Anarquismo en El Peru

Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión Facultad de Ingeniería Química y Metalúrgica Escuela Profesional de I

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Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión Facultad de Ingeniería Química y Metalúrgica Escuela Profesional de Ingeniería Química

Trabajo Monográfico Tema: ANARQUISMO EN EL PERÚ Presentado por: Córdova Merino, Aime Curso: Filosofía Docente: Lic. Castro Bartolomé, Héctor Jorge Huacho- Perú 2019

ANÁLISIS CRÍTICO DE "NUESTROS INDIOS" DE MANUEL GONZALES PRADA (HOMBRE PROBLEMA) El texto del intelectual peruano Manuel González Prada, "Nuestros indios", recoge las reflexiones y análisis de su autor acerca del problema indígena y de la situación de esta parte de la población del Perú a inicios del siglo XX. Su postura consta centralmente en la solución que propone al problema y que radica en la decisión que los indios mismos tomen de superar los obstáculos sin esperar el ablandamiento de sus opresores. El texto está dividido en cuatro partes sin subtítulos. La primera parte trata de la sociología como un estudio en formación que por la contradicción de sus representantes, no satisface el problema racial del Perú. La segunda parte se enfoca en la relación opresor-oprimido, y destaca que los maltratos y abusos de la época de la colonia se heredaron a la época republicana. En la penúltima parte, Manuel González Prada menciona a la hacienda y a la relación que existía entre el gamonal y el campesino, y lo compara con el sistema feudal de la edad media europea. Por último, la sección final de su texto señala posibles soluciones basándose en la igualdad de las razas. La argumentación de Manuel González Prada comienza con citar a la sociología. Menciona que es insuficiente como para solucionar el problema del indio, ya que sus representantes no llegan a un acuerdo concreto, además de tener opiniones contradictorias. Luego argumenta que la independencia del Perú, no cambió la situación en la que vivía el indio. Para ello, señala como factores que siempre en la sociedad hay opresores y oprimidos, y que en la República se heredó las costumbres abusivas contra los indios. Después, el autor señala a la hacienda como un modelo semejante al modelo feudal europeo y lo sustenta mencionando que los indios que trabajaban en las haciendas eran maltratados por los gamonales; además, las autoridades del gobierno no controlaban a los hacendados, todo lo contrario, formaban una alianza interesada en muchos casos. Por último, el autor nos habla sobre las posibles soluciones. Para esto, destaca varios puntos como los siguientes: todas las razas son iguales y tienen las mismas posibilidades de desarrollo; la

ignorancia

que

se le

supone

al indio no es

el

único factor

de retraso.

Para argumentar su postura Manuel González Prada trata el tema desde una perspectiva más occidental, alejándose por momentos de la parte indígena explícitamente. Esto se puede notar cuando el autor cita a personalidades de la sociología como Le Bon, Gumplowicz, Comte, etc. y no menciona alguna versión indígena del tema. Creo que el autor no cruza información importante de las dos partes como lo expresa a lo largo de todo su texto. En su solución final hace explícito la idea que he mencionado anteriormente: la solución radica en la propia decisión que tome el indio de superarse sin esperar la humanización de sus opresores. Plantea su solución con el accionar del indio, pero sin la participación de la sociedad aristocrática a la que representa.

ANARQUISMO EN EL PERÚ Introducción: El anarquismo es la ideología menos conocida y seguramente la más calumniada. Dejando de lado los prejuicios y las ideas equivocadas, el impacto del anarquismo en la historia de muchos países no puede ser ignorado. En el Perú, el anarquismo tuvo un papel fundamental en el naciente movimiento obrero. La tradición libertaria casi desapareció por completo pero hoy resurge, al igual que en otros países de Latinoamérica y del mundo. Las ideas anarquistas llegaron a las costas peruanas desde Europa, probablemente con la venida de inmigrantes españoles, italianos y franceses ligados al ala anti-autoritaria, liderada por Miguel Bakunin, de la Primera Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), o a la Comuna de París, primer gran revolución proletaria que intentó poner algunas ideas libertarias en práctica. El anarquismo entró en contacto con el naciente y creciente proletariado peruano, el cual en la primera década del siglo XX, abandonó las ideas mutualistas por un anarquismo basado en la acción directa y la solidaridad de la clase obrera. Intelectuales como Manuel González Prada, Christian Dam, Carlos del Barzo, Glicerio Tassara o Mariano Lino Urieta también tuvieron un papel importante difundiendo el ideario anarquista. La prensa libertaria: Los primeros periódicos anarquistas aparecen a partir de 1904, año en que fue fundado el periódico anarquista Los Parias. Periódicos como Simiente Roja, El Hambriento, Humanidad, El Oprimido, La Antorcha, Los Oprimidos, El Ariete y La Protesta aparecerían posteriormente. Una naciente cultura libertaria: La actividad cultural libertaria también se inició en la primera década del siglo XX. El grupo libertario “Humanidad” y el “Centro Socialista 1ero de Mayo se fusionaron para dar paso al “Centro de Estudios 1ero de Mayo” en 1909. Ese mismo año, se representó una obra para conmemorar una masacre de mineros chilenos en 1907. En 1910, se funda el “Centro Racionalista Francisco Ferrer”, en honor al anarquista y pedagogo español, y en 1911, el “Centro Artístico de Vitarte”, posteriormente “Centro artístico Nueve de Enero”. En tal centro se representaron obras como El Cristo Moderno, La Hoguera o Juan Ose.

