Allouch-Jean-Hola-Lacan-Ciertamente-No.pdf

Comite editorial editorial Diana Calzaretto Raul Giordano Graciela Graham (dirección) María Teresa López Versión en espa

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Comite editorial editorial Diana Calzaretto Raul Giordano Graciela Graham (dirección) María Teresa López Versión en español de la obra titulada -Allá, Lacan? -Certainement Pas. de Jean Allouch, publicada originalmente en francés por EPEL, París, 1998. ISBN: 2-908855-33-X. Edición corregida y aumentada de la edición en francés: 132 bons mots avec Jacques Lacan, Toulouse, Éres, 1984, y de la edición en español: 132 ocurrencias con Jacques Lacan, Traducción de Marcelo Pasternac y Nora Pasternac. ISBN: 987-9432-03-7 © 20o1, Edelp Ediciones de la école lacanienne de psyclzanalyse Castex 3365, 1° C (1425) Buenos Aires Teléfono 4804-6785 Este libro es editado en coedición con Epe ele, Editorial psicoanalítica de la letra A.C., México Impreso en Argentina

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-Cie mente. o JeanAilouch

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Traducción de Marcelo Pastemac y Nora Pastemac

Edelp Edilliooos dala éco/o /acanielll19 do psJIC/IanaJyso

Un café, cercano al consultorio de Jacques Lacan

Verba volant, scripta manent Lacan replicaba, en forma de voto, a este proverbio latino,: "Ojalá los escritos permaneciesen, lo cual es más bien el caso de las palabras: pues de éstas la deuda imborrable por lo menos fecunda nuestros actos por sus transferencias". ("Seminario sobre La Carta Robada" en Escritos 1, Siglo XXI, 1984, p. 21)

Lista Distinguimos con una tipografía diferente (romana, itálica y en negritas) las ocurrencias publicadas respectivamente en 1984, 1992 y 1998). Esta estratificación es todavía históricamente expresiva: ocurrencias en un· primer tiempo censuradas, ocurrencias aparecidas más tardíamente en el "se dice", ocurrencias soltadas cierto día en el alboroto de la pelea de los que estaban a favor y en contra de Lacan, ocurrencias que ya no ponían en cuestión del mismo modo a tal o cual protagonista, etc.

Practica analítica 133 ocurrencias (57+ 36 + 40) ¿a la cama ... , de verdad? ¿a la moda Clérambault? a los acantonados ¿a quien se le para? ¿acto fallido? ¿afuera? anticipación ¿apariencia? arrebato asunto arreglado ¿ausencia? belleza buen día café caliente casamiento cayó en la trampa ciérrela cita

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comenzamos confesión conflicto con respecto al próximo encuentro conjuro conocimiento paranoico contratiempo conversación de café entre dos analizantes cuando 100 francos se convierten en 300 cuando "permitirse" no es "autorizarse" ¿cuánto vale la palabra? cuestionarniento dado pagado de la contemplación de un buen uso del esquema L del yo demasiado caro denegación es ley denegación es ley (2) desanálisis después de después deuda dialéctica de una intervención dicha donde se ve a Lacan fijar el precio de las sesiones dos candidatos para un diván el analizante tenía razón él habla de mí el psicoanálisis, su público y el Estado él se habrá olvidado a sí mismo en caso de necesidad en curva entenderse bien

9

Lista

¡entonces se trataba de eso!

entretener al gallinero errare lacanum est ese nudo ese fuego eso es ¿eso habría sido un privilegio? eso suele ocurrir estar o no estar en análisis extender falo imaginario falsa indiscreción falta de ortografía felicitaciones +++ feminidad fin de análisis fin de análisis (2) fobia con nombre propio Gloria Gloria (2) Gloria (3) Gloria (4) Gloria (5) go-between? ¿habló él? hola ... ¿La can? importancia indicación de analista inscripción en la EFP interpretación irrupción del gran Otro jaque al parricida Lacan no contento

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lamentos Land-Rover leer y releer lenguas ¿literato o psicoanalista? malestar en el análisis medicina neologismo o inte1pretación no habría habido sesión nombre falso oposición papá refunfuña parto pasa o fracasa pedido de gracias placer pleonasmo ¿pleonasmo? primer pago primera noticia primera sesión con Lacan prohibición proposición puercoépico puntual que ... que ... que ... ¿qué? ¿primero? ¿quién es paciente? ¿quién paga los gastos? rabia y dulzura remolino de la demanda saber

JI

Lista

sala de espera se robaron el bastón (la canne) sesión de seminario, sesión de análisis sesión por sesión sesiones cortas simbólico sin aliento ¿soíiar cuenta? suicidio suspensión de la realidad transcripción transferencia turbada una palabra de más vacación verbosismo videncia ¿y ahora? zen-análisis

Presentación de enfermo 30 ocurrencias (22 + 6 + 2) a pesar de todo a un transexual advertida aliento amigos consigna culpabilidad curación en los límites del saber

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engranaje es simple escándalo esquizofrénico gentil mamá hipnosis indicación de analista Lacan difiriendo de él mismo los elegidos perdonan marido birlado marido y mujer moraleja palabra impuesta prescripción, en la dirección del pelo puesta a punto ¿quién lo dirá? ¿sabe? sonrisa telepatía ¿topología... o geometría? un tipo como yo

Práctica del control 31 ocurrencias (15 + 1 + 15) a cien francos el "re" a perpetuidad analizar, banalizar billetes y besamanos ciertamente, pero el daño ya estaba hecho conclusión control, luego análisis

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Lista

desprendimiento ¿dijo usted: "es falso"? dormir en sesión el florón ella y él en flagrante dormir falda hendida fin de análisis ¡ganado! pero, ¿a qué precio? gustar hacer una falta de haberse equivocado histeria imitación y confianza mesurada incompatibilidad ¿intercambio? lección de lectura literal mejor partir que terminar objeto 1 sujeto perdido ¿quién huía de quién? retoma ser o no ser médico un significante como último recurso viraje

Historia del movimiento psicoanalítico (118 ocurrencias (32 + 29 + 57) a los de la Escuela Normal Superior admiración sincera ahumar la ENS alumno grado cero

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antinómico Lacan anti-Edipo botella de Klein can 1? ¿cártel? ¿casualidad o destino? cólera y creencia ¿cómo lo decía? como lo dice ... ¿cómo puede él...? común medida confirmación de olvido confirmación ¿confusión? cuando Lacan forma parte de la revista cumplido indirecto chifladura por chifladura definición del seminario dejado del lecho del sujeto supuesto saber delirante Lacan Descartes ... sobre la mesa desfallecimiento del ddctico dialogo entre Lacan y el revolucionario disolución divorcio a la lacaniana ducha lacaniana el agregado de lo que viene ... antes ¿el alumno... tal como en sí mismo? el fenómeno lacaniano el inconsciente

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Lista

el secreto de Lacan el último seminario en casa de Charcot en resto en todo caso, yo ... enrolado entre los nipones envejecer envío de un cliente error de persona escritos escuela o relación ¿eso se ve en el cartel ? ¿especialista? estimación sin mucha estima facilidad firma fundación de la Escuela Freudiana ¡hablad, oh muros! imperdonable ¿ingenuidad? intervención en el seminario ¿intimidación? ¿ironía? l 1 liZ

la Escuela de la Causa Freudiana Lacan jurado Lacan y lo lacaniano laguna ¿leyenda? littoral lugar-teniente de Lacan

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llamado al orden ¿malentendido? malentendido en alemán masturbación freudiana mentiroso mierda mil novecientos sesenta y ocho nominación nominaciones obstáculo olvido de los nombres propios opinión 1 aviso ¿paralelo comprometedor? pase por escrito perversión ¿propaganda? ¿provocación surrealista? pruebas al canto psicoanálisis a la lacaniana ¡qué historia! regreso inmediatamente relleno de farsa respeto respuesta a una invitación retorno de la demanda retruécano rey negro leyendo se cuenta en el Instituto sentencia sesiones cortas síganme Sigmund socialista

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Lista

sin elección

síntesis socrático

Sylvia se entromete tachado, sí, ¿pero cómo?

televisión televisión (otra vez) terreno de Lacan topografía

totalitario[a] traducciones traductores ¿una respuesta? verdadera verdad vida y pito de jesuita vitrina secreta

yo soy claro

Encuentros 35 ocurrencias (8 + 9 + 18) a pícaro, pícaro y medio bebé lloroso

caro libro ¿cartesiano .•. hasta en eso? ¿católicos no romanos? cena mundana comprender ¿confrontación evitada? cuando Roman Jakobson encuentra a Jesús

desestrellato donde le aprieta el zapato

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Duras relata el gran secreto de la elocuencia el instante de beau voir el origen del mundo encuentro con Goebbels evidencia ¿farsante? Heidegger psiquiatra incorporación real de un objeto simbólico interpelado ¿LaKant? ¿lapsus interpretativos? las manos sucias los Escritos y el pegamento mi mujer, Blanchot y yo nazismo ¡no podía no saber! optimismo pesado por qué hacer sencillo... presidimitir ¿qué es lo que tiene? sin su five o'clock té un mueble

i.

lntroducció 1m En resumen, le aconsejamos que no compre este libro, sino que lo lea en una o varias veces, en una FNAC o en alguna librería tolerante ... 1 ... así terminaba un comentario sobre la primera edición de la presente obra, que apareció en una revista de psiquiatría. En aquella época ( 1984), yo había recopilado, sin buscarlas, 132 ocurrencias con 1acques Lacmz. Como los anillos borromeos, que son susceptibles de venir los unos en lugar de los otros y que también constituyen cadena a partir de 3, esas cifras -1, 2, 3- estaban destinadas a girar [rotar]. Así, la segunda edición, en español (1992), incluyó 213 ocurrencias 2, como fueron llamadas; ésta, 321: la constricción de esas tres cifras la vuelve saturada.* ¿Pero qué era este libro para suscitar tan extraño consejo de lectura? ¿Y, si ocurriera que el consejo fuera seguido, qué diría sobre el libro tan incómoda lectura? Porque leer de pie, entre apretadas estanterías, o con las nalgas en el suelo, mientras que otros visitantes de la librería le pasan a uno por encima más o menos salvajemente (cuando no lo pisan), no es una buena posición para mantenerla durante cierto tiempo. Esta lectura tan particular, que el libro provocaría, dice con toda seguridad algo sobre él. ¿Pero qué? Bueno, estaba escrito también, con letra grande, a manera de título de este comentario. Se trataba (y sigue tratándose) "de malas ocurrencias". Entonces eso fue lo que hubo que encontrar: un título que no desconocía3 una característica primordial de la obra, un

1 Alain Chevrier, "De mauvais baos mots" ["Malas ocurrencias"], Nemtre, 3 de abril de 1988. 2 Jean Allouch, 213 ocurrencias con Jacques Lacan, traducción de Marcelo Pastemac y Nora Pastemac, México, Sitesa, 1992. * via. infra, nota 9 en el "Preámbulo" de la primera edición (N. del E.) 3 Juego intraducible entre "connerie" (pendejada) y "connaissance" (conocimiento). [N. de T.] Sobre la función de la connerie, vid. infra. el "Preámbulo" de la primera edición.

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título que apareció entonces del lado del lector: 132 malas ocurrencias con Jacques Lacan. ¿Pero "malas" en qué? El título del comentario elevaba hasta la contradicción la tirantez presente en el consejo conclusivo: leer, sí, pero sin comprar; y, particularmente, sin pagar.¿ Y entonces quién pagaría? Curiosamente, esa relación con el libro, donde no reina la inocencia, donde la desconfianza, prescrita, sería de buen ver, mete al librero en la jugada. Esta lectura se hará a sus expensas. Baste imaginar el estado de la obra ofrecida en su establecimiento después de que unas cuantas decenas de lectores lo hayan recorrido como se aconseja; le será un poco difícil vendérselo a aquél que, por no haber oído el juicioso consejo, o por haber decidido no seguirlo, pagara su precio. El consejo era notable por otros dos rasgos que subrayaban su envidiavalencia. Por un lado el artículo suscitaba a pesar de todo el acto de compra al ofrecer, en un formato bastante grande, una reproducción de la cubierta de la obra. Por otro lado, el autor del comentario, como si se hubiera entrampado a su pesar en el juego de palabras, agregaba de su cosecha, o, para decirlo de otro modo, se ponía a su vez a contar algunas ocurrencias. Casi el colmo para alguien que las llama "malas": cita la de Didier AnzieÚ, que ubicaba a Lacan como ese psicoanalista famoso "por haber logrado alargar la duración de las curas acortando la de las sesiones", y señala a sus lectores algunos lugares donde podían encontrar otras (varias han sido retomadas aquí, el lector bulímico podrá entretenerse identificando procedencias). No podía decir más claramente que, también en su opinión, estas malas ocurrencias figuran como malas buenas anécdotas.

''Malas" ... ¿técnicamente? Esto descarta una primera versión de este "malas". No es tanto que estas ocurrencias sean malas como ocurrencias, digamos en su ocurrencialidad,

2!

Introducción

Dibujo retomado de los Fliegende Bllitter. Viene acompañada por dos diálogos: - Diga, profesor: ¿para qué tantas ranas cuando bastaría una para predecir el tiempo? - ¡Por supuesto! Pero si son muchas, podrán reunirse en concilio para los casos difíciles.

"técnicamente", en el sentido en que Freud estudia la "técnica" de un chiste. Sobre este punto, sin embargo, en un preámbulo, no dejé de recordar lo que debía serlo, dadas las circunstancias (el temor por la reputación de Lacan que la publicación de estas ocurrencias suscitaba), a saber, que la ocurrencia, como el chiste, tiene su público, que puede ser recibida como buena aquí y mala allá. Entonces, si nuestro detractor encontraba malas estas ocurrencias, esta sordera (vista desde nuestro punto de observación, pero también desde otros, lo es) tenía de antemano su sitio en la obra. Además, este sitio se

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precisa a partir de que nos dice, de entrada, de la manera más abierta y franca, cuál es su posición con respecto a Lacan: Lacan era, según él, un nuevo Mesmer. Semejante juicio debía tener como efecto que el espíritu de algunas ocurrencias se le escapara, empezando por aquellas en las que se revelaba que Lacan había sido algo más que un avatar del célebre magnetizador, pero es cierto que cada uno tiene las ocurrencias autorizadas por su transferencia. Al hacer que se supiera que él no se tragaba, o en todo caso no de buen grado, ese bocado de agudeza, subrayaba un componente efectivamente presente. Es posible, al leer alguna ocurrencia, quedarse de palo, o incluso pensar que no existe en ella ei más mínimo rasgo de agudeza. ¿Dónde está la agudeza cuando Jacques Lacan le dice a Marguerite Duras: "No sabe usted lo que dice"? ¿O cuando le declara a Fran~ois Perrier: "Usted me toma por una botella de Klein"? O aún, caso límite, ¿dónde está la agudeza cuando no envía un ejemplar de sus Escritos a la biblioteca de su escuela? Y de seguro se puede pensar que lo que le fue dicho a Duras es falso, tonto, inconveniente, o incluso que es muestra de patanería. O que Lacan delira al creer saber por quién lo toma Perrier. En resumen, que esas historietas no tenían nada que ver con la ocurrencia. Sin embargo, dicha posición descuida lo que no se puede descuidar en ningún caso, a saber, que eso fue relatado, informado como tal. Una negligencia inmediatamente ratificada por otras dos. En efecto, por eso pasa al costado de lo que realmente tuvo lugar, de la Wirklichkeit de la cosa. Por ejemplo, no ver que la declaración hecha en ese momento a Duras era un cumplido; sensible a ello (el lingüista diría: a la enunciación), nuestra estimada Marguerite la recibió verdaderamente como una ocurrencia; no ver tampoco que la frase dicha a Perrier le ofrecía a éste la clave, incluso la clave de su transferencia con Lacan (si no, ¿por qué Perrier la habría divulgado?), y el interlocutor de Lacan no ignoraba que, al no tener ni exterior ni interior, esa botella no puede contener ningún líquido, y que, por lo tanto, tomado así por botella de Klein, Lacan era nada menos que ~ el lugar de la falta de Perrier. Finalmente, otra negligencia es pasar al

t

Introducción

costado de la red misma de las ocurrencias entre ellas, en tanto que esta red constituye enseñanza, y también es pasar al costado de lo que éstas aportan a la enseñanza, no marginal, de Lacan. Esa ocurrencia dicha a Duras y por Duras aclara, de una manera no trivial, la interrogación pública: "¿Cómo sabe ella lo que yo enseño?" 4 ; la frase dicha a Perrier ilumina poderosamente el acto de fundación de" la Escuela Freudiano (vid. infra. la ocurrencia titulada de ese modo 5 , en la página 292). Es cierto que todo esto desaparece ampliamente cuando uno cocina la historia con una salsa símil-universitaria, donde las influencias intelectuales que compiten con la ambición de poder (ésta, se sugiere, avasallaría a aquéllas), ni el humor, ni la agudeza, ni el acto tienen ya sitio6 • Antes de que se comercializara esa "historia", el lugar de las ocurrencias era ese margen a que da lugar toda enseñanza "digna de ese nombre" (decía, sin regatear, Lacan). Todo se da entonces como si ya no hubiera margen. Resulta que uno pierde, al mismo tiempo, tanto la enseñanza como las ocurrencias, por no ser tomadas éstas como tales. Sin embargo, ¿cómo no celebrar la efectiva puesta en juego de este margen en la caricatura de Lacan que Franc;ois Perrier, asistente de la sesión del 6 de marzo de 1963 del seminario, dibujaba justamente al margen de sus notas de oyente (la caricatura está retomada aquí mismo, en la portada)? O aun, muchos años más tarde, en la puesta en función

" Ejercicio de escuela: decir cómo estas dos aserciones pueden ir juntas. 5 Ejercicio de escuela: decir en qué la posición de Perrier es a veces la misma. 6 Cfr. JeanA!louch, "Un Jacques Lacan n 'a guere d' objet ni d' expérience" Revue du Lilloral, n° 38, París, E.P.E.L., noviembre de 1993, pp. 121154. Versión en español: "Un Jacques Lacan casi sin objeto ni experiencia/A propósito de la obra de Elisabeth Roudinesco. La can. Esbozo de una vida, historia de 1111 sistema de pensamiento. en Litoral, W 17, Córdoba, 1994.

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de soporte de escritura del borde del portón que abría el paso a la puerta del consultorio de Lacan, donde un desconocido escribió un graffiti que a la familia le costaría tanto bmrar (vid. infra. en este mismo libro, la "ocurrencia foto", en la página 236)? Calificábamos de "límite" el caso del no envío de los Escritos. Que Lacan haya tenido intenciones o no de hacerlo importa poco; el hecho es recibido como una ocurrencia si recordamos que esos Escritos están hechos para "llevar al lector a una consecuencia en la que le sea preciso poner de su parte" (cft: Escritos, pág. 4), por medio de lo cual se vuelve aparente que ese no envío es coherente con su dirección y con su intención. Esa ocurrencia subraya entonces un rasgo primordial, aunque desdeñado, de la relación de Lacan, al escribir, con la Escuela F~eudiana: no la considera como susceptible de no tener, o de no tener ya, que "poner de su parte"; con respecto a ella no juega así, y ésa es la enseñanza engastada en esta ocurrencia, la pareja exotérico 1 esotérico (la oposición de una enseñanza dirigida a todo el mundo y de una enseñanza deliberadamente vuelta sólo hacia aquellos que la siguen y hecha para ellos) que aún hoy es tan difícil aplicar al camino abierto lacaniano7• Que a veces sólo haya ocurrencia para el que está en la jugada (¿pero qué jugada? ¿será completamente colectivizable?), exige que semejante recopilación esté firmada. ¿Y quién recibirá espontáneamente'como agudo que Lacan haya proferido, desde su lecho: "¡Mis alumnos, si supieran adónde los conduzco, estarían aterrorizados!"? ¿Quién se encontrará en situación de captar que ese lecho, lugar de la enunciación en el sentido más concreto de este término de "lugar", es la respuesta, no el lecho que un freudiano ortodoxo rehuiría por temor de una relación homosexual con Lacan (!),sino el que esa ocurrencia designa (pues tal es su alcance de enseñanza parcialmente esotérica) en tanto que lugar -terrorífico, por lo tanto- de la no relación sexual? 7

Cfr. Jean-Claude Milner, L'oeuvre e/aire, París, Seuil, 1995, cap. I.

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Introducción

"Malos" ... ¿moralmente? Pero estas ocurrencias son llamadas malas en un sentido distinto del técnico. Vehiculizarían algo disonante, socialmente inconveniente. Ahora bien, todas estas "ocurrencias" -seguía escribiendo nuestro lector, decididamente indignado- son "malas acciones". Dejando de lado el "todas", abusivo 8 una vez más, hay algo de verdad en esta observación. Particularmente, se acerca a lo que algunos -que se supone que sentían simpatía por Lacan- temían para su reputación (y, de rebote, para la de ellos mismos), a saber, que se transcribieran en negro sobre blanco algunas de esas "malas acciones". A esto se agregaban los temores provocados por las posibles reacciones de algunos protagonistas de ocurrencias. ¡Dichos temores provocaron que llegáramos incluso a consultar a un abogado especializado 9 ! Finalmente, se aceptó la publicación de 132 bons mots con la doble condición: 1) de censurar algunas ocurrencias, donde la "mala acción" parecía demasiado flagrante, y 2) que yo adjuntara a algunos de ellos un comentario susceptible de calmar de antemano a los tan mal llamados bien pensantes. Se necesitaron así más de diez años; hubo que esperar a esta tercera edición para publicar

8

Algunas ocurrencias son incluso (¿costará mucho creerlo?) buenas acciones, de ésas que el sentido común más obtuso cree saber. sin ninguna reserva, identificar fácilmente. A riesgo de gastar ese sentido común, nuestro lector es invitado aquí a hacer una lista de ellos. Otras veces, Lacan, lejos de cometer una mala acción, de ser agente de una, se encuentra en posición de paciente, a veces incluso hasta el punto de encontrarse amordazado (vid. infra. la ocurrencia ¡hablad, oh, muros! p. 294 ). 9 Quién, como rasgo notable, se negó a presentar sus honorarios. Sirva éste como un agradecimiento público, no solamente por esa negativa, sino también y particularmente por el recibimiento que le reservó a la obra, al confirmamos que él, que no estaba en la jugada del psicoanálisis pero que no dejaba ciertamente de tener una fibra literaria, había apreciado su agudeza.

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finalmente sin concesiones un florilegio de ocurrencias con Lacan, para poder dispensarse de jugar al obispo ahorrándole caritativamente al laico cualquier ocasión de escandalizarse, para dejarle a San Pablo su (a fin de cuentas) despreciativo "todo es posible, pero no todo edifica". Particularmente, ese gran Satanás, el dinero, tan presente en la práctica analítica de Lacan (¿pero no lo estaba acaso a la medida de su lugar en nuestra sociedad de la mercancía?) habría de ser objeto de censuras. ¿Es acaso el dinero lo que nuestro crítico ubica en primer plano cuando presenta como una ocurrencia en su opinión al mismo tiempo típica y mala el hecho de que Lacan le haya pedido, después de haberlo recibido durante tres minutos, 500 francos a un padre que había venido a quejarse con él del poco resultado del análisis de su hijo? ¿Si no, en qué habría habido ahí una "mala acción"? ¿En qué habría habido una desviación con relación a la deontología médica, desviación que merecería, se nos afirma, una inculpación? Es necesario que uno nunca haya tenido que vérselas con la intervención salvaje de un padre en el análisis de un niño, intempestiva por producirse en un momento de viraje del análisis y por impedir que ese viraje sea tomado, para no permitirse apreciar como una posible cualidad de Lacan, ese día, dicho modo de despedir. En efecto, ¿cómo puede el despedido perdonarle al analista de su hijo que no lo haya dejado hablar en tanto padre (¿decir su padre-versión?), si no es por haber aceptado dejar ahí una suma importante, dándole cuerpo al hecho de que él mismo, y no forzosamente el padre de su hijo, habrá consultado a Lacan ese día? Con todo, si bien ciertamente no está validado para calificar a todas estas ocurrencias como malas acciones (¡Incluso hay algunas buenas! ¡Y aun buenísimas!), y para emplear al referirse a ellas, de manera confusa e inapropiada, esos términos que le vienen (¿pero acaso lo sabe?) de Lacan (¿qué es un "pasaje al acto perverso"?), recibí de ese critico como un cumplido lo que él consideraba como un reproche. ¿Me atreveré a confesarlo?: algunas de esas aserciones me regocijaron. Si se suprime el "desgraciadamente", podemos preguntarnos si no es confirmada en

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Introducción

su pertinencia la publicación de las ocurrencias cuando él se ve llevado a escribir: El retrato de Lacan que se desprende, según estas anécdotas no es, desgraciadamente, sólo una caricatura. En esto yace una gran parte de la verdad del personaje. Conste. En cuanto al "desgraciadamente", viene directamente de la "razón comunicacional", de esa razón que tendría, se nos_asegura, un "lado bueno", el que detentarían "las personas comunes". Se habrá comprendido que no se trata de un grito de la razón (lagos), sino del sentido común, no de una ética sino de la moral más dependiente de lo patológico. ¿Cuál es la fórmula, efectivamente, de ese grito? La que cabe esperar viniendo de semejante lugar: "¡Qué escándalo!". [... ]los grandes hechos atribuidos al individuo Lacan y relatados en este libro, si es que realmente ocurrieron, son simple y sencillamente escandalosos. El hecho de relatarlos con admiración lo es también, si no es que más. ¡Que el sentido común se escandalice a propósito de una práctica analítica que no se apartaba del campo paranoico de las psicosis, puede, por lo menos, percibirse como un reconocimiento del hecho de que esta práctica se ofrecía medios distintos de los del sentido común! Lo curioso es que este grito sea propagado por una revista de psiquiatría y, por lo tanto, de un lugar del que se podría esperar que, desde hace mucho tiempo, se estuviera un poco advertido del hecho de que, en el abordaje de la locura por la razón, el sentido común no lleva la voz cantante. ¿Si no, para qué son los psiquiatras, los analistas?

