Arena-en-El-Desierto.doc

Arena en el desierto Carmen_valenci a Arena en el Desierto Año 2010. Alrededores de Qala-i-Naw Oeste de Afganistán 19:

Views 214 Downloads 3 File size 329KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Citation preview

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

Arena en el Desierto Año 2010. Alrededores de Qala-i-Naw Oeste de Afganistán 19:56 h Un quejido sale de mi boca en el instante que noto como la primera bala atraviesa mi cuerpo. Es un dolor desgarrador…un dolor que nunca anteriormente había sentido. El resto ya ni las siento entrando y saliendo de mi cuerpo. Sólo sé que se me está entumeciendo el cuerpo, y tengo frío, mucho frío. Bajo mi mano y voy tocando mi cuerpo por donde sé que las balas han conseguido atravesar mi piel…y al levantarla, veo que está roja…impregnada de sangre… Esto no puede estar pasando. Así no se supone que es como he de morir…no así. Se supone que nos iríamos juntas. Dijimos “para siempre”. Maca y yo dijimos “para siempre”. No puedo vivir sin Maca… ¿Cómo voy a morir sin ella? Las piernas me empiezan a fallar y mi cuerpo pesa ya demasiado…no aguanto más. Como si fuese a cámara lenta, mis fuerzas empiezan a flaquear y las piernas no aguantan el peso de mi propio cuerpo y mis rodillas empiezan a doblarse haciendo que poco a poco vaya aproximándome al suelo…Unas manos fuertes y firmes me levantan y me arrastran al interior del helicóptero. Voces chillando y el ruido de los motores del helicóptero al despegar es lo que oigo…miro a la cara de mi salvador…centro mi mirada en sus ojos y lo que veo es terror…terror en sus ojos, al igual que lo hay en los míos. 2. “Tranquila...se pondrá bien” Su voz está temblando y ambos sabemos que está mintiendo. Nunca volveré a estar bien. “¿Están todos abordo?” Mi voz es firme pero pausada. No puedo morirme en los brazos de este muchacho…y no lo haré. No dejaré que me vea morir…es sólo un chiquillo… ¿Que 1

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

tendrá? ¿Veinte años? “Si. Están todos. Y todo el mundo se va a poner bien” Lo repite una y otra vez como si el hecho de decirlo muchas veces fuese suficiente para que pasara de verdad.. “¿Cómo te llamas?” Duele respirar…¡Dios, duele tanto! “Álvaro. Cabo Primero Álvaro Martín, señora” “Álvaro es el nombre de mi hijo….” Mientras hablo, él sigue haciendo presión sobre mi pecho…tratando de parar la hemorragia. Debería decirle que es demasiado tarde. “Cuántos hijos tiene?” “Tres. Dos niñas y un niño”. Me da la vuelta para poner algo en mi espalda que impida que la sangre siga escapándose de mi cuerpo. En la espalda…ahí es dónde me han disparado los muy cobardes…no podían hacerlo cara a cara no, tenía que ser de espaldas. “Mi mujer es pediatra…” susurro. Flashes de Maca pasan por mi mente. Su sonrisa...que hace que me estremezca cada vez que la veo; su mirada…esos ojos marrones en los cuales me perdería y no saldría nunca… Mi pecho sufre espasmos que me provocan un dolor intenso, y me dejan luchando por conseguir una bocanada de aire. El cabo Martín sujeta mi mano mientras yo lucho por calmar mi respiración. Me mira a la cara con detenimiento y es entonces cuando la expresión de su cara cambia y denota una muestra de sorpresa al tiempo que reconoce quien soy. “Sargento, Sargento!! Es la enfermera! Es la enfermera! Lo siento señora….dijeron que había muerto en el otro accidente de helicóptero…Todo saldrá bien…Se lo prometo, señora” “Esther, me llamo Esther…” Es lo último que digo antes de que todo se vuelva negro y me sumerja en la más profunda oscuridad. Todavía recuerdo vagamente la primera vez que le dije a Maca eso… Año 2004. Hospital Central. Madrid. Yo me encontraba en el área de recepción de urgencias en el hospital donde trabajaba, El Central, preguntándole a Teresita (la mujer de recepción) si la nueva enfermera ya había llegado. Eva, Diego y Fran andaban también merodeando por allí. Nada, la nueva enfermera llegaba tarde y me estaba poniendo de mala leche…con todo el 2

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

trabajo que había y yo esperando para hacer de guía!! Una voz me sacó de mis pensamientos: Mujer: “Oye, ¿me acercas una silla de ruedas?” Yo: “Cómo no!” -Qué tía más mandona, pensé en aquel momento. Mujer: “Gracias. Dice que se lo ha hecho al caerse por un mareo. Parece que tiene la tensión muy baja. Podría ser un vaso vagal pero habría que hacer una exploración y una placa por si acaso. De todas formas, conviene mirarle el nivel de glucosa también”. Yo: “Vale. ¿No venís juntas?” Maca: “No, vengo a trabajar. Hoy es mi primer día”. Yo: “Ahh...ven un momento” (ahí te quería pillar yo)- Nos apartamos de la mujer y en un tono bastante borde la puse firme… “Te estaba esperando y, escucha, como no quiero que empecemos mal, lo mejor será que te diga que te ahorres toda esta exhibición y la dejes para el médico que la va a atender, que es el que sabe, vale?.Ahora busca a Elisa, ve a cambiarte, y luego preguntas por mí. Soy Esther. Maca: Esther, mira... Yo: No, perdona, es que no tenemos todo el día. Si, aquella fue la primera vez que le dije mi nombre…nuestra presentación no fue muy cordial que digamos, y mi amigo Rusty fue testigo de ello: Yo: “Rusy,¿ me ayudas?”. No tenía fuerzas para empujar aquella silla de ruedas…había llevado un día agotador, y todavía me faltaba bastante para acabar mi turno. Rusty: “Sí, claro. Y ésa ¿quién era?” Yo: “ Ésa? La nueva enfermera. Va de listilla me parece”. Rusty: "Ya te ha caído mal, te caerá mal toda la vida". No podría haber estado más equivocado Rusty en aquel momento…aunque yo tampoco podría haberme imaginado todo lo que vendría después. 4.

3

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

De forma brusca soy despertada de mis recuerdos…mis memorias, con el aterrizaje del helicóptero. Al abrir mis ojos puedo ver tres caras justo encima de la mía…una de esas personas está sosteniendo un gotero, mientras las otras me están inyectando algo. Me vuelvo hacia Álvaro, y mi mano agarra la suya débilmente. -“No me dejes…” Consigo susurrar antes perder el conocimiento. 5. Año 2004. Piso de Esther. 23:45 h -“No me dejes…queda…quédate conmigo esta noche, Maca” Le beso, abriendo mi boca para permitir que su lengua entre y juegue con la mía. -“¿Estás segura Esther? Mira que a mi no me importa grmhhhhhh….” Otro beso mío, esta vez más intenso, hace que se trague sus palabras. Espero que este beso responda en silencio a su pregunta, y no le quede lugar a dudas de cuáles son mis intenciones… -“Uuuhhmmm…” Un gemido se escapa de mi boca. No lo puedo evitar…no con esta dulce tortura que el ataque de la lengua de Maca está provocando en mí…y sus manos, que finalmente se han colado por debajo de mi camisa... ¡definitivamente parece haber captado mi mensaje! De repente me he puesto extremadamente nerviosa. Es la primera vez que voy a acostarme con una mujer…no se trata de sexo, sino de hacer el amor, y por nada del mundo me gustaría fallarle a Maca…quiero demostrarle cuánto la quiero y la amo…y, y ¡no sé ni por dónde empezar! La boca de Maca abandona mis labios para empezar a recorrer mi cuello, repartiendo besos a diestro y siniestro…sus manos expertas han empezado a desabrochar los botones de mi camisa. Respiro profundamente, intentando calmar el ritmo feroz de los latidos de mi corazón, que en estos momentos late tan fuerte que estoy segura de que Maca puede oírlo. Y parece que no me equivoco porque la boca de Maca llega hasta mi oreja, y tras un pequeño mordisco en mi lóbulo, me susurra unas palabras al oído: -“Tranquila Esther, no pasa nada…sólo déjate llevar, disfruta del momento y no te preocupes por nada, que ya me encargo yo de llevarte al cielo, confía en mi…” 6.

4

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

¡Dios…menos mal que Maca me tenía aprisionada contra la puerta, sino creo que, tras esas palabras susurradas a mi oído, las fuerzas me hubieran abandonado y estaría ahora mismo en el suelo! Las manos de Maca se posan en mis hombros, y mientras sus labios y sus dientes se entretienen con una de mis clavículas, éstas empiezan a deslizar mi camisa, hasta despojarme de ella. Nuestros labios vuelven a juntarse. Rodeo su cuello con mis brazos, dejando que mis dedos reposen sobre su nuca. Me encanta la manera en que nuestras lenguas se enzarzan juntas, pero quiero algo más que esto: quiero piel contra piel! La imperiosa necesidad de oxígeno hace que nuestras bocas se separen…el aliento de ambas entremezclándose, y nuestras narices rozándose. Miradas que se buscan y ojos que se encuentran. No hacen falta palabras. Una vez más, me lanzo a los labios de Maca, pidiendo con mi lengua permiso para entrar… permiso concedido, una vez más. Noto como las manos de Maca van abandonando la posición que tenían en mi cintura para ir a parar encima de las mías, que todavía reposan en su nuca…va entrelazando sus dedos con los míos, hasta que consigue separar mis manos de su cuello, y cogiendo delicadamente mis dedos, empieza a estirar de mi y arrastrarme por el pasillo… -“Ven…vamos a un sitio más cómodo” Al llegar a mi habitación empiezo a desabrochar su camisa, lentamente, mis manos no dejan de temblar…busco la mirada de Maca y en sus ojos sólo veo deseo y aprobación, pero sobretodo amor…eso me ánima a seguir avanzando. Escondo mi cabeza en su cuello y voy depositando besos temerosos…mis manos siguen el camino de mis labios desde su cuello, pasando por su clavícula…hasta llegar a sus hombros, dónde con mucha delicadeza voy deslizando su camisa, hasta hacer que se escurra por sus brazos y llegue al suelo. Vuelvo, con mis besos cortos, a su cuello, y subo hasta su oreja para entretenerme con su lóbulo, mordisqueándolo y succionándolo…y empezando, así de nuevo, un sendero descendente por todo su torso con mis labios…mimando cada rincón de su piel…pasando por sus pechos sin rozarlos, todavía cubiertos por ese sujetador negro de encaje, que me había vuelto loca desde el momento que desapareció su camisa…así, con mis labios, consigo llegar hasta su ombligo, dónde me esperaba una sorpresa. 7. Maca llevaba un piercing en su ombligo!…eso la hacía estar más sexy si cabe…y me excitada todavía más…empiezo a juguetear con él con mi lengua y mis dientes…sigo avanzando, hasta que una mano de Maca me detiene…posándose en mi barbilla, y haciendo que me levante y vuelva a sus labios. Nuestras miradas se cruzan. Mis manos que hasta entonces habían permanecido quietas en su cintura, vuelven a cobrar vida, 5

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

recorriendo su espalda con la punta de mis dedos, y provocando que su piel se erizase. Mis dedos se detuvieron en el cierre de su sujetador, y con algo de torpeza, finalmente consigo abrirlo… y me deshago de él. Con tiento y casi temblando paseo mis dedos por sus pechos, deteniéndome un instante en aquella peca, que me había vuelto loca desde el momento en que la vi. Es un contacto débil, con miedo de poder hacerle daño. Maca agarra una de mis manos y la aprisiona con fuerza contra uno de sus pechos, intensificando el contacto, depositando toda su confianza en mí y haciéndome ver que daño era precisamente lo último que le estaba haciendo sentir. Sus pechos redondos y pequeños encajaban perfectamente en mis manos, como si su destino hubiese sido siempre ese…reposar en la palma de mis manos…me acerco a ella y el aroma de su perfume me invade, haciendo que todos mis sentidos se disparen todavía más. Maca está conteniendo su respiración, expectante a ver cuál será mi próximo movimiento. Alcanzo uno de sus pezones, casi rozándolo con la uña de mi dedo antes de jugar con él con la punta de mi lengua. Una vez está húmedo, soplo, provocando un escalofrío en Maca… Con una ansiedad infinita, me lanzo a besar y pasear mi lengua por uno de sus pechos… prestándole toda mi atención, succionando el pezón…y después prestando la misma atención al otro pecho, tratando de calmar esta sed que ha nacido en mí y que sólo los pechos de Maca pueden saciar en este momento al parecer. Mis manos van a parar al trasero de Maca, colándose por su pantalón, empujándola y atrayéndola más hacia mí…sin despegar todavía mi boca de sus pechos… llevo mis manos hasta la parte delantera del pantalón, bajo mi mano un poco más…notando lo húmeda que está ya Maca…saco mis manos para poder desabrochar el pantalón, cayéndose éste a los pies de Maca, la cuál hasta ese momento había permanecido inmóvil..y digo “ había permanecido inmóvil”, porque de una patada acaba de deshacerse de sus pantalones, y con sus manos en mi cabeza , me atrae hacia ella para ser besada con una pasión desbordante y salvaje…ahora son sus manos las que no paran de deslizarse por mi espalda arriba y abajo… despojándome del sujetador en un abrir y cerrar de ojos, y bajando rápidamente la cremallera de mi falda…y esta vez soy yo la que con una patada la mando a la otra punta de la habitación… De forma inesperada, Maca pasa uno de sus brazos por detrás de mis rodillas y me eleva en sus brazos, sosteniéndome en su regazo. Con una ternura infinita, Maca me deposita en la cama…quedándose ella encima mío… tratando de no descargar todo su peso sobre mí. Un escalofrío recorre mi cuerpo entero al notar por primera vez el contacto de sus pechos contra los míos… Maca cambia de posición y se tumba a mi lado. Con su mirada recorre todo mi cuerpo… -“Eres preciosa Esther” La intensidad de sus palabras hace que me sonroje, y sus manos empiezan a seguir cada 6

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

curva de mi cuerpo: desde mi cara, bajando hasta mis pechos y siguiendo por mi estómago…haciéndome cosquillas al recorrer arriba y abajo mis piernas…y mis muslos. Ahí es dónde empiezo a ponerme extremadamente nerviosa, y ni las dulces palabras que ella va diciéndome pueden calmarme...demasiado avergonzada sólo de pensar que Maca descubra la humedad que ha cubierto mis braguitas. Pero cómo si de un sexto sentido se tratase…ella ha adivinado de dónde proviene mi miedo, y ha dejado allí su mano… haciendo que mis mejillas se sonrojen todavía más. -“No debes avergonzarte de esto Esther…todo lo contrario, es fantástico saber todo lo que te hago sentir así, sin más” Me besa, y me abraza fuertemente contra ella. -“Si quieres que paremos ahora, está bien…sólo tienes que decirlo” Esa preocupación de Maca por mi…su sensibilidad y tacto…hacen que lleguen a lo más profundo de mi alma…sintiéndome querida y amada por la mujer que tengo delante. -“No, no…podemos seguir. Es sólo que estoy un poco nerviosa. Todo esto es nuevo para mi, ¿sabes?” -“Esta bien, sólo dime cómo te vas sintiendo, ¿vale?” -“Vale” Entonces Maca empieza a masajear mis pechos….Con dos de sus dedos pellizca uno de mis pezones… -“Maca” No es más que un débil susurro el que emito…nunca en mi vida había sentido esto. Por un segundo Maca teme que no me haya gustado, pero mi sonrisa me delata y le ayuda a continuar. Su boca desciende sobre mis pechos, besando la piel y finalmente metiéndose el pezón en su boca y jugando con su lengua alrededor. -“Ooohhmmmmm” Un nuevo gemido sale de mi boca…todos estos nuevos sentimientos me están desbordando…me muerdo mi labio tratando de contenerme un poco más. Maca se toma su tiempo y cariño en ambos pechos antes de volver a besar mi boca. Le miro a los ojos y lo que veo es el deseo y amor que siente por mí… me siento segura, y sé que me protegerá.

7

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

De nuevo sella su boca con la mía, iniciando un beso lleno de deseo. Usa su rodilla para separar mis piernas y una de sus manos encuentra en camino hacia mi parte más íntima. Su delicadeza es una dulce tortura para mi...algo que antes nunca había sentido, y… entonces Maca empieza a acariciar mi clítoris con su pulgar, haciéndome gemir una vez más. Su lengua también entra en juego El deseo se incrementa entre mis piernas…es algo casi insoportable. Estoy lejos de reconocer mi propio cuerpo y mis reacciones…y de repente, introduce uno de sus dedos dentro de mi, provocando que abra mi boca en busca de aire, cierre mis ojos y mis manos busquen un refugio al cuál agarrarse…que no resulta ser otro que la cabeza de Maca. Introduce en segundo dedo en mí, y mi cuerpo empieza a temblar bajo el tacto de Maca, al tiempo que las olas de un inminente orgasmo se ciernen sobre mí. Noto el aliento caliente de Maca en mi oído... -“Está bien cariño. Sólo relájate. Deja que el deseo te invada…abandona el control de tu cuerpo…yo estoy aquí para cogerte” Pero la relajación incrementa en inminente orgasmo todavía más, y mi cuerpo no aguanta más. -“Esther…déjate llevar, yo estoy aquí contigo…sólo déjate llevar" Y es entonces cuando el primer orgasmo me llega con una fuerza descomunal…el primero en mi vida! Todavía estoy jadeando y luchando por recuperar el control de mi cuerpo…de volver a este planeta llamado Tierra. Siento sus labios en los míos…besándome dulcemente…consigo abrir mis ojos…llevo mis manos a su cabeza y mirándola directamente a los ojos y con lágrimas de la emoción del momento recorriendo mis mejillas, le susurro: -“ Te Quiero Maca…” 8. -“Señora…Esther, soy el cabo Martín…” Mis ojos se abren y cruzo mi mirada con la de Álvaro. Ya no son esos ojos color miel de Maca los que veo, sino los verdosos ojos y cara morena de Álvaro. -“Maca…Maca…necesito a mi mujer… ¿Dónde está Maca?” -“No lo sé señora…pero estoy seguro de que está de camino”

8

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Mis hijos...dile a mis hijos que les quiero...” -“Se lo diré…¡¡¡mierda!!! ¡¡Sargentooo!!! ¡¡¡Ha dejado de respirar!!! ¡Que alguien nos ayude aquí!” 9. Año 2006. Hospital Central. Madrid. 05:00 am Empiezo a gritar al tiempo que el dolor sacude mi cuerpo entero, otra vez. Voy a Matar a Maca por esta idea! -“¡Señorita pediatra…yo te mato, espera que te coja y verás!” ¡Ahhhhhhhh! -“Vamos Esther…un empujoncito más…¡vamos, que tu puedes hacerlo!” Maca no para de animarme, pero el hecho de ver esa sonrisilla en sus labios no hace, sino ponerme más de mala leche…y que me entren ganas de estrangularla. -“¡Tú deberías ser la que estuvieras haciendo esto, Dios…ahhhhhh…oh, eso duele!” Jadeando y chillando, así me encuentro en estos momentos…e intentando mantener la compostura cuando otra dichosa contracción golpea mi cuerpo. -“Lo sé cariño…lo sé…la siguiente en pasar por esto seré yo” Su voz es irritante y reconfortante al mismo tiempo…no logro decir cuál de las dos cosas, así que aprieto más fuerte su mano. -“Vale Esther, un empujón más, un empujón grande y deberíamos tener a tu bebe” Me dice la doctora desde la parte baja de mi cuerpo. No he sido capaz de sentir nada de cintura para abajo desde hace horas, y hace tiempo ya que me ha dejado de importar quien entra o sale de esta habitación desde que estoy en esta posición. -“Vamos cariño, vamos, tu puedes hacerlo…empuja” Maca me ayuda a sentarme más recta a la vez que la enfermera nos da la cuenta atrás. Grito fuertemente y empujo con todo mi ser, y caigo desfallecida hasta que la melodía más dulce que jamás había escuchado resuena en el aire. -“Whaaaaaaaaaa!” -“¡¡Felicidades chicas…tenéis una niña!!” -“Una niña…” lágrimas de felicidad se escapan de mis ojos a la vez que me muevo para 9

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

poder verla por primera vez…es la cosa más maravillosa que he visto en mi vida. -“Tengo una hija…tenemos una hija…” Maca no para de repetir eso, mientras la enfermera coge al bebe y lo envuelve en una toalla, limpiándola, y comprobando su peso y estatura. -“Lo has hecho muy bien Esther...has estado fantástica, cariño…te quiero tanto…” Maca me atrae hacia ella, besa mi frente y me abraza fuertemente mientras vemos como nuestra pequeña princesita es acercada a nosotras. -“Felicidades MAMAS. El bebe Wilson-García pesa 3 kilos y 500 gramos. Y mide 55 centímetros” La enfermera no para de decir datos, pero yo casi ni la oigo…toda mi atención está centrada en ese pequeño ser apostado en mis brazos. Miro hacia abajo y empiezo a lloriquear otra vez conforme voy memorizando cada parte de su cara, de sus manos, de su pelo. Mi princesita bosteza y abre sus ojos para mirarme y entonces lloro todavía más al ver(o más bien intuir) esos ojos color miel de su 'mami' reflejados en ellos, devolviéndome la mirada. -“Mírala Maca… mira lo que hemos creado…tu y yo” Estar flotando no describe fielmente mis sentimientos. Este sentimiento verdadero de felicidad y maravilla y amor todo junto con un inminente miedo que yo…no, nosotras somos ahora responsables de esta pequeña vida humana…esta preciosa niña. -“Bienvenida al mundo, Carolina Wilson García” Maca tiene tantas lágrimas como yo en sus ojos. Nuestros miradas conectan por un momento y gentilmente Maca usa su mano para retirar el pelo que se ha quedado pegado en mi frente después de tanto esfuerzo. -“Te Quiero “señora de Wilson” -“Te Quiero Maca...gracias, gracias por darme a esta pequeña niña” -“Gracias a ti, cielo”. 10. Año 2010. Despacho de pediatría. Hospital Central. Madrid. 15:00 h Dejo en su sitio la foto de familia que está sobre mi escritorio, saliendo de las memorias que han venido a mi mente, del día en que Carolina nació. Tiene la sonrisa de su madre y mis ojos. Va a ser una rompecorazones cuando crezca, pobres chicos. Me entra la risa al imaginar una fila de chicos cayendo rendidos a sus pies cuando ella pase por su lado… eso 10

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

será hasta que encuentre a uno que ame, se case con él y me deje…Oh, tengo que dejar de pensar en esto. Sólo tiene cuatro años…nada de chicos ni de maquillaje, por ahora… ¡gracias a Dios! Miro la foto que está al lado. Es de uno de los momentos más felices de mi vida: el día que Esther y yo nos casamos. Estaba tan bella…y todavía lo está. Para mí, está más guapa a día de hoy que lo estaba el día que nos casamos, si es que eso es posible. Cojo la foto de nosotras dos juntas, estando en lo alto de esas escaleras, con una lluvia de pétalos de rosas y arroz cayendo sobre nosotras mientras nos besamos…y vuelvo hacia atrás en el tiempo, permitiéndome a mí misma ese viaje a la felicidad… Año 2005. Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. 17:30 h -Yo: “¿Estás bien? Que preciosa está mi niña…” -Esther: “Un poco nerviosa. ¿Y tú?” -Yo: “No, yo no”. Y es verdad….bueno, quizás estoy un poco nerviosa, pero nunca en mi vida he estado más segura de algo, que del paso que estoy a punto de dar… -Yo: “Buenas tardes”. -Alcalde: “Buenas tardes. Bueno, estamos todos, ¿no? Estamos aquí reunidos para formalizar la unión entre Esther y Macarena, que han decidido libremente unirse en matrimonio…” La puerta de la sala se abre…y mi sorpresa es gratamente mayúscula al ver a mis padres aparecer tras ella...Esther me mira y sonríe también. -Yo: “Ehhh…. Un momento, por favor”. Le digo al alcalde, y voy al encuentro de mis padres… -Yo: “Gracias por venir”. -Mi madre: “Llegamos un poco tarde, lo siento”. -Mi padre: “Estás preciosa, hija”. -Yo: “Venid conmigo. Sentaros aquí”. Cogiendo de la mano a mi padre lo dirijo hacia primera fila 11

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Mi padre: “Sí”. -Yo: “Aquí, en esos dos”. -Mi padre: “Mmmm. ¿Sabías que íbamos a venir...?” Noto como las lágrimas empiezan a hacer acto de presencia en mis ojos…y temo no poder encontrar mi voz… -Yo: “Eh... No, pero Esther se ha empeñado en dejarlos libres”. ¿Qué haría sin ella?! -Alcalde: “Bien. Macarena, ¿consientes en contraer matrimonio con Esther?” -Yo: “Sí, consiento”. -Alcalde: “¿Eres consciente de que lo contraes en este acto?” -Yo: “Sí, claro”. Ya no puedo esconder la sonrisa que aparece en mi rostro. -Alcalde: “Esther, ¿consientes en contraer matrimonio con Macarena?” Giro un poco mi cabeza para poder ver a Esther y esperar impaciente su respuesta… -Esther: “Sí, claro”. -Alcalde: “¿Eres consciente de que lo contraes en este acto?” -Esther: “Sí”. …ha dicho que síiiiiiiiiiiiiii!!! No es que tuvieras dudas, pero escuchar ese “si” salir de su boca, me llena de plenitud…estoy que podría volar ahora mismo! -Alcalde: “Por la potestad que me confiere el cargo que ostento, os declaro legalmente casadas”. Mientras todos los invitados empiezan a aplaudir, acaricio la espalda de Esther, le doy la mano al alcalde, y poniendo mi mano en su cuello, no pierdo un minuto más de tiempo en poder besar por primera vez a mi MUJER y abrazarme a ella…me quedaría pegada a ella toda la vida…nos separamos brevemente, y entonces la vuelvo a abrazar y besar brevemente en su mejilla. La emoción nos embarga a ambas. No puedo creer que hayamos llegado tan lejos. Tan lejos en pocos meses. Hace no tanto pensé que se había ido de mi vida…dejando vacío mi corazón. Y ahora…ahora estoy aquí de pie, bajo una lluvia de pétalos de rosa, y besando con todo el amor de mi alma a Esther, mi esposa. -Yo: “Eso, eso, así me gusta… ¡todos rapidito al restaurante a cenar, que cuántos antes 12

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

lleguemos y acabemos, antes podré disfrutar de mi noche de bodas, jajaja!” De reojo veo como Esther se ha sonrojado con este comentario mío… ¡parece mentira que se siga sonrojando a estas alturas! -Esther: “¡Maca…que bestia eres! ¡Que sepas que me las vas a pagar!” Me dice Esther después de pegarme en el brazo y con su cara tan roja como un tomate. -Yo: “Hmmmm… ¿a pagartelas?....lo estoy deseando cariño” Digo con una sonrisa enorme en mis labios. Uff…y ya lo creo que me las hizo pagar…todavía me entran escalofríos al recordar aquella noche de bodas…. 12. -“Doctora… el doctor Dávila quiere verle” -“Gracias Paloma, dígale que…” Aún no he acabado de decir la frase cuando Dávila irrumpe en mi despacho. -“¿Qué pasa Antonio? -“Es Esther…” 13. -“Maca…Maca…” -“¿Qué diablos está diciendo cabo?” -“Es su esposa, señor…ese es su nombre, Maca” Oigo la voz de Álvaro a través de la niebla que nubla mi mente y aprieto su mano un poco más. -“Señora, ¿puede oírme? Aguanta…aguanta Esther…vamos, tienes que luchar” 14. Año 2008. Hospital Central de Madrid. 22:00 -“¡Vamos Maca! ¡Lucha...un empujoncito más!” 13

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Callaaa de una maldita v…ahhhhhh” Está acariciando mi cabello y sosteniendo mi mano y está muy tranquila y dándome ánimos y, nunca en mi vida he querido cargármela como ¡en este momento! -“Está bien cariño…sé que no lo dices en serio…” No para de animarme con dulces palabras, que me irritan todavía más. -“¡No leches lo digo en serio…!” Acaricio su mano fuertemente, y noto como unos huesos se mueven debajo de mis dedos, y miro a su cara, que tiene una mueca de dolor. -“¡Un empujón más Maca!” Me ordena el doctor. -“¡Ahhhhhhhhh…!” Aprieto con más fuerza la mano de Esther una vez más. -“¡Auuhhh!” Esta vez el grito de dolor no ha sido mío, sino de Esther…se lo merece… -“¡Uuuuaahhhhhhhhhhhh!” Caigo rendida en la cama al tiempo que escucho ese sonido celestial que llega a mis oídos. -“¡Felicidades! ¡Es un niño! Espera un momento...es hora de que el gemelo B haga su aparición.” Uff, mierda, me había olvidado por un momento que llevaba gemelos. Esto me va a doler un montón… -“Vamos cielo...tu puedes hacerlo...te amo tanto Maca...” Esther me ayuda a sentarme y agarro su mano otra vez…inclinándome hacia delante cada vez que empujo. -“Esther... ¡dios, no puedo Esther! ...no puedo…” Caigo extenuado en la cama. No puedo más, no tengo fuerza...van a tener que entrar ahí dentro y sacarme a este bebe…no puedo… -“Maca, vamos…ya sé que duele cariño, créeme, lo sé…pero tienes que…ya casi está…sólo un empujón más” Me ayuda a incorporarme otra vez, y se abraza a mi espalda mientras empiezo a empujar de nuevo. -“Cinco, cuatro, tres, dos…” -“ Un poquito más Maca!” -“¡Esther…Ahhhhhhhh!” -“Uaaaaaaaaaaaaaaahh” Mi mundo se vuelve negro por un momento antes de oír esas palabras mágicas otra vez. 14

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“¡Felicidades! ¡Teneís otra niña!” -“¿Has oído Maca?...tenemos otra hija… ¡Oh Dios mío!¡Tenemos otra niña” Esther me susurra esas palabra mientras me atrae hacia ella y me besa la frente, mientras yo trato de limpiarme las lágrimas de mis ojos. Hay, lo menos, media docena de enfermeras alrededor de las incubadoras donde tienen a los gemelos, y yo trato de moverme hacia un lado y hacia otro para conseguir ver algo a través de ellas y ver a mis hijos. -“El gemelo A pesa 4 kilos y 200gramos, y mide 55 centímetros. Las constantes vitales son buenas, la respiración es buena, y la hora de nacimiento las 22:15h” -“El gemelo B pesa 3 kilos y 540 gramos, y mide 47 centímetros. Las constantes vitales son buenas, la respiración es buena, y la hora de nacimiento las 22:21h” Me he pasado todo el último mes en la cama, guardando reposo, sólo levantándome para ir al baño…todo para este momento. Mis bebes han aguantado muy bien…y sólo se han adelantado 2 días a la fecha prevista. Están sanos y salvos…y, finalmente, ¡están aquí! Consigo echar una última ojeada a las incubadoras antes de cerrar mis ojos y dejar mi mente volar mientras los ruidos y las voces no cesan a mí alrededor. -“¡Doctor, está teniendo una hemorragia!” -“Esther, vas a tener que salir de la sala…” -“¡Maca!. ¡Yo no me muevo de aquí!...¿Qué le pasa a mi mujer?” Oigo la voz de Esther… parece preocupada..¿Qué está pasando? Pero el cansancio y mis ganas de dormir me impiden averiguarlo. -“Esther, tenemos que trabajar…ve con las enfermeras a pediatría” -“¡Maca!. ¡No me dejes! ¡Maca, no me dejes! ¡Lucha, maldita sea!” Año 2010. Camp “Arena” Herat (Afganistán) -“ ¡Lucha, maldita sea! ¡Vamos! ¡Respira por mi, joder!” Consigo coger una pequeña bocanada de aire que llega a mis pulmones. El dolor se está expandiendo por mi cuerpo como un fuego abrasador. -“¡Está respirando de nuevo, respira otra vez!” Todo a mí alrededor es confuso. No puedo fijar mi mirada nítidamente, y el momento de dolor ha pasado ahora, siendo remplazado 15

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

por un total entumecimiento de todo mi cuerpo. -“Ál….Álvaro…” -“¿Si, señora? ¿Qué pasa?” -“Dile a Maca...dile a Maca...dile que la quiero” Empiezo a perder el conocimiento de nuevo...no puedo aguantar ya más, la oscuridad me invita a dormir… -“¡No hagas eso…vamos Esther, lucha! No me digas tus “adiós” a mi, vamos, ¡lucha!” 16. Año 2010. En el coche de Maca No puedo perderla, no puedo perder a mi mujer…no puedo perder a mi Esther. No así. No así, en un maldito país extranjero, a manos de unos terroristas, a miles de kilómetros de distancia y sola. No puedo. -“Laura” Pronuncio su nombre en voz alta para que mi teléfono me ponga en contacto con ella… -“¿Hola?” -“Laura. Soy Maca” -“Maca, ¿necesitas algo?” -“Necesito que vayas a recoger a los niños a la guardería” -“Claro… ¿Pasa algo?” -“Es Esther... escucha, no te lo puedo explicar ahora mismo. Te llamaré desde el avión cuando sepa más. Sólo dile a los niños que los quiero y que pronto estaré en casa” -“Maca… ¿Está bien Esther? -“No Laura…no lo está” Cuelgo el teléfono y lo tiro al asiento de al lado. No puedo decir nada más. Decir algo más, convertiría esta pesadilla en realidad…con el conocimiento de que es un hecho real sobre el cuál no tengo control y no puedo arreglar, cosa que es completamente inaceptable. El coche de Dávila va delante de mí, con un avión privado esperando ya en la pista del 16

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

aeropuerto de Torrejón de Ardoz. No debería haberla dejado ir… 17. Año 2010. Tres semanas antes. 22:55h -“Maca, no depende de ti” -“¿Por qué no?” Pregunto yo, con un tono infantil en mi voz. Esther me mira seria por un segundo, y entonces se ríe por la cara ridícula que pongo cuando reniego y hago pucheros. -“Porque es un asunto del Gobierno, del Ministerio de Defensa y, por supuesto, del Ministerio de Sanidad, que ha decido colaborar para este proyecto…así que poco o nada puede hacer la directora de Pediatría del Central contra eso”“Pero... ¿por qué no puedo ir contigo?” Sigo con mi actitud infantil y haciendo pucheros, a ver si consigo que Esther se ablande…pero ésta en cambio, me mira y no puede evitar soltar una carcajada. -“Maca, cielo…ya sabes que esto es un favor que me ha pedido Cruz, y yo acepto encantada…van a ser sólo 4 días, y no vamos a salir de la base española. Además tu tienes que quedarte aquí, para poner firmes a todo el mundo en Urgencias y controlar que todo vaya estupendamente…y último y más importante: ¿alguien se tendrá que quedar con nuestros tres preciosos tesoros, y quien mejor que su ‘mami’? No podemos irnos las dos, y lo sabes” -“Tu y Cruz ya no sois nada divertidas…me excluís de vuestros planes, ¿es que ya no me1 ajuntaís’?” Sigo quejándome y poniendo morritos, aunque sé que ella lleva razón. Cojo las sábanas, y me meto dentro de la cama, golpeando mi almohada dos veces antes de dejar caer mi cabeza sobre ella…dándole la espalda a Esther. Siento que un par de labios tocan mi hombro antes de que sus dientes muerdan mi piel. Sus brazos rodean mi cintura y me atraen hacia ella. Se ha quitado su camisón, y puedo sentir su cuerpo desnudo sobre mi espalda, provocando un escalofrío en todo mi ser. Me doy la vuelta, y la arropo entre mis brazos, besándola apasionadamente hasta que ya no queda aire en mis pulmones. -“¿Me echarás de menos?" ¿Cómo puede dudarlo acaso?

17

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Buff, ¡no tienes ni idea de cuánto!” Alguna lágrima amenaza con escaparse de mis ojos… -“Ummm, creo que puedo hacerme una idea” dice picaramente mientras su mano se vuelve juguetona y va deslizándose hacia la parte baja de mi torso. Pongo mi mano sobre la suya, haciendo que se detenga, y la levanto hasta llevarla a mis labios. La seriedad se ve reflejada en mis ojos y mi voz… -“Esther, sólo prométeme…prométeme que tendrás cuidado, ¿vale? Las cosas allí pueden cambiar de un día a otro… y sigue siendo un lugar muy peligroso aunque vayáis en misión humanitaria…” -“Maca, voy a estar en una Base Española en Herat que presta apoyo logístico sanitario y de seguridad a los equipos de Estados Unidos, desplegados en Farah; de Italia, en Herat ciudad; de Lituania, en Changcharan, y de España, en Qala-i-Naw…así que estaré rodeada de casi medio millar de soldados españoles y unos cuántos miles de otros países…estaré bien” -“¿Estás segura de que no puedo ir contigo?” Pregunto una vez más, mostrando la mejor de mis sonrisas, bajando hasta su cuello y besando su punto más delicado… -“Si, estoy segura…así como que estoy segura de que van a ser los cuatro días más largos de mi vida…” 18. Tengo que dejar de pensar en eso...en ella y yo de esta manera. Sólo hace que dolerme más, no ayuda nada, no resuelve nada...sólo hace que esta herida abierta en mi corazón lata más fuerte de dolor y de pérdida. Es mi esposa… ¡dios!, ese título no le hace justicia a lo que, realmente, Esther significa para mi. Ella es mi alma gemela, ella es mi vida… ¡joder, ella es el aire que respiro cada día! No puedo perderla…no después de haber estado apunto de perderla ya dos veces… 19. Año 2005. Hospital Central. Madrid 19:00h Después de haber estado hablando con la madre de una paciente salgo al pasillo a buscar una enfermera…y mi mirada se cruza con la de Esther…por la mirada de sus ojos puedo ver que ha estado sufriendo. La muerte de aquel niño, Jaime, me ha afectado más de lo que he querido admitir… Ha hecho que mi comportamiento haya cambiado con respecto a mis compañeros, pero la que realmente ha pagado las consecuencias de mi estado de ánimo y mis cambios de humor todo este tiempo, esa ha sido Esther…y esa mirada suya, 18

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

rehuyéndome, ha hecho que me dé ahora cuenta de lo mal que se lo he hecho pasar, y un nudo se ha formado en mi estómago…como si supiera que algo malo se avecina…Debo ir a buscarla …tal vez ese viaje a París sea lo que necesite ahora, me vendría bien despejarme… compensar a Esther por los malos ratos que le he hecho pasar últimamente…y pedirle perdón. Es difícil para mi decir ‘lo siento’… ¿qué tengo que hacer cuando ‘perdón’ parece ser la palabra más difícil de pronunciar? Sala de enfermeras 19:10h Aquí me encuentro, sentada en la sala de enfermeras, recogiendo mis cosas para irme una vez he terminado mi turno. He decidido que no voy a esperar a Maca, ¿para qué? ¿para seguir discutiendo con ella? ¿para ver su cara de mosqueo una vez más? Pensaba que lo del viaje a París le haría ilusión, que le vendría bien para salir de la monotonía…pero está claro que me he equivocado…parece que no hago nada bien. ‘Por toda la verdad que me hiciste ver, por toda la alegría que trajiste a mi vida, por todos los sueños que tú hiciste que se hicieran realidad, por todo el amor que encontré en ti… estaré por siempre agradecida, cariño. Viste lo mejor que había en mi, soy todo lo que soy, porque me amabas. Me diste alas y me hiciste volar. Tocaste mi mano y pude tocar el cielo Dijiste que ninguna estrella estaba fuera de alcance. Tuve tu amor, lo tuve todo. Estuviste siempre allí para mí. Tú has sido mi inspiración. Mi mundo es un lugar mejor por ti. Soy todo lo que soy, porque me amabas’. …no pensé que llegaría el día en que tuviese que tomar esta decisión, y menos contigo, Maca…. El ruido de alguien intentando abrir la puerta me aparta de mis pensamientos…. Me quedo congelada con mi mano posada sobre el mango de la puerta. Estoy hecha un flan, ¿por qué? Porque ahí dentro sé que está la persona más importante de mi vida, y que la he cagado…tengo que arreglar esto…necesito arreglarlo. Respiro profundamente y me hago el ánimo para abrir la puerta. Al hacerlo, veo a Esther recogiendo sus cosas, y me quedo quiete junto al marco de la puerta. -Yo: “¿Te vas ya?” Habrá que ir rompiendo el hielo de alguna manera…digo yo. -Esther:”Sí” Uff, esto está peor de lo que me había imaginado… ni siquiera ha levantado la cabeza y me ha mirado para responderme. No creas que no puedo sentir que algo va mal… -Yo: “A mí todavía me queda una hora...” ¿Por qué no puedo parar de decir tontería y pedirle perdón ya de una vez? 19

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Esther: “Ya. También has empezado una hora más tarde la guardia, ¿no?” Será mejor que cambie de táctica, porque esto no está funcionando…sigue demasiado seria… -Yo: “Oye, ¿qué has hecho al final con los billetes de París?” -Esther: “Pues la reserva del tuyo la he cancelado... Y la del mío la he confirmado...” Sigue sin dirigirme su mirada…y se concentra en acabar de guardar sus cosas en la mochila…a ver si pilla mi indirecta ahora… -Yo: “¿Te vas a ir solita?” Quiero ir contigoooo, cariño…lo estoy deseando, aunque te haya demostrado todo lo contrario. -Esther: “Sí”. ¿Si?. ¿No me va a volver a preguntar si quiero ir con ella? No claro que no, porque ya se está levantando y poniéndose la mochila al hombro…tendré que pedírselo yo…allá voy… -Yo: “Hey...” He colocado mi mano en su cintura y he ido a darle un beso, pero me ha girado la cara…esto no pinta nada bien. -Esther: “Ehhh, Maca. No voy a ir a casa, voy a ver a mi madre...” -Yo: "Vale... Luego hablamos en casa...” Si, será mejor que hablemos más tarde…quizás le venga bien pasar la tarde con su madre… -Esther: “No. Me voy a quedar allí.” ¿Cómo? No entiendo nada. -Yo: “¿Por qué?” -Esther: “Porque no quiero seguir así contigo...” ¿Son lágrimas eso que veo en sus ojos? Pasa por mi lado, y cogiéndola del brazo la hago parar. No la puedo dejar marchar así… -Yo: “Oye, espera un momento... ¿Me estás dejando?” No puede ser…debo haber entendido mal lo que me ha querido decir…no puede estar dejándome, ¿o si? ¡No digas lo que estás a punto de decir!… ¡por favor, Esther! -Esther: “Sí...” Y ahora si, por fin me mira a los ojos…creo que me voy a desmayar… ¡esto no puede estar pasando! -Yo: “¿No quieres que... que lo hablemos con más calma, más tranquilas?” No sé ni cómo he conseguido volver a abrir la boca de nuevo.