Las primeras manifestaciones en Lima y Callao y la lucha por las 8 horas: Los panaderos fueron los primeros al adoptar la idea anarquista en 1905, organizados en la Federación de Obreros Panaderos “Estrella del Perú” y liderados por Manuel Caracciolo Lévano y Delfín Lévano. Ese mismo año se celebra en Lima por primera vez el 1ero de Mayo, en conmemoración de los Mártires de Chicago, anarquistas que fueron llevados a la orca por un atentado que no cometieron en 1886 en la ciudad de Chicago en EEUU. En 1911, después de una huelga de 29 días, los anarcosindicalistas organizan el primer paro general en Lima y Callao, demandando un aumento, la reducción del día laboral de 13 a 10 horas y la eliminación del trabajo de noche. Al día siguiente, el presidente Leguía interviene y obliga a los patrones a aceptar las demandas de los obreros. Los sindicatos de panaderos, textiles, zapateros, portuarios, etc. se federaron y dieron nacimiento en 1912 a la Federación Obrera Regional Peruana (FORP), adherente a la Asociación Continental Americana de Trabajadores (ACAT) de carácter anarcosindicalista. La FORP fue el resultado del arduo trabajo y de la organización de obreros anarcosindicalistas, quienes fueran a fundar tardíamente la Federación de Grupos Libertarios en 1921, conformada por grupos como “La Protesta” de Lima, “Luz y Amor” y “Conquistadores del Pan” del Callao, entre otros. Previamente, en Enero de 1919, los trabajadores de Lima se lanzan en una exitosa huelga general por la conquista de la jornada de 8 horas, la cual costó arrestos y torturas a los principales líderes del movimiento. La conquista de las 8 horas probó la eficacia de las tácticas anarcosindicalistas, las cuales ganaron aún más adeptos. A pesar de la victoria, el gobierno reprimió fuertemente al movimiento libertario, lo cual influyó en la recuperación del movimiento por parte de intelectuales como Haya de la Torre o Mariátegui. Varios anarquistas, como Fidel de la Sota o Víctor Recoba fueron expulsados del país, el primero halló refugio en Barcelona donde su une al movimiento anarquista de esa ciudad, el segundo terminó en Mexico donde ayudo a formar la CGT, sindicato anarcosindicalista, e incluso participó en un atraco junto a los cenetistas Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso. El Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias: Algunos meses después, se crea el Comité Pro-Abaratamiento de las Subsistencias, para frenar el precio de productos de necesidad básica. Este comité fue liderado por los anarquistas Carlos Barba, Nicolás

Gutarra y Adalberto Fonkén. Ese comité tenía a su vez un comité femenino, presidido por la anarco-feminista Miguelina Acosta Cárdenas. El 27 de Mayo, el Comité declara la huelga general, desencadenando la represión gubernamental. Se estima en un centenar de muertos y 300 a 500 presos, incluyendo a Gutarra y Barba. El 7 de Julio de 1919, Nicolás Gutarra se haría famoso al confrontar al presidente Leguía, que desde su balcón presidencial observaba los reclamos del elocuente anarquista, rodeado por una multitud. Gutarra lo llama “ciudadano Leguía”, desencadenando la ira del mandatario, el cual posteriormente lo arresta y deporta a Panamá. La FOL y las Universidades Populares Manuel González Prada: En 1921, la Federación Obrera de Lima (FOL) reemplaza a la FORP. La FOL mantiene el carácter cultural de su predecesora, ayudando a la creación de el Centro Musical Obrero de Lima (CMO) en 1922. Felipe Pinglo Alva, el bardo criollo, sería un ávido visitante de este centro, lo cual influyó en el alto contenido social de su lírica. El 25 de Diciembre de 1921, los obreros textiles de Vitarte organizan la Fiesta de la Planta, probablemente la primera manifestación ambiental en el Perú. Se eligió intencionalmente esta fecha para competir con la navidad cristiana. De acuerdo con la moral anarquista, en eventos de este tipo no se consumía alcohol. En 1921, también se establecen las primeras Universidades Populares Manuel González Prada, que si bien desde el inicio fueron lideradas por estudiantes y no por obreros, fueron apoyadas por los anarcosindicalistas. En 1923, el presidente Leguía y la Iglesia Católica tratan de consagrar al Perú al Sagrado Corazón de Jesús. La FOL y las Universidades Populares se unen a las manifestaciones multitudinarias, lo cual desata nuevamente la ira del mandatorio quién llama a estas últimas “centros de agitación popular”. Como consecuencia de estas manifestaciones, muchos estudiantes y obreros son arrestados o deportados. Arequipa: En otras ciudades como Arequipa o Trujillo, los sucesos seguían la misma línea libertaria. En 1926, se funda en Arequipa la Federación Obrera Local de Arequipa (FOLA), de la cual destacan el tipógrafo Jacinto Liendo y el sastre Francisco Ramos. La FOLA, especialmente el sector de Mollendo, mantenía un contacto estrecho con la Industrial Workers of the World (IWW) de Chile. En efecto, los trabajadores peruanos de Mollendo fraternizaron con sus colegas chilenos en secreto. El gobierno respondió enviando dos barcos navales al puerto. En 1925, la FOLA, apoyada por la FOL y la IWW lanzó una huelga general para detener la Ley de Conscripción Vial, la cual obligaba a los

hombres adulto de trabajar gratuitamente para el estado 12 días al año. El anarquismo continuó su presencia en la ciudad blanca en los años 30. Cuzco: En Cuzco, intelectuales como Luis Velasco Aragón, Julio Luna Pacheco, Humberto Pacheco, Roberto Latorre, entre otros, fueron los principales exponentes de la idea anarquista. El más influyente fue tal vez Velasco Aragón, un discípulo de Manuel González Prada. Velasco Aragón fundó y dirigió el “Centro Manuel González Prada” y centro artístico y literario “Capa y Espada”. También existió una universidad popular que contó con más de cien estudiantes, de la cual destaca Ricardo Santos, un carpintero proponente del anarcosindicalismo. En Cuzco, se creó la Federación Obrera Local del Cuzco, modelada también en la FORP. En Sicuani, había una biblioteca comunal llamada “El Ayllu”, fundada por Miguel Ángel Delgado Vivanco, uno de tres hermanos anarquistas muy conocidos y respetados en Cuzco y Apurímac. A esta biblioteca acudió un joven llamado José María Arguedas, quien también recordara melancólicamente el sonido del carnaval de Tambobamba, pueblo fundado por Eramos Delgado V., Encino del Val, otro discípulo de Manuel González Prada, y a quien Arguedas le tenía mucho cariño. El tercer hermano Delgado Vivanco también fundó una biblioteca anarquista en Cotabambas. En Otras Provincias: Hasta la primera década del siglo XX, el anarquismo se había concentrado en ciudades como Lima, Trujillo, Arequipa, Cuzco, Chiclayo, Huacho, etc. pero a partir de 1909, las ideas anarquistas se expandirían por todo el país. En 1912, ocurre la matanza del valle de Chicama, cuando cientos de jornaleros son asesinados por los gamonales que hacían caso omiso a sus reclamos. La infame tragedia impulsó la radicalización de más activistas como M. Herminio Cisneros que pronto se convirtieron al anarquismo. Por su parte, Teodomiro Gutierrez, Cuevas, más conocido como Rumi Maqui, influenciando por las ideas anarquistas, lanza una gran insurrección indígena en 1914 que fuera derrotada en 1915. En 1909, se crea la Asociación Pro-Indígena, a la cual se une Miguelina Acosta Cardenas a partir de 1917. En 1920 se crea el “Comité Pro-Derecho Indígena – Tahuantisuyo”, en el cual participa Carlos Condorena, un campesino puneño ávido lector de periódicos anarquistas y en 1923 la “Federación Indígena Obrera Regional Peruana”. El anarquismo se fusiona así con el movimiento campesino, llegando a crear una nueva ideología, mezcla de anarquismo revolucionario y milenarismo que buscaba en el imperio incaico un modelo de sociedad.

