Bbltk-m.a.o. E-002 Fas 21 - Lo Desconocido - Ovnis- Los Viajes Imposibles - Vicufo2

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IN F OR-M AT IO N

[O DI§CONOCIDO LA MUERTE Realidad

y transcendencia

()VNIS

TI\tGMAS

PARAPSICOLOGIA

EL TRIANGULO MORTAT DE LAS BERMUDAS

,0VNIS: Una realidad indiscutihle

¿OTRAS YIDAS? Espiritu y reencarnación

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CUNDO LOS OVNIS ATERRIZAN

Et ESPIRITISM0

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EFECTOS ELECTROMAGNETICOS DE LOS

y sus metodos

Unos hallazgos

sorprendentes

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EL UNIVERSO INCA

OVNIS: SECTAS Y CUUIOS

LAS PIEDRAS DE ICA: Ellegado de otra historia

OVNIS SUBMARINOS

LAS PISTAS DE NAZCA y ohos dibujos aéreos

LOS VISITANTES DE UMMO

LOS HECHOS MALDITOS

LA HISTORIA SECRETA DE LOS OVNIS

EL IMPERIO AZTECA Y SUS SECRETOS

LOS OYNIS ¿PR0TAGONISTAS

tA

OYNIS: LAS GRANDES OLEADAS

PROFETAS Y PROFECIAS I,AS FRONTERAS DE LA MEMORIA

I,A ÍUERZA DE LA MENTE LA OTRA MEDICINA:

Proceso a los curanderos

PARAPSICOLOGIA en animales y plantas TELEPLASTIAS: Imágenes de otros mundos

DESTRUCCION DEL COSMOS:

0 TESTIGOS?

Un hecho inevitable

EL HOMBRE Y EL UNIVERSO

TECNICAS DE RELAJACION Y MEDITACION

LOS SENORES DEL CONOCIMIENTO

OYNIS: ENIGMATICA PUESTA EN ESCENA

ESPIRITISMO BRASILENO

LAS ESFERAS CELESTES DE COSTA RICA

OVNIS: UNA CONSTANTE PRESENCIA

ENIGMAS DE AMERICA I,A DESAPARICION DE LOS DINOSAURIOS

EDICIONES I. QUORUM, S.A. Consejo editorial: CANDIDO CONDE, MANUEL GASCH BURON Director artístico: LUIS DE MIGUEL Director de la obra: FERNANDO JIMENEz DEL OSo Director ejecutivo: JOAQUIN GOMEZ LUtS DE MIGUEL Colabotradores: LEONOR MENDEZ, TOMAS OynnBlOf SEMMEL,ZEN, , JEAN ilustraciones: Fotografías: PABLO RODRIGUEZ DARNELL' ANDREAS FABER KAISINESIO CASTELLANO, ALARAZKI, JULIO ARCAS, VICENTE J.BALLESTER, J.J. BENITEZ, MERCEDES MARIN, FRANCISCO PADHON' JEIBOR, JUANA LOPEZ M. PEÑA, JoSE L. JoRDAN JoSE FREIXEDo, FELIX,-SÁLVADoR seá, H¡u LAURA LIBERIO DEL ZOTTI' IMPTES|óN: GRAFICAS SUS A. PEREZ CASTANO, ANTONIO RIBERA, JOSE RUESGA, ENRIQUE DE VICENTE, CARLO tomo l: 84-7701-141-9 REUNtDAS, S. A. ISBN de Ia obra: 84-7701-143-5|SBN del fascículo: 84-7701-142-7 ISBN del s. A. lmpreso: Septiembre 199o l. Quorum, Ediciones 199o A.O S. IBERICA, MARCO Distribución: in spain Déposito legal: M.28466-1gg9pr¡nted Fax: 5645490 Tef.: 5645863 MADRID Redacción y Administración: Diego deleón, 7 1e 28006

§ §

Los viajes imposibles Debemos admitir la existencia de los ov-

nis como un hecho real. Pruebas suficientes tenemos ya para ello. Y, si lo hacemos, las dos primeras cuestiones que se nos plantean son su procedencia cós-

mica y los medios tecnológicos que hacen posible unos desplazamientos a través de distancias que no se miden ya por

kilómetros, sino por años-luz. Oue no estamos solos en la inmensidad del Universo parece obvio; sólo en nuestra ga-

laxia hay miles de soles como el nuestro, en los que con toda seguridad se encuentran planetas con similares condiciones de vida que la Tierra. ¿Dónde están esos planetasT Hasta el momento la búsqueda ha resultado infructuosa. Sin embargo, las supuestas naves extraterrestres llegan y proceden de algún lugar. Ahondemos un poco en estos enigmas: no vamos a hallar respuestas concretas a los interrogantes, pero encontraremos sugerencias muy atractivas y enriquecedoras.

121

onsideramos que § nombrs ds «platillo volante, (.Flyng Saucer, en inglés; -oSoucoupe Volante,

el desdichado

en frandés; oPires voador» en portugués; nDisco Volante, en italiano; nFliegende Untertassen, en alemán/ nletáyushke Tarélki, en ruso, y así sucesivamente en todas las lenguas cultas -e incultas- del pleneta) no contribuyó precisamente a despertar el interés de los científ icos por el asunto. ¿Cómo podía ser objeto de estudio serio algo que se presentaba bajo un nombre tan extravagante y populachero? Por otra parte, la cien-

incluso descia terrestre del siglo XX -y aesto pués de que el hombre fuese la Luna- no admitía la posibilidad de los viajes ¡nterestelares, a causa de las enormes distancias, de años luz, que entraban en juego. Esta actitud de la Ciencia es una reacción a las primeras teorizaciones, más o menos populares, acerca del origen de los oplatillos volante». Un célebre artículo del mayor Donald Keyhoe, un comandante de Marines retirado, ant¡guo colaborador del almirante Byrd, publicado en la revista True en enero de 1950, presentaba por primera vez al gran público la posibilidad de que 165 «platillos» f uesen naves interplanetarias en misión de reconocimiento de nuestro planeta. A partir de aquí, el binomio platillo volante = nave extraterrestre (que luego se había de convertir en OVNI = nave extraterrestre), había de empezar a difundirse (sin que hubiese ninguna base seria para ello, justo es reconocerlo). Contribuyó a afianzar esta creencia entre los primeros investigadores del fenómeno, o oufólogos,, las conclusiones a que al parecer había llegado la primera comisión oficial de encuesta creada en el seno de la Fuerza Aérea estadounidense. Diremos de paso, en efecto, que una nueva «ciencia» (o disciplina con pretensiones de tal) estaba dando sus primeros balbuceos: la Ufología (de la sigla inglesa antes citada, UFO), que en Latinoamérica principalmente ha sido sustituida por uOvnilogía,.

BASES DE UtlA lIulPOSlBlIIDAD ffiWñffi

En primer lugar, el comportamiento observado, ya desde los primeros años, de muchos de los «platlllos volantes, u OVNIS. En efecto, eran muchas las veces que observadores competentes (pilotos de aviones militares y civiles, radaristas, controladores aéreos, personal de la Marina, la Aviación o el Ejército, etc.) habían v¡sto efectuar ¿ les «platillos» maniobras inverosímiles: virajes en ángulo recto, aceleraciones brutales, desde velocidad cero a velocidades de muchos miles de kilómetros; inversiones totales de rumbo de 180o, etc. Es evidente que, de estar las supuestas naves tripuladas, tales maniobras hubieran provocado la muerte instantánea, por aplastamiento contra las paredes. de sus tripu-

122

lantes... si las leyes de la inercia tienen algún valor.

