comparatista.

E. B.

Era estrictamente el comparatista, extremadamente joven y

' Conveaación de Pieme Daix con Ernilc Bcnvmirtc, L a Letticr fnnpún, n6m. 1242 (24.30 de julio de 1968). pp. 10-13. il31

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TRANSFORMACIONES DE LA L I N G ~ ~ ~ S T I C A

precoz, quien apenas a los 21 o 22 aíios fue adivinado y idoptado por alguien que sabía conocer a los hombres, Michel Bréal. Nos remontamos con ello al verdadero naciniiciito dc la lingüística en Francia. Bréal adivinó lo que podía ser un Saussure, lo que cra ya. Se había afirmado con un verdadero golpe de gcnio en gramática coniparada y habia renovado la restitución de las formas del indocuropeo. P. D.

i E n qué época pasaba esto?

É. B. Exactamente en 1878. Saussure fue profesor a los 24 años en la Ecole des Hautes Etudes, donde enseñó del 81 al 91. De París volvió a Ginebra, a los 34 afios, un poco a disgusto, ahandonando una carrera brillante que se le abría en París y que Bréal hubiera de fijo seguido apoyando. Durante aquel tiempo, formó a varios hombres eminentes, de una misma generación, en particular a los dos principales: Antoine Meillet y Maurice Grammont. Los formó en cuanto a la disciplina comparativa, es decir, el análisis y la comparación de cierto número de lenguas de la misma cepa, y la restitución sistemática de los estados antiguos, que la comparación de las lenguas históricas permite alcanzar. Tal es la disciplina y, pudiera decirse, el horizonte, en que la lingüística se desarrolló como ciencia histórica, como ciencia comparativa y como ciencia enderezada a la restitución de estados prehistóricos. Y todos los itinerarios de la gramática comparada eran por naturaleza rigurosos y perseguían sin cesar niayor rigor. Fue lo que me atrajo personalmente. Era el carácter de las leyes que la lingüística estaba ya en condiciones de formular y, al tiempo, el horizonte que abría sobre la extensión posible del método a otras familias de lenguas. Y efectivamente, puede decirse que la gramática comparada, tal como fue modelada en particular por Saussure, tal como la desenvolvió Meillei a su zaga, ha servido de modelo a los intentos paralelos que se siguen haciendo hoy por hoy en otras familias de lenguas. Cuando ahora se razona acerca de las lenguas de Oceania y se procura constituir su genealogía, o cuando se emprende el mismo trabajo en el inmenso dominio amerindio, siempre es en mayor o menor medida cl modelo indoeuropeo el que guía las indagaciones, el que permite organizarlas.

ESTRUCTURALISMO Y LINGW~STICA

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P. D. O sea que la lingüística comparada sigue desarrollándose en la actualidad

É. B. Mucho, y con hermosos triunfos. Pero, en fin, a eso volveremos luego. No hay duda de que todas las lingüísticas especializadas están destinadas a pasar por esa fase. Actualmente se trabaja muy activamente en Francia y América para constituir esas familias de lenguas, para coordinarlas y tratar de ver cómo es posible representarse el desenvolvimiento lingüístico de los diferentes continentes. Se realizan esfuerzos considerables en el dominio africano: varias escuelas están en ello. De modo que no se trata en modo alguno de un método que esté envejeciendo o que pertenezca a una época pasada; absolutamente no. Creo que, al contrario, la linguística comparada va a renacer transformada por entero, y de hecho se transforma. Es evidente que la que hoy practicamos no se parece nada a la fisonomía de la misma disciplina hace treinta o cincuenta años. He aquí, pues, cómo se definía lo esencial del trabajo lingüístico en aquel tiempo. Había también, sí, una lingüística general, pero trasponía a rasgos generales las características deslindadas por los métodos comparativos. Los datos 1ingüí.t' ICOS eran los que se recogían en textos. Ahora, como estos textos son la mayoría -hablo del dominio indoeuropeo- textos muy antiguos, textos homéricos, textos védicos -y hoy en día ya conoce usted la nueva dimensión que se agrega con los textos micénicos, que hacen retroceder cuando menos medio milenio la protohistoria del griego-, había que interpretarlos en su realidad de textos antiguos, en relación con una cultura que ya no conocemos. Por lo cual el aspecto filológico-histórico disfrutaba de un puesto de consideración en este estudio. Había, por tanto, ciertos preliminares antes de abordar directamente los hechos; preliminares que evidentemente no detienen a quien estudia en conjunto el francés, el inglés, las lenguas vivas., No diría que hubiese entonces un prejuicio contra las lenguas vivas, de ningún modo. Sólo que la lengua viva era siempre concebida como resultado de una evolución histórica. Verdad es que teníamos delante a un hombre que contaba mucho y cuyo prestigio ha palidecido un poco a estas alturas: Gilliéron, con la escuela de dialectologia francesa. Gilliéron y sus discípulos

opinaban que precisamente la restitución históricri no alcanzaba la realidad compleja de la lengua viva y que ante todo era preciso registrar la riqueza de las hablas, coleccionarlas mediante cuestionarios y representarlas en mapas. P. D.

Los datos hablados.

É. B. Datos hablados, orales, y representados en mapas; es lo que se llamaba geografía lingüística. He aquí en cierta manera los dos polos de la lingüística en los primeros años de este siglo. En cuanto a Saussure, casi no era leído. Había vuelto a Ginebra. Casi de inmediato se había encerrado en el silencio. Sin duda sabe usted esta historia. Es un hombre que ha actuado sobre todo después de muerto. Lo que enseñó en materia de nociones generales, y que entró en el Curso de lingüística general publicado por sus discípulos, lo enseñó, sépase bien, a regañadientes. No hay que figurarse que Saussure fuera un hombre ridiculizado, impedido para expresarse, no. Aún no se ha hecho la historia de las ideas de Saussure. Habrá muchos documentos que utilizar, en particular cartas que muestran con qué estado de ánimo trabajaba. Saussure rechazaba casi todo lo que se hacía en su tiempo. Hallaba que las nociones corrientes carecían de base, que todo descansaba en supuestos previos no verificados, y sobre todo que el lingüista no sabía lo que hacía. Todo el esfuerzo de Saussure -y para responder a la pregunta que usted me hacía esto tiene importancia decisiva, puede decirse que aquí está el viraje de la lingüística- se concentra en la exigencia que planteó de enseñarle al linguista qué hace. De abrirle los ojos al itinerario intelectual que sigue y a las operaciones que practica cuando, de modo en cierta forma instintivo, razona acerca de lenguas o las compara o las analiza. ¿Cuál es pues la realidad lingüística? Todo comenzó aquí y fue aquí donde Saussure planteó las definiciones que hoy se han vuelto clásicas, sobre la naturaleza del signo lingüístico, sobre los diferentes ejes según los cuales hay que estudiar la lengua, la manera como se nos presenta la lengua, etc. Pues bien, todo esto lo elaboró Saussure dolorosamente y sin que nada haya pasado directamente a su enseñanza, salvo por tres años al final de su vida, los años 1907 a 1911, durante los cuales, para suplir a un

TSIRUCTURALISMO

Y

LINGUISTICA

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colega que se había jubilado, tuvo que dar un curso de introducción general a sus alumnos. Es el curso que Bally y Sechehaye publicaron y sobre el cual se ha alzado, directamente o no, toda la lingüística moderna. Opiiio que algo de aquello, algunos de los principios fundamentales, debía asomar en las lecciones que Saussure, muy joven, impartía en París: lecciones de gramática comparada, sobre el griego, el latín, sobre el germánico eii particular, pues se ocupó mucho de lenguas germánicas. Y es claro que desde aquella época padecía Saussure esta obsesión a la que se entregó aíios enteros en silencio, este interrogarse sobre el valor de la lengua y sobre lo que la distingue de todo otro objeto de ciencia. D e ahí que las ideas de Saussure fueran más fácilmente comprendidas en Francia, aunque para imponerse hayan tardado tanto como en los demás sitios. Así, pese a todo, a través de la gramática comparada es toda esta inspiración de lingüística general la que entró en la enseñanza de Meillet. A partir de entonces, el paisaje se fue modificando, conforme poco a poco las nociones saussurianas se afianzaban, o eraii redescubiertas por otros, o, bajo diversas influencias, sobre todo en Estados Unidos, surgían ciertas convergencias. Es poco sabido que hombres coiiio Bloonifield descubrieron a Saussurc por su cuenta, por ii~uchoque suela tenerse la lingüística estadounidense, y eii especial la corriente bloomfieldiana, por frutos dc una reflexión independiente. Hay pruebas de que B!ooiiifield conocía las ideas de Saussure y tenía concieiicia de su iniportancia. P. D.

¿Esto de Bloomfield nos conduce hacia los afios cuareiita?

É. B.

Hay una resefia de Saussure, debida a Blooiiifield, dc 1921.

Muy distinta fue la formación de Sapir, lingüista y aiitropólogo estadounidense. Con todo, Sapir redescubrió algunas iiociones cseiicialcs, coiiio la distinción eiitre foneiiias y sonidos, algo que correspoiidc iiiás o mciios a la distiiición saussuriana eiitre leiigua y liahla. Vea usted, corrientes independiciitcs han convergido a fiii dc cuentas y ocasioiiado el naciiniciito de uiia liiigüística tcónca iiiuy exigente, cnipefiada cii foriiiularsc como ciencia y progrcsando sieniprc cii csta árca ciciitífica. Es ilccir, tratando dc

darse un cuerpo de definiciones, de enunciarse como estructura orgánica. Esto ha producido orientaciones muy diferentes. Está por una parte el estructuralismo, que de ahí salió directamente. Para un lingüista acostumbrado a practicar el trabajo lingüístico y que desde temprano -es mi caso- tuvo preocupaciones estructuralistas, es un espectáculo sorprendente la boga de esta doctrina, mal comprendida, descubierta tardíamente y en un momento en que el estmcturalismo en lingüística era ya para algunos cosa superada. En mi obra he seguido brevemente la pista a la suerte Iéxica de este término. En este año de 1968, la noción de estructuralismo lingüístico cumple cuarenta años justos. Es mucho para una doctrina en una ciencia que va muy aprisa. Hoy en día, un esfuerzo como el de Chomsky va dirigido contra el est~ctiiralismo.Su manera de abordar los hechos lingüísticos,es exactamente inversa. P. D. ¿Es decir que usted identifica el estmcturalismo en lingüística con el período en que se procuró sacar a luz las estructuras lingüísticas propiamente dichas?

É. B. Se trató ante todo de rnqtrar en los elementos materiales de la lengua y, en cierta medida, encima, en los elementos sig nificantes, dos cosas. los dos datos fundamentales en toda consideración estructural de la lengua. Primero, las piezas del juego, después, las relaciones entre estas piezas. Pero no es nada fácil, ni aun para empezar, identificar las piezas del juego. Tomemos los elementos no significantes de la lengua, los sonidos. ¿Cuáles son los sonidos de una lengua dada? No del lenguaje en general, cuestión que no puede planiearse, sino de una leiigua dada; esto quiere decir cuáles son los sonidos que tienen valor distintivo, que sirven para manifestar diferencias de sentido. ¿Y cuáles son los sonidos que, aunque existan materialmente en la lengua, no cuentan como distintivos sino solamente como variantes o aproximaciones de los sonidos fundamentales? Se aprecia que los sonidos fundamentales tienen siempre iiúmero reducido, jamás hay menos de 20 y jamás hay más de 60 o cosa así. No son variaciones enormes, ¿por qué? En todo caso, cuando se estudia una lengua hay que determinar cuáles son los sonidos distintivos. Así, que en francés se pronuncie pauvre

ESTRUCTURALISMO Y

LINCULSTICA

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o jmvre no tiene la menor importancia; es sencillamente cuestión de origen local, ¿no?, pero que no crea diferencia de sentido. Pero hay lenguas en las que esta diferencia, o algo comparable a la diferencia entre p v r e y povre, daría dos palabras totalmente diferentes. Es la ~ n i e b ade que en este caso la distinción entre 6 y 3~en francés no cuenta, mientras que en otras lenguas sería distintiva.

Y, sin embargo, si en francés dice usted @le y Pmil (ahí sí cuenta? P. D.

Claro, como en suute y sotte, y por consiguiente es una distinción que hay que reconocer como fonológica, pero en condiciones por determinar. En francés tenemos @, trátese de pedu o de pot, poco importa, pero no hay po con o abierta, simplemente porque las condiciones de articulación del francés exigen que la o final de un monosílabo sea cerrada y no abierta, en tanto que mmchm y m h & tienen dos fonenlas distintos porque diferencian dos tiempos del verbo. Ve usted que el asunto es complejo. Paso a paso, hay que estudiar toda la lengua muy atentamente para discernir lo que es fonema y lo que es variante. He aquí el nivel no significante, en el sentido de que se ttata sencillamente de los sonidos. Hay un nivel encima, donde se aborda el mismo problema desde puntos de vista mucho más difíciles, cuando los elementos son los significantes o las porciones de significantes y así sucesivamente. De modo que aquí está la primera consideración: reconocer los términos constituyentes del juego. La segunda consideración esencial para el análisis estructural es precisamente ver cuál es la relación entre estos elementos constituyentes. Estas relaciones pueden ser extremadamente variadas, pero siempre se pueden reducir a cierto número de condiciones básicas. Por ejemplo, no es posible que tal y cual sonido coexistan. No es posible que tal o cual sonido no sean silábicos. Hay lenguas como el'servocroata en las que sola, como en krk, forma una sílaba. En francés no es posible esto, es preciso que haya una vocal. He aquí leyes de estructura, cada lengua tiene una multitud. Nunca se ha acabado.de descubrirlas. Es todo un aparejo sumamente complejo, que se va extrayendo É. B.

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T R A N ~ ~ R M A C I O N EDE S LA

LINGUISTICA

de la lengua estudiada como un objet'o, exactamente como el físico analiza la estmctura del átomo. Tales son a grandes rasgos, muy sumariamente, los principios de la consideración estructural. .Cuando son extendidos a nociones sociales, la cosa adquiere un aire mucho más imponente. En vez de a y de 6 se habla de hombres y de mujeres, o de reyes y servidores. De inmediato los datos alcanzan una amplitud, y al mismo tiempo una accesibilidad que los hechos lingüísticos no pemiiten, considerados en sí mismos, a su nivel. Es lo que quizás explique que estas nociones se hayan degradado a partir del momento en que el calificativo de estmctural ha sido aplicado a realidades distintas de aquellas donde naciera. No obstante, al nivel de la reflexión seria, el itinerario es el mismo, trátese de mitología o de matemáticas. Un epistemólogo podría mostrar que la misma consideración ha sido aplicada en lógica, en matemáticas. De hecho, hay una especie de estructuración de la matemática, para suceder a la labor más o menos intuitiva que los primeros matemáticos tenían por única posible. Todo esto representa en conjunto el mismo movimiento de pensamiento y la misma manera de objetivar la realidad. Esto es 1- importante. Acaba usted de decirnos que Chomsky rompía con esta corriente de investigación.

P. D.

h. B. Exacto; él considera la lengua como producción, lo cual es del todo diferente. El estructuralista tiene que empezar por constituir un Corpus. Así se trate de la lengua que usted y yo hablamos, primero hay que registrarla, que ponerla por escrito Decidamos que está representada por tal o cual libro, por 200 páginas de texto que acto seguido serán convertidas en material, clasificadas, analizadas, etc. Hay que partir de los datos. En cambio para Chomsky es exactamente al revés, parte de la palabra como producida. Mas jcómo es producida la lengua? No se reproduce nada. Al parecer se dispone de cierto número de modelos. Ahora, todo hombre inventa su lengua y la inventa toda la vida. Y todos los hombres inventan su propia lengua en el instante y cada quien de manera distintiva, y cada vez dc modo nuevo. Dar a alguien los buenos días cada día de la vida,

cs una reinvención cada vez. Con mayor razón cuando se trata de frases, no son ya los elementos constitutivos los que cuentan, es la organización de conjunto completa, la disposición original cuyo modelo no puede haber sido dado directamente y que el individuo fabrica, pues. Cada locutor fabrica su lengua. ¿Cómo la fabrica? Es una cuestión esencial, pues domina el problema de la adquisición del lenguaje. Cuando el niño aprende una vez a decir que "la sopa está demasiado caliente", sabrá decir "la sopa no está bastante caliente", o bien "la leche está demasiado caliente". Construirá así frases donde utilizará en parte estructuras dadas, pero renovándolas, llenándolas de objetos nuevos, y así sucesivamente. Pero ¿no cree usted -sin que pretenda yo que así haya sido en realidad- que un proceder como el de Chomsky tenía, en cierto modo, que seguir al estructuralismo, que supone el estructuralismo?