El Declive: A finales de los años 1920, el anarquismo pierde mucho campo, y el movimiento obrero vira rápidamente hacia el pensamiento marxista de Mariátegui y el pensamiento populista e inter-clasista de Haya de la Torre. El porqué de este rápido abandono de las ideas libertarias ha sido examinado por varios historiadores que presentan diferentes explicaciones. Lo más probable es que el abandono de estas ideas fue causado por múltiples factores. La revolución rusa y el prestigio de los bolcheviques fueron un factor. La gran represión sobre los grupos anarquistas, las expulsiones de militantes, e incluso la tortura, como en el caso de Delfín Lévano, fue otro factor. También es probable que la mayor parte de la clase trabajadora y el campesinado no haya sido lo suficientemente expuesto a las ideas libertarias, y tras la represión a los grupos anarquistas, se creó un vacío ideológico. Y aún otro factor podría ser la dificultad de la aceptación de las ideas libertarias en una sociedad tan conservadora como la peruana, que se prestaba más a ideas populistas que a conceptos como “internacionalismo” o “lucha de clases.” Y sin embargo, las ideas libertarias no desaparecieron del todo. En las décadas posteriores, serían comunes los homenajes a Manuel González Prada, o las celebraciones del Primero de Mayo. A finales de los 50s, aparecería la Federación Anarquista del Perú, de la cual destaca Wenceslao Zavala Grimaldo, quién fuera recluido en la isla del Frontón. Se sabe de anarquistas que, en los 60s, formaron parte de las primera guerrillas como el MIR o el ELN. Posteriormente, durante el gobierno de Velasco, libertarios como Jaime Llosa participaron en la creación de cooperativas obreras y agrícolas. El Presente: Pero no sería hasta la década de 1980 cuando las ideas anarquistas renacen con el rock subterráneo y la contracultura. Sin embargo, la falta de información sobre la historia y la práctica anarquista frenó su desarrollo. Se crearon grupos como Movimiento Anarquista de Lima (MAL), Colectivo de Juventudes Anarquistas (CAJA), Autonomía Proletaria, Colectivización, o Lucha Proletaria. Aparecen también publicaciones como Desobediencia o Humanidad. En la década del 2000 aparece la agrupación Qhispikay Llaqta, luego colectivo Estrella Negra, que dieran paso a Unión Socialista Libertaria, con grupos en Lima y Huancayo, y que publica el periódico Avancemos. Unión Socialista Libertaria adhiere a la plataforma Anarkismo, y estuvo presente en el Reencuentro Internacional del Anarquismo en St. Imier, Suiza, en el 2012 que conmemoraba los 140 años de la Internacional de St. Imier. Hubieron cortejos anarquistas presentes en las movilizaciones por lo sucedido en Bagua

y contra el proyecto minero en Conga. Así mismo, desde hace algunos años, también hay una presencia anarquista notable el 1ero de Mayo en Lima. En el ámbito estudiantil, Tendencia Estudiantil Libertaria (TEL) en Lima y el Círculo de Resistencia Estudiantil Ácrata (CREA) de Arequipa han aparecido en escena. En Arequipa, también se cuenta con la presencia del colectivo Amor y Odio. Conclusión: El anarquismo en el Perú ha sufrido de la falta de continuación por la fuerte represión a comienzos del siglo XX. Las organizaciones anarquistas o anarcosindicalistas se esfumaron. Los centros obreros, ateneos culturales, o bibliotecas militantes no resistieron el paso del tiempo. La omisión y recuperación del pensamiento anarquista de Manuel González Prada por el APRA, quienes se consideran los legítimos sucesores de los anarcosindicalistas peruanos, también afectaron la continuidad del anarquismo en el Perú. En el presente, es muy difícil de encontrar libros anarquistas, ni mucho menos existen editoriales anarquistas. Los medios raramente mencionan algo sobre el movimiento libertario, y cuando lo hacen, casi siempre son prejuicios, mentiras o presentan a un movimiento obrero carente de ideología o apolítico. El mayor ejemplo es el hecho de que casi nadie sabe que Manuel González Prada fuera un anarquista convencido. Es por eso que el rescate de la tradición libertaria es un trabajo de largo aliento. El avance de las ideas libertarias en otros países como Chile o Brazil puede ser considerado como un indicio del renacimiento del anarquismo como movimiento revolucionario internacional. Por su historia combativa y su victorias, es muy probable que, lentamente pero seguro, el anarquismo renazca plenamente en el Perú como alternativa al sistema neoliberal corrupto basado en la extracción y destrucción de nuestros recursos naturales. Inevitablemente, un nuevo movimiento revolucionario libertario traerá consigo la represión y la respuesta fascista del capitalismo y el estado, de eso no cabe dudas. Como diría Manuel González Prada, “no quiere decir que nos hallemos en vísperas de establecer una sociedad anárquica. Entre la partida y la llegada median minas de imperios, lagos de sangre y montañas de víctimas. Nace un nuevo cristianismo sin Cristo, pero con sus perseguidores y mártires. Y si en veinte siglos no ha podido cristianizarse el mundo, ¿cuántos siglos tardara en anarquizarse?”