Analisis Esta Noche se Improvisa

Esta Noche se Improvisa Luigi Pirandello Luigi Pirandello nace en 1867 en Argiento, Sicilia, siendo uno de los mayores

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Esta Noche se Improvisa Luigi Pirandello

Luigi Pirandello nace en 1867 en Argiento, Sicilia, siendo uno de los mayores y más originales dramaturgos del siglo XX, aportando gran influencia a escritores posteriores como a Jacinto Graus, Jean Gennet o Peter Weiss. Su formación está condicionada por tres ambientes, el siciliano (Pirandello escribirá numerosas obras en su idioma natal) el romano, y el almenan donde tendrá contacto con el romanticismo alemán, admirando la estética de Goethe y a su vez a los autores amantes de la ironía, lo fantástico y lo paradójico. Pirandello comienza su producción literaria con la poesía, continuará con la novela, y no será hasta que tiene cincuenta años cuando se dedica enteramente a la dramaturgia, culminando esta con la obtención del Premio Nobel en 1934, dos años antes de su muerte. Dice Cesar Oliva en su libro Historia básica de las artes escénicas: La obra de Pirandello se nos presenta como una reflexión sobre el teatro considerado como el marco y el género más adecuado para una reflexión vital sobre los grandes Interrogantes del hombre y de la vida; del hombre enfrentado con los grandes problemas de la existencia (el ser, el parecer, la verdad, el tiempo, la muerte) y del hombre enfrentado a sí mismo. Los juicios y sentimientos del ser humano normalmente son falsos ya que no nos podemos ver a nosotros mismos, por ello Pirandello usa el teatro como un inmenso espejo que refleje la verdad. Aquí encontramos una similitud entre Brecht y Pirandello, la muestra de la verdad mediante el extrañamiento, pero cada autor con motivos diferentes, mientras que Brecht lo hace por una preocupación ética, Pirandello muestra una preocupación psicológica. Pirandello definió lo que él mismo denominó como la poética del humorismo, un concepto muy importante para entender su producción dramática,

en su libro El Humorismo (1908) muestra la muerte del mundo clásico, surge un nuevo concepto de héroe. El humorismo descompone el carácter en sus elementos integrantes, representa al héroe con todas sus incongruencias, los descompone. Al desaparecer el héroe aparece el personaje, al no existir una verdad absoluta el personaje se aparta de la existencia social y se dedica a una actitud humorística, es decir, critico-negativa y analítica, donde se descomponen las ilusiones dominantes. La clave de la actitud humorística es una postura de sospecha y desdoblamiento con un uso de la razón, se diferencia de lo cómico ya que este es solo una simple percepción de lo contrario, mientras que el humorismo es el sentimiento de lo contrario, es decir, se llega a una reflexión mediante la razón que generará una descomposición crítica. El humorismo pretende la ruptura, crear un efecto de choc mediante los contrastes, busca lo deforme, lo múltiple, lo marginal, lo imprevisible… Se destituye en “yo” en el humorismo pirandelliano, la interioridad del personaje desaparece, este se “ve vivir” creando una dualidad. El teatro de Pirandello no es un teatro fácil de comprender y analizar, por ello es necesario conocer su trayectoria desde las primeras piezas para comprender como llega a escribir una de sus obras maestras Esta noche se improvisa, a la que nos dedicaremos con profundidad más adelante. Como hemos mencionado Pirandello se dedica tardíamente al teatro, en 1916 comenzará a trabajar en su dramaturgia de modo continuado. Para Pirandello la representación escénica debe ser una traducción del texto literario confiada a la voz y al cuerpo de los actores, las palabras dichas del drama escrito no serán las del poeta, ya que el actor las habrá recreado en sí mismo, para ello elabora el concepto de autonomía de los personajes respecto al autor y acentúa los aspectos que desacralicen el trabajo artístico (por ello trabajará