"Malo"... ¿Lacan? Pero nuestro detractor da testimonio, en el momento mismo en que introduce la palabra "admiración", de que justamente yo no presenté a

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Lacan tan admirable. ¡Si así lo hubiera hecho, él no se habría escandalizado tanto! En efecto, hay una cantidad de ocurrencias (¿pero él las lee?) de las que Lacan no sale especialmente engrandecido, susceptible de ser idolatrado. Es cierto que algunas palabras o actos de Lacan pueden suscitar que uno se quite el sombrero. ¿Tendremos miedo, al negarnos a hacerlo, de que nos dé frío en la cabeza? Pero también vemos, con algunas ocurrencias, que Lacan cae aquí en la trampa narcisista, allá aprecia el agalma como el más trivial coleccionista, más lejos desemboca en un fetichismo de dudosa ley, por allá intenta resanar un error propio, y más lejos todavía se hace callar con razón, etc. Cegado por su transferencia negativa con Lacan, el crítico no ve todo lo que, en este libro, podría venir a alimentarla provechosamente. Proyectivamente, me atribuye la erección de un Lacan siempre admirable. Es éste, por otro lado, un rasgo común entre ciertos antilacanianos y ciertos adeptos: que Lacan sigue siendo un ídolo. Incluso se ha hecho, con Lacan, y es una nueva ocurrencia para agregar a la lista, una asociación llamada ¡Eolo! Como si se dijera: "¡A volar!" Pero no solamente se trata de Lacan. Y sobre todo es aquí donde nuestro camarada da muestras de una frialdad de corazón difícil de imaginar. ¿Cómo es que no ve, para sonreír por ello, todo lo humano demasiado humano 10 que este florilegio de ocurrencias vehiculiza? Se comprobará que nadie, a fin de cuentas, se las da de listo en estas ocurrencias ,donde muchos de los que las vivieron y contaron pusieron y luego dejaron a la vista, como se dice, sus tripas. Las tripas, sí, son del tipo "partes bajas". Simplemente éstas vienen sazonadas al estilo Lacan. Se puede, evidentemente, no apreciar, y llamar malas las ocurrencias con Lacan porque se las recibe como buenas ocurrencias con un Lacan malo. Se puede decir que a la transferencia, y no a su análisis, se le deja entonces, de manera muy trivial, la última palabra. 10 Lo que sin embargo indica él mismo al hacer notar que algunas ocurrencias se le atribuyen a Lacan como "sólo se les presta a los ricos"'.

Práctica analítica

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Entrada del consultorio de Jacques Lacan en el no 5 de la ruede Lille.

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Práctica analítica

¿a la cama... , de verdad? -Vine ayer, pero no pudo recibirme, estaba usted en cama. -¿Cómo? Pero claro que yo podía recibirla en ese momento.

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¿a la moda Clérambamt? Durante todo un tiempo, ella tenía en la mente, cada vez que venía a análisis con Lacan, la frase: ~"¿Qué

va a decir ella?"

Un buen día, estaba muy decidida a comunicárselo; pero, para su enorme sorpresa, se escucha diciéndole: -Entonces, ¿qué dice ella?

33

Práctica analítica

a los acantonados La frase le fue dicha en voz alta a alguien al salir de una sesión. La puerta del consultorio ya se encontraba abierta. Estas circunstancias parecían invitar a escuchar a los que estaban acantonados en las dos salas de espera vecinas. - ¡Nunca escuche, oígame, nunca escuche a las personas que le hablan de experiencia!

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¿a quién se le para? Se siente rígida y torpe, incómoda con su cuerpo. Lacan es muy gentil con ella. Encantada, ella le confiesa un día: - Cuando usted me sonríe, me turba, con una rigidez que se acentúa para mí. Lacan estalla en carcajadas: - ¡Excelente! Entonces ella escucha lo que acaba de decir.

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Práctica analftica

¿acto fallido? Lacan propone para su cita siguiente un día y una hora tales que el analizante sabe a ciencia cierta que Lacan estará en otro lugar y no en su consultorio. Una hora más tarde, Lacan lo llama por teléfono: -Pero, ¿dónde tenía yo la cabeza?

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¿afuera? Ella tuvo el sueño siguiente: Lacan recibía a sus pacientes en el consultorio de ella; luego; hacia la mitad de la tarde, tomaba un taxi para ir al número 5 de la calle de Lille; él seguía recibiendo pacientes en el taxi; luego en su consultorio. Todavía bajo el efecto de este sueño, ella no había ido esa mañana a su sesión. Hacia las cinco de la tarde, mientras ella misma recibía a un analizante, sonó el teléfono; contesta; es Gloria: -Un momento, la comunico con Lacan. Voz de Lacan: -A usted la echo afuera. Y cuelga. Ni bien termina la sesión en curso, ella llama a Lacan. Gloria contesta, titubea, se niega a comunicarla con Lacan en ese momento, propone vagamente una cita teléfonica para el día siguiente. Ella, profundamente irritada, llama al día siguiente. Hay los mismos titubeos por parte de Gloria. Ella termina por concluir: -Bueno. Dígale que yo me presentaré ante su puerta a la hora de mi próxima cita.

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Práctica analítica

Gloria: -Un momentito ... Luego, después de algunos instantes: -¿A qué hora? Hela aquí, entonces, al día siguiente, situada en el lugar mismo que la palabra de su analista le había asignado: en la puerta de su consultorio.

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anticipación Etnólogo en análisis con Lacan, aporta un sueño: - Lévi-Strauss ha muerto. Respuesta y conclusión de la sesión: -¡Buena la-ha hecho usted!

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Práctica analítica

¿apariencia? Su analizante estaba muy sorprendido: desde que había lanzado la disolución de la Escuela Freudiana de París, Lacan ya no lo recibía, muy temprano por la mañana, en ropa de casa más bien . descuidada (una bata bastante gastada), sino, por el contrario, en ropa de vestir fresca y flamante.

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arrebato Tuvo la dicha -aunque no es seguro de que se tratara realmente de tal cosa- de recibir una importante herencia. Como es lógico, el acontecimiento fue mencionado en su análisis. Desde ese día, Lacan multiplicó las sesiones, hasta ocho por día, y esto varios días por semana.

El analizante contaba a quien quisiera escucharlo (y eran muchos) ··· la operación a la que se dedicaba Lacan. Su tono lo manifestaba: él estaba encantado.

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Práctica analítica

asunto arreglado Ella es alumna de Lacan y también realiza su análisis con él y, al mismo tiempo, comienza a practicar el análisis. Tiene entre sus conocidos a una mujer joven que también se analiza con Lacan (incluso, a veces quizás hasta la encuentra en la sala de espera). · En varias ocasiones, esta persona le ha manifestado un cierto interés. Hasta que las cosas llegan al punto en que no cree poder negarse a la entrevista que esta mujer se aventura a pedirle. La recibe entonces y, asombrada sólo a medias, escucha una declaración de amor hacia ella. Al término de la entrevista, ella le pregunta a la mujer cuánto paga por sus sesiones con Lacan, entonces le pide exactamente el doble. Ni bien termina con este asunto, le habla por teléfono a Lacan y le dice que acaba de recibir a una de sus analizantes. Nota en su interlocutor cierta sorpresa, molestia y hasta incluso un real descontento, aunque contenido. Ella prosigue con su relato y concluye informando a Lacan que le cobró el doble de lo que él mismo cobraba. -Bien, esto no se repetirá más. Y, en efecto, "eso" no se repitió más.

42

¿ausencia? Durante su sesión, ocurre que llaman a Lacan por teléfono. Lacan decide ir a contestar y abandona el consultorio diciendo a su analizan te: - Que esto no le impida continuar su sesión durante mi ausencia.

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Práctica analítica

belleza Ella menciona un piropo. Lacan: - ¿Qué es lo que la sigue fastidiando con la belleza?

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buen día El analizante tiene cierta cantidad de sesiones por día, cinco o seis. En la cuarta, Lacan le dice, como muy asombrado de verlo allí: -¡Vaya! Buen día, mi estimado.

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Práctica analítica

café caliente Ambos están en análisis con Lacan. Se conocen, se frecuentan y se encuentran a veces en un café cercano a la calle de Lille número 5. Uno de ellos, muy adelantado con respecto a la hora de su cita espera... pacientemente. El otro viene del consultorio de Lacan y debe volver allí para su segunda sesión del día. Conversan. En cierto momento, el segundo llama al mesero y le pide un café. Luego, sin prestarle atención a su brebaje, decide acudir inmediatamente a su segunda sesión. Va, vuelve, y bebe su café. Caliente.

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casamiento ¡Le había llevado tiempo decidirse! Desde hacía meses y meses le había contado a Lacan su amor por XXX,

le hablaba de ella, de su relación con ella, de su vida. En

resumen, había analizado bien todo, el porqué de su elección, a qué lo remitía su nombre, etc., etc. Llega a la sesión y declara: - Me caso la semana próxima. Lacan: - ¿Con quién?

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Práctica analítica

cayó en la trampa Jean Beaufret, el más errúnente vocero del pensarrúento heideggeriano en Francia, está irritado por el silencio de su analista y decide tenderle una trampa: - Hace dos o tres días, dice a Lacan, estaba con Heidegger en Friburgo y él me habló de usted. -¿Qué le dijo?, pregunta Lacan de inmediato. La trampa funcionó.

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ciérrela La escena tiene lugar en la entrada del consultorio de Lacan, a fines de julio. Es relatada por una de sus analizantes que, sentada en la biblioteca mientras esperaba ser recibida, escuchó todo (ruidos y voces en off).

La puerta del despacho se abre, ruido de pasos de Lacan y de un analizante. Este último vuelve a decir (el "vuelve" se percibe en su tono) que no retomará sus sesiones en

~eptiembre,

que su

análisis, entonces, encuentra su término en ese mismo instante. -Está bien, vuelva en septiembre para que cerremos esto.

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Práctica analítica

cita Lacan a un analizante: - Venga mañana a las once ... ¡menos tres minutos!

so

comenzamos Su mejor amigo, llamado "Jean", se analizaba con Lacan. Él terminó por ir también. Había pedido una cita por teléfono; y, por lo tanto, dio su nombre y su apellido. Pero de manera incompleta. Espontáneamente había enunciado su patronímico más usual y dejado de lado el otro, el cual -por uno de esos curiosos azares que no cesan de asombrar en el análisisera "Dejean". Llegó el momento de la primera cita. Lacan: -¿Usted es XXX (su nombre de pila) XXX (su primer apellido) Dejean? Él no pudo evitar una sonrisa. En efecto, estaba claro qué Lacan había recibido ese "Dejean" justam.ente ... de Jean. Lacan, con una mirada, nota su sonrisa y replica: -¡Bueno! ¡Entonces vamos a entendernos bien!

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Práctica analítica

confesión Ella se lanza a la confidencia, resuelta a confesar. Y Lacan, nada curioso, la interrumpe antes de que haya podido hacerlo.

