Baremos SCL 90 R

Psicología y Ciencia Social Universidad Nacional Autónoma de México [email protected] ISSN (Versión impresa): 1405-

Views 721 Downloads 43 File size 130KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Psicología y Ciencia Social Universidad Nacional Autónoma de México [email protected]

ISSN (Versión impresa): 1405-5082 MÉXICO

2004 María Martina Casullo SÍNTOMAS PSICOPATOLÓGICOS EN ADULTOS URBANOS Psicología y Ciencia Social, año/vol. 6, número 001 Universidad Nacional Autónoma de México Distrito Federal, México pp. 49-57

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México

Síntomas psicopatológicos en adultos urbanos Psychopathological symptoms in urban adults

MARÍA MARTINA CASULLO*

Introducción La gestión de políticas de salud mental que contemplen las necesidades de los actores sociales necesita apoyarse en resultados de estudios epidemiológicos serios que muestren tasas reales de prevalencia e incidencia de una psicopatología. La salud y la enfermedad son estados diferentes de adaptación al contexto; según sea el entorno ambiental variará el concepto de bienestar físico y psíquico, permanentemente alterados por los cambios abusivos que el ser humano incorpora en su hábitat concreto de residencia. Las transformaciones externas son interiorizadas por los sujetos dando origen a factores psicosociales nocivos que pueden afectar los comportamientos biológico y psicológico sanos (Editorial, 1991). La

epidemiología emerge como un método de investigación inapreciable para obtener una visión global de la problemática salud-enfermedad y conocer las necesidades individuales y sociales a fin de racionalizar y humanizar el sistema sanitario (Martí Tusquets y Murcia Grau, 1988). Estudios diversos realizados en el campo de las ciencias sociales y de la salud han mostrado que existe una realidad biológica (el organismo vivo), una realidad epidemiológica (natural o artificialmente se constata la presencia de factores de riesgo ligados al ambiente social y a las formas de vida) y una realidad social y cultural que condicionan diferencias en la población frente a la salud, la enfermedad y la muerte. Abordar seria y científicamente los problemas de salud mental exige la dimensión epidemiológica (Casullo y Quesada, 2003).

* Doctora en Psicología, profesora titular de la Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires; investigadora del CONICET y directora del Doctorado en Psicología en la Universidad de Palermo. Tucumán 2162. 8vo. A. (1050), ciudad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: [email protected]



Abstract A Spanish version of SCL-90-R (Derogatis, 1994) was administered to a sample of adults who live in Buenos Aires city and its suburban area. The aim of the study was to obtain local data on psychopathological symptoms administering the SCL90-R in order to be able to use it in epidemiological studies. The checklist was answered by 760 adults aging 25 to 60 years old (general population). We found statistical significant gender differences in most of the psychopathological dimensions assessed but there were not found for the dimensions hostility, paranoid ideations and psychoticism. When analyzing the variable age, we found that the Positive Disorder Index is higher among older women (44 to 60 years old) and that obsessive-compulsive symptoms are higher in younger men (25 to 36 years old). Key words: Adults. Epidemiology. SCL-90-R.

Psicología y Ciencia Social

Resumen Se presentan datos sobre síntomas psicopatológicos obtenidos mediante la administración de la versión en español del listado de síntomas SCL-90-R (Derogatis, 1994) a muestras de adultos de población general (760) con edades entre 25 y 60 años. El objetivo central del presente trabajo es estudiar los síntomas psicopatológicos en adultos que residen en ámbitos urbanos mediante la administración de la versión en español del listado de síntomas SCL-90-R, a fin de poder aplicar la técnica mencionada en estudios epidemiológicos. No se han encontrado diferencias estadísticas significativas, según sexos, para las dimensiones hostilidad, psicoticismo e ideaciones paranoides. Si se tiene en cuenta la variable edad, entre las mujeres mayores (44 a 60 años) es más elevado el Índice de Malestares Positivos que entre los varones de ese grupo etario, en tanto que los varones más jóvenes (25 a 36 años) revelan valores promedios más altos que las mujeres de la misma edad en obsesiones y compulsiones. Palabras clave: Adultos. Epidemiología. SCL-90-R.

