Arte nazi

I 'otef Thorak modela una cabeza idealizada de Hitler, en un taller repleto de estatuas heroicas y bustos de otros ier

Views 113 Downloads 7 File size 2MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

I

'otef Thorak modela una cabeza idealizada de Hitler, en un taller repleto de estatuas heroicas y bustos de otros ierarcas nazi: 169

EL ARTE IIE U]IA NAGII|]I DE I.A GUERRA

Berlín, 194O. Este bajo relieve de gnn¡to, esculpido por Arno Breker para un edificio diseñado y nunca construido, simú¿liza la resurrección r/r' /.r '\/,,nr¿ni,t derrotada en 1L)lB

At

SERUIGIO

Adolf Hitler fue el crítico de arte quizá más seguro de sí mismo y por cierto el más eficiente de toda la historia. Como dictador del Reich, sabía lo que le gustaba en pintura y escultura. Y el país obtuvo productos acordes con sus gustos. El Führer adoraba toda obra de propaganda en que aparecieran alemanes heroicos u hogareños, desempeñando las funciones propias de una superraza nórdica, dedicada a la patria, al hogar y al orden.

Al igual que muchos críticos de arte, era un pintor fracasado que apreciaba cuanto había admirado en su juventud: figuras

clásicas, con frecuencia desnudas, con motivos alegóricos o trasfondos rurales. Consideraba como locos o delincuentes a los cubistas, los surrealistas y otros innovadores que pintaban prados azules y nubes amarillas. Ateniéndose a tales pautas, consiguió que el arte germano retrocediera con paso de ganso hasta el siglo XlX. Se sacaron de los museos y se vendieron en el extranjero obras de Van Cogh, Cauguin, Picasso, Chagall y Modigliani y se quemaron unos 5.000 cuadros menos comerciables. Simultáneamente, Hitler constituyó una burocracia para empadronar a los artistas cuyos trabajos se amoldaban a su criterio. Los elegidos eran libres de pintar o esculpir lo que a él le gustaba. El ministro de Propaganda, Joseph Coebbels, prohibía criticarlos. Los favoritos del Fúhrer se salvaban del servicio militar. Cozaban de particular favor escultores como Arno Breker v Josef Thorak, cuyos bustos halagüeños y estatuas gigantescas dominaban con frecuencia las exposiciones anuales de la maciza Casa del Arte Alemán en Munich, para cada una de las cuales se requería el imprimatur de Hitler. Además, se apreciaba a pintores como Adolf Wissel, especializado en la representación de campesinos leales y laboriosos, y Sepp Hilz y Adolf Zeigler, cuyos óleos conferían a las muestras el picante de al- tgún desnudo aprobado por las autoridades. Todos exaltaban la nueva misión del artista alemán: volver a despertar el orgullo de la estirpe teutónica para que se orientara hacia una guerra total; y, una vez llegada ésta, sostener el espíritu nacionalista

del país.

I

.i¡r *.¡ :" ,ürtle:-r¡

-.

ldoni,s teutón¡co

y patriota corre a

las armas

en esta alegoría realízada en 1924 por Arthur Kampi, cuya carrera prosperó

:

177

'|l¡t

|

.,

.

*

.¿+

I

t.ili}*i':

'

Este centine/a de piedra caliza, esculpido en 1936 por Willy Meller, se destacaba frente al "Ordensburg Vogelsang", una de las cuatro escuelas para formación de futuros líderes nazisLa inscripción reza: "Vosotros sois los portadores de antorchas de la nación. Llevais delante de vosotros la luz del espíritu en nombre de Adolf Hítler"

Arno Breker retoca una de sus obras más sobrias: un busto de Albert Speer, el arquitecto favorito de H¡tler. La mayoría de sus estatuas exhibían figuras gigantescas con musculaturas sobrenaturales, aun más idealizadas que las de su colega losei Thorak. Como no podía encontrar alemanes bastante robustos que le sirvíeran de modelos, tuvo que basarse en las imágenes de t¡atados de anatomía

1;i @

Trvr.L'rr Booxs Ixc, - @ v¡scoxrrn S.A. - Iupn-¡so ¡x l¡ Ancrxr¡NA - N9 7 - vrro

1984

t Arriba: grupo.familiar de 6 metrcs de alto. A la izquierda: una composición titulada "Camaradería,,, en esca/a similar. El autor de. ambos trabajos es el

prolífico

Josef Thorak. Esculpió

el

provocativo

trío para el pabellón alemán en la Feria Mundial que tuvo lugar en París en 1937: y, ese mismo año, los dos camaradas de blonce dominaron.en Munich la apertura de la llamada,,Casa del Arte Cermano,'

escenario de las mayores exposiciones nazis. Tal como Breker, Thorak era.un.veterano de la Primera Cuerra Mundia!: u,na circuns.tancia, ésta,,que tal vez lo ayudó a granjearse la simpatía del ex combatiente Hitler. Cuando funcionarios del régimen descubrieron un manifiesto comunista que él había fir'nado en su juventud, el dictador no se preocupó demaqiado por ese hallazgo. Se limitó a hacer un comentario sorprendente y pateinal: ,,Los artiítas son almas ingenuas. Hoy firman una cosa; mañana, oüa,,