Se ha tachado a Julio Verne, el gran escritor francés del siglo pasado, de genial precursor e incluso de clarividente, al prever logros y relizaciones científicas que luego habían de alcanzarse. Sin embargo, en su popular novela De la Tierra a la Luna, comete un error garrafal: los tres tripulantes de la bala de cañon lanzada por el nGun Club, de Baltimore desde las cercanías del actual Cabo Cañaveral, hubieran muerto hechos papilla décimas de segundo después de producirse el disparo del gigantesco cañón. Todo cuerpo, como es sabido y nos dice la Física, t¡ende a conservar la posición y la velocidad que posee en un momento dado. Los efectos de tan brutal aceleración instantánea. repito, hubieran materialmente aplastado a los tres osados ventureros juliovernescos. Si el ovni no posee un sistema de gravedad propio esto es pura especulación- sus hi-ytripulantes potéticos no podrían resistir las tremendas aceleraciones ni los virajes bruscos que se han observado tantas veces. La Física -nuestra Física. preciso es puntualizarlo- contesta, pues, negativamente a la posibilidad de que los ovnis sean naves tripuladas.

lOS

cArlrr]{os DEt

cosftios

La Astronomía no es mucho más optimista que la Física. Si bien hoy todos los astrónomos están de acuerdo en aceptar la

'universalidad del fenómeno

planetario nos re -la Astrofísica dice que la formación de planetas es un hecho que debe seguir casi obligatoriamente a la formación de una estrella-. y admiten que muchos de estos planetas, en nuestra Galaxia y en otras, pueden estar habitados por especies -incluso más evolucionadas que el hombre-, lo que ya no admiten es que puedan salvarse las inmensas distancias interestelares. Siendo la velocidad de la luz, como es sabido, de 300.000 km. por segundo, y estando la estrella más próxima (Alfa de la constelación del Centauro) a 4,2 años luz, una hipotética nave que viajase a sólo la mitad de la velocidad de la luz, tardaría más de ocho años en llegar al Sistema Solar. Y, por supuesto, ninguna de las naves espaciales y las sondas de la NASA viajan a 150.000 km. por segundo; ello quiere decir que, a 1 1 km. por segundo = 40.000 km por hora, que es la.elvelocidad de escape terrestre (que luego, en espacio cósmico, puede incrementarse ligeramente, pero no mucho más), una astronave tardaría siglos en llegar a la estrella que tenemos más próxima... y no digamos lo que tardaría en llegar a otras de nuesta vecindad, como Tau Ceti o Epsilon Eridani (estrellas con las que trató de comunicarse por radio el ya extinto oProyecto Ozmar), situadas entre 10 y 11 años luz.

OVNIS: Los viajes imposibles

123

cia occidental la creencia de que el fenómeno representado por nuestro Sol con su cortejo de planetas (hoy nueve conocidos, pero acaso sean más), era rarísimo en el Universo, por deberse a

l1:15--Jl9Y -le§-q" En cuanto a la hipotética estrella de los ummitas, lumma, identificada con la WolÍ 424 de los catálogos estelares terrestres, y que está sltuada a 14,2 añosluz, el tiempo del viaje aún sería mayor. Los autores de los famosos uinformes de Ummo,, empero, salvan elegantemente este obstáculo afirmando que sus naves viajan por natajos cósmicos, (léase hiperespacio). o saltando de un pliegue espaciotemporal a otro... Es posible que así sea, pero la Física y la Astronomía terrestres actuales no admiten tales posibilidades. (Sin que ello quiera declr que no existan). En los alrededores de nuestro sistema solar, y según cálculos de lsaac Asimov, la distancia media entre estrellas es de unos 9 años luz. En el núcleo de la Galaxia, sin embargo, las estrellas están mucho más próximas además son más antiguas que el Sol-, pues-ymuchas veces se hallan separadas tan sólo por distancias de meses e incluso de semanas luz. Y esto, según palabras del propio Asimov, facilitaría enormemente el vuelo intersideral. Por otra parte, la comunicación e intercambio entre culturas distintas actuaría como un «catalizador del progresor.

PUIITO YI§IA DE tA BIOLOGIA W Et

En nuestra época ha nacido una disciplina fascinante: la Exobiología, o Biología Extraterrestre. Sin embargo, de momento no Pasa de ser un ejercicio intelectual, pues las evidencias que se poseen en un sentido o en otro son escasísimas, por no decir inexistentes. De todos modos, hay algo que nos hace contemplar con esperanza la posibilidad de que existan planetas habitados, acaso por seres como nosotros: los astrofísicos están hoy totalmente de acuerdo en admitir como muy probable que la creación de planetas acompañe obligatoriamente a la creación o nac¡m¡ento de una estrella. Durante mucho tiempo imperó entre la cienDE

124

la colisión con el Sol, en tiempos remotísimos (hace unos diez mil millones de años) de un cuerpo celeste errante. Esta colisión proyectó al espacio un chorro de materia ígnea solar, que luego se condensó a nivel del plano ecuatorial del Sol -plano de la eclíptica- dando origen a los protoplanetas. Pero, según apunta Stephen H. Dole, ingeniero de técnicas aeroespaciales de la Rand Corporation (Santa Mónica, California), semejante choque cósmico no hubiera dado lugar a la aparición de planetas, sino a la creación de un filamento de materia incandescente, que tendería a caer de nuevo sobre la estrella una vez el cuerpo intruso se hubiese alejado. Además, e incluso si dicho material incandescente permaneciera en órbita, no tendría tendencia a incorporarse en forma de grandes gotas, como se ha supuesto a menudo, sino que en lugar de ello explotaría en sus átomos componentes, ya que la velocidad de los átomos de hidrógeno -el componente principal- a temperaturas estelares, sería muchas veces superior a la velocidad de escape del hipotético f ilamento... El resultado sería un sol rodeado de un anillo deslustrado de gas y polvo. El nacimiento de planetas por colisiones estelares es lo que postulaba la teoría cosmográfica del naturalista francés Buffon, expuesta a finales del siglo XVlll en uno de los cuarenta y cuatro volúmenes de su Historia Natural, El primer golpe a la teoría buffoniana lo había de asestar el célebre matemático francés Pierre Simon, marqués de Laplace, en 1796 ocho años -o sea. después de la muerte de Buffonen su libro Exposition du Systéme du Monde. Esta teoría -que el filósofo alemán Emmanuel Kant había de hacer suya más tarde- f ue remozada en 1943 por eljoven físico alemán Von Weizsácker, siendo la que hoy sustentan en líneas generales todos los astrof ísicos,

Según la teoría neolaplaciana e Weizsácker. cada estrella de nuestra Galaxia ha nacido de la

condensación de una nube de hidrógeno y de polvo cósmico. Al condensarse, y al empezar a actuar las fuerzas gravitatorias, la protoestrella gira cada vez más de prisa, con lo que poco a poco nace a su alrededor y sobre su plano ecuatorial una especie de nanillo de Saturno», QUe posteriormente se va fragmentando en una serie de protoplanetas, con su rotación y su gravedad propias. Vistas las cosas así, y con el físico norteamericano George Gamow, no tenemos más remedio que admitir que «la formación de un sistema planetario no const¡tuyó un acontecimiento excepcional, sino que fue un suceso que acompañó obligatoriamente a la formación de casitodas las estrellasr. Los planetas, pues, nacieron por acreción de la nube de gas y polvo cósmico que glraba en torno a cada protoestrella.

Desde la cápsula espacial nGéminis los

Xll,

astronautas fotograf iaron

obieto -/ durante una \ un

de sus

circunvalaciones a la Tierra.

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0VNIS: Los viajes imposibles

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,a composición de su

condiciones necesarias. Sólo la Tierra permite la existencia

lugar en el Cosmos que sea el punto de partida para Ios viajes interestelares de los

de los seres animados, Esta desolación multiplica las

ovnis, ¿0ué energÍa es capaz de impulsarlos a tan increíbles

dificultades a la hora de

velocidades y en qué circunstancias se llevan

comprender, o por lo menos plantear, la realidad de un

a

cabo los desplazamientos?

En la imagen aparece una galaxia en forma de espiral. En una de este t¡po se encuentra nuestro sistema solar, en la zona externa, en uno de los brázos.

Esquema de nuestra galaxia. En uno de sus un pequeño punto brazos -señalado con rojo- se halla el Sistema Solar. Sus

dimensiones son: 100.000 años-luz de extremo a extremo.

Soles semejantes al nuestro son las estrellas que más abundan en nuestra galaxia, haciendo posible la existencia de planetas donde tal vez la vida sea posible.

A 108 millones de kilómetros

del

Sol, Venus tiene un tamaño similar al de la Tierra; pero su atmósfera presión y

-densísima-, temparatura imposibilitan la vida.

Muy alejado ya del Sol, Saturno. Ni en su superficie ni en sus anillos es tampoco posible la vida, según todas las investigaciones que hasta ahora se han realizado.

Fotografía de la turbulenta superficie de

Júpiter, obtenida por el nVoyager,, cruzada

por huracanes y ciclones. Tampoco allí se han encontrado rastros de vida.

