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IX Bienal 2000. Primer Premio "Hexágono de Oro". Enrique Ciriani. Casa Santillana en Playa Escondida, Lima. A fines de l

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IX Bienal 2000. Primer Premio "Hexágono de Oro". Enrique Ciriani. Casa Santillana en Playa Escondida, Lima. A fines de los noventas se iniciaba el despunte inmobiliario en los balnearios de Asia-Cañete al sur de Lima donde se ubica esta casa de playa, citando al arquitecto Frederick Cooper: es una oportunidad para que Ciriani nos dé “una clara síntesis del orden tectónico que ha estado labrando desde que inició, aquí en el Perú y hace cuarenta años, su peregrinaje a través del mundo arduo y desafiante del diseño actual, ese compromiso siempre relegado a la devoción de los muy contados arquitectos o intelectuales que en todas las épocas se han resistido a asumir su oficio mimética o insconcientemente, y gracias a los cuales las ciudades y los monumentos son las expresiones aún más visibles de nuestras culturas”(1). Recordemos que Enrique -Henri- Ciriani, es un arquitecto peruano que ha desarrollado su carrera en Francia, siendo uno de los mayores referentes de la arquitectura francesa sobretodo por sus obras de vivienda social y museos, siguiendo siempre la línea modernista heredada de Le Corbusier. En palabras del propio Ciriani, la memoria del proyecto: “Estamos en el umbral de algo nuevo. Esto no va a ser una época de ideologías orientadas socialmente. Sino una época liberada frente al futuro implícito. Esta situación hace que todos los

avances tecnológicos aparezcan como muy deseados y está creando nuevas posibilidades visuales y espaciales para las casas. Nuestro proyecto trata de responder a esta nueva situación. Tratamos de concentrar nuestros esfuerzos en dos direcciones: ambas tienen que ver con el espacio. Una con la apertura de los espacios cerrados y la otra con el cerramiento de los espacios abiertos. Estas condiciones opuestas se reúnen a partir de la equivalencia de los planos verticales y horizontales que aparecen como ligados entre sí. Lo que llamamos "el movimiento continuo de la materia". Morfológicamente, esta casa es un cubo cuyo zócalo, base horizontal, circunda un patio centrípeto que emerge verticalmente para fundirse con un volumen superior centrífugo cuya transparencia está contenida por una cinta continua de concreto. Este espacio central ascendente juega el papel de anclaje visual. Para lo cual hemos cubierto el volumen de la escalera de cerámica y bloques de vidrio produciendo una referencia visual que es, al mismo tiempo, la imagen de la perfección del producto industrial, así como de la obra pictórica, en referencia a la constante de habitar en torno a una imagen poética y ejemplar de fresco, sombra, brisa y playa. La presencia de la palmera nos mantiene en el diálogo necesario entre lo artificial y la naturaleza. El primer piso está ocupado por los cuartos de los niños, de huéspedes y de servicio, así como un garage para dos automóviles y un bote. El piso principal está destinado a la vida social de la familia y, en el más alto, los aposentos de los dueños de la casa y su solario.”

La casa Santillana es el resultado de obsesiones fomentadas por mi trabajo en Francia…la búsqueda de equilibrio entre el vacío y el lleno y de la equivalencia visual entre la horizontal y la vertical. El objetivo es el de poder crear un movimiento continuo de la materia, condición que me permitiría cerrar virtualmente espacios abiertos y abrir los espacios cerrados… mi convicción es que el encerramiento es opuesto a la necesaria libertad del espacio moderno y que al espacio interior

debe dársele la posibilidad de poder quedarse adentro, que la necesaria dilatación del espacio no se acompaña de extracción hacia afuera (permitir una estabilidad interior). Un lote de esquina, con tres lados libres, me permitió construir este objetivo.

“Tratamos de concentrar nuestros esfuerzos en dos direcciones: ambas tienen que ver con el espacio. Una con la apertura de los espacios cerrados y la otra con el cerramiento de los espacios abiertos. Estas condiciones opuestas se reúnen a partir de la equivalencia de los planos verticales y horizontales que aparecen como ligados entre sí. Lo que llamamos 'el movimiento continuo de la materia'. Morfológicamente, esta casa es un cubo cuyo zócalo, base horizontal, circunda un patio centrípeto que

emerge

verticalmente

para

fundirse

con

un volumen

superior

centrífugo cuyatransparencia está contenida por una cinta continua de concreto. Este espacio central ascendente juega el papel de anclaje visual. Para lo cual hemos cubierto el volumen de la escalera de cerámica y bloques de vidrio produciendo una referencia visual que es, al mismo tiempo, la imagen de la perfección del producto industrial, así como de la obra pictórica, en referencia a la constante de habitar en torno a una imagen poética y ejemplar de fresco, sombra, brisa y playa. La presencia de la palmera nos mantiene en el diálogo necesario entre lo artificial y la naturaleza.”