Amor o Dopamina

Amor o dopamina? Palpitaciones descontroladas, risas sin control, te tiemblan las manos, te ruborizas, un cosquilleo ine

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Amor o dopamina? Palpitaciones descontroladas, risas sin control, te tiemblan las manos, te ruborizas, un cosquilleo inexplicable. Sí, todos son síntomas que bioquímicamente has conocido tu media naranja o como decimos estas enamorado. Los poetas, literatos nos han descrito el amor con distinto matices como un sentimiento mágico universal, pero… ¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Existe una explicación química al respecto? Estas sensaciones tienen su porque en fundamentos psicológicos y físicos que se van construyendo desde la niñez. Antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan le se enamore de una persona y no de otra. Según diversas investigaciones, los cerebros enamorados tienen la misma característica de un adicto a cualquier otra droga. Todos estos síntomas del enamoramiento se deben a que la actividad química de nuestro cerebro cambia y es cuando la bioquímica entra en acción. La sentencia “prohibido enamorarse” Se electrocuta ante las descargas neuronales, las sustancias y las hormonas; aumenta los niveles de dos estimulantes muy potentes Disminuye los niveles de otras moléculas La serotonina, con este coctel químico sucumbimos al amor y a todos sus efectos. Él o ella se convierten en el centro de todo, la dopamina y la norepinefrina ayudan a focalizar nuestra atención, miramos al amado como algo único y nuevo porque la dopamina favorece al aprendizaje de estímulos novedosos, recordamos detalles minúsculos de esta persona y del tiempo que hemos pasado juntos. Gracias a que la norepinefrina aumenta la capacidad de recordar estímulos nuevos, no podemos dejar de pensar en él o ella, es inevitable y se debe a que los niveles de serotonina disminuyen y provocan un pensamiento obsesivo. Buscamos la manera de tener algo en común, cambiamos la manera de vestir, nuestros gustos musicales todo con el fin de agradarles; es la dopamina, una vez mas que se asocia con la motivación y con las conductas orientadas a alcanzar un objetivo concreto. Estas tres sustancias que producen el perfil del amante están más presentes en algunas regiones cerebrales que en otras y podemos detectar con técnicas de neuroimagenes, escaneando cerebros “enamorados” se ha visto actividad cerebral en varias zonas entre ellas la corteza, destacándose dos módulos del resto , el área ventral tegmental; la mayor fábrica de dopamina en el cerebro y el nucleo caudado una región muy primitiva donde se encuentra la pasión, se considera el motor de la mente y su combustible la dopamina, ambas regiones forman parte del sistema de recompensa del cerebro, una red primordial que nos ayuda a detectar recompensas y actuar para conseguirlas. En el cerebro enamorado esta actividad esta aumentada, produciendo sensación de bienestar. Estas reacciones son las mismas que experimentan personas alcohólicas o adictas a cualquier droga, al principio nos basta con poco pero a medida que la adicción aumenta necesitamos más dosis, cada vez es más fuerte. Todas las adicciones las rigen los altos niveles de dopamina

(voces en la cabeza) ---- Otro hecho relacionado con el amor es el deseo sexual aunque sin duda alguna son cosas distintas y que los caminos cerebrales que los rigen también son diferentes, en algunas ocasiones están conectados. La química también interviene cuando la persona se siente atraída sexualmente por otra, su cerebro envía una señal química a la hipófisis provocando la liberación de hormonas sexuales. Cuando se vincula los sentimientos de amor con los de sexualidad, estamos hablando desde el punto de vista sexual aunque suene un poco chistoso, estamos hablando de un amor al cuadrado. Es decir se vincula el afecto, el sentimiento como la lujuria y la pasión. El amor provoca una feliz dependencia cuando se es correspondido, una ansiedad dolorosa, triste y a veces destructiva cuando se es rechazado. Por eso su tratamiento es como el de una adicción: cortar de raíz, evitar los lugares que frecuentaban, no escuchar las mismas canciones; es decir evitar todo aquello que despierte el deseo de estar con la pareja. Nuestros cuerpos han sido diseñados para sufrir y luego recuperarnos, no podríamos pasar toda la vida enamorados. El hipotálamo, una glándula que se encuentra justo debajo del cerebro se encarga de poner el orden segregando dos hormonas La vasopresina y la oxcitocina, que son las responsables de generar lazos de cariño, respeto y responsabilidad con los hijos y la pareja. De esta manera la locura del amor romántico se transforma en un sentimiento de calma, seguridad y unión. Parece ser entonces que el amor es una cosa del cerebro y no del corazón como todos piensan. Así podemos saber que no depende de nosotros sentir toda esta reacción química de nuestro cerebro. El momento de nuestra adicción amorosa llegara, terminara y volverá a empezar… ¿y tu estas dispuesto a volverte a enamorar?