También Mercurio es, al parecer, inhabitable. Su proximidad al Sol provoca unas temperaturas superiores a los 4OO grados, incompatibles con la vida.

125

mejor dicho, cuántas ¿Y cuántos planetas planetarios a su alredeestrellas con sistemas-o, dor- puede haber en nuestra galaxia? Antes de responder responder, pues ahí las -o tratara de opiniones varíanesta pregunta, veamos un poco cómo es nuestra galaxia, nuestro uun¡verso-isla, del que somos ciudadanos (y no de los más importantes, ciertamente).

Et ESIUD¡O DEI

UilIYERSO

Antes de que apareciesen en escena los modernos radiotelescopios, el hombre, mediante

los telescopios ópticos re-de fracción o de reflexiónalcanW zó a sondear el Cosmos hasta distancias de cinco mll millones de años luz. Siendo un año-luz la distancia que recorre la luz 300.000 km. por segundo, hay que recordar-a lo- en un año. la cifra de cinco mil millones de años luz escapa por completo a la comprensión humana. Si tratáramos de traducirla a kilómetros, necesitaríamos tantos ceros, que Ia cif ra resultante daría varias veces la vuelta a la Tierra. Pues bien: con los modernos radiotelescopios el de Jodrell Bank en lnglaterra, o como -como el de Arecibo en Puerto Rico-, esta cifra se ha trlplicado, cuando no cuadruplicado. Hoy oteamos el universo a distancias de casi veinte mil millones de años luz, captando en la banda de 21 cm. del hidrógeno neutro, los impulsos eléctricos que nos llegan de lejanísimas radiofuentes, como los pulsars y los quasars. Al universo se le asigna precisamente una edad de veinte mil millones de años, Captamos señales que nos llegan del borde exterior de la gigantesca explosión inicial, que desparramó en todas direcciones la materia contenida en el increíble uhuevo cósmico, de la Creación. (Y aquí la Astrofísica moderna se da la mano con las más antiguas tradiciones sanscritas, que hablan del nhuevo de Brahma, inicial, y del ritmo de respiración alternada (expansión-contracc¡ón) del Cosmos, que hoy se postula). Pero ¿qué es lo que encuentran, tanto los telescopios ópticos como los radiotelescopios, al sondear el Universo hasta estas distancias inconmensurables? Pues siempre lo mismo: galaxias y más galaxias... o sea gigantescos enjambres de estrellas. aislados en el sobrecogedor vacío del espacio infinito: galaxias elípticas, globulares, galaxias espirales (como la nuestra)... Y hoy casi podemos firmar que en cada una de estas islas cósmicas al¡enta la Vida. En el Universo no hay excepciones: hasta en la galaxia más remota encontramos los elementos que componen la escala periódica: existe un nladrillo, fundamental: el hidrógeno de HertzsprungRussell también nos es perfectamente conocido. Nuestro Sol, una modesta estrella amarilla de t¡po espectral G, a la mitad aproximadamente de su vida estelar, a la mitad también de la Gran Secuencia o serie principal, ni grande ni pequeña, mediana por todos los conceptos. es precisamente el tipo de estrella que más abunda en nuestra

t¿6

Galaxia. Y si ella tiene planetas a su alrededor, sus hermanas cósmicas también pueden tenerlos. ¿Vamos a ver lo que dicen las autoridades? Nuestra Galaxia mide 100.000 años luz de diámetro. Es una galaxia espiral, una gigantesca rueda catalina de unos fuegos artificiales cósmicos. Nosotros habitamos en uno de sus brazos espirales periféricos. a unos 30.000 años-luz del núcleo galáctico. Somos, pues, «c¡udadanos de los suburbi6s,. ¿Oué inimaginables supercivilizaciones deben de existir más cerca del núcleo o en el mismo núcleo? Como vemos, no hay ninguna razón para nuestro ridículo orgullo ni para que nos consideremos «reyes de la Creacif ¡,. En realidad no somos «reyes» de nada; ni de nuestra propia casa. Atendiendo a la clasificación propuesta por el académico sovietico Nikolai Kardachev, pertenecemos a una de las civilizaciones galácticas de nivel inferior, que ahora está empezando a hacer sus pinitos con la energía atómica. (Y encima. empleándola muy mal). Las supercivilizaciones de los niveles superiores seguramente arrinconaron hace siglos esta energía, para pasar a otras fuentes: sacando quizá su energía de sus propios soles, como apunta la hipótesis de las «esferas de Dysson,. Pero esto es otro cantar. Veamos, primero, qué dicen los astrónomos y los científicos en general. El doctor Harold Urey, premio Nobel de Ouímica, afirma lo siguiente: «El número de mundos de nuestra galaxia capaces de desarrollar algún tipo de vida basada en el oxígeno es de cren millones, o sea uno por cada dos soles o estrellas de nuestro sistema galáctico.

Se tiene la seguridad de

que en nuestra galaxia existen muchos planetas con unas

condiciones semejantes a la Tierra, en los que la vida es

perfectamente posible.

OVNIS: Los viajes imposibles Elcsde Honte

hrrrar obtrrrto

A&msty esta lmgrafÍa. En cil¡ se ue un crrcrrne objeto huninoso dcsplazándose

arte

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anpe,rñcie de

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Luna.

Los astrónomos de Cambridge, Fred Hoyle y Raymond Arthur Lyttleton, son más conservado-

res. Según ellos, hay en nuestra galaxia de la Vía Láctea por lo menos cien mil sistemas sola-

res que contienen como mínimo un planeta en que reinen condiciones fisicoquímicas favorables al desarrollo de la vida. Hoyle y Lyttleton puede hacerse extensiparten del supuesto siguiente: según estos dos distinguidos astrónomos ingleses, «los planetas nacieron de la explosión de una supernova». En nuestara galaxia estalla una supernova cada dos o trescientos años. Por lo tanto, el número de astros que estallaron en la galaxia desde su formación, hará unos cuatro mil millones de años, ascendería a ocho millones. Pero dentro de cada sistema solar así formado. sólo en c¡en mil de ellos existiría un planeta capaz de albergar la Vida. ¡Cálculo conservador en verdad. y por ende basado en una premisa que indudablemente es falsa! cálculo, afirman, -cuyo vo a todas las galaxias-

El ya citado Stephen H. Dole, en su obra Planetas habitables, da una cifra intermedia entre las de Urey y Hoyle-Littleton, al afirmar que el número total de planetas habitables en la galaxia es de unos se¡sc¡entos millones. Llega a esta cifra mediante complicados cálculos, que constituyen prácticamente la materia de su libro y que aquí no podemos ni resumir. Sin embargo, dice que dentro de los 100 años luz de

la Tierra (una distancia relativamente pequeña si se considera que el grosor de nuestra galaxia en el núcleo sobrepasa los diez mil años luz, y su diámetro se aproxima a los cien mil años

luz). habría unos 50 planetas habitables. Por toda la Galaxia, la distancia media entre una estrella dada ele- Á, gida al azat y su vecina estelar más cercana es de unos cuatro años luz; la distancia media entre una estrella con un planeta habitable y su vecina -siemplanepre según Dole- con ta hab¡table. es de unos 24 años luz Ya hemos dicho, empero, que en el núcleo galáctico (conocido sólo por radioastronomía, ya que queda oculto a nosotros por nubes de polvo). las distancias entre estrellas son mucho menores: de meses y semanas luz únicamente. Lo mismo es cierto para los cúmulos globulares el de Hércules, por ejemplo-, en los -como cuales las estrellas se encuentran, parece ser, muy apiñadas.