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conflicto con respecto al próximo encuentro -¿Cuándo vuelve usted? -El lunes ... el lunes próximo ... -Entonces venga este viernes. - Lo que pasa es que tengo muchos problemas en este momento: ya no terigo un centavo. Estoy sin trabajo. Y le pedí a X que ya no me envíe nada ... -¡Bien! Vuelva el viernes y arréglese para conseguir con qué pagarme. Hasta la vista. Al salir se dio cuenta: por primera vez, Lacan le había dicho "hasta la vista".

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Práctica analítica

conJuro Con el tono irritado que se usa habitualmente para este género de declaraciones, él exclama: -¡Ay!, qué estúpido soy. Lacan: -No porque usted lo diga dejará de ser verdad.

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conocimiento paranoico Al ver el dinero de su sesión, Lacan (estamos en los últimos tiempos de su práctica) le dice: -¿Qué es eso? La intervención lo deja perplejo ... al menos hasta el instante en que se acuerda de que había contraído una deuda con Lacan (años atrás) por una suma ciertamente no enorme pero tampoco despreciable. Decide pagar eso en su próxima sesión. Como de costumbre, coloca el dinero sobre el escritorio y la secretaria de Lacan lo recoge. Viendo el fajo de billetes, ella lo alcanza en el momento en que él franquea la puerta: - ¡Pero usted está loco! ¿Qué significatodo ese dinero? - Lacan sabe.

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Práctica analítica

contratiempo En 1969 ella usa un peinado hecho de tres trenzas que parten de la coronilla. Lacan muestra un gran interés: - ¿Qué peinado es éste? Ella, bastante incómoda, farfulla: -Sí, sin duda esto signiílca algo ... ¿¿¿fálico ... ??? En 1972, hete aquí que las trenzas borromeas desembarcan en el seminario. Ella se dice: - ¡Qué mala suerte! En efecto, ahora ella lleva los cabellos desanudados.

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conversación de café entre dos analizantes Dos analizantes de Lacan se conocen. Uno de ellos esperaba la hora de su próxima cita en el café más cercano al número 5 de la rue de Lille, cuando vio aparecer al otro que, a juzgar por su cara de catástrofe, debía salir justo de una penosa sesión. Amablemente, le ofrece su mesa y se interesa por su estado. Inmediatamente, el interrogado se lanza. a un discurso en el que desahoga su abatimiento. Entonces, le viene la idea, como lo formuló ahí mismo, de regresar (a su análisis, se entiende). Dicho y hecho. El primero se queda en el café. Pronto ve volver al otro con el humor completamente transformado y una amplia sonrisa en los labios. Ese cambio tan espectacular y tan brusco suscita -evic~entemente-

la curiosidad del primero. ¿Qué ocurrió? Y como al parecer el otro no pide más que decírselo, lo interroga sin rodeos: -¿Y entonces? ¿Qué le dijiste? -¡Que yo tenía la sensación de estar jodido! - ¿Sí? ¿Y qué te contestó? Me dijo: "Pero USTEDESTÁjodido".

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Práctica analítica

cuando 100 francos se colllvierten en 300 I. Al término de la primera entrevista preliminar, Lacan interroga a este analizante potencial sobre sus ingresos. Él responde que no es rico y, amablemente (dado el valor de esa suma en aquella · época), Lacan le pide 100 F. Sólo que, como son las cosas, la apertura del monedero deja ostensiblemente aparecer tres billetes de 100 F. - Déme 300 F -rectifica Lacan-, es lo que tomo habitualmente por una primera sesión.

ll. ¿En su segunda entrevista, el analizante llega con sólo 100 F en el bolsillo? En el momento de pagar, Lacan lo interroga: -¿Cuánto me había dado la vez pasada? -300 F. -Bueno, déme lo mismo.

m. Mucho después, como no podía continuar pagando 300 F por sesión, el analizante le recuerda a Lican esos primeros acontecimientos. Provoca esta respuesta: - Usted tiene toda la razón de darme 300 F. ¿Cuándo regresa? - Me es completamente imposible seguir así... -Bueno, está usted despedido. Hasta la vista.

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cuando "permitirse" no es "autorizarse" Helo aquí, con algunos más, sentado en la biblioteca, esperando que Lacan venga a buscarlo para su sesión. Sin embargo, él se distingue entre todos por la presencia a su lado de un

eno~me

perro. Todos se dan cuenta, por los estremecimientos, gruñidos y movimientos esbozados por la espantosa bestia, de que ésta se pondría feroz fácilmente. Lacan aparece en el marco de la puerta. pespués de haber echado una mirada en tomo a las personas presentes, sus ojos se detienen en el hombre con el perro. Entonces, con una voz severa, Lacan gruñe: - ¡Usted se permite todo! Luego, el hombre, su perro y Lacan se encierran en el co~sultorio.

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Práctica analítica

¿cuánto vale la palabra? La primera vez que se las vio con Jacques Lacan no fue, propiamente, un encuentro. Ella tenía 11 años y participaba con sus padres en un retiro en la abadía en que se encontraba Marc- . Franptar al que lo ignoraba o lo miraba sin verlo. Termina por dirigirse a Gloria. Ella: -¿Qué quiere que le diga? Hizo eso porque tenía sus razones ... debe tener sus razones ... Luego, incisiva: -¡La próxima vez. tenga usted cuidado!

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Práctica analítica

go-between? Médico hindú, está en breve análisis con Lacan. Al final de ese recorrido, se atrevió a preguntar: -

U~ted

dice que una carta siempre llega a destino.

Pero Althusser afirma lo contrario: ocurre que una carta no llegue a su destinatario. ¿Qué piensa usted de su tesis, que él llama materialista? Lacan, si le creemos a este imalizante, reflexiona diez buenos minutos antes de responder: - Althusser no es clínico.

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¿habló él? Lacan acepta que ella no diga una palabra, pero su analizante está lejos de aceptar la recíproca: ella reclama que él hable. Respuesta: - Si yo hablo, usted no lo soporta y si no hablo, tampoco.

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Práctica analítica

hola ... ¿Lacan? -Hola ... ¿Lacan? - Ciertamente no.

Y cuelga el teléfono.

IOR

importancia Lacan, después de haber escuchado contar, con tono exaltado, tal acto fallido de este analizante: - En suma, eso no tiene ninguna importancia.

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Práctica analítica

indicación de analista Ella ignoraba todo sobre la historia de los grupos analíticos. Había ido a ver a un joven psiquiatra en "formación analítica" en el Instituto, que estaba en el Seguro Social, porque ella en ese tiempo no tenía medios. La psicoterapia llegaba a su término; él le aconsejaba ahora emprender un análisis. -Voy a ir con Lacan, como mis amigos y colegas. -¡No sueñe! Ya fantaseará todo lo que quiera cuando esté en análisis, ¡pero no en el momento de buscar analista! Y agrega: -Por cierto, Lacan es muy amable; usted puede ir r verlo de todos modos y pedirle consejo a él sobre la elección ( un analista. Ella acababa de comprenderlo: después de lo que había escuchado, el único analista posible era Lacan.

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inscripción en la EFP Ella querría inscribirse en la Escuela Freudiana y le habla de eso a Lacan. Esa misma noche, él le habla por teléfono a su. casa. Contesta una hija de la analizante. Él pregunta su dirección exacta y concluye diciéndole a la niña: -Usted no está obligada a decir que yo hablé.

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Práctica analítica

interpretación Ella es alumna de Lacan y está en análisis con él. Va a participar, con carácter de miembro de la Escuela Freudiana, en las Assises [reuniones] sobre el pase. En la última sesión antes de esta importante reunión comunica lo que acaba de ocurrirle: un terrible ataque de hemorroides. Lacan: -¿Las assises [asientos, asentaderas]?

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irrupción del gran Otro Siguiendo el hilo de sus asociaciones de ideas, llegó ese día, sin siquiera darse cuenta (hasta ese punto la cosa era natural para ella desde su más tierna infancia pasada entre las vides), a hablarle a Lacan de ... gamonitos. Lacan: -¿Cómo dice? Primero se sorprendió por lo intempestivo de la pregunta y pronto se sintió un poco preocupada; ella recordaba que Lacan había hecho de la palabra "galopiner" un neologismo, signo patognomónica de psicosis (como todo el mundo,. ella desconocía entonces que se trataba de un regionalismo que Lacan ignoraba); ya se veía psicótica ... - ... gamonita ... Lacan (llamado a gritos): -¡Gloria! Entra Gloria al consultorio. Lacan: -¡Mis diccionarios!

I !3

Práctica analítica

jaque al parricida -Suponga que, en tanto periodista, yo quiera hacerlo pedazos. ¿Sabe cómo lo haría? Pero el analizan te no ha terminado de formular una primera versión de lo que sería un parricidio perfecto cuando Lacan lo interrumpe: -Entonces ... ¿también usted está contra mí?

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Lacan no contento Médico joven, despreocupado por las querellas, debates y escisiones analíticas que, por otra parte, ignoraba, él primero formuló su demanda de un psicoanálisis didáctico en el circuito del Instituto (IPA).

Cuenta el asunto durante su primera entrevista con Lacan. - Como tuve que pasar un año en un sanatorio antituberculoso terminaron por mandarme con un psicoanalista psicosomático. Lacan: -¡Ah!, no crea que yo estoy contento por todo eso.

l !5

Práctica analítica

lamentos Lacan: -Gloria, ¿quién acaba de entrar? Gloria:

-Esx. Al oír ese nombre, Lacan se lamenta con insistencia, gime con regularidad, como si, cuenta el narrador de esta ocurrencia, Gloria se hubiera puesto a pellizcado y a tirarle de las orejas.

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Land-Rover Soñaba todo el tiempo con coches y no sabía por qué. Un buen día, este irritante vehículo tomó la figura de un LandRover. En este último sueño, se hallaba bloqueado en el fango y no avanzaba mucho más que la interpretación de ese sueño reiterado. Lacan: -¿Qué es un Land-Rover? Él, estupefacto por la extraña pregunta, dijo: - ... ¿ ?... un coche ... ¿ ? Lacan (esta vez aullando muy enojado): -¿Qué es un Land-Rover? Ninguna respuesta. Fin de sesión. Sólo se le prendió el foco cuando ya estaba instalado en el tren que lo llevaba a su casa. ¡Pero claro! Es un automóvil para todo terreno. Ahora bien, ¡él era etnólogo!

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Práctica analítica

leer y releer Ella, médico especialista, había escogido abandonar su profesión en cierto momento de su análisis con Lacan para instalarse como psicoanalista. Algún tiempo después de la puesta en acto de su decisión, anuncia a su psicoanalista que va a participar esa misma noche en una reunión de la Escuela Freudiana. Respuesta: -No aparezca más [ne paraissezplus] en la Escuela. Está completamente perturbada. ¿Habría cometido un error al comprometerse como lo había hecho? ¿Lo había hecho prematuramente? Podemos imaginar las mil interrogaciones que ocupaban su analizante cacumen. No fue sino seis meses más tarde cuando la iluminación le llegó. Lacan, aquel día, le había dicho: -N o holgazanee más [ne paressez plus] en la Escuela.

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lenguas Atravesar el Atlántico: nada menos que eso tuvo que hacer para encontrarse ese día haciéndole la demanda a Lacan de que lo tomara en análisis (era latinoamericano, el español era su lengua materna). Lacan, al final de su primera entrevista: -Bien, lo llamaré. -Pero ... estoy viviendo en un cuarto de servicio, no tengo teléfono ... Insistencia de Lacan, que, con todo, precisa: - Lo llamaré en quince días. Pasa una semana. Nada. Luego, una noche, llega un sueño: carnina con dificultad, pero con todo carnina, sostenido po'r un bastón [canne]. Al despertar, piensa de inmediato: "¡la canne, Lacan!".

Se acabó. Decidió llamar por teléfono por segunda vez para pedir otra entrevista.

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Práctica analftica

¿literato o psicoanalista? Fue a ver a Lacan para decirle cuánto apreciaba su calidad de hombre de letras. Lacan lo recibió, habló con él y luego, al fin de la entrevista, le pidió 300 francos, lo que era una suma· no desdeñable. - ¡También usted debería pagarme. Usted también habló mucho! Insistencia: -Al irse usted dejará un cheque de 300 francos en el cajón de la pequeña cómoda. Si usted vuelve lo recibiré tres veces por semana y me abonará 300 francos cada vez. Haga el cálculo para saber cuánto le costará por mes. Se va dejando el cheque en el lugar indicado, y decide partir de viaje. Al Africa Central.