P. D.

E. B. Es muy posible. Ante todo como reacción, acaso, contra una consideración exclusivamente mecanista, empirista, de la estructura, particularmente en su versión estadounidense. En Estados Unidos el estructuralismo proscribía todo recurso a lo que llamaba "mentalismo". El enemigo, el diablo, era el inentalismo, o sea todo lo que se refería a lo que llamamos pensamiento. Sólo una cosa contaba, y eran los datos registrados, leídos u oídos, que podían ser organizados materialmente. En tanto no bien se trata de un hombre hablando, el pensamiento es rey, y el hombre está entero en su querer hablar, es su capacidad de palabra. De manera que puede presumirse que hay una organización mental propia del hombre y que le otorga la capacidad de reproducir ciertos mbdelos, aunque variándolos al infinito. ¿Cómo se empalman tales modelos? ¿Cuáles son las leyes que permiten pasar de una estructura smtáctica a. otra, de un tipo de enunciado a otro? ¿Cómo a Pero sólo el psicoanalista puede conipreiider estc I r , ' , guaje. Freud intentó dar con sus rudiiiientos. Es aqui doiidc ::i terviciic, scgíin yo, una especie de retórica articulada pc;i i i i : gciics, suiiiaiiieiite sugestivas, y que, bajo la apariciici~i 21: .,, eiicadeiiaiiiiento incoherente, halla, gracias a Freud, iiiia c s p dc significación con referencia a cosas niuy Iioiidas. ,:. n. iCoiisidcra usted que el lenguaje del inconsciciitc,

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1,:

ini:

es hablado, es tan importante como otro para su estudio liiigüístico? É. B. He tratado de indicar una analogía entre el lenguaje del inconsciente y lo que llamamos las grandes unidades, un discurso entero, un poema entero, a los que puede hallárseles un sentido a menudo muy alejado del literal. Puede usted escribir una carta cuyo sentido profundo será exactamente lo contrario de lo que las palabras tienen aire de significar. Es así como opera la significación en el interior de un sueño. Igiialmente, un discurso que trata de conmoverlo puede eiiipujar a determinada conducta sin pregonarla jamás. Ahí tiene usted retórica, es decir un segundo sentido, diferente del literal y que actúa sobre la afectividad.

c. D. Ha pronunciado usted la palabra poema. ¿Acaso el lengiiaje poético es interesante para la lingüística? Inmensamente. Pero el trabajo apenas empieza. No piicde decirse que estén aún claramente definidos el objeto de estudio, el método por emplear. Hay tentativas interesantes, pero que muestran la dificultad de salir de las categorías utilizadas para el análisis del lenguaje ordinario. É. e.

c. D. A partir de la lingüística y del estructuralismo hemos visto crearse obras cada vez más difíciles, cada vez inenos accesibles a la mayoría. ¿Le parece fundada semejante oscuridad? Veo ahí dos cosas, y no sé si la idea que me hago al rcspecto coincide con el sentir de quienes las realizan. 1) Un intento muy nuevo, c~irioso,de sacudir todo lo qiie es inherente al lenguaje, es decir, ciertd racionalización que el lenguaje aporta por necesidad; de destruirla en el interior del lenguaje, aunque sin dejar de servirse de él. Tiene usted aquí una lengua que se vuelve contra sí misma y que trata de refabricarse a partir de una explosión previa. 2) Habla usted de la no comprensión, precio de algunas creaciones: me parece que entramos en un período de experimentación. No todo lo que se imprime está hecho para ser leído, en el sentido tradicional; hay nuevos moÉ. B.

ESTE LENCUAJI.

Q U E HACE L A 11ISIY>RIA

41

dos de lectura, adecuados a los nuevos iiiodos de escritura. Estos intentos, estos trabajos, no interesan por el momento más que a los profesionales, a los demás escritores, hasta el momento -si es que llega- en que se desprenda algo positivo. Es volver a poner en tela de juicio todo el poder significante tradicional del lengiiajc. Se trata de saber si el lenguaje está destinado a describir sieiiipre uri mundo idéiitico por medios idénticos, variando solamente la selección de los epítetos o de los verbos. O bien si puede uno considerar otros medios de expresión no descriptivos y si hay otra calidad de sigiiificación que naciera dc tal ruptiira. Es uii probleiiia. D. En sil enseñanza ¿tiene usted la impresión de que proloiiga un estudio que usted inició hace mucho, o es cada vez un nuevo coiiiienzo?

c.

é. B. Hay de las dos cosas. Evidentemente, cierto número de interrogantes lo acompañan a lino toda la vida, pero, después dc todo, acaso sea inevitable en la iiiedida en que tiene uno si1 nianera de ver las cosas. Pero está el enriquecimiento conti11110 del trabajo, de la lectura, el estín~uloque viene de los demás. Aprovecho también del desarrollo de todas las ciencias que siguen la misma corriente. Duraiite largo tiempo la única compañera de la lingüística era la filología. Ahora vemos desarrollarse todo el conjunto de las ciencias Iiumanas, toda una gran antropología (en el seiitido de "ciencia general del honibre") que se fomia. Y se advierte que las ciencias del hombre son, en el foiido, iuucho más difíciles que las ciencias de la naturaleza, y no por azar son las últimas que han nacido. Hace falta gran capacidad de abstracción y de generalización para eiiipezar a entrever los desenvolvimientos de los que es sede el hombre. c. D. ¿No le parece que la moda de la lingüística será sustituida por la otra moda de la epistemología? {Por supuesto, si considera iisted la lingüística como uiia moda! Para mí no lo es. É. B.

c. D. Naturalinente, pero cuando dice ustcd qiic cs preciso qiic los conociniientos del hoiiibre confluyan, la ciencia de 121scieiicias debiera ser la episteiiiología. É. B. La epistemología es la teoría del coiiociiiiicrito. Cóiiio sca

adquirido este conociiiiieiito, 210 es cosa dicha de aiiteiiiaiio. Hay muchas posibilidades de episteiiiología. L.a 1iiigiiistic;i cs una episteinología, puede coiisiderárscla coiiio tal.

c. D. Sí, pero decía usted que todas las cieiiciCis1- h'iii \,ilitlu al encuentro.

dc qiic cl i i i i cl sicnificante une el conjunto de las ciciicias del li(iiiil>re y de que, por 10 tanto, llega uti iiioiiiento cii qiie es posiblc plaiitearsc esta pregunta: "¿Puede leerse una significaci011 eii iiocioiics que hasta el presente parecía11 pertenecer a la ii~iturnlezapiira y siiiiplc?" Ahora se eiicuentraii aiialogias ciitrc la Iciigiia v 1;i ccoi~oiiiia. Ciiando le decía que veiiios hoy csta especie de coiivcrgeiicia eiitre varias ciciicias, cra para subrayar que sc descul)rcii las iiiisiiias articulaciones eri las nociolics tal coiiio las liaii configurado ciertas iIieiitcs que de fijo iio tciiíaii prcsciiics las catcgori;is liiigüísticas. Es esta convergencia lo interesaiitc, lo qiic se i.~iclve uii iiucvo problenia para nosotros. La epistciiio!ogía, coiiio usted ve, cs cosa que sc coiistriiye y sc rccoiistruyc de coirtiiiiio a partir de la cieiicia tal coiiio se va Iiacierido. É. B. Tengo la coiiciencia cada vez iiiás viva

c. D. ¿Desea usted que haya iiiuchos estudiaiitcs dc liiigiiistica? La lingüística ¿es útil para otros estudios o no es iiiis qiic uiia especialización? É. B. Hay. que distiiiguir. Hay varias lingiiisticas, liav varizis iiiaiieras de practicarlas, Hay a la vez, al niisiiio ticiiiio, estudios de varios tipos, unos de iiaturaleza iiiis tradicioiial, otros dc índole más avanzada, y hay lo que cae cntrc iiiedias: estiidios qiie son la conversión de pri~icipiosgeiierales eii aplicacióii, etc. Cada quien hace lo que puede, pero crco, por una parte, quc hay iiiucho por hacer y, por otra, que pasar por aqiii da 3 la

ES1'E LFNCIIAJL QIlE HACE LA 111SrORIA

43

nieiite cierta fomiación. Pienso por slipuesto en aqliellos que se interesan en el asunto particularniente. Para los que sí, es otra cosa, no hay que decir por qué. Estos estudios pueden ser formadores en el sentido de que destruyeii niuchas ilusiones que se liacc uno espontáneaniente y que son muy tenaces en el píiblico, acerca del valor absoluto de la lengua, los valores absolutos que cada quien halla en su propia lengua eii comparación cori otras. Esto permitc al espíritu toiiiar cierta distancia, lo cual es iiiuy Útil. A partir de aquí, puede generalizarse la niisma actitud y ver que de Iiecho existen niochos modos de considerar, eii el doiiiinio literario, por ejemplo, iiiia obra, y que no hay sólo iiiia iiiaiiera de compreiider a iiii autor. Pucde haber puntos de vista nuevos aplicados a obras tradicioiiales, y qiic no por ello las destruyen. c. D. ¿Hay obras de crítica literaria que Iiaya~isatisfeclio a usted particulariiiente? É. R. Veo teiitativas iiiteresantes de estudiar, con rigor, obras a las que Iiasta la fecha sólo se podían aplicar calificativos subjetivos ("Es bello", "Es coiiiiiovedor", etc.) o epítetos coiivencioiiales. Aliora se intenta constrciir sisteiiias que periiiitati eiicontrar las verdaderas diiiiensioiics de la expresióii literaria y de la obra literaria.

c. D. ¿Piensa usted en los trabajos realizados gracias a las coniputadoras? No eii especial. No creo que la niáquiiia inteweiiga a este iiivel. Peiisaba sobre todo en lo que se Ilaiiia explicación literaria, e1 análisis literario, cuyos niétodos se renuevan por medio de paráinetros 9 que puede11 dcsconcertar a qiiieiies sustentan disciplinas tradicionales. Pero precisaiiiente aquí la iniciación a la lingüística puede dar riiavor soltura, permite acoger inás abiertaiiieiite iiociones o iiidagaciones que apuntan a coordinar la teoría de la literatura y la de la Iciigua. Como usted ve -y É. R.

' Eleiiiciita

coiirtante en uti cálculo

que sea nuestra conclusión-, hoy muchas cosas se colocan o se desplazan en la perspectiva de la lengua. Estos cambios nos iiiiponen una readaptación continua; pues son cambios en profuiididad de donde nacerin acaso nuevas ciencias

11. LA COMUNICACION

La sesniologia tendrá mucho quc hacer $610 para ver dónde acaba su dominio.

rlesde quc atluellos dos genios antitéticos que fueron Peirce y Saiissure coricihieron, desconociéndose por completo y más o nienos al iiiismo t i e i i ~ p o la , ~ posibilidad de una ciencia de los siglios, y laboraron para iiistaurarla, surgió un gran probleiiia, qne aúii no Iia recibido forma precisa y ni siquiera ha sido planteado coi1 claridad, en la confusión que impera en este campo: icuál es el plicsto dc la lengua entre los sistemas de signos? Peirce, volviendo con la fornia semeiotic a la denoiiiinacióii (TIJ\LFLWTI~.~J que John Locke ap!icaba a una ciencia de los signos de las sigiiificacioiies a partir de la lógica concebida, por su parte. coiiio ciciicia del lenguaje, se dedicó toda la vida a la elaboración de este concepto. Una masa enorme de notas atestigua su esfuerzo obstinado de analizar en el niarco semiótico las nociones lógicas, iiiateiiiáticas, físicas, y hasta psicológicas y religiosas. Llevada adelante durante una vida entera, esta reflexión se coiistriiyó un aparato cada vez más con~plejodc definiciones destinadas a distribuir la totalidad de lo real, de lo concebido v de lo vi\rido cn los diferentes órdenes de signos. Para construir csta "ilgcbra universal de las relaciones", Peirce estableció una divisiti11 triple dc los signos en ICONOS, INDICIOS y S~MBOLOS, que

. '

Seiriiotica. 1.a ll;iiibliradaen los Cahierr Feidinand de Saiirrurc, 1 5 (1957). p. 19.

Charlcr S. I'rircr (1879-191-1); Ferdinand de Saurrure (1857.1913)

.'Sd E atid FI is iuscelitih!c uf beiiig ri>l.irgcd so ar to cotiiyrise e~erything2nd $0, rtill better. tliaiigli iiat tn idca! pcrfcctioii, i< ilic ry5tclii of crirteritial gnphr" (Peirce. Selirtcrl \T1ritiilgs.

l ! , P. \ \ i r d . , o

I'li'ti"~, 9

[+71

p. 389).

es punto más o menos 10 que se conserva hoy en día d e la iiimensa arquitectura lógica que subtiende. Por lo que conciernc a la lengua, Peirce no formula nada prcciso ni específico. Para él la lengua está en todas partes y en iiinguna. Jamás se iiiteresó en el funcionamiento de la lengua, si es que llegó a prestarle atciición. Para él la lengua se reduce a las palabras, que son por cierto signos, pero no participan de una categoría distinta o siquiera de una especie constante. Las palabras pertenecen, en su mayoría, a los "símbolos"; algunas son "indicios", por ejemplo los pronon~bresdeiiiostrativos, y a este título son clasificadas con los gestos correspondientes, así el gesto de seíialar. Así que Peirce no tiene para nada en cuenta el hecho de que semejante gesto sea universalmente comprendido, en tanto que el den~ostrativoforma parte de iin sistema particular de signos orales, la lengiia, y de 1111 sisteiiia particiilar de lengua, el idionia. Además, la misnia palabra puede aparecer en distintas variedades de "signo": como QUALISIGN, como SINSIGN,como LECISIGN? NO se ve, pues, cuál sería la utilidad opcrativa de seniejantes distinciones ni en qué aytidarían al lingüista a constiuir la seiiiiología de la lengua como sistema. La dificultad que impide toda aplicación particular de los conceptos peircianos, fuera de la tripartición bien conocida, pero que no deja de ser un marco demasiado general, es que en definitiva el signo es puesto en la base del universo entero, y que funciona a la vez como principio de definición para cada eleniento y coiiio priiicipio de explicación para todo conjunto, abstracto o concreto. El hombre entero es un signo, su pensamiento es un signo," su enioción es un signo.' Pero a fin de cuentas estos signos, que

' "As

it is in itself, a sign is either oí the nature oí aii appearance. wlicn 1 cal1 p u ~ ~ i s i c r ior ; seondly. it is an individual object or evenit, when I cal1 it a SINSICH (the syllsble sin being the íirrt ayllahle o í scniel. siniid, singidar. etc.); or thirdly, it is of the nature o í a general tvpe. when 1 cal1 it a ~ ~ c i s ~ .As c n wc . use thc terrri 'ward' in niort case; saying that 'the' is one 'word' and 'a"' ir a seeond 'word'. a 'word' is a legisign. But wlieii wc say o í a page in a hook, that it bar 250 'words' iipon it. of whieh twenty are 'the's', the 'ward' is a rinsign. A rinrign so eii>bodying a Icgisign, 1 teriii a 'replica' oí tlie Icgirigti" (Peirce, "p. cit., p. 191). e .* . . . the word or sigil wliieh inan iisen is thc tiiaii Iiimselí. For. as tlie fact tliat it

i

every thotiglit is a sign. takcn in conjunction witli the íact tliat liíe ir a traiii oí tliought, praves tliat nian is a rign; so that every thaught is an E n F n r r A L rign prores tlist iiian is .m exteriial sign" (Peirce, op. cit., .1, 71). ! "Everything in whieb we take the least intereit creates in us its particular eiiio-