YIDA Et S|STEIUIA SOLAR ffiffi [A

Nuestro s¡stema planetario está constituido por nueve plenetas, treinta y un satélites y un gran número de asteroides de diferentes tamaños situados en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, en algunos de los cuales podría pensarse que existiera vida de algún tipo. MERCURIO, el planeta más interior. es difícilmente observable desde la Tierra, a no ser que se trate de días muy claros y siempre antes del orto o después del ocaso. Este planeta gira sobre su propio eje en 59 días, lo que hace que su rotación sea muy lenta. Este hecho provoca que la exposición de la superf icie de Mercurio al Sol sea muy continuada y, por tanto, se alcancen temperaturas extremas de 400 grados centígrados en la cara expuesta y hasta de -1OO en la zona de sombras. Tan sólo es admitida una franja intermedia en la que pudiera existif un tipo de temperatura en cierto modo similar a la de algunas regiones terrestres. La atmósfera de Mercurio es muy tenue, tanto que durante mucho tiempo se pensó que no existía. Fue Dollfus quien en 1950 pudo demostrar la existencia de una capa atmosférica sumamente tenue. Por este detalle la presión atmosférica no es superior a 1 milímetro; es decir, la milésima parte de la presión terrestre. Su rotación, muy lenta. y su constante exposición a los rayos solares con la consiguiente mayor radiación de todo tipo de partículas a su superf icie, es lo que hace pensar en la imposibilidad de vida tal como es concebida en nuestro planeta. VENUS ha sido siempre un planeta atrayente dentro del campo OVNI, en especial para los contactados de todo tipo, empezando porAdamski y terminando por Siragusa. Lo cierto es que sobre Venus se había escrito mucho más por inspiración poética que por comportamiento práct¡co y

El{

127

observador del ser humano. Venus se encuentra a 108 millones de kilómetros del Sol, siendo muy similar a la Tierra en tamaño. Puede ser ob-

De cualquiera de las maneras, en su conjunto Venus no parece el ambiente ideal para albergar vida Inteligente y más desarrollada que la

servado fácilmente desde nuestro planeta, no sólo durante la noche, sino en pleno día en la circunstancias más favorables..Le caracteriza su atmósfera muy densa, detalle que imposibilitó hasta hace pocos años un estudio más profundo de su estructura en superficie. Su rotación es muy lenta y realmente no se le han asignado valores concretos, si bien presenta una peculiaridad: que dicha rotación la efectúa de este a oeste, al contrario que la Tierra y casi todos los pla-

n

netas. El estudio de Venus por las sondas espaciales norteamericanas y rusas ha sido realmente espectacular. La sonda americana Mariner ll pasó a sólo 34.000 km. del planeta en diciembre de

1962, obteniendo unos valores más seguros para las temperaturas en la superficie, que alcanzaban 300 grados centígrados. Fueron luego los rusos quienes consiguieron posar en la superficie del planeta su Venus lV, en octubre de 1967. Esta sonda reaf irmó las elevadas temperaturas y dio lecturas de presión del orden de 22 veces superior a las de la Tierra. Después de otros ¡ntentos de estudio por las dos superpotencias, se sabe que Venus no retiene agua en su superficie que consta de una capa gaseosa que la envuelve, en la que están presente el anhídrido carbónico en casi un 90 por 1OO, siendo el oxígeno y vapor de agua presentes en un 1,5 por 1OO solamente.

uestra.

La LUNA está a una distancia idónea del Sol, pero ni su masa, ni la ausencia de atmósfera, ni losbatos que ha aportado la conquista lunar por parte de EE.UU., permiten albergar duda con respecto a su inhabitabilidad. Sin embargo, para ser justos expositores de cuanto la Luna puede aportar en este sentido, hemos de decir que está comprobada una atmósfera lunar, pero tan rarificada que en nuestro planeta tan sólo se podría encontrar algo similar a 800 ó 9OO kilómetros de altura, lo que ya dice bastante por sí solo. Otro hecho comprobado es que la Luna tiene una gravedad mucho más baja que la Tierra, sin olvidar el intenso bombardeo a que se ve sometida de continuo por otros cuerpos estelares como los meteoritos. Consideremos también las temperaturas extremas de 1 18 grados sobre cero, y 1 53 bajo cero en la cara oculta.

UII PLAilETA MARTE, la incógnita más inmediata de nuestro espacio, fuen-

SlillLAR A [A TIERRA ffi cienciaf

te de acaloradas polémicas, ins-

pirador de hipótesis explicatorias, casa Y origen de los hombrecitos verdes de toda nuestra

icción, segundo punto de ¡nterés

de

nuestra ciencia en la Astronáutica. Sin lugar a dudas Marte es el mejor de los plenetas conociLa Luna es, sin duda, el cuerpo celeste cercano a la Tierra más investigado, En ella se

sabe que la vida no es posible; pero han sido vistos muchos ovnis sobre su superf icie.

W

128

OVNIS: Los viajes imposibles

J preseflcra 3e los oynis, trofistante en todos los parajes de la

Tierra, induce a pensar que debe haber vida en otros planetas, y que existe una energía !rotentísima que propicia sus 'uiajes.

Ireffi

dos después de la Tierra, aun antes de haber re-

cibido la visita de ingenios humanos, protagonizada por los Vikingos norteamer¡canos. Además de esto, Marte es el planeta que mayores analogías presenta con el nuestro, como ocurre con su rotación en torno a su eje, que es de 24 horas, 39 minutos y 35 segundos, algo más corto

que nuestro día. Pero, no sólo su ratoción es similar, sino que también la inclinación sobre su eje (Ecuador con respecto a su plano orbital) es de 25 grados y 12 minutos de arco, similar á*i a I n.uestro, cif rado en 23 gradosy 27 min

utos.

La sucesión de esta-

ciones es similar El cielo ha sido siempre

motivo de la curiosidad del hombre, que ha intentado conocerlo hasta lo más profundo y con todos los detalles, La técnica pone en nuestros días recursos valiosísimos en las manos de los investigadores. Pero entre

los planetas más cercanos a la Tierra y las galaxias más distantes hay un abismo de

lejanía La realidad es que, aunque el esfuerzo es constante y meritorio, sabemos todavía muy poco del Universo del que estamos formando pa

rte.

a

la

nuestra, aunque por estar más distante del Sol éstas

son más largas, casi el doble que las terrestres. Los misterios de Marte empezaron con sus canales, descubiertos en 1 877 por el astrónomo italiano G.V. Schiaparelli. Pero fue Percival Lowell en 1894 quien lras construir en Flagstaff Arizona, un importante observatorio casi dedicado exclusivamente a la observación de Marte, el que posibilitó la confección de importantes mapas con la estructura de dichos canales, dándose la circunstancia de que se detectaron conf iguraciones gemelas. Aquello llevó rápidamente a pensar en seres dotados de inteligencia como autores de tan magnífica obra de ingenie-

23

X t?

'7/*

ría. Desde la

antigüedad, el hombre se procuró medios técnicos para poder conocer los cuerpos

celestes. Al principio fueron unos telescopios rudimentarios.

Actualmente, los ast¡ónomos disponen de sofisticados métodos para observar el espacio lejano: potentes telescopios que escudriñan a distancias increíbles.

Entre los medios de investigación, hoy se cuenta también con la ayuda de las antenas

parabólicas, con las que es posible estudiar el sonido del Cosmos, e identif icarlo.

Ya en nuestro siglo se debatió la cuestión con seriedad y se calculó que para ser observados desde nuestro planeta, los canales debían medir como mínimo 20 kilómetros de ancho. A medida que se perfeccionaron los telescopios y se consiguieron mejores imágenes del planeta, los canales no eran observados, sino todo lo contrario. Fue Kühl quien en 1924 intentó demostrar que los canales sólo podían tratarse de espejismos. Sin embargo, en 1954 en el observatorio de Monte Wilson. en California, se obtenían las primeras imágenes fotográf icas de seis de estos canales. A pesar de todo el tema de los canales es todavía hoy motivo de polémica y especulación constante. Otros datos de gran interés son la temperatura en nuestro vec¡no cósmico, del orden de 30 grados más bajas que las medias de nuestro planeta. cuya media anual es de 14 grados centígrados. La atmósfera marciana es más tenue que la de la Tierra, aunque se han observado en ella tormentas de arena, rápidos vientos, incluso algunas concentraciones de cristales suspendidos. La gravedad es un 38 por 100 menor a la de nuestro planeta. por lo que un hombre de unos 75 kilos sólo pesaría en Marte 29. Esto se comprobaría y af inaría aún más con el paso del Mariner lV el 15 de julio de 1965 a apenas 10.000 kilómetros de distancia de la superificie marciana. De los datos enviados no sólo se comprobó que la presión atmosférica oscila entre 8 y 15 milímetros, es decir, de un 70 a un 50 por 100 de la presión atmosférica terrestre, sino que su superficie mostraba numerosos cráteres, lo que la asemeja a nuestro satélite natural la Luna. Una de las fotos mostraba un cráter de 120 kilómetros de diámetro.

