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UNIVERSIDAD INTERNACIONAL SEK

FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO

HISTORIA DE LA ARQUITECTURA III INFORME 1: APRENDER ARQUITECTURA EN LOS TIEMPOS DE LA MORTANDAD (OSWALDO PÁEZ BARRERA)

ESTUDIANTE: JULIO ROMERO

QUITO, MAYO DEL 2013 APRENDER ARQUITECTURA EN LOS TIEMPOS DE LA MORTANDAD OSWALDO PAEZ BARRERA Al tratar un tema tan trascendental como el de moldear las mentes de estudiantes que van a enfrentarse al mundo con realidades variadas no se puede dejar de lado preguntarnos si las metodologías utilizadas en las universidades son las adecuadas y como estas influyen en los estudiantes, como generar un estudiante preocupado por el entorno en el que se desenvuelve y cuestionarse si se están educando profesionales conscientes de la realidad en la que viven o si a lo largo de la carrera se ha ido gestando a un futuro empresario de la construcción que no busca una teoría profunda ni cultura social mayor a la cultura de generar dinero para sí mismo. La arquitectura moderna se caracterizo en un principio por generar nuevas formas, expresarse tanto en el entorno y criticarlo siempre con un ímpetu progresista, realizar una crítica útil, misma que hábilmente ha sido aprovechada por las empresas, constructoras e inmobiliarias para engrandecer sus propios intereses y mediante estos ideales vender al usuario supuestas ideas novedosas de estética que no aportan para nada al progreso de la teoría y el progreso mismo de la arquitectura; se generan entornos encapsulados, arquitectura aislada nada útil al aporte general de la sociedad. El medio que utiliza para concretar estas ideas es mediante dos corrientes falsamente utilizadas y apreciadas por los generadores del dinero, la arquitectura ostentosa que sin mayor proyección de futuro, de utilizaciones de bases teóricas, de ideas generadoras, busca engrandecer al usuario mediante el medio propuesto por el mismo, cuestión que no tiene mayor finalidad que la de fracasar por la falta de sustento mismo de la obra, esta obra hueca y carente de propósito se contrasta con su directo opuesto que no se aleja del caótico fin que le precede, se habla aquí de la arquitectura masiva, una arquitectura que enfrasca a sus habitantes y genera centros enclaustrados en los cuales se ofrece a los usuarios un confort, una seguridad y un ambiente verde de tranquilidad y poder descansar del caos de la ciudad, y esto lo desarrollan mediante la creación de espacios superpuestos uno sobre otro, en el cual el cliente claramente no nota los abusos que sufre al creer que lo prometido por las constructoras es como tal, mas esta seguridad es de puertas para dentro, generando centros que al contrastar con el exterior generan un choque que es bien tomado por la inseguridad de los diferentes sectores, sus ambientes verdes se generan de manera artificial produciendo centros impropios a los lugares en los que se emplazan, y la tranquilidad es meramente teórica, ya que el caos de la ciudad no desaparece por tener un árbol en la puerta de la casa, la ciudad

sigue ahí, la contaminación y la delincuencia no desaparece al tener un enrejado eléctrico y un pasto de 4 m2, y a medida que estas construcciones en masa se van agrupando no generan una continuidad visual, los materiales y la técnica de los arquitectos se evidencia claramente entre una construcción y otra, viendo así construcciones de suites frente a casas de tres pisos, de la madera contra el peso del concreto, de las formas libres contra la volumetría monótona de los edificios de departamentos, el caos social y urbano se evidencia más que nunca. Las soluciones propuestas no son más que formulas preconcebidas que pretenden una estética temporal establecida desde el primer momento de su generación a fracasar a corto plazo. Ambas experiencias están orientadas a una acumulación del dinero, el futuro arquitecto está dirigido a este propósito poco profesional dentro de la ética social. Aquí es donde el valor de cambio toma más peso sobre el valor de uso con lo cual los habitantes colindantes a estos centros masivos tienen un sentimiento de agresividad ante estos y se crea una tensión social de malestar ante estas construcciones ajenas y sin pretensión de integración alguna. De esta manera también se diezma la creatividad del estudiante, el docente no incentiva a la creación de elementos nuevos, ya que es mermado su producto por reglamentaciones y leyes que no hacen más que dirigir al nuevo arquitecto a una forma preconcebida de cómo debe ser, y así perdiendo de a poco el interés en el generar lo novedoso y se enfrasca en reproducir lo aceptado como una receta de cocina, criando una vez más arquitectos inmobiliarios. Así también se dirige el diseño a la construcción como un aspecto de poder y dominio, de manera indirecta pero generando reacciones involuntarias a las personas que sin saberlo se mueven en torno a la monopolización de los elementos de la ciudad; no se piensa en el individuo común de la ciudad, se concentra en el individuo potente y como hacer que este se sienta más poderoso aun, de manera no tan directa pero visible aun. Los alumnos no son conscientes del proceso generativo del diseño, y al ser nuevos en este tipo de enseñanza son mal encaminados por varios docentes que los instruyen de manera equivoca y en lugar de incentivar la generación de formas, la experimentación de los materiales y sus funciones, cortan esas ansias de la búsqueda de lo venidero y meten en el imaginario del estudiante el imaginario mismo del profesor, con lo cual se generan ideas que a riesgo de no entenderse en su mayoría, llegan a ser ideas no progresistas, a final de cuentas el alumno no conoce de opciones y solo es las nuevas manos del profesor con la antigua mentalidad que no da opción de confrontación y acepta como dogma todo lo instruido. Se transmite el paradigma, aceptándolo sin discusión alguna, ya que al final de cuentas, por algo será profesor piensa erradamente el alumno.

Partiendo de esto, con la pretensión de que las ideas no sean más conceptos enfrascados sino mas bien que el conocimiento sea instruido de manera globalizada, se busca unificar estos conceptos con lo propio de la región, la instrucción de lo europeo, de las formas renacentistas y la arquitectura clásica, y lo que está de moda, no puede resultar útil si no se realiza un estudio de cómo esto será aplicable o no en el lugar a trabajar, la concatenación de lo globalizado con lo vernáculo es la manera más lógica y funcional con la cual un arquitecto se dirigirá a un diseño apropiado. Todo esto debe estar de mano de un análisis histórico, cultural y social de cómo se generó todo desde un principio, entender la generación de las formas nutrirá la generación misma del arquitecto, guiándolo por una corriente que sienta apropiada para plasmar sus conocimientos e inspirarse en lo previamente concebido, ilógico seria implantar una torre inclinada de pizza si el arquitecto piensa que la torre siempre se encontró inclinada, el conocimiento globalizado será la herramienta más útil del futuro profesional. Teniendo la teoría planteada y los conceptos establecidos, la técnica es la nueva fase a desarrollarse, la exploración de los materiales es un punto poco tratado en la creación de las nuevas formas, la falta de incentivo e influencia recibida es pobre con lo cual los materiales no son llevados a un nuevo nivel como lo fue el acero en la revolución industrial que se exploto de manera insospechada, dejando lo tectónico y llevando la ligereza a la realidad, el estudio continuo y pensado de los nuevos materiales y su uso actuará directamente en la generación de la forma, dejando así de ser la limitante sino mas bien su generadora. La arquitectura para ser comprendida debe tomar todos los aspectos previamente planteados, no será cuestión de tomar una o dos premisas aquí planteadas para considerar una arquitectura buena y funcional, así mismo algunos otros factores no citados serán de gran utilidad para el estudio de la carrera, pero está en el arquitecto tomar conciencia de lo aprendido, no tomar todo conocimiento como receta, preguntarse el por qué y profundizar lo aprendido, el conocimiento es globalizado en esta época, es cuestión de cada uno moldear sus ideas y preguntarse si se quiere ser un arquitecto del dinero, o un arquitecto comprometido con lo que es en si la arquitectura.