Apodos en El Trabajo

Apodos en el trabajo, una mala práctica en la oficina El uso de sobrenombres en nuestro país es frecuente, pero no es un

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Apodos en el trabajo, una mala práctica en la oficina El uso de sobrenombres en nuestro país es frecuente, pero no es un hábito para llevar al lugar de trabajo.

Entre los compañeros de trabajo existe una base de confianza que ayuda a que se permita casi todo, y uno de los singulares tratos que son muy reconocidos en los grupos son los apodos. Cada uno se identifica con algún ?alias? Pero en el ámbito laboral las relaciones interpersonales se deben basar principalmente en el respeto y la confianza. El respeto es uno de los grandes valores que existen en cada momento de la interacción humana, ya que a su vez nos permitirá ser más comprensivos, tolerantes y pacientes entre jefes, colaboradores, compañeros de trabajo, colegas, etc.

Otro valor imprescindible en el trato con nuestros semejantes es la confianza. Se dice y con toda razón que dicho valor es el pegamento de las relaciones humanas sólidas y efectivas. La confianza no se puede exigir, se ha de construir y estimular por medio de la congruencia existente entre nuestra forma de pensar, sentir y actuar. En otras palabras, ser totalmente coherentes entre los que expresamos con nuestras palabras y lo que comunicamos con nuestros actos. Los apodos, motes, seudónimos o sobrenombres son adjetivos calificativos que se usan para dirigirse a alguien en lugar de hacerlo por su propio nombre, pero de manera cómica o satírica.

Algunos aprovechan alguna característica física para poner un apelativo y esto puede resultar muy desagradable; si esta práctica si se hizo en la juventud ahí debe quedarse. Usar apodos en nuestro ambiente es muy frecuente, pero no es un hábito para llevar al trabajo, ya que no todas las personas tienen el mismo nivel de sensibilidad y tolerancia. De esta manera se pueden estar creando resentimientos y molestias que en nada abonan a un clima laboral saludable ni mucho menos a un mayor índice en los niveles de productividad. ¿Bueno o malo?

Definitivamente es malo. La palabra apodo viene del latín ?apputare?, que significa valuar. Así con cada apodo o sobrenombre que usamos para llamar o hacer referencia a alguna persona, consciente o inconscientemente le estamos haciendo saber ?el valor que tiene para nosotros. La costumbre de poner alias a los demás compañeros y en este caso a los jefes puede resultar sumamente peligrosa, pues siempre hay más de alguna pared que ?escucha? y tarde o temprano los ejecutivos se darán cuenta, lo que impactaría negativamente la imagen y reputación profesional de quien lo hace. Además, hoy más que nunca las empresas vanguardistas se están esforzando mucho porque su personal tenga buenas conductas y costumbres. Que estas contribuyan a un ambiente de trabajo armonioso, confortable y libre de este tipo de prácticas. Por lo tanto, si el riesgo es alto, la decisión más sabia será no hacerlo. ¿Cómo eliminar los apodos? Hay que comprender que romper con viejos hábitos es un proceso necesario en las empresas y que debe hacerse de forma continua para que estas iniciativas contribuyan a reforzar las conductas requeridas a la hora de relacionarse, promoviendo además el respeto y el buen trato entre los colaboradores.

Apodos en el trabajo, una mala práctica en la oficina El uso de sobrenombres en nuestro país es frecuente, pero no es un hábito para llevar al lugar de trabajo.

Entre los compañeros de trabajo existe una base de confianza que ayuda a que se permita casi todo, y uno de los singulares tratos que son muy reconocidos en los grupos son los apodos. Cada uno se identifica con algún ¿alias? Pero en el ámbito laboral las relaciones interpersonales se deben basar principalmente en el respeto y la confianza. El respeto es uno de los grandes valores que existen en cada momento de la interacción humana, ya que a su vez nos permitirá ser más comprensivos, tolerantes y pacientes entre jefes, colaboradores, compañeros de trabajo, colegas, etc.

Otro valor imprescindible en el trato con nuestros semejantes es la confianza. Se dice y con toda razón que dicho valor es el pegamento de las relaciones humanas sólidas y efectivas. La confianza no se puede exigir, se ha de construir y estimular por medio de la congruencia existente entre nuestra forma de pensar, sentir y actuar. En otras palabras, ser totalmente coherentes entre los que expresamos con nuestras palabras y lo que comunicamos con nuestros actos. Los apodos, motes, seudónimos o sobrenombres son adjetivos calificativos que se usan para dirigirse a alguien en lugar de hacerlo por su propio nombre, pero de manera cómica o satírica.

Algunos aprovechan alguna característica física para poner un apelativo y esto puede resultar muy desagradable; si esta práctica si se hizo en la juventud ahí debe quedarse. Usar apodos en nuestro ambiente es muy frecuente, pero no es un hábito para llevar al trabajo, ya que no todas las personas tienen el mismo nivel de sensibilidad y tolerancia. De esta manera se pueden estar creando resentimientos y molestias que en nada abonan a un clima laboral saludable ni mucho menos a un mayor índice en los niveles de productividad. ¿Bueno o malo?

Definitivamente es malo. La palabra apodo viene del latín ?apputare?, que significa valuar. Así con cada apodo o sobrenombre que usamos para llamar o hacer referencia a alguna persona, consciente o inconscientemente le estamos haciendo saber ?el valor que tiene para nosotros. La costumbre de poner alias a los demás compañeros y en este caso a los jefes puede resultar sumamente peligrosa, pues siempre hay más de alguna pared que ?escucha? y tarde o temprano los ejecutivos se darán cuenta, lo que impactaría negativamente la imagen y reputación profesional de quien lo hace. Además, hoy más que nunca las empresas vanguardistas se están esforzando mucho porque su personal tenga buenas conductas y costumbres. Que estas contribuyan a un ambiente de trabajo armonioso, confortable y libre de este tipo de prácticas. Por lo tanto, si el riesgo es alto, la decisión más sabia será no hacerlo. ¿Cómo eliminar los apodos? Hay que comprender que romper con viejos hábitos es un proceso necesario en las empresas y que debe hacerse de forma continua para que estas iniciativas contribuyan a reforzar las conductas requeridas a la hora de relacionarse, promoviendo además el respeto y el buen trato entre los colaboradores.