129

F

tt /r

Ufólogos hay que

consideran la posibilidad de utilización por parte de los ovnis de la energía

eléctrica que generan

perturbaciones

atmosféricas del tipo de las

tormentas. S¡ es así, ¿cómo logran

acumularla y controlarlaT

rcr

El proyecto Vikingo estadoun¡dense vendría a aportar nuevos datos y nuevaS dudas con respecto al tan debat¡do tema de la vida en Marte. El Vikingo I tomó contacto con la superf¡cie marciana en la región de Chryse, Ilevando a efecto unas exper¡encias con la ayuda de caldos de cultivo ricos en aminoácidos. En ambas pruebas. con materiales recogidos de la superf ic¡e se produjeron desprendimientos de oxígeno y trazos de C-14. Fenómeno d¡fícil de interpretar. A pesar de ello los científ icos p¡ensan que las reacciones podrían ocurrir de diferente manera a como ocurren en las cond¡c¡ones amb¡entales de nuestro planeta. Con la idea de comprobar s¡ esto era c¡erto, la Vikingo ll se posaría en una zona de Utopía, situada hacia los 60 o de latitud Norte y 2500 de longitud oeste, por tanto más al norte que la región de Chryse donde se posara el Vikingo l. Las imagenes que envió el Vikingo ll dieron al traste con las ideas concebidas por los científicos acerca de paraje más húmedos y con posibilidades de vida, ya que mostraban una sucesión de dunas y rocas volcánicas, seca, sin hielos y con temperaturas que oscilan entre 2.0 y -90 grados centígrados. Marte, en resumen y hasta donde podemos conocer hoy por el método científico, contiene una

atmósfera demasiado tenue y sus temperaturas medias son muy bajas como para considerarlo habitable. Del mismo modo tendríamos que descartar a sus satélites, a pesar de cuanto se ha dicho con respcto a Fobos, su singular órbita en

130

torno al planeta y su distancia de la superficie del mismo. la cual disminuye tan deprisa que en un plazo aproximado de unos 70 millones de años ha de chocar contra el mismo.

LOS De los restantes satél¡tes y plaPLATEIAS netas se dice a nivel de profemAS sionales que son tan enormeLETAilO§ mente grandes y han retenido tanta masa atmosférica, que -qñFre son planetas compuestos primordialmente de hidrógeno y helio en su atmósfera, recibiendo bastante menos radiación solar a causa de las distancias, cada vez mayores, hasta llegar a Plutón, considerado extremadamente frío. A pesar de ello no podríamos dejar de comentar el último logro norteamericano en este campo de la investigación del espacio exterior más inmediato, tal cual es nuestro s¡stema planetario. Nos referimos aquí a los oVoyager», los cuales tienen por único comet¡do el estudio de los dos subsistemas más complejos de nuestro s¡stema, Júpiter y Saturno, con sus correspondientes lunas. El Voyager I pasó cerca de Júpiter el 5 de marzo del año 1979, proporcionando una visión sobrecogedora de la superficie del mayor de los planetas de nuestro sistema. Las cámaras del Voyager dieron una visión de la coloreada y turbulenta superficie de Júpiter en la que se llegaron a registrar ciclones y huracanes que se desplazaban a casi 32O kilómetros por hora, detec-

OVNIS: Los viajes irnposibies tándose hasta doce de estos ciclones. Esto puede dar una idea bastante clara de las condiciones reinantes en el planeta y de ia imposibilidad de vida inteligente en el mismo. Del mismo modo dejó al descubierto que Ganímides se asemeja mucho a Marte en su estructura y condiciones. Calixto es muy parecido a Mercurio, con una superf icie cubierta de cráteres y con la apariencia de ser más antiguo que el anter¡or. La verdadera sorpresa de estas imágenes f ue el descubrir anillos como en Saturno y que el satélite lo presenta grandes montañas volcánicas

de poca ant¡güedad, siendo un cuerpo act¡vo cuya superficie amarilla, blanca y rojo oscuro, presenta todas las posibilidades geológicas ima-

ginables. [-lno de los volcanes observados Bresenta una altura de i.600 metros sobre el terreno y esparce su lava en un radio no !nferior a gG kilómetros. Sin embargo, no parece contener agentes de erosión procedentes de una atmósfera apta para la vida, slendo su principal erosionador el viento de radiación que sopla desde J úplter. Mientras esta visión escalofriante de nuestro mayor subsistema queda atrás, recientemente las cámaras del Voyager se f ijaron en Saturno, descubriendo nuevcs e interesantes datos sobre la constitución de sus anillos, dejando claro que el .Señor de los aniilos,, no puede contener vida y rnucho menos inteiigente.

aÉq*+,

131

El astrónomo Allen confeccionó en 1955 una

imaginaria con centro en nuestro astro y cuyo radio

podrían tener planetas habitables; y entre éstas,'14

relación de estrellas cercanas al Sol, dentro de una esfera

sería de 22 años-luz. De ellas, según el investigador, 47

cuentan con las mayores posibilidades. Son las que

Estrella

Distancia de la

Tierra

aparecen en la relación que sig ue:

Probabilidad

(en años-luz)

Alla Centauro A Alla Centauro B Epsilon Eridani

....:.:.: 70OliucoA... EtaCasiopeaA ...

TauCeti

Sigma Dragonis

.

36OfiucoA... S6OfiucoB

HR7703A

... ...

Delta Pavonis 82 Eridano

Beta Hidrae macho

HR 8832

4,3 4,3 10,8 12,2

l'1

i

5,t )

ro.u

t],3

3,3 3,6 5,1

18,0 18,2 18,2 18,2 18,6

t6 . :': ¿,3 I A. 1¡L 2,0 J )o

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?nq 2t,3

5,1 5,7 3,7

a.

1,0

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Como podemos comprobar, las estrellas más aptas para la vida son Alfa Centauro B, 70 Ofiuco A, Eta Casiopea A, Delta Pavonis y la 82 de la Constelación de Eridano.

Titán nos deja en igualestado de decepción en cuento al contenido de vida, ya que las temperaturas medidas en su superficie pueden bajar hasta -1B3oC, mientras su atmósfera está constituida predomlnantemente por nitrógeno, con una mínima proporción de metano, junto con hidrocarburos como propano, etileno, etano y acetileno, todo cubierto con un «Smog» fotoquímico como el de las grandes ciudades terrestres. Aunque esto presupone encontrarnos con lo que los científicos suponen que fuera la Tierra hace 3 millones de años, la frialdad de Titán no propicia la producción de vida pese a los componentes orgánicos de su atmósfera.

¿ESTATUIOS En definitiva, nada hace suponer hasta la fecha actual, que

§OIOS El{ Et

nuestro s¡stema planetario conevolucionado como Para Pensar que serc res inteligentes Pued¡eran visitarnos partiendo de estos lugares de origen. Llegados a este extemo. el fenómeno OVNI ha de ser mirado con más detenimiento, son muchas las razones que la ciencia aporta como para seguir pensando alegremente en las posibilidades de explicación apuntada por diversos estudiosos. Aun así sería necesario revisar qué es lo

COSIUIOS? tenga vida en estado

que realmente const¡tuye el dossier testifical

que sobre los OVNIS se ha podido reunir en los últimos treinta y cuatro años. El OVNI, o mejor los informes sobre OVNIS, son historias increíbles contadas por personas creíbles, como dice Hynek, y la naturalezaincreible de estos informes está en las características que resultan propias a estas manifestaciones.