S E ~ I I O L O C ~DE A LA I.ENGUA

49

son todos signos de otros, ¿de qué podrían ser signos QUE NO signo? ¿Daremos con el punto fijo donde amarrar la PRIMERA relación de signo? El edificio semiótico que construye Peirce no puede incluirse a sí, mismo en su definición. Para que la noción de signo no quede abolida en esta inultiplicación al infinito, es preciso que en algíin sitio admita el universo una DIFERENCIA entre el signo y lo significado. Hace falta, pues, que todo signo sea tomado y comprend.do en un S I S T E ~ I Ade signos. Ahí está la condición de la SIGNIFICANCIA. Se seguirá, contra Peirce, que todos los signos no pueden funcionar idénticamente ni participar de un sistenia único. Habrá que constituir varios sistemas de signos, y entre esos sistemas explicitar una relación de diferencia y de analogía. Es aquí donde Saussitre se preseiita, de plano, tanto en la nietodología como en la práctica, en el polo opuesto de Peirce. En Saussure la reflexión procede a partir de la lengua y la toma como objeto exclusivo. La lengua es considerada en sí misma, a la lingüística se le asigna una triple tarea: I ] Describir en sincronía y diacroiiía todas las lenguas conocidas; 21 deslindar las leyes generales que actúan en las lenguas; 31 delimitarse y definirse a sí n ~ i s m a . ~ Progranla eii el cual no se ha observado que, bajo sus aires racionales, trasunta algo raro, que constituye precisamente su fuerza y su audacia. La lingüística tendrá pues por objeto, en tercer lugar, definirse a sí misnia. Esta tarea, si se acepta coniprenderla plenaiiiente, absorbe a las otras dos y, en un sentido, las destruye. ~ C ó n i opuede la lingüística deliniitarse y definirse a sí misma, si no es delimitando y definiendo su objeto propio, la lengua? Pero ¿puede entonces desempeiíar sus otras dos tareas, designadas como las dos primeras que, le incunibe ejecutar, la descripción y la historia de las lenguas? ¿Cómo podría la lingüística buscar las fuerzas que intervienen de manera permanente y universal en todas las lenguas y des!indar las leyes generales a las que pueden reducirse todos los fenómenos particulares de la historia, si no se ha eriipeiado por definir los poderes y los recursos de la lingüística, es decir, cómo capta el lenguaFUERA

tion, howevcr dight this einotion timy bc. Thir cmotion ir a sign and a prediate ot the thing" (Peirce, o,>. cit.. p. 6 7 ) . * F. de Saiirriire, Cotirr dc liiigciirtiqiio généralc (abreviado C. L. 6 . ) .41 ed.. p. 21.

50

LA C O ~ I U N I C A C I ~ K

je, y así la naturaleza y los caracteres propios de esta entidad que es la lengua? Todo se interrelaciona en esta exigencia y cl lingüista no puede mantener una de sus tareas aparte de las demás ni asumir ninguna hasta el fin si no tiene por principio de cuentas conciencia de la singularidad de la lengua cntrc todos los objetos de la ciencia. E n eska torna de conciencia rcside la condici6n previa a todo otro itinerario activo y cognitivo de la lingüística, y lejos de estar en el misiiio plano que las otras dos y de suponerlas cumplidas, esta tercera tarea -"delimitarse y definirse a sí mismam-, da a la liiigüística la niisión de trascenderlas hasta el punto de siispender su consumacióri por mor de su consumación propia. Ahí está la gran novedad del programa saussuriano. La lectura del Cours confirn~afácilniente que para Saussure una lingüística sólo es posible con esta condición: conocerse al fin descubriendo su objeto. Todo procede entonces de esta pregunta: "¿Cuál es el objeto a la vez íntegro y concreto de la lingüística?"," y la priniera misión aspira a echar por tiejra todas las respuestas anteriores: de cualquier lado que se mire la cuestión, en iiinguiia parte se nos ofrece entero el objeto de la lingüí~tica".'~Desbrozado así el terreno, Saussure plantea la primera exigencia nietódica: hay que separar la LENGUA del lenguaje. ¿Por qué? Meditenios las pocas líneas en donde se deslizan, furtivos, los conceptos esenciales: 6'

Tomado en su conjunto, el lenguaje es multifornie y heteróclito; :I caballo en diferentes dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al dominio social, no sc deja clasificar en ninguna de las categorías de los hechos Iiumanos, porque no se sabe cómo desembrollar su unidad. La lengua, por el contrario, es una totalidad en si y un principio de clasificación. En cuanto le damos cl primer lugar entre los hechos de lenguaje. introducimos un orden natural en un conjunto que no se presta a ninguna otra cla~ificación.~~

La preocupación de Saussure es descubrir el principio de uiiidad que domina la multiplicidad de los aspectos con que 110s C. L. C., p. 23 (trad. de A. Alonra). C. L. C., p. 24. '' C. L. C.,p: 25.

si;ziin~or.í~ oe

LA

I.TNGUA

aparece el lenguaje. Sólo este principio permitirá c1asific.i. ; . hechos de lenguaje entre los hechos humanos. La rediicci6ri .!,. lenguaje a la lengua satisface esta doble condición: pir;::;, plaiitear la lcngua como principio.de unidad y, a la vez, e::( c . , . trar el lugar de la lengua entre los hechos Iiumanos. P r i i i c ~ ~ ; . d e la unidad, principio d e clasificación -aquí están iiitrorl:.! : dos los dos conceptos que por su parte introducirán la sc i i ; i ~ logía. Ui;o y otro son necesarios para fundar la lingüística c , . ~ ,1. ciencia: no se concebiría una ciencia incierta acerca d e su o;:,, to, indecisa sobre su pertenencia. Pero mucho más allá dc L:.. cuidado d e rigor está en juego el estatuto propio del corijrsr~it, de los hechos humanos. Tampoco aquí se ha notado bastante la novedad del caiii:;;, saussuriano. No es cosa de decidir si la lingüística está más ceri:, de la psicología o de la sociología, ni d e hallarle un lugar ci, i seno de las disciplinas existentes. El problema es plantead(> c . , otro nivel, y en términos que creah sus propios conceptos. i i lingüística fornia parte d e una ciencia que n o existe tod;l\-: :. que se ocupará d e los demás sistemas del mismo ordcii eri l~t,,clc ,,,,c\trc> .,l,,,ll\,\

:,

68

LA

osiiciciii" ) . K1 siistaiitivo ticiic iiiia rclacióii dc iiistruiiieiito coi1 cl vcrl~o.i\qiii csti el rasgo distiiitivo de esta clase de \verbos coiiipticstos, y se verifica cii todos los vcrl~osclcl tipo niuiiiteiiir cliic cskiii todavia cii iiso. Crcciiios ciiiiiiicrarlos aqiii todos: .l boiilmerser, chlc sería iiii verbo coiiio *to haildwerive. No Iiav 1.crho coiiipiicsto cii iiido I ) ~ ~ ser d c prefijado al \jcrbo. Parccc pues qiie el tipo fraiicCs iiiairiteiiir rcaliza. cii la cstructiira geiicral del fraiicés. iiii iiiodclo que iio cs iiidociiropco. I>c Iicclio. por sorlxaidciitc qiic parczc;i, es fiicra del iiidoctiropco doiidc liallaiiios uii paralelo, e11 el griipo liiigüístico iiiis clistaiitc, sc vca coi110 se vea: el de las Iciiguas aiiicriiidias. I'ciisaiiios 1115sparticiilariiiciitc cii iiiia dc las Iciigiias de 1;) \Icrr.crr~.i

,?,- "mano", compuesto r m ( n ) - . Qum- "fuego", coiiipuesto qu-. Pero no es una necesidad: francés boule, ver, fer se mantiencii iguales en fomia libre y en composición, lo niisnio que paiute tu- "pie", pa- "agua". Por lo deniás, ciertos compuestos tradicionales pueden coiiservar una fornia o un sentido fósiles del sustantivo: francés boule-, bille-, chaii-; paiute tm- "cabeza" únicaniente en coniposicióii, frente a titsi- "cabeza", foriiia libre. Es provechoso tener en cuenta correlaciones así. Ayudan a apreciar hasta qué punto la tipología es independiente del parentesco liiigüístico. Pueden darse coivergencias tipológicas fiiera de toda filiación genética. Es preciso no obstante un míiiiiiio de analogía en la cstriictura foriiial de las lenguas coiiiparadas. En el prekentc caso puede sciialarse que el paiute distiiigue claraineiite nonibre y verbo,?' qiic utiliza anipliaiiiciite la coiiiposicióii dc los tenias iioiiiiiiales y verbales, qiie dispone dc prcfijos v siifijos. Todos cstos rasgos reaparecen cii fraiicés, con la diferciicia, siii cinbargo, dc quc en él el caiiipo dc la " Sipir,

01,. cit.,

47. 1). 213.

composición es reducido. El francés no ha llevado adelante en realidad la composición mixta (tema verbal tema nominal) más que en el tipo porte-monnaie, que es nominal. Lo cual no ha impedido la creación en francés, asimismo, de un tipo de verbo compuesto con primer elemento nominal instrumental, que'realiza, si bien en medida menor, una fórmula de composición cuyo análogo se encuentra en una lengua tan diferente como el paiute. Lenguas como el inglés o el alemán, mucho más aptas que el francés para la composición, no han ido tan lejos. Esta creación romance que consideramos en francés, por mucho que se haya agotado bastante pronto, permanece como testimonio de una innovación tipológica de amplio alcance general.

+

8. MECANISMOS DE TRASPOSICI(3N

El papel de consideración que tiene la trasposición podría ser ilustrado en todos los capítulos de una descripción funcional. Pero no es nada estudiado en algunas partes de la morfología nominal, donde sin embargo es esencial, particularmente en la derivación. Tratamos aquí de sacar a luz el funcionamiento y la importancia de la trasposición analizando los derivados en -eur, Ilamados nombres de agente, en francés moderno. Tenemos con ello la ventaja de estudiar una categoría intermedia entre el nombre y el verbo, donde el mecanismo de la trasposición hace intervenir dos clases de formas distintas. Tendremos oportunidad de mostrar que la sintaxis y el sentido de los derivados en -eur son estrechamente solidarios de la trakposición que los determina. El adjetivo en -eur constituye una clase distinta. Su estatuto lo separa del nombre de agente. Por mucho que ciertas formas, como truvailleur, joueur, sean comunes a ambas categoiías, no son tomadas en el mismo sentido, y tampoco tienen igual construcción. Como todos los adjetivos, éstos son susceptibles de gradación, pueden ser calificados o ciiantificados por un adverbio. Es lo que los distingue de los sustantivos en eur. E n tanto que se enuncia parecidamente: il est travuilleur, iE est paveur, se dirá: il est tres truvailleur il est plus truvailleur (que su hermano) pero no: 'il est tres puveur 'il est plus puveur (que su hermano). Por lo que hace al sentido, estos adjetivos indican una incli! Cahicrs Ferdinand dc Ssuirure, Ginebra, Drar, 21 (1969) (= MOsqcr H. Frci), pp. 47-59.

i1171

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i;si-nuc.ri~x~s Y AN,~LISIS

nación moral, un rasgo dominante y perniaiiciite del carácter: travailleur "inclinado al trabajo", joueur "inclinado al juego", rieur, moqueur, querelleur, farceur, meiiteur, jouisseirr, rageur. Se prestan a determinaciones adverbialcs bastante variadas: "il est fonci2ranent joueur", "il est joueur duns l'dme". Algunos se pueden volver sustantivos cuando el rasgo de carácter quc denotan es elevado hasta el tipo. Le menteur, I,e joueur son títulos de comedias de costumbres. En caiiibio. ningún adictivo en -eur indica nunca una ocupación, un oficio, ni una capacidad física, en forma del todo opuesta a los sustantivos en -eur, y en particular a los nombres de agente propianientc dichos. A veces algunos nombres flotan entre el adjetivo y el nombre de agente. Es notorianlente el caso de trwdleur. Coino adietivo, travuilleur "que ania el trabajo" está atestiguado desde el antiguo francés. Por otra parte el sentido de clase profesional (Les fravailleurs de la mer; les travmlleurs du hdtimetit) tiene hoy por hoy amplia difusión, pero resulta de un desenvolvimiento bastante reciente. Durante toda la época clisica, trovailleur no es sino adjetivo. Apenas en el siglo XIX adquiere travailleur ~ i i isentido social, al despertarse la coriciericia de clases, expresada en la oposición capitalistaltrabajador, que hace juego con la de cS

vínculos: "un muvais conducteur" < "qui conduit mal". NO obstante, su empleo no pasa de ser limitado; no se da tan a meiiudo la ocasió~io la intención de categorizar desfavorablerneiite una actividad, y por lo demás mrmvais es a veces ambiguo: "iiiauvais joueur" puede oponerse a "bon joueur", pero también a "beau joueur" (que se comenta luego). El mecanisnio de la oposición aparece así. La calificación adverbial bien que se traspone al adjetivo bon es complenientaria de la cuantificación adverbial beaucoup que se traipone al adjetivo grmd o gros. Este sistema asegura el funcionamiento y la distribución de los adjetivos bon (op. mauvais) y grand, gros (op. petit) en su unión con un nombre en -eur, segíin el sentido de éste sea comparable con una determinación de cualidad o de cantidad. Algunos de estos noiiibres admiten uno o dos otros adjetivos, con iiiatices particulares y fuera de sistema. Así beau, en "u11 beau parleiir", traspone iin adverbio teórico bellernent, diferente dcl bellement liistórico que significa "suaveniente" (cf. tout beau!), inás cerca del adverbio beau en la loc~iciónporter beau. Eii el uso corrieiite, "beau parleur" equivale a "que habla con elegaiicia, de una iiianera seductora ( a iiienudo con la intcncióii de seducir)"; iio puede reducirse exactaiiiente a "que habla bien". La inisiiia disinietría se extiende a "beau diseur", por "que dice (los versos) con e!egaiicia" (taiiibiéii "fin diseur"), v a "beau joueur", por "qiic juega (y quc sabe perder) con elcgaiicia", lo cual cs i11uy diferente dc "bon joiieiir" = "que jucgil bien". Con todo, las dos calificacioiies "bon joiiecir" v "beau jouciir" tieiieii por tériiiiiio opiicsto cl iiiisino "mauvais jouciir" quc, segíiii los casos, sigiiificará "que juega irial" o "a qiiicii iio Iiacc gracia perder". Coi1 joileur es posible, pues, acoplar tres adjetivos: "bon joueur" < "qiii jouc bien" gros joueur" < "qui jouc gros" "bedu jouetir" < "qnc jouc beaii'." "

Iiacc olildar su s a ~ t i d olirr>i>ii>: .xqt~el qiir. ii,liil>;~rti~iidi, i ~ i i Icclii,. ~pcrtiirha cl rixe"i> dc su co2>~paficrc,. S O I ~c c ~ ~ t ~ l ~ccttc c r t r ~ w i tYC r c t m ~ r ~ccut ~ t tois (l.:, b ' ~ ~ ~ ~ t ; t i ~ ~ c ) . ' I ' r d q ~ o ~ i r i i i i itciiric;t cii I;i qilc I>e;lu iiado rii r.1 rniticlo iiicliciiilo i8itr.s.