Vol. 6, núm. 1

Aceptado: junio de 2004

49

María Martina Casullo

50

En los estudios epidemiológicos pueden señalarse diferentes etapas. Una de tipo descriptivo, que se ocupa de identificar los problemas y los casos importantes. En la analítica se formulan las hipótesis vinculadas con las etiologías posibles, en la experimental se verifican esas hipótesis por medio de la observación e investigación y en la cuarta o interpretativa se evalúan y discuten los resultados. La epidemiología, como disciplina del campo de la salud humana, requiere del uso de técnicas válidas y confiables para hacer diagnósticos a nivel poblacional o comunitario. La aplicación adecuada de ellas permitirá conocer los factores asociados con el surgimiento de la estructura patológica en contextos colectivos, así como evaluar los programas preventivos y de rehabilitación que se lleven a cabo. Algunos autores proponen métodos alternativos a fin de poder comprender y determinar la posibilidad de su aplicación. Los denominados estudios descriptivos tienen por objetivo estimar tasas de prevalencia e incidencia de un trastorno, así como las tasas de mortalidad. Los estudios llamados analíticos intentan explicar la conformación de la enfermedad, su construcción. Los trabajos de tipo descriptivo establecen relaciones entre una patología y variables sociales y culturales como sexo, nivel de posición social, edad, etnia o cultura, estado civil y región geográfica donde habitan los sujetos estudiados (Beaglehole, Bonita y Kjellstrom, 1994; Friedman, 1975). Cuando se trata de estudiar la dimensión epidemiológica de los procesos psicológicos (cognitivos, afectivos y psicosociales) el gran desafío pasa por la definición tanto conceptual como operacional de los constituyentes del denominado proceso salud/enfermedad. ¿Cómo puede caracterizarse una conducta o comportamiento psicológicamente sano? ¿Existe cierto consenso para analizar las formas posibles de las psicopatologías? Hablar de consenso supone poder analizar tanto constructos universales –éticos– como aquellos que son culturalmente específicos –émicos– (Díaz Loving, 1998). El gran desafío es poder concretar psicodiagnósticos válidos y confiables a nivel comunitario. En este trabajo se presentan y analizan datos argentinos obtenidos mediante la administración de un listado de síntomas (SCL-90-R) que puede ser utilizado en estudios epidemiológicos a fin de detectar poblaciones en riesgo (screening). Numerosos artículos publicados analizan este listado de síntomas. Vassend y Skrondal (1999) estudian la estructura factorial de la prueba y señalan algunas inconsistencias en las nueve dimensiones que

evalúa; un trabajo llevado a cabo en Noruega con pacientes psiquiátricos internados constata que los autoinformes arrojan puntuaciones más bajas que las evaluaciones realizadas por profesionales utilizando la misma lista de síntomas (Bjorkly, 2002). Estudios realizados sobre la estructura interna del listado mediante la técnica de análisis de componentes principales, rotando los factores mediante procedimientos proclusters y varimax permitieron constatar cierta superposición entre las dimensiones ansiedad y ansiedad fóbica, así como divisiones entre algunos ítemes de la dimensión psicoticismo. La validez convergente fue estudiada correlacionando las puntuaciones del SCL-90R con el MMPI; se encontraron altos coeficientes en todas las dimensiones salvo con la escala de psicastenia del MMPI (Derogatis, 1994). Estudios realizados mediante la técnica test-retest en muestras de pacientes derivados para asistencia psiquiátrica antes de iniciar el tratamiento a los quince días posteriores a su implementación, encontraron coeficientes de correlación entre 0.80 y 0.90, datos que indican la confiabilidad del instrumento (Casullo, Castro y Solano, 1999). Por otro lado, cuando se piensa en la evaluación psicológica de grandes cantidades de personas, en tanto miembros de un colectivo social a ser estudiado, en general se recurre, en un primer momento, a cuestionarios o inventarios autoadministrables. Como hace ya muchos años lo expresara Woodworth (1918), hay que saber aprovechar la capacidad del ser humano de poder entrevistarse a sí mismo. El objetivo central del presente trabajo es estudiar los síntomas psicopatológicos en adultos que residen en ámbitos urbanos mediante la administración de la versión en español del listado de síntomas SCL-90-R, a fin de poder aplicar la técnica mencionada en estudios epidemiológicos. Método El tipo de estudio fue descriptivo-correlacional. Participantes: sujetos adultos residentes en el área urbana de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. La participación en la investigación fue voluntaria y anónima. Descripción de la muestra Total de la muestra: 760 sujetos, 379 varones y 381 mujeres. Lugar de residencia: 51% reside en la ciudad de Buenos Aires; 42% en el Conurbano