20

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Esther: “No, perdóname. Es la primera vez que soy yo la que dejo a alguien, y es lo peor que he hecho en mi vida. Adiós.” No puedo moverme, después de oír esas últimas palabras salidas de su boca, me he quedado paralizada. Veo como Esther se dirige hacia la puerta, y yo no puedo hacer nada por detenerla…abro y cierro mi boca varias veces con la intención de decir algo: ‘mira hacia atrás antes de abandonar mi vida…todo mi ser depende de ti. Dime qué quieres que haga…sea lo que sea, lo haré…pero, por favor, piénsatelo dos veces antes de cerrar esa puerta.’…pero es inútil, el “clic” de la puerta me hace salir de mi ensoñación y darme cuenta de que Esther ha salido de esta sala y de mi vida… Pensaba que aquel día había sido el peor de mi vida, pero qué va…ese estaba todavía por llegar…sólo una semana después. --------20. Sólo ha pasado una semana desde que Esther me dejó…una semana sin ese beso de buenas noches, que algunas veces se volvía más intenso y daba rienda suelta a la pasión… una semana sin poder despertar junto a ella y contemplarla mientras aún duerme…una semana sin recibir su abrazo por la espalda mientras preparo el desayuno…una semana, con sus días, sus horas, sus minutos, sus segundos… ¡y ya no puedo más! Tengo que tengo que arreglar esto como sea, tengo que hablar con ella. Yo sigo tan enamorada de ella como el primer día…y estoy segura de que ella me sigue queriendo…porque esta clase de sentimientos no pueden desaparecer de un día para otro…ni en una semana. Si podemos estar bien… ¿por qué seguir así…pasándolo mal? Ahora que ya me había hecho a la idea de hablar con Esther, y había reunido las fuerzas suficientes…parece ser, que tendré que esperar a que acaben nuestros turnos. A Esther le ha tocado ir a recoger un órgano en el helicóptero…no tengo más remedio que esperar a su vuelta… Llevo un día de locos, y todavía esperando a que Esther haga su aparición y poder hablar con ella…para colmo Dávila nos ha convocado a todos en la sala de reuniones, y ya llego tarde… ¡a saber qué sermón nos va a soltar ahora…estoy yo para reuniones! Abro la puerta de la sala: -Yo: “Lo siento, pero estaba con un paciente... ¿Qué ha pasado?” ¿Por qué me miran todos de esa manera? ¿Por qué estoy empezando a ponerme nerviosa? Algo grave debe haber pasado y yo voy a ser la última en enterarme… - Dávila: “Maca… Esther y Javier han tenido un accidente con el helicóptero…” Mi corazón me acaba de dar un vuelvo al oír esas palabras. No puedo respirar… me cuesta respirar…y aún así saco fuerzas de no sé dónde para abrir mi boca.

21

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Yo: “¿Qué? No puede ser cierto…tenía que hablar con ella…” -Dávila: “No sabemos mucho todavía…sólo que el radar los ha perdido, y parece que han caído…” Todo me empieza a dar vueltas y mi vista se empieza a nublar. Me apoyo en la pared y mis piernas empiezan a temblar. Las fuerzas me abandonan y mi espalda empieza a resbalar por la pared, hasta acabar sentada en el suelo… ¡Nada! ¡Siguen sin saber nada! ¿Cómo es posible? Acabo de colgar el teléfono, y nadie sabe nada…y yo me estoy volviendo loca dando vueltas por aquí por recepción. Veo como Laura se acerca hacia mí… -Laura: “¿Se sabe algo?" Pregunta nerviosa. -Yo: “No. Es que no lo entiendo, ¿cómo es posible que no sepan donde coño están, todavía?" Ahora es Héctor el que se acerca a nosotras… -Héctor: “Perdonen, chicas. Me acaban de decir que el radar los perdió durante varios minutos. La zona en que tienen que peinar es muy amplia... Pero... Van a aparecer, hay que confiar, ¿eh?” ¿Confiar? Creo que voy a ponerme a rezar ahora mismo…esto no puede estar pasando. Tengo ganas de llorar… siento una impotencia total. -Yo: “Como le pase algo a Esther… ¡me muero!” Me digo a mí misma…aunque Laura sigue a mi lado y parece que me ha oído… - Laura: “¡No le va a pasar nada a Esther!” ¡Ojalá…no le puede pasar nada…pero no puedo evitar pensar en ello! -Yo: “Me he portado fatal con ella, Laura…me he portado fatal con ella. ¡He sido una gilipollas!” -Laura: “Maca, no te rayes con eso ahora porque no vale la pena...” ¿Cómo no me voy a rayar…no puedo pensar en otra cosa que no sea en Esther atrapada entre un amasijo de hierros…esto no puede estar pasando. -Yo: “Sí... He sido una imbécil...” No le puede haber pasado nada… ¡no sin que hayamos arreglado las cosas! -Laura: “Maca, no les ha pasado nada, ¿vale?” Me insiste Laura, quebrándose también su voz… -Yo: “¿Pero cómo que no, joder? ¡Que han tenido un accidente de helicóptero!”

22

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Laura: “¡Maca, no les ha pasado nada, ¿vale?!” No le hago caso a este último comentario de Laura porque estoy viendo como Eva y Rober se acercan hacia nosotras… -Rober: “Oye... Les han encontrado, ¿eh?” -Yo: “¿Cómo están?” -Eva: “Eh, no nos han dicho nada…sólo que están a pocos kilómetros. Nos vamos a buscarles” Quiero ir…necesito ir…tengo que estar a su lado…cogerle la mano, y que sepa que “estoy ahí”, que no permitiré que nada le pase…pero todos mis esfuerzos son en vano…no me permiten ir con ellos, y tendré que resignarme a quedarme aquí es ¡seguir esperando! ¡Media hora…ya llevamos aquí treinta eternos minutos, y todavía nada! Dávila sigue pegado al teléfono de recepción y sus gestos no me dejan adivinar si lo que está escuchando son buenas o malas noticias….¡por fin parece que ha dejado de hablar por teléfono…a ver qué dice! -Dávila: “Han encontrado a Javier y a Esther, y vienen para aquí”. Dice mirando a Laura -Laura: “¿Están bien?” -Dávila: “Javier creo que no tiene más que un rasguño”. Un momento… No ha dicho nada de Esther…eso no puede ser bueno… -Yo: “¿Y Esther?” Pregunto temerosa de saber la respuesta, pero sin poder evitarlo… -Dávila: “Esther, eh... exactamente aún no sabemos qué…” -Yo: “¿Qué… qué… qué ha pasado, Dávila?” -Dávila: “Ha perdido mucha sangre”. -Yo: “¿Y...?” Veo como le echa una mirada a Laura antes de responderme a mi -Dávila: “Viene inconsciente, Maca”Cierro mis ojos, y no puedo evitar llevar mi mano a mi boca, para tratar de evitar que toda la angustia que siento en estos momentos salga por ella. Esto tiene que ser una pesadilla de la que espero despertar lo antes posible. Noto una mano en mi hombro…es Héctor, tratando de consolarme…pero no hay consuelo que valga 23

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

en estos momentos de incertidumbre. …Y aquí me encuentro. Sentada en el sillón de la habitación de Esther en la UCI, después de haber visto cómo llegaba a urgencias en una camilla, con su pierna totalmente ensangrentada, y sin recuperar la conciencia; después de haber ayudado a Héctor con la operación…y mientras sigo esperando a que se despierte en cualquier momento, no puedo evitar sumergirme en mis pensamientos y pensar en todo lo que le quiero decir y cómo quiero decírselo: ‘No sé pensar si no te veo, no puedo oír si no es tu voz…en mi soledad yo te escribo y te entrego en cada beso el corazón. Se apaga el sol en mi ventana y hace tiempo que ya no sé de ti, dime cómo te ha ido, si también estás sola y si piensas en mí…sigo aquí. En todas las palabras, mil caricias y miradas, tú me dabas lo que nadie me dio en mi vida.Tu recuerdo me consuela, me desvela, me envenena tanto cada día. Y si me entrego a ti sincera y te hablo al corazón… espero que no me devuelvas un adiós’. Un pitido me saca de mis pensamientos, y… ¡eso sólo puede significar que Esther se está despertando! Nerviosa me levanto del sillón y me acerco hasta su cama… -Yo: “Esther... Esther, cariño, ¿estás bien? Vale, mi amor...” Con mis manos moviéndose nerviosas, le desconecto el oxígeno... “A ver, cariño, tranquila, ¿eh? Voy a quitarte el tubo, ¿vale? Ya está...Echa todo el aire, ¿vale?” y ahora tengo que desentubarla… Al hacerlo Esther empieza a toser y yo trato de ayudarla en lo que puedo… “Vale. Va, va, va. Ya está, mi amor, ya está. Ya está... Tranquila. Tranquila. Tranquila... Así... Ya está... ¿Sí?” Empiezo a hablarle en voz baja, tratando de que no se me traben las palabras y pueda decirle todo lo que le tengo que decir… “Me has dado un buen susto, ¿eh? No intentes hablar... ¿Eh? Lo siento mucho... Sé que te he fallado... Esther, he sido una imbécil, lo siento de verdad... Lo pasé muy mal con la muerte de Jaime y, pensé que era culpa mía. Me empecé a imaginar que te podía pasar algo a ti así, y no... no me sentía con fuerzas de pasar por lo mismo... Cariño... tenía miedo, Esther... miedo... No sabía qué hacer y... no te creas que he llegado a todo esto solita, ¿eh? Me estoy dejando una pasta en terapia...” Por fin Esther abre sus ojos y ha llegado el momento de pedirle perdón ya de una vez… “Perdóname, Esther... ¿Te puedo dar un beso? ¿Sí?” Digo susurrando y una vez que Esther ha vuelto a cerrar sus ojos. -Esther: “... muchos” Me dice con el movimiento de sus labios…y con una medio sonrisa apareciendo en sus labios. -Yo: “Mi amor... Te quiero mucho” -Esther: “Y yo a ti...” Me inclino hacia ella y es entonces, cuando después de tanto tiempo, nuestros labios se vuelven a juntar…encajando tan bien como siempre 24

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Yo: “Mi niña... Mi niña guapa...” No puedo parar de acariciarla y tocarla, quizás para creerme que esto es real, que por fin he despertado de esa pesadilla que estaba viviendo…y que mi niña se va a poner bien…y que me ha perdonado por todo lo que le he hecho pasar. Lo importante es que ya está de nuevo a mi lado y estamos juntas. 21. Año 2010. Camp “Arena” Base española. Herat (Afganistán) Oigo voces a mi alrededor, voces que no reconozco mientras mi cuerpo es movido y empujado. Noto un frío penetrante sobre mi piel, pero no tengo la fuerza suficiente para abrir mis ojos y ver dónde estoy. ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cómo he llegado tan lejos? Año 2010. Dos meses antes. Afueras de Madrid. -“¡Esther, Maca…me alegro de que hayáis podido venir!” Dice Cruz mientras nos recibe abre la puerta. -“Encantada de estar aquí Dra. Gándara” Maca sonríe y se acerca a Cruz para darle dos besos. -“Venga ya Maca…déjate de formalidades y haz el favor de llamarme Cruz” Le contesta a Maca mientras desvía su mirada hacia mi. -“Esther, ¿cómo puedes con ella? Da igual, no me lo digas…¿cómo estás?" -“Estoy bien...las dos estamos bien, ¿qué tal tu con tu cargo de subdirectora?" -“Bueno, ya sabes…mucho papeleo y follón… ¿queréis algo de beber?" -“Agua está bien para mi” Contesto, y Maca asiente… Cruz nos sirve a ambas un vaso de agua y un whisky para ella. -“De vez en cuando me tomo uno de estos…e intentaré disfrutar de este esta noche” Dice Cruz alzando su vaso, todas nosotras brindamos antes de beber nuestro primer sorbo. 25

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“¿Dónde está Vilches?” Pregunto, asumiendo ya que está trabajando… -“Trabajando… ¿dónde sino? Son siete años ya juntos, y juro que creo que nos veíamos más antes, que desde que empezamos a vivir juntos” -“Sé a que te refieres…” Maca le sonríe a ella y luego me mira a mi, la curva de sus labios es tan tentadora que casi le beso sin ninguna razón aparente, más que ¡porque puedo! -“Me encantaría que esta invitación fuera por asuntos más amistosos, pero la verdad es que, Maca... necesito a tu mujer” ¡Esa es Cruz, directa al grano! -“Hmmm, esto es nuevo Cruz, vaya... no me esperaba eso de ti” Bromea Maca, acariciando mi mano antes de mirar otra vez a Cruz. -“Ayyy Maca, déjalo anda… ¿En qué puedo ayudarte Cruz?” -“Bueno...parece que las cosas por Oriente Medio se han calmado un poco. He de ir a la Base que España tiene en Herat a ayudar con algunas cosas y dar alguna que otra charla… y quiero que vengas conmigo” -“¿Yo?” -“Si tu. El Ministerio de Sanidad y el de Defensa han llegado a un acuerdo para que personal médico de diversos centros de España entren a formar parte del Cuerpo Sanitario del Ejército durante una semana, para echarles una mano con la logística sanitaria y atención médica a la población de algunas provincias. Parece que andan un poco cortos de personal sanitario y han llegado a este acuerdo entre todos. Van a ir un total de quince personas entre médicos y enfermeras de toda España; de Madrid nos ha tocado al Central…así que ¿quién mejor que la experiencia de la jefa de enfermeras para ayudarme por allí? …Sólo serán 4 días, hasta que llegue el relevo con los “verdaderos” miembros del cuerpo sanitario, nosotras sólo vamos de voluntarias... ¿Qué me dices?” 22. Año 2010. Aeropuerto internacional de Barajas Madrid. 4 días antes… 16:30h -“Odio estas cosas” Murmuro mientras recojo mi bolso de la cinta, tras pasar el control de seguridad. Maca ya ha cogido mi bolsa de mano, y la va arrastrando al tiempo que llego a 26

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

su lado y le cojo de su mano libre entrelazando nuestros dedos mientras nos encaminamos hacia la terminal. -“Mira que Carolina coja sus espinilleras o el entrenador no le dejará jugar” Le recuerdo a Maca, repasando mentalmente la lista de cosas que han de hacerse mientras estoy fuera. -“Vale” -“Y asegúrate también de prepararles un buen almuerzo a Mar y Álvaro mañana, que van a ir al parque a comer con su clase de pre-escolar…es una mini-excursión” -“Aha” Ha estado tan callada todo este tiempo…pronunciando escasamente dos palabras seguidas. Me paro en medio de la terminal y le miro. -“¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan callada?” -“Esther…” -“Contéstame” Con un movimiento de su cabeza, me señala una de las cafeterías del aeropuerto, y nos dirigimos hacia allá, sentándonos en una mesa de la esquina. -“Esto va a sonar realmente estúpido…pero…no me da buenas sensaciones” -“¿Cómo? ¿Qué?” -“No lo sé…quiero decir que…supongo que no me siento bien dejándote ir… fuera de mi vista, de mi lado. Es una estupidez, lo sé…quiero decir, eres una persona adulta, que puedes cuidar de ti misma…pero esta vez es diferente” Se está guardando algo para ella, lo sé, tanto como sé mi nombre. Pero también sé que a no ser que quiera soltarlo, no puedo forzarla a ello. -“¿Estás segura de que eso es lo único que te molesta?” -“Si…sólo que…voy a echarte de menos…” Me muestra una pequeña sonrisa…y no puedo evitar pensar qué más estará rondando por su cabeza. -“Vamos, mi avión sale en veinte minutos y no creo que sea buena idea hacer esperar al avión del ministro de Defensa” Esta vez su sonrisa es más amplia, se levanta, cogiendo mi mano y las dos nos dirigimos hacia la puerta de embarque. -“Bueno, creo que esa es mi puerta de embarque…” -“Te quiero cariño” 27

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Te quiero pija” Si no hubiese tanta gente alrededor le daría un beso de esos para recordar hasta mi vuelta. Pero eso no es posible ahora, así que opto por un besito en sus labios y un abrazo muy fuerte. -“Cuatro días” Dice Maca con resignación. -“Cuatro días, 12 horas, 24 minutos y contando…” Alguien me llama y me giro para pedir un minuto más. -“Vamos, te tienes que ir…” Maca me besa en la frente y luego me da la vuelta dándome un ligero empujón hacia la puerta. No miro hacia atrás por miedo a ponerme a llorar si lo hago…sigo caminando por aquel pasillo uniéndome al resto de la expedición. Ya hemos hecho mitad del recorrido de ese pasillo cuando una sensación de pánico me invade. -“¡Espera!” Suelto mis bolsas, me doy la vuelta y empiezo a correr de vuelta a la terminal. -“¡Maca!” Ella ya se había girado, no queriendo ver cómo despegaba mi avión. Se vuelve hacia mi y sonríe…sonríe con esa sonrisa enorme que ilumina cada rincón de mi vida y mi corazón. En dos zancadas ya está a mi lado, sus brazos acogiéndome, sus labios aprisionando firmemente los míos, y yo rodeo con mis brazos su cuello…agarrándome fuertemente a su nuca, pegándome lo más posible a ella. Nos mantenemos allí pegadas para siempre…ninguna de las dos separándose ni para coger aire…desesperadas por aguantar un instante más aquel último momento, hasta que yo, definitivamente, me tenga que ir. Alguien tose, no muy discretamente, detrás de mí… y, finalmente, nos separamos. Las lágrimas que amenazaban anteriormente con salir de mis ojos, corren ahora libremente por mis mejillas. -“Cruz me va a matar por hacerte llorar” Bromea Maca, incluso ahora, que es la única manera de sobreponernos a estos sentimientos que nos desbordan. -“No te preocupes…” Le sonrío y beso sus labios una última vez. -“Te quiero” Susurro suavemente antes de darme la vuelta y alejarme bruscamente, ignorando la mirada de unos y otros mientras me limpio los ojos y pongo mis gafas de sol en su sitio. Recojo mis bolsas del suelo y cruzo el tunel hacia el avión, entrando dentro sin ni siquiera quitarme las gafas, con miedo de que todo el mundo vea llorando a la jefa de enfermeras del hospital Central. -“Señora García, la subdirectora de hospital Central ha pedido que se siente con ella” Me dice uno de los miembros de la tripulación, señalándome la dirección…Cruz levanta la vista de sus papeles para sonreírme.

28

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Me alegro de que hayas llegado a tiempo” -“Si” -“Esther…” -“¿Si?” -“Un consejo…la próxima vez que tu y Maca vayáis a tener un momento así tan pasteloso, quizás quieras hacerlo fuera del alcance visual del ventanal que ve todo el mundo desde el avión” Su tono es tan seco que no entiendo, realmente, lo que está diciendo hasta que miro hacia el ventanal de la terminal y veo la silueta de Maca contra el cristal, dónde ella está mirando a mi avión. -“¡Oh Dios mío!” -“Tranquila, está bien…he ordenado a todo el mundo que fijase su vista hacia delante hasta que hubieseis acabado...pero no creo que me hayan tomado muy en serio” Sigo mirando por la ventana cuando empezamos a movernos. Maca no se mueve, su cara sigue de frente, mirando el avión hasta que ya no puedo verla más. 23. Año 2010. Camp “Arena” Herat (Afganistán) Hospital de la base. Hay chillidos y palabrotas a mí alrededor. Fuerzo mis ojos para que se abran y veo los paneles de un techo blanco pasar rápidamente, mientras soy llevada en una camilla por los pasillos de ese hospital. -“Álvaro…Álvaro ¿qué está pasando?” No sé cómo, pero de algún modo entre estos momentos de confusión en el tiempo, he creado un vínculo con este soldado. Ahora mismo él es el hilo conductor entre mi pasado y mi presente y lo necesito…lo necesito de verdad…sólo para aguantar hasta que Maca venga. -“¡Señora! ¡Ya voy! ¡Dejadme ir, está preguntando por mi!” Oigo su voz retumbando por el pasillo, pero ya no puedo sentir sus dedos, no veo su cara, así que le llamo otra vez. -“Álvaro…Álvaro…” Escucho algo caer al suelo y entonces su cara está sobre la mía, corriendo al lado de la cama de hospital en la que me tienen. Hay otros a mi alrededor soltando órdenes, pero él es en que me centro, al que me agarro fuertemente. 29

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Estoy aquí Esther, estoy aquí, todo va a salir bien…” Eso es Álvaro, continua diciéndome eso, por favor…dame una razón para creerlo. -“Quédate conmigo…” -“Estaré contigo, no voy a dejarte Esther” Miro su cara y luego la cara de circunstancias que pone el doctor que está a mi lado. -“Él se queda conmigo. Es una orden” Consigo decir con mi voz ronca. El doctor parece sorprendido con mi coherencia en ese momento. -“Señora, necesitamos meterla en quirófano…” -“Él se queda, pase lo que pase” Contesto firmemente. Ese pequeño gasto de más de energía me deja luchando por respirar una vez más, y mi mundo se vuelve negro al tiempo que trato de agarrarme más fuerte a su mano. -“Quédate…” 24. Año 2010. Residencia Wilson-García. 17:30 5 días antes… -“Mamá, quédate, ¿por favor?” -“Carolina, lo haría hija, pero es mi trabajo, tengo que ir” Intento explicar pacientemente a mi hija de cinco años, que definitivamente está en la etapa del '¿por qué?'. -“Pero...¿por qué?” -“Porque la tía Cruz me lo pidió” -“Pero, ¿por qué te lo pidió? -“Porque ella es la subdirectora del hospital, y tiene trabajo que necesita que yo haga” -“Pero, ¿por qué necesita que lo hagas tu?”

30

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Porque confía en mí” -“¿Por qué confía en ti?” -“Porque soy su amiga” -“¿Por qué eres su amiga?" Llegado a este punto me estoy arrepintiendo enormemente de animarla para que se lanzase a hablar. -“Porque sí” Contesto, sin estar realmente segura de cómo explicarle los detalles que componen la definición de amistad a mi hija, quien ahora mismo dice que es la mejor amiga del panadero porque le regala galletas. Ha heredado mi apetito. -“‘Mami’ dice que “porque sí” nunca es una buena razón” -“Si, bueno, tu ‘mami’ también te dijo que ella y el tío Vilches te podían construir una casita en el árbol” Miro por la ventana el árbol que está en el jardín. Tenía el marco básico de una casa construida y fijada con seguridad en el sitio, pero desde allí Maca y Vilches no sabían que hacer después…si Cruz y yo no los hubiésemos parado, hubiera sido una mansión y no una casa. Carolina examina la casa del árbol por un minuto, parece que la le ha dejado satisfecha por el momento antes de cambiar de asunto radicalmente. -“¿Vas a traernos algún regalo?” ¡Cómo se parece a su ‘mami’ ahí, dios! 25. Año 2010. Colegio “El Pilar” Madrid. 16:00h -“¿Por qué nos recoges tu tía Laura?” ¿Qué narices se supone que he de contarles? -“Tu ‘mami’ ha tenido que irse fuera de la ciudad, para encontrarse con tu ‘mama’, Carolina…así que vosotros os venís y os quedáis conmigo y el tío Carlos” Miro por el espejo retrovisor para echar un vistazo a la guardería que llevo hoy detrás. Llevo a los hijos de Maca y Esther y al mío sentados en sus sillitas y con los cinturones abrochados y suspiro, murmurando una pequeña oración por Esther, esté donde esté. -“Mama, ¿Cuándo va a llegar papi a casa?” 31

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“No hasta tarde, Luis, hoy tenía que trabajar de noche” Los niños empiezan a charlar de algo ahí atrás, y mi teléfono empieza a sonar en mi bolso. Con cuidado alcanzo mi bolso, y le doy a la tecla del altavoz. -“¿Si?” -“Laura, soy Vilches” -“Vilches… ¿Te has enterado? ¿Estás bien?” -“Si, acabo de llegar… ¿Tienes a los niños?” -“Acabo de recogerlos de la escuela. ¿Sabes algo más?” Mi voz no es más que un suspiro, pero los niños están chillando tanto atrás, que ni aunque pasase un tren se enterarían. -“Nada... sólo que ambos helicópteros fueron derribados. Estoy fuera del hospital ahora mismo…” Su voz es suave y seca, y parte de mi estómago se revuelve al pensar en el dolor que debe sentir él…una de esas mujeres es su esposa, y la otra es una de sus mejores amigas. -“Vuestro tío está al teléfono, así que… ¡silencio!” Todos se quedan quietos y tengo que esforzarme para no sonreír por las caras que han puesto. Todos ellos conocen a su tío Vilches muy bien… -“Lo siento… cuatro niños en un coche son una locura. Llama lo antes posible cuando sepas algo” -“Lo haré” La línea se corta y apago mi teléfono. Detrás de mí, Mar empieza a revolverse en su asiento…alargo mi mano y le pongo bien el chupete. ¿Va a ir todo bien? No creo que vaya a tener esa respuesta por mucho más tiempo. 26. Año 2005. Casa de Encarna, madre de Esther. Madrid. -“Oh Esther, tu vestido es precioso…” -“¿Tu crees? ¿No es demasiado…?” -“No…va a ser genial” Lo es. Puedo decirlo y creerlo, tanto como creo que si alguna vez ha 32

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

habido dos personas predestinadas en este mundo, esas son, sin ninguna duda, Macarena Wilson y Esther García. -“Estoy tan nerviosa...” Admite Esther tímidamente, sacándose su vestido y colgándolo de nuevo. -“Eso no es nada inusual para una mujer que se va a casar en menos de veinte y cuatro horas” -“No es que no esté segura de querer casarme con Maca…tengo…tengo tanto miedo de estropear esto…de meter la pata como he hecho otras veces en mi vida” -“Has hecho algunos errores ,pero bueno, para eso eres humana” -“Laura…no puedo imaginar no estar con Maca ahora, ¿sabes? Quiero decir, no puedo imaginarme con nadie más haciéndome sentir así…así de completa” -“Bien, entonces no deberías estar preocupada después de todo” -“¿Por qué?” -“Porque, cuando reconoces que no hay nadie más en el mundo que puedas imaginarte que te haga sentir de esta manera, eso es cuando sabes que estás enamorada, y va a durar” Esther parece que vaya a llorar, pero sin embargo se me echa encima y me abraza. -“Gracias, Laura. Gracias por todo” 27. Cojo mi móvil otra vez, y le doy para que marque el número de Carlos. -“¿Hola?” -“Carlos, ¿a qué hora llegas hoy a casa?” -“Laura…mmm, no estoy seguro…espero que a las 11” -“Carlos, no puedo hablar ahora mismo, pero intenta por todos los medios, llegar a casa lo antes posible…” -“Vale… Laura, ¿Por qué no puedes decirme qué pasa?” -“Tengo a los hijos de Esther y Maca aquí conmigo” 33

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Entonces, ¿tiene algo que ver con Maca…?” Gracias a Dios, Carlos puede leer muy bien entre líneas. -“No exactamente" -“¿Esther?” -“Si, ella” -“Pero, si está con Cruz en…Dios mío, ¿les ha pasado algo? -“Ehh, si. Mira Carlos…no puedo hablar…pero necesito que vengas a casa y me ayudes”. -“Estaré allí lo antes posible. Te quiero Laura. Dales un beso a los niños de mi parte”. -“Lo haré…yo también te quiero” Cuelgo el teléfono, y miro por el espejo retrovisor a las cuatro caras sonrientes que hay detrás de mí. Puedo hacer esto. Puedo ser fuerte por ellos ahora mismo. Tengo que serlo. 28. Año 2010. Camp “Arena” Herat (Afganistán) Hospital de la base. No la dejaría. Me negué a ello. Estaba en medio del hospital y me deshice de algunos de algunos policías militares que intentaron pararme para que no la siguiese. Ella me estaba llamando, y no pensaba dejarla…no después de lo que le vi hacer… Año 2010. Alrededores de Qala-i-naw 19:45h -“¡Ahí está el helicóptero! Grito mientras nuestro helicóptero medicalizado aparece por encima de la colina y todo parece más claro. Hay dos lugares de accidente separados. Uno aquí, y otro cerca de dos kilómetros al este. Ya hemos visto ese, y si había supervivientes hubiera sido verdaderamente un hecho milagroso. Pero éste no parece en tal mal estado. No está bien, pero por lo menos, no se ven partes de cuerpos desde aquí. Los helicópteros Apache van primero, inspeccionando el área antes de que nosotros intentemos aterrizar…y entonces lo veo. El flash de un disparo, y la respuesta de un arma 34

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

automática. -“Capitán, hay disparos en tierra, repito, hay disparos en tierra” Digo a través de mi micrófono. -“Recibido” Mantengo mi M-16 apuntando al suelo, mis ojos buscando cualquier signo de ataque fuera de todo ese humo y lugar del accidente. Oigo el pitido del radar y veo como los Apache maniobran hacia la izquierda y luego a la derecha, y entonces explotan en medio del aire. -“¡Lince uno y Lince dos abatidos! ¡Lince uno y Lince dos abatidos!” Busco a través de la humareda y la explosión para encontrar la fuente de la bengala, y es entonces cuando la veo a ella. Una simple bengala por encima de nosotros, iluminando el suelo de rojo sangre con su luz. Y bajo de nosotros veo a una mujer, con una pistola en su mano, disparando a los atacantes que se acercan a ellos colina abajo. Uno cae, dos caen, tres caen antes de que se pongan a cubierto y disparen desde un lugar más seguro que en punto de mira de esa mujer. -“Señor, hay supervivientes ahí abajo, que están siendo atacados. Armas pequeñas sólo” Anuncio por la radio. -“Recibido. Despejaremos el área y entonces aterrizaremos para recogerlos” Despejar…este es mi turno para abrir fuego contra esos hijos de puta, que están atacando a estos civiles. Bajamos y empiezo a disparar a los hombres que van apareciendo en el camino. Nos retiramos y aterrizamos en un pequeño claro. Tomo mi posición junto a la puerta, con el rifle en mano hasta que volvamos a despegar y pueda ayudar a los heridos. Dos Sargentos bajan del helicóptero por el otro lado, mostrando sus armas, mientras corren hacia el lugar del accidente, desapareciendo en el humo y el polvo. Cuando reemergen, uno lleva a una mujer, y el otro le está cubriendo mientras corren hacia el helicóptero. Cuatro hombres les siguen. Todos empiezan a amontonarse cuando me doy cuenta de que la mujer que ví antes no está con ellos. -“¿Dónde está la otra mujer?” Le grito a un hombre. -“Estaba justo detrás de nosotros…nos ordenó traer a ésta otra, que está herida, al helicóptero” Me giro y veo con asombro como ella sale corriendo de entre el humo, como una película de acción. Hay tres hombres detrás de ella con armas automáticas, y ella está haciendo señales para que el helicóptero despegue. Veo al hombre que está justo detrás de ella levantar su rifle, pero me adelanto a él, disparando tres veces antes de que él ni siquiera pueda disparar una vez. Ella se gira y dispara con las dos pistolas que tiene en sus manos, hiriendo a los otros dos, y haciéndoles caer al suelo. Entonces tira sus pistolas al suelo y echa a correr en un sprint 35

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

para cubrir los últimos 20 metros que le separan hasta el helicóptero. Dejo mi rifle y extiendo mi mano hacia ella mientras el helicóptero empieza a despegar…pero ella no me coge…sino que empieza a caerse el suelo. En un momento miro detrás de ella y veo a un hombre en el suelo, con su pistola levantada. Cojo mi rifle otra vez y acabo con él, antes de agarrar a la mujer del suelo y meterla en el helicóptero. -“¡Vamos! ¡Vamos! ¡Tenemos a todos!” -“Base. Hemos recogido el paquete. Aterrizaje previsto en 20 minutos” ARENA EN EL DESIERTO 2 Autor: carmen_valencia, 29/Abr/2006 20:03 GMT+1: 29. Tiemblo al despertar de mi recuerdo. Miro mis manos, todavía cubiertas con su sangre. Nunca en mi vida había visto a alguien tan valiente, con tanto coraje. Estaba tendida en mis brazos, sangrando hasta la muerte, y lo primero que preguntó es si estaba todo el mundo abordo…y sólo después de eso pensó en ella misma. Sólo con eso ya me ganó…se ganó mis respeto. Todavía soy un soldado joven, pero he estado en varias misiones peligrosas…pero esta ha sido la primera vez que he disparado mi arma contra personas reales…y les he matado. Lo he hecho para salvar la vida de estos civiles...eso es parte de mi trabajo. Pero la pregunta que sigue paseándose por mi mente, la visión que hace que mi estómago se revuelva es: ¿a cuánta gente ha tenido que matar ella para intentar mantener a todos con vida hasta que llegamos nosotros? Llevo sentando aquí, Dios sabes cuánto tiempo, con mis manos en mi cabeza, unas pequeñas lágrimas recorriendo mis mejillas mientras dejo que el estrés del día de hoy por fin me venza. No me entero de que la puerta se abre y unas cuantas personas entran en la pequeña sala de espera en la que me encuentro. -“¿Cabo Martín?” Levanto mi mirada y veo una cara familiar…la he visto antes…en el helicóptero… -“Si, señora” Mi mente tarda un segundo en reaccionar y mi cuerpo se pone firme…más por hábito que porque pueda hacerlo en este momento… -“Algunos compañeros suyos y los doctores me han dicho que ha estado usted al lado de la enfermera Esther García durante todo este tiempo…” 36

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Si, señora” Mi voz se quiebra. Me muevo del lugar donde llevo plantado un buen rato, con la mirada perdida, y le miro a ella ahora. Está sucia, su pelo hecho un desastre, la ropa rota a jirones, su brazo en cabestrillo y cortes por toda su cara…Pero ella está aquí, delante de mí, preguntando por Esther. -“Gracias” Es lo último que dice antes de cruzar toda la habitación y abrazarse a mí. No me hace falta nada más que una milésima de segundo para rodearla con mis brazos… abrazándola fuertemente, mientras ella esconde su cabeza en mi pecho. Puedo notar como tiembla varias veces, tratando desesperadamente no llorar… pero después de un día como hoy… ¿Quién no se lo permitiría? ¿Quién no nos lo permitiría? Se separa de mí lo suficiente para limpiarse las lágrimas con su mano libre. -“Lo siento…” -“Está bien…no se preocupe...” -“Me dijeron que estuvo llamándolo a usted por todo el pasillo…que usted empujó a algunos guardias para estar con ella” -“Si, señora…” Iba a seguir con mi explicación pero la voz de un hombre me interrumpe… “Señora, le necesitan urgentemente, para que les siga explicando cómo ocurrió todo” Ella asiente al hombre de la puerta, y se gira de nuevo hacia mí. -“Cabo…le ordeno que se quede, ¿entendido? Quédese con ella hasta que yo pueda volver, y entonces podemos esperar los dos juntos” Ya sé que ella no es ninguna autoridad militar para darme ordenes…es simplemente una médico… pero es amiga de Esther…y haré todo lo que esté en mi mano para ayudarla. -“Si, señora” Me pongo firme y ella se da la vuelta, y sale de la habitación cojeando, con algunos policías militares siguiéndola por el pasillo. Así que ahora ya tengo una nueva misión. No me moveré hasta que ella vuelva. No hay nada en este mundo que haría que yo me moviese de aquí de todas maneras. 30. Abro mis ojos otra vez y veo algunos doctores a mi alrededor con mascaras azules puestas. Mi mente me lleva atrás…a mi última estancia en un hospital… Año 2008 Residéncia Wilson-García. 37

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

20:30h -“Esther, ¿por qué sientes la necesidad de hacer esto?... ¡durante casi cuatro años, no ha hecho otra cosa más que hacerte la puñeta!” -“Maca…no sé cómo explicarlo, pero si hubieras estado allí…le pregunté a una enfermera antes de ir, cuántos visitas se permitían en un día. Dijo que daba igual porque Begoña sólo había tenido dos visitas en todo el tiempo que había estado allí arriba. ¡Tres semanas Maca, tres semanas y las únicas personas que le visitaron fueron Dávila, antes de irse de vacaciones, y una miga suya!” -“Esther…no deberías sentirte culpable…” -“Maca, no me siento culpable. Siento lástima por ella. Ya sé que ha hecho algunas cosas mal desde que la conocemos, pero nadie merece vivir una vida llena de soledad sólo porque haya hecho algunas malas elecciones” -“Esther…” -“Yo he tomado algunas decisiones estúpidas en mi vida. He tratado a algunas personas mal…como hizo contigo tus primeros días de trabajo. ¿Me merezco pasar los momentos más terroríficos de mi vida sola por eso?” Maca abre su boca para hablar, pero vuelve a cerrarla, sabiendo que discutiré cualquier razón de por qué estoy haciendo esto. ¿Por qué estoy adoptando esta postura de defender la actitud y actuación de Begoña? -“No Maca…no me merezco estar sola, al igual que ella. Por eso estoy haciendo esto” La mención de “esto” se refiere a un test de médula ósea. El análisis de sangre fue el primer paso. Ahora toca que me pinchen, saquen una muestra de líquido y comprueben si somos compatibles. Y si todavía soy la única donante que es compatible, entonces es hora de meterse en el quirófano. -“Eres alucinante” Se acerca hacia mí, y me abraza contra su pecho, con su cara escondida en mi pelo. Este puede que sea uno de los momentos más terroríficos de mi vida: decidir esto, ayudarle a ella. Pero cuando entré…cuando los médicos nos dijeron a las dos por todo lo que tendríamos que pasar y la vi llorando, tan sola, tan aislada…supe que tenía que hacer esto. Tenía que salvar, no sólo su cuerpo, sino su corazón. 31. Año 2010. Camp “Arena” Herat (Afganistán) Hospital de la base. 38

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

Miro a través de la ventana, hacia fuera, y veo a varios hombres y mujeres, con sus uniformes, dirigirse a los helicópteros, a los aviones, hacia lo que sea que ellos hacen para defender lo mejor posible a este país y los intereses del nuestro. -“¿Cruz?” Uno de los doctores se me acerca con mi móvil en su mano. -“Es su marido” Cojo el teléfono inmediatamente. -“¿Pueden darme un momento, por favor?” Pregunto a la habitación en general. Realmente me gustaría que nadie me vea derrumbarme cuando hable con él. Todo el mundo empieza a abandonar la habitación, incluso el Cabo Martín, quien ha permanecido sentado en la misma esquina de la habitación donde lo dejé anteriormente. Respiro profundamente y llevo el teléfono a mi oído. -“¿Rodolfo?” -“Cruz, cariño, ¿estás bien?” Tan pronto como oigo su voz me derrumbo en la silla más cercana. Las lágrimas queman mis ojos, y empiezo a sollozar. -“¿Cruz? ¡Hablame! ¿Cruz?” -“Estoy...estoy aquí” Susurro suavemente. -“Cariño, ¿qué pasó? ¿Puedes contarme qué ocurrió?” Puedo verlo en Madrid, agarrado a su teléfono, tratando fuertemente de no llorar, y con el puño cerrado listo para golpear cualquier cosa que aparezca en su camino. Sea como sea esa imagen me llena de confort. -“Fue…oh, Dios… Vilches, fue horrible” -“Shhh…está bien, sólo cuéntame lo que puedas” -“Estábamos en los helicópteros…” 32. Año 2010 Alrededores de Qala-i-Naw. 18:00h. -“Señora, es hora de volver”

39

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Marque el camino, Capitán” Gracias a dios, este maldito viaje se ha acabado. Hace más calor aquí que en el infierno. Miro hacia Esther, que parece estar completamente acostumbrada y cómoda con este tiempo. -“¿Esther, te vuelves conmigo, verdad?” A la ida Esther fue relegada a ir en el segundo helicóptero, con un pesado General de la Fuerza del Aire ocupando su lugar a mi lado en vez de ella. -“Si, si quieres si” -“Si, me gustaría” Miro por encima y veo al General no se qué, con cara de mosqueo. -“¿Le parece bien, verdad, General? No le importa ¿no?” Mi tono no deja lugar a dudas para discusión. -“No señora” -“Bien” ¡Trágate esa, pesado! De un salto subo al helicóptero, y Esther me sigue. Nos ponemos el cinturón y los cascos que nos dan los pilotos. Observo como los otros dos médicos, 1 enfermero y el General suben al helicóptero. -“¿Cuánto tardaremos en llegar a la base?” Pregunto…ya tengo ganas de llegar y pegarme una duchita para quitarme toda esta arena y sudor pegado a mi cuerpo. -“Cerca de una hora…hemos de dar un pequeño rodeo para evitar cruzar por una ‘zona peligrosa’…así que tardaremos un poco más” Asiento y me relajo en el asiento. -“No dormí mucho en el avión, ¿os importa si me hecho una siestecilla?” Pregunto. No es que me importe su respuesta, pero trato de ser educada. -“Adelante. Yo me ocupo de despertarte dentro de una horita o así” Esther sonríe, y yo me apoyo en el respaldo y cierro los ojos…cayendo fácilmente en un sueño ligero. Me despierto con el ruido más ensordecedor y angustioso de mi vida. Una gran explosión me despierta mientras nuestro helicóptero vira havia la izquierda. Mis ojos se abren de golpe, y veo como pequeñas piezas y trozos del segundo helicóptero caen a tierra con una estremecedora caída. -“¿Qué coño ha sido eso?” Nadie puede responderme, mientras el helicóptero se mueve bruscamente hacia la derecha esta vez. El mundo parece empezar a girar al tiempo que nos vamos acercando cada vez más al suelo. Oigo a los pilotos gritar algo, pero no puedo 40

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

concentrarme. Miro hacia Esther, que está a mi lado, con miedo en sus ojos cuando me devuelve la mirada. -“Pon tu cabeza entre las piernas y aguanta” Esther, me aprieta más el cinturón y empuja mi cabeza hacia mis rodillas. Cierro los ojos y empiezo a rezar. Qué momento más oportuno para ponerme a rezar. -“Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre….” Y entonces todo se vuelve negro cuando nos estrellamos. Me despierto de mis memorias, sollozando en el teléfono, mientras tiemblo de miedo. -“Cruz…shhh, está bien….shhh, joder, cariño, ojalá pudiera estar ahí contigo. Estaré lo antes posible, te lo prometo” -“Rodolfo, te necesito tanto ahora mismo…” -“Lo sé, estoy justo ahí a tu lado…tengo que acabar de solucionar unos papeles, y me pongo de camino…Maca y Dávila van ya de camino” -“Oh dios, Maca…” Debe estar hecha polvo. -“Cruz, ¿puedes decirme qué pasó con Esther?” -“Ella nos salvó Vilches…nos salvó a todos nosotros” ------Tengo mi cuerpo adormecido. Trato de abrir mis ojos otra vez, y un intenso dolor se dispara desde mis ojos, pasando por mi cabeza y cuerpo, hasta llegar a parar en mi hombro. -“Ahggggg…” -“Cruz ¿estás bien?” Esther me está llamando desde algún lugar, arriba o abajo, no puedo averiguar desde donde…mi cabeza no para de dar vueltas. -“Esther…” -“Aguanta Cruz, enseguida estoy ahí” Finalmente consigo aclarar mi vista cuando veo que sus manos me cogen de la cintura, tirando de mi, y sacándome fuera de aquel helicóptero volcado. -“Ahhhhhhhhh… ¡joder, mi brazo!” Me deja sentada lo más delicadamente posible dentro de las circunstancias, y me caigo de espaldas al suelo duro que hay bajo de mí. Ha 41