L

132

¿Cómo explicar las aceleraciones bruscas, las detenciones por prolongados espacios de tiempo, los cambios de dirección en ángulo recto y hasta en 1 B0 grados?

lftlPOTEilClA Nuestra física actual no

DE I|UESTRA FISICA %t§§

en-

cuentra explicación a estas características a menos que se pise el terreno de la especulación, lo que nos lleva a querer explicar un fenómeno extraño por algo que tampoco nos es conocido. Recordemos. por ejemplo. el principio de la conservación de la cantidad de movimiento, en el que se postula que cuando a un cuerpo se aplica una f uerza, el impulso mecánico que le comunica se invierte en modif icar la cantidad de movimiento del cuerpo. Esto es algo que se aplica para los motores de reacción y para balística, método usado para la puesta en órbita de nuestros ingenios espaciales. Pero. para ello, es importante contar con el principio de acción y reacción, lo que nos llevaría a considerar las frenadas o cambios bruscos de dirección observados en los OVNIS. Este hecho supondría someter a la supuesta estructura a unas fuerzas de choque, que harían saltar en mil pedazos el cuerpo más duro. No olvidemos que un cambio de 'l80 grados en la dirección, supondría someter al cuerpo a un choque frontal con otro que se desplazara en sentido contrario a igual velocidad. La imposibilidad astronómica en nuestro espacio más inmediato, la dificultad física de los viajes espaciales, la contraposición a fundamentos básicos de nuestra Física y la incapacidad biológica,hacen de los OVNIS un hecho imposi-

OVNIS: Los viajes imposibles ffi ble. Sin embargo, como tal nno identif icado, hemos visto que tiene carta de naturaleza y por tanto debemos admitir un hecho, que miles de personas de toda clase y condición aseguran haber visto. ¿Estamos ante una realidad o ante un

tas que en la actualidad están consideradas

mito?

como imposibles incluso para la teoría. y sin embargo, parecen existir. La propulsión aplicada a estos veloces y luminosos artefactos se nos presenta capr¡chosa, si hemos de considerar fehacientemente los testimonios recogidos en las ob-

E!

de propulsión de aspecto primitivo, expulsión de vapores, movimientos pesados, ruidos ensorde-

servaciones. En ocasiones aparece un sistema Es evidente que los OVNIS tie-

PROBIEXIA nen

tA EIIERGIA ffi DE

resuelto el problema de la energía, que efectivamente,

cualquiera de que se trate, ha de ser cuantiosa y muy versátil para permitir las actividades detectadas en los uNo ldentificados,. Esta energía ha sido descrita en sorprendentes casos, en los que los ntripulantes, de esas naves comunican al testigo que se trata de petróleo, aire comprimido, energía atómica, etc...; en cada ocasión se nos presentan diversas y antagónicas respuestas que no debemos tomar muy en serio, habida cuenta de la extraordinaria facultad que posee el fenómeno OVNI y sus «ocupantes» de confundirnos y evadir preguntas concretas... Podemos pensar que la energía utilizada por estas naves udesconocidas» permite lograr me-

cedores, etc..., para pasar inmediatamente a unas posibilidades de vuelo increíbles y alejadas de nuestros conocimientos. Un caso que ilustra esta contradicción sucedió el22 de abril de 1 957en la población de Palalda (Francia). El señor Fermin Basson y su esposa, despuésde escuchar un extraordinario ruido. pudieron--. contemplar un torbellino de llamas como a 15 metros de altura y que desarrollaba una trayectoria en descenso hacia unos viñedos. Su color era rojo y azul y giraba rápidamente mientras se desplazaba con lentitud. Se detuvo durante unos cinco minutos sobre las vides, las cuales se movían violentamente, para después, con un ruido ensordecedor, partir hacia el sur, volviéndose a detener, y finalmente desapareció hacia el suroeste.

Desde un avión fue

fotografiado este ovni con asoecto de r

nr¡"

l\

I -/ Muchos l/ luminosa.

avistamientos semejantes

permiten pensar en una fuente de energía

basada en un plasma

w

confinado.

133

¿Cómo es posible

tal ductilidad que permite

pasar de un sistema de propulsión a la vista bas-

tante rudimentario hasta las increíbles posibilidades desarrolladas posteriormente? ¿Acaso esa flexibilidad de comportamiento responde a una

r

parte de la nrepresentación, escénica y que la observación sólo tiene un valor simbólico? Otra preocupante ¡ncógnita se nos plantea en la misma estructura material de los OVNIS. Muchas observaclones detallan la presencia de naves descritas con formas toscas y no aerodinámicas, que contradicen en principio las leyes de rozamientos y f ricción de los cuerpos en un f luido. Naves insólitas y pintorescas que responden a la más tópica representación gráfica de los *platillos volantes» en obras de ciencia ficción. Artefactos estrambótlcos que simultáneamente desarrollan un comportamiento fantástico por sus posibilidades técnicas. Al margen de esas formas estructurales, los OVNIS «locomotora, se permiten tales maniobras y evoluciones como cualquier artefacto aéreo, que prácticamente quedaría volatilizado si lo intentara. Sobre las 4,30, y en la ciudad de Nueva York, el 5 de noviembre de 1 957, el señor Frank C. estaba hablando con el conductor de un autobús en Van Cortland Park, cuando los dos vieron en medio del parque y a una distancia de medio kilf¡¡st¡6, un «objeto, metálico que tenía una forma de disco y que, al girar, emltía un chirrido. Aquel nobjeto, se encontraba detenido a la altura de los árboles. De improviso una luminosidad amarillenta, y que procedía del OVNI, iluminó toda aquella zona y al instante el disco partió como una nestrella f ugaz,. La estructura de los OVNIS ha de estar forzosamente formada por componentes que puedan resistir las altas velocidades y temperaturas generadas en sus extraordinarios desplazamientos. Las mismas observaciones nos vuelven a informar de cuáles son esos materiales: níquel en estado puro, cerámica, magnesio y otro rosario de metales y compuestos más o menos raros. Lo que sí parece evidente es que los OVNIS se desplazan con suma facilidad en nuestra atmósfera. La misma que provoca elevadísimas temperaturas y terribles efectos en las cápsulas espaciales durante su reentrada en la atmósfera y su fuerte rozamiento con el aire. Las aceleraciones y bruscas velocidades a que son sometidas las naves identificadas como OVNIS no sólo destruirían cualquier estructura material construida en la Tierra, sino que haría pedezos a los tripulantes, y en el hipotético caso en que la morfología externa del nobjeto, pudiera resistir, los organismos biológicos que las tripulasen resultarían aplastados ante tales esf uerzos. lgualmente corresponde a los bruscos y repentinos cambios de trayectorias a que nos tienen acostumbrados las ob'servaciones OVNI, ante lo cual sólo nos queda el completo silencio, puesto que nos hallamos ante idénticas d¡ficultades que en los extremos anter¡ormente citados.

134

L

En el conjunto de la casuística OVNI mundial podemos encontrar con cierta frecuencia el binomio representado por la manifestación de un nobjeto, cuyas características físicas dan la impresión de responder a sistemas propulsivos de naturaleza no muy alejada de nuestros conocim¡entos actuales, junto a otros en los cuales los testigos describen un fenómeno con características casi inmateriales que demuestra capacidades técnicas incomprensibles a nuestros ojos.

Uil OYilI SOBRE IIUEYO l,lE¡lCO W

Lonnie Zamora, agente de poli--. cía de la ciudad de Socorro, en

el estado de Nuevo Méjico, el '24 de abril de 1964. conducía-el,coche patrulla en persecución de otro automóvil que iba

a excesiva velocidad. A las cinco menos cuarto de la tarde, cuando el coche de policía se encontraba a dos kilómetros y medio al sur de Spring Street, Zamora escuchó un estruendo terrible y contempló a través de las ventanillas bajadas del coche algo semejante a un cono ígneo de color azul brillante.* que realizaba una maniobra descendente hacia el sudoeste y a una dlstancia aproximada de setec¡entos metros.

El policía, intrigado, decidió investigar aquel extraño fenómeno y dirigió su automóvil por un camino vecinal en dirección al lugar donde desapareció la ollamar. M¡entras tanto, seguía escuchando aquel estruendoso ruido y, cuando se acercaba, pudo distinguir que el nobjeto, llameante descendía con lentitud. El tiempo era excelente. aunque soplaba un ligero viento y el cielo en su mayor parte estaba despejado. El automóvil patinó varlas veces al intentar ascender una colina por detrás de la cual había desaparecido aquel fenómeno. Mientras realizaba la maniobra el ruido cesó. El agente Lonnie Zamora quedó estupefacto al llegar a la cumbre de la elevación, donde notó que todo estaba en silencio, avanzando por la colina en dirección sudsudoeste. Zamora, después de un trecho, vio un uobjeto, situado en una hondonada, que parecía de aspecto metálico y color blanquecino. Estaba

a una distancia de 150 metros y se hallaba

en

medio de un barranco. Detuvo su automóvil y du-

rante unos segundos creyó divisar el accidente de un automóvil volcado, pero desechó esta idea ante lo extraño de aquel nobjeto,. Muy cerca, y a un costado, vio dos «humanoi--. des, vestidos con ropas blancas que estaban de pie junto al nobjeto,, al que inspeccionaban. Una de estas f iguras, al darse la vuelta, divisó el au-

tomóvil del policía y pareció alarmarse. Su aspecto era bastante normal, aunque de estatura similar a la de un niño, V se dirigió hacia eloob-

jeto» aterrizado.