128

ssrnucrvn~sY

ANÁLISIS

A esta corta lista de adjetivos traspuestos de adverbios aíiadiríamos haut en haut-parleur. Este espécimen único tiene por cierto la misma estructura que grand buveur, y teóricamente haut-parleur remite a habla alto". Pero hay dos razones que lo apartan: 11 es un término técnico completamente fijo y lexicalizado, como lo indica la ortografía, un nombre de instrumento forjado ad hoc y no una caracterización de individuo; 21 y sobre todo, haut-parleur no fue creado en francés, ni podía serlo en modo alguno, en ausencia de todo modelo análogo. La línea de las innovaciones léxicas en este dominio técnico en francés para más bien en términos como amplificateur (de sonido), antes que en un nombre descriptivo, de imagen, personificado~del instrumento, como haut-porleur. D e liecho, es sabido que haut-prleur es una traducción, introducida hacia 1923, del inglés loud-speaker. El calco resultaba tanto más fácil cuanto que loud-speaker está formado por el mismo procedimiento de conversión: loud-speaker < speaks Ioudly. El vínculo estre' cho entre los dos miembros (*loud-and-clear-speaker sería imposible) por una parte, la difusión rápida de las técnicas soiioras, por otra, facilitaron asimismo el préstamo. Las mismas observaciones valen para la expresión única, mucho más antigua, por lo demás, libre-pensar, donde libre- fuiiciona como exponente adverbial, "qui peiise librement". Pero es conocida la historia de esta noción; libre-penseur fue creado cn el siglo XVII para calcar el inglés free thinker (conio iiiás tarde libre-échangiste calcó free-trader, a partir de free-trade > libre-échmge). Vale la pena sefialar a este respecto las analogías entre el francés y el inglés en el mecanismo de esta trasposición. A diferencia del alemán, donde, por tener la misma forma el adjetivo y el adverbio, se pasa sin cambio de "er isst viel" a "ein Vielesser", el iiiglés, como -1 francés, convierte el adverbio en adjetivo cuando el verbo es traspuesto a nombre de agente en -er. Esta trasformación es paralela a la que fue descrita para el francés y tiene por signo, en parte, adjetivos de igual sentido. Se echa niano de ella sobre todo para caracterizar un comportamiento habitual en una función física. Los adjetivos más comunes so11 para la calificación, good (op. bad): "a good (badj driver"; para la citantificación se dispone de great ("a great

eater"), y también de hemy: "a he- drinker (smoker, sleeper)" < "he drinks (srnokes, sleeps) heavily", y de hearty: "a hearty eater" < "eats heartily". Así, es posible en inglés diferenciar iiicdiante lexemas explícitos los valores diversos de cualidad y cantidad implicados en fran& por "bien manger" y que "un bon mangeur" no puede trasponer por completo. Estas observaciones han recalcado la diversidad de los valores que saca a luz el examen en la clase de los nombres de agente en -eur, que se acostumbra tratar como unitaria. Reponiendo cada uno de estos valores en el cuadro sintactico del que participa y partiendo de la construcción verbal que traspone, es como pueden.ser puestos en claro los mecanismos que producen y que diferencian estas categorías nominales.

9. LAS TRASFORMACIONES DE LAS CATECORfAS LINGOlSTICAS '

La evolución de una lengua considerada como sistema de signos consiste en las trasformaciones sufridas por sus categorías. Entenderemos por categorías las clases de formas caracterizadas distintivamente y susceptibles de funciones gramaticales. No todas las categorías se trasforman idénticamente, ni al mismo tiempo. Pero en virtud de que todas están relacionadas de algún modo, es inevitable que aun aquellas que parecen más permanentes sean afectadas por las trasformaciones que tocan a las menos duraderas, sea en su forma, sea en sus funciones, o en ambas cosas a la vez. Nos parece útil precisar la noción de trasformación como proceso diacrónico estudiado en las categorías lingüisticas, distinguiendo dos géneros de trasformaciones, diferentes por su naturaleza, que tienen causas y efectos distintos en el desenvolvimiento de las lenguas: 1] Las trasforniaciones iniiovadoras. Son trasformaciones producidas por desaparición o aparición de clases formales, lo cual modifica la dotación dc las categorías vivas. Desaparición de categorías serán, por ejemplo: 'la desaparición parcial o completa de las distinciones de género: eliniinación del neutro, que reduce las oposiciones a la oposición masculino/femenino; o elinlinación del femenino, que produce una oposición: género animado/neutro; *la reducción de las distinciones de número por eliminación del número dual; 'la reducción, en proporciones variables, de los sistemas de clases nominales y -correlativamente o no- de los sistemas de deícticos, etc.

' Hada ahora sólo publicado en traducción inglesa cn Dircilianr for Hirbrical Linyirrin (Symporiurn in Historial Linguirtio, 29-30 de abril de 19%. The Univerrity of Tcm, Linguittia Depaitincnt). Austin-hndrn. Unkenity of Tcur Prerr. 1968, pp. 85-94.

La creación de categorías podrá ser ilustrada por: *la creación del artículo definido; *la creación de nucvas clases de adverbios procedentes de coinpucstos (-ly, -ment), etc. Estas desaparicioiics y aparicioiics altcran la dotación de las categorías formales de la lengua; provocan por aiiadidura una reorganización y una redistribucióii de las foriiias en oposiciones cuya estructura se ha n~odificado:redistribucióii dc las tres clases de número graiiiatical entrc las dos clases subsistentes; redistribucióii del plural neutro latino cn el feii~eiiinoroiiiaiice; reorganización de los demostrativos a partir de la especialización del artículo, etc. 111 Las trasforiiiacioiies conservadoras, quc consisten en el rcmplazamiento de una categoría niorfemática por una categoría perifrástica en la misnia función, por ejeniplo: 'remplazaiiiiento del coniparativo morfológico por el sintagina adverbio adjetivo; "reniplazamiento de la desinencia casual por el sintagma preposición nombre. Vamos a estudiar algunas de estas trasforinaciones, para subrayar la iniportancia fundamental de la noción de perífrasis eii el proceso mismo de trasforiiiación. Las trasforiiiaciones que consideramos niás especialiiieiite son las que a la vez producen una nueva clase de signos, que podrían llamarse signos de auxiliación, y que son realizadas correlativaiiiente por esas formas de auxiliacióii. Coiisideraiiios en especial este proceso de auxiliacióii eii el desarrollo perifrástico de dos categorías verbales, el perfecto 1. el futuro, en el doiiiiiiio roiiiaiice. Ahí hay cjeiiiplos privilegiados, tanto por la abundancia de los datos coiiio por el iiúiiiero de observacioiics teóricas que periiiitcii Iiacer. La caractcrística formal de esta trasforiiiacióii es pues que se opera por creacióii dc un sintagiiia, coiidicióii fuiidaiiiciital suya, cualquiera que sea la suerte ulterior de tal sintagiiia (iiiaiitciiido distinto en el perfecto, soldado en unidad cii el futuro). El sintagiiia de auxiliacióii puede ser descrito coiiio la asociación dc 1111 auxiliante fiexioiiado y dc u11 aiisiliado iio flcxioiiado. A estos dos elciiiciitos agregaiiios otro, tcrccro,. que

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rcsidc cii la coiiibiiiacióii dc los dos, coiidicibii productora dc uiia foriiia iiucva, distinta de cada tino de los dos coiiipo~iciitcs, y dc uiia fuiicióii iiucva. En ofra parte hciiios ofrccido un aiiálisis descriptivo dc la estructura de los sintagrnas de auxiliación en fraricés.' Aquí estudiaremos de qué maneta se define11 estas perífrasis cii los casos respecti\los del perfecto y el futura en su forma latiiia, cii su rclacióii foriiial y funcional.

La perífrasis típica del pcrfecto está constituida en latín por habQre participio pasado. 'l'eiienios aquí una estructura que ]>arecc clara, inniediataiiiciite inteligible y constante, sea en latín o eii su estado prescntc, piiesto que volvemos a hallarla coiiio tal eii las Iciiguas roiiianccs y en otras más. En realidad la constitución de este sintagma obedece a condicioiies precisasi y sup011c algunas distinciones teóricas esenciales. Ni unas ni otras parecen aún recoiiocidas como cs debido. IIav dos condiciones para que las foriiias, la de habere y la del participio pasado, puedan coiiibiriarse en un sintagma. Cada 1111: de estas dos condiciones consiste en ui:a elección entre dos posibilidades. El vcrbo habe5 cri construccióii predicativa es susceptible dc dos sentidos: "tener" y "haber". Esta condición previa tiene iiiiportancia priniordial: decide en la encrucijada de la eleccióri. La difcreiicia entre "terier" y "haber" ha sido por regla gencral dcscoiiocida en las numerosas obras didácticas que tratan de cstc perfccto. La niayoría de las veces ni siquiera se nicncioiia. De ahí cl estado de coiifusióii qiic iiiipcra a propósito de esta coiistr[iccibri. Esta distiiicióii prinicra es eseiicial; según sea toniado habe; coiiio "tcncr" o "haber", se cierra o se abrc el caiiiino a la coiiiprcnsióii de la perífrasis. Esta distirición iiiicial, concerniente al sentido del auxiliar

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~ i ~ ~ s r o n h r n cni; i o ~i ~~scxr~conías s i.i~ciiis.ric~s

lii

hnbe6, cstá ligada a otra distiiicióii, relativa a la fuiicióii dc la forriia auxiliada: ésta puede ser toiiiada o coiiio adjctivn ( c s el caso de proinpttis, lectus, ratus, t fr. je chanterai. No queda sino decir que esta manera de simbolizar el tránsito de un estado a otro es errónea a la vez en la realidad histórica si pretende resiimirla, y como modelo teórico si pretende hacerla comprender. Jainis fue cantabó reniplazado por cantare habeó (si no es en la época ya roniance cuando todos los futuros se habían vuelto perifrásticos), y jamás cantab6 hubiera podido ser rejnplazado por cai~t¿irehabe6. Este doble error, histórico y teórico. resulta de una interpretación inexacta del sintagma habére + infinitivo que es efectivan~entela etapa intermedia entre el futuro latino y el futuro roniance. Empecemos por restablecer las condiciones exactas en las cuales aparece esta perífrasis. Nació en los escritores y teólogos cristianos a partir dc Tertuliano (a principios del siglo iii d.c.). La gran iiiayoría de los ejemplos prueba que: 11 la perífrasis comenzó con habére y el infinitivo pasivo; 21 fue empleada primero con habére en imperfecto; 31 se restringía a las proposiciones subordinadas, sobrc todo relativas. Al principio es, pues, un giro muy específico. El tipo es: ". . . in nationibus a quibus magis suscipi habebat". No entra en modo alguno en competencia con el futuro, que los iiiisiiios autores eiiiplean regiilariiiente y sin liiiiitacióii ni vacilacióii. He aqtií el primer rasgo importaiite. Otro está ligado a éste, se trata del sentido de habere. Se dcsprende de esta coiistr~icción que habere no significa "tener (que)" como en "tcngo que trabajar", sentido que jamás Iiabría conducido a un futuro "trabajaré", del que difiere incluso

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136

ESTRUCTURAS Y

ANALISIS

hasta el plinto de que, hov como siempre, "tengo que trabajar" iiiiiica sc confiiiide con "trabajaré", ni "tengo que decir" con "dirí.". Eii cl siiitagiiia latiiio tal conio se coiistitiiyó efectivaiiicritc, habere con el iiifinitivo tiene por función iiidicar la prcdestiiiacióii del objeto designado a ser hecho tal. Es uii valor seiiiáiitico iiiievo y distiiitivn, del todo diverso del valor de iiiteiicióii que a iiieiiiido está asociado a la nocióii de futuro. Esta perífrasis, cuando nace, tiene una estructura sintáctica partic~ilar,conio sc Iia visto. LEs pues el sustituto dcl futuro? Dc niiigiiiia iiiancra. No es, al principio, iiiia proposicií>ii libre, siiio siibordinada y por lo general relativa. Hay por tanto que dcfiiiir su fiiiición coiiio la dc 1111 adjctivo vcrhal o dc uii participio. De hecho se eiiiiiicia nicrccd a esta pcrífrasis cl cqiiivalciitc de un participio fiitiiro dc voz pasiva, quc iio indica la obligación (conio hace la foriiia en -ndus) siiio la prcdcstiiiacióii. Ninguna forma iioniinal de1 paradigiiia verbal latiiio podía expresar esta noción que era a la vez iiiieva coi] respecto a los "tiempos" clásicos del verbo, y necesaria en el niarco coiiceptual en que se prodiicía. Una vez implantada, csta pcrífrasis gana tcrrciio. Se cxtieiide priiiiero a la proposicibii librc: 'Nuzurueus rocori Iiubebat sccuiidum prophctioin; liicgo adiiiitc. con habere, cl iiifiiiitivo de 1111 verbo depoiieiite o iiitraiisitivo: qiria nasci habebat. quod in oiiiiion tcrrum cxire hubehut pruedicntio upostoloriiiii; por í11tiiiio, el infinitivo dc todos los vcrl,os. Mas csta cstciisiOii iio se coiistinia hasta iiiuy tardc (siglos VI-vrr). Sólo ciitoiiccs el siiitagiiia coiiipitc cfcctivaiiiciitc con el fiitiiro y llega a siiplaiitarlo. Ilay quc rccoiioccr aquí dos proccsos distintos: 11 El siiitagiiia hubZrc + iiifiiiitivo cocxistií) largo ticiiipo con el fiituro antigiio, siii criizársclc, porque portaba una iioción distinta. Fliiho así dos expresiones del futuro: lino como iiitención (cs la fciriiia siiiiplc cii -E. - U I I Z ) , otro coiiio prcdcstiiiación (es el sintagiria: "lo.qiic tici~cqiic ociirrir" > "lo qiic ociirrirá"). Inevitableiiiciitc las dos expresiones tcníaii qiic cncoiitraae, y confundirsc cii diversas circunstancias dc ciiiplco. En tal conflicto, la forma siiiiplc del futuro viejo, debilitada ya por su dualidad forma! (-bol-um) y por las confusiones fonkticas con el perfecto (amabit amZvit), debía ceder el puesto.

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'TRASr'oRhiACIONirevisibIe, realiza cierta expresióii del futuro. La lciigua explota cste recurso para instituir progresivaiiieiite una iiueva forma temporal que elimina le antigua.

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Otra trasforiiiacióii perifrástica del futuro antiguo se dio en griego, y exliibc iiii ciirioso paralclisiiio con la precedente. La forriia antigua d e l futuro es reiiiplazada en griego inedia por perífrasis coiicurreiites que revclaii el conflicto entre dos espresioiics distiiitas: 111i:i coiisiste cii tklió ("terigo") inf., la otra cii théló ("qiiicro") + iiif. Al iiiisiiio tieiiipo sc prodiicc, cii cl iiiisiiio caiiipo, iiiia cstciisióii dc la foriiia moda1 de siibjiiiitivo aoristo coi1 iia. (p;irtíciila iiiodal): nd id6 "veré". De csta coiicurrciicia ciiiergc iiiia foriiia iiiieva, priiiiero perifrást i a thGlo i d (grapsój, liicgo, con rcdiiccióii, thé lid. . . (siglo X I I I ) , t1d iia. y por últiiiio tlzu (grapso), futiiro de la lciigua coiiiíiii. Dc iiiodo qiic cl futuro del griego inoderiio cs el presciite o el aoristo coi) prcfijacióii de uiia partícula tha. D e la aiitigiia pcrifrasis. cl iiiiciiil)r« qiie exl>resaba la iiitención ha sido eliiiiiiiado coiiio sigilificaiite, eii virtud del hecho de que el seguiido niiriiibro (equivalciitc al iiifinitivo en la perífrasis latina) era en griego uiia proposicióii final, necesariamente' provista de una foriiia verbal pcrsoiial. El auxiliante thélo, en tanto que forma flexionada, se volvía así redundante y podía reducirse a una partícula.

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138

ESTRUCTURAS Y ANÁLISIS

El sogdiano, dialecto oriental del iranio, proporciona un cjemplo más de trasformación. El futuro antiguo, con el morfema -ya-, representado por el avéstico busyati "será", es remplazado en sogdiano por una locución formada por el presente seguido de una partícula kam (antiguamente = "deseo"): but kam "será". E n estados más evolucionados del sogdiano, la partícula se une a la forma verbal y finalmente se reduce a -kü, que no es ya significante: butqá "será" Parece que por una necesidad interna la perífrasis del futuro esté destinada a eliminar el miembro auxiliante, sea por fusión con el auxiliado (es la solución romance), sea por reducción al estado de partícula (como en griego moderno y en sogdiano)

Estos ejemplos permiten ver, en la trasformación de las categorías formales, la similitud de los verbos empleados para efectuar combinaciones sintagmáticas bastante diferentes entre sí, y que no tienen igual suerte en las mismas lenguas. El perfecto y el futuro nuevos han sido realizados por el mismo verbo en calidad de auxiliaiite, habere. Hubiera podido mostrarse la trasforiiiación del pasivo antiguo en sintagma caracterizado por el auxiliante esse ( o "ser", etc.). Por lo que toca a las transformaciones de formas temporales latinas en romaiice occidental, apenas hay más (cf. la variante tenere' en portiigués). Hay otras trasformaciones, y otros auxiliantes que las efectúan. Una de las más comunes es la trasformación de las formas verbales modales en sintagmas cuyo auxiliante es iin verbo conio "poder". Hay asimismo trasforiiiaciones de fonnas simples caracterizadas desde el punto de vista del aspecto en sintagmas. provistos de un auxiliante con fiinción aspectual. Pero, sea cual fuere la función particiilar qiie desempeííe, la auxiliación es un procedimiento sintáctico muy vastamente empleado en las lenguas mas diversas. El sintagnla de auxiliación presenta por doquier caracteres comunes, que es interesante Ter.

Li.1

~ ~ x ~ s ~ ~ o n hDEr ~LASc iCoA T~E C~OsR ~ A SL I N C ~ ~ S T I C A S

139

sacar a relucir, a título de ejemplo, en dos lenguas amerindias diferentes. Doiidequiera es verificado el fenómeno de la a~ixiliación,puede advertirse que el auxiliante es un verbo de naturaleza particiilai, y, niás allá de todas las diferencias de estructura lingüística, que pertenece a las mismas series. Es un verbo de sentido iiiuy geiieral, a inenudo defectivo e irregular, supletivo en más dc una lengua. En tunica (Haas) se distinguen tres clases de verbos: auxiliares, activos, estáticos. Los auxiliares son: ?úhki "es, vive"; ?úra "está acostado, extendido"; ?úna "está sentado, acampado, agazapado"; ?úsa "viene"; 'úwa "va"; -'úta "hace, causa", y aparte láka "viven" (anóm., 3a. pl.). Todos tienen un empleo libre, así como un empleo a modo de auxiliares de otros verbos. Ahora bien, difieren de las otras dos clases de verbos en virtud de las características siguientes: I ] Ciertos auxiliares se flexionan irregularmente: ciertas fornias como las de los verbos estáticos, otras como los verbos activos, otras más inanalizables. 21 Son supletivos, Únicos que emplean tal procedimiento. 31 Aplican la reduplicación en la forinación de los paradignias repetitivos, y son igualmente los únicos que lo hacen. 41 Son todos eniplcados en la flexióii perifrástica de los verbos activos, con todo y que tengan además (salvo uno de ellos) LIII ciiipleo libre. Tainbién en aztcca hay verbos auxiliares. Son verbos -Wliorf cuenta diez- que tienen una existencia iiidependiente. Como auxiliares, son sufijados al verbo y confieren a la forina verbal, en la lengua clásica, cierto valor aspectual. Los verbos auxiliares son: 11 ka "ser" (=contiiiuativo); 21 nemi "andar, viajar" (= va hacikndolo); 31 wic "venir" (- viene Iiaciéndolo); 41 mani "exteiiderse, estar exteiidido" (=circula haciéndolo, lo hace en uii área: kiyawtimani "raiiis al1 arourid"); 51 ikak "estar de pie" (=se está en este estado, para cosas erigidas); 61 ewa "levaiitar" (=no durativo "entra en el proceso", o seiicillaiiieiite iiiceptivo: kon-anatewa "starts forward to get it (-una-)"; 71 mornana y 81 mote.ka, los dos "settle dowii"; el priinero con una idea de "difundirse" de empleo idio-

cs~niicriin~s Y ANÁLISIS

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iiiático; 91 kisa "go forth" y 101 tveci "caer", iio durativos e iiiceptivos de accióii vigorosameiitc eiiipreiidida: -k"ititc~rci"daslics iipoii and takcs (-k"i-)". El auxiliar es silfijado al presciitc -ti-, por ejciiiplo coi1 cl auxiliar ka "ser" mo-klia "sits", se foriiia o,iiio-klitikatka "lic was sittiiig", nio-Aalitiyes "he will be sittiiig". La técnica dc la aiixiliación resulta particulariiicntc clara e iiistriictiva en las lcng~iasaltaicas. El siiitagiiia dc auxiliacióii eii tiirco antiguo (Gabain) coiisiste eii uii auxiliaiitc flcxioiiado y un "coiivcrbo" de foriiia fija en -u o eii -p. El paradigiiia. bastante extciidido, dc los auxiliaiites, coiiiprciide verbos de sciitido geiieral quc, eii calidad de aiixiliaiitcs, forinaii pcrífrasis clc fuiicióii descriptiva o iiiodal: con tur- "starc" puede foriiiarse altayu tur- "tener costuiiibre de eiigaíiar"; coi1 tut- "tciier": küyü tut- "proteger coiitinuameiitc"; coi1 alq- "agotar": qilii alq- "hacer hasta el fin"; con tart- "tirar": qutu tart- "decaer lentamente", etc. Podrían ser citados otros muchos casos, que iiiostrariaii a la vez cuán general es este procedimiento y cuán paralelos son !os caiiiinos de la realizacióii. Esto perniite colocar los siiitagiiias dc ausiliacióii dc las lciiguas indoeuropeas en un coiitexto descriptivo iiiás vasto v qiic permite con~prenderlosmejor. Pero. a la iiiversa, donde Iiot. apreciaiiios, eii lenguas siii liistori~i. estriictiiras dc ;iiisiliaci6ii aiiálogas a las dc las Iciigiias iiidociiropcas, podciiins pciisnr cii ccliar iiiaiio del iiiodelo iiidocuropco para cxplicar sil g61iesis.

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10. PARA UNA SEMAN'L'ICA D E LA PREPOSICION

ALEhlANA VOR '

En un artículo anterior2 intentamos una interpretación unitaria de los usos de la preposición latina prae, a fin de mostrar en particular que el sentido llamado causal de prae resulta de una especialización del sentido general de "delante, en el extrenio, en el punto extremo". Rechazábamos pues la explicación dada por Brugmann de la expresión prae (gaudio): "Etwas stellt sich vor etwas und witd dadurch Anlass und Motiv für etwas." P. Meriggi,' sin considerar en detalle la argumentación de nuestro artículo, vuelve a la tesis de Brugmann, y a nuestra pregunta: "lloro ante la alegría. . . ¿En qué lengua se ha expresado uno iiiinca así?", responde: "Iii tedesco, perche vor Freude 6 la espressione del tutto corrente e addiritfura unica pel lat. prae gaudio. " Opinamos que, lejos de modificar nuestra concepción del sentido de lat. prae gaudio: la expresión alemana vor Freude la refuerza. Pero ¿qué significa exactamente? Hay que empezar por analizar este uso de vor en el contexto del valor general de la preposición. A fin de abreviar nuestra den~ostración, nos apoyaremos en las definiciones dadas en el artículo vor del diccionario de Grimm? Ante todo, hay que recordar que en las locuciones como vor ' Athenseiiiii, >7,

nueva serie, vol.

L, frsc.

iti.~v

(1972). Universidad de Pavia, pp.

,-rr

>,L.,,,.

t Reinipreras de lingüirt i a general, 1, Merico, 1971, p. 1441. ~

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SINTAXIS DE LA CQMPOSICI~N NOMINAL

159

antiguo turco, qd-i kortlam "mi (señor) su-ceja (qd-i) [es] bella, de las bellas ceja^",'^ turco ktzz güzal afandt "hombre su-hija [es] bella, de la bella hija"; la dam-t qtrmtzi ev "casa su-techo (&m-1) [es] rojo, casa de techo rojo"." Podrían ser citados otros nluchos paralelos.16 Esta construcción coexiste en irlandés con coinpuestos bahuvrihi donde el adjetivo, siendo de función predicativa, precede al sustantivo y donde un sufijo -ech marca la atribución, así crún-suil-ech "dunkel-aug-ig, de ojo oscuro". La comparación entre el compuesto crún-suil-ech "ojioscuro" y el grupo sintáctico (beich) bec a nert "(las abejas) pequeña [es] su (a) fuerza, de pequeña fuerza" muestra un paralelismo exacto entre los dos procedimientos: tienen a la vez valor predicativo, en el orden de los elementos, y valor atributivo, en el posesivo u y el sufijo och. Se ve así la función atributiva que el sufijo desempeña en el bahuvnhi. Una ilustración notable la da el véd. devú-patni, que no significa "dueña de los dioses" sino "(aquella) que tiene por marido un dios (= mujer de un dios)". El femenino patni representa en realidad puti "marido" dotado de un sufijo de atribución; y como el atributario es un ser femenino, el sufijo tiene por necesidad la forma -i Sólo que hay que notar bien que la atribución tiene por objeto no pdi- "marido" sino la predicación latente 'devb-pdi- "dios [es] marido", de suerte que, con forma de atribución a un atributario de género femenino, devú-putni significará analíticamente "dios-marido es de (ella)", combinación de las dos predicaciones. Esta estructura sintáctica es el fundamento de la relación semántica: el compuesto devú-patni (bahuvrilii) es solamente femenino; no puede tener masculino,'" en tanto que grhú-patni (tatpurusa) "ama de casa" es el femenino de grhúpati- "amo de casa", compuesto este último fundado en la construcción "él (ella) es amo-de. . ." (cf. antes). Por este lado gyhú-patni, uniplano, difiere fundamentalmente de devá-patni, biplano (cf. luego). A. von Gabain. Altiüzkische Grammstik', 1950, 5 403. K. Grbnhech, Der tiirkische Spnchbau, 1, p. 86. '' J . Deny, Grairii,~aircde h languc turqoe, 1 351, p. 230. 'O Ver particiilrniimte G. heters. IF, 60, 1952, pp. 47s.. que reúne crpccimcnes variados de estas construcciones (pp. Slss, para las lenguas caudsicas). '# Es necerarialiientc y 610 fernmino no nada niás a titula individnal y por n.6" eoritextual, sino también porque todas l?s muipucrtor en -patni del RV, son bahuvrihts

160

FUNCIONES

SINT~CTICAS

Desarrollemos sumariamente las iniplicaciones de esta definición del bahuvríhi. 11 La estructura formal no es homóloga de la estructura sintáctica de este compuesto en cuanto al número de los térniinos. La estructura foriiial es binómica (los dos miembros de la unidad morfológica); pero la estructura sintáctica es trinómica; a más de los dos términos enunciados, incluye un término no enunciado pero necesario, el atributario. 21 Esta disimetría viene de la naturaleza particular de la construcción, que es una proposición contracta. En tanto que articulada por una relación de atribución, la construcción hace intervenir dos constituyentes: una función de atribuido, la subunidad sintáctica que es predicativa de cualidad: "arco es de plata", y una función de atributario: "arco-de-plata esde". 31 Esencial es la distinción de los dos planos de predicación. Estos planos no son de igiial naturaleza: la predicación de cualidad "arco es de plata" (en gr. argurótoxos); "brazo cs fuerte" (en sánscr. ugra-Ehu-) es una función sintáctica, entre signos; la predicación de atribución ("arco-de-plata es-de", "brazofuerte es-de") es una función semántica, entre signos y referentes. 41 Por aquí puede organizarse lógicamente la distinción planteada antes entre dos grandes clases que abarcan el conjunto de los compuestos: todos los compuestos colocados en la primera clase son predicativo~de cualidad y tienen función solamente siiitáctica, incluyendo los compiiestos llamados de rección; son uniplmos; todos los compuestos de la segunda clase (bahuvrihis) combinan la función sintáctica y la función semántica; son biplanos. 51 Los compuestos biplanos (bahuvñhis) se definen como pdrtadores de doble predicación, de cualidad y de atribución. En consecuencia, serán reinterpretados en una nueva estructura lógica, que es binaria a su manera: un componente que indica (cf. Wackernagel, op. cit., 11, 1 , S 38b, p. 90). De hecha, no hay en d RV p t n í coma femenino de pati- "esposo", sino solamente patni "dueña", femenino de p t i - "ama". Los raros ejeniploi de patnT- 'berpo'' que citan los diccionarios se refieren todos al mundo divino y pueden lo mismo significar "dueha". Hay que tomar asimirn~o coiiio bahuurihi el ved. sá.patni, av. h a - p 0 n i "concubina", que ha de analiurse ''(aquella). que time en común (S-, ha-) un esposo (= que mmpartc el esposo con otra mujer)". "esposa"

SINTAXIS DE LA W M P O S I C I ~ N NOMINAL

161

la atribución (es el compuesto formal entero) y un componente que indica el atributario, éste inherente a la forma de composición. Esta función de atributario queda satisfecha, cuando hay ocasión, por un argumento distinto ("Apolo del arco de plata"), o si no por un sustituto, como un pronombre o un anafórico que ocupa la posición vacía: "(aquel) que tiene. . ." 61 Esta relación sintáctica de atribución tiene un correlato en la morfología del compuesto: es el cambio de clase formal que afecta al término sustantivo determinado. La forma libre fem. kephalé "cabeza" se torna -kephalos -e -on -oi 4 I en (kutlo-)kepMos "con cabeza (de perro)", con variaciones de género y de número; la fomia libre neutra lat. caput "cabeza" se vuelve -ceps en (bi-)ceps "de (dos) cabezas". La marca de este cambio de clase puede ser una variación apofónica o de adición de un sufijo, o ambas cosas: la forma libre al. Auge "ojo" :e convierte en aug-ig en (blau.)augig "ojiazul"; la forma libre ingl. eye "ojo" pasa a eyed en (biue-)eyed "ojiazul"; la forma libre húng. szem "ojo" se vuelve -szem-U en kek-szem-6 "ojiazul", etc. Es la marca formal de la función atributiva asignada a la proposición predicativa básica. 71 La estructura biplana y la naturaleza de compuesto van aquí a la par. Una relación que sería uniplana, solamente esiva o solamente atributiva, no podría producir en forma nominal un compuesto, s610 un derivado. Se nota si se traspone una y otra, por separado, a forma nominal: '61 es niño" prcduce "infantil"; "él tiene arma" produce "armado". Sólo la combinación de una predicación de cualidad y de una de atribución puede producir una forma nominal compuesta. 81 Entre los dos planos hay una jerarquía de necesidad: primero la función esiva, luego la función atributiva: un objeto no puede "ser-de" (= pertenecer) en tanto no "es tal o cual". La función atributiva no toca sino a un sintagma predicativo de ser-tal. De este análisis se desprenden algunas conclusiones &entes a la naturaleza y la función de los compuestos, .tal como los hemos definido en sus relaciones intralingüísticas." "

Esta mnelusiones superan desde inuehor puntos de vista las de una erpoaici6n

162

FUNCIONES

SINTÁCTICAS

La Icrigua no es un repertorio iniiióvil que cada locutor no tendría siiio que movilizar para los fines de su expresión propia. Es ella misma terreno de un trabajo incesante que actúa sobre el aparato formal, trasforma sus categorías y produce clases iiucvas. Los compuestos so11 una dc estas clases de trasformación. Rcprescntan la trasfonnación de ciertas proposicioiies, típicas, siniples o coiiiplejas, eii signos nominales. O sea que ya no puede explicarse la creación de los coiiipiiestos por siiiiplc uiiión iiiiiiediata de dos signos anteriores. Si la coniposición nominal fuera, coiiio sieiiiprc la presentan, un proceso de naturaleza iiiorfológica, iio se comprendería por quk parece realizarse por doquier, ni cómo pudieron iiacer esas clases formales cn número liniitado, tan parecidas entre las lcnguas iiiás diversas. Es que la iiiipulsióii que ha producido los coinpuestos iio vino de la niorfologia, doiide iiinguiia necesidad los llamaba; surgió de las construcciones sintácticas con sus variedades de predicación. Es el modelo sintáctico el que crea la posibilidad del conipuesto iiiorfológico y lo produce por trasforiiiacióii. La proposicióii, eii sus difereiites tipos, ernergc así eii la zona iioiiiinal. Con ello cs preciso reconocer a los coiiipucstos una situacióii particular. En gciieral so11 dispuestos, con los derivados, en la "forniación de los iiombres". Más bien habría que insertarlos en un capítulo niicvo de la teoría de las formas, consagrado al fenómeno que podría ser llaniado metamorfisino: entendeiiios por ello el proceso de trasforiiiación de ciertas clases en otras. Estc proceso, considerado en el funcioiianiiento de la leiigua, respoiide a una función precisa, que será discernida coriiparaiido la siiitaginática proposicional con la del compuesto. Coino sc Iia visto, el niodelo siiitáctico acarrea sienipre una 1>redicaci&ii,siiiiple o conipleja; ésta enuncia por naturaleza un proceso actual. Eii cuanto la proposición es trasformada en conipuesto y los tériiiinos dc la proposicióii se vuelven los iniembros del coniptiesto, la predicación queda en suspenso y el ciiiiiiciado actual se toriia virtual. Tal es la consecueiicia del proceso dc trasforiiiación. ya vicia, liiiiitadida par lo demás a los colirpuestos dc deteriiiinacibn, y quc fue resuiiiida brsven>cc>tc ti> BCL, 44 (1947.8). fasc. 1, "Prock-vrrbaux". p. x ~ i i .