173

1*¿

r- + ¡,

7

J

! ,1

a

?''

t-t I ¡*

L

ri I 't t

:t

I

PEI{ELOPES IIES]IUDAS OUE GUSTABA]I

A U]{ PURIIA]IfI En la estatuaria heroica del arte nazi haha desnudos, como verduras aromáticas er u. estofado, para que las exposiciones resuitaser más sabrosas y la gente mirase tambien l¡ obras menos llamativas. Durante la dec¿d¿ del treinta, Alemania se destacó por cierto puritanismo mil¡tante. Pero nadie protetaba en esas muestras, ni siquiera el puritano que en otros aspectos- de Adolf Hitler.-a.-r..ci¡re

aceptación de ciertos óleos con denudc sorprendía incluso al cínico Dr. GoebbeLs. De cualquier modo, esa aceptación de-per-

día de cómo los pintores se aiustaban ¿ ;G conceptos del Führer. Este pretendía que la mujeres representadas tuviesen cuerpos l¡npios, con pechos exuberantes, vientre chdo. muslos largos y piernas esbeltas, de acuerdo con el modelo ideal de la virgen nórdica. \'si

se las mostraba en un escenario rural o en e contexto de algún mito consagrado. carn por ejenrplo, una pareja.de diosas que sinrbe lizaran las fuerzas de la naturaleza, los rendimientos reales de los desnudos podían -r

bastante sugestivos. La propaganda nazi esperaba que esa potrnografía oculta ayudara a incrementar el 'rúmero de nacimientos y a estimular a los csn-

batientes con la promesa implícita de Perrlopes voluptuosas que aguardarían su retorno de la guerra. "Al volver del frente --decía Hitler- tienen la netesidad física de olvidar to da la suciedad y admirar la belleza de la formas."

El pintor Sepp Hilz, trabajando en su taller en Babiera, trasforma hábilmente a una agraciada

modelo en una "Venus campesina": mezcla artesanal de sencillez rural, ideal racial v concupiscencia

175

L f:

d

d

t

I

¡

t

I Estas simbólicas, cuasi-castas figuras del Agua y la Tierra componen la tabla central de un tríptico titulado "Los cuatro elementos", realizado en 1937 por Adolph Ziegler, el pintor favorito de Hitler. La obra ocupaba un lugar de honor en la casa del "Fúhrer" en Munich



F

rft

L-

HulllltDEs ilrEilBnfts DE 1A RAZA SUPEBIOR Los artistas de Hitler no sólo llevaron el arte al

pueblo, sino que también procuraron que la gente común participase en el arte como runca lo había hecho. Cientos de pinturas y estatuas, realizadas por simples trabajadores, reiteraban el mensaje de que todos los alemanes formaban una gran familia laboriosa, más unida por la tierra, la sangre y sus firmes ideales que cualquier otra nación. Los personajes de esos himnos visuales raras veces sonreían: presentaban mandíbulas apretadas, expresiones severas. Hasta los niños y los animales parecían imbuidos por un grave sentimiento de determinación u obediencia. Pocos sujetos se mostraban en actitudes ociosas. Los operarios usaban o, por lo menos, empuñaban sus herramientas. Los labradores, aún descansando y luciendo sus trajes

dominicales, sugerían la idea de que estaban listos para reanudar sus tareas en el campo. A partir de la guerra, la canonización de obreros y campesinos cobró más impulso. En obras dedicadas al heroísmo del ejército, fornidos trabajadores se alinearon con los combatientes en metros cuadrados de lienzo y en toneladas de piedra, indicando que ellos también eran soldados, encargados de suministrar a las tropas los alimentos y las armas vitales pa-

ra los triunfos del Reich.

En este bronce realizado en l93B por Hans Breker, hermano menor de Arno, un minero de firme mandíbula empuña su piqueta cual si fuera un arma, sugiriendo que él también, como todo

soldado de uniforme, es un combatiente importante para la patria

179

"Obreros, campes¡nos y soldados": tríptico pintado en 1941 por Hans Según esta composición, los mineros y el agricultor -ro" casi tan prominentes como el soldado, el hombre de la aviación y el de la annada. Los combat¡entes miran con confianza hacia el futuro por e¡cima del horizonte y los trabajadores expresan un sereno orgullo por su eíeno de apoyo a los guerreros del "Reich" mirando directamente a los o'os ce/ obsen'ador

khmiu-lliedenbrück.

F 7:

181

I

ia.c z -ry.ffr.inapte

de Ceorge Washington, manifestantes estadounidenses de origen alemán, militantes del "Cerman-American Bund" contrarios a la guerra y antisemitas, exhiben iuntas la bandera nacional y la cruz gamada

139