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ALA DE CRIADOS De Mauricio Kartun ESCENA I 1919. Pedana de tiro del Pigeon Club de Mar del Plata. Una terraza al sol fr

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ALA DE CRIADOS De Mauricio Kartun

ESCENA I 1919. Pedana de tiro del Pigeon Club de Mar del Plata. Una terraza al sol frente al mar. Una gran roca atrás contra lo que todo se recorta. Un par de sillas playeras de mimbre. Un pequeño caballete portaescopetas vacío. Emilito y Pancho dormitan al sol. Tatana, en ropa de montar, termina de escribir unas notas en su libreta. TATANA: La metáfora es cosa de putos. Un ademán de manflorita. Una parte desviada de la lengua. Es claro como este sol matinal de enero. “Claro como este sol” no es una metáfora, entendámonos. Es una comparación, que es su prima sana. La comparación tiene un sentido. Sabe adónde va. No vagabundea. La metáfora es la linyera del lenguaje. “Il est impossible d'écrire sans des métaphores” Imposible no. Imposible no es una palabra que me frene, Mademoiselle Geneviève. Puedo escribir perfectamente sin metáforas. Mal que le pese a usted, al insulso pueblo suizo, al resto de los profesores del colegio, y a la reputísima lengua francesa tan afecta siempre a expresarse por parabolitas. En lengua madre. Y sin vueltas. Los que no podemos vivir sin discutir aprendemos pronto el valor de la palabra precisa. O perdemos. La palabra que apunta, dispara y acierta en el blanco justo. La metáfora es como un cartucho del 16 repleto de perdigones: abarca tanto que suele dar en el blanco. Pero mata además a todos los patos de alrededor. Así cualquier pelotudo es cazador. Algún gobierno de buen gusto debería prohibir la poesía. La poesía y las batatitas en almibar. No. Si voy a escribir mis notas de verano –y escribir parece lo único entretenido este enero desierto-, si voy a escribirlo, será en literal. Fotografías. Una pintura precisionista: un solo objeto perfecto. Geométrico, compacto y contundente. Como una roca. Como una bala de carabina. Como un tiro que queda silbando en el oído. Observe que uso la palabra como. Llano y directo. Como los rectos varones de la familia. Rectos varones llamo sólo a Tata, claro. No al tirifilo de mi padre que nos sacó al trote de landó por avenida Alvear hasta el tren. Cagado en los tiradores de que nos quemara la casa la turba bolsheviki. Ni al disminuido de mi primo Pancho que fuma sin parar su cigarro balsámico para encubrir el asma. Ni a mi primo Emilito, claro, que sin lentes se vuelve una vaca idiota – literalmente-, y come como un cerdo. Y si alguien le pregunta qué es la plata solo se ocurre pensar en la ciudad. En esa ciudad patética salida de la nada. Arrabal sin historia. Insulsa como todo lo nuevo. Camino hacia aquí, hacia la costa. Hacia Mar del Plata: nuestra Biarritz argentina. A Emilito: Emilito… ¿Te has preguntado alguna vez de dónde sale la plata? EMILITO: (Abriendo los ojos) ¿Del escritorio? (Tatana ríe) Ah, caramba, un sarcasmo… que tal si dejas de chupar tinta y te metes al agua a recuperar el volante. 1