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

oscurecido y no tengo ni idea de cuándo tiempo llevamos así, de cuánto tiempo he estado inconsciente. -“No te muevas, deja que te mire” Me quejo mientras el dolor sigue extendiéndose a lo largo de mi cuerpo, y aprieto mis dientes cuando sus manos presionan sobre mis costillas y piernas. -“Creo que puedes tener rotas algunas costillas, y estoy segura que te has hecho algo en el brazo, aguanta” Abro mis ojos lo suficiente como para ver cómo Esther rompe una parte de la manga de su uniforme, y la va haciendo tiras para vendarme mi brazo, que me doy cuenta en este momento de que está sangrando de manera abundante. -“Vale Cruz, aguanta…tengo que ir a sacar al resto de ahí dentro. ¿Puedes quedarte aquí?” -“Estaré bien…” Hago un esfuerzo para sentarme recta, y miro a mi alrededor. Estamos en medio de unas pequeñas colinas, con piezas del helicóptero esparcidas por todos lados. -“Espera aquí” Veo como ella sube al helicóptero de nuevo. Oigo voces que provienen desde dentro, y lo siguiente que veo es a Jesús ayudado por Esther a salir de allí, y dejarlo junto a mí. -“¿Estás bien?” -“Estoy bien Jesús... ¿y el resto?” -“Los pilotos están muertos…y del resto no sé nada…” Tiene las manos sobre su costado… probablemente sus costillas están rotas en varios pedazos…Elevo mi mirada y veo a Esther sacando a otra persona del helicóptero. Es otro de los médicos, Ricardo. Su frente está ensangrentada, y Esther lo acerca hacia nuestra posición y lo tiende a nuestro lado. -“Está bien, está vivo, pero inconsciente…necesitamos sacar a todo el mundo fuera...” Esther se vuelve a levantar y vuelve al helicóptero mientras unas voces no paran de llamarla. El enfermero y el soldado, Daniel y Borja., se apoyan el uno en el otro mientras Esther les ayuda a sentarse, y vuelve a desaparecer dentro de ese aparato, y aparece con dos pistolas en las manos. Esther pasa de largo sin decir nada, esforzándose por subir a la cima de la pequeña colina y observar en la oscuridad. Se lo que sea lo que ve, le asusta, porque baja rápidamente de la colina y en un instante está a mi lado, tratando de ayudarme a levantar. -“Tenemos que llevarla al otro lado del helicóptero…tenemos que escondernos chicos, creo que medio ejército de talibanes, o yo que sé, están ahí fuera, cercándonos” Me quejo amargamente cuando trata de levantarme. Detrás de mí oigo como el resto intentan hacer 42

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

lo mismo…ayudándose los unos a los otros para llegar al otro lado. Ella me deja apoyada en la parte delantera rota del helicóptero y los otros se sientan a mi lado. -“¿Cuántas armas tienes?”No puedo creer lo que estoy oyendo… ¿qué hace Esther preguntándole a Borja por armas? Yo creo que el golpe del helicóptero le debe haber afectado en la cabeza…no es normal que esté así de tranquila e intentando llevar el mando, aunque claro, quizás la profesión va por dentro…y viendo cómo estamos el resto, alguien tendrá que tomar las decisiones… -“Borja… ¿Qué nos harán si nos encuentran?" Pregunto. -“No lo sé…depende de lo que les hayan dicho que hagan con nosotros…pero desde luego no mandas todos esos tanques como comité de bienvenida. Siempre nos han dicho que nos mantengamos al margen de todas esas revueltas entre chiíes y suníes…y por supuesto de las milicias talibanes, que siguen cooperando con Al Qaeda después de todos estos años. Este sigue siendo un país ‘semillero de terroristas’” Pero…si estamos aquí en misión humanitaria…se supone que venimos a ayudarles… ¿por qué querrían hacernos daño? Esther ha conseguidos más armas de los pilotos fallecidos y del General, que tampoco ha sobrevivido al accidente, y, mientras se guarda dos en su cintura, se dirige hacia mi… -“Cruz, toma esto” Y me ofrece una pistola. -“Esther... ¡nunca en mi vida he disparado un rama de fuego!” Digo mientras cojo la pistola todavía dudando. -“Yo tampoco Cruz…pero esto es como una cámara, ¿verdad Borja?...sólo hay que apuntar y ‘click’. Mira, no sé que va a pasar aquí, ni cuánto tiempo van a tardar en rescatarnos… pero hay que estar preparados…necesitas estar preparada por si acaso…” No acaba su frase, pero no hace falta, sé a qué se refiere con ese ‘por si acaso’. -“¿Cuánto tardarán en llegar aquí?" -“Otros veinte minutos…quizás menos” Todavía estábamos a unos treinta y cinco minutos de la base cuando nos estrellamos, creo…nos sentamos y esperamos, mientras Esther sube a la colina cada cinco minutos para ver si nos alcanzan los rebeldes. Jesús trata de hacer funcionar la radio, pero está rota. Justo cuando Esther baja de su tercer viaje a la cima, oigo el ruido de un motor de avión. -“¿Es de los nuestros?” Pregunto mientras elevo mi vista, pero se va antes de que pueda verlo…no es que lo hubiera sabido de todas formas. -“¡Es de los nuestros! ¡Es un Apache!” Dice Borja con voz triunfal, entonces la primera explosión sucede detrás de nosotros. Yo me tapo con mi brazo bueno, Jesús y Daniel me 43

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

cubren con sus cuerpos mientras el polvo y los trozos de metal vuelan por todas partes alrededor nuestro y el eco retumba en la distancia. -“¿Qué demonios es eso?” Le grito. -“¡No lo sé! ¡Deben estar desviando la atención de los talibanes de nosotros!” Otra explosión próxima tiene lugar y todos nos ponemos a cubierto, otra vez. Finalmente abro mis ojos otra vez, tratando de averiguar qué es lo que está pasando. Veo dos sombras moverse colina abajo, disparando. “¡Esther!” -“¡Los tengo!” Se mueve hacia un lado, fuera del lugar donde se había puesto a cubierto, y empieza a disparar rápidamente. Oigo dos gritos diferentes, y entonces ella deja de disparar; el silencio cayendo sobre todos nosotros, mientras, calmadamente, tratamos de anticiparnos al próximo ataque. -“¿Estás bien Esther?” -“Estoy bien, estoy bien…” Su voz suena firme, pero puedo decir, incluso a través de la oscuridad, que ella no está tan bien como dice…no puedo seguir pensando, no con los gritos viniendo de la colina ahora. -“¡Todos al suelo!” 33. -----“¿Qué pasó entonces Cruz?” “El calvario pasó…el calvario…” --------“Esos son nuestros helicópteros” Miro como un grupo de helicópteros sobrevuela por encima nuestro y pasan de largo, hacia los talibanes que se acercan hacia nosotros. Borja sube a la colina, con alguna que otra dificultad, y mira por encima, lo suficiente para ver el flash brillante de otra explosión, esta en el cielo. -“Que Dios santo nos ayude a todos…” Borja va bajando y viene donde nos escondemos todos. -“Tienen una unidad móvil MTA. ¿Sabéis lo que eso significa? Misiles Tierra Aire en sus ruedas” Asiento, sin saber si eso del MTA nos puede ayudar o nos perjudica.

44

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Eso no es nada bueno. Tienen un alcance de más de 30km…así que nuestros hombres van a estar luchando contra esas cosas antes de tener cualquier oportunidad de aterrizar y rescatarnos” Poco a poco voy comprendiendo…cuando nos recojan..si es que nos recogen, va a ser dentro de bastante rato… --------“Cruz, ¿sigues ahí?” -“Si, sigo aquí todavía” -“¿Puedes decirme que pasó después de eso? -“Si…si, puedo”Alrededores de Qala-i-Naw 19:30h -“¡Esther, hay más!” Llevamos atrapados bajo este fuego cruzado cerca de una hora ya, escondidos bajo este helicóptero, tratando de mantener nuestros culos a salvo. Daniel y Ricardo nos rodean a Jesús y a mí, mientras Borja y Esther disparan desde la colina. Encima de nosotros el cielo ha explotado en luz y fuego, con nuestros helicópteros Apache disparando misiles a los talibanes y éstos respondiendo. Una y otra vez, una y otra vez, con algunos pocos intentos de helicópteros medicalizados tratando de llegar hasta nosotros… pero los restos de esos intentos yacen ahora esparcidos por el suelo, alrededor de nosotros. Veo como Esther sigue disparando desde el bunker que han excavado en la cima de esa colina. Han tenido cuidado de disparar sólo cuando ha sido estrictamente necesario, con miedo a que nos quedásemos sin munición antes de que fuésemos rescatados. -“¡Atrás!” Borja y Esther bajan apresuradamente apoyados por el helicóptero que les cubre disparando, mientras desaparece el bunker que acaban de dejar. -“¡PONEROS A CUBIERTO!” Gritan Esther y Borja a la vez a todos nosotros. Daniel y Ricardo se tiran encima de mi., cubriéndome con sus cuerpos como si fueron un escudo. Bajo ellos puedo escuchar chillidos, maldiciones, el ruido de los disparos…retumbando fuertemente en mis oídos, más y más…parece que nunca va ha acabar. Y de repente lo hace. -“¿Oís eso?” Dice Daniel desde el suelo. -“¡Más helicópteros! ¡Y son de los nuestros!” Contesta Jesús. Todos nosotros nos agachamos cuando se abre el fuego de nuevo. No puedo verla, pero puedo oír a Esther dando órdenes y disparando su arma una y otra vez. Otras voces se cruzan ahora…voces 45

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

extrañas gritando y maldiciendo, y después callándose. -“Cruz, ¡vamos, los helicópteros están intentando aterrizar, vamos!” Daniel me levanta, y me vuelve a dejar caer cuando los Apache explotan en una bola de fuego y humor, y sus cuerpos de metal caen girando al suelo justo detrás de nosotros. -“Joder…” No puedo respirar con todo este humo y fuego rodeándonos. No puedo respirar, no puedo pensar, no puedo moverme ahora mismo...¡dios mío, no puedo moverme! -“¡FUERA! ¡Sacarla de ahí ahora! ¡Maldita sea!” Es la voz de Esther la que grita ahora, ordenándonos ir, salir de ahí. Mis ojos están cerrado, mis dedos sosteniendo la pistola que Esther me dijo que llevase hasta el final. Entonces aire frío golpea mi cara, con voces chillando a mí alrededor. -“Ya le tenemos, señora, vamos, venga…” Abro mis ojos en el momento en que veo dos brazos largos cogerme y apretarme contra su pecho, antes de que él me arrastre hacia el humo. -“Esther…trae al resto…Esther..." -“Están viniendo…” -“¡Esther!” Estoy ahora en el helicóptero, y puedo oír a los otros gritar mientras suben al helicóptero…todos menos una. -“¡Esther!” oigo más disparos, tan cerca ahora…tienen que estar muy cerca… -“¡Esther!” La llamo otra vez. -“¡Tenemos a todo el mundo! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamonos!” ‘Tenemos a todo el mundo...estamos a salvo ahora’, ese es mi último pensamiento antes de desmayarme completamente. --------34. “Cuando desperté estábamos aterrizando. Llevaron a Esther por un lado y a mi por otro...no la he visto desde entonces”. “¿Sabes que es lo que le pasó?” Me pregunta Vilches con tacto. “Le dispararon…no sé cuántas veces, pero fue en la espalda” Las lágrimas brotan ahora de mis ojos otra vez, y me acerco el teléfono todavía más a mi cara, tratando de acercar su voz todo lo que puedo para consolarme. 46

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

“Se va a poner bien cariño…Esther es una luchadora…ella ha pasado por muchas cosas para abandonarnos ahora…” “Rodolfo, por favor acierta...espero, por Dios, que tengas razón…” 35. Año 2010. Sobrevolando Turkmenistán Dávila acaba de terminar de contarme todo lo que ha estado pasando en ese país. Desde hace un año las cosas parecía que se habían calmado bastante y se vivía más o menos en paz…hasta ahora. Parece que un grupo de talibánes atacaron los helicópteros, en unos de los cuáles iban Cruz y Esther, con la unidad móvil que tenían de misiles tierra-aire (MTA). Los refuerzos y equipos de rescaten tardaron horas en deshacerse de los MTA, y tanques del enemigo. Horas en las que Esther y alguien más, consiguieron aguantar y defenderse… horas en las que protegieron al resto de compañeros hasta que llegase la ayuda y pudiesen salir de allí. Y ahora ella está en quirófano…tres heridas de bala en su pecho, dos en los hombros…y ahí está, luchando por vivir. Necesito llamar a mis hijos, y hablar con ellos antes de que puedan ver esto en las noticias o algo. Cojo el teléfono del avión y marco el número de Laura y Carlos. -“¿Hola?” -“Carlos, soy Maca” -“Maca, ¿estás bien? ¿Sabes algo más? -“Si…no puedo explicarlo detalladamente ahora, pero a Esther le dispararon…está en el quirófano ahora mismo” -“¡Dios1…fue…¿fue mal?” Pregunta despacio. -“Si…fue bastante mal…” Ambos estamos callados por unos minutos. No puedo hablar. Tengo demasiado miedo a que mi voz se rompa, y con ella el resto de emociones que se acumulan en mi cuerpo. -“Carlos, necesito hablar con Caro y los niños, ¿vale?” -“Si Maca, Laura los está trayendo…mira aquí está Carolina…”

47

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“¿Mami?”. Oh, Dios mío…su voz se parece tanto a la de su madre… -“¡Hey, Caro…!” Estas pocas palabras, me llevan de nuevo a las lágrimas. -“Mami….¿está ‘mama’ bien?” -“No lo sé cielo…hubo un accidente con la tía Cruz, y tu madre resultó herida…ella está ahora en el hospital y yo estoy de camino para poder verla” -“Se va a poner bien, ¿verdad?” No puedo responder a eso…no puedo responder lo que no sé. -“Creo que si, cariño…’mama’ es una luchadora, ya sabes…” - “Mama se pondrá bien, ‘mami’…ya lo verás. Ella es una enfermera, y las enfermeras ayudan a la gente…así que tienen que ayudarla a ella también para que se ponga buena”. Ojalá tuviese su misma confianza ahora mismo. Siempre les he dicho a mis hijos que los buenos siempre ganan…y que las cosas salen bien sin importar nada. -“Eso es verdad cariño…déjame hablar con los gemelos, ¿vale?” -“Vale ‘mami’, aquí está Álvaro…te quiero” -“Te quiero” Oigo un ruido en el teléfono, y entonces Álvaro se pone. Cuando Esther y yo hablamos de tener hijos, ninguna de las dos pensamos que tendríamos tanta suerte como la que hemos tenido. Álvaro se parece a ella físicamente, pero ha sacado mi personalidad, Caro se parece a mí con esos ojos marrones, aunque tiene ese carácter de su madre y Mar es una mezcla de las dos, lo cuál la hace más peligrosa a la hora de convencernos para algo. -“¿Mami?” -“Hey, colega… ¿estás bien allí?” -“Si ‘mami’… ¿cuándo volvéis tu y mamá?” -“No lo sé todavía hijo…tal vez tardemos un poco” -“¿Vas a traer a mamá contigo, ¿verdad?” -“Si hijo…” Ya sea en un ataúd o no…ese pensamiento me hace temblar y sentir arcadas.

48

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Vale…” -“Te quiero hijo” -“Yo también te quiero ‘mami’. Dale un beso a mamá de mi parte” -“Lo haré…te lo prometo” -“¡Mamiiiii!” -“Hey, Mar, ¿cómo estás cielo?” -“Estoy preocupada por mamá… ¿está bien?” -“Eso creo cariño…mamá tuvo un accidente con la tía Cruz, y tengo que ir y verla en el hospital” -“¿Le van a dar helado?” No puedo evitar sonreír antes esa ocurrencia. -“No lo sé, nena, quizás…supongo que depende de si mamá es una buena paciente y se porta bien con los médicos” -“¿Le dispararon los malos?” Su pregunta es tan inesperada que por un momento no puedo responder. Y para entonces no puedo pensar una buena respuesta, así que decido decirle la verdad. -“Si cariño…” Susurro suavemente. -“Está bien ‘mami’…mamá se pondrá bien” -“Si…” -“Te quiero ‘mami’” -“Te quiero Mar”. El teléfono hace ruidos otra vez, y oigo la voz de Laura ahora. -“¿Maca?” -“Sigo aquí Laura” -“Voy a dejar a los niños aquí. Hemos cogido suficiente ropa para que se puedan quedar aquí una semana, por lo menos…”

49

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Gracias Laura…gracias por todo lo que Carlos y tu estáis haciendo” Cuelgo el teléfono y me recuesto en mi asiento. Dávila está todavía al teléfono, tratando de organizar cosas con veinte personas diferentes y recibir información. Apoyo mi cabeza en el respaldo, y cierro mis ojos, tratando desesperadamente de escapar de esta pesadilla en la que me encuentro metida…este sueño tan asquerosamente horrible que no puede ser real…no puede serlo…no cuando éramos tan felices. 36. Año 2010 Residéncia Wilson- García. Hace una semana… 21:40h Sostengo mis manos sobre los ojos de Esther mientras subimos las escaleras del porche, hacia la pequeña sorpresa que le tengo preparada dentro de la casa. -“Maca…¿puedo abrir mis ojos ya?” -“Claro…ahora” -“¡Sopresaaaaaaaaaaaa!” Nuestro comedor está lleno de familiares y amigos, que están aquí para celebrar nuestro quinto aniversario de boda. -“Ohhh, Dios…. ¡Maca!” Esther se gira hacia mí, completamente sorprendida y me abraza fuerte, su cara roja como un tomate, muerta de vergüenza. Le he hecho vestirse super elegante, con el pretexto de que íbamos a una cena muy ‘chic’ y romántica. ¡Que buena soy! -“Feliz Aniversario Esther…Te quiero” Me inclino y le beso firmemente, mientras detrás de ella, media estancia ha estallado en gritos y silbidos. -“Feliz Aniversario Maca” Me besa una última vez antes de darse la vuelta y recibir las numerosas felicitaciones que nos están esperando. Sólo es la familia y amigos, rodeándonos esta noche, pero aún así la casa está llena. Laura y Carlos son los primeros en acercarse, ofreciendo sus abrazos y felicitaciones. -“¡Felicidades chicas!¡ Estamos muy contentos por vosotras” -“Gracias Laura” Laura y Esther se abrazan, mientras Carlos me felicita a mí. Algunas personas más se van acercando…entre ellas Encarna y mis padres. 50

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Me alegro de que hayáis podido venir” Les digo a mis padres, con mi voz, totalmente emocionada. -“No nos hubiéramos perdido esto por nada del mundo. Los dos estamos muy felices por vosotras” Me contesta mi madre…mostrando una sonrisa amplia y sincera. Después de decirme esto, se abrazan a Esther. Y Encarna aprovecha para cercarse a mí. -“Maca, hija…estoy tan contenta por vosotras…mira que al principio me costó acostumbrarme a lo vuestro. Pero ahora, cuando os veo, y veo lo feliz que es mi hija contigo, no puedo más que darte las gracias por haber aparecido en nuestra vidas” -“Gracias…Encarna” No puedo decir nada más…me ha dejado totalmente sin palabras. Le doy un beso en la mejilla y la abrazo con todo mi cariño. Encarna se ha convertido en una segunda madre para mí. -“Esther hija…que me alegro por las dos…espero que sigáis así de bien toda la vida, y que nunca se os acabe todo el amor que os profesáis la una a la otra” Y tras estas nuevas palabras de Encarna, madre e hija se abrazan con lágrimas en los ojos. La fiesta ha empezado a animarse ahora…con algunos camareros que contraté paseándose con las bebidas y canapés. Parte de la estancia ha sido convertida en una pista de baile para esta noche…y la gente se va mezclando unos con otros, y hablando amistosamente. Aprovecho estos pocos momentos que estoy sola para secuestrar a mi mujer, y llevarla al pasillo. -“Entonces... ¿te gusta mi sorpresa?” -“Me encanta tu sorpresa cariño” -“Bien, porque tengo otra más. No ha podido venir aquí esta semana, así que la semana que viene, cuando tu vuelvas, tu, los niños y yo nos vamos a ir hasta la casa que tu abuela tiene en el pueblo…y tu madre se reunirá con nosotras allí, asi que vamos a tener una semana enterita para nosotras” -“¿Cómo lo has conseguido, eh señorita?” Me pregunta tranquilamente. Sus ojos brillan mientras sus manos empiezan a recorrer mi espalda de arriba abajo. -“Porque soy una mujer con muchos talentos” Sonrío. -“Eso ya lo sabía” Se pone de puntillas para besarme, y por un momento eso es en todo lo que me puedo concentrar…sólo en sus labios y los míos, encajados juntos y perfectamente, en sintonía después de todos estos años. 51