Técnica para la obtención de datos e instrumento Se ha trabajado con el listado de síntomas diseñado por Derogatis (1994) conocido como Symptom Check List-90-Revisado o SCL-90-R. En esta oportunidad se han relevado datos en población adulta, ya que en los últimos años se ha trabajado sólo con muestras de adolescentes (Casullo y Castro Solano, 1999; Casullo y Fernández Liporace, 2001; Casullo, Cruz, González y Maganto, 2003). La técnica evalúa síntomas que el sujeto que responde experimenta en ese momento o ha vivenciado hace poco tiempo (una semana); no se propone evaluar la personalidad ni sus trastornos. Requiere un nivel mínimo de comprensión lectora que, en caso de ser muy bajo, se reemplaza por la lectura de cada ítem a cargo del profesional evaluador. La respuesta a ser marcada en la hoja correspondiente ofrece cinco opciones, sobre la base de una escala tipo Likert. El SCL-90R puede administrarse en la forma de cuadernillo/hoja de respuesta o en una edición especial por computadora (PC) que se responde informáticamente. El Listado de Síntomas SCL-90-R desarrollado por Derogatis permite evaluar patrones o clusters de síntomas presentes en un sujeto; puede utilizarse tanto en tareas epidemiológicas, comunitarias y de diagnóstico clínico individual. Está integrado por 90 ítemes que se responden con base en una escala de cinco puntos (04). El sujeto marca su respuesta teniendo en cuenta

Ítemes adicionales Estos siete ítemes no se incorporan a las nueve dimensiones pero tienen relevancia clínica: 19 (poco apetito), 44 (problemas para dormir), 59 (pensamientos sobre la muerte o morirse), 60 (comer

Vol. 6, núm. 1

N % 272 35.8 235 30.9 253 33.3



Edades 25 a 36 años 37 a 43 años 44 a 60 años

lo que ha sentido y pensado durante la última semana y tiene cinco opciones: nunca, muy poco, poco, bastante, mucho. Es aplicable a personas entre 13 y 65 años de edad. Las respuestas son evaluadas en función de nueve dimensiones primarias y tres índices globales de malestar psicológico. Estas dimensiones fueron definidas sobre la base de criterios clínicos, racionales y empíricos. 1. Somatizaciones: evalúa la presencia de malestares que la persona percibe relacionados con diferentes disfunciones corporales (cardiovasculares, respiratorias y gastrointestinales). 2. Obsesiones y compulsiones: incluye síntomas que se identifican con el síndrome clínico del mismo nombre: pensamientos, acciones e impulsos que son vivenciados como imposibles de evitar o no deseados. 3. Sensibilidad interpersonal: detecta la presencia de sentimientos de inferioridad e inadecuación, en especial cuando la persona se compara con sus semejantes. 4. Depresión: los ítemes son una muestra representativa de las principales manifestaciones clínicas de un trastorno de tipo depresivo: estado de ánimo disfórico, falta de motivación, poca energía vital, sentimientos de desesperanza e ideaciones suicidas. 5. Ansiedad: evalúa la presencia de signos generales de ansiedad tales como el nerviosismo, tensión, ataques de pánico y miedos. 6. Hostilidad: se hace referencia a pensamientos, sentimientos y acciones característicos de la presencia de afectos negativos relacionados con el enojo. 7. Ansiedad fóbica: este malestar alude a una respuesta persistente de miedo (a personas específicas, lugares, objetos y situaciones) que es en sí misma irracional y desproporcionada con el estímulo que la provoca. 8. Ideación paranoide: evalúa trastornos del pensamiento, tales como pensamientos proyectivos, suspicacia y, temor a la pérdida de autonomía. 9. Psicoticismo: incluye síntomas relacionados con sentimientos de soledad, estilo de vida esquizoide, alucinaciones y control del pensamiento.

Psicología y Ciencia Social

Bonaerense; 5% en la provincia de Buenos Aires; 2% no contesta. Interesa destacar que del total de residentes en el Conurbano sólo el 24% informa que nació en esa región, mientras que para la ciudad de Buenos Aires el porcentaje de nacidos y residentes es prácticamente el mismo (51% y 50% respectivamente). En el Conurbano Bonaerense el mayor porcentaje de residentes actuales, notablemente mayor a los nacidos allí puede ser interpretado como resultado de migraciones: 9% nacidos en la provincia de Buenos Aires, 11% en el resto del país y 2% de países limítrofes. La muestra está integrada por los grupos de edades siguientes:

51

María Martina Casullo

en exceso), 64 (despertarse muy temprano), 66 (sueño intranquilo) y 89 (sentimientos de culpa).

