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Escuela de Educación Superior Técnico Profesional Policial San Bartolo CURSO: TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS CATEDRÁTICO: M

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Escuela de Educación Superior Técnico Profesional Policial

San Bartolo CURSO: TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS

CATEDRÁTICO: MAY. PNP MANCO YALLICO SHEILA

TEMA: LA INVESTIGACION POLICIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

ALUMNA: S3 PNP MEDINA MURGUÍA BRENDA GRABIELA

PROMOCION: INTEGRIDAD I POLICIA NACIONAL DEL PERÚ ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL POLICIAL

SEMESTRE:

V ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO PROFESIONAL PNP ESPECIALIDAD:

LA INVESTIGACION POLICIAL INVESTIGACIÓN CRIMINAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

INDICE 1. CONCEPTOS RELEVANTES SOBRE EL TRABAJO POLICIAL 2. POLICÍA Y COVID-19: COLECTIVO DE ALTO RIESGO 3. REACCIÓN ANTE PRIMEROS RETOS POR COVID-19 4. BLINDAJE A LA LEGITIMIDAD POLICIAL 5. PREPARACIÓN ANTE EL COVID – 19 6. PROTOCOLO DE PREVENCIÓN Y ACCIÓN EN LA PNP PARA PREVENIR EL COVID -19 7. CAMBIOS EN LAS OPERACIONES 8. BUSCANDO NUEVOS CAMBIOS 9. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONE

INTRODUCCION Casi como ninguna otra institución del Estado, la policía está presente en muchos aspectos cotidianos de los ciudadanos. En el ámbito local, constituyen a menudo el primer punto de contacto entre la ciudadanía y el Estado –y, al usar uniforme, son siempre visibles.  La naturaleza de su trabajo la posiciona siempre al frente en situaciones de crisis y emergencias que requieren su involucramiento inmediato. La crisis desencadenada por la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto muy particular en los cuerpos policiales. En efecto, la policía, junto con los bomberos y otras unidades de rescate, están en la primera línea de respuesta, atendiendo las emergencias y nuevas funciones derivadas de la crisis sanitaria mientras continúan con todas las responsabilidades de mantenimiento de la seguridad pública.

1. Conceptos relevantes sobre el trabajo policial

Para interpretar algunos cambios en los enfoques policiales durante la pandemia del COVID-19 y sus implicaciones es importante conocer varios conceptos teóricos que sirven de guía. Son conceptos basados en una extensa literatura sobre el trabajo policial e incluyen el trabajo “reactivo” versus “proactivo”, así como la legitimidad in- terna y externa de las instituciones policiales. Una policía moderna debe aunar roles reactivos y preventivos. Por un lado, tiene la tarea de responder, capturar, arrestar e investigar los crímenes una vez que estos han

ocurrido

(reacción). Por otro lado, también busca cada vez más proteger a los ciudadanos y determinados espacios públicos y/o privados contra el crimen antes de que este ocurra (prevención). La reacción al crimen -en particular la respuesta a las llamadas de los ciudadanos a los servicios policiales después de un delito- ha formado la columna vertebral del trabajo policial moderno. Esto se ejemplifica en las actividades diarias de los policías de patrulla. Estos agentes reciben avisos durante su turno, ya sea directamente de la estación o de los servicios de atención al público, para atender las llamadas de ciudadanos sobre delitos denunciados, comportamientos sospechosos oficiales

responden

a

y

otras

quejas.

Los

las llamadas de servicio con una gama de

opciones que incluye el uso de la fuerza, el arresto y la resolución de conflictos, entre otras. Hay otras actividades que las policías realizan cuando no están respondiendo a llamadas por servicio. Estas incluyen el patrullaje preventivo para crear una sensación de omnipresencia y así disuadir

el

crimen.

Un

agente puede patrullar en áreas de alta

criminalidad, hablar con miembros de la comunidad, hacer controles de gente y vehículos sospechosos e intentar así resolver problemas subyacentes instituciones

del

crimen

policiales

en

la

comunidad.

combinan

las

La

mayoría de

actividades reactivas

las y

proactivas, encontrándose normalmente en algún lugar del espectro que delimitan los extremos que van de actuaciones puramente “reactivas” a actuaciones totalmente “proactivas”.

