Arts & Crafts

El movimiento Arts & Crafts (literalmente Artes y oficios) fue un movimiento artístico que surgió en Inglaterra en 1880

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El movimiento Arts & Crafts (literalmente Artes y oficios) fue un movimiento artístico que surgió en Inglaterra en 1880 y se desarrolló en el Reino Unido y Estados Unidos, en los últimos años del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Inspirado por la obra de John Ruskin, alcanzo su auge entre 1880 y 1910. El Arts & Crafts se asocia sobre todo con la figura de William Morris, artesano, impresor, diseñador, escritor, poeta, activista político, y en fin, hombre polifacético, que se ocupó de la recuperación de los artes y oficios medievales, renegando de las nacientes formas de producción en masa. Aparte de William Morris, sus principales impulsores fueron Charles Robert Ashbee, T. J. Cobden Sanderson, Walter Crane, entre otros; además de los artistas del movimiento prerrafaelita. El movimiento reivindicó los oficios medievales en plena época victoriana, reivindicando así la primacía del ser humano sobre la máquina, con la filosofía de utilizar la tecnología industrial al servicio del hombre: potenciando la creatividad y el arte frente a la producción en serie. Se caracteriza por el uso de líneas serpenteadas y asimetrías constituyendo sobre todo un arte decorativo. El movimiento surgió en las últimas décadas del siglo XIX como reacción en contra el primer estilo industrial, que se había desarrollado en Inglaterra a lo largo de esa centuria. El llamado estilo victoriano. Se dice que cuando los visitantes de la Feria Universal de 1851 llegaban al Crystal Palace de Londres, además de asombrarse por los avances técnicos, se sorprendían por el mal gusto de todo lo que se fabricaba en masa. De manera que la idea de progreso industrial comenzó a mezclarse con la intuición de que era necesaria una reacción que devolviera a los objetos de la vida cotidiana cierta dimensión estética, que acompañarse a las funciones naturales para las que eran fabricados. Esa reacción se denominó Arts and Crafts, ya que pretendió elevar la dignidad social y estética del diseño y de todas las artes aplicadas, integrándolas en un entorno arquitectónico armonioso y bello. Se trató de un movimiento estético reformista que tuvo gran influencia en la arquitectura, las artes decorativas y las artesanías británicas y norteamericanas, e incluso en el diseño de jardines. En Estados Unidos, se usan las denominaciones de Arts & Crafts movement, American Craftsman, para referirse al estilo arquitectónico y decorativo que predomino entre los periodos del Art Nouveau (Modernismo) y Art decó, es decir, aproximadamente entre 1910 y 1925; pretende que cada objeto debería tener o retomar algo del pasado pero dándole un sentido elegante. Primeras propuestas. Aunque la mayor parte de los ciudadanos ingleses del XIX permanecían apáticos o satisfechos con el nivel estético alcanzado por su poderosa

industria, las reacciones al recargado estilo dominante en la época se iniciaron a finales de la década de 1840. A este respecto hay que destacar la obra de Henry Cole, que edito el Journal of Desing and Manufactures desde 1847. Dos años después, en 1849, apareció la obra de John Ruskin, “Las siete lámparas de la arquitectura” una de las obras fundamentales de la crítica del arte del siglo XIX, que ya en 1843 había comenzado a publicar una serie sobre Pintores contemporáneos y que en 1851-53, publicaría “Las piedras de Venecia”. Desde el punto de vista de la acción, el Arts & Crafts experimento un empuje importante en 1861, cuando William Morris fundo la empresa Morris, Marshall, Faulkner and Company, conocida generalmente como Morris and Company. En 1890 Morris fundo la Kelmscott Press, una imprenta artesanal de la que salieron tiradas reducidas de algunos libros impresos más cuidadosamente producidos de toda la historia, y que fue capaz de ejercer una poderosa influencia sobre las grandes editoriales comerciales durante varias décadas. Principios del Arts & Crafts Entre las ideas más características del Arts & Crafts se encuentras principios filosóficos, éticos y políticos, tanto como estéticos. Destacamos los más importantes: -

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Rechazo de la separación entre el arte y la artesanía. El diseño de los objetos útiles es considerado una necesidad funcional y moral. Rechazo de los métodos industriales de trabajo, que separan al trabajador de la obra que realiza, fragmentando tareas. Propuesta de un regreso al medievalismo, tanto en la arquitectura (con el neogótico) como en las artes aplicadas. Propuesta de la arquitectura como centro de las actividades de diseño. Una idea que sería recogida por el racionalismo de principios del siglo XX. Propuesta de agrupación de los artesanos en guildas y talleres, siguiendo el modelo medieval de trabajo colectivo. Propuesta del trabajo bien hecho, bien acabado y satisfactorio para el artista y para el cliente.

Los arquitectos de la Edad Media habían trabajado en intima colaboración con pintores, escultores, fresquistas y maestros vidrieros. Fue con la unión total de todo tipo de artistas de su época que se levantaron las catedrales y el resto de los edificios medievales. Posteriormente, en el siglo XVIII, cuando se produce la división de las artes en mayores y menores, la artesanía paso a ocupar un lugar secundario dentro del panorama social de la época.

En Inglaterra, retornando la antigua idea de colaboración, William Morris (escritor, poeta, pintor y diseñador, apasionado por la Edad Media), en 1861 abrió un almacén en Londres donde vendía (por primera vez en la historia) todo lo que puede formar parte de la decoración en una casa, muebles, cerámicas, cristal, tapicerías, objetos de arte, etc. Burne-Jones y Rossetti entre otros, trabajan con el, entusiasmados con la pintura decorativo, motivados por el ideal de aliar lo bello y lo útil. Pese a que los beneficios fueron escasos, Morris obtuvo uno de los objetivos que buscaba, ya que logro reinstaurar la dignidad del artesano. Posteriormente fundo la Sociedad de Artes y Oficios en 1886, tratando de crear todo tipo de objetos de la vida cotidiana que produjesen deleite, además de ser funcionales. En la base de esta estética se encuentra una preocupación social, que puede parecer hoy en día ingenua: “las clases populares deben liberarse de la esclavitud de la fábrica y rodearse en su vida cotidiana de franqueza y pureza, de objetos que le reporten felicidad”. Evidentemente en este concepto de diseño existía una gran contradicción, ya que los objetos realizados a mano son más caros que los hechos en serie, por lo que solo eran accesibles para los burgueses adinerados. En esta sociedad se anunciaron algunos de los principios del funcionalismo del siglo XX, como el que “la forma viene determinada por la función” o “la decoración debe adecuarse a la estructura”. Uno de los aspectos destacados, por la buena aceptación que encontró entre el público fueron los tejidos de tapicería conocidos como “chintz”, cuya decoración de flores y hojas ejerció durante mucho tiempo un gran poder de fascinación, sobre todo entre los ingleses, que gustaban de los estilizados motivos vegetales que les recordaban a sus famosos jardines. Tomando como principio que “todo ornamento debe basarse sobre una construcción geométrica” (según había expuesto Owen Jones en su libro “Gramática del ornamento”), los motivos de inspiración vegetal se inscribían en líneas curvas. Así no traducen la apariencia de un tallo, de una flor o de una hoja, sino su esencia, su estructura, su geometría, organizando los elementos en composiciones decorativas, creando con ello un estilo propio. Estos principios los retoma Eugene Grasset en su publicación “La planta y sus aplicaciones ornamentales” de 1896, libro que fue la “biblia” del Art Nouveau, que siguió al pie de la letra la idea de que “todo asunto vegetal puede reducirse a un simple esquema”.

Aunque los estudiantes de arte, arquitectura y diseño victoriano se atreven debatir confiadamente las fuentes, la importancia y la influencia del movimiento Arts and Crafts, rara vez llegan a ponerse de acuerdo sobre qué era o quién pertenecía exactamente a este movimiento. Todo el mundo parece coincidir en que A. W. Pugin, John Ruskin y William Morris tuvieron una gran influencia, dotándolo con las siguientes ideas: -

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No se puede hacer una distinción válida entre arte puro y artes aplicadas o decorativas. El artesano debe tener el mismo placer imaginativo y la misma libertad que los pintores, escultores, y arquitectos. La Revolución Industrial fue responsable tanto de corromper el gusto popular así como de destruir en gran medida las técnicas artesanales tradicionales. El diseño de mediados del siglo XIX fue, en general, deplorable, así pues los artistas, escultores, diseñadores, artesanos, teóricos e incluso el mismo público tuvieron que trabajar juntos para poner remedio a esta situación. Los objetos correctamente diseñados debían transmitir la verdad de los materiales, lo qué Ruskin llamó la «Lámpara de la Verdad» ("Lamp of Truth"). En la práctica esto significaba, por ejemplo, que los muebles debían utilizar madera sólida en lugar de chapas, y todos los objetos, desde pequeños piezas de joyería hasta edificios enteros, debían explorar las capacidades intrínsecas de los materiales de los cuales estaban hechos. El oficio de artesano debía ser apreciado.