TATANA: Ni en trance, el agua aquí es un refrigerador. Hasta hace un rato flotaba entre las piedras. (Pancho niega pesimista) Y el culo se lo moja el que lo perdió… EMILITO: La tiraste altisima… Lo idiota que sos, Tatana. Lo idiota que sos. Ni manejar una raquette… No podemos disparar al pichón porque se llevaron los cartuchos. Ahora bádminton tampoco. La última pluma que quedaba en todo el club… TATANA: Se te ha ido porque no la has visto. Jugá con lentes. Colocate los quevedos… EMILITO: Los rompí anoche en el camarote del tren. Los ópticos están también con la maldita huelga. TATANA: ¿Con monóculo…?… EMILITO: Bravo le comédien… TATANA: Adentro hay palos de croquet. EMILITO: Un golf de pederastas… PANCHO: Se la ha tragado el negro mar…a la pelota. EMILITO: La plume. TATANA: Negro mar… No, no hablo de mis primos cuando digo rectos varones. (A Emilito) Deberías ponerte el rancho… Primer día al sol y ya estás rotizado. EMILITO: ¿Badminton en rancho no es cachudo? PANCHO: (buscando en el mar) Perdió costa… TATANA: (a Pancho) Cuatro meses en el liceo naval no dan licencia de uso… PANCHO: (…) TATANA: En el vocabulario… Perdió costa… PANCHO: Cualquier tirifilo sabe lo que es perder costa. TATANA: Ya veo… El próximo verano tenemos modismos parroquiales… PANCHO: No tendré salida hasta julio. Y eso si apruebo la doctrina y hago a tiempo los votos. Se tendrán que arreglar sin mí. El seminario no cierra por vacaciones. TATANA: El patrón se deja el día séptimo para hacer huevo y a la peonada la tiene cagando con los francos. PANCHO: No invocarás su nombre en vano, Tatana… TATANA: Ves… Ya hablás a lo Padre Francisco. Te prefiero “perdió costa”. Y que conste que no lo nombré. Patrón, peonada… Una metáfora. Para algo tenían que servir… Y ya que estamos en la p de preferidos: antes que citando a la biblia te prefiero Ebé. EMILITO: ¿…? 2

TATANA: Enciclopedia Británica, cabeza de culo… EMILITO: Lo guasa que sos, Tatana. Lo guasa que sos. TATANA: No. Cuando digo rectos varones uso el plural de puro arrogante. No digo Primo Pancho, de cadete naval a curita en un mismo ataque de asma. Ni Primo Emilito, gran cucarda nacional al tilingo con pedigrí. Rectos varones sólo Tata. Nuestro abuelo. Presidente vitalicio de este Club de Tiro a la Paloma junto al mar. Subido hoy allá en la ciudad grande a su Packard cabriolet. Demoliendo a palazos los locales de esta huelga inoportuna con su garrote amansaloco. El único varón de la familia al fin que conoce el secreto profundo de las cosas: de dónde viene la plata. Y cómo se hace para conservarla. Empapado y chorreando el pelo rubio y el cuerpo tostado aparece Pedro desde el mar trepando por la baranda. Trae en la boca la pluma de bádminton. Un sublime perro de aguas. Pedro tira la pluma cerca de Emilito. EMILITO: ¡Voilá! Pancho, la plume... (Mira para arriba y lo ve a Pedro) ¡Gresca...! Pedro Testa, nuestro Saturno… PANCHO: Neptuno. Saturno no sabía nadar. PEDRO: Si la dejo flotar un rato se me la comen las toninas. Andan acardumadas. Se seban. Esperan las palomas muertas como la gallina el “maíz” y como no cae ninguna hace días son capaces de comerse lo que… (Ve a Tatana. Se inquieta). Dispense niña… no pensé que habría… damitas… Dispense, no traje salida, estoy en cuerpo… EMILITO: Prima Tatana, la que estudiaba en Lausanne. Otro indio más. Pero con tetas. PEDRO: No corresponde… Lo que no corresponde no corresponde… (Se envuelve en un toallón de granité y entra a cambiarse a la casilla) EMILITO: Cuidate de su pluma. Ha vuelto de Suiza con la manía. No quisiera yo verme en sus notas. TATANA: Aunque quisieras no te verías. Para eso hace falta tener ojos. PEDRO: (Desde una ventanita en la lona) Bienvenido Niño Emilito. El Niño Pancho me avisó que llegaba en el tren de anoche. ¿Cómo lo recibe el Bristol? EMILITO: Ahhh, bien... Con ganas de ver a la patota y me encuentro con que todos se han quedado en Buenos Aires... (Por los primos) Todos es una manera de decir… Toda la indiada haciéndose revuelo allá con esta astracanada bolsheviki… Anotados de voluntario en la Liga Patriótica… De promenade en batallón de guardia blanca, enderezando cocoliches en huelga. No sé qué le ven, no sé qué le ven. Lo atufado que va a estar este enero, Dios mío. Lo atufado. PEDRO: (se viste rápido) Y no puedo lanzarle ni un pichón para desgracia, habrá sabido. Se han llevado toda la munición y los trabucos. Los escopeteros quedaron vacíos. EMILITO: Me ha dicho el primo Pancho. PEDRO: Catorce mil palomas encanastadas tengo ahí detrás… Esta semana tocaba Copa Pommery. Para la beneficencia. Tres días de escopetazo. Su abuelo me encargó 3

