Amiano Marcelino. Historia Romana 01

BIBLIOTECA CLÁSICA TOMO CXCIII HISTORIA DEL IMPERIO ROMANO DESDE EL AÑO 350 AL 378 DE LA ERA CRISTIANA ESCRITA EN LATÍ

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BIBLIOTECA CLÁSICA TOMO CXCIII

HISTORIA DEL

IMPERIO ROMANO DESDE EL AÑO 350 AL 378 DE LA ERA CRISTIANA ESCRITA EN LATÍN POR

AMMIANO MARCELINO VERTIDA AL CASTELLANO POR

F. NORBERTO CASTILLA, Biblioteca PixeLegis. Universidad de Sevilla.

TOMO

MADRID LIBRERIA DE LA VIUDA DE IIERNANDO Y C.A

calle del Arenal, núm. 11.

1895

BIBLIOTECA CLÁSICA TOMO CXCIII

HISTORIA DEL

IMPERIO ROMANO DESDE EL AÑO 350 AL 378 DE LA ERA CRISTIANA ESCRITA EN LATÍN POR

AMMIANO MARCELINO VERTIDA AL CASTELLANO POR

F. NORBERTO CASTILLA, Biblioteca PixeLegis. Universidad de Sevilla.

TOMO

MADRID LIBRERIA DE LA VIUDA DE IIERNANDO Y C.A

calle del Arenal, núm. 11.

1895

Irnprenta de la Viuda de Hernando y C. a , Ferraz, 13:

NOTICIAS BIOGRÁFICAS ACERCA DE

AMMIANO MARCELINO Fué Ammiano Marcelino natural de Grecia, probablemente nacido en Antioquía, de padres que la historia no ha conocido, pero nobles sin duda, porque Ammiano se atribuye la cualidad de ingenuus y, en su. libro, llama ingenui á los nobles. Siendo muy joven sirvió, bajo el reinado de Constantino, en una cohorte de caballería que mandaba en Oriente un tal Ursicino, varón muy notable en la guerra, á quien con frecuencia alaba en su libro: después ingresó en los protectores domestica, ó guardia especial de Constantino, formada de soldados escogidos: Joviano comenzó por ser compañero de Ammiano Marcelino, pasando de protector doméstico á jefe de la escuela, y de este cargo á Emperador. Poco después enviaron á Ursicino á la Galia para someter la colonia de los Ubianos, de la que se había apoderado el jefe de caballería Silvano, de origen franco. Ursicino llevó consigo á Ammiano, quien tomó parte en los acontecimientos de la breve campaña en que Silvano fué derrotado y muerto. En seguida llamó el Emperador á Ursicino, enviándole otra vez á Oriente, á donde le siguió Ammiano. Allí tuvieron lugar expediciones en las que se distinguieron el jefe y su compañero, éste como negociador y soldado á la vez. Ammiano estuvo á punto de caer en manos de los persas. SeTopic) 1.

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AMMIANO MARCELINO

parado durante algún tiempo de su jefe, y sitiado en la ciudad de Amida, que fué tomada á pesar de enérgica resistencia, consiguió escapar, y, después de varias aventuras, logró reunirse con Ursicino en Antioquía. Ursicino recibió en premio de sus servicios la ingratitud palaciega, quedando relegado á la ociosidad de la vida privada. Ammiano conservó su puesto de protector dowe'slico, ignorándose si con esta cualidad ó con grado superior hizo la guerra en Persia con el emperador Juliano. Bajo el reinado de Valentiniano y Valente renunció á la carrera de las armas y se retiró á Antioquía, de donde le arrojaron vejaciones que tuvo que sufrir de parte de los curiales, despidiéndose del Oriente, su patria, y regresando á Roma en vida de Valente. Allí trabó amistad con muchas personas notables, y, dedicándose por completo á las letras, fija la atención en las obras de Catón el Censor, de César, Salustio y Cicerón, acometió la empresa de escribir la historia de Roma, desde el reinado de Nerva hasta la muerte de Valente. Ignórase en qué época murió Ammiano Marcelino. Su obra ha llegado á nosotros mutilada, habiéndose perdido trece libros de los treinta y uno de que constaba. Esta historia abrazaba un período de cerca de tres siglos, desde el año 96 al 378. Lo que queda solamente contiene los acontecimientos de veinticinco años, desde el 3Z)3 al 3 -i8. El libro XIV comienza en el año 17 del reinado de Constancio; el XXXI termina en la muerte de Valente, en la guerra que sostuvo contra los godos. Varones muy eminentes han sostenido que Ammiano Marcelino fué cristiano ó estuvo muy cerca de serlo, deduciéndolo de algunos pasajes en que parece que el historiador habla favorablemente de la nueva religión. En uno de estos pasajes alaba Ammiano á Sapor, rey de los persas, «por haber respetado en el saqueo de dos

NOTICIAS BIOGRÁFICAS

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fortalezas á las vírgenes consagradas al culto divino, según el rito de los cristianos»: en otro lugar refiere que «Teodosio el padre trató con dulzura á los sacerdotes del rito cristiano»: y esto otro parece más claro todavía: «Constancio confundió el cristianismo, en su pureza y sencillez, con una superstición de vieja.» Ahora bien, esta superstición era el arrianismo; ¿y quién sino un cristiano pudo tratar de superstición de vieja al arrianismo? En fin, hablando de los mártires, dice noblemente «que supieron guardar hasta la muerte la integridad de su fe». Ningún pagano hubiese hablado de ésta manera. Pero, faltando otras pruebas, estos pasajes solamente demuestran que era imparcial y prudente en medio de las distintas situaciones del cristianismo en aquella época, y que hacía justicia á los cristianos, aunque no participase de sus creencias. Porque en otros muchos puntos de su obra se manifiesta abiertamente pagano, hablando de los dioses del paganismo como de sus propios dioses. Como historiador no merece, según los críticos, figurar en la misma línea que Salustio, Tito Livio y Tácito, pero no se le puede negar puesto muy distinguido entre los historiadores de segundo orden. Talento perspicaz y observador, cuando conoce bien los acontecimientos de que habla y no le extravían las preocupaciones de su época, consigue descubrir las causas verdaderas y los móviles que impulsan á los hombres. También traza graciosos cuadros de costumbres, como este retrato de Constancio: «Entrando en Roma sobre un carro, encorvando su escasa estatura bajo las puertas más altas, fijos los ojos, inmóvil y como aprisionado el cuello, no volviendo el rostro á derecha ni izquierda, hombre de yeso, al que no mueven las sacudidas del carro, las manos pegadas al cuerpo, sin sonarse, sin tocarse si-

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AMMIANO MARCELINO

quiera la nariz»: y como al hablar del maestro de armas Lupicino,