52

6. Existen baremos diferenciados según la variable sexo.

Índices globales

Procedimiento

Índice de severidad global (IGS): es un buen indicador del nivel actual de la gravedad del malestar. Combina el número de síntomas reconocidos como presentes con la intensidad del malestar percibido. Se calcula sumando las puntuaciones obtenidas en las nueve dimensiones y en los ítemes adicionales. Total de síntomas positivos (STP): se lo estima contando el total de ítemes que tienen una respuesta mayor que cero. En sujetos de población general, puntuaciones brutas o inferiores a tres en varones o a cuatro en mujeres, son consideras indicadores de un intento consciente de la persona de mostrarse mejor de lo que realmente está (imagen positiva). Puntuaciones brutas superiores a 50 en varones y a 60 en mujeres indican tendencia a exagerar la presencia de patologías. Indice de malestar positivo (PSDI): pretende evaluar el estilo de respuesta indicando si la persona tiende a exagerar o a minimizar los malestares que la aquejan. Se calcula dividiendo la suma total de las respuestas dadas a los ítemes por el valor obtenido en Síntomas Totales Positivos (STP). Puntuaciones extremas en este índice también sugieren patrones de respuestas que deben analizarse en términos de actitudes de fingimiento. Numerosos estudios han permitido constatar la invariancia factorial de la técnica y su validez discriminante, así también como su consistencia interna y confiabilidad test-retest, como ya ha sido señalado. El Inventario se evalúa e interpreta de acuerdo a los siguientes criterios:

La técnica fue administrada a personas de población general por alumnos que cursaron la asignatura Teoría y Técnicas de Exploración y Diagnóstico, Módulo 1, Cátedra 2 (Facultad de Psicología, UBA) en el segundo cuatrimestre del año 2003. Esta tarea formó parte de las actividades prácticas obligatorias de la materia. La participación de las personas que conformaron la muestra fue anónima y voluntaria. Del total de casos relevados se eligieron al azar aquellos que integraron cada uno de los tres grupos de edades. Los participantes marcaron sus respuestas en versiones impresas de la técnica.

1. Se calculan las puntuaciones directas o brutas para cada una de las nueve dimensiones y los tres índices. 2. Se suman los valores asignados a cada ítem y se divide ese total por el número de ítemes respondidos. 3. Se convierten esas puntuaciones directas en puntuaciones T (Media = 50 y D.T. = 10). También se puede trabajar con percentiles. 4. Se considera indicativa de una persona EN RIESGO toda puntuación T superior a 63. 5. Indica presencia de patología severa toda puntuación igual o superior a T 75 (percentil 98).

Resultados En la tabla siguiente se consignan los valores promedio y de dispersión para el total de la muestra teniendo en cuenta la diferenciación entre las submuestras masculina y femenina. Dado que la técnica usa una escala tipo Likert con cinco opciones de respuesta, respetando la propuesta original del Tabla 1. Valores promedio y de dispersión. Comparaciones según sexos

Síntomas

Mujeres Varones N: 381 N: 379 M d.t. M d.t. «t» 0.85 0.62 0.57 0.48 * 1.12 0.70 1.0 0.69 *

Somatizaciones Obsesiones, Compulsiones Sensibilidad 0.85 0.63 0.69 0.59 interpersonal Depresión 1.05 0.69 0.81 0.59 Ansiedad 0.96 0.64 0.74 0.56 Hostilidad 0.80 0.66 0.78 0.65 Ansiedad fóbica 0.41 0.51 0.29 0.39 Ideaciones 0.90 0.78 0.85 0.71 paranoides Psicoticismo 0.52 0.49 0.46 0.47 Índice Severidad 0.16 0.09 0.13 0.07 Global Total de 38.78 16.71 33.82 17.05 síntomas Positivos Índice de 1.90 0.48 1.81 0.45 malestar Positivo

* * * *

* * *

2) 3) 4)

1) 2) 3) 4)

Mujeres Obsesiones y compulsiones Depresión Ansiedad Ideas paranoides

Cabe afirmar que, en términos globales, los sentimientos de ansiedad y hostilidad son los que más diferencias presentan entre géneros: los varones admiten sentirse más hostiles (agresivos) y las mujeres más tristes y deprimidas. Se procedió a realizar un análisis de las respuestas a cada uno de los 90 ítemes que integran la lista de síntomas. En la consigna se pidió a los sujetos que marcaran cada uno de tales ítemes pensando en cómo se habían sentido durante la última semana, en qué medida ese problema les había preocupado o molestado. Se analizaron solamente las respuestas a las opciones bastante y mucho con porcentajes superiores al 20% (ver tablas 3 y 4).