Zamora comunicó'entonces por radio con la icina del sheriff para informar de lo que sucedía. A medida que avanzaba y pensando que poof

aparato. El OVNI tenía una forma semejante a una elipse y se podía distinguir una señal en uno de los costados, semejante a una flecha en medio de un semicírculo. que era de color rojo. Su superficie era totalmente lisa y no mostraba puertas ni ventanas. El testigo detuvo el vehículo, salió de él y --avanzó hacia el nobjeto, ovoide. lnmediatamente escuchó un ruido muy alto, casi ensordecedor, -que procedía de la «nave». Una llama azul brillante salió por debajo. y pensando que «aquel16» podría explotar, se tiró al suelo boca abajo. Al comprobar que no se producía tal hecho se levantó, corriendo hacia el automóvil, chocando con él y volviendo a caer. Se levantó y pudo ob-servar que aquel «objeto» se había elevado a unos seis metros de la hondonada y estaba a la Itura del automóvil, ante lo cual Zamora corrió asustado. Deteniéndose un poco más lejos comprobó que el ruido había desaparecido. Al momento escuchó un sonido agudo que cambió de tono a otro más bajo, cesando inmediatamente. *---El *objeto» comenzó a alejarse en dirección oeste-sudoeste, manteniéndose a la misma altura del suelo. Se desplazaba hacia un cercano depósito de dinamita y pasó probablemente a tre¡nta metros al sur del mismo. Asombrado por lo que había podido ver se dirigió a su coche y llamó por radio nuevamente al sheriff. Conectó con Neb López y le avisó que día tratarse de una nave experimental secreta se asomara por la ventana por si pudiera ver el llamó solicitando al sargento Chávez. de la po----*fenómeno aéreo. Lonnie Zamora vio que el noblicía, se personara en aquel lugar, para disponer jeto, se desplazaba a gran velocidad, en línea de un segundo test¡go. Al llegar a lo alto de la recta y en silencio absoluto, parecía flotar. Como loma, y a sólo 15 metros del nobjeto,,, escuchó* - a un kilómetro y medio de allí al OVNI ovoide, un fuerte portazo, que emitió un sonido metálico bruscamente, ascendió en un ángulo muy acumuy intenso. Al cabo de un momento escuchó sado y se alejó a enorme velocldad, empequeñeciéndose en la distancia en breves instantes. un segundo portazo, también muy f uerte. El agente de policía resaltó que cuando el nobEn la hondonada, y a tan sólo a una docena de metros, estaba inmóvil el extraño «objeto». Ob- jeto, se elevaba del suelo parecía hacerlo con servó cuatro brazos o soportes que mantenían al lentitud, como si f uera muy pesado y le costara

Algunos ufólogos han opinado que tal vez el rayo láser sea capaz de explicar el imponente desarrollo energético que demuestran los ovnis en sus evolucrones y desplazamientos, El láser se comporta como un potente emisor de energía lumínica que concentra un haz de fuerza capaz de provocar la fusión de muchos tipos de materiales, por duros que sean, Sobre una partícula de deuterio, el rayo láser, al

incidir, libera por explosión una enorme cantidad de energía. El problema sería

controlar esa explosión.

136

En esta ilustración puede apreciarse la gran emisión lumínica del rayo láser. Ella puede ser el origen de una potentísima energía motriz.

lmagen de un rayo láser en el instante de alcanzar a una partícula de deuterio. La explosión libera una imponente energía.

Como sabemos, los

fenómqnos magnéticos están presentes en muchos

avistamientos de ovnis. El magnetismo pfovoca comportam¡entos

energéticos muy peculiares. Compárese el

experimento de laboratorio fotog rafiado con algunas imágenes de ovnis que conocemos. Sus colores y

luminosidad dan qué pensar.

ffire

-ci.-oide Eef'tenec¡ente ñ Jn reactor :,e

fusión.

st interior

En el

5r¿Sma se .rSr]lZa y aricanza variOS rr iones de lrados de

:Bmperatura. Se especula tron esta posib¡lidad energética en

a fenomenoogía ovni.

re

gran esf uerzo levantarse a seis metros. En el instante en que el ruido ensordecedor desapareció y la llama emit¡da por debajo se apagaba, el OVNI pareció recobrar mayor facilidad de vuelo. La duración completa del suceso f ue de un m¡nuto y medio, aproximadamente. Otros cinco tes:-tigos v¡eron el OVNI desde otro lugar, coincidiendo en sus descripciones con las del agente de policía Lonnie Zamora. En la zona de la observación quedaron plasmadas huellas del sistema de sustentación del OVNI, pies de forma rectangular y dispuestos de tal forma que evitaban el deslizamiento de la nave en mal terreno. La parte inferior de las patas poseían forma de cuña, y en una roca quebrada al alertizar el investigador Ray Stanford descubrió restos metálicos, posiblemente pertenecientes al propio uobjeto». Fue exhaustivamente ¡nvest¡gado por las comisiones oficiales americanas y los propios centros ufológicos privados, llegándose a la conclusión de que elagente Lonnie Zamora decía la verdad. Este suceso nos presenta una serie de características importantes derivadas de su sistema de propulsión. Un oobjeto» con forma aerodinámica determinada, un elipsoide de revolución provisto de un sistema de aterrizaje diseñado para terrenos agrestes. Emite fuertes sonidos con proyección de gases y llamas a través de una tobera o escape. Su constitución es evidentemente material y deja claras

muestras de su paso en las huellas provocadas en el desierto. Todo ello nos conduce a pensar en un sistema sofisticado, pero no demasiado alejado de nuestros conocimientos físicos, aunque sólo sea en teoría. En contraposición, descubrimos algunos testimonios que nos hablan de nobjetos dirigidos, cuya contextura y comportamiento es de naturaleza fantástica y prácticamente inmaterial. algo incomprensible para la ciencia humana.

Sl§TEilA DE

Antes de analizar los presuntos sistemas de propulsión OVNI y PROPULSIOI{ de la energía que los anima es QUltllGA obligado describir esquemáticamente los medios diseñados Por ffi la especie humana para sus desplazamientos por el espacio, tanto los utilizados actualmente como los que aún se encuentran en fase de desarrollo. Este contraste es necesario para evidenciar las opuestas direcciones y posibilidades de la tecnología humana con las detectadas en la fe4omenología de los uNo ldentif icados,.

La energía química ha prestado un gran servicio en el desarrollo de la exploración del espacio. El cohete es una máquina que en sí misma lleva todos los elementos para lograr su propio impulso. La energía se obtiene de la utilización

137

de un comburente que alimenta la combustión y un combustible que quema a expensas del primero. Si el sistema está compuesto de una sola sustancia se denomina «monergol», y Si Se cons-

tituye por dos diferentes recibe el nombre

de

npropergol,. La utilización de-estos sistemas químicos es muy antigua, y quizá f ueron los chinos, hace más de setecientos años, los primeros en utilizarla. Los primeros combustibles utilizados

fueron sólidos, principalmente compuestos de pólvoras. En la actualidad. y por su gran des-

Los investigadores del

retenidas en el interior de un

fenómeno ovni consideran como muy valiosa la hipótesis que propone como forma de

campo magnético, Muchos avistamientos que han sido

propulsión de los ovnis la acción de la energía producida por el plasma ionizado, cuyas partículas eléctricas quedan

fotografrados muestran masas de plasma -o algo semeiante a ello- luminoso, es decir, cargado de energÍa eléctrica,

Generador de plasma ionizado recientemente construido. Su energía es capaz de unas propulsiones formidables. Se utiliza para pruebas en órbita celeste.

En la imagen queda recogido el *toroide, de la máquina Progo, de los Países Bajos. En ella se observa la ondulación de un plasma inestable.

prendimiento energético, los motores-cohete utilizados para lanzar una nave espacial a la Luna queman oxígeno e hidrógeno líquido. que en el famoso cohete uSaturno \,/», QUe llevó a los primeros astronautas a nuestro satélite, llega a un empuje de 680.000 Kg. Este método de propulsión tiene unos límites muy claros, como son el enorme volumen necesario para la propulsión de combustible, etc... Su utilización es restringida a nuestro propio s¡stema solar. La investigación de la estructura íntima de la materia, que en principio tenía un interés de carácter científico, ha logrado resultados verdaderamente inesperados. Por una parte, la desintegración o fusión de los núcleos atómicos de elementos ligeros o con escaso peso atómico, nos proporcionan una energía prácticamente ¡nago-

table, pero que en el primer caso adolece de fuertes inconvenientes derivados de la producción de elementos radiactivos. Se ha calculado

que una sola bomba de hidrógeno puede proporcionar 240.000.000.000.000 kilovatios por hora, potencia realmente muy superior a cualquier central eléctrica convencional.