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Oh…perdón…lo siento” Esther y yo nos separamos para mirar a Rusty, que ha estado tan oportuno como siempre. -“Rusty…tu nunca cambias, ¿verdad?” Le pregunto. -“Nop” Contesta con una sonrisa antes de volver por dónde había venido ha hacer lo que sea que estuviera haciendo antes de interrumpir este momento. -“Ah, se me olvidaba...Carlos y Laura se quedan con los niños este fin de semana” Le acabo de contar otra pequeña sorpresa que quedaba por descubrir. -“¿El fin de semana entero, hmmm? ¿Qué vamos a hacer con tanto tiempo para nosotras solitas?” Me pregunta Esther. -“Ah, pues…puedo pensar en unas cuántas…cosas” Se arrima de nuevo hacia mí, y me plata un beso firme en mis labios, con sus manos todavía dibujando círculos en mi espalda. -“Tenemos invitados… ¿te acuerdas?” Susurro antes de besarla de nuevo. -“Si…seguro…invitados” Conseguimos apoyarnos en la pared del pasillo para que nos aguante, con mi espalda apoya firmemente contra ella… ¿por qué estamos aquí enrollándonos como dos adolescentes? Esta vez son unas risitas las que interrumpen el momento. -“Niños…¿no se supone que deberías estar en la fiesta?” Digo en mi mejor tono de ‘madre”. Carolina, Álvaro y Mar, junto con el hijo de Laura, Luis, están aquí, alineados en la puerta que da al pasillo, y aparentemente espiándonos desde hace un rato. -“Esto es más divertido” Contesta Carolina sonriendo. -“La tita Maca y la tita Esther se eztaban besando…” Empieza a cantar Luisito. Le lanzo una mirada asesina antes de que Esther les haga volver a la fiesta. -“¿Ya te has dado cuenta de que no podemos acabar con ‘esto’ ahora mismo?” Me pregunta Esther medianamente contrariada. -“Si… ¡maldita fiesta!” -“Fue idea ¡TUYA!” -“Eso fue antes de que supiera lo que me ibas a hacer esta noche” Me defiendo. Después de cinco años, no creo que Esther llegue a entender realmente todo lo que provoca dentro 52

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

de mí. Esta química que tenemos , esta necesidad imperiosa de la una por la otra…no ha cambiado ni un ápice después de cinco años. La chispa de la pasión sigue ahí. -“La noche no se ha acabado…pijita” Me guiña un ojo antes de de correr tras los niños y asegurarse que de no andan contando secretos de familia a todo el mundo. 37. -“Hmmmm… ¿qué tal?” Esther tiene sus pies en mi regazo mientras mis manos expertas les dan un masaje. -“Maravilloso… ¿sabes? Si alguna vez te cansas de ser pediatra, podrías hacer una fortuna como masajista” -“Ah vale…pues mañana mismo renuncio” -“Vale” Esther deja escapar un gran suspiro y deja caer su cabeza en el reposa-brazos del sofá, sus ojos se mantienen cerrados mientras hago magia con sus pies. -“¿Maca?” Estas interrupciones tienen que parar YA. -“Hey Laura” Sigo concentrada en los pies de Esther…y Esther abre sus ojos para ver la silueta de Laura. -“¿Qué pasa Laura?” Esther, reticentemente, aparta sus pies de mis manos y se sienta bien, mientras va arreglando su vestido. -“Ya hemos recogido lo necesario para que los niños pasen el fin de semana con nosotros...así que es hora de decir adiós” Laura sonríe cuando ayudo a Esther a levantarse y pongo mi brazo rodeando sus hombros. Nos está mirando de una manera tan divertida que tengo que preguntarle. -“¿Qué? ¿Por qué sigues mirándonos así?” -“Es sólo que…sólo que hace cinco años nunca pensé que esto sería posible…y ahora miraros, no puedo recordar un tiempo en el que esto no fuese exactamente como debería de ser” Esther y yo sonreímos y abrimos nuestros brazos para un gran abrazo de grupo. -“Gracias Laura…” Esther se acerca, y las dos se adelantan yendo por el pasillo hacia dónde los niños están repartidos por los escalones de las escaleras, medio dormidos. Yo cojo a Mar, y Esther coge a Álvaro, agarrando sus abrigos y echándoselos por encima antes de salir fuera. Carlos lleva a Luis y Laura va vigilando a Carolina…que va andando 53

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

medio dormida hacia el coche. Nos paramos para darles a los niños, y decirles adiós. Seguimos despidiéndonos de ellos hasta que están calle abajo…entonces nos volvemos a meter en casa. Esther se frota sus brazos para darse calor. Yo sustituyo sus manos por las mías mientras entramos en casa, y consigo cerrar la puerta de una patada. Se apoya en mi pecho mientras sigo frotando sus brazos suavemente y me abrazo a ella desde atrás. -“Tenemos que cerrar la casa…” Me recuerda. -“Si” -“Y asegurarnos de que está conectado el contestador…” -“Aha…seguro…” -“Asegurarnos de que nuestros móviles están apagados…” -“Definitivamente…” -“Apagar la tv, los ordenadores…” Para de hablar cuando me inclino y capturo sus labios con los míos. Ya lo he cogido: nada de interrupciones este fin de semana. Y ella también lo ha captado: es hora de irse a la cama. -“Voy a cerrar la puerta Tu comprueba el teléfono y el contestador” Esther se va hacia la cocina para desconectar el teléfono de esa parte de la casa y yo me dirijo a pasar el pestillo de la puerta principal, apagando las luces en mi camino de vuelta hacia el comedor. La casa estás a oscuras, excepto la lámpara de la mesilla del comedor que siempre dejamos encendida. Esther vuelve de la cocina con sus zapatos en una mano, y una galleta en la otra. -“Estaba hambrienta” Me dice defendiéndose con una sonrisilla. -“¿Ah sí? Pues…yo pienso en satisfacer esa necesidad” -Le respondo con mi mejor sonrisa“Pero antes… ¿Me concedería la señorita este baile?” Falta una semana para que mi mujer se vaya, y quiero aprovechar estos últimos momentos antes de que tengamos que separarnos. -“Lo estoy deseando” Y dicho esto, Esther se pega a mi cuerpo, rodeando mi cuellos con sus brazos, y apoyando su cabeza en mi hombro. Y yo rodeo su cintura con mis brazos, abrazándole fuertemente a ella. Son pocas veces las que podemos bailar juntas y pegadas…y ahora que los niños no están 54

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

necesito sentir esos brazos rodeándome, oler ese perfume que desprende su cuello, su cabello…me perdería en su aroma para siempre. Cierro los ojos, la canción empieza a sonar, y…nuestros cuerpos empiezan a balancearse. (Play) Un día más vuelve a empezar, duerme la luna en San Sebastián busco café, oigo llover y pienso en ti. Que guapa estás al despertar tan despeinada sin arreglar me hace feliz verte a mi lado, pienso en ti. Vamos a querernos toda la vida como se quieren la noche y el día cuando hablan de ti. Vamos a querernos en cualquier vida, porque prefiero dejarme morir que estar sin ti. Nada es igual cuando no estás cuando no vuelves de pasear, oigo reír a mi equilibrio y pienso en ti. Pienso en ti y vuelves a mí, vuelve la paz que un día perdí choque frontal, nadie con vida Y yo sin ti. Vamos a querernos toda la vida, como se quieren la noche y el día cuando hablan de ti, Vamos a querernos en cualquier vida, 55

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

porque prefiero dejarme morir que estar sin ti. Con el cambio de ritmo de la canción decido levantar a Esther y cargandola en mis brazos me encamino hacia las escaleras que dan a nuestra habitación. Te necesito aquí, cerca de mi, muy cerca de mi, muy cerca te necesito aquí, verte feliz que vuelvas por mi, que vuelvas para quererme ,cuidarme, acostarme, hablarme y darme la mano, un beso, un regalo y verte dormida, sonriente, contigo y decir que te espero que, te echo de menos. Quiero entender mi vida sin ti, no quiero escuchar consuelos de nadie, quiero gritar, correr hacia ti, no quiero entender que al morir me mataste quiero vivir…pensando en ti. Me encanta hacer esto, llevar a Esther hasta nuestra habitación, porque siempre se sorprende cuando lo hago…aunque ahora se está partiendo de risa ante esta locura mía… ahí estábamos las dos bailando tan tranquilamente, y de repente se encuentra en mis brazos y escaleras arriba con este arrebato mío. La voy dejando deslizarse por mi cuerpo hasta que sus pies hacen contacto con el suelo, y nos quedamos mirándonos a los ojos junto al umbral de nuestra habitación. -“¡Estás loca! ¿Lo sabías?” Me dice...todavía sin poder para de reír. -“Si…estoy loca, pero ¡por TI!” Y cogiéndola suavemente de la mano la arrastro hacia el interior de la habitación, hasta llegar al pie de la cama…momento en el cual aprovecho para lanzarme a la boca de Esther con total desesperación.

56

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Mmmm, Maca…cariño…espera un momento… ¿me dejas que me refresque y me ponga cómoda?” Con esa carita de no haber roto un plato, ¿cómo le voy a decir que no? -“Claro, cielo…ponte todo lo cómoda que quieras, porque no pienso dejarte salir de esta habitación en todo el fin de semana” Le digo con una sonrisilla picarona. Mientras Esther se mete en el baño, yo me siento en la cama y me voy quitando estos zapatos, que ya me están matando. Aparto las sábanas de la cama y cojo mi camisón…ese blanco de satén que tanto le gusta a Esther. Una idea me viene a la cabeza al ver una caja de cerillas sobre la mesilla de noche… empiezo a encender las velas que tenemos decorando la habitación. Probablemente Esther me matará por encender las velas “buenas”, pero eh... hay que crear la atmósfera adecuada, no es que lo necesitemos, pero siempre ayuda! Estoy encendiendo la última vela cuando oigo la puerta del baño abrirse tras de mi, y me giro. -“Wow”. -“Cinco años y… ¿eso es lo único que se te ocurre?” Me pregunta Esther con una sonrisa. -“Sii…’wow’ es lo único que me sale ahora” Dios mío, ¿de dónde ha sacado eso? ¿Está intentando que me dé un ataque al corazón? Porque, definitivamente, con eso puesto ¡podría provocármelo! -“Maca…es un picardías negro” -“Aha…” Ya sé que es un picardías negro…es ese tipo de picardías en el que¡‘se transparenta todo’! El contraste entre saber que está desnuda pero al mismo tiempo tapada es un afrodisíaco de narices. Se acerca hacia mí, llevando algo escondido en su espalda. -“Feliz Aniversario” Me da una pequeña caja, y entonces caigo en la cuenta de que yo no he sacado su regalo del armario, donde lleva escondido una semana. -“Espera un momento” Corro hacia el armario y revuelvo todo hasta encontrar la cajita en el escondite donde la dejé. Estaba tan bien escondida que casi no la puedo encontrar. Vuelvo y nos sentamos las dos juntas en la cama. Mientras, trato realmente de concentrarme en abrir el regalo que tengo entre mis manos y no en su cuerpo que, puedo ver trasparentarse a través de ese pircadías. -“Abre el tuyo primero” Me insiste. Retiro el papel que lo envuelve, y abro la caja. -“Oh Esther…es...es preciosa. Gracias cariño” Me giro hacia ella y la beso. 57

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Lee lo que pone detrás” Mis manos tiemblan al sacar la pulsera de la caja. De ella cuelgan cuatro pequeñas medallas con una inscripción cada una de ellas. En las tres primeras pone los nombres y fecha de nacimiento de cada uno de nuestros hijos…y en la última se puede leer:‘Maca, para siempre mi amor, te quiere Esther. 2005-Eternidad’. Me inclino hacia ella y tiro de ella hacia mí, abrazándola tan fuerte y pegada a mi que no estoy segura de que pueda respirar. Este es uno de los regalos más dulces que he recibido, sin contar, por supuesto, con el regalo de la maternidad. Es tan perfecto y maravilloso…que creo que me estoy enamorando más de ella…si es que eso es todavía posible. -“Toma, abre el tuyo…Feliz Aniversario, cielo” Observo como ella va rompiendo el papel y el lazo con el que envolví su regalo…bueno, la caja. Levanta la tapa y se para. -“¡Maca…es maravilloso!” ¡Lo sabía! Tan pronto como vi ese anillo en la tienda, sabía que era perfecto para ella, y que le iría perfectamente con el de boda. Saca el anillo de la caja, y le paro antes de que pueda deslizarlo por su dedo y lo levanto para que pueda leer la inscripción… -“ ‘Para toda la Eternidad mi amor, Maca’ ” Lee en voz alta. Coge su mano y desliza el anillo por su dedo hasta que se queda pegado a su anillo de boda. Es de platino, para que vaya a conjunto con el metal de los demás anillos y tiene diamantes incrustados en medio de la alianza. -“Eres demasiado buena para mí, ¿sabes?” Me pregunta, calmadamente, y con pequeñas lágrimas bajando por sus mejillas. -“¿Yo? Creo que te equivocas cariño. Tu si que eres demasiado para mí. ¿Quién más podría soportar mis borderías o cambios de humor? ¿O quién podría estar con una macarra como yo?” Esther se ríe con esto último. -“Si, tienes razón, eres’ fácil’ de manipular” Se ríe y me inclino hacia ella para besar sus mejillas, por dónde sus lágrima han caído. -“Si…pero por eso me quieres” Le respondo, tumbándola lentamente contra las almohadas. Las cajas y los envoltorios quedan olvidados entre nosotras mientras me estiro en la cama acercándome a ella. Dejo mi pulsera en la mesilla y estiro mi brazo para apagar las luces, pero ella me detiene. -“Dejalas así…quiero verte esta noche” Le sonrío tiernamente…uhhh ¡esto es nuevo!. -“¿Estás segura?” -“Ya lo creo…” Me tumbo a su lado, apoyando también mi cabeza en las almohadas, pero 58

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

Esther se mueve rápidamente, y se sienta a horcajadas encima mío, con sus manos descansando en mis pechos. Mis manos van deslizándose por su espalda, sintiendo el suave material bajo mis dedos mientras juego con los tirantes que descansan en sus hombros, haciendo que casualmente se caigan… -“Oopss” -“Si...oopss...pero estate quietecita, que esta noche mando yo…Feliz Aniversario Maca” ¡Uys, hay que ver la soltura que ha cogido la niña en estos cinco años! -“Feliz Aniversario Esther” Y dicho esto, me besa suavemente en los labios, y luego inicia un camino descendente de besos por mi cuello haciendo que la piel de mi nuca se erice antes de que sus dientes acaban por hincarse sin mucha presión en mi hombro. -“Esther…” -“¿Mmmmhhh?” -“Como sigas por ahí…no voy a aguantar nada” Es verdad, después del bailecito y esa impresión que me he llevado al verla con ese conjuntito negro… -“Ese es mi objetivo…volverte loca esta noche…y llevarte hasta el límite…” Me dice susurrándome al oído…Y así, dejándome llevar, ella consigue su objetivo.... -“Ven aquí” La estrecho contra mí, y ambas quedamos tumbadas de costado, con nuestros cuerpos perfectamente encajados. Aquella primera noche que pasamos juntas aprendí que así es como a ella le gusta que le abrace después de que hayamos hecho el amor. Ella apoyando su espalda contra mi pecho mientras yo rodeo con mis brazos su cintura y pongo mi barbilla en su hombro. Sujeto su mano, entrelazando nuestros dedos y la levanto hacia la luz. -“Pedazo anillo que te he comprado, ¿eh?” Esther se echa a reír ante este comentario y me pega un codazo en mi estómago. -“Muchas gracias pija, yo también te quiero” Está tan mona cuando se pica… -“Lo sé… ¡es difícil no quererme!” Digo bromeando. Su sonrisa va desapareciendo mientras se da la vuelta para quedar cara a cara. -“Si, lo es. ¡Dios Maca!, incluso cuando discutimos, no puedo ni por un momento dejar de 59

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

amarte...” Suelto unas de mis manos para dirigirla a su mejilla, y con mi dedo voy la voy acariciando suave y dulcemente. -“Esther…nunca dejaré de amarte” “¿Incluso cuando sea vieja, tenga canas y mi adicción al chocolate haya podido conmigo?” -“Aún así serás la mujer de 95 años más guapa del mundo porque…serás mi mujer” -“Te quiero Maca” “Te quiero Esther” Se acomoda otra vez entre mis brazos y yo cierro los ojos, sólo respirando la esencia de ella y mía juntas. Tenemos nuestra propia esencia. Lo he notado al cabo de los años…esa mezcla de su gel y perfume juntos, con mi champú y cremas. Respiro profundamente antes de relajarme en estas cómodas almohadas. -“Maca, tengo hambre” 38. En el avión… Año 2010. -“¿Maca?... ¿Maca?¡ Doctora Fernández, despierte!” Abro mis ojos rápidamente...la risa de Esther todavía despertándome de mis sueños. -“¿Pasa algo, Dávila?” -“Te has quedado transpuesta un buen rato. Vamos a hacer una pequeña escala para repostar y ya vamos directos a Herat” -“¿Se sabe algo de Esther?” -“Sólo que todavía está en quirófano” Sus ojos esquivan mi mirada, y sé que me está ocultando algo. -“¿Qué pasa Dávila?” -“El Presidente ha dado la orden de realizar una acción de represalia contra esos ataques. Dentro de una hora, los aviones de las fuerzas de la Alianza tienen que destruir cinco posiciones de defensa estratégicas del enemigo. Después de eso…no sabemos lo que puede pasar…sólo Dios lo sabe”

60

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

La única cosa que soy capaz de hacer ahora mismo, en este momento, es seguir con mi culo pegado a este asiento y esperara para poder llegar hasta mi mujer. Cierro mis ojos y vuelvo a la oscuridad de mi mente. Vuelvo a los recuerdos que me consolarán hasta que la pueda ver otra vez, tocarla otra vez, abrazarla otra vez… 39. Me despierto con el aroma de café recién hecho y me doy la vuelta para ver la hora… ¡¡la una de la tarde!!...esto debe funcionar mal…ni de coña me dejaría Esther dormir hasta tan tarde. Al sentarme en la cama no puedo evitar quejarme de dolor…menudas agujetas tengo en las piernas…tardo tres segundos en acordarme de por qué. Una sonrisa aparece en mi cara al recordar la pasada noche. Me dirijo escaleras abajo y me paro en la puerta de la cocina para ver qué está haciendo mi mujer… No sé si todavía estoy soñando o qué…pero la visión que tengo de ella ante mis ojos hace que un escalofrío recorra mi cuerpo. Ahí está ella, de espaldas, preparando unas tostadas, y envuelta en una minúscula toalla blanca que le tapa lo esencial. Su pelo todavía está mojado y pequeñas gotas de agua van cayendo desde las puntas de su cabello hasta su espalda y entonces empiezan a deslizarse por ella hasta que son absorbidas por el borde de la toalla…ese maldita toalla que no me deja ver nada… ¡ojalá tuviese rayos X! Cierro los ojos, intentando concentrarme en hacer que esa toalla de caiga…los abro de nuevo, y nada….¡la toalla sigue ahí! ¡Claro que sigue ahí….como si yo tuviese poderes y con el sólo hecho de cerrar los ojos mis deseos se cumpliesen! Ando hacia ella y rodeo su cintura con mis brazos, pegando mi cuerpo al suyo. -“Buenos días, preciosa” Le digo dándole un beso en la mejilla. -“Hmmm… buenas tardes ya. No puedo creer que hayamos dormido hasta tan tarde” -“¿Nosotras? ¡Pero si tu ya no estabas en la cama cuando me he despertado!” -“Bueno, pero sólo me he levantado diez minutos antes que tu, señorita perezosa. Estaba hambrienta…eso es lo que me provoca una noche haciendo tanto ejercicio” Se ríe y me da un rápido beso en mi nariz antes de dirigirse a la mesa de la cocina con las tostadas. -“Yo cojo el café” Me ofrezco. Cojo las tazas y vierto el humeante café en ellas antes de ir hacia la mesa. Esther está sentada pegada a mi. Las dos comemos en silencio hasta que noto como su pie roza mi pierna. -“Esther…es mi pierna eso a lo que le estás pegando patadas y no la pata de la mesa” Le digo bromeando, y mientras tomo otro sorbo de mi café. Ella no me mira, pero lo vuelve a hacer otra vez….

61

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Esther…” -“Maca, numero uno: conozco la diferencia entre la pata de la mesa y tu pierna. Y numero dos, no estaba pegándole patadas estaba acariciándola. Hay una gran diferencia” Empiezo a decirle algo, pero no sé que decirle que me libre de parecer una tonta. -“Cariño… ¿no has pillado que quiero volver a la cama…a retomar lo de anoche?” Es entonces cuando levanta su mirada de la taza de café y me mira a los ojos…esos ojos en los cuáles puedo ver reflejado el deseo…y una sonrisa pícara aparece en su cara. -“Ummm, pues…no. No lo he pillado hasta ahora que me lo has dejado bien clarito” -“Entonces… ¿vas a hacer algo al respecto?" -“Claro que sí” Respondo…vamos, ¡con las ganas que tenía yo de deshacerme de esa toalla! Me acerco a ella y la hago levantarse…mis dedos se dirigen a ese nudo que hace que la toalla siga firme en su sitio…con un ágil movimiento lo deshago…y la toalla cae a los pies de Esther… 40. El movimiento del avión al aterrizar hace que vuelva a la realidad, y me aleje de ese recuerdo en el que estaba perdida. Dávila ya se está quitando su cinturón y levantándose cuando todavía nos estamos moviendo. -“Maca, tan pronto como se pare este trasto y reposte, vamos corriendo a la torre de control, que está Cruz al teléfono” Asiento con mi cabeza y empiezo a quitarme el cinturón, y arreglarme un poco mientras nos ponemos de pie listos para bajar del avión. Por fin se para, y salimos disparados, corriendo hacia la torre de control. Un militar Español nos espera en la puerta y nos presenta a otro colega Italiano antes de que nos dirijamos hacia las escaleras. Cruz lleva ya un rato esperando a teléfono antes de que yo conteste. -“¿Maca?” -“¡Cruz! ¿Estás bien? ¿Está bien Esther?” -“Estoy bien Maca…yo estoy bien…es Esther…Está en quirófano, ¿te contaron qué es lo que pasó?"