Tabla 3. Ítemes con porcentaje superior al 20% en varones Varones 43% Me preocupo demasiado por lo que pasa. 34% Nerviosismo. 29% Comer demasiado. 23% Sentir que algo anda mal en mi cuerpo. 22% Dolores en la espalda. 22% Estar inquieto; no poder estar sentado sin moverme. 21% Sentir que todo me cuesta mucho esfuerzo.

26% 26% 25% 25% 23% 23% 22% 21% 21% 21%

El 1% de las mujeres consignó como respuesta bastante o mucho el haber pensado en quitarse la vida. Aunque existen problemáticas en común, como puede inferirse de la lectura de los porcentajes enunciados, es posible pensar que en las mujeres predominaron sentimientos de inseguridad frente a la toma de decisiones, tristeza, dolor y el sentirse poco valoradas a pesar de los esfuerzos, mientras que en la muestra masculina aparecen señalados con más frecuencia síntomas relacionados con el nerviosismo y la falta de calma, la inestabilidad psicomotora. Las personas de ambos sexos reconocieron como síntomas principales el preocuparse demasiado por lo que les sucedía y el sentir que hacer las cosas cotidianas requería mucho esfuerzo que se experimentaba principalmente a nivel corporal, sobre todo entre los varones. También se estudió la probable existencia de diferencias estadísticas significativas entre hombres y mujeres en los valores promedio de las nueve dimensiones e índices globales según la variable edad. Sólo se encontraron diferencias con cierta significación estadística (t de Student), recodificando la categorización de las edades, en el Índice Positivo de Malestar (PSDI), siendo levemente más alto para el grupo de mujeres de edades entre 48 y 60 años (p = < 0,03) en comparación con los hombres. En el Índice de Severidad, también para este grupo etario, se observó una diferencia marginal (p = < 0,06). A partir de

Vol. 6, núm. 1

1)

Varones Obsesiones y compulsiones Ideas paranoides Depresión Hostilidad

52% 38% 30%

Mujeres Me preocupo demasiado por lo que pasa. Dolores en la espalda. Sentir que todo me cuesta mucho esfuerzo. Sentirme muy nerviosa, agitada. Comer demasiado. Sentirme triste. Sentir que algo anda mal en mi cuerpo. No poder terminar las cosas que empecé a hacer. Dormir con problemas, muy inquieta. Tener dificultades para tomar decisiones. Sentirme herida en mis sentimientos. Nauseas o dolor de estómago. Sentir que no me valoran como merezco.



Tabla 2. Promedio de las puntuaciones más altas obtenidas para hombres y mujeres

Tabla 4. Ítemes con porcentaje superior al 20% en mujeres

Psicología y Ciencia Social

autor, se procedió a hacer un análisis paramétrico de los datos. En la comparación entre géneros, NO se encontraron diferencias estadísticas significativas en tres de las dimensiones evaluadas: hostilidad, ideación paranoide y psicoticismo (prueba t de Student). De las nueve dimensiones psicopatológicas que analiza esta escala, los valores promedio más altos obtenidos, para cada sexo, correspondieron a las siguientes:

53

María Martina Casullo

estos datos puede decirse que a mayor edad, pareciera que existe cierta tendencia a exagerar o fingir la gravedad de los malestares que se padecen a la vez que, simultáneamente, se reconoce la presencia de más malestares que entre las mujeres más jóvenes. En la tabla 5 se indican las puntuaciones directas o brutas correspondientes a los puntajes transformados T 50 ( promedio), T 63 ( síntomas con significación clínica moderada) y T 75 ( severidad clínica). Si se considera la variable edad según los tres grupos, 25 a 36 años, 37 a 43 años y 44 a 60 años, se verifica, para el total de la muestra, que no hubo diferencias estadísticas significativas entre los valores promedios de las dimensiones evaluadas por el listado SCL-90-R. Si se tienen en cuenta esos tres grupos de edades y la variable género (masculino y femenino), se constata que al calcular la significación de la diferencia entre valores promedios con la prueba t, sólo se encontró una diferencia con significación estadística (p =< 0.01) en el Índice Positivo de Malestar, siendo éste mayor entre las mujeres de 48 a 60 años. En la muestra total de varones también se ha encontrado una sola diferencia estadística significativa (p = < 0.01) en la dimensión que evalúa síntomas obsesivos-compulsivos. Los valores promedios fueron más altos para el grupo que tiene entre 25 a 36 años, los más jóvenes. Del total de sujetos evaluados con edades entre 25 y 36 años, fueron las mujeres las que recono-