SINTAXIS DE LA C O ~ I P O S I C I O N N O ~ I I N A L

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Así sc define entonces !a función del compuesto: trasferir predicación eiiiiiiciado por la proI>osicióii de fondaiiiciito. Es por cierto a esta fuiicióii a la qlic respoiidcii tambicii los caractcrcs foriiiales del conipucsto. l'oclo lo qne puede rciiiitir a iiiia situacióii actual se horra: la predicacióii verbal iio pasa de iiiiplicita, el priiiier iiiieiiibro, despojado de todo íiidice de caso, de níiiiiero, de gciicro, qiicda rcdiicido a uii sciiiaiitciiia, el scguiido niieiiibro, sobre el qiic reposa la relacióii siiitagiiiática, adquierc una fornia y una filial iiiicvas, iiidices del estatuto de adjetivo que rccibe el coiiipucsto. Otras tantas pruebas de la función virtualizante que asuiiic el iiiievo sigilo iioiiiiiial. 141 pasar así al iiiarco fornial del noriibre, la proposicióii librc sufre uiia reducción inevitable de sus latitudes de csprcsiiiii. Dc fijo era iiiil>osiblc que los dos térmiiios del coiiipucsto cargaraii coi] la iiiultiplicidad de rcl.acioiies siiitácticas de que es susccptiblc la proposición libre. No obstante, el coiiipiicsto es capar. de iiiavor di\:crsidad dc lo qiic parcceria..)- las iiuiiicrosas varictladcs qiic registrati las graiiiáticas corrcsl>oiidcii jiistaiiiciitc a ti11osdivcrsos de proposicioiies. Por iio dar siiio uii cjeiiiplo: \-&d.vdjru-liustsición priiiiaria "iiiaiio (tiene) niaza". así. eii Iiigar de iiii;i prcdicacióii por "ser", uiia \,ariaiitc I&sica por "tciicr". l'ero este eiiil>ol>rcciiiiiciitorelativo cIc la csprcsióii siiitictic;i trasfor~iiada cii cslircsiriii iioiiiiiial es coiiil>ciisado por 1;i \-;iricd;icl de I;is coiiil>iiiacioiics qtic cl coiiil>ucsto ciitrcg;~:I 1;i lciigiia. D;i la ca1>;icidsdde iii;iiicj;ir coiiio adjcti\.os o iioiiil>rc\ ~>fi~l>osicioiics ciitcras. y de Ii;iccrl;is ciitr;ir I~ajccicscii otr;is ~>rol>osic¡ioiics. Ilc este iiiodo se coiistitiiyc. cii ~~;~rticiil;ir, iiii repertorio \.asta. siciiil>rc ;il)icrto. oCticos.Y qiic S í VI I ~I ~ III ~ J. I I I . i~i;~iiticiiciicst:i ;icti\i.l

Eii efecto, iiiciios dc dos iiicses iii:is tarde. el 29 d c abril d c 1878, l'astcur prcseiita a la :icadéiiiie iiiia ilota iiititiilada "La tliénric des geriiics et ses applicatioiis :I 1.1 iiiédcciiic e t :i 1.1 * Kriie \ ' a l l r r \ ~ K ~ d o t 1.a . i.ic rle Parteair. Parir. 1900. pp. :S?\,

168

FUNCIONES

SINT~CTICAS

chirurgie" (en colaboración con Joubert y Chamberland): donde consagra de una vez por todas el término nuevo: Para afirmar experimentalniente que un organismo microscópico es realmente agente de enfermedad ): de contagio, no veo otro medio, en el estado actual de la ciencia, que someter al microbe (nueva y feliz expresión propuesta por el señor Sédillot) 6 al método de los cultivos sucesivos fuera de la economía.

En la continuación de su exposición, la palabra es empleada varias veces y del modo más natural. Limitémonos a una sola cita (p. 124): Si tuviera el honor de ser cirujano, persuadido como estoy de los peligros a los que exponen los gkrmenes de los microbios dispersos por la superficie de todos los objetos.. . Esta demostración era necesaria por dos razones: primero, para hacer ver -lección de hechos que siempre es útil recordarque es imposible adivinar las condiciones en que ha sido creado un neologismo; hay que descubrirlas en la fuente misma, en la intención del creadsr. Nada puede dispensar de esta búsqueda, que para el etimologista es una obligación. Pero, sobre todo, era cosa de devolver a microbe su sentido verdadero. Se ve ahora que la palabra no ha sido tomada del griego; que no es un adjetivo sino un sustantivo, y que no significa "de vida corta", lo cual por lo demás hubiese sido ajeno a la concepción pastoriana. En realidad Sédillot inventó el término microbe para designar e1 conjunto de los organismos microscópicos. Combinó libremente mikros y bios en un significado nuevo; los dos componentes griegos representan, con gran simplificación, los dos conceptos asociados: bios "vida", el de '' organismo viviente", y mikros "pequeño", el de "infinitamente pequeño, microscópico". Así microbe significa literalmente "pequeña vida", para designar el "organismo microscópico". Semejante compuesto hubiera sido imposible en griego, y si

' Comptcs

iendus de I'Acaddrnie des Scienccr, resi6n dd 29 dc abril de 1878, 86, = (Euvres de Pasteur, t. VI, 1933, p. 112 (citamos negún esta edi-

pp.' 1037-1041 ,.;A" --..,< 1

El editor de lar crtorio. El criterio dc estas desigiiacioiics, cii t;iiito qlic siiiál>ticas, siciiil~recsti cii la relacióii con el objcto: b i es desigiiado coiiiplcta v íiiiicaiiieiite por diclia apelación coiiipleja, cntonces 6sta es una siiiapsia. N o Iiace falta que sOlo incliiva leciiias dc uso téciiico; piiedc coiiipoiicrsc de vocablos coiii~irics,siri:ipticariicnte clis[>iicstos.";\iglc p?clieiir i tetc hlaii-

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ur~ai"!i

' l.:,c\ta la rlc scnaiar 1.i "lira iiiiportaiilc rlc I.c>iiii C:iiilheri. !..a fiilrirc a sil cstatiito liiiaiiistico, !. iio a fiii b . ' de coiiipilar ;iqiii los cjciiil>los. qiic soii iiiiiltitiid. Es ficil prc\cr que sc dcs;irroll;ir,i iii;is de pris:~aiiii de lo qiic ~ciis;iiiios. coiiio coiiscciiciici;~del fciicíiiiciici qiic doiiiiiia iiiicstr:~ Cpoca: el creciiiiiciito ripido 1- riiiilti~>ledc la\ ttciiic,i\.

13. ESTRUCTURA D E LAS RELACIONES DE

AUXILIARIDAD

'

La iioción de "verbo auxiliar" es faiuiliar a aquellos que coiiocen alguna lengua occidental moderna, y es parte dc la nonicnclatura gramatical en la enseñaiiza tradicional. Pero con esta noción pasa como coi1 tantas otras, que cierta faiiiiliaridad nos impide apreciar bien, en su importancia y singularidad. Se trata de una forma lingüística unitaria que se realiza, a través de paradigmas enteros, en dos elementos, cada uno de los cuales asurne parte de las funciones granlaticales, y que a la vez están ligados y son autónomos, distintos y complementarios. Este fenómeno conocido,' señalado por todas las gra~iiáticas,~ apenas ha recibido atención por parte de los lingüistas. Sólo conocemos dos estudios especialiiiente consagrados en estos Ú1timos años a la elaboración de su teoría. G. Guillaurne' ha estudiado en los auxiliares sobre todo la propiedad que los hace, entre todos los verbos, aptos para tal función: es lo que llairia subductividnd, que los Iiace preexistir idealmente a los demás verbos. "Etre, por ejeiiiplo, preexiste a faire, y generalnicnte a todos los verbos quc espccificaii un proceso realizado o padecido.'' Se dedica pucs a describir la "subducción" del verbo como proceso psicoliiigüístico y en particular "el mecanisnio de la subduccióii esotérica, creadora del estado de auxiliaridad".Vara él, "los verbos auxiliares son verbos cuya génesis material, interrumpida por una consuniación más rápida de la génesis foriiial, permanece en suspenso, no se

' Ach Linguistics Hafniesria, Copenhague, $01. 1X (1965), núiri. 1 , pp. 1-15. ' Acerca del driarrollo histórico. cf. Gougenheini, Etiide siir les pgriphrases vcrbrles de la kngue francsise (París, 1929). Nos limitaremos a citar, iiiás por la abundancia dc sus datos que por el tratamiento del problema, el lxrga capitulo robre "Les airniliaires" en Piehon y Darnourette, Esrai de gnmrzinire dr la langue francaise, tomo V. pp. 1.160. ' En un articulo intitulado "Théorie des auxiliaires et eramcn de faits connexes", BSL. 34 (1938). núiii. 1, pp. 5-23, ' Loe. cit., p. 5. ' Loc. cit., p. 10.

~781

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I.SIRCICTIIRA DE J.AS RFLACIONI~S OV. A C I Y L L ~ A R ~ U A D

consuiiia y pide, cii coiisecuciicia, uii coiiil>l~iii~ilto de ~nateria quc iio pucdc proceder -por estar cerrada la oiitogciiia dc la ~xiiabra- sino dcl exterior: de otra palabra". Asi, ai,oir marché se aiializará en: a\,oir "verbo coiiipleto por cl lado dc la forma (se conjuga en todos los iiiodos y todos los ticiiipos), pero incoiiipleto por cl lado de la niateria (subduccióii); tiiarché: palabra que aporta la iiiateria faltantc 1. que sGlo a este titulo iiitervi~ne".~ Más o iiicnos al iiiisiiio ticiiipo, pero de iiiaiicra iridcpciidiente y con una visióii niuy distiiita de los fcii6iiic1ios liiigüisticos, L. l'esniere prescntó en detalle una "l'liéoric structurale des teiiips coniposés" "ue, dejando aparte la tcriiiiiiologia, no está tan lejos cn el foiido de los puiitos de vista de G. G~iillauiiie ;iccrca de la repartición de las fuiicioiics cri la foriiia coiiipucsta. Pero a L. Tesnihre le Iia preocupado sobre todo deslindar cl principio general -la ley, dice él, regular y uiiiversal- que rige la forinacióii de los tienipos coriipucstos. H e aquí esa ley: "Cuando un tiempo siiiiple se dcsdobla cii ticiiipo coiiipucsto, las caractcrísticas graiiiaticales pasan al auxiliar. la raíz verbal al auxiliado.'' !' Eii il a nuirché, cl auxiliar il a porta las características grainaticales o cl iiiorfciiia, y cl auxiliado tiiarché la raíz verbal o cl seniaiiteiiia. Todo el estudio de 'I'esiii6rc consiste eii ilustraciones de esta Icy, por iiicdio de cjeiiiplos toiiiados de variadas lenguas y de csqiieiiias aiialiticos!" Estos estudios coiiservaii su valor." Nucstro prop6sito al volver a la cuestión Iia sido iiiostrar, priiiicro. qiic cstc fcriciiiieiio, siciiipre corisidcrado globaliiiciite, coiiiprciidc distiiit:is \.aricclades quc dcbcii ser recoiiocidas y estudiadas por scyarado. Locgo. defiiiir cada una dc cstas variedades cii sus tCriiiiiios propios y dar de ella uiia descripcibii foriiial quc saqiic a la luz los clciiicntos coiistaiites, las variables y la estructura dc sus rclacioiics. ' Loc.

cit., pp. 11-12,

* Es CI titulo dc

rii

articulo

en loa \Illanges

Ch.

Bdlh

11939). pp.

l ii~lX3.

01,. cit.. p. 160. 1.. lesniere ha tocado CI problenia de los "tictiipos conipuistos" en !arios paraI c \ dc siis Elir?ieiits de s!ntarc strcicttlrdle (1959). >>p.+,; 159, 398. pcra se limita 2 rciiiitir al srticolu citado. " llahri que agregar. sigiiiciido Ir litira de las c i > i i c ~ p r i udr~ ~6~. C.iiillrwsr. la rsIprisicióti de J. Stcf.iliiiii, 1.4 viii\ I>ro~ioii>iriilc cri ;iiac,cir ct FII rgtr>!en trilnlos coiiipiicstos coi1 la foriiia siiiiplc clel auxiliaiitc &re. Sc tciidfií pucs: il fruppait il étuit fruppé; iI frapperu il scra frappé. ctc. 21 h todos los ticiiipos del activo coiiipucstos coi1 la foriiia siiiiple del auxiliaiitc ai~oir correspoiidcii cii pasivo tieiiipos coiiipiiestos coi1 el aiixiliaiitc moir été. Se teiidr'í pucs: il a frappé il a été frdppé; il aiirait frappé il aiirait été frappé. ctc. Las otras \,ariacioiics posihlcs cii la cstructiira dcl pasivo dcpciiclcr:iii dc la coiiibiiiaci611 dc la auxiliacitiii clc diítcsis coii la aiixiliacií~iide iiiodalidad. a la cual pasaiiios alior;~.

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l S l N l l C 1 ' U R A 111; 1.AS NEI.ACIONI;S

Dli AOXILIANIDAD

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111

Ilav aiitc todo qiic lcgitiiiiar la categoría de la iiiodalidad. Eiiteiidciiios por iiiodalidad una aserción coiiiplciiiciitaria qnc ataiic al ciiuiiciado de una rclacióii. Eii tanto quc categoría lógica, la iiiodalidad coiiiprciidc 11 la posibilidad. 21 la iiiilx~sibilidad, 31 la necesidad. Estos trcs "iiiodos" no coiistitii\cii sitio dos dcsdc cl punto de vista liiigiiístico. cii vista de qiic la iiiiposibilidad iio tietic cxprcsióii distinta y sc cxprcsa por la iicgacióii dc la posibilidad. Dc iiiaiicra quc posibilidad y iieccsidad soii dos iiiodalidadcs priiiiordialcs, taii iicccsarias cii liiigüistica coiiio en lógica y que iio Iiay razón liara discutir. Oiiicaiiiciite sc tciidrá cuidado de distiiigtiirlas de los "iiiodos" adiiiitidos tradicioiialiiicntc cii graniática cii la iiiorfología dcl vcrbo (subjuiiti\~o,cte.) .'" La categoría lingüística dc la iiiodal~dad coiiiprciidc aiitc todo los dos vcrbos pocivoir v devoir. Por aiiüdidura, la lciigua ha extendido la fuiicióii iiiod~lizaiitca otros \~crboscii parte dc sus usos y iiiediaiitc la iiiisiiia cstructiira dc auxiliacióii; priiicipaliiieiite: uller, voiiloir, frilloir. désirer. espérer. l'cro a clifcrciicia de la teiiiporalidad y la diatesis. la iiiodalidad iio foriiia partc de las categorías iieccsarias y constituti\,as del ~iaracligiiiaverbal. Es coiiipatible con la tciiiporalidad coiiio coi1 la diátcsis en cada una de las foriiias \serbales. La auxiliacióii de iiiodalidad sc ca~ictcrizaforiiialiiiciite por la estructura biiioniial. El priiiier t&riiiiiio cs la foriiia flexionada del auxiliante; el seguiido, el iiifiiiitivo del verbo auxiliado: "il peut arriver"; "je doia sortir". 1 Estos dos verbos, rnodalizaiites por excclericia, pouvoir, devoir, no tieneii otra coiistruccióii. Eii cuanto a los deniás vcrbos, iiiodalizantcs en ocasiones, se coiistruvcn así cuaiido el siijeto -explícitodel atixiliaiite cs idéiiticó al sujeto -iiiiplícitodel auxiliado: "il a voulu chonter". Si el sujeto del auxiliado es diferente, el infinitivo es reniplazado por una proposición subordinada: "il a \-oulu que je chante". El verbo cesa eiitoiices de ser auxiliante.