con la metateatralidad) con ello realiza un teatro con fuerte carga alegórica, con personajes autónomos, identificado con una máscara, es decir, los aspectos de su personalidad los encontramos reducidos en ciertos rasgos esenciales, obteniendo unos rasgos tan peculiares que no conserve este ninguna huella de su origen literario, esto nos recuerda a los personajes creados para la Commedia dell´Arte, autor y actor terminan pues de reducir su papel en beneficio al personaje. El teatro pirandelliano comienza con su obra A la salida, al contrario que en su primera obra estrenada La morsa, vemos un alejamiento del tono narrativo, que se reflejaba en sus acotaciones. En esta obra son perceptibles los elementos de desmaterialización y desvitalización que caracterizan a su primera producción dramática, ya que los personajes se nos sitúan más allá de la vida, los espectros surgen en la escena. De esta primera producción debemos destacar Liolá, donde se asiste a la recuperación de motivos antropológicos remotos, acercándonos a los componentes dionisiacos de la antigua civilización griega. Liolá es un personaje fijo, la obra está reforzada, además, por una fuerte carga antiburguesa. Antes de su una de sus obras cumbres, Seis personajes en busca de un autor, Pirandello escribe otras obras con temática burguesa: El placer de la honradez, Así es (si os parece) y El juego de los papeles, en estas tres obras aparecen personajes que se atienen conscientemente

a

la

norma

de

las

convenciones

para

terminar

por

desenmascararlas, por otra lado, dentro de la coherencia y el rigor de los propios que las respetan, o mediante una perspectiva extrañada y desencantada de los personajes. A partir de los años veinte es cuando compone sus mejores obras, ayudado por un entusiasmo creativo que venía de su fama internacional y de su nombramiento como director del Teatro d’ Arte de Roma. Pirandello coloca la obra

Seis personajes en busca de un autor, con esta obra consigue dos objetivos implícitos en su búsqueda teórica en el teatro, por una parte la plena autonomía de los personajes con respecto al autor, esta autonomía se presenta con los personajes buscando a un autor y la desacralización del momento artístico, mostrando todos los artificios teatrales. Desaparece la figura del autor tradicional , los personajes son abandonados a su suerte, en busca de un “significado universal” que no se encuentra en la alegoría moderna, Pirandello habla de la alegoría como un concepto que trata de hacerse imagen, una imagen viva y libre con un sentido que le de valor, al no encontrar este “significado universal” los personajes pierden la “razón de ser”, el mundo se transforma en algo inexplicable, el arte no adquiere pues una interpretación global. La obra nos muestra una historia propia de un melodrama, pero esta poco tiene que ver con el sentido último de la obra, la imposibilidad de la representación de la tragedia, tanto en la vida como en el arte, al no existir lo auténtico en la vida. Una misma disociación entre argumento y significado encontramos en su obra Enrique IV, se nos muestra un espacio propicio para la tragedia, una corte con un rey como protagonista, respetando las tres unidades aristotélicas, pero este rey no es más que un burgués que finge ser Enrique IV, la obra se convierte pues en una discusión sobre la tragedia misma, recurriendo nuevamente a los elementos del melodrama, la locura, los celos, la venganza… Pero el significado de la obra se debe buscar en otra parte, Enrique IV es una alegoría de una desesperada defensa de la razón obligada a disfrazarse de locura para desenmascarar así la verdadera locura de quienes ni saben que están locos pero se comportan como tales. A partir de esta obra la corriente humorística y alegórica tiende a debilitarse, y el relativismo pasa de ser negativo a convertirse en optimista,

la razón de esto la podemos encontrar en su relación con la actriz Marta Abba y en su adhesión al fascismo interpretado como un movimiento revolucionario de la Vida. De esta nueva etapa es su obra Cada cual a su manera, que avanza aun más en la revolución de las formas teatrales, el espacio del teatro es invadido por la vida, implicando a los espectadores, encontramos la representación en los pasillos, en los palcos hasta en la calle, existen diferentes niveles de público, el público real, el publico falso colocado en las butacas, o los actores en el escenario que acaba siendo también público, además se suprime el tercer acto, dejando la obra sin concluir, como la vida que no concluye. Por tanto el arte tiende a coincidir con la vida y la verdad estética, se convierte en un encuentro con la realidad del “yo”, surge una nueva forma de catarsis. En su última gran obra, Esta noche se improvisa, estas barreras entre lo interior y lo exterior se diluyen aun mas, Pirandello consigue esto debido al dominio pleno de los medios y efectos de dirección conseguidos tras ser responsable del Teatro del Arte. Se define Esta noche se improvisa como un gran ensayo del teatro contemporáneo, las técnicas expresionistas, como la música, el cine, el melodrama, la danza o el cabaret están subordinadas a un diseño metateatral evidente, tanto en los discursos del personaje del Director como en la arquitectura y articulación interna de la obra, la obra cambia del aspecto teatral al metatetatral, en una oscilación continua, así el actor se distancia del personaje y este de él. El director de esta obra que probablemente encarna a un director de la escuela alemana de la época, suplanta al autor y reduce a los actores a meros instrumentos que mueve a su voluntad, existe así un doble vaciamiento, el “significado universal” que autor debía buscar, el de la ida de los actores que sienten dentro de sí y quisieran expresan metiéndose dentro de sus personajes. El espectáculo pasa a estar en el lugar del