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malestar en el análisis Lacan lo recibía, de tiempo en tiempo, durante un lapso más largo que el casi habitual de las sesiones cortas. Él designaba esas excepcionales intervenciones de Lacan diciendo que, al hacerlo, Lacan "renovaba el malestar de las prolongaciones".

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Práctica analítica

medicina Metido tanto como se puede estarlo en el psicoanálisis lacaniano, él llegó a considerar que era necesario obtener su diploma de médico costase lo que costase, incluso el de médico psiquiatra. · Desde el comienzo de las clases está inscrito en primer año de medicina. Le habla a Lacan de su proyecto. Como respuesta, Lacan duplica inmediatamente el precio de sus sesiones. De esta manera se encontró ante la imposibilidad material de proseguir esos famosos estudios.

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neologismo o interpretación En su tercera entrevista con Lacan fue tratado con menos miramientos que en las dos anteriores; esta vez tuvo que esperar antes de ser recibido. Cuando finalmente pasa, no deja de señalarle a Lacan su retraso. -Yo no soy responsivo. Esta respuesta, dice él, lo dejó lleno de desconcierto.

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Práctica analítica

no habría habido sesión Había mucha gente en la sala de espera. Ciertamente, Lacan lo recibió, pero apenas había comenzado a re~atar un sueño lo interrumpió, le cobró la sesión y confirmó la cita del día siguiente. Durante la sesión siguiente, él no dejó de interrogarse sobre la escansión de la víspera. ¿Cómo había que interpretarla? ¿Después de qué palabra había ocurrido? ¿Cuál debía ser el alcance de esa palabra para él? En ese momento, Lacan intervino haciéndole notar que ... bueno, usted sabe ... que había mucha gente esperando, que debería haber notado que estaba un poco presionado ... en resumen, que su intervención no quería decir nada y que esa última palabra de la sesión precedente no era algo sobre lo que había querido atraer especialmente su atención ... Era algo sumamente asombroso e incluso duro de digerir para alguien que, como tantos otros en aquel tiempo, consideraba que todo lo que Lacan decía o hacía merecía ser anotado, interpretado, repercutido. Hay que pensar que Lacan no ignoraba hasta qué punto su desmentido era poco creíble porque agregó la intervención siguiente: cuando su analizante pagaba esta sesión le declaró que no se la debía. Ya había sido pagada el día anterior.

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nombre falso Un paciente travieso decide tenderle una trampa a Lacan. Le habla por teléfono bajo un nombre falso: -Habla Jaques Dupont. - Claro que no, responde Lacan. Y cuelga.

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Práctica analítica

oposición En cierto modo, está convirtiéndose en un especialista de la primera entrevista. Cada vez, algo funcionaba mal y le impedía proseguir con el psicoanalista que acababa de ver. Lacan, despidiéndolo: -En suma, usted no busca un analista sino el análisis.

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papá refunfuña Un padre viene a encontrar a Lacan a propósito del análisis de su hijo ... con Lacan. Este análisis, si se cree la opinión del padre, no avanza. Peor todavía, hay agravación de los síntomas. Lacan lo recibe tres minutos. Luego le dice: - Serán 500 francos. -Pero no le pude decir que ... - Serán 500 francos. -Pero ... yo ... Lacan, esta vez claramente tajante: - 500 francos. El padre:

Lacan, apartándose del padre: -¡Gloria! Gloria acude inmediatamente. Lacan: -Usted le cobrará 500 francos a este señor. Luego, volviéndose hacia un analizante que esperaba en la biblioteca: - Usted, venga.

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Práctica analítica

parto Su vientre está muy grande, el embarazo llega a su término. Lacan, en el último sueño, la regaña a gritos: - ¡Oh, usted y su complejo de Edipo! El sueño prosigue así: Lacan hojea un libro, se trata de las páginas 115 o 105. Como podemos imaginar, ella tiene la intención de contar su sueño. Y la primera asociación, que la hace reír: su padre nació un día 15. Al verla ese día como siempre en la sala de espera, Gloria exclama: -¡Oh! ¿Todavía está usted aquí? Ella tiene su bebé esa misma noche. La fecha era 15 y la hora, 10:05.

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pasa o fracasa Es el fin de las vacaciones, a comienzos de septiembre, pero todavía las clases no empezaron. Lacan le dice que la recibe como un favor, que todavía no ha retomado sus consultas; por lo tanto costará más caro durante ese periodo. Ella acepta el sacrificio. Sin embargo, sus amigos se burlan. ¡También ellos son recibidos y... sin suplemento! Pero hay algo más. Ella piensa que se hace ilusiones, que en la fecha prevista Lacan no aceptará el retorno al precio anterior. En ese caso, ella no podrá continuar pagando ese precio a lo largo del año. El día del comienzo del año escolar paga sin comentarios el precio anterior. Lacan no manifiesta ninguna reacción.

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Práctica analítica

pedido de gracias Algunas personas son maestras para ejercer sobre su interlocutor y de la manera más manifiesta, más cruda, más extremadamente insistente, toda la presión que pueden a fin de obtener una peque- · ñez, un signo, aunque no sea más que un simple "gracias". Esa clase de sujetos, muy pegajosos, suscita si no una preocupación, por lo menos una real incomodidad para cualquiera que tiene buenas razones para no otorgar lo que es tan pesadamente reclamado. Lacan tenía que vérselas ese día con un personaje de este tipo. Ya desde las primeras palabras intercambiadas por ellos en el umbral de la puerta abierta al final de la sesión, el que asistía a esta algarada desde la sala de espera sacó la conclusión de que el personaje del que hablamos había ofrecido a Lacan cierto regalo. ¿Qué regalo? Eso importa poco. En cambio, pesaba esa insistencia; a cualquier precio era necesario obtener de Lacan una palabra que dijera el efecto de ese regalo sobre su destinatario. Formulada con un tono del mayor reconocimiento, la respuesta siguiente puso término a la interminable reclamación: -No puedo decirle -enunció Lacan- hasta qué punto eso me agradó.

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placer Un analizante de Lacan tiene la sorpresa de ver a su analista entre el público que asiste a su defensa de tesis. Y está tanto más asombrado cuanto que sabe que Lacan, a esa hora, recibe habitualmente un gentío. - Su presencia me dio mucho placer, le dirá poco después. -¡Pero si es por eso que lo bice!

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Práctica analítica

pleonasmo Una cosa lo fascina muy particularmente en la práctica analítica que Lacan pone en obra con él. A veces, en el curso de la sesión, Lacan se levanta de su sillón y va hacia otra parte del consultorio. · ¿Por qué se comporta así? Y en qué momento de la sesión se manifiesta de esta enigmática manera? ¡No logra responder! Siempre intrigado, decide al fin plantear la pregunta directamente aLacan: - ¿En qué momento preciso de mi sesión decide usted levantarse de su sillón? -En el momento oportuno.

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¿pleonasmo? El analizante: -¿Cómo decir lo que pasó con usted? Lacan: -Eso, claro, ¿cómo decirlo?

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Práctica analítica

primer pago (La historia ofrecerá todo su sabor si se recuerda que Lacan había declarado que "el amor es dar lo que no se tiene"; sin embargo, se ignora si la persona de la que se va a tratar estaba informada dé esa definición.) Al final de esa primera entrevista, Lacan, tendiendo la mano: -Me dará usted efectivamente algo ... Pero ella no trae la suma que él le demanda. Entonces: - Déme lo que tenga.

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primera noticia Él, alumno de Lacan, está ahora, desde hace muchos años, en análisis con el maestro. Después de un tiempo "apropiado", y mientras continuaba su propia cura, se ha instalado como psicoanalista. Después de un tiempo suplementario y no menos apropiado parécele que su análisis está terminado. Informa de ello a Lacan y se levanta del diván el día mencionado por él como el de su última sesión, declarando: -Bueno, mi análisis ha terminado. Respuesta: - Pero no ha comenzado.

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Práctica analítica

primera sesión con Lacan Ella viene a pedir a Lacan retomar con él su análisis. Su anterior analista acaba de morir; lo entierran ese mismo día. -¿Cuándo? - ¡En este momento! -¿No tiene usted la intención de asistir? -(Ella, un poco vacilante) Sí. -¿Dispone de un medio de locomoción? Un viejo Renault 4L la espera, en efecto, cerca de la calle de Lille, número 5. Por lo tanto, responde afirmativamente. Lacan, entonces, dirigiéndose a Gloria, dice: -¡Gloria! ¡Mi abrigo! Y, dejando plantados a los clientes que se amontonaban en la sala de espera y en la biblioteca, he aquí a Lacan en su 4L, acompañándola al entierro de su ex-psicoanalista. Tal habrá sido su primera sesión con Lacan.

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prohibición Ella le filtra a Lacan que tiene una relación con XXX. Respuesta (dicha con un tono seco): -Le prohibo frecuentarlo. Hay un silencio. Luego: . -Usted SABE que él está en análisis conmigo.

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Práctica analítica

proposición Ella y él están en el umbral de la puerta, en el momento de despedirse. Lacan: -¿Entonces? Ahí está, muy atenta, como contenida en el suspenso del discurso. - ¿Entonces cuándo lo hacemos ... ? Misma acotación que más arriba, agravada. Y, además, con eso, se le viene a la mente el pensamiento de eso que se dice que uno piensa cuando se dice que uno no piensa más que en eso. Vamos, tanto peor, ella se lanza: -¿Hacer qué? -Ven mañana. Lo haremos, ese control.

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puercoépico Helo aquí en el diván, aportándole a Lacan un sueño donde se trataba de un puercoespín. Después de algunas lucubraciones alrededor de su sueño, él concluyó: - Primero pensé que usted era el puercoespín, pero después no, creo que no. Réplica de Lacan (con la interjección inicial largamente suspirada): - ¡Ahhhhhh, gracias a Dios! ·

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Práctica analítica

puntual El analizan te que llega puntual a su sesión se encuentra con Lacan al volante de su coche, en el patio del edificio. - ¡Está usted atrasado! -No, en absoluto. - ¡Entonces está usted adelantado! -Tampoco. Un silencio ... incómodo. Así que el analizante retorna la palabra: - Recuerde que me dio cita hoy, exactamente a esta hora ... y llego puntual. Entonces, si es así, regrese dentro de tres cuartos de hora.

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que ... que ... que ... Sutilmente, él había notado que Lacan interrumpía su frase -y así levantaba la sesión- cada vez que ésta incluía demasiados "que" y, más precisamente, que la intervención de Lacan se producía justo después de proferido el tercer "que" (¡es el caso de la frase que acaba de leerse!). Además, ese día, finalmente, él se había decidido a hablar de su relación con el dinero. -Buenos días, doctor. Quisiera hacerle una pregunta.

- ¿Es que ... (vacila, notando ya en su fuero interior un primer "que"). Pero, desbaratando esta vez sus previsiones, Lacan hace un gesto de interrumpir la sesión. -No, escúcheme hasta el final, doctor... ¿Es que no es molesto ... ?

... molesto que lo que ... (¡Ay! ¡Ya están los tres "que"!) Pero, desbaratando otra vez sus previsiones, Lacan no corta allí la sesión.

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Práctica analítica

- ... ¿que lo que recibo todos los meses de contribuya en parte a pagar mi análisis?

XXX

-Sí. ¿Cuándo lo vuelvo a ver? -El lunes próximo, doctor. ¿Es molesto? - Sí, seguramente ... seguramente el hecho de que usted reciba eso es totalmente legítimo. - Gracias, doctor. Mucho más tarde, al transcribir esta sesión, él se dio cuenta de que le había agradecido.

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¿qué? ¿primero? En el umbral de la sala de espera, Lacan se tomaba generalmente el tiempo de mirar quién estaba allí; con una señal invitaba, luego, a una u otro a penetrar en su consultorio. El orden de llegada, parcialmente ignorado por Lacan, por otra parte, no determinaba el orden de la invitación a pasar. Esto, él ya lo había observado. Sin embargo, a partir de cierto momento de su análisis, debió rendirse a la evidencia: Lacan lo hacía pasar siempre primero. ¿Qué es lo que le manifestaba de esta manera? ¿Qué quería de él? Asociaba sobre ese "primero"; en la sesión recordó incluso haber sido el primero en la escuela. ¡Eso ocurría cada vez que, en el año anterior, había repetido el curso! Pero no había nada que hacerle: ¡pasaba siempre primero! La cosa llegó a tal punto que, cierto día, no tuvo ni siquiera tiempo para instalarse en una silla. Apenas hubo llegado, ¡adentro!, y ello a pesar de varias personas que esperaban. Aquel día, atravesando después de su sesión el puente del Carrusel, la clave del asunto le vino a la cabeza. Su patronímico era doble, pero el uso familiar había promovido al segundo (el orden de referencia era el de la inscripción de los dos apellidos sobre su documento de identidad) juzgado más noble. Él se había atenido, hasta entonces, a ese uso sin cuestionarlo jamás.

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Práctica analítica

Decidió tomar una sesión suplementaria y regresó con Lacan donde, una vez más, fue el primero en pasar. Dijo su descubrimiento. Lacan, al salir del consultorio, le tendió la mano, hecho rarísimo. ¡Entonces era eso! Él, su mujer y su. descendencia usarían en adelante ese primer apellido hasta entonces ocultado. A partir de ese día, sólo excepcionalmente pasó primero, como cualquiera.

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¿quién es paciente? Carta de Lacan a un analizante: - Lo espero. Pacientemente.

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Práctica analítica

¿quién paga los gastos? Sí, Lacan está de acuerdo para que se termine con este análisis. Pero la disminución aceptada del número de sesiones no se hará con cualquier condición: - Para que el esfuerzo siga siendo el mismo de su parte, usted continuará entregándome la misma suma cada semana, como cuando tenía tres sesiones.

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rabia y dulzura Él, rabioso, dice: - ¿Usted se imagina, tal vez, que yo no soy tan inteligente como usted? Lacan, tras un suspiro como del fin del mundo, le dice con una desarmante dulzura: - ¿Quién le dice lo contrario?

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Práctica analítica

remolino de la demanda Ha ocurrido que un analizante le diga a Lacan algo así como: - Ya no soy yo el demandante, ahora es usted·. Acepto continuar si usted viene a mi casa. -Aceptado. Y hecho.

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sabe:r La analizante: -No sé ... Lacan: -No nos preocupemos, lo sabremos pronto.

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Práctica analítica

sala de espera Él llega a sus sesiones con una regularidad de metrónomo; da la impresión de poseer sus costumbres, siempre imperturbable en esa sala de espera de Lacan. Ella comenzó hace poco; a veces llega corriendo; otras, antes de hora ... Lacan entra en la sala de espera, mira al tipo y le aúlla con vozarrón capaz de tirar abajo el candil del techo: -¿Esto va a durar todavía mucho tiempo? Ella quiere que la tierra se la trague. Lacan la ve y, con una voz suavísima, dice: -Venga, queridísima ...

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se robaron el bastón (la canne) Un analizante de Lacan robó un bastón en el negocio de antigüedades cercano a la calle de Lille. Lacan, informado del asunto, intervino. Y "la canne" fue restituida.

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Práctica analítica

sesión de seminario, sesión de análisis Lacan invitó ese día, para que interviniera en su seminario, a Caquot, gran profesor de universidad. Éste, desempeñando su papel, muestra, de una manera que no puede ser más indiscutible, hasta qué punto el método y las afirmaciones de Sellin son inadecuados y sus conclusiones, erróneas. Ahora bien, ¡Freud se había apoyado de manera decisiva en Sellin para su último trabajo sobre Moisés! Lacan dice algunas palabras. Fin del seminario. Él apenas tiene el tiempo de mordisquear un sandwich antes de reclinarse en el diván de Lacan. Donde, con algunas vacilaciones, abre el pico: - Cuanto más escuchaba yo a Caquot, más tenía la impresión de que, al apoyarse en Sellin, es Freud quien tenía la verdad. - ¡Absolutamente!

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sesión por sesión Lacan, a la salida de una sesión, y con una amplia somisa: -¿Le daría gusto ... (larga pausa del discurso) regresar esta tarde? El analizante (rivalizando en agudeza con su analista): - Gusto no es exactamente el término. Lacan, desvanecida toda sonrisa y en un tono rabioso: -¡Entonces venga! El analizante, en efecto, regresó. No sin haber captado que esa sesión de la tarde, que no estaba prevista, ya había tenido lugar.

!53

Práctica analítica

sesiones cortas Ella interroga a Lacan: - ¿Por qué me tiene usted tan poco tiempo? - Para que esto sea más sólido.

!54

simbólico Alguien extremadamente rico viene a pedirle un análisis a Lacan. Como para todos, llega el momento de fijar el precio de la sesión analítica. Entonces el fulano interroga a Lacan sobre este punto, no sabemos si inquieto o divertido, o solamente interesado en la respuesta, pero en todo caso sobre el telón de fondo del hecho de disponer de suficiente dinero como para poder pagar(se) lo que sea. Lacan: -Por cada sesión, usted pagará un franco simbólico.

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Práctica analítica

sin aliento Sesiones y controles se multiplican con una cadencia insoportable. Ella no tiene más dinero, ya no puede aceptar eso; se va a rebelar y se lo va a decir. Se recuesta e inicia vigorosamente su sesión: -Usted me saca de mis casillas ... Lacan se inclina sobre ella con un aire delicioso y con voz de falsete: -¡Sí! Todavía mucho tiempo después, ella cuenta esto con deleite.

!56

¿soiiar cuenta? El analizante: -Soñé que ... Lacan, interrumpiendo: - Está muy bien, mi estimado, hasta mañana.

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Práctica analítica

suicidio Él relata en sesión que su amigo X, psicoanalista, a quien además le debe el hecho de estar en análisis con Lacan, acaba de suicidarse. Lacan, sin dejar de anudar y desanudar hilos de diferentes colores, parece imperturbable. El analizante explota: - ¿Ese es todo el efecto que le causa? - ¿Qué otra cosa quería usted que él hiciera?

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suspensión de la realidad La analizante: - Mi abuela era muy hermosa ... Lacan (quien ciertamente nunca conoció a la abuela en cuestión): - Seguro que sí.

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Práctica analítica

transcripción Como su función hospitalaria ponía a su disposición una secretaria, ella le daba a ésta las cintas magnetofónicas del seminario de Lacan. a fin de que las transcribiese. Numerosas veces, en ocasión de las sesiones en el consultorio de Lacan, había tenido oportunidad de notar su gran interés por ese trabajo. Él no dejaba de reclamarle las hojas dactilografiadas o de preguntarle cómo adelantaba el trabajo. Un día, en una sesión, él le dijo a quemarropa: -Entonces ... ¿Cómo va Lewis Carroll? Esta pregunta no tenía ninguna relación inmediatamente imaginable con lo que ella acababa de decir, así que se quedó bastante estupefacta. Más tarde, ella recordó que él había hablado de Alicia en su último seminario. Se precipita sobre una copia de la transcripción que le había dado a Lacan. Su secretaria había introducido un curioso monstruo en el pasaje en que se trataba de Alicia; ese monstruo se llamaba, ¡oh manes de la transliteración!: "un petit d'un petit".

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transferencia El analizante: - Usted me hace pensar en [aquí, un nombre]. Lacan: -¡Otra vez!

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Práctica analítica

turbada ¿Cederá al encanto de una relación amorosa? Ella explica a Lacan su turbación: el seductor es el pediatra de sus hijos. Ella dice estar muy lejos de ser indeferente ... La respuesta la condujo a cambiar de pediatra: -Usted no tiene ninguna razón para relacionarse con alguien que la importuna.

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una palabra de más Helo aquí declarando, apenas extendido en el diván de Lacan: - Finalmente ... -Bien, querido, ¿cuándo lo vuelvo a ver?

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Práctica analítica

vacadón Es el último día del año. El analizante: - ¡Felices vacaciones! Lacan: -¿Qué, usted se va de vacaciones?

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verbosismo En una reunión de la SPP [Société psychanalytique de Paris], se afirmó que Lacan estaba "afectado de verbosismo". Lacan no estaba presente pero, como corresponde, oyó hablar del asunto; y, además, por un analizante. -¿Quién -pregunta- habló así? El analizante se niega a "dar" los nombres pero hace una excepción que horada el muro de esa negativa. Respuesta: - De él, no me extraña.

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Práctica analítica

videncia Ocurre que la víspera de uno de sus exámenes de medicina dijo a Lacan en sesión: -¡Oh, qué noche! ¿Evocaba así, no sin cierto énfasis, su noche de trabajo? ¿O de insomnio, motivada por su preocupación por el examen? Sea como fuere, Lacan replicó de inmediato: - ¿Leucemia? Decide estudiar encarnizadamente el tema "leucemia". El día siguiente, en el salón del examen, inquietud ... Y bien, ¡no! el tema sorteado no es la leucemia. Pero pronto se dan cuenta de que hubo un error: debe ir a sufrir la interrogación a otro salón y allí, hecho extraordinario, ¡le piden que "trate" el tema de la leucemia! Cosa que hace de manera brillante . .Salida del examen. Va a su sesión. Con esta increíble preguntá;:_ ¿Cómo pudo saber Lacan? Respuesta: -Es una pura cuestión de lógica.* *Lógica del significante: noche en blanco =leukos =leucemia(?!).

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¿y ahora? Hela aquí preguntándole a Lacan si, a propósito de un caso, ella puede emplear, como lo había hecho muchos años antes, en ocasión de otro caso, el término de "doble". Respuesta: -En esa época usted no podía equivocarse.

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Práctica analítica

zen-análisis Por iniciativa de Lacan, las sesiones de análisis y de control se multiplicaban; muy rápidamente alcanzaron el seo re de una sesión de análisis más un control por día. Todo eso fue viento en popa hasta el momento en que él hizo sus cuentas. ¡No, decididamente, no podía continuar de esta manera! Entonces, llegó a dar el paso de decirle a su analista que, en lo que concernía al análisis, estaba bien, él continuaba, pero que ya no podía, financieramente, asumir los controles. Llegó la hora del siguiente control, que había decidido rechazar. Pero Lacan no quería saber nada de ese arreglo; y, como él seguía firme en su decisión, recibió a guisa de respuesta un puñetazo en el tórax adornado con un "pedazo de imbécil" mascullado, pero audible a pesar de todo. De regreso a su casa recibe un llamado de Lacan, un Lacan muy, muy, muy amable. Le dice que venga a su próxima cita, que esto ... que lo otro ... en resumen, lo comunicaba con Gloria para arreglar todo eso. Al día siguiente, sesión de análisis, luego de control. Al otro día, análisis. En el momento del control, él reiteró su negativa, diciendo al mismo tiempo a Lacan que si le levantaba la mano, y bien, ¡le destruiría todo el consultorio!

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En ese instante acababa de decidir que, para él, análisis y control se habían terminado. Sin embargo, no esperaba que al llegar al pie de la escalera y luego al patiecito de la entrada del edificio, vería abrirse bruscamente la ventana del consultorio de su analista y luego a éste asomarse, tirarle una maceta con flores al mismo tiempo que le gritaba: - ... pedazo de imbécil ...pedazo de imbécil.

Presentación de enfermo

El Hospital Sainte-Anne: entrada principal y la capilla.

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Presentación de enfermo

a pesar de todo La presentación se acerca a su término. Lacan: - Bueno, vamos a intentar ver con ... La enferma: - XXX

(el nombre del médico)

Lacan: - Con ese XXX que se ocupa tan bien de usted y a quien usted debe tenerle, a pesar de todo, total confianza; vamos a hablar con él.

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a un transexual -Escuche, viejo, usted tiene, a pesar de todo, barba en el mentón y ante eso no puede nada.

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Presentación de enfenno

advertida Lacan despide a la enferma que acaba de ser presentada: - Hasta la vista, mi pequeña. Usted va a encontrar... Simplemente usted está advertida de que es capaz, en ciertos momentos, de confundir la gimnasia con la magnesia. - Sí, por supuesto.

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aliento La enferma: -Amo a mi hija. Lacan: - Sí, ¡por supuesto!. .. digo "por supuesto" para alentarla a hablarme de eso.

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Presentación de enfermo

amigos -Pero, ¿quiénes son todas estas personas? Interroga, preocupado, el joven al que Lacan presentaba ese día. Respuesta de Lacan, bonachón, casi burlón, sonriendo: - ¡Son todos amigos!

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consigna Es dada a un enfermo, bien al comienzo de una presentación: - Le dejo la palabra. Trate de decir la verdad. Es algo sin esperanza; no se llega jamás a decir la verdad. Pero la cosa no será peor si usted hace un esfuerzo.

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Presentación de enfermo

culpabilidad Después de que salió la enferma, se inició una discusión entre Lacan y el médico que lo consultó a propósito de ese caso. La enferma está en instancia de divorcio, el médico vio al marido y da su opinión: - Él se siente muy culpable. Se echa encima todas las faltas. Aceptó todo lo que le propusieron los abogados. Lacan: - Él se siente muy culpable ... es decir, que está decidido a ir a otra parte.

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curación El enfermo: -¿Soy yo un caso de psikotia? Yo ... yo he tomado conciencia: Lacan: -Usted es, evidentemente, un hombre feliz. Luego, una vez que el enfermo hubo salido de la sala: - Es un hombre feliz, está curado. Me parece que se cree curado. Esta me parece la idea más peligrosa.

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Presentación de enfermo

en los límites del saber Una cuestión preocupaba mucho a ese enfermo, y desde hacía mucho tiempo: ¿Cómo se formula el pensamiento, interrogaba él, a partir de las interacciones neuronales? Réplica de Lacan: - Pero usted sabe que nosotros no sabemos sobre eso más que usted.

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engranaJe El enfermo revela su experiencia de una relación sexual: -Era obligatorio. Yo estaba en sus brazos; ella estaba en mis brazos. Era un engranaje, uno estaba obligado a jugarse. Yo no podía rechazarla, entonces fui hasta el final. Lacan: -¿Quién hacía girar el engranaje? ¿Era ella o era usted?

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Presentación de enfenno

es simple Dicho a un enfermo que declara que sus invitados escuchan los malos pensamientos que le vienen a propósito de ellos: - Con todo usted tiene que darse cuenta un poco de que si usted piensa que los otros piensan que usted piensa mal, tal vez se deba simplemente al hecho de que usted pensara mal.

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escándalo Joven psiquiatra latinoamericano, se encuentra en París, uno de los polos que considera entre los más decisivos de la psiquiatría moderna. Trabaja en el sancta-sanctorum, el Hospital Sainte Anne. Es allí donde se entera de que un tal J acques Lacan debe venir próximamente a realizar una presentación de enfermo. Pregunta si puede asistir y recibe una respuesta afirmativa. Está indignado, dicho con toda propiedad, de que, durante toda esta presentación, Lacan no haya cesado de bostezar. Agreguemos que no contribuiría a calmar su irritación el escándalo del que estaba poseído, lo que ocurrió al término de la presentación: Lacan abandonó la sala sin pronunciar una sola palabra.

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Presentación de enfermo

esquizofrénico El 11 de marzo de 1977 Lacan fue conducido, acontecimiento muy poco frecuente, a dar un diagnóstico de esquizofrenia. El enfermo: - ... pero hay que englobar todo. Yo soy también animal... en transición ... no tener ningún miedo de la muerte. El error no viene de nosotros. Si mi gurú es falso, no, no puede ser falso, yo creo en él. Lacan: -¿Por qué ese "yo creo" le importa tanto? Su "yo creo" sirve para decir "yo". Su "yo creo" sirve para compensar el efecto medicamentoso; tiene todo el peso del efecto medicamentoso. Luego, después de algunas réplicas del enfermo y de su salida: -Yo creo que es un esquizofrénico.

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gentil mamá Lacan: -¿Cómo era ella? La enferma: -Gentil Lacan: - Es decir llena de intenciones ... La enferma: - ... que ella no podía realizar. Eso ocurría. Lacan: - O sea, alguien como usted.

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Presentación de enfermo

hipnosis Lacan: - En suma, de lo que usted se enteró es de que el hipnotismo existe. El enfermo: -¡Por supuesto que existe! Voy a explicarle lo que es. Ocmre cuando un niño es mal educado por su padre, está bajo la influencia de su padre, de los amigos de su padre. El hipnotismo es reproducir todas las tonterías de su padre. Eso es la hipnosis, es la influencia. Por otra parte, Freud habla de eso en sus escritos. Lacan: -Sí, eso es.

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indicación de analista Después de que la enferma sale se inicia una discusión. La evocación del diagnóstico de histeria provoca la cuestión de una indicación de análisis. Se oye una voz en la sala: -Pero ¿quién indicarle? Con un amplio gesto del brazo Lacan senala al auditorio y, sonriente, observa: - Psicoanalistas, los hay a paladas, dispuestos al llamado*. Y se designa uno de inmediato.

* a lape/, escritura fonética de dos expresiones: montones); a /'appel (al llamamiento).

a la pelle (a paladas, a

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Presentación de enfermo

Lacan difiriendo de élnúsnw Una enferma que está un poco en la onda dice: -De todos modos, J acques Lacan o cualquier otro ... eso no tiene importancia. Lacan: -Viene a ser lo mismo.

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los elegidos perdonan ¿Cómo se definía el público de la presentación de enfermos?¿ Qué rasgo distinguía a los elegidos? En el ocaso de su vida, Lacan respondió: - Participan los que pueden perdonarme.

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Presentación de enfenno

marido birlado La enferma: - No hay que pensar en alguien que le ha birlado a una su marido. Lacan: -¿En qué es birlado él? ¡Él no es birlado! Un marido no se roba así como así. Él no es birlado, ¡no lo obliga a hacer todo lo que ella quiere! La enferma: -Es el término que ella empleó: ella birló al hombre, no birló al marido. Es eso, ahora recuerdo la frase.

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marido y mujer A una mujer que le decía que su marido ejerce el mismo oficio que ella: -¿Pero, con todo, no en la misma empresa, eh?

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Presentación de enfermo

moraleja Conclusión de una presentación: - Ser psicótico es creerse una neurosis.

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palabra impuesta Al enfermo presentado ell3 de febrero de 1976: - ¿Qué es lo que usted llama la palabra, a la que denomina, usted, "palabra impuesta"? Luego, cuatro días más tarde, en el seminario: - ¿Cómo es que no sentimos todos que las palabras de las que dependemos nos son, de alguna manera, impuestas?

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Presentación de enfermo

p:resc:ripción, en la dirección del pelo El enfermo ha desarrollado con todo detalle cómo, permanentemente, siente que lo siguen. Ahora es el final de la presentación, que Lacan cierra diciéndole a su interlocutor, muy gentilmente: -Bueno. Ahora le vamos a indicar a alguien que lo va a seguir a usted.

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puesta a punto Lacan: -¿Tiene usted el sentimiento, la impresión de que esta demanda de divorcio le fue inspirada por ... La enferma: -No es exactamente eso. Lacan: ... por algún otro? La enferma: -No es exactamente eso. Lacan (un poquitín irritado): - ¡Entonces ponga las cosas a punto!

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Presentación de enfermo

¿quién lo dirá? La enferma: -La voz no es una voz extraña a mí; tenía la impresión de oi:rme, está detrás de mí, a mi altura. Lacan: -¿Usted tiene la impresión de oírse, quiere decir que ella habla? La enferma: -Sí.

Lacan: -¿Cómo habla ella? ¿No la deja a usted ni chistar? La enferma: - Sí... como si me impidiese hablar... no sé cómo decirlo ... Lacan: - Inténtelo. ¿Quién lo dirá si no es usted?

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¿sabe? El enfermo: -Ahora soy yo mismo, sé lo que quiero y lo que no quiero. Lacan (con tono asombrado): -¿Usted sabe eso?

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Presentación de enfermo

sonnsa Una enferma intrigada, e incluso algo escandalizada: -¿Por qué sonríe usted? Lacan: -No hay razón para que yo no sonría.

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telepatía Lacan intenoga a un enfermo que se presenta como "telépataemisor". ¿Cómq sabe él que el otro lo recibe? -Por ejemplo, yo, ¿acaso lo he recibido? -No creo. -¿No? -No. De un modo manifiesto, este fracaso no le conviene a Lacan; le molesta y tal vez incluso lo inita. Formula en el acto la razón de su insatisfacción, y a su interlocutor mismo: -Bueno, porque todo prueba que yo estaba enredado en las preguntas que le he planteado.

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Presentación de enfermo

/ ... o geometna. / ? ¿topol og1a Desde hacía mucho tiempo Lacan se apoyaba sobre la escritura topológica, la cual, como se sabe, corresponde a un orden distinto del geométrico. En la época del nudo borromeo; en el curso de una presentación, se trató del círculo, y esto -por supuesto- debido al enfermo. Éste se definía, en efecto, como centro solitario de un círculo solitario, lo que no le impedía decir, igualmente, que él no era obtuso. Lacan lo atacó sobre esta contradicción: -¡Un círculo limita! Respuesta del enfermo: -Usted piensa en términos geométricos.

200

un tipo como yo Por el año 1975 un cártel de la Escuela Freudiana transcribía, estudiaba, comentaba las presentaciones de enfermo. Se trataba, aquella vez, de un delirio cosmológico de tipo parafrénico. En ocasión de la presentación, el médico del hospital que se ocupaba de ese caso había indicado que tenía en sus manos un importante escrito de ese enfermo. - Me gustaría mucho, había dicho Lacan, leer todo eso. Lacan estaba presente, excepcionalmente, cuando se realizó la reunión del cártel que discutía esa presentación y el médico lo aprovechó para tenderle los documentos de que se trataba. Mientras se entablaba la discusión, Lacan hojeaba el cuaderno, y parecía leer aquí o allá algunas frases. Luego, con el gesto de devolverlo, dijo: -Bueno, sí, es un tipo como yo, es un dogmático.

Práctica del control

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Práctica del control

a cien francos el "re" Uno de sus amigos está en control con Lacan, y hela aquí decidida a ir a su vez. Aceptado. Paga 100 francos, una suma importante para ella. En ocasión de una sesión de control, Lacan le dice: -Lea entonces "De una cuestión preliminar". La intervención la sorprende, a tal punto que le habla de esto a su amigo. El pagaba 200 francos. Ahora bien, a él Lacan le había dicho. - Relea entonces "De una cuestión preliminar". Conclusión común: el "re" costaba 100 francos.

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a perpetuidad Él delibera acerca de la cuestión de saber si va o no a aceptar un psicótico en análisis. Respuesta: -Puede hacerlo, sepa que eso le tomará toda su vida.

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Práctica del control

analizar, banalizar Su paciente le comunicaba los ensueños que tenía antes de dormirse: ella se casaba con un actor famoso, tenía un hijo de él. .. Lacan: - ¿Le advirtió usted que ese tipo de ensueños es muy común?

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billetes y besamanos Él está en análisis con Lacan. Ella, su mujer, con un analista a quien podía considerarse, en esos tiempos, como uno de sus fieles discípulos. Ella decide, en cierto punto de su análisis, emprender un control y escoge ... a Lacan. Después de un número de sesiones de control que la historia no precisa, decide interrumpir ese control por una razón que la historia tampoco dice. Informa de ello a Lacan y une el acto a la palabra dejando de ir a sus sesiones. Pero Lacan no lo entiende así. Acosa al marido, tomándolo como mensajero; le ruega encarecidamente decir a su esposa que la espera a la hora de lo que sigue siendo, para él, su próxima cita. Y las cosas siguen así cierto tiempo. Se acrecienta de este modo el número de los controles "faltados" y la "deuda" de la esposa con respecto a Lacan. "Un buen paquete de billetotes", dice ella. Confrontada con la insistencia de Lacan por vía del marido, se resuelve a ir a confirmarle su decisión de interrumpir el control. Previsora, prepara los billetes mencionados. Pero las cosas no ocurrirán exactamente como lo había previsto; viéndola en la sala de espera, Lacan se adelanta hacia ella y la honra -públicamente-... con un besamanos.

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Práctica del control

dertame:nte, pero el daño ya estaba hecho Lo primero que le viene a la mente para decirle a Lacan, a propósito de este analizante, es tajante, y es lo mínimo que podamos decir: . -¡Se trata de alguien (aquí las señales de irritación que lo habitan no están acantonadas sólo en la palabra) que tengo montado en la nariz! Lacan (tono suave, pero afirmativo): - Si a usted no le viene bien tomar a alguien en análisis ... , (un breve pero marcado silencio) bueno ... , (otro silencio del mismo tipo) no lo tome.

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conclusión Dos psicoanalistas platican; los dos están en control con Lacan. -Le hablé de un maníaco-depresivo. Me dijo: -"¡No lo tome en análisis!" -¿Sí? Fíjate que yo le presenté un caso de paranoia, y concluyó diciéndome: "¡Échelo fuera!" Generalización conclusiva (y errónea, pues cada uno olvida que Lacan se dirigía a él): según Lacan_, la psicosis maníaco-depresiva y la paranoia son contraindicaciones para el psicoanálisis.