También coinciden todos en que el Movimiento Arts and Crafts dio lugar a la idea de Artesanía Artística de los siglos XX y XXI, donde el artista-artesano produce muebles, vidrio, cerámica, joyería, textiles, prendas de vestir y otros tipos de artes aplicadas que los museos, galerías y coleccionistas consideran como una parte más de las bellas artes, o al menos de su misma calidad estética. De hecho, ahora que museos, galerías comerciales y compradores de obras de arte se han entremezclado abandonando la idea de las habilidades individuales del artista como criterio de excelencia exclusivo, la Artesanía Artística ha satisfecho la necesidad de aquellos que aprecian el trabajo minucioso y delicado. La palabra «arte» originalmente significaba «artesanía» o «habilidad", y la palabra «artística» — o «bella» (de Bellas Artes) — aparece ligada conjuntamente con la anterior como medio de elevarlo como un arte liberal análogo a la poesía. Actualmente las cosas han vuelto al punto de partida; o casi.

Los estudiosos del movimiento también están de acuerdo en que el movimiento se inspiró en una amplia gama de objetos culturales histórica o

geográficamente dispares y de ideales que van desde Pugin y el medievalismo de Ruskin a los objetos de cerámica y laca de Japón. Hasta aquí, existe consenso. Las dificultades surgen cuando se trata de decidir con precisión qué diseñadores y qué objetos deben ser considerados genuinos de Arts and Crafts. Un problema importante aparece en el hecho de que, como Clive Wainright señala en «El arquitecto y las artes decorativas", el ideal del artíficeartesano como un inspirado artista independiente, idea que forma parte de nuestra cultura contemporánea, anteriormente no encontró acogida porque arquitectos, tales como William Burges, E. W. Godwin, Charles Rennie Mackintosh, F. W. Troup, y Frank Lloyd Wright, y diseñadores importantes, como C. F. A. Voysey y William Morris, diseñaron proyectos que serían producidos por terceros: ellos eran artistas-diseñadores y arquitectosdiseñadores, en vez de artistas-artesanos. En segundo lugar, los diseñadores, incluso algunos estrechamente asociados con el movimiento, diseñaron materiales para la producción mecánica, cuando no de masas. En tercer lugar, los autores no siempre están de acuerdo si los artistas u objetos específicos pertenecen a las Arts and Crafts o al Japonismo o al Movimiento de Estética, en parte porque algunos de los artistas-diseñadores cambiaron y evolucionaron en el transcurso de sus carreras profesionales. Una última dificultad en la delimitación de lo que el término de Arts and Crafts debería significar surge del hecho de que, a menudo, artistas que parecían tener poco en común con este enfoque, trabajaban en proyectos de artistas que sí eran adeptos. Por ejemplo, iglesia anglicana Holy Trinity (Santísima Trinidad) de Sloane Street, en Londres, la cual es conocida como una «iglesia Art and Craft", contiene el trabajo del escultor H. H. Armstead, a quien yo normalmente no asocio con este movimiento.

Sin embargo, algunos puntos sí parecen estar claros. En las últimas décadas del siglo XIX, el arte de la mueblería, que había comenzado con el renacimiento medieval promovido gracias a la obra de Pugin y la de Morris, se convirtió en algo mucho más ligero cuando el estilo japonés deviene su mayor fuente de inspiración, en vez de serlo la Europa medievalista, algo que puede apreciarse claramente en el armario de ébano de E. W. Godwin de 1875, la estantería de C. R. Ashbee de 1895, y los gabinetes de principios de siglo de E. A. Taylor. Además, aunque la figura del artista-diseñador-artesano realmente nunca existió en otras áreas como vidrios, textiles, papeles pintados o metalistería, Arthur and Georgie Gaskin, así como Nelson y Edith Dawson, demostraron que sí se hizo en joyería. En mobiliario se desarrolló más despacio. Pero en definitiva a finales de siglo resulta difícil decidir si se le debe atribuir una obra al movimiento estético Art Noveau, o si el prematuro Art Deco de Mackintosh es parte del Movimiento Arts and Crafts, o bien si se trata de algo que se desarrolló hacia nuevas direcciones.