Un gran teórico alemán, el señor Sánger, mantiene la opinión de que el viaje estelar no será posible utilizando propergoles líquidos; deberemos acudir a energías de mayor duración y más potentes. como la que puede proporcionat en su caso la energía nuclear. Para ello se dispondrá de una pila atómica, que puede transformar un líquido en gas propulsante; de este modo, y alcanzando más de 3.000 grados, el hidrógeno atravesaría una materia porosa que rodea a la pila, con lo cual se adquiere una velocidad de 1.600 metros por segundo. Los cohetes movidos por propergoles líquidos tienen aceleraciones varias veces la de la gravedad terrestre, mientras que en un cohete nuclear de aceleración tiene un valor de milésimas; de este modo, para lograr una velocidad determinada, los primeros precisan de unos pocos minutos de f uncionamiento; y los segundos, de varios días. Sin embargo, la continuidad de la aceleración en un cohete nuclear permitiría alcanzar velocidades muy superiores. Se han realizado en el espacio experiencias utilizando pequeñas pilas atómicas, no como sistema de propulsión, sino para proporcionar, durante un largo espacio de tiempo. suf iciente energía que mantenga el f luido eléctrico del satél¡te. Es, pues, un procedimiento a desarrollar en el futuro. En ciertos ateriizajes de ovnis los investigadores han podido detectar aumentos considerables de la radiactividad ambiental en la zona afectada, considerándose, pues, provocado por la presencia en aquel lugar de un oNo ldent¡f ¡cado» que utilice estos sistemas, aunque permanece en el enigma la auténtica naturaleza de los efectos. En el medio aéreo terrestre es evidente la dificultad de manejerar posibles vehículos propulsados por sistemas nucleares, amén de grandes navíos; la contaminación y otras dificultades anularían su práctica en nuestros espacios cercanos.

138

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tAS PROPUL§IOI{ES

A principios de los años sesenta, con el lanzamiento de los primeros satél¡tes artif¡c¡ales, ETECTRICAS se pensó en sustituir la propulsión química por un sistema ffi

eléctrico, que proporc¡onase mayor energía. segÚn este sistema, la mater¡a impulsora la constituirían partículas cargadas eléctricamente, que reciben energía de una f uente o generador exterior. Para tal fin se utiliza una fuente primaria que produzca calor, y éste

se transforma en electricidad. El empuje está directamente relacionado con la potencia de este

transformador, y es Inverso a la velocidad de eyección de las partículas que emite. A idénticas velocidades el empuje resulta proporcional al número de partíóulas emitidas en cada segundo. Esto nos lleva a sustitu¡r los combustibles convencionales de tipo químico. cuyas velocidades de eyección se aproximan a los 3.000 metros por segundo, por sistemas que se valgan de partículas cargadas eléctricamente. Por lo gene-

139

ral, la potenc¡a del transformador es débil y la velocidad de las partículas grande, por lo cual el empuje en un cohete que utilice este sistema de propulsión será también débil. La velocidad que la energía eléctrica puede imprimir a un satél¡te desde un plano teórico oscila en algunas experiencias, como el oYantar-4r, en una velocidad de eyección de 140 km. por segundo. Los sistemas eléctricos experimentados son los iónicos, de plasma y electrotérmicos. Los propulsores iónicos son aquellos que aplican un campo potente sobre partículas cargadas. En la actualidad hay diversos métodos para construir motores iónlcos. Por ejemplo: el combustible empleado puede ser de vapor de cesio, de tal forma que se ioniza con relativa facilidad. lgualmente creando un campo eléctrico intenso que facilite el choque entre los átomos de este gas. Por el segundo procedimiento lograríamos ionizar hasta el 90 por 100 de los átomos del combustible. La aceleración de estas partículas cargadas sería lograda por un campo eléctrico. Una experiencia de estas características se efectuó en el mes de julio de 1964. En un cohete Agena fue montado un motor iónico de 17O kg. La ionización se produjo en vapor de mercurio, con el que se obtuvo una velocidad de eyección de 48.000 metros por segundo, que sirvió para modificar la velocidad de rotación del satélite. En los años sesenta el desapaIIUfPUUSORES recido investigador ufológico IOlllCO§? Eduardo Buelta, basándose en los documentos gráficos obteniffi dos en Barra de Tijuca, elaboró un modelo del uobjeto, visualizado por Ed Keffel y Joao Martins. Según é1. divide la nave en tres partes esenciales. El centro, con unas dimensiones de ocho metros de altura por veinte de diámetro, correspoRdería a un gigantesco motor, y en la cúpula se encontrarían los aparatos de control y los depósitos de energía. La segunda sección, compuesta por una corona anular de cincuenta metros de d¡ámetro externo, catorce o quince de anchura y dos de espesor máximo, que disminuiría hacia el exterior. El cuerpo central quedaría rodeado por esa corona. Su misión correspondería esencialmente a un estabilizador giroscópico. La tercera sección sería un anillo de sección circular, apoyado en

¿S|STEIiAS

la corona anterior. En esta zona se ubicaría el alojamiento de los presuntos tripulantes. En el cuerpo central, y por la parte inferior, se dispondría una gran tobera encargada de emitir los gases iónicos propulsores. El motor, situado en el centro de la nave, sería alimentado por energía nuclear. Una interesante aportación lo constituye el hecho de que la dirección de empuje sería axial, avanzando la nave discoidal verticalmente. Para desplazarse por la atmósfera, Eduardo Buelta pensaba en la existencia de propulsores auxiliares que faculten al aparato movimientos en cualquier sentido y dirección, y el motor prin-

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cipal proporcionaría la potencia suficiente para equilibrar la aceleración de la gravedad y mantener al aparato estát¡co. PROPULISIOI{ Este notable investigador, al POR que tantas aportaciones debe la AIRE Y Ufología española, opinaba que PLASIUfA el OVNI se valía del mismo aire en el que estaba inmerso como ffi materia eyectable. La energía eléctrica necesaria para todo el proceso se obtendría de un reactor nuclear, que a su vez produce vapor en cant¡dades suficientes para poner en f uncionamiento un turbogenerador, quien provoca en sí la suficiente diferencia de potenc¡al para emitir las partículas ionizadas.

Esta hipótesis. aunque constituye una interesante aportación, no es básicamente más que un estudio teórico a incluir en otros trabajos realizados por investigadores que suponen sistemas propulsores de otras característ¡cas. Parece posible que la casuística OVNI apunta a un sistema que produce diversos efectos detectables,

principalmente de origen electromagnético

o

químico, aunque definitivamente no seamos todavía capaces de determinar su auténtica naturaleza. El plasma es una masa de partículas cargadas eléctricamente y que se mantiene dentro de un campo magnético. Para obtenerlo se hace pasar una corriente eléctrica de enorme intensidad entre dos electrodos, que se evaporan a temperaturas de varios miles de grados. De esta manera obtenemos una mezcla de iones y electrones que conduce muy bien la energía eléctrica. Por medio de la misma corriente que produjo este plasma conductor se le repele, proyectándolo a gran velocidad. La velocidad de eyección de este plasma puede alcanzar varios miles de metros por segundo, aunque su impulso sea menor que el proporcionado por el sistema iónico. Se denominan así los impulsores en los cuales la enrgía eléctrica se transforma en movim¡ento por medio del calor. La fuente de energía necesaria para producir el ciclo puede ser la energía de intensidad reducida. que sería transformada por células fotovoltaicas. En la actualidad existen proyectos para colectar, por medio de grandes paneles de células de silicio, situadas en órbita geoestacionaria, la luz solar, transformándola en energía eléctrica que podría ser transmitida a la Tierra por un haz de microondas. Todos estos métodos, y otros aún, se encuentran en el período de teoría; se pueden complementar para ser utilizados en una nave aérea con posibilidades de evolución y desplazamiento mucho más desarrolladas que las a

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