diez mil doradas y yo de comedido cuatro mil más… Espero se arregle para este fin de semana. Mucho no aguantan encerradas. Les tiro agua a balde. No deje de contárselo a su abuelo si lo llama. Digalé… Catorce mil pájaros… EMILITO: (Alargándole a Pedro un billete) A nuestro Capitán Nemo… Si no salvabas esa pluma del naufragio… Ahhh… Me he vuelto bádmintonadicto... PEDRO: (guardando el billete con rapidez profesional) Muy atento niño, ninguna molestia… Termina de vestirse se peina a las apuradas con la mano y se acerca a Tatana. Ahora sí: me presento… Pedro Testa, a sus órdenes niña Tatiana. TATANA: ¿Tatiana? Ya me has hecho soviética… PEDRO: (…) PANCHO: Tatana… Albertina: Tatana… PEDRO: Disculpas, Niña. El oído duro. Tanto disparo y el agua. Por eso a veces hablo alto. EMILITO: Clavadista, che, ¿te lo hemos dicho? TATANA: En alguna carta… PANCHO: Ahí en una brecha entre las rocas. Mirás y solo ves piedras. Llega la ola… Increíble. Arte de magia. Nuestro Houdini criollo. PEDRO: Práctica nomás… Cuando guste le demuestro niña. Lo que guste pedir. EMILITO: (A Pancho) Primo… Va pluma… PANCHO: No. Estoy hecho charque. Mejor el agua… Voy andando hasta la playa de varones… Sale. EMILITO: Atufante… (Música) Lo sigue. TATANA: En tres temporadas se había hecho más popular que el refresco. Pancho lo describía en sus cartas con detalle. Un homme charmant, decía. En buen francés, claro. Pancho y su francés impecable… Que yo lo hablo pampa dice Tata. Sin el cantito. Lo único que faltaba… Demasiado que les he comprado la letra, no me van a hacer comprarle la música… Tatatá… Tatatá… El francés es un cornetín de tranvía. (Vuelve a concentrarse en Pedro) Un homme charmant, sí… Llevaba a la indiada en una chata jardinera a los burdeles del puerto. Buscaban gresca y lo hacían pelear a él. Dotado para el boxing decía Emilito. Un guerrero natural. Sabía conseguir cocó para fajarse y discos de tango. Lo bailaba compadrito y lo enseñaba a bailar entre varones. Daba clases de tiro y todas las damas del club habían empezado a tirar. No tuve dudas quien era cuando 4

salió empapado de entre las rocas como una sirena macho. Yo que le conocía en adjetivos hasta los pelos enrulados de la panza y el muy infeliz que me llama Tatiana. PEDRO: Tatiana… TATANA: (…) PEDRO: Fue adrede. TATANA: (…) PEDRO: Me sé el nombre de memoria. Si no paran de hablar de usted. Me dio calor que viera que me lo sabía y me hice el mosca muerta. El cristiano macho a veces hace tonterías de mocoso. No me la imaginaba tan linda y me apoqué. TATANA: ¿Y por qué me lo cuenta? PEDRO: Será que sigo atontