Arte Africano

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jouspevddjpo! ¿Qué es el arte africano? Si arte africano fuera todo aquel que se encuentra o produce en África, entonces deberíamos incluir el arte egipcio, el helenístico y el romano del norte de África, el arte musulmán o incluso el arte producido por los descendientes de los colonos europeos que llegaron a África hace siglos (Afrikaans, por ejemplo). Sin embargo, ninguno de estos se considera “arte africano”. Tampoco se define como africano el arte que se produce en Madagascar, cuya población es de origen Indonesio y que por lo tanto tiene más conexiones con el arte oriental. La cultura africana es una mezcla de culturas de muy diversa procedencia que coexisten en un mismo continente. Lo que occidente considera “arte africano” es un conjunto de manifestaciones culturales que se localizan en el África subsahariana y que corresponden principalmente al periodo pre colonial, es decir, el periodo en el que dichas culturas originales y únicas no se ven “contaminadas” por la influencia occidental o la asiática.

¿Quién define el arte africano? El “arte africano” ha sido usualmente definido por historiadores del arte, directores de museos y comisarios de exposiciones que casualmente no son africanos. De hecho, las mayores colecciones, publicaciones y estudios sobre arte africano se encuentran fuera del continente africano. Lo que se puede decir es que África es una amalgama de diversas culturas indígenas que tienen algo en común: viven bajo regímenes políticos y económicos desarrollados, en su mayoría, por europeos y siguen en la mayoría de los casos dominados por ellos. Por lo tanto es imposible disociar el arte africano del concepto creado en occidente. Esto refleja la desigual relación entre la cultura africana y la occidental. Así, un mismo objeto puede ser considerado artístico en nuestra cultura, mientras que en la cultura africana es considerado un objeto meramente artesano o ceremonial.

¿De dónde viene la definición de arte africano? Desde hace más de 500 años el colonialismo europeo ha ido despojando de piezas y artefactos al continente africano, en forma de botín de guerra o simplemente como comercio de curiosidades exóticas. Hace más de 250 años comisarios de arte y museos de reciente creación en Europa, comienzan a poner en valor una serie de objetos con interés antropológico. Así pues estos objetos se empiezan a exponer en museos etnográficos. No es hasta finales del siglo XIX, cuando primero antropólogos y después estudiosos del arte empiezan a considerar estas piezas como arte. Coleccionistas y estudiosos europeos interesados en objetos simbólicos de ciertas culturas indígenas, empiezan a considerar a estas piezas como ejemplos de una manifestación cultural salvaje o primitiva. Es entonces cuando se empieza a hablar de “arte primitivo” o “arte africano”. Conforme avanza la conquista colonial de África por parte de Europa, algunos objetos pasan de aparecer en mercados a las colecciones particulares, de reunirse en museos etnográficos, a finalmente trasladarse a los museos de arte.

¿Qué vio Occidente en el Arte Africano? Al principio el interés de Europa por estas piezas era eminentemente antropológico y no de orden artístico. Pero a principios del siglo XX, artistas adscritos a movimientos de vanguardia con sede en París, hastiados del arte académico europeo, empiezan inspirarse en esculturas y máscaras africanas. Son estos artistas europeos los que ven en estas obras valores simbólicos y formales destacables que empiezan a incorporar a sus propias obras como reacción en contra del academicismo imperante en el arte occidental. Valoraciones estéticas como: fuerza, expresividad, síntesis, geometría, abstracción, profundidad, carga psicológica, intuición y primitivismo, pertenecen más al ideario europeo que ve esas obras, que lo que realmente esas obras significaron para las gentes que las produjeron. Es a partir del estudio de los trabajos de estos artistas cuando los historiadores del arte empiezan a considerar estas piezas como objetos artísticos y a exponerse en museos o galerías de arte.

¿Qué trató de ocultar occidente del arte africano? Hay que decir que la visión del arte africano que tenemos ahora difiere bastante de aquella que preconizaban los colonizadores en sus primeras exposiciones. Estas piezas eran exhibidas como prueba del primitivismo y la falta de civilización de estas culturas, de su rudeza, de su bestialidad, salvajismo e ignorancia. Esta visión en gran medida proyectaba para justificar la preeminencia de la cultura europea sobre la africana y por tanto la necesidad de “civilizar” a estas gentes a cualquier precio. La conquista de otras culturas, como una suerte de misión civilizadora, es una de las características más acusadas de las políticas imperialistas, tan en voga en este periodo del desarrollo económico de Europa y que tan nefastas consecuencias han acarreado al continente africano, entre otros. Posteriormente, visiones de África más benevolentes aparecen en la cultura occidental, esta vez argumentando a favor de las víctimas y denunciando las atrocidades cometidas, pero estas imágenes han sido en su mayoría tachadas de paternalistas e inexactas.

Habría que preguntarse cual es la visión por parte de los africanos de su relación con occidente. Esta visión africana de la cultura occidental, tal vez comenzaría con el tráfico de esclavos, más tarde la conquista de sus tierras, después la formación de estados títere y para finalizar: la implantación de economías capitalistas a través de programas de ayuda al desarrollo. Estos temas casualmente casi nunca aparecen en el llamado arte africano.

¿Exposiciones europeas convirtieron estos objetos en arte? Hasta el siglo XX ningún europeo, que no hubiera estado previamente en África, podía ni imaginar en su contexto estos objetos ya que no existían unos medios de comunicación tan globales como ahora y por lo tanto el único conocimiento que se tenía de estos objetos era a través de colecciones y museos. Los europeos se acostumbraron a ver estas piezas en vitrinas, en pedestales o colocadas decorando muros y aprendieron a verlas como obras de arte, pero lo más probable es que estas obras fueran usadas en su entorno con fines menos contemplativos, estéticos o artísticos. Los artistas, críticos e historiadores occidentales vieron en estos objetos proyecciones que tienen más que ver con sus propias fantasías y creencias que con las de los auténticos dueños de estas obras. Así lo que para nosotros es una obra de arte para ellos puede que no sea más que un disfraz, un recuerdo o incluso un remedio médico.

UBMMBt!Z!CSPODFT! La escultura occidental ha sido influenciada notablemente desde tiempos remotos por la africana, sobre todo por la egipcia. Sin embargo, no es este tipo de escultura que denominamos escultura africana. La escultura africana se suele identificar con la talla en madera o marfil de las regiones centrales del África subsahariana. Estas regiones apartadas del Islam y el Cristianismo conservaron sus propias creencias y ceremonias ancestrales así como su propia artesanía. Para el colono europeo estas formas de expresión supusieron en el comienzo un verdadero choque cultural que sirvió de argumento para calificar al africano como salvaje y primitivo. Tal vez con la intención de demonizar a aquellos que debían ser sus víctimas. La mayoría de las piezas proceden de un solo tronco, se tallan mediante una azuela, finalmente se acaban con formón o cincel y no se suelen emplear técnicas de carpintero como ensambles o encolados, pero sí otros materiales como fibras naturales, textiles, cuentas de cristal, conchas, clavos, alambres, etc.

A pesar de no ser artesanos especializados, sí que es cierto que existe un aprendizaje con maestros y en función de la habilidad que demuestre el aprendiz, éste puede finalmente desarrollar su propio estilo. Para ello puede solicitar apoyo espiritual para su trabajo empleando rezos y ofrendas que aseguren el éxito en su carrera. Los escultores más hábiles reciben encargos como: decoración de utensilios y herramientas de uso diario, objetos ceremoniales o relieve arquitectónicos con la misión de realzar el estatus de los jefes o reyes. También realizan imágenes y máscaras para invocar a los espíritus o para contener fuerzas mágicas. Los estilos pueden ser tan variados como los lenguajes y costumbres de las tribus a las que pertenecen. Algunas de estas obras ni siquiera aparecen en público pero cuando se muestran, se les juzga no tanto por razones estéticas como por su propósito o el significado simbólico que conllevan.

nbtdbsbt Algunos de los artefactos más evocadores del arte africano para los europeos son las máscaras. Generalmente diseñadas y esculpidas para transformar el rostro humano. Para empezar, las máscaras en África no son solo esculturas y a menudo ni siquiera están talladas. Hay muchas razones para transformar la apariencia de una persona. En algunas partes de África los hombres (raramente las mujeres) se visten para encarnar espíritus, masculinos o femeninos, o para sencillamente impresionar a su audiencia. Generalmente se emplean ritmos y cánticos que ayudan al dramatismo de la escena, generando asombro, excitación y divertimento, o todo al unísono. Cuando los europeos llevan a los museos esas máscaras, éstas se desvinculan de todo el sentido para el que fueron hechas y las rodean de otro ritual muy distinto y ajeno desmontándolas y metiéndolas en vitrinas. Es la persona completa con su máscara la que con el cuerpo pintado y vestido con tejidos de fibras naturales, danzando al ritmo de los cánticos y las percusiones, crea esa atmósfera que induce emociones a la audiencia.

joevnfouBsjb Los antropólogos han tratado desde hace tiempo a la indumentaria y joyería africana como un arte, de hecho se incluyen en libros de arte y exposiciones de arte africano. En algunas partes del continente africano no es necesario vestir demasiada ropa, por lo tanto su indumentaria es más lo que nosotros entendemos como ornamento que ropa. Se utilizan todo tipo de fibras deshilachadas, pintura corporal, escarificaciones y otras formas de decorar sus cuerpos. Esculpen su pelo con patrones y formas elaboradas. Se emplean cuentas de vidrio, conchas, alambre y otros materiales locales o importados. Con la incesante presencia europea en África, todos estos vestigios van desapareciendo a favor de los tejidos importados de otras partes del globo que son mucho más económicos. Así pues, los africanos han importado y adaptado tejidos incorporándolos a su propia indumentaria, reservando los tradicionales para celebraciones o eventos especiales.

BSNBt Los historiadores nunca considerarían las armas existentes hoy en día en África como un objeto artístico y no solo porque el armamento africano actual procede casi en su totalidad del extranjero. Sin embargo, durante la época colonial, los europeos consideraron que las armas africanas poseían cierto carácter estético. Y por ello las dispusieron a modo de objetos artísticos en los muros de los museos de media Europa. El virtuosismo de los herreros del África central subsahariana desarrolló armas con un despliegue de formas tal que cautivó la imaginación de occidente con escenas de guerra salvajes y exóticas. El armamento norte africano, que estaba más influido por la civilización europea carecía de interés, pero cuanto más al sur, menos se siente esta influencia y más se percibe el trabajo de herreros locales. Estos heredaron los secretos de una artesanía esotérica y mágica. Conforme avanza el proceso de colonización de África estas armas desaparecen por ineficaces contra el armamento occidental y se relegan únicamente para actos ceremoniales.

bmgbsfsjb! La arcilla es un material con un potencial artístico especial, no solo por su versátil plasticidad sino porque, en África, está principalmente trabajada por mujeres. Solamente en las zonas del norte son los hombres quienes los trabajan con tornos, otra vez, influenciados por las culturas mediterráneas. Sin embargo en las zonas apartadas de la “civilización” son las mujeres (generalmente familiares de los herreros) las que continúan trabajando la alfarería. Este trabajo no ha sido valorado suficientemente por las sociedades locales o, incluso las occidentales, a pesar del empleo de formas elegantes y sencillas decoradas con fuertes motivos táctiles de gran encanto. Generalmente se hacen por estiramiento y enrollado, esparciendo la arcilla mediante presión y maceado. Esta técnica requiere la mínima tecnología. Se produce así una cerámica ruda, áspera que se decora con incisiones en algunos casos o se sella mediante bruñidos o aceites.

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Versiones más elaboradas de estos objetos servían a fines ceremoniales como matrimonios o defunciones.

Desde que los europeos descubrieron el “arte africano”, esta noción parece haberse expandido desde la escultura figurativa hacia todo tipo de artefactos.

Otros, los más trabajados, fueron encargados por líderes políticos o religiosos para simbolizar y celebrar su estatus o poder político. Incluso existen objetos que han sido fabricados especialmente para los mercados occidentales.

De cualquier modo la distinción entre arte y artesanía no parece haberle afectado mucho a los artistas africanos cuyo trabajo ahora se exhibe en los museos. Esto no quiere decir que estos artistas no tuvieran criterios estéticos y no fueran críticos con su propio trabajo. Algunos objetos fueron concebidos para tener gran impacto visual, ser estéticamente placenteros, causar emoción o contener significados simbólicos. Estos deberían ser valorados en estos términos ya que raramente eran producidos para la contemplación artística. La mayor parte de los “artistas” que produjeron el “arte africano” eran hábiles artesanos trabajando para un particular tipo de cliente. Algunos de los utensilios de uso diario, textiles, herramientas y armas puede que hayan sido fabricados para el comercio interno.

La idea de “arte” es un campo de actividad particularmente desarrollado en occidente, que los occidentales han definido y aplicado a otras culturas según criterios europeos. Los africanos raramente han creado objetos por amor al arte y en este sentido se encuentran emparentados con los artistas europeos anteriores al renacimiento.

hbmfsjb!p!nfsdbep! Los africanos han estado manufacturando objetos que han ido llegando a occidente durante siglos, pero es durante el siglo XX cuando se produce una verdadera invasión de productos fabricados en masa para los mercados occidentales apelando a nociones de exotismo, primitivismo y belleza salvaje. En otras ocasiones han sido los mercados occidentales los que han tentado a campesinos y tribus a vender sus objetos tradicionales y reliquias con tal de hacer negocio con ello. El mercado de símbolos de estatus o el mercado inversor de arte occidental, atribuye un valor especial a todo aquello que es: antiguo, usado y aparentemente africano. Sin embargo, muchas falsificaciones invadieron e invaden el mercado occidental del mismo modo que se venden copias falsas del arte europeo. No debemos olvidar el verdadero arte africano actual, ya que los africanos, algunos educados en occidente se dedican a desarrollar un arte africano contemporáneo, a caballo entre estos dos mundos, donde se reflejan la problemática y contradicciones de la cultura africana de hoy en día.

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! Mb!dptub!pftuf! Desde finales de siglo XVI, la caída del Imperio Shongay ha ido forzando el desplazamiento interno de los pueblos Mandé que abandonaron el interior y se establecieron en las actuales Liberia, Guinea, Sierra Leona y Costa de Marfil. El África occidental situada en torno al río Níger ha tenido, por tanto, larga experiencia en la convivencia de pueblos muy diversos entre sí. Todos ellos han encontrado un punto en común al pertenecer a sociedades secretas, con fines religiosos y morales, como el Poro. Debemos entender la presencia de expresiones artísticas como las máscaras tradicionales en las diversas culturas, con una novedad en este caso: las mujeres también pueden hacer uso de ellas, contradiciendo el tradicionalismo en resto de África.

Mb!tbcbob!pftuf! Las relaciones comerciales entre regiones desérticas, el área mediterránea y la zona del golfo de Guinea han sido siempre muy intensas a pesar de encontrar en las sabanas de África una frontera natural común. Prueba de ello son los descubrimientos de esculturas de terracota que datan de los siglos IX al XV. Los pueblos Mandé,al igual que los Bamana y los que hablan lenguas voltaicas: los Mossi, los Gurma, los Senufo y los Lobi se han desarrollado en torno al rio Volta. De entre estos, algunos han fundado reinos de carácter expansionista y fieles al credo islámico como los Mandé, mientras que los voltaicos a excepción de los Mossi, que ha creado comunidades más liberales.

Mpt!QVFCMPT!BLBO Entre los pueblos Akan que habitan el territorio comprendido entre Ghana y Costa de Marfil, como son los Ashanti, lo Fante, los Baule, los Abron y los Anyi, se han establecido relaciones entre sus expresiones artísticas. Los Ashanti han regulado su sociedad con la constitución de una monarquía del siglo XVII al XVIII desconociendo el uso de las máscaras en los rituales. Los Baule se han reunido bajo gobiernos más democráticos basados en los valores morales del individuo y la sociedad. Han introducido el uso de las máscaras gracias al encuentro con los pueblos de Costa de Marfil, donde emigraron en el siglo XVIII desde Ghana. Los pueblos Akan han acabado con el transcurso del tiempo incorporando las influencias recibidas de la cultura europea y musulmana, prescindiendo del islamismo.

Mb!dptub!ef!psp!z!!!!!! fm!wbmmf!efm!ojhfs! Los Yoruba y los Igbo se distinguen por la calidad de sus obras de entre otras doscientas etnias que habitan Nigeria. La cultura yoruba ocupa la fértil zona suroeste del valle del Níger. Si bien hay referencias sobre ella desde el siglo VI d. C, su etapa de mayor desarrollo se extiende entre los siglos XI al XVI d.C., entonces estaba organizada en etnias y ciudades-estado (las más emblemáticas Ife, Oyo y Owo). En la sagrada ciudad de Ife-Ife se localiza el origen cosmogónico de la creación yoruba. En el yacimiento de Igbo Jonah, aparte de numerosos objetos de hierro, cobre y terracota, sobresalen excelentes utensilios cerámicos ornamentados con motivos geométricos y zoomorfos, cuya funcionalidad era con toda probabilidad ritual.

Mpt!cspodft!ef!jgf Capítulo aparte merecen los bronces de Ife, realizados por los Yoruba, tienen unas características muy particulares. Fechadas globalmente en los siglos XI-XIII, se cree en general que proceden de un ámbito muy restringido: las de bronce, en particular, no llegan, hoy por hoy, a la treintena, y pudieron ser realizadas en un mismo taller, quién sabe si todas ellas por encargo de un “oni” concreto. En cuanto a ciertas diferencias estilísticas de matiz podrían explicarse por el carácter del personaje esculpido: las que representan a monarcas que conservan por ello proporciones oficiales, mientras que las estatuas más ornamentales, le permitirían al artista mayor libertad en su búsqueda del realismo. Las esculturas representan a figuras humanas de una sección de la sociedad de Ife y brindan una fascinante mirada a las costumbres locales y creencias de esos tiempos. El carácter de realismo idealista del clasicismo griego es el mismo criterio estético que domina estas figuras, magníficos ejemplos de la hierática Yoruba.

La decoración corpórea tiene una importancia fundamental. El uso de la pintura corporal estaba muy extendido. Como muestran los bronces y terracotas, se usan pigmentos obtenidos de elementos minerales o vegetales y el cromatismo se circunscribe a cinco tonos básicos: el rojo de las arcillas y minerales de hierro; el negro del carbón vegetal o marfil calcinado; el blanco de alguna arcilla tipo caolín o el azul extraído de algunas sales de cobre y tintes vegetales y el amarillo ocre. Todo este cromatismo está asociado a significados específicos. También estuvo muy extendida hasta el siglo pasado la práctica de las escarificaciones como sistema decorativo corporal, tanto en el rostro como en el resto del cuerpo. Normalmente son incisiones paralelas y longitudinales, aunque también aparecen imitando los bigotes de los felinos y otras formas. Se ha especulado sobre los motivos del drástico decaimiento del arte yoruba a partir del siglo XV. Existen varias causas, la más verosímil sería las razias esclavistas llevadas a cabo por los portugueses a partir de 1441 con el fin de capturar mano de obra para la obtención de oro, cobre y otros metales, en las minas de las zonas altas del Níger. Lógicamente los metalúrgicos que manufacturaban los metales, serían junto con los artesanos capaces de fabricar los utensilios necesarios, los primeros en ser apresados. Tras la primera incursión esclavista, que originó el amurallamiento defensivo de la ciudad, estos pueblos establecieron pronto alianzas con los portugueses, actuando a su vez como traficantes esclavistas para ellos y también para los traficantes islámicos.