190

F U N C ~ O N F S SINTÁCTICAS

En virtud de que la auxiliación de modalidad se aplica a toda forina verbal, se aplica necesariamciitc también a foriiias ya auxiliadas por auxiliantes de temporalidad o de diátesis. Estas dos situaciones de auxiliación y de sobreauxiliación scráii consideradas sucesivamente. La auxiliación de modalidad tiene por criterio la eonvcrsií,n de la forma personal del auxiliado en una for:iia de infiiiitivo: "Pierre chante" se convierte en "Pierre peut (doit) chanter". De lo cual se sigue que el infinitivo es la forma rnodalizada del verbo, principio que acarrea varias consecuencias de las que no podemos ocuparnos aquí. El verbo auxiliado no representa solamente un semantema, contribuye por su fornia morfológica a la auxiliación de modalidad que el auxiliante garantiza por su sentido léxico y su forma temporal. Esta conversión se produce también cuando el verbo modalizado está en un tiempo que requiere la auxiliacióii de temporalidad: "Pierre a chanté" se vuelve "Pierre peut (doit) avoir chmté". Pero la auxiliación de modalidad comienza un grado ntás arriba la auxüiación de temporalidad, puesto que es posible cbn una forma verbal siniple; no auxiliada, coino "Pierre chante" que se convierte en "Pierre peut chanter". E n la auxiliación de modalidad la forma primaria es "il peut chanter" correspondiente a "il chante", e n tanto que, eii la auxiliacióii de temporalidad, la forma primaria es "il a clianté", que se volverá "il peut avoir chanté". A la inversa, la auxiliaciótt de modalidad se detiene un grado más arriba que la auxiliación de temporalidad. En tanto que "il a chanté" se torna "il peut avoir chanté", el giro sobreauxiliado "il a eu chaiité" no es susceptible en lo más mínimo de recibir tina forma modalizada. Para describir el funcionamiento de esta auxiliación de modalidad, partiremos de dos observaciones preliminares: 11 El auxiliante de modalidad es uii verbo de ejercicio pleno. que tiene su ~aradigniacompleto: je peux, vous pouviez, nous pourrons, etc., contando formas temporales auxiliadas: fui pu, il aura pu, etc. 21 La forma auxiliada de modalidad. siempre en infiiiitivo, es susceptible de una variación temporal, y de una sola, por aiixiliación con avoir; el auxiliado será pues o un infiiiitivo preseii-

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1.1

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iii,

rleliieiiVrrin: I'.ii la priiiicra paitr de niientro reqiiiidargo, el licclio dc que sciiicjantc coiigrcso sc Iia? iiiipuesto ~~recisaiiiciitc t:il prograiiia, dc que Ii;iya filósofos quc coiisidcrcii oportuno dc1):itir ciitrc cllos prol>lciiias clcl lciiguajc. Eii las coiiiuiiiGicioiics r discusioiies qiic ociipa~iiicstas jorliadas, la filosofía sc rciiioiitari así Iiasta uria dc las fuentcs priiicipalcs dc sil iiispiración pcriiiaiicntc. y a la vcz seráii propiicstas a los liiigiiistas. a quieiics sc ocupan dcl lciiguajc cii plan -conio sc dicc- (le cs1>ecialistas, ciertas maneras, proha1)lciiicntc difereiites, de reflexionar acerca del lciigiiajc. Así coniciizará -tarde: Iiav qiie clecirlo-- 1111 iiitcrcaiiibio que puede ser iiiuy \,alioso. Por iiii partc. coinetida la iiiiprudeiicia dc aceptar la iiivitacióii a Iiahlar aq~ií.rio iiic qiicdaba iiiás que haccr sino agravarla coii otra iiiil>riidciicia, iiiis seria aún: clegir un teiiia cuyo enunciado parccc coiivenir iiiás a uii filósofo que a uii liiigüista -la fornia r el sentido en el Iciiguajc. Es evidente q i ~ cabordo el asunto coiiio lingüista y n o como filósofo. N o habrá qiic figurarse, coii todo, qiic aporte algo así como el ~>iiiitod e vista de los lingüistas; iio cxiste un punto de vista tal, quc sea coiiiúii al conjuiito o cuarido iiiciios a la iiiayoría de los liiigüistas. N o sólo iio Iiay eiitre éstos doctrina rccoiiocida eii esta iiiatcria, sino que se advierte en iiiuclios de cllos aversión hacia prohlcinas scnicjantes y tendencia a dejarlos fucra d e la liiigüístic?. N o hace tanto que la esciicla del lingüista estadoiiiiidciise Hlociiiifield, que reprcsciitaba prácticaiiientc toda la liiigiiistica de sil país y qiic irradiaba vastaiiicntc, tacliaba d e iiieiitalisiiio el estudio del ineaiiiiig -coiiioquiera que se traduzca tal t6riiiiiio. Este calificativo cqiiivalía a rechazarlo ' Le lai>gagc 11 iS:N LA LENGUA

iiia leiigua, y la totalidad de estos sigiios foriiia la totalidad de la lengua. En seiiiiología rio tienc que defiiiirse lo que cl sigiio sigiiifica. I'ara que uii signo exista es prcciso, y basta, que sca recil>ido y que se viiicule de uiia u otra iiiaiiera a otros sigiios. ¿La ciitidad ccnsiderada sieiiifica? La rcsuucsta es sí o iio. Eii caso dc auc sí. se la rrgistra; si iio, se la rccliaza, y todo qricda dicho. ~Existc "cabello"? Sí. i"Caiiiello"? Si. i"Calello"? No. De iiiodo q;c ra iio es cosade dcfiiiir el sciitido, en tanto que participa del .ordcii sciiiiótico. Eii el plaiio dcl sigiiificado, el criterio cs: jsigiiifica csto, o no? Sigiiific;~res tciicr uii seiitido, si11 iiiás. Y tal si o iio sOlo piicde ser prciiiiiiiciado por aqiiellos que niaiicjaii la leiigua, por aquellos para quiciics esta leiigua es la leiigua a secas. Elcraiiios piies la iiocióii de iiso v de coriipreiisióii de la leiigua a la altiira de iiii priiicipio dc djscriiiiiiiación, de iiii criterio. Es eii el uso dc iiiia Iciigua doiide ticiie existencia ~ i i isigiio; lo quc iio ciitra cii la práctica de la Icngua iio es uii sigiio, y literaliiieiite iio existe. NO ha\ estado iiitcrniedio; se está deiitro de la lciigua o fiicra dc clla. tertiuiii noit datui. Y que iio se objeten los arcaísiiios que sul>sisteii eii el uso, aunque iio seaii definiblcs ii oponiblcs lioy. Basta que la palabra francesa rez estí. coiistaiitciiiciitc ligacla a de chaussée (rez-de-chaiissée), o fitr a la expresión d nlesi~re i ~ i ~fur i et d iriesure) para que sean idciitificadas, dado qiie iio sc iiiaiitieiieii siiio e11 grupos coiistaiitcs, prcvisiblcs, y qiie foriiiaii parte iiitegrante dc sigiios úiiicos. Eiiuiicieiiios pues este priricipio: todo lo que coiicieriie a lo semiótico ticiie por criterio iiecesario y suficiciite el que piicda ser ideiitificado cii el sciio y cii el uso de la 1cngii;i. Cada sigiio iiigrcsa eii iiiia red dc rclacioiics y dc oposicioiics coi1 otros sig110s que lo defiiieii, qiic lo deliriiitaii eii cl iiiterior de la leiigiia. Quien dice "semiótico" dice "iiitraliiigüístico". Lo propio de cada sigrio.es lo que lo distiiigiic de otros sigiios. Ser distintivo v ser significativo es lo iiiisiiio. De ello rcsultan trcs coiisecucricias de principio. Priniero, en iiiiigúii nioiiierito, eii seiiiiíitica, se ocupa uiio dc la relacióii del sigiio coi1 las cosas deiiotaclas, iii dc las rclacioiics eiitrc la leiigua y el iiiiindo. Eii seguiido Iiigar, cl sigiio ticiie siciiiprc y solaiiieiitc valor geiiérico y conccptual. No adiiiite, así, sigiiificado

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FORMA Y SENTIDO EN EL L E N G U A J E

225

particular u ocasional; todo lo que es individual queda excluido; las situaciones de circunstancia han de tenerse por no dadas. Ierceramente, las oposiciones semióticas son de tipo binario. La binaridad iiie parece ser la característica semiológica por excelencia, en la lengua priniero, luego eii todos los sistemas de comportarnieiito iiacidos en el seno de la vida social y participantes de un análisis semiológico. Por último, hay que entender que los signos se disponen siempre y solamente en la relación llamada paradigniática. D e modo que hay que incluir en la semiología, a más de las diversas categorías de signos, los modelos y los esquemas según los cuales se engendran y organizan los signos: los paradigmas, en el sentido tradicional (flexión, derivación, etc.). Aquí, evidenteniente, puede plantearse todo género de probletiias, algunos con importancia filosófica. Si el inventario seniiótico comprende el signo si (conjunción de hipótesis), hay que admitir igualmente su función particular que es la funcióii de inducción: "si.. . entonces.. ." Esta conclusión tendría un interés cierto, el fundamento de la inducción sería lingüístico antes de ser lógico. La naturaleza seiiiiótica parece ser comúii a todos los comportamientos que se institucioiializan en la vida social, pues son cntidades de dos caras, parecidos al sigilo lingüístico. Y esta común facultad semiótica conipone para cada conjunto un sistema, el cual por lo demás, en la mayoría de los casos, está aún por desliiidar. Todo lo anterior atafie a la estructura o a las relaciones del signo. Pero ¿qué es de la frase? ¿Qué es de la función comunicativa de la lengua? Después de todo, es así como nos comunicarnos, por medio de frases, así sean truncadas, enibrionarias. iricompletas, pero siempre mediante frases. Es éste en nuestro análisis un punto crucial. Contrariamente a la idea de que la frase pudiera constituir un signo en el sentido saussuriano, O que se pudiera por simple .adición o extensión del signo pasar a la proposición, y de ahí a los tipos diversos de construcción sintáctica, opinanios que el signo y la frase son dos mundos distintos y que requieren descripciones distintas. I~stauramosen la lengua una división fiindainental, del todo diferente de la que Saussure inteiitó eiitrc leiigua y habla. Nos parece que hay que trazar a través de la leiigua entera una Iíiiea que separe dos es-

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226

FI. H O M R R E

EX I.A I.E'CIIA

pecies y dos doniinios del sentido r de la foriiia. por i~iuchoque scan -y h e aqiii iina de las pradojas del lenguaje- los iiiisinos elciiieiitos los que reside11 dc iiiia parte y de otra, dotados sin eiiibargo de difcrciitc estatuto. La lengua tiene dos niancras de ser leiigua eii el seiitido la foriiia. Acabamos de defiiiir uria; la Ichgiia coiiio settiiótica; Iiav qiie justificar la seguiida, qiie llaiiiaiiios la lciigiia coiiio seiiiúiztica. Esta coiidición eseiicial quedari -lo cspcraiiios- hastaiitc clara para que se nos perdone ciiiplear tcriiiiiios taii cercanos v se nos conceda el derecho de especializar, distiiigiiii.iidolos, los térniinos "semiótica" r "seriiaiitica"; no Iieiiios eiicoiitrado iiiejores para definir 1;s dos iiiodalidades f~iiidaiiiciitalcsde la fiiiicióii liiigiiística, la de sigiiificar. para la sciiiiOtica, I:i de coiiiiiiiicar. para la sciiiiiitica. La iiocióii de scniáiitica nos iiitrodiicc en cl doiiiiiiio de la leiigua en uso y cii accitiii; \.eiiios esta vcz cii la Iciigiia su función de mediadora ciitrc ci Iioiiihrc r cl Iioiiihrc, ciitrc el Iiombre y el iiiuiido, eiitrc la iiieiitc v las cosas. tr;isiiiiticiido la iiiformacióii, coniiinicaiido 1;i cxpcriciicis, iiiipoiiiciido la adlicsióii. suscitaiido la respiicsta. iiiiplor;iiiclo. coiistriíiciido -cii iiiia palabra, orgaiiizando toda 1;) \,ida loqir rlcll.3 Univarsitl di Roma, vol. 1 (1969), pp. 2 1 3 ~ 2 1 8 .

quaiii habtii repositani 111 siidario (ariii. varSaiiiak;' a. csl. ubrusli:" Hcclios 19, 12: ~ O T Exai EA ri~i*;iin0t.v11i'\frix; iinocñad~iiii papel decisivo cii la Iiistoria Iésica de si~dariiriii.Fiic ;i partir clc cstc rclato" como suduritiiii, que dcsigiiaha cii gciicral, \. taiiihi6ii aqiii. iiii liciizo p a ~ "ciijtipür d siidor, adopth. 1101 ser iiiciicioiiado ciitrc los aclcrczos fiiiicrarios cu;iiido 1;i Kcsiirrcccióii. cl sciitido cspccifico de "liciizo qiic ciivuclvc la cabeza de los iiliiertos". de doiide viciic fr. siraire.' h l i s iiitcrcsniitc aíiii, pero iiiuclio iiieiios aparciite. Iia sido 1;i ' Siihrc n n i i vurbxriik. piervniio del iraiiior iiiis de uii lado. Aiite todo Iiay qiic rctciier el Iicclio de qiic el latiii disl>oiiia. para la iiiisiiia iiocióii. dc dos tériiiiiios. orariiiii~y siidariiiiii. Si los iiiás antiguos tradiictores. al tciicr qiic tradiicir cl noidii«ii~v de Juaii 11, 44, cligieroii oruriiiiii. ciiaiido qiic siidio: ~ i i ~ < 1 < i ~ i ?ni; í - 1 1 ~i18oririiicil>ios clcl .siglo \,. cii Saii i\giistíii: Tuiic. sicut potiiit. octiliiiii lm aniirtiiin mlla rreerdotir incuiiihit, ohord,eiitiuiii e t \ervitiitriii < i < i , i f i ~ . ~ t < I I ~ ~I >I < ~ U I ~ L I Siiiiii i i i i i i i proptcr saliiteiii rer\,oriiiii riihnit " Fitlariv ri> rOv ngoriewv r a Üorega migÜo8ai y v w e b l v B n l o q p o v i x ~ ~ ~yde o v l b roioütóv Eoti (141 b 16). En el sentido absoluto es pues preferible esforzarse por hacer cono-

cer las cosas posteriores por las cosas anteriores, pues tal procedimiento es más productivo de saber.12

En Boecio: Simpliciter igitur melius per priora posteriora tentare cognoscere, nam magis scientificum tale est.I3

En el mismo tratado, oi hntorqpovixoi ovUoylopoi (155 b 15) es traducido scientifici syllogismi." Resulta pues que Boecio forjó scientificus para traducir el término aristotélico Qntorii~ovixó;, y que emplea siempre este adjetivo scientificus en la plenitud del sentido etimológico: "que produce el saber". Los contextos de los pasajes citados no dejan duda sobre este valor, iínico que puede explicar la formación del neologismo. Tanto más interesante es descubrir que Boecio da una traducción diferente del misrno término aristotélico krnotqpvixós en un pasaje de los Segundos analíticos ( 7 7 a 18) donde EeOrqlra &nrmqpvixÓv es traducido por interrogatio scientialis. He aquí otra creación de Boecio. Juzgó necesario introducir aquí un derivado distinto y nuevo, scientialis; es que aquí, en efecto, entiende Aristóteles por EeOriipa i8ntorripv~xóv una interrogación merca de 14 ciencia, como lo muestra la continuación (Eewrqpa ~ w ~ r e i x ó iare~xóv v, "interrogación sobre la geometría, sobre la medicina"), y no "que crea la ciencia". De manera que Boecio ha distinguido dos acepciones de k n t o r ~ ~ o v t x ó sI: ] "propio dc la ciencia", que traduce scientialis, y 21 "que produce ciencia", que vierte por scientificus. El término griego i n i o r ~ ~ o v i x óera, ; por su parte, un neologismo creado por Aristóteles sobre el tema de Eniorfipwv "que posee el conocimiento científico" (cf. Segundos andticos) (74 b 28) para que sirviera de adietivo a h o U

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pe la

trad. ffrrneua de Trimt. Organon V, L a Topiqucs, ed. de 1950, p. 216. Boccia, loe. Ot., p. 973. Boecio, lac. cit., p. 993.

riipli.'Wcasiona eii Boecio una doble definición; cada una exige un término distinto v iiuevo. Pero scientiali~'~no ha sobrevivido. Solame~itcscientificiis sc ha gerieralizado, sea por razones doctrinalcs, sea a causa de sil iiiayor expresividad y, pasado a las leiiguas riioderiias del Occidente, se ha coiivertido en un útil conceptual inseparable de la iioción de ciencia y de la ciencia misma.