62

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Dávila me lo contó” Oigo sirenas sonando de fondo y me acuerdo de la advertencia que me ha hecho Dávila acerca de los ataques. -“¡Cruz! ¿Qué está pasando? ¿Qué es eso?” -“Cabo Martín... ¿Qué demonios está pasando?” Puedo oírla gritar de fondo a alguien que está habitación. -“¡Maca! Maca, algo está pasando...tengo que irme...” -“¡Cruz! ¡Cruz, pero…¿Qué hay de Esther?” Se escucha un ruido y entonces silencio. -“¡Volverla a llamar! ¿Qué cojones ha pasado?” Me encuentro chillando en la habitación sin dirigirme a nadie en particular, y varios hombres y mujeres corren hacia el panel de control para intentar conectar otra vez con Herat, pero no importa. Sé que no podrán hacerlo, igual que sé que esas sirenas que he oído de fondo eran la alarma anti-aérea para el cuartel general. Cuelgo el teléfono con disgusto, y lo vuelvo a colgar otra vez, y otra, y otra…mi mente en blanco, sin pensar en nada, más que en concentrarse en dejar al teléfono en el mismo estado en el que me siento yo ahora mismo: horriblemente frustrada e impotente. -“Vamos, Maca…tranquilízate. Todavía nos quedan dos horas para llegar a Afganistán…si es que conseguimos llegar… ¡Perdiendo el control no vas a conseguir nada…eso no va a ayudar a Esther! ” No sé por qué lo digo, no sé como lo hace…pero sale de mi boca sin remedio… -“¡Claro Antonio… joder, eso es muy fácil de decir para ti porque tu mujer ya está muerta!” 41. Año 2009 Iglesia del Sagrado Corazón. Madrid. Aquí estoy, al pie del ataúd. Sé que hay espacio suficiente para que me siente en uno de esos bancos, pero ahora mismo, no puedo permanecer sentado sin moverme. Por lo menos estar de pie es una actividad que puedo hacer, aunque no sin un gran esfuerzo dado en estado mental en el que me encuentro. La conocí en uno de esos múltiples congresos a los que vamos los médicos…por aquel entonces todavía no era director del Hospital Central…ni tan siquiera trabajaba allí. Años más tarde el destino quiso que nos volviésemos a encontrar, esta vez en el Central… 63

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

por casualidades de la vida ella apareció por allí y se enteró que yo trabajaba en ese hospital, y a partir de entonces Mercedes y yo volvimos a retomar nuestra vieja amistad, que poco a poco fue a más. El cura está recitando algo, que hace que me venga a la memoria el día de mi boda con Mercedes…fue una ceremonia civil, pero aún así, ella estaba preciosa…eso fue hace un año…y ahora…ahora esto…este final a todo lo que pensaba que por fin había encontrado. Oigo la palabra ‘Amén’ por parte del cura y entiendo que la ceremonia se ha acabado… el único sentimiento que tengo ahora es el de rabia…si ella no hubiera decidido coger mi coche esa mañana…Mi mujer está muerta….la única persona en el mundo que podía traer algo de paz a mi vida, la persona que me animaba cuando llegaba a casa después de haber tenido un día duro en el hospital, la que me daba un abrazo cuando lo necesitaba... ella era la única mujer que he amado y que amaré. Y ahora no está por mi culpa. 42. Año 2010. Aeropuerto de Turmekistán Sé que ella no ha querido decir eso. Pero saberlo, y tratar de apartar los recuerdos de ese horrible día de mi memoria son dos cosas muy diferentes. Maca está sufriendo, puedo verlo reflejado en su cara, en sus ojos, en la manera en que sus manos están cerradas y apretadas tan fuertemente que los nudillos de éstas están blancos. Al menos cuando Mercedes murió en el accidente de coche yo sabía que había muerto, porque fui testigo de ello... tenía que haber llevado el coche al taller esa mañana, pero al final no lo hice. Mercedes vino a buscarme al hospital, y como me entretuve con una urgencia de última hora ella cogió el coche. Nada más salir del parking del hospital perdió el control del coche y fue a chocar de frente contra un camión…más tarde se determinó rótula de la dirección se había roto. Al menos tuve una clausura, aunque me sentí culpable todo este tiempo, finalmente llegué a la conclusión de que no podría haber hecho nada por salvarla. Pero ahora se trata de Maca…su trabajo también consiste en salvar vidas, ayudar a las personas que lo necesitan. Si llegamos tarde, joder, si ni siquiera conseguimos llegar hasta allí y ella se va…Maca nunca se lo perdonará. Incluso sabiendo que ella no ha podido controlar la situación o ayudar…incluso cuando su lógica le diga que no había nada que pudiese haber hecho…nada, sus emociones, sus sentimientos y su corazón le estarán diciendo algo totalmente distinto. -“Antonio…yo…lo siento. Nunca debería haber dicho eso…” Todavía estamos fuera, cerca de la torre de control, esperando que esté listo de nuevo el avión y nos den permiso para despegar.

64

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-“Está bien Maca” Y es verdad. Después de un año, el dolor el la boca de mi estómago es menor cada mañana desde el día que me desperté solo en mi habitación de nuevo. No le tengo que dar ya la orden a mi cuerpo para que respire...lo hace sólo ahora. -“No Antonio…nunca quise herir la memoria de Mercedes…no está bien, lo que dije no estuvo bien” -“No Maca…no lo estuvo. Pero sé por qué lo dijiste…y también sé que no fue tu intención… y sé que lo sientes. Así que vamos a dejarlo ahí” Maca mueve su cabeza, como dándome la razón y se dirige hacia la puerta de la torre, a esperar dentro. “¿Señor Dávila?” Me doy la vuelta y veo a uno de los controladores haciéndonos gestos para que subamos las escaleras. Maca y yo le seguimos, subiendo los escalones de dos en dos y volviendo al habitáculo de la torre, mucho más calmado ahora que cuando nos fuimos. -“Es una llamada desde Herat…está por una línea segura. La Doctora Cruz Gándara quiere hablar con Macarena” Maca anda hacia la posición del teléfono y se lo quita al hombre de las manos, poniéndoselo en su oreja… -“Cruz… ¿estás bien?.. .si… ¿Esther? Nada todavía.... estaremos allí lo antes posible...” Cuelga el teléfono mucho más tranquila esta vez, y se da la vuelta. -“Esther todavía está en quirófano…y tenemos un ‘alto el fuego’ de 24 horas para llegar hasta allí…así que vamos” 43. Año 2010. Camp “Arena” Herat (Afganistán) 13:45h Trato de abrir mis ojos pero nada se mueve, nada de luz entra. Estoy respirando pero no sé cómo. Ahora me está entrando el pánico…no puedo mover ni mis brazos ni mis piernas… joder, ¿qué ha pasado? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué no puedo moverme?... ¡que alguien me diga por qué no puedo moverme! “Esther…tranquila” Álvaro…Álvaro todavía está aquí conmigo, no me ha dejado…pero, ¿dónde está Maca? Me esfuerzo por decir algo, y por un instante mis ojos se abren lo suficiente para ver su cara ojerosa. “Esther…shhh…está bien…estoy aquí contigo” Cruz está aquí… ¡está viva! 65

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

“Esther, no puedes hablar, te han intubado para que puedas respirar bien. Y te estabas moviendo tanto en la mesa de operaciones que te han tenido que pinchar para paralizar tus brazos y piernas. El efecto debería pasar en unas pocas horas” Eso explica por qué no puedo moverme, pero no por qué Maca no está aquí… ¿por qué no está Maca aquí? Me muevo tratando de hablar otra vez y veo cómo el doctor se aproxima. “Señorita García, no puede hablar con el ventilador puesto así, pero se lo voy a sustituir por una mascarilla de oxigeno para que pueda hablar un momento ahora que está mejor” Se mueve y empieza a tocar algo de la máquina, no me importa el qué, sólo espero las palabras mágicas… “Adelante, ya puede hablar” “Maca…” “Maca viene de camino Esther. Debería estar aquí en menos de una hora” Esta vez muevo mi cabeza asintiendo en vez de tratar de hablar…y me vuelven a poner la mascarilla de oxigeno. “Esther, ¿quieres que nos quedemos contigo?” Pregunta Cruz, señalándose a ella misma y a Álvaro. Yo asiento afirmativamente otra vez y cierro mis ojos. Demasiado trabajo y esfuerzo para mi cuerpo…necesito dormir, necesito descansar para cuando Maca venga poder verla…necesito verla una última vez… 44. Año 2010. En el avión… Por fin hemos despegado…y ya me queda menos de una hora para llegar hasta ella. Que ganas tengo de poder tocarla…abrazarla…llevarla de vuelta a casa…Mirando por la ventanilla sólo veo un paisaje desértico, que a veces se ve interrumpido por voluminosas montañas…montañas…no puedo evitar que éstas me lleven de nuevo a recordar lo que pasó años atrás…el día que por fin me decidí a lanzarme a conquistar a Esther… Año 2004. Hospital Central. Madrid. No sé cómo me ha pasado…no sé cómo… ¿Quién me lo iba a decir a mí?... ¡con lo mal que empezamos!...pero no lo he podido evitar: poco a poco Esther se ha ido colando en mi 66

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

corazoncito, y no puedo quedarme quieta… ¡tengo que hacer algo, necesito hacer algo al respecto! Y he decido que hoy va a ser ese día en el que dé un paso adelante y me lance al vació… Llevo toda la mañana intentando quedar con Esther para tomar un café o lo que sea, pero no ha habido manera, y mira que he insistido, ¿eh? Pero nada, ella ha estado muy ocupada y yo desesperada para encontrar el momento de sentarme con ella a solas y hablar…tan desesperada me ha visto Rusty, que hasta él se ha ofrecido a tomarse el café conmigo. Tampoco ha habido suerte a la hora de la comida…han llamado a Esther por una urgencia, y aquí, en la sala de médicos sola y sin comer, me encontraba esperando a Esther hasta hace cinco minutos, que ha entrado por la puerta quejándose de cansancio y de su espalda…y no sé cómo, pero ha acabado aquí de espaldas a mi, lista para que le de un masaje…creo que esta es mi oportunidad… -Esther: “Umm....” -Yo: “¿Te gusta?” Le pregunto mientras sigo masajeando sus hombros… -Esther: “Me encanta” -Yo: “Ahí, ¿no? -Esther: “Siii…” -Yo: “Yo no vuelvo al hospital hasta mañana. No se si te he dicho que tengo una casa en la sierra... Una casita pequeña, ¿eh? Pero esta muy bien... a mi me gusta mucho. Tiene chimenea, y si miras por la ventana, se ve una montaña, que si miras de lejos parece una mujer desnuda”. Y con estas palabras empiezo con mi táctica de ataque… -Esther: “¿Me…me estás proponiendo que te acompañe?” Me pregunta riéndose… -Yo: “Claro tonta…en una hora y media en mi moto estamos allí” -Esther: “No se...” -Yo: “Seguro que te va a gustar” Le susurro a su oído…y al medio segundo mis labios están besando su cuello. Mis manos ya han dejado los hombros de Esther…ahora tienen otra misión…apartar su cabello para seguir besando ese cuello que me está volviendo loca… ¡No me puedo creer que esté haciendo esto! -Esther: “No, no, no... es que...que, es que hablamos mañana, ¿vale?” Y después de esas palabras Esther sale huyendo…estaba siendo demasiado bueno para ser verdad…quizá me he equivocado. 67

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

Ya han pasado dos días después de aquel ‘incidente’ y aquí estoy de nuevo…en el ‘lugar del crimen’ podríamos decir…en la sala de médicos, acabando de arreglarme y lista para empezar la jornada…cuando oigo que la puerta se abre, y es Esther la que aparece por ella… -Esther: “¿Se puede?” Me pregunta algo temerosa… ¡Dios, cómo me pasé el otro día! -Yo: “Sí, pasa” -Esther: “Hola”. -Yo: “Hola. Puedes pasar hasta adentro, ¿eh? No muerdo… o por lo menos no siempre” -Esther: “No viniste ayer...” Me dice mientras, por fin, se ha atrevido a acercarse un poco a mí. -Yo: “Cambié la guardia con Salinas”. -Esther: “Ya… no me lo dijiste” -Yo: “No. No te lo dije”. -Esther: “¿Fuiste a la sierra?” -Yo: “Qué va, al final me quedé en casa” -Esther: “Yo... yo tampoco hice nada el fin de semana” -Yo: “Yo no te he dicho que no hiciera nada… he dicho que no fui a la sierra” Uff, eso ha sido un golpe bajo, pero es que no voy a admitir que si ella no venía conmigo lo de ir a la sierra no tenía mucho sentido. -Esther: “¿Tenemos algo que hacer ahora?” ¿A qué vendrá tanto interrogatorio?...me pregunto. -Yo: “No sé tú, yo me voy a pediatría…Eh, Esther, ¿querías algo?” Pregunto ya apunto de salir de esa sala… -Esther: “No, no, sólo quería... saludarte” -Yo: “Pues nada…’Hola’” Le contesto con una sonrisa y me voy

68

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Esther: “Hola” Esta visita de Esther me ha sorprendido…después de lo que pasó con el dichoso masajito, no pensé que fuera a venir a buscarme, y esto hace que le de vueltas a la cabeza…quizás no estaba tan equivocada como pensaba y puede que tenga alguna oportunidad con Esther…de hecho se me acaba de ocurrir una idea, que espero que sirva para darle ese empujoncito a Esther… Desde una esquina, y sin que me puedan ver, observo la escena… -Teresita: “¡Esther, Esther….espera. Han llegado unas flores para ti…y no son las típicas rosas” Le dice Teresita a Esther cuando ésta pasa por recepción. -Esther: “¿Para mí? ¿Y de quien son?” La cara de sorpresa de Esther no podría ser mejor… esto si que no se lo esperaba. -Teresita: “¡Ay hija!… ¿Cómo quieres que lo sepa? ¿No dice nada la tarjeta?” -Esther: “Pues no sé, voy a ver” Puedo ver como Esther empieza a leer la tarjeta y Teresita intentando hacer lo mismo, pero sin conseguirlo. La cara de Esther es todo un poema. “Aquí lo único que pone es: ‘¿Sabes qué significan los Lirios?’” -Teresita: “¿No me digas que pone eso? ¡Claro!¿Cómo no me he dado cuenta antes?” -Esther: “Teresita… ¿se puede saber de qué estás hablando?” -Teresita: “Pero hija… ¿No sabes el significado que tienen esas flores?” -Esther: “Pues, la verdad es que no…tu ¿si?” ¡Por favor, aquí estoy cruzando todos los dedos para que Teresita me eche un cable y sepa la respuesta! -Teresita: “Si. Significan: ‘Te reto a que me ames’ ¡Que bonito Esther…esto si que es original y todo un detalle! Pero, oye… ¿qué tienes tu por ahí escondido?” Esther se ha quedado muda e inmóvil ante la respuesta de Teresita. Yo no puedo evitar reírme…tengo que irme de aquí antes de que me descubran, pero después de ver como Esther se va sin contestar a Teresita y cogiendo el ramo de lirios. Llevo un rato aquí en la cafetería poniéndome al día con los historiales, y sin tener noticias de Esther… quizás no ha pillado mi indirecta, o no se ha dado cuenta de que, al fin y al cabo, eran míos esos lirios. Una voz me saca de mis pensamientos:

69

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

-Esther: “Hola. Doble de café con un chorrito de leche fría y sin azúcar. Ya me lo sé” -Yo: “Gracias, pero ya había tomado…pero bueno, me tomo otro. Me apetece mucho tomarme otro café además, hmmm” Le contesto, mientras tomo mi primer sorbo de café. Con esa carilla de pena, ¿cómo voy a decirle que no? Me va a salir la cafeína por las orejas, pero… ¡todo sea por la causa! -Esther: “¿Cómo va la tarde?” ¿Me irá a comentar algo de las flores? -Maca: “Bien, aquí estoy con los historiales” A ver por dónde van los tiros… -Esther: “Oye, que... que... que... que yo quería hablar contigo lo... lo del otro día, lo... lo del beso” ¡Mierda! Ni flores ni nada…la cagué y parece que ya no hay remedio. -Yo: “Ya... Lo siento, no quería ofenderte” Le digo, aceptando mi derrota. -Esther: “No, no, si no me ofendiste” ¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué ha querido decir con eso? -Yo: “Pues diste un salto como si en vez de un beso te hubiera dado un calambrazo” -Esther: “Ya... que... que quiero repetirlo...” ¡No me lo puedo creer…menuda sorpresa! Esto si que no me lo esperaba…quizás los lirios han tenido su parte de culpa y Esther ha aceptado mi reto. -Yo: “¿Ahora? Pues... a mí no me parece el momento ni el lugar…pero ya habrá tiempo, tranquila” Tras decir esto me levanto. Lo sé…quizás me he hecho un poco la chulita al final, pero así soy yo…me gusta provocar a Esther. Y parece que a ella también le gustó mi provocación…todavía no puedo quitarme de la cabeza ese beso que me dio en el ascensor. Cuando sus labios tocaron los míos supe que ella había aceptado mi reto, y estaba dispuesta a intentar lo nuestro… desde entonces, ¡me encantan los ascensores…sobretodo si estamos las dos juntas en uno de ellos! 45. Año 2010. Piso de Carlos y Laura. “Si, si…vale…yo se lo diré” Carlos cuelga el teléfono y sonríe tímidamente hacia mi. “Ha salido de quirófano, y Maca debería llegar en menos de una hora” 70

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

“¡Gracias a Dios!” Con todo lo que hemos pasado Carlos y yo…este ha sido siempre mi peor miedo. Perdimos un niño…fue devastador, y lo superamos. Pero perder a Carlos…ni siquiera puedo imaginármelo. No quiero imaginármelo. “¿Deberíamos despertar a los niños?” “No, déjales dormir un poco más” Me acurruco al lado de Carlos y reposo mi cabeza en su pecho…escuchando su corazón debajo del pijama. “Deberíamos llamar a Encarna” Sugiere Carlos, me giro, miro el reloj. Es un poco más tarde de medianoche, puede que ya esté en la cama, pero le querrá saberlo. “Vale…llámala” Carlos se da la vuelta y coge el teléfono. Le escucho mientras repite lo mismo que me ha dicho a mí momentos antes…cuelga el teléfono. “Se ha quedado más tranquila, por decir algo” “Si…” “Te quiero Laura…” Me arrima hacia él y besa mi frente. “Yo también te quiero Carlos. Yo también te quiero” Me acurruco un poco más en su pecho, donde me siento protegida y segura con su brazo rodeándome una vez más. 46. Año 2010 Camp “Arena” Herat (Afganistán) 14:35h El jeep no para de dar saltos, tantos que no creo que mi culo haya estado pegado más de seis segundos seguidos al asiento. La base entera está custodiada…personas yendo hacia sus hangares, helicópteros y tanques. El que Vilches haya movido algunos hilos, nos ha permitido a mí y a Dávila llegar a esta maldita base en tiempo récord, y posiblemente me dará el tiempo suficiente para sacar a Esther y Cruz de allí de una sola pieza antes de que la situación empeore por aquí. Finalmente nos paramos enfrente de la entrada del hospital de la base. Es bastante completo, un hospital en pleno funcionamiento, con sus quirófanos y cualquier cosa más que puedas imaginarte. Salto del Jeep y voy hacia las escaleras, subiendo los peldaños de tres en tres, con Dávila a mis talones. 71