cieron mayor presencia de somatizaciones, inseguridad social, depresión y ansiedad. Las mujeres con edades entre 37-43 años revelaron también mayores somatizaciones y sintomatología depresiva que los varones. Entre las mujeres de 44 a 60 años se encontró mayor presencia de somatizaciones, obsesiones y compulsiones, inseguridad, depresión, ansiedad, fobias, psicoticismo, el índice de severidad global y el de malestares positivos así como el total de síntomas positivos, que entre los varones de esa misma edad. Los indicadores de hostilidad e ideaciones paranoides no se diferenciaron según sexo en este grupo de personas mayores.

Discusión y Conclusiones El estudio realizado permite contar con datos argentinos correspondientes a adultos urbanos, elaborados a partir de la administración de una técnica de evaluación de síntomas psicopatológicos. La información obtenida indica que sólo en tres del total de las dimensiones estudiadas no hay diferencias según sexos: hostilidad, ideaciones paranoides y psicoticismo, salvo entre las mujeres de edades más avanzadas donde el nivel más alto de síntomas psicóticos las diferencia de los varones de su misma edad y entre varones de 25 a 36 años donde los síntomas obsesivos compulsivos son más elevados. También se comprueba

Tabla 5. Distribución de las puntuaciones directas según puntajes transformados T para ambos sexos

54 Síntomas Somatizaciones Obsesiones, compulsiones Sensibilidad interpersonal Depresión Ansiedad Hostilidad Ansiedad fóbica Ideaciones paranoides Psicoticismo Índice Severidad Global Total de Síntomas Positivos Índice de Malestar Positivo

T50 0.85 1.11 0.85 1.05 0.96 0.80 0.41 0.90 0.53 0.16 38.78 1.90

Mujeres N: 381 T63 T75 1.65 2.40 2.02 2.87 1.67 2.43 1.94 2.76 1.78 2.55 1.67 2.46 1.08 1.70 1.92 2.85 1.17 1.76 0.27 0.38 60.49 80.57 2.52 3.09

T50 0.57 1.0 0.69 0.81 0.74 0.78 0.29 0.85 0.46 0.13 33.8 1.81

Varones N: 379 T63 1.20 1.89 1.46 1.58 1.47 1.62 0.80 1.76 1.07 0.23 55.98 2.39

T75 1.78 2.72 2.17 2.29 2.14 2.40 1.27 2.61 1.63 0.31 76.46 2.93

En el quehacer científico es preferible que predomine la primera de las posiciones mencionadas, aunque la historia del surgimiento y mantenimiento de las teorías psicológicas pone en evidencia que algunos sistemas teóricos como el conductismo, el psicoanálisis o la psicometría –a modo de ejemplos– han llegado a convertirse en ortodoxias en momentos históricos específicos. La investigación empírica es esencial para la construcción de un sistema teórico; es esa construcción la que conforma el conocimiento científico y no la mera acumulación de datos. Los géneros sexuales se conforman en el contexto de valores que orientan las construcciones de identidades. La masculinidad y la femineidad aparecen asociadas con formas diferentes de manifestar algunos malestares psicológicos y físicos. En los últimos veinte años se han concretado estudios que ponen de manifiesto diferencias significativas en la forma de enfermar y morir entre hombres y mujeres. Otro factor importante es la edad: las mujeres adultas de 45 a 65 años

Vol. 6, núm. 1 •

1. Son herramientas que permiten mirar de una manera novedosa los datos que se analizan con la finalidad de poder comprenderlos y explicarlos o, 2. Reflejan posiciones mentales (y socio-ideológicas) que se sostienen por la simple razón de adherir al mercado epistémico hegemónico.

que son únicamente amas de casa manifiestan tener más síntomas negativos de salud física (dolores de cabeza, reuma, insomnio y gripe) y entre quienes realizan trabajos fuera del hogar aparecen síntomas de depresión, tristeza, abatimiento y soledad. Las mujeres reconocen tener más problemas de salud, pero viven más que los hombres (Sánchez López, 2003). Es necesario crear una perspectiva teórica enriquecedora desde la cual se analicen e interpreten los datos presentados y evitar simplemente seleccionar una muy establecida o consolidada. Constituye todo un desafío dejar de ser meros consumidores de modelos teóricos vigentes y ser capaces de transformarlos o recrearlos, a fin de interpretar y aplicar la información obtenida de maneras cultural y socialmente válidas. Como ya se ha señalado, las diferencias más importantes encontradas en el estudio realizado se dan entre los sexos y pocas según la edad cronológica. Si se toma como punto de referencia la puntuación transformada T 63 (tabla 5) que indica presencia de patología moderada, para somatizaciones, obsesiones y compulsiones, sensibilidad interpersonal, depresión, ansiedad, ansiedad fóbica, índice de severidad global, total de síntomas positivos e índice de malestar positivo, siempre el valor es más alto en la población femenina. Los datos consignados en la tabla 1 muestran que las mujeres reconocen mayor presencia de síntomas en nueve de las doce dimensiones evaluadas. Posiblemente ese mayor reconocimiento obedezca a la existencia de normativas culturales vigentes que asocian ciertos tipos de malestares psicológicos con la identidad femenina o a que el padecimiento de esos malestares forman parte de la construcción de tal identidad y no de la masculina. Por otra parte, el análisis de porcentajes de respuestas con mayor valoración en el listado de síntomas por sexos revela que tanto hombres como mujeres señalan con más frecuencia preocupación por lo que está sucediendo, pero a continuación y tomando porcentajes decrecientes, las mujeres señalan dolores de espalda, tener que esforzarse demasiado en sus quehaceres cotidianos y sentirse muy nerviosas y agitadas, en tanto que los hombres ubican el nerviosismo, comer demasiado y preocupaciones por la salud corporal. Es importante tener en cuenta que el 1% de las mujeres argentinas evaluadas admitió haber pensado en quitarse la vida, respuesta que no se registra en las respuestas masculinas. Los datos fueron relevados durante el año 2003, época en que Argentina empezó a intentar recuperarse de

Psicología y Ciencia Social

que los valores promedio son mayores en la muestra de mujeres. Los datos presentados deben ser interpretados teniendo en cuenta que los problemas psicopatológicos humanos tienen una naturaleza sistémica, no lineal. La cuantificación de un fenómeno o proceso psicológico está siempre basada en operaciones que subyacen en distinciones primarias de tipo cualitativo. Al interpretar los datos que se han presentado es necesario tener en consideración las dimensiones sociales y culturales que guían a los sujetos a responder un inventario o cuestionario de una manera determinada (Matsumoto, 2003). Las dimensiones psicopatológicas evaluadas reflejan tanto variaciones subjetivas como interindividuales. Como todo proceso psicológico requieren diferentes niveles de análisis y deben ser estudiadas desde algún modelo teórico. Como bien señala Valsiner (2004) es posible diferenciar dos funciones implícitas en todas las teorías psicológicas:

55

una importante crisis económica y política iniciada en diciembre de 2001. La ontogénesis humana es necesariamente un producto de la endoculturación en la que tanto el contexto histórico-cultural como la mente humana son mutuamente constitutivos (Kashima, 1998). Si se hace la comparación con los valores obtenidos en Estados Unidos (ver Tabla 6), país en el que se diseñó el listado, se verifica que: Tabla 6. Puntuaciones directas correspondientes a T-63 (indicador de patología moderada) en mujeres y varones de Argentina y EU

María Martina Casullo

Dimensiones

56

Somatizaciones Obsesiones Sensibilidad I. Depresión Ansiedad Hostilidad Ansiedad fóbica Id. paranoides Psicoticismo

Mujeres EU Argentina 1.39 1.65 1.83 2.02 2.23 1.67 2.03 1.94 1.63 1.78 0.83 1.67 1.15 1.08 2.03 1.92 1.59 1.17

Varones EU Argentina 0.70 1.20 0.91 1.89 0.70 1.46 0.74 1.58 0.54 1.47 0.78 1.62 0.30 0.80 0.87 1.76 0.46 1.07