En lo toqnte a la formación, compárese con los adjetivos ~ y i p o v r u ó ~y, v o p iwó5. pvqpavixó;. Hubiera dado al franrér el adjetivo sciential que Liltr.6. con atinada wntido dc In derivacibn, estimaba más apropiado que scientifigue para el usa moderno.

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18. LA BLASFEMIA Y LA EUFEMIAi

Blasfemia y eufemia: adelantamos estos neologismos para asociar en la unidad de su nianifestación dos conceptos que no se acostumbra estudiar juntos, y para establecerlos conio actividades siiiiétricas. Vcnios en la blasfeiiiia y la eufemia las dos fuerzas opuestas cuya acción conjunta produce el reniego ["blasfeniia contra Dios, la Virgen o los santos": Acad.; fr. juron]. Consideramos aquí el reniego conio la expresión blasfémica por excelencia, enteramente distinta de la blasfemia [blmphinte] coino aserto difamante con respecto a la religión o la divinidad (así la "blasfeiiiia" [blmphbme] de Jesús prodaniándose Iiijo de Dios, Marcos 14, 64).3 El reniego pertenece por cierto al lenguaje, pero constituye por sí solo una clase de expresiones típicas con la quc el lingüista no sabe qué Iiacer y que cri gencral reiiiite al léxico o a la fraseología. Con ello sólo se conservan del reiiicgo los aspectos piiitorcscos, anecdóticos, sin fijarse en la iiiotivación profunda ni en las foriiias específicas de la expresióii. En las leiiguas occidentales, el léxico del reniego o, si se prefiere. el repertorio de las locuciones blasféiiiicas, tiene si1 origen y su unidad en una característica siiigular: procede de la necesidad de \,iolar la iriterdicción bíblica de pronunciar el nombre de Dios. La blasfeiiiia es, de punta a cabo, un proceso de palabra; consiste, en cierto modo, en reniplazar el nombre de Dios por su ultraje.

' Archivio di Filoroiia ("L'analyse du langage théologique. Le nom de Dieu". Actes du callaque arganisé par le Centre international d'Etudes humanistes et par I'lnstitut d'Etudcs philosophiqucs de Rome, Ronia. 5-11 de enero de 1966), dirctta da Enrica Castdli, Roma, 1969, pp. 71-73. ' En espaiial no son neologismos; la segunda palabra existe al menor como nombre propio. En fiancés si: blasphémie, euphemic. La "blasfemia" de rienipre en espaaol cr en francés blasphAmc. En este capitulo "blasfeinia" traduce blaaphéniie. neologiario francés. salvo indicaci6n en contra. Con el distingo que establece el autor a co~itinuacián, los sentidos quedan claros. [T.] ' Al paieccr. las diccionarios no suelen atender a esta distincibn: "blasfemia: palabra injuriosa contra Dios, la Virgen y los santos" (Acad.); "blaspheme: parale qui outrage la Divinite, la rcligian" ( R o k r t ) . [T.] i2561

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Hay que prestar atención a la naturaleza de esta interdicción que cae no sobre el "decir alguna cosa"', que sería una opinión, sino sobre el "proiiunciar uii iioiiibre", que es pura articulación vocal. Es propiaiiiciite el tabú lingüístico: cierta palabra o nombre iio debe pasar por la boca. Siiiiplcniente se retira del registro de la leiigua, se borra del uso, no debe existir iiiás. Sin eiiibargo, v es coiidicióii paradójica del tabú, este noiiibre debe al iiiisiiio tieiiipo coiitiiiuar existiendo como prohibido. Es asi, coiiio existente-proliibido, coiiio hay que plantear igualiiieiite el noiiibre diviiio, pero adeniás la proliibición va acoiiipañada de las iiiás severas saiiciones, y es acogida por pueblos que desconoceii la práctica del tabú aplicado al noiiihre de los difuntos. Esto siibrava aíiii más intensaniente el carácter siiigular de esta intcrdiccióii del noiiibre diviiio. Para coiiipreiiderla, y así para ver mejor los resortes de !a blasfemia, Iiav que remitirse al análisis que Freud dio del tabíi. es una proliibición iiiuy antigua, impuesta "El tabíi -dicedesde afuera (por una autoridad) y dirigida contra los deseos más intensos del Iionibre. La teiideiicia a trasgredirla persistc en su iiicoiisciente; los Iioinbres que obedece11 el tabíi son anibivaleiites coii respecto al tabú." Parecidaiiieiite, la iiiterdiccióii del iioiiibre de Dios refrena 11110 de los deseos iiiás iiiteiisos del Iioiiibre: el de profanar lo sagrado. Por sí iiiisiiio. lo sagrado iiispira coiiductas aiiibivalentes, coiiio se sabe. La tradicióii religiosa iio Iia querido quedarse iiiás que con lo sagrado diviiio v ha excluido lo sagrado iiialdito. La blasfeiiiia, a su iiiaiiera. quiere restablecer esta totalidad profaiiando cl iioiiibre iiiisiiio de Dios. Se blasfema el nombre de Dios, pues todo lo qiic sc posee de Dios cs su iiotnbre. Sólo por ahí sc puede alcanzarlo. para coiiiiioverlo o para herirlo: proiiunciaiido su noiiibre. Fuera del culto, la sociedad exige que el nombre de Dios sea invocado en una circiinstancia soleiiiiie, que es el jiiraiiiciito. Piies el jiiraiiieiito cs 1111 sacranlentuin, un llaiiiado al dios. tes'tigo supremo de verdad, y uiiá devocióii al castigo diviiio cii caso de iiientira o de perjurio. Es cl iiiás grave coiiiproiiiiso que pueda contraer el Iioiiibre y el iiiás gravc qiiebraiitaiiiiciito que pueda coiiieter, piics cl perjiirio no atañe a la iiisticia de los Iioiiibrcs siiio a la saiicióii diviiia. De iiiodo qiic cl iioiiibrc del dios debe figurar cn la fórniula del jiiraiiieiito.

~ÉxicoY

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CULTURA

En la blasfemia también debe aparecer el nombre de Dios, pues la blasfemia, como el juramento, toma a Dios por testigo. El reniego es un juramento, sí, pero un juramento de ultraje. Lo que lo caracteriza propiamente concierne a cierto número de condiciones que tenemos que deslindar sucesivamente. La principal consiste en la forma misma de la expresión blasfémica. Abordainos aquí el dominio de la expresión einocional. tan poco explorado todavía, que tiene sus reglas, su sintaxis, su elocución. La blasfemia se manifiesta como exclamación, t i e ne la sintaxis de las interjecciones, de las cuales constituye la variedad más típica; no utiliza sino fornias sigiiificantes, a diferencia de las interjecciones-onomatopeyas, que son gritos ("joh! jay! jeh!"), y se iiianifiesta en circunstancias específicas. Hay que devolver su fuerza plena al término "exclamación" cuando se estudia el fenómeno lingiiístico de la blasfemia. El Dictionnaire général define así la exclamación: "grito, palabras bruscas que se dejan escapar para expresar un sentiniiento vivo y súbito". El reniego es en efecto una palabra que se "deja escapar" bajo la presión de un sentiniiento brusco y violento, irnpaciencia, furor, percance. Pero esta palabra iio es coiii~inicativa, sólo es expresiva, por mucho que tenga un sentido. La fómiula pronunciada en blasfemia no se refiere a ninguna situación objetiva en particular; el iiiisiiio reniego es proferido eii circunstancias bien diferentes. No expresa más que la intensidad de una reacción a esas circunstancias. 'Taiiipoco se reficre a aquel con quien se habla, ni a una tercera persona. No trasmite ningún mensaje, no abre diálogo, no suscita respuesta; iii siquie ra es necesaria la presencia de un interlocutor. Tainpoco describe a quien lo emite. Éste más se traiciona que se revela. Se le ha escapado el reniego, fuc una descarga emotiva. Con todo. csta descarga se realiza en fóriiiulas fijas. inteligibles y descriptibles. La forma básica es la exclamacióii "jnonibre de Dios!", es dccir la expresión tiiisma de la interdicción, y se refuerza con el epíteto que subravará la trasgresión: "jsanto nombre de Dios!" ' Adjiiracióii invcrsa donde Dios puede ser rcniplazado por una a

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de sus paredras, "Madona, \'irgen", etc. Es el "feo juramento" que mencionan los cronistas de la Edad Media. Se acentúa la intención ultrajante adhiriendo al nombre divino una iiivectiva, sustituyendo el "n3mbreWpor el :'cuerpow ' o tal o cual de sus órganos, o por su "inuerte", redoblando la expresión (tipo: "bon Dieu de boii Dieu!"). Cada una de estas variedades genera numerosas variantes Y permite invenciones insultantes o burlescas, pero siempre dentro del mismo modelo sintáctico. Otro procedimiento consiste en invocar por su nombre al antiDios, al Diablo, con la exclaniación "iDiablo!" La necesidad de violar la interdicción, profundamente replegada en el inconsciente, halla salida en un proferimiento brutal. arrancado por la intensidad del sentimiento, y que se consuma vejando lo divino. Pero esta exclamación suscita en el acto una censura. La blasfemia suscita la eufemia. Se ve ahora cómo se sustentan los dos movimientos. La eufemia no refrena la blasfemia, la corrige en su expresión de palabra y la desarma como juramento. Conserva el niarco de locucióii de la blasfemia, pero introduce en él tres modos de cambio: I] Remplazar el nombre "Dios" por cualquier término inocente: jnom d'une pipe!, jnom d'un petit bonhomme!, o ibon sang! [o liada: ¡por vida d e . . .!"l. 21 Mutilar el vocablo "Dios" por aféresis de la final: par Dieu! > pardi!, o sustituirlo por una misma asonancia: parbleu! 31 Crear una fomia sin sentido en lugar de la expresión blasfémica: par le sang de Dieu! se vuelve palsambleu!, je renie Dieu! pasa a ser iarnibleu! [en cspaiíol, p. ej., "pardiez"]. La blasfemia subsiste, pues, pero es enniascarada por la eofemia que Ic quita su realidad fémica, y así su eficacia sémica. volviéiidola literaliiieiite despojada de seiitido. Asi anulada, la blasfemia alude a una profanacióti por el habla, sin consuiiiarla, y deseiiipeiía su función psíquica. pero iiivirtiéndola J. disfrazándola.

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Delanos lar eiernplor frinceres, agregando apenar alguno en erpahol. Quizá Icitor Ic agrsidc iiii>ltiplirar los ejciiiplor yur s i i riiciila. (c.]

J

1'). C ó h l O SE F O R M O UNA DI1:ERENCIACIÓN LkXICA E N FRANCÉS '

iiii Iicclio de la obscrvacióii el qiic dos sigiios léxicos de foriiia iiiiiy vcciiia piiedcii carecer d c rclacióii asociativa p«rqiic sus sigiiificados pcriiiaiicceii distiiitos. Si Iia!. iio obstaiite razoiics INGI pciisar qiic diclios dos sigiios so11 cn efecto (le igiial faiiiilia. se plaiitca la ciicsti011 de avcrigiiar quC factores los lizii disociado v cciiiio se Iia realizado esta dcliiiiitacióii iiiie\.a, qiic ticiic si11 fa1t;i qiic desplazar otros sigiios. .la1 , es el prol>leiiia tei~rico cii toriio del cual se orgaiiizar;í cl aiiilisis aqiii presciitado de iiii dato léxico del fraiicés. El i>uiito de partida fiic iiiia ohscrvacióii fortiiita. Nos Ilaiiiti la atciicitiii l~riiiicro.v liiego iios la rctiivo, cl parecido qiic cxliihcii d os. sigiios .' del fraiicés, distiiitos \ todo: el \crl>o oi7ieiiiiiser ! cl siistaiitivo tiiriiiiisier. 'l'aii clara !ceñida coiiio es la rclacinri foriiial. lo es clc iiicicrta la del sciitido. Aiiieiiirisrr es "liaccr iiiis iiiciiiiclo, iii:is delgado"; iiii i~ieiiilisieres iiii "ohrero qiic trabaja la iiiadcra". ¿l lap algiina rclacióii? h l i s bicii, lo qiic cxpcriiiiciit.~tr.1 .' el "sciitiiiiiciito liiigiiistico" es iiiiii aiisciicia de rclaciOii. I'iicdc coiijctiir;irsc. I>ast:iiitc va&iiiiciitc, cliic 1;i joiitii~i es cl iidjctivo i7ieiiii, pero ii;id;i cii el iiso actiial aprosiiiia iiieiiiiisier \ iiieiiti, cs scgiiro qiic estas i ~ ~ ~ i d aIéxicas c l c ~ iio scr:íii ;isociadas espoiit:íiic;iiiiciitc. aiitcs al coiitrario. se tciidcri a scl>a~ r;lrl;ls. K1 ~xol>lciiiacs. ~>iics.ver cii qiiC iiivcl iicdc ser rcst;iiir;id;i cst;i rclacitiii. ! ctiiiio v por qii6 fiic rot;i. N o es iiii cstiiclio Iiistcirico cii el sciitido tradicioiial del tí.riiiiiio. siiio iiii ;iii;ilisi\ (1cscril)tivo de i i i i ~ irclaci0ii coiisidcracl;~cii v;irios cstadot \iiccsivos de iiiia cvoliiciOii liiigiiístic;~. k:ii efecto. dcsclc el piiiito cii qiic se trata de i i i i ; ~rclacitiii ciitrc ~igiios.el c:iiiil>o ss;i de iiii;i siiicroiiia ;i otrci. I>c

iilodrcsiics.. . ad quacciiiiiquc libeat intestina opera aptissiiiia siue Graeco siuc Caiiipaiio siiie Siculo fabricae artis genere", "el abeto.. . es iiiiiy bueiio.. . para todas las obras de carpiiiteria cii cstilo gricgo, caiiipaiiiaiio o siciliaiio". "' Faber iiitestiiiarius: cl latiii iio teiiia otra niaiiera dc desigiiar el "carpiiiter~" eii la é1>oca 01qiic c1 gricgo dccía hntoilr,:.n; r e ~ v í r i ) ,o sencillaiiieiite jexroi~p:ió:. La crcacióii dc iiii térmiiio de igual seiitido eri las dos Iciigiias obedeció a iiiodclos coiiiplctanieiite difereiitcs: el sricgo aprovcclió que Nnrós calificaba dcsde el origeii cl trabajo artcs:iiial para restriiigirlo al trabajo particular dc los artesaiios de 1:i iiiadcra, coi1 la foriiia del coiiipucsto knroiryió:; cl latiii, iio ~>i~diciido ciiiplcar coi1 estc f i i i ntiiiutirs, v por lo dciiiás poco iiicliiiado a forjar coiiipucstos (los cii -fex conio aurifex soii raros poco prodtictivos), crcó iiiia deiioiiiinación de tipo descrip;ivo. coi1 faber acoiiipaiiado de uii adjetivo quc especifica r.1 iiiodo dc actividad: iiitesti~iarius.Era el proccdiiiiieiito tisital ' 1 . 1 u. 1211 1.1 gr;tiiialiro \]>ulc!o dtcc t a i i i h i b de \lir~a6eides: "Fiiit scitllitor .in que pcnrar eti la crprerión caiiipesiua nion PP!.S, lila payse, que biirctirrc ~ I c f i l i i a as,: "un salut de gueur, un nom dant ils s'appellent l'un I'autre il\~an ~ ~est S alius quoqite civis, de quo i ~ i t i i i ,g s t ~ $cqtii