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

Enseño mi identificación al guarda que está apostado en la puerta, y acorto los 3 metros que me separan hasta el puesto de enfermeras, tratando de mantener la calma sin elevar la voz. -“¿Esther García? Soy su mujer” -“Si señora, tercer piso, habitación 307 en la Unidad de Cuidados Intensivos” Sin esperar ni un segundo más me dirijo rápidamente a los ascensores, y Dávila me alcanza cuando están a punto de cerrarse las puertas, y yo empiezo a pulsar el botón del tercer piso una y otra vez, compulsivamente. Una parte de mi sabe que eso no hará que las puertas se cierren antes o que el ascensor suba más rápido, pero me hace sentir que estoy ayudando, que estoy consiguiendo algo. Con un impulso final y un “ping” las puertas se abren en el tercer piso y yo salgo corriendo, mirando a derecha y a izquierda antes de ver los carteles de la UCI al final del pasillo a la derecha, y echo a correr siguiéndolos. Me voy chocando con algunas enfermeras y doctores, todos se me quedan mirando como si estuviese loca hasta que veo los números de la siguiente puerta y me paro. 307. 47. Enseño mi identificación otra vez al guarda de seguridad que hay vigilando la puerta, me mira y se he aparta. Respiro profundamente varias veces, tratando de mantener mi autocontrol hasta que la vea. Tengo que ser fuerte por Esther. Dios sabe que ahora mismo ella no puede ser fuerte por si misma. Mantengo mi mano aun temblorosa sobre la manivela de la puerta…en el fondo me siento incapaz de abrirla...de enfrentarme a la realidad. Una parte de mi tiene miedo, mucho miedo, y… otra me empuja a seguir adelante...a verla…a estar junto a ella... ¿y si fuera la última vez?...¿y si...?...instintivamente muevo la cabeza como queriendo apartar mi peores pensamientos...como si así fuera capaz de apartar también mi miedo. Con cautela y cuidado abro la puerta y mi mirada recorre la estancia. Hay un joven soldado sentado en la parte derecha de la cama, y Cruz está sentada en la parte izquierda. Hay dos agentes pegados a la pared, quienes me examinan cuando doy mi primer paso con tiento hacia el interior de la habitación. Los observo durante unos interminables segundos… el ruido de mis pies sobre este suelo de goma capta la atención de Cruz. Se levanta y llama la atención al soldado, que mira hacia atrás, debe ser el cabo Martín, y entonces se levanta rápidamente, cuadrándose ante mí. Cruz, que pasa de las formalidades del ejército, se mueve a través de la habitación con sus 72

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

brazos abiertos, y me abraza fuertemente. “Maca…gracias a dios que has llegado a tiempo…ha estado preguntado por ti” Le devuelvo el abrazo por inercia, pero mis ojos están clavados en ese cuerpo pequeño y frágil de mi mujer, bajo un millar de tubos y cables que recorren algunas partes de su cuerpo. “He venido... tan pronto como he podido…” Mi voz está temblando ahora, y casi no la reconozco ni yo misma… probablemente mi miedo...mis temores... se han apoderado por completo de mi. Respiro hondo tratando de calmar esta ansiedad que me esta matando. Los brazos de Cruz me sueltan y ella se aparta para que pueda acercarme a Esther un poco más. Doy un paso hacia el pie de la cama, paro un momento, y por primera vez me fijo realmente en el joven que hay al lado de mi mujer, todavía cuadrado ante mí. “Creo entender que te quedaste con mi mujer…probablemente le salvaste la vida” “Si señora, no quise dejarla, señora” No sé cómo, pero Esther se ganó su devoción en un instante, como ella se ganó la mía. “Gracias chico…eres un bueno hombre. Un buen soldado” Mi voz tiembla. “Gracias señora…” Murmura, y entonces se aparta para que yo pueda ocupar su lugar al lado de Esther. Mi mirada se clava en ella...cierro los ojos unos segundos cogiendo aliento...ese aliento que me falta…ese aire para poder seguir respirando. He visto a Esther en mal estado algunas veces, pero nunca como ésta. Nunca así de mal. Ni cuando casi la pierdo en aquel accidente de helicóptero…no se acerca a esto. Hay una mascarilla de oxígeno cubriendo su boca para ayudarla a respirar, algunos cables y goteros sujetados a su cuerpo y sus brazos. Un monitor controlando su corazón, y otro que controla las ondas de su cerebro. El cuerpo que una vez fue tan firme, tan fuerte, está absolutamente débil y flojo, cubierto de gasas y vendas por las diversas heridas y la operación. No puedo soportarlo más…ahora mis miedos se han vuelto reales. Me derrumbo en la silla que hay al lado de la cama, agarrando su mano y bajando mi frente hacia ella. Es la única parte de su cuerpo con la que puedo tener una conexión. Las lagrimas brotan de mis ojos ahora… sin darme cuenta resbalan por mis mejillas sin poder detenerlas …lagrimas calientes… lagrimas de dolor...de impotencia… amargas de enfado y rabia de cómo le pueden haber hecho esto a ella, a cualquiera, pero especialmente a ella, Esther. Mi esposa, mi vida. Una y otra vez no paro de preguntarme a mi misma, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Que podría haber hecho ella para merecer esto? Puede que lo esté diciendo en voz alta, pero no sé, simplemente no puedo comprenderlo, y en este momento me estoy cuestionando la fe y valores que siempre he tenido acerca del bien del mundo. Vuelvo a mirarla...siento que algo dentro de mi quiere revelarse...que mis sentimientos mas profundos no me dejan respirar... ¡me ahogo!...quiero gritar...necesito gritar… 73

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

“Maca…vamos….vamos ahí fuera para que los doctores puedan hablar contigo” Cruz está tratando de tranquilizarme, alejándome de la silla…pero yo me resisto. No quiero apartarme de ella...no soporto verla así pero tampoco dejar de verla...Respiro hondo... “Señora, yo estaré aquí mismo con ella. No he dejado que pase nada todavía, y no dejaré que pase nada ahora”. El Cabo Martín habla como si tuviese fe en este mundo y su poder y habilidad para mantener viva a mi mujer, y por alguna razón, confío en eso, sea lo que sea. Asiento lentamente a Cruz y al Cabo, antes levantarme y Cruz coja mi brazo ayudándome a salir al pasillo. Me limpio mis ojos con la palma de mi mano y un doctor me sigue, cerrando la puerta tras él. 48. “Señorita Wilson, soy el Comandante Zurano, he estado a cargo de la operación quirúrgica a su mujer” Muevo mi cabeza asintiendo una vez más, dándole pie a que continúe, todavía restregándome mis ojos mientras miro a través del cristal hacia su cama que está al otro lado de la pared. “Ha sufrido un daño arterial muy grande de su corazón y pulmones debido a los impactos de bala. Ha perdido mucha sangre en el camino de vuelta, pero ha sobrevivido a la intervención, lo cuál es siempre un signo positivo. En este momento estamos preocupados por mantener estable su presión sanguínea, y estabilizar su respiración, hasta que sus pulmones se recuperen y puedan trabajar por sí mismos” Asiento otra vez, no entendiendo más de la mitad de las cosas que acaba de decir, solamente que a Esther le dispararon y perdió un montón de sangre ¿Por qué no pueden decir sólo eso? ¿Por qué no pueden decirlo claramente? “Va...va… ¿va a vivir?” Consigo pronunciar esa pregunta antes de sentir otra oleada de lágrimas en mis ojos… sintiendo como se me encoge el estomago tan solo de pronunciar esas pocas palabras... miedo…mucho miedo y un vacío inmenso en mi interior. “No puedo decírselo con certeza…es demasiado pronto para decir nada en este momento” La puerta a mi espalda de abre y el Cabo Martín nos indica que vayamos. “Está despierta y preguntado por usted, señora” Siento como esa pequeña esperanza se adueña por completo de mi...una inmensa alegría me recorre de arriba a abajo mientras corro al lado de la cama y observo como el Zurano ajusta el oxígeno y le retira la mascarilla. “Maca…” “Eh tu” Le sonrío ampliamente, tratando de alegrar lo que debe haber sido el momento 74

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

más doloroso de su vida. Tratando de transmitirle una calma que a mi misma me falta...tratando de que no note mi preocupación. “Álvaro dijo que vendrías…has venido” Su voz es tan débil, tan ronca cuando trata de hablar entre cortos jadeos de respiración… “Shhhh…está bien. Ahora estoy aquí y no voy a dejar que nadie te haga daño nunca más, te lo prometo Esther, te vas a poner bien. ¿Qué creías que estabas haciendo luchando tu sola contra todos esos locos?” Mi comentario provoca una pequeña sonrisa en ella. “Soy…una cabezota” “Si….si…” “Los niños…dile a los niños que les quiero” “Ya lo saben cariño. Pero se lo diré otra vez” Un nudo se forma en mi garganta. “Maca…te quiero…Maca…” Contengo el aliento ante sus palabras...quiero grabarlas en mis oídos para siempre… “Yo también te quiero Esther…te quiero para siempre” Sus ojos se cierran otra vez y se duerme, el cansancio haciendo mella en ella. Acerco mi silla a la cama, y estrecho su mano fuertemente contra la mía, tratando de buscar mi calma en su calor. 49 Mi corazón late, mi sangre fluye…todo parece funcionar dentro de mi…aún así, conozco mi cuerpo y siento que Maca no me va a poder ayudar en esto… Aunque suene extraño estoy en paz. Estoy muy en paz con todo. Mi vida nunca ha sido mejor que en este momento, incluso ahora que estoy aquí tumbada, desangrándome lentamente, mi cuerpo apagándose, nunca nada ha sido así de bueno. Una vez le dije a Maca que las únicas cosas que quería en mi vida era a alguien que me quisiese, que todo me fuese bien en mi trabajo y poder formar algún día una familia…para mi sorpresa, fui bendecida con todo ello, y mucho más. Maca, mis hijos, el hospital. Conozco la mujer que es mi esposa: es una buena persona, fuerte, que nunca me haría daño a mis hijos o a mí. Y es por eso que esto es tremendamente difícil, y un alivio al mismo tiempo. No quiero dejarles, el sólo hecho de pensarlo, de dejarles así, hace que me duela más que cualquier herida de bala. Pero, con el conocimiento de saber que con Maca, su ‘mami’, estarán a salvo, serán amados, los cuidarán para siempre…puedo irme en paz sabiendo que estarán bien. No es que tenga otra opción…ningún monitor, ni ningún 75

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

aparato de estos pueden decir a esta gente, lo que mi cuerpo me está diciendo a mí… lentamente es hora de irse. Y los observaré, y estaré siempre cuidando de ellos. No sé lo que hay después de este mundo, pero sé que los veré. Sabré de sus aventuras, sus lágrimas, sus risas como si yo estuviera allí con ellos, abrazándolos y amándolos. Sé que de una manera u otra, veré como mis hijas se casan, veré cómo mi hijo acaba su carrera…lo veré…estaré allí. Mi tiempo se está acabando…estaba aguantando por Maca…si solamente pudiera sostener su mano…sostenerla fuertemente y explicarle de forma calmada qué es lo que va a pasar, creo que podría hacer esto más fácil para ella…para todo el mundo. Fuerzo mis ojos para que se abran, tomando el control de mi cuerpos para poder hacer bien las cosas en estos breves momentos…estos pequeños instantes antes de…A través de la niebla de mis ojos puedo ver a Maca mirándome, y hago un gesto para decir que quiero hablar. Ella llama al doctor…necesito que se den prisa…tienen que darse prisa para que me de tiempo a decir todo lo que quiero antes de que sea demasiado tarde. “Adelante Esther, ya puedes hablar” Dice Maca con premura una vez el doctor ha ajustado el oxígeno. “Maca ven aquí…” Extiendo mi mano vendada y ella la toma gentilmente. “Tengo que decirte…antes de que sea demasiado tarde…” “¿Qué Esther? ¿Qué es?” “Maca…toda mi vida…me has dado más de lo que nadie me ha dado jamás. Mi vida ha sido completa gracias a ti” Ella me está sonriendo, esa sonrisa tranquila que pone siempre que vamos dormir. “Tu también Esther, me lo has dado todo…” “Maca…cuando me vaya…prométeme que seguirás adelante con tu vida…esto no ha sido culpa tuya. No te culpes” “No hables así Esther…te vas a poner bien, lo harás” Lo dice tan convencida…pero en su mirada veo reflejado el terror de que yo esté en lo cierto…que lo estoy. “Maca, para…conozco mi cuerpo, y sé…sé que ha llegado mi momento…quiero que les digas a los niños…dile a los niños…” casi consigo decirlo todo antes de empezar a sollozar. Lágrimas que salen de una forma tan violenta que están provocando espasmos en todo mi cuerpo una y otra vez…pero no pararé. Tengo que decir esto. “Dile a los niños...dile a Carolina...dile a Álvaro y dile a Mar…diles lo mucho que les quiere 76

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

su ‘mama’, lo que les querrá mucho siempre. Incluso cuando me haya ido, siempre estaré con ellos, no importa, siempre estaré en sus corazones” “Esther…por favor, no hables así…por favor cariño…” Tiene lágrimas brotando ya de sus ojos…su mano está sosteniendo tan fuerte la mía que, que a pesar del efecto de los calmantes y del entumecimiento de mi cuerpo, puedo sentirla. “Diles Laura y Carlos que les quiero mucho…que también cuidaré de aquel hijo que perdieron….y dile a mi madre que la adoro…cuida también de ella por mí, por favor”. De reojo veo como Cruz rompe a llorar y se gira hacia Álvaro, su cabeza en su hombro y ambos llorando. “Cruz…nada de esto ha sido culpa tuya tampoco…nada…esto era mi trabajo…mi deber…la elección fue mía, y completamente mía…dile a Vilches que también os estaré vigilando” La puerta se abre y veo entrar a Dávila, mientras guarda su móvil en el bolsillo. “Dávila…Esther debe estar teniendo alucinaciones o algo…no para de ‘decir después de que se haya ido’…” Cruz parece tan desesperada mientras explica lo que estoy diciendo….lo que estoy tratando de decir. Necesito sacar esto…dejar mis asuntos resueltos, descansar en paz antes de irme…estoy tan cerca ahora… “Dávila…ven” Tiendo mi otra mano hacia Dávila…y se coloca justo al otro lado de Maca. “¿Qué pasa Esther¿ ¿Qué puedo hacer?” “Dávila…tienes que ayudar a Maca…ayudarla cuando me haya ido, Dávila…eres el único que puede hacerlo… ya has pasado por esto…y eres el único que puede ayudarla… Prométeme, prométeme que la ayudarás” Dávila me mira como si estuviese loca, pero el debe percibir lo que los demás no pueden, debe ver lo que yo sé…yo conozco mi cuerpo. “Cualquier cosa que digas Esther…cualquier cosa…” “¡Dávila! ¡No! ¡Para de hablar así Esther, tu te vas a poner bien!” Maca está ahora cabreada, mirando a Dávila, mirando alrededor de la habitación…mirando a todo el mundo excepto a mí. No me mirará. “Álvaro…Álvaro ven” Álvaro se acerca al borde de la cama todavía sosteniendo a Cruz en su hombro. “Gracias Álvaro…gracias por mantenerme fuerte hasta que pudiese ver a Maca otra vez… gracias” Está tratando de mantener su entereza y compostura como buen soldado que es, y como probablemente le habrán enseñado.

77

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

“Gracias señora” Contesta entrecortado. Puedo ver al doctor estando atento a cada máquina que controla mi cuerpo…si él supiese lo bien que conozco mi cuerpo…Estrecho la mano de Maca otra vez, y le obligo a mirarme. “Esther, por favor…no hables así nunca más…te vas a poner bien….estarás bien…vamos, has superados momentos peores que este…no me hagas decirte adiós, Esther…no puedo, no lo haré, NO LO HARÉ…” Para de hablar…su garganta tratando de aguantar los sollozos que sé que están ahí…y los deja salir…su cuerpo está temblando, pero sigue sosteniendo firme mi mano con la suya., y entonces se acerca a la cama, y me abraza atrayéndome hacia ella, sosteniéndome lo más cerca posible a ella. “No digas adiós Maca….nunca será un adiós para nosotras…sólo es un ‘buenas noches’, por ahora…estaré justo al lado tuyo…siempre contigo...ahora y para siempre…” “Esther, no por favor…dios, no me dejes…sin ti me falta el aire…” Sus lágrimas caen a mi cara…mezclándose con las mías mientras nos abrazamos, manteniéndonos juntas en estos últimos momentos…nosotras dos solas, como otras muchas veces…sólo nosotras… “Te quiero Maca…para toda la eternidad…” Le digo susurrando a su oído. Puedo sentir como me estoy yendo, pero tengo que aguantar. Tengo que aguantar hasta que ella lo diga…hasta que ella diga… “Esther…” “Maca…por favor…” “Te quiero Esther…por favor no me dejes…te amo…” Me dice con voz entrecortada. Puedo sentir su dolor...su miedo...su angustia. “Nunca te dejaré…estaré a tu lado…justo a tu lado para siempre…” “Te quiero…” “Te quier…” No puedo respirar ya más. No puedo ver ya nada. No puedo sentir más..y en la única cosa en la que puedo concentrarme, la única cosa que puedo vislumbrar es la cara de Maca. Sus ojos marrones brillantes y sonrientes…esa sonrisa en su cara…cada curva que define su cuerpo, ese que conozco y que he memorizado centímetro a centímetro…incluso entonces la cara de Maca, su voz…y su cuerpo van desapareciendo mientras una luz blanca va invadiendo todo mi ser... 50. La más destellante e increíble luz blanca que da lugar a otra más amarilla y azul, y 78

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

entonces no hay más. No más insensibilidad, no más nada...sólo estoy yo sobre un manto verde y un riachuelo detrás de mí. Me levanto y ando una distancia corta hasta que el terreno empieza a elevarse sobre una pequeña colina. Al llegar a la cima, me paro, atrapada entre la necesidad de irme, y la urgencia de volver atrás. Me giro hacia el riachuelo y puedo ver a Maca en mi mente, abrazada a mi cuerpo en el hospital. Cruz, Dávila y Álvaro están allí, llorando con ella. Esta visión da paso a otra en la que puedo ver a Maca de pie, sosteniendo una rosa. Mis hijos vestidos de negro, de pie entre su ‘mami’ y sus abuelos…sosteniéndose de las manos los unos y los otros…pequeñas lágrimas en sus mejillas. Laura y Carlos a su lado, con su hijo…Cruz y Vilches…Teresita, Rusty, Javier, Héctor, Aimé…y Dávila…todos allí por mí, y apoyando a mi mujer. Maca da dos pasos al frente...besa la rosa y la deposita encima de mi ataúd..al que se acaba aferrando como si la vida le fuera en ello…y probablemente es así… -“No puedes hacerme esto…no puedes hacerme esto, Esther…no puedes irte…no me dejes sola, por favor…por favor te lo pido…no…no te vayas. Sabes que sin ti no puedo vivir, lo eres todo para mi…te necesito a mi lado…cariño…no quiero dejarte ir…no puedo hacerlo…” Cruz se acerca a ella, y la abraza, intentando alejarla de ahí…pero Maca no quiere despegarse de mí, no para de llorar desconsoladamente, y cualquier cosa que le diga Cruz será inútil… -“Cruz…no dejéis que se vaya de mi lado, por favor…dejadme ir con ella…no quiero vivir si no es con ella a mi lado…” Maca se revuelve en los brazos de Cruz, resistiéndose a ir con ella, y es entonces cuando Vilches y el padre de Maca se acercan para ayudarla… Me duele verla así…se me rompe el alma, pero tiene que salir adelante… por nuestros hijos y por ella misma…yo la estaré esperando aquí, hasta que nos volvamos a reunir... Fin. Epílogo. Cierro mis ojos una vez más y desaparezco. Esther tenía razón…esto es tranquilo, y sabes cuando viene…nadie presta atención, pero tú sabes cuando te ha llegado la hora. La intensidad de una luz blanca me ciega, y brevemente me pregunto si alguien allí atrás sabe que esto de la “luz blanca” es de verdad…pero ese pensamiento se me va cuando esa luz da paso a sombras de cielo amarillo y azul. Estoy tumbada en el manto de césped más verde que he visto nunca. 79

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

Me siento lentamente, y miro a mí alrededor, notando la increíble calma de todo esto. Hay un riachuelo detrás de mí, algo que me llama del pasado antes de que una voz, me despierte de esta nube. “¿Vas a estar todo el día ahí sentada?” Mi cabeza se gira tan rápido que casi podría doler… casi, excepto que no hay dolor…nada excepto paz Y entonces la veo a ella, su pelo flotando con el viento, su cara y sonrisa brillando enormemente, vestida con un fino traje blanco y naranja, que se mueve con la brisa, y sus pies descalzos. “¿Esther?” “Si” “¿Estoy? Estoy...¿verdad? Quiero decir, estoy contigo...debo de estar...por favor, no me digas que tengo que irme...por favor dime que esto no es otro sueño...” Como otras veces desde que te fuiste. “Esto no es un sueño Maca. Esto es la Eternidad” Para que lo vea que es verdad, ella camina hacia dónde estoy sentada en el césped, y se arrodilla sin ningún esfuerzo. Su mano roza mi mejilla, y yo noto un pinchazo por esa sensación no esperada…ese sentimiento que no he sentido desde hace años…demasiados años. Ella baja su cabeza ligeramente y roza sus labios con los míos, un tímido beso para asegurarme que ella es real. “¿Recuerdas eso?” Me pregunta suavemente…con una sonrisa en sus labios. “Nunca lo olvidé…no después de todos estos años…nunca lo olvidé” Esta vez soy yo la que la besa, gentilmente, saboreando su sabor después de tanto tiempo sin hacerlo. Ella suspira entre mis brazos y se abraza fuertemente a mi nuca. “Te he echado de menos Maca…he estado contigo. Pero te he echado tanto de menos…” “Yo te eché de menos…ahora te tengo de nuevo a mi lado” Se separa y se levanta, ofreciéndome su mano. La tomo y me levanto mirando hacia abajo, a mi apariencia…unos pantalones blancos, y una camiseta de tirantes verde y mis pies descalzos sobre el césped. Es verano. Es tranquilo, es pacífico este lugar…es la Eternidad. “Vamos…” dice con una sonrisa en su boca, y tirando hacia ella…yo tiro también de ella, atrayéndola hacia mí…

80

Arena en el desierto

Carmen_valenci a

“Te quiero Esther…” “¿Para siempre?” Me pregunta con una sonrisa. Es todo el tiempo que tenemos ahora… para siempre. “¡Para toda la eternidad!”

FIN....

De verdad de la buena.

81