Mpt!cspodft!ef!cfojo! Los bronces de Benín son una colección constituida por más de mil piezas conmemorativas que provienen del palacio real del reino de Benín. Fueron creadas por los pueblos edos desde el siglo XIII y, en 1897, los británicos se apoderaron de la mayor parte de ellas. Doscientas de estas piezas fueron llevadas al Museo Británico de Londres, mientras que el resto se repartió entre otros museos. Actualmente, una buena parte aún se encuentra en el Museo Británico, concretamente en la sala 25 (en la sección de África). Otras piezas se hallan en los Estados Unidos y Alemania, entre otros países. Los bronces de Benín propiciaron una mayor apreciación por parte de Europa de la cultura africana y del arte tribal. Inicialmente, parecía imposible e increíble que gente tan «primitiva» y «salvaje» fuese la responsable de la creación de objetos tan desarrollados. Incluso se llegó a la conclusión que estos habían tomado el conocimiento metalúrgico de los portugueses. Actualmente, se sabe que los bronces eran fabricados en Benín desde el siglo XIII y que buena parte de las colecciones datan de los siglos XV y XVI. Se cree que los dos periodos dorados en la creación de bronces fueron el reinado de Esigie (c. 1550) y el de Eresonye (1735-1750).

Si bien el conjunto de piezas recibe el nombre de «bronces de Benín», no todas las piezas son de este material: también las hay de latón, o de una mezcla de bronce y latón; de madera, cerámica, marfil, etc. Los bronces han sido producidos por medio de la técnica de cera perdida y son considerados como las mejores esculturas hechas con esta técnica. Durante el siglo XVIII, se recogieron pocas piezas y recién a inicios del siglo XIX, cuando se inició la colonización y, principalmente, las misiones, fueron llevando obras a Europa, donde eran vistas como simples curiosidades de cultos «paganos». Se trataba de un tesoro en el que destacaban cabezas de reyes, figuras de leopardos, campanas y un gran número de placas con altorrelieve, todas ellas realizadas con sorprendente maestría. Posteriormente, en 1910, el investigador alemán Leo Frobenius llevó a cabo una expedición a África con el propósito de recoger obras de arte africano para los museos de su país. El expolio fue tan grande que actualmente solo quedan en Nigeria unas cincuenta piezas, mientras que las colecciones europeas y estadounidenses cuentan con unas 2400.

Dbnfsvo!z!hbcpo El arte de Camerún occidental, arquitectónico, estatuario y de objetos cotidianos, nace de la voluntad de homenajear al poder, espiritual y temporal del monarca. En torno a su figura encontraban la fuerza para lograr la unidad identitaria los diversos pueblos que habitaron las zonas camerunenses desde el siglo XV, súbditos de los diversos reinos (Bamun, Bamilake, Tikar) resultado de la unión de pueblos indígenas que llegaban a la zona. Las máscaras actuaban como símbolo insumisión, señal de la oposición al rey y de la existencia de grupos ocultos. En Gabón, la comunidad se rige por formas de poder menos absolutas o centralistas y las expresiones artísticas muestran su respeto y culto a los ancestros.

! Mb!sfhjpo!efm!dpohp! Los pueblos de lengua bantú ocupan toda la gran región congoleña alrededor del ecuador. En el oeste se encontraba el reino del Congo; cuyo fin se produjo al inicio del siglo XVII, ha sido muy conocido gracias a los fetiches de clavos, la máscaras y los tejidos de rafia que se han encontrado. El reino de los Chokew, que prosperó entre el Congo y Angola, dedicaba la mayor parte de sus obras al héroe fundador. En el este, sin embargo, el reino de Luba, en su máximo esplendor en el siglo XVII, honraba la descendencia por línea materna de la propia sociedad, convirtiéndola en sujeto de expresiones artísticas. El soberano y la nobleza son los protagonistas de arte Kiba, expresión de un pueble residente en Kasai y dirigido, a comienzos del siglo XVII, por la dinastía Bushongo.