Las comparaciones entre mujeres y varones (en ambos casos argentinos y estadounidenses) muestran que en cinco de las nueve dimensiones consignadas las puntuaciones directas o brutas de mujeres argentinas son menores. Para las muestras masculinas, los valores correspondientes a los estadounidenses son más bajos en todas las dimensiones, lo que significa que el comportamiento del varón estadounidense y de la mujer argentina (en cinco dimensiones) es interpretado como patológico teniendo en cuenta menor presencia de síntomas. Es más amplia la diferencia de puntuaciones directas correspondientes a valores T entre varones y mujeres de Estados Unidos que en la muestra argentina. Los varones y mujeres argentinos conforman un grupo más homogéneo respecto a las variables analizadas, referencia empírica que invita a pensar en pautas de socialización más semejantes para ambos sexos, en el contexto de un centro urbano sudamericano con alta densidad poblacional. Los datos de Estados Unidos que se presentan en el manual publicado por Derogatis (1994) corresponden a una muestra de 974 sujetos de ambos sexos, de población general, con una edad promedio de 46 años, residentes en un municipio (county) de la costa este del país.

En un estudio sobre correlatos de los afectos (Rodríguez y Church, 2003) se sostiene que si bien se cuenta con soporte empírico para admitir la comparabilidad cross-cultural entre afectos, existen diferencias en el contenido de los afectos más específicos ya sean positivos o negativos (malestares) entre subculturas, como lo son la rural y la urbana, aunque integren una misma región cultural. Los valores obtenidos en el estudio presentado en este artículo difieren de los correspondientes a la muestra de población general que figuran en el manual en inglés del SCL-90-R, por lo que es imprescindible el uso de normas estadísticas locales para interpretar de forma válida las puntuaciones obtenidas, cuando se administra el listado de síntomas a sujetos urbanos argentinos.

Referencias Beaglehole, R., R. Bonita y T. Kjellstrom (1994). Epidemiología Básica. Washington: Oficina Panamericana de la Salud, pp. 1-11. Bjorkly, S. (2002). SCL-90-R Profiles in a Sample of Severely Violent Psychiatric Inpatients. Aggresive Behavior, 28, pp. 446-457. Casullo, M. M. y A. Castro Solano (1999). Síntomas psicopatológicos en estudiantes adolescentes argentinos. Anuario de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, 7, pp. 147-157. y M. Fernández Liporace (2001). Malestares psicológicos en estudiantes adolescentes. PSYKHE, 10 (1), pp. 155- 162. , M.S. Cruz, R. González y C. Maganto (2003). Síntomas psicopatológicos en adolescentes. Estudio comparativo. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica, 16, (2), pp. 135-149. y S. Quesada (2003). Estudio epidemiológico en estudiantes universitarios. Vertex, 14, Suplemento 2, pp. 5-10. Derogatis, L. (1994). SCL-90-R. Symptom Checklist-90-R. Administration, Scoring and Procedures Manual. Minneapolis: National Computer System. Díaz Loving, R. (1998). Contributions of Mexican Ethnopsychology to the Resolution of the EticEmic Dilema in Personality. Journal of CrossCultural Psychology, 29, (1), pp. 104-118. Editorial (1991). Revista Anthropos. Sociedad Urbana y Salud. 118/119, pp. 3-28. Friedman, G. (1975). Principios de epidemiología. Buenos Aires: Panamericana, pp. 3-18.



Vol. 6, núm. 1

Sánchez López, M.P. (2003). Mujer y Salud. Familia, trabajo y sociedad. Madrid: Díaz de Santos, pp. 3-43. Valsiner, J. (2004). Culture in Psychology. Between Social Positioning and Producing New Knowledge. Culture & Psychology, 10, (1), pp. 5-27. Vassend, O. y A. Skrondal (1999). The Problem of Structural Indeterminacy in Multidimensional Symptom Report Instruments. The Case of SCL90-R. Behaviour Research and Therapy, 37, pp. 685-701. Woodworth, R.S. (1918). Personal Data Sheet. Chicago: Stoelting.

Psicología y Ciencia Social

Kashima, Y. (1998). Culture, Time and Social Psychology of Cultural Dynamics. Cross-Cultural Psychology Bulletin, 32 (2), pp. 8-13. Martí Tusquets, S. y M.J. Murcia Grau (1988). Enfermedad mental y entorno. Barcelona: Ed. Anthropos, pp. 134-136. Matsumoto, D. (2003). The Discrepancy Between Consensual-Level Culture and Individual-Level Culture, Culture & Psychology, 9, (1), pp. 89-95. Rodriguez, C. y A.T. Church ( 2003). The structure and personality. Correlates of affect in Mexico. Evidence of Cross-Cultural Comparability using the Spanish Language. Journal of Cross-Cultural Psychology, 34, (2), pp. 211-230.

57