drama, ya que le director se preocupa del espectáculo solo como un entretenimiento del público, el director expulsa al autor convirtiendo el drama en magia ilusionista y los actores expulsan en su rebelión al director, pero a falta de un autor y de un “significado universal” estos no pueden ser más que pura vida, pasión carente de un sentido final. Es la muerte de las posibilidades alegóricas, y por tanto, para Pirandello, la muerte del teatro mismo, la extrañación y la metateatralidad subsisten en el vacío, sin una necesidad espiritual. La escena elegida para el comentario es del último acto, cuando los actores se rebelan al director, el cual los trata como marionetas de su gran espectáculo experimental. Esta escena me parece fundamental ya que ilustra muchos puntos importantes del teatro de Pirandello, la metateatralidad es clara, los actores se revelan a su director encima del escenario, y son ellos los que cogen las riendas del espectáculo, lo preparan entre todos, mencionando los elementos importantes en la escena, los actores pasan de ser personas a personajes en una sola escena y de manera intermitente, llega un punto que los actores están haciendo de sus personajes y a la vez realizando actos técnicos, como maquillar a la actriz principal o preparar la escenografía(“Y ahora…, aquí, en las sienes, en el pelo…”, “Hasta se me puede haber caído algún diente… a los treinta años”) . En esta escena se muestra una crítica clara a los directores de la época que quieren impresionar al público más que nada (“¿Les da a ustedes lo mismo lo que pueda pensar el público?” “¡Ese teatro que usted destruye cada noche, haciendo que las escenas sean un simple espectáculo para la vista”“Subordinarlo todo a la obtención de un efecto, ¡Eso está bien para un sainete”!) Que manejan a los actores como supermarionetas, término acuñado por el director británico contemporáneo a Pirandello Gordon Craig (“¡Pero

no de esta manera, usted perdone saltándose las escenas, ordenando a uno que se muera en plan dictador!”) Los actores se mueven por la pasión, como adelantábamos en la introducción, a falta de un director se dejan arrastrar por lo vivido (“Lo veo, lo noto: está sumida en su papel, como yo en el mío, y sufro y me consumo en un infierno viéndola ante mí”, “Cuando la vida se abre paso, no atiende a ninguna orden”) Los actores suplantan al director, y deciden pues realizar ellos todo el trabajo, prescindiendo de los elementos superfluos que le director ha añadido a lo largo de todo el espectáculo, como grandes decorados, o una procesión extravagante, solo con el objetivo de atrapar al público, ignorando de algún modo a los actores, que se quejan ser considerados como un elemento de espectacularidad más con el que el director se pueda lucrar (“¿Sin decorados?” “¿Qué importa eso?”) Analizando esta escena, y en general toda la obra, intuimos el tipo de teatro que buscaba Pirandello, un teatro sin grandiosidades escénicas, que alejasen al personaje del actor, haciéndolo único. Los personajes de Pirandello carecen de una psicología compleja, como podríamos encontrar en los dramas americanos posteriores a Pirandello como Largo viaje hacia la noche, los personajes de Pirandello son prototipos, tienen ciertos rasgos característicos que formarán su personalidad. En esta escena encontramos a casi todos los personajes que intervienen en la obra, en un primer lugar tenemos al Doctor Hinkfuss, director del espectáculo, conocedor de los recursos teatrales, muestra sus conocimientos cuando tiene ocasión en unos largos parlamentos que nos harán conocer la percepción pirandelliana del teatro, lo mueve la creación de algo inaudito, el aplauso del público, el reconocimiento, la figura del director se eleva hasta suplantar al autor, opinaba Pirandello que el autor debería desaparecer de la

obra dramática a la hora de la representación. Por otro lado tenemos a todos los actores, de los cuales destacaremos el personaje del Primer Actor, la Primera Actriz, la Actriz Característica, el Primer Actor se muestra como una estrella desde el principio de la obra (“Insisto, si señor! Y más cuando ha tenido la osadía de llamarme en público por mi nombre” “No tiene porque presentarme a un público que ya me conoce”) el más desencantado con la idea de la improvisación, es fiel a los principios teatrales imperantes, debe meterse en su personaje y dejarse llevar por las pasiones que surjan a través de la interpretación (“El señor… ha de vivir el personaje de Rico Verri, ha de ser Rico Verri”), el personaje que representa Verri, es un militante que se avergüenza de las mujeres con las que anda, pero está con ellas ya que ama a Mommina, al final de la obra este personaje se convertirá en un ser cruel y celoso que encerrará a Mommina en su casa (esto es lo que se representa al final de la escena analizada) el papel de Mommina es interpretada por la Primera Actriz, una muchacha joven, con un carácter parecido al del Primer Actor (“Pero… el maquillaje” ) se podría decir que estos dos personajes son una crítica a la figura de los primeros actores, tan usada en la época, estos actores acababan vendido más por su imagen que pos su interpretación, un ejemplo de esto lo encontramos en la obra mencionada anteriormente Largo viaje hacia la noche, donde uno de sus personajes, James, se convirtió en un actor anclado a un mismo papel pero que llamaba a la masa de espectadores. Su personaje, Mommina, es una muchacha que acaba desencantada con la vida (“¿Sabéis donde tengo que mirarme? En los cristales como una sombra”) Una muchacha hermosa que se consume en un amor frustrado (“¡Hija, hija mía, si tú supieras lo que se dice aun en el pueblo! Igual que de una muerta: Con los guapa y lo joven que era!¡ Y qué buen corazón!”) La actriz

característica es una vieja gloria del teatro, es la que más se divierte con la improvisación, y la que coge el mando en la mayoría de las situaciones, su personaje, el de la Señora Ignazia muestra el carácter de vieja gloria mencionado, es la madre de las cuatro muchachas que se muestran en la obra, todas igual que ella excepto Mommina, que se muestra más reservada, es una muejer con carácter y escandalosa. Estos actores no quieren ser personajes, vuelcan sus propias pasiones ne los personajes que interpretan, y estos tienen muchos de ellos mismos, por eso acabamos identificando a actores y personajes. La escena, en un primer plano, ocurre al finalizar la representación, cuando los actores se hartan del método interpretativo exigido por el director, existirían pues dos líneas temporales, la primera sería la de la representación, aludida por el Doctor Hinkfuss (“Cinco minutos, solo cinco minutos, con su permiso para ver si todo está en orden”) y el tiempo de la obra en su, en este caso la escena acontece años después, cuando Mommina se ha casado con Verri tras la muerte de su padre. El espacio, en un principio es el escenario vacío tras el último cambio de escena, que los actores irán vistiendo con los elementos necesarios para el final de la representación, acabará siendo una habitación oscura, con unas rejas en las que estará encerrada Mommina, estás rejas representan, en cierto modo, la falta de libertad de los actores en las representaciones, dormidos bajo el yugo de una autor o un director que les ha dado todas las indicaciones. En cierto modo, el modelo que plantea Pirandello en esta obra, novedoso para la época, es lo que se hace hoy en día con las compañías del teatro, en esta última escena los actores son los dueños del espectáculo, los que configuran la escenografía, el maquillaje, la luz… La mayoría de las compañías, que cuentan con

un pequeño número de actores, son las que hacen y producen sus propios espectáculos, y muchas incluso escriben sus propios textos, por lo que de cierto modo desaparece la figura de un autor. Incluso, ya en los años 60, nacerá la metodología de la creación colectiva en el teatro, donde no existe un director que maneje, donde los textos surgirán de improvisaciones de los actores, y serán todos los integrantes los encargados de poner en pie el espectáculo dando ideas para la escenografía, el vestuario o la dirección.

Bibliografía Cuevas, M. Á. (2011). Introducción Esta noche se improvisa. Madrid : Cátedra. Oliva, C. (2009). Historia Básica del Teatro. Cátedra.