FTUF!Z!TVS!BGSJBDBOP! En el África oriental la influencia cultural y económica de los pueblos de lengua swahili y de la cultura islámica fue muy importante. A pesar de los intercambios, los Makonde situados entre Tanzania y Mozambique, han mantenido una identidad precisa y su propia religión. Este hecho ha marcado la producción de máscaras: las mapico señalan el respeto que la sociedad tenía por los difuntos. En África meridional, los pueblos de lengua bantú, Ngumi, a comienzos del siglo XIX, convirtieron su propia organización social en estados con poder de tipo militar como los Zulú, Sotho, Swazi, Xhosa y Ndebele, regulados por la descendencia de la línea paterna. Estos pueblos dominaron a todas aquellas poblaciones que encontraron en su camino hasta Tanzania. Expresión de esta sociedad en el campo artístico, son los objetos relacionados con el individuo: prendas con cuentas, reposacabezas y cucharas antropomorfas.

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Fm!bs F suf!bg gsjdbo op! jotqjs j b!b!p pddjef fouf! El E arte africano o, además de e su importanccia inherente a la gente g que lo produjo, ha a inspirado a algunos de los principales p artistas y movimientos del arte e contemporán neo, ta anto en Europa como en Am mérica. Los L artistas occcidentales de el siglo XX, especialmente e los fa auvistas como Matisse y los ccubistas como Picasso y Braq que, admiraron a la im mportancia que e se concede a la abstracción n en el e arte africano o y vieron en él la justificacción de su pro opia re ebelión contra a los academiciistas, tanto en la forma como o en el e color; tambié én en Alemania, los grupos Die Brücke y Der Blaue B Reiter bu uscaron la fuerza de expresió ón de las másccaras africanas, a estim mulando así su u falta de pre eocupación po or el naturalismo. n Las L paletas cubistas c de Braque, Juan Gris o Pica asso re ecibieron la influencia de la geométrica esstilización africcana. Muchas M máscaras o figurras antropom mórficas africa anas trransgreden la a imitación na aturalista de moldes naturrales preexistentes. p E rostro pierd El de sus proporciones naturales en fa avor de una libre combinación de planos y volúme enes geométricos. g

El E grupo de los fauvistas (Derain, Mattisse, Maurice de Vlaminck) V rindió ó culto al pode er expresivo de el color. El E color no se añade a y pigmenta las formas,, sino viceversa a. La pincelada p delin nea la forma y construye con n líneas cromátticas lo os volúmeness. En la pintura de máscaras y estatu uillas africanas, a el color es usado ccon tonos vivo os y libres de todo t precepto p realistta. La libertad e intensidad cromáticas c africcana in nspiraron la brujería visual de e los exaltadoss colores fauvisstas. Las L exasperaciones del colo or podían exp presar también el dolor d y la angu ustia del conflicto social, como en el caso o de Die D Brücke, lo os expresionisstas de Dresd de (Ernst Lud dwig Kirchner, K Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottlu uff), o en pintores como c James En nsor y Munch. Der D Blaue Re eiter, el otro o grupo exprresionista alemán in ntegrado por el e alemán Franz Marc, el ruso o Vasili Kandinsski y el e suizo Paul Klee, también profesó admiracción por el arte e no naturalista n de lo os pueblos afriicanos y de Occeanía. La L inspiración africana tamb bién aparece claramente en la obra o de Amed deo Modigliani, Constantin n Brancusi, He enry Moore, M George e Baselitz o Julio González.

Hay H otros aspecctos, como son n la espiritualid dad, el vínculo con la a naturaleza, etc. aspecto por el que ya y se interesa aron surrelistas como Cocteau, e el ritual y lo sa agrado que ess un elemento e que está en la ba ase de todos las performan nces desde d Joseph Beuys B o Ana m mendieta La L riqueza de la a escultura africana es tal, qu ue su influenciia se percibe p clarame ente incluso en generacione es muy posteriores como c Manolo Valdés, V Mique el Barceló o Jau ume Plensa.