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Práctica del control

controll, lllllego anállisis Según él, su analista hizo una maniobra fallida, tras la cual él lo había abandonado. En control con Lacan, le informa su decisión de continuar su análisis en otra parte. Respuesta: - Está usted en buenas manos. Regreso con el analista, quien ... no creía lo que oía. Tres veces, por lo menos, le pidió a su analizante que le repitiera las palabras de Lacan. ¿La continuación de la historia? Él terminó directamente por encontrarse en el diván de Lacan. ¿Otra continuación? Su ex analista, en ocasión de la disolución de la EFP, firmó la carta que acusaba a Lacan ante el tribunal de París.

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desprendimiento Él menciona el sueño de uno de sus analizantes; se trata, entre otros elementos, de un avión que despega [decolle] y de visión. Lacan lo intenoga: -¿Quién, en su entorno, presenta un despegamiento, un desprendimiento [decollement] de retina? El estupor se produjo algunos días más tarde cuando se le ocunió que era en su entorno, el de él, donde alguien sufría de un desprendimiento de retina.

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Práctica del control

¿dijo usted: "es falso"? Había escogido como psicoanalista a uno de los más renombrados y fieles entre los alumnos de Lacan, luego había terminado por demandar un control a Lacan mismo. No sin vacilaciones. Preparaba siempre cuidadosamente sus controles, volvía a almacenar en su memoria el material que iba a presentar y arreglaba su interpretación del caso. Lacan no decía esta boca es mía. Un día, sin embargo, en el momento en que se iba, Lacan vino hacia él y, haciendo alusión a lo que acababa de oír, dijo: - C'estfou!: (¡es loco!) No podía dar crédito a sus oídos y, a punto de salir no pudo evitar volver hacia Lacan: - Perdón, señor, ¿usted dijo efectivamente "C' est faux"?: ( ¿es falso? ). A partir de ese día, continuó yendo al consultorio de Lacan pero ya no en control sino en análisis.

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dormir en sesión (variación sobre la cuestión de las sesiones puntuadas) Conrad Stein hablaba ese día a Lacan de una paciente suya que se adormecía en el diván. Lacan se mostró entonces muy sorprendido: ¡no sabía que eso podía ocurrir!

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Práctica del control

el florón Un control con Lacan era, a sus ojos, como la coronación de una carrera de analista bien conducida. Su análisis se había desarrollado a la entera satisfacción de los dos participantes, había emprendido excelentes controles con tal o tal otro notable de la Escuela ... en una palabra, no le faltaba más que el asentimiento del maestro. Sus sesiones con Lacan, tenían lugar, efectivamente, de un modo regular. Acogedor y amable, Lacan no decía gran cosa. Un buen día comenzó a hablar de un caso considerado como "psicosomático" que había aceptado en análisis. Después de algunas sesiones centradas sobre ese caso vio a Lacan tenderle una carta; ¡estaba dirigida al médico clínico general que seguía a su paciente! ¡Lacan escribía que su discípulo, el Dr. X, quien le hablaba regularmente del tratamiento de la señora Y no la atendía de un modo conveniente! Ser a la vez nombrado "discípulo" y desaprobado en su trabajo era demasiado ... y demasiado poco. Interrumpió allí su control.

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ella y él Él relata a Lacan un hecho a sus ojos totalmente extraordinario: ¡en el curso de una misma noche, su paciente y él tuvieron exactamente el mismo sueño! Respuesta: - Ciertamente, pero es ella la que sueña.

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Práctica del control

en flagrante dormir Helo aquí en control contando ... Dios sabe qué. En cierto momento mira a Lacan y se da cuenta de que él duerme. Decide callarse. Después de algunos instantes de este silencio inhabitual, Lacan se despierta y luego dice, con un ojo abierto y un tono singularmente imperativo dadas las circunstancias: -¡Continúe!

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falda hendida Ya sea de visita, en entrevista o en control con Lacan, todos se sentaban en una pequeña silla baja, tan baja que las rodillas, por poco que las piernas estuviesen replegadas, se elevaban notablemente por encima del trasero. Ella llegó, para ese control, revestida con una falda generosamente hendida y, como era inevitable, una vez sentada resultó que ofrecía un espectáculo más allá de lo que la costuii)bre de aquel tiempo, bastante liberal sin embargo, admitía sin problema. -¡Qué hermosa falda!, comenta Lacan.

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Práctica del control

fin de análisis El control debía ratificar muy rápidamente que se trataba de un caso de fetichismo. La angustia del analista procedía del hecho de que estaba puesto en posición de pura mirada. En cuanto al analizante, no pedía, ciertamente, ser "curado" de su práctica fetichista; le importaba solamente que ésta no desbordase sobre su vida profesional, cosa que estaba ocurriendo y que era la razón por la que había llegado a consultar. Las cosas habían mejorado netamente al cabo del tiempo; tanto que ese paciente llegó a interrumpir el tratamiento. El analista sabía que el objetivo terapéutico del paciente estaba logrado pero que, en cuanto al análisis propiamente dicho ... ¡naranjas! Se había tratado de una buena psicoterapia. De allí cierta consternación que debía ser notoria en la manera en que dio cuenta a Lacan de la interrupción del tratamiento. Respuesta: -No se castigue, ese personaje era inanalizable.

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¡ganado! pero, ¿a qué precio? Helo aquí, hoy, presidente de una sección local de la International

Psychoanalytic Association. Y no diremos, sin embargo, que haya dejado de pasar por el consultorio de Lacan. Fue por un control. Consideraba que Lacan no le daba suficiente tiempo. Había roto, entonces, y llevado su demanda a P., didacta patentado de la Société

psychanalytique de París, donde los 45 minutos de cada sesión estaban asegurados. ¡Pero no era tonto! Pronto se dio cuenta de que 45 minutos con P. no valían lo que algunos instantes con Lacan. Retomó entonces contacto con Lacan. Quería retomar su control con él pero con una condición: que se comprometiese a recibirlo 45 minutos. Aceptado. No debía tardar en notar, sin embargo, que esos minutos eran ciertamente "ganados", pero a expensas de un amigo de él cuya sesión seguía inmediatamente a la suya.

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Práctica del control

gustar Pensándolo bien, la ropa, escogida sin embargo por ella esa mañana, no le quedaba. En el momento de partir para su control con Lacan ella se mira en el espejo, vacila ... ¡Y bien, no, no se. cambiará! Mantendrá, sin embargo, su abrigo cuidadosamente cerrado. Sentada con la puntita del trasero apoyada en el pequeño sofá, evita escrupulosamente todo movimiento intempestivo. Lacan: -¿No se quita su abrigo? -N ... nn ... no ... -¿Su vestido no le gusta?

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hacer UJlla falta de haberse equivocado A propósito de un error que ella le dice haber cometido, Lacan: - Cuando uno se ha equivocado, hay que confesar.

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Práctica del control

histeria Un controlante, joven psiquiatra-psicoanalista, presenta a Lacan el material ofrecido por una persona que vino a consultarlo recientemente. Se pregunta: ¿Se trata de un caso de psicosis o dehisteria? Y concluye: - Para terminar, pienso que no se trata más que de una histeria. Réplica de Lacan: - Ah, porque ¿usted piensa que la histeria es menos grave?

222

imitación y confianza mesurada Este analizante, dice el controlante, logra volverse insoportable y, siguiendo el ejemplo de Lacan, él le dio libre curso a su afecto. Lacan: -¿Con qué se autoriza usted para sostener .semejante posición? Luego, tras sus explicaciones dichas en un tono de examen oral: -Confío en usted para el análisis de ese sujeto.

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Práctica del control

incompatibilidad Mientras el controlante le habla, Lacan sorbe su whisky. Luego, tras unos instantes: - Ya sé, le encantaría un vaso ... pero ... whisky with

whisky, ya no sería un control.

224

¿intercambio? -Pero señor, ese joven (el analizante de aquél que interrogaba así a Lacan) me viene a ver tres o cuatro veces por semana, me cuenta historias interminables, me paga y se va. ¿Qué tengo yo para darle a cambio? - ¡Pues su silencio!

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Práctica del control

lección de lectura literal Una joven neurótica le dijo: -Mi madre tuvo cuatro hijos conmigo. Lo cual ella comenta diciéndole a Lacan que su paciente quizás quería decir que ella se contaba entre los cuatro hijos de su madre (en su seminario, Lacan había subrayado la importancia de estos conteos, y particularmente había comentado el chiste infantil: "Tengo tres hermanos, Pedro, Pablo y yo"). Entonces es reprendida enérgicamente: - ¿Cómo (en el tono de ese "cómo" se escucha la incredulidad, el escepticismo y, desde ya, la reprobación)? Y continúa Lacan: - ¡Ella lo ha dicho, su madre tuvo cuatro hijos con ella!

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mejor partir que terminar El puesto que ocupaba en una muy eminente institución religiosa le daba acceso a cierta biblioteca, de la cual extraía libros extraordinarios, raros, que Lacan, según le decía en ocasión de sus sesiones de control, anhelaba consultar. Un día, luego de una nueva demandá de este orden, él respondió: -¡Usted sabe muy bien, señor, que puede pedirme cualquier cosa! Luego pagó, y salió. Apenas estuvo del otro lado de la puerta se detuvo un instante, y se golpeó la frente: "Pero, ¿qué es lo que he dicho?" Decidió en el acto que ponía fin a su control.

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Práctica del control

objeto 1 sujeto Comentario teórico de un controlan te después de la presentación de un caso: - Pienso que soy el objeto. Lacan: -Sí, salvo que usted es el sujeto.

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perdido Venía de bastante lejos para su control con Lacan; incluso tenía que tomar un tren de largo recorrido. Dios sabe por qué, esta vez, en el momento de comprar su boleto, decidió que no, que no seguía. Llama por teléfono a Lacan, le informa a Gloria su resolución. De regreso a su casa -segundo imprevisto del día- se da cuenta de que perdió el dinero de ese control. Nunca supo dónde.

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Práctica del control

¿quién .bmiÍa de quién? Aquí está, con otro analista. Acaba de dejar al suyo por mudanza a una ciudad lejana. Él le interpretó esa partida como una fuga, mientras que ella habría sentido que esta interpretación anulaba su acto y devaluaba su palabra. ¿Qué es lo que ella demanda? Bueno, pues dar vuelta la hoja. -"¡'Dar vuelta la hoja', claro que no!", le replica su nuevo analista (que cuenta todo esto en un control, a Lacan), juzgando que esa fórmula podría valer como pretexto para un pasaje al acto. Respuesta: - Pregúntele el nombre de su analista.

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retoma Desde hace algún tiempo, ella interrumpió su control con Lacan. Pero he aquí que al final de un seminario, y por lo tanto públicamente, Lacan, en voz alta, le dice: -Entonces, ¿recibió usted mi postal de Japón? No hizo falta más para que, un tiempo después, ella retomara las sesiones.

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Práctica del control

ser o :no ser médico Su primerísima sesión de control. La paciente de la que eligió hablar es una histérica, con parálisis y todo. Lacan: -¿Revisó usted los reflejos? Él (atónito): - ... ¡Nnnnnnno! - ¿Tiene usted un martillo de percusión? -¡No! - ¡Cómprese uno!. .. Luego, como exagerando ... -Así como papel membretado.

un significante como último recurso Tiene grandes dificultades para disuadir a uno de sus primeros analizan tes de reconstruirse la nariz [nez]. Lacan: -¿Su nariz es verdaderamente poco agraciada? -¡No!

- Entonces dígale que una nueva nariz [nouveau né (homofonía con nez): recién nacido] no está de moda.

Práctica del control

viiraje L El controlante le somete a Lacan su interpretación del caso. Lacan: -Es usted formidable, es exactamente eso. II. Tres meses más tarde:

- Mi construcción debe ser falsa, esto va de mal en peor. Y sin embargo usted me dijo que era exactamente eso. ¡No puede ser eso! Lacan: -Me alegro ... - ¡¿?! Lacan: -Me alegro mucho de que usted también se haya dado cuenta.

Historia del movimiento psicoanalítico

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La presente edición se terminó de imprimir en el mes de abril de 2001 en el taller gráfico de Aguafuerte srl, San José 1641, Buenos Aires. aguajue11e@ lacasilla. com.ar