2. Policía y COVID-19: Colectivo de alto riesgo

Estas nuevas funciones en la primera línea de respuesta del COVID-19 han convertido a las policías en un colectivo de alto riesgo. De hecho, algunas entidades policiales han tenido que hacer frente a un número significativo de bajas por enfermedad o por medidas preventivas de cuarentena. Todo esto, claro está, puede afectar a su capacidad operativa. Además, las medidas de confinamiento y cierre general de actividades no esenciales han modificado las rutinas y el comportamiento de las personas. Y los datos nos indican que estos cambios también estarían afectando los patrones de delincuencia. Las policías de investigación, afrontan la crisis del COVID-19 con un desafío mayor que otras regiones porque parten de niveles altos de criminalidad y percepción de inseguridad, y en algunos casos, con importantes desafíos institucionales.  Por ello, y ya que la crisis de salud pública es probable que continúe, es importante examinar hasta qué punto las policías pueden realizar este esfuerzo de manera sostenida en el tiempo. En este contexto, se requiere analizar en detalle como la crisis del COVID-19 está generando cambios en el trabajo policial, y cuál es su impacto potencial en la efectividad y legitimidad de las policías de investigación.

3. Reacción ante primeros retos por COVID-19

Las policías tuvieron que replantear sus estrategias operativas para hacer frente a estos nuevos retos tomando en cuenta los recursos tanto materiales como humanos con los que contaban. Al mismo tiempo, ante este contexto era importante una pronta reacción, sobre todo porque el papel que cumple la policía le permite ser un primer apoyo ante cualquier necesidad o problema de la ciudadanía.

4. Blindaje a la legitimidad policial Si algo se ha demostrado empíricamente es que la operatividad policial y la confianza ciudadana son dos variables interdependientes. Si las fuerzas de seguridad funcionan, los ciudadanos confían más en ellas y se activa un círculo virtuoso de colaboración y trabajo comunitario. Por ello, es esencial seguir muy de cerca cómo evoluciona el rol de la policía durante la pandemia para asegurar que no hay ningún impacto en la calidad de los servicios de prevención y reducción del delito, ni interferencias en la relación de los agentes con la ciudadanía. ¿Qué pueden hacer las policías de nuestra región para garantizar que todas sus responsabilidades se cubren con eficacia durante la pandemia? A. Favorecer nuevas maneras de interacción entre policías y ciudadanos, involucrando a la comunidad en la definición de las prioridades, los problemas y las soluciones locales y comunitarias.

B. Seguir trabajando en el fortalecimiento institucional y la construcción de capacidades de las agencias policiales de la región. C. Continuar desarrollando una agenda de conocimiento que permita identificar las mejores prácticas de gestión para extraer lecciones aprendidas y casos de éxito que aporten a la actuación de las policías. Los peligros y desafíos para las policías en la actual coyuntura son nuevos y de considerable magnitud.  Sin embargo, los retos también presentan oportunidades. Por tanto, las medidas que se tomen para atender esta crisis pueden tener a medio y largo plazo un considerable impacto tanto en las propias instituciones como en la valoración y confianza que tenemos los ciudadanos en ellas.

5. Preparación ante el COVID – 19: Durante la pandemia, todas las actividades de rutina - como responder a las denuncias y mantener relaciones estrechas con las sus comunidadesponen a los policías en riesgo de contagio por el virus. Por esta razón, resul- ta esencial

que

cuenten

con

capacitación

sobre

cómo protegerse

equipos de protección personal y con planes de contingencia.

con

6. Protocolo de prevención y acción en la PNP para prevenir el COVID -19 En las unidades policiales las medidas generales de prevención son: 

Implementar el uso del termómetro digital para tomar temperatura antes de ingresar al local de cualquier unidad policial.



Identificar y evitar el ingreso de personas con fiebre y que presenten tos , estornudos o dificultad para respirar .



Uso de pediluvios para desinfección del calzado antes de ingresar.



Colocar dispensadores de alcohol en gel al 70 % para desinfección de manos.



Organizar los accesos y salidas para evitar aglomeraciones



Desinfectar a diario las oficinas , los servicios higiénicos , especialmente durante el relevo



Fumigar el ambiente de trabajo mínimo dos veces al mes



Implementar puntos de lavado de manos o el uso de alcohol en gel para todas las personas que concurren a las unidades policiales.



Implantar el trabajo remoto en el personal vulnerable.



Señalizar los ambientes como los comedores, los ascensores , los ventiladores o las áreas de uso común para garantizar que se mantenga el distanciamiento social de al menos 1 metro

EN LA UNIDAD POLICIAL DEBEMOS:



Usar permanentemente la mascarilla, guardar la muda de ropa en un bolso, desinfectarnos o lavarnos las manos antes del inicio de nuestras funciones, ventilar los ambientes de las unidades policiales, evitar compartir artículos de oficina, utilizar los medios virtuales mientras dure el estado de emergencia para realizar reuniones y capacitaciones.



De ser necesarias las reuniones de trabajo, se debe respetar el distanciamiento social y uso obligatorio de mascarillas.



Establecer puntos estratégicos para el acopio de equipos de protección personal así como la eliminación de aquellos que ya fueron utilizados.

EN LAS UNIDADES MOVILES: 

Limpiar y desinfectar la unidad móvil en su totalidad antes del inicio de nuestras actividades; un máximo de dos efectivos podrá estar dentro de la unidad, terminado el servicio.



Mantener el distanciamiento mínimo de un metro durante cualquier intervención . en caso que se detenga o conduzca a una persona, debe proceder a la inmovilización, engrilletándolo por las muñecas y por la espalda.



Evitar cualquier contacto con las manos y el rostro de la persona intervenida. culminada cada intervención, desinfectar las manos e implementos empleados, como los chalecos y grilletes.



Para la conducción de la persona intervenida, asegurarse que se encuentre con mascarilla y guante antes de ingresarlo al vehículo policial .de no contar con estos elementos, emplear algún material o medio que permita cubrir sus manos y boca antes de ingresarlo al vehículo.



Una vez terminado cualquier traslado, el piloto y copiloto deben limpiar y desinfectar el vehículo, y lavarse las manos.

7. Cambios en las operaciones

Las operaciones diarias de los policías se dividen entre la respuesta a los delitos que ya han ocurrido y la prevención de nuevos crímenes. Una actividad central del trabajo diario es responder a llamadas por servicio

que pueden incluir denuncias de delitos, de comportamiento

sospechoso u otras quejas. Cuando no están respondiendo a las llamadas de servicio, muchas policías realizan actividades proactivas para prevenir y disuadir la comisión de actos delictivos o mejorar el compromiso y las relaciones con la comunidad.

8. Buscando nuevos caminos La situación de la Policía resulta sumamente preocupante. Si bien el Gobierno ha buscado subsanar algunas desatenciones y desaciertos, es necesario que se reformulen bien su política de operaciones. Se hace necesario levantar la moral de nuestras fuerzas del orden, dotarlas de los recursos adecuados para esta emergencia y asegurarles protección sanitaria. Además de ello, sería importante establecer incentivos y el seguro adecuado para los riesgos que están afrontando, tal como se viene haciendo acertadamente con nuestro personal de salud, quienes se encuentran en uno de los frentes de esta primera línea. La preocupación de los suboficiales y oficiales de menor rango, quienes luchan día a día en el campo, es más que notoria. Como personas cuya labor es proteger la vida de otras personas, no solo deben afrontar riesgos para sí mismos y para sus cuerpos policiales, sino vivir con el temor de contagiar a sus familias. Por ello la necesidad de reforzar las medidas necesarias en esta lucha contra la expansión del nuevo coronavirus. Desde IDL-Seguridad Ciudadana sugerimos atención indispensable en la capacitación sanitaria, nuevos protocolos de detención y traslado, mejores implementos de bioseguridad y la prueba masiva de test periódicos, así como un seguro de protección adicional para nuestras fuerzas del orden.

9.

Conclusiones y Recomendaciones

A. La crisis sanitaria continúa y, aunque aún es demasiado temprano para extraer conclusiones sobre su impacto en el trabajo policial, sí se puede reflexionar respecto a tres de los principales factores presentados en este trabajo: el contexto socioeconómico y criminal en ALC, los principios básicos del trabajo policial y las respuestas de las policías de la región ante

la crisis. Las policías de ALC afrontan la crisis del COVID-19 con un desafío mayor que otras regiones porque partían de niveles altos de criminalidad y una enorme ansiedad social ligada a la percepción de inseguridad . B. La pandemia del COVID-19 puede provocar una situación crítica en las policías de la región. La alta criminalidad y a los recursos policiales limitados se suma

que los agentes tienen que

participar en

la

emergencia sanitaria y hacer cumplir el aislamiento, sin desatender la lucha contra el crimen. Es necesario reflexionar hasta qué punto las policías pueden realizar este sobreesfuerzo de manera sostenida en el tiempo, en la medida en que la situación no parece que vaya a volver a la normalidad en el corto plazo C. Las policías requieren equipamientos, capacitación y protocolos claros para protegerse del contagio. Aunque parece que las policías han venido adoptado medidas para proteger a sus funcionarios de un posible contagio, es necesario mantenerse preparadas porque el escena- rio puede cambiar rápidamente conforme avancen las fases de expansión de la pandemia y de flexibilización del confinamiento. D. La mayoría de las agencias policiales han cambiado substancialmente sus actividades, pero dichos cambios no indican una nueva dirección, al contrario, parecen mostrar el arraigo del modelo estándar de carácter reactivo . En este sentido, la mayoría de las agencias están reforzando prácticas reactivas (como la atención a llamadas por servicio y arrestos) y E. reduciendo las actividades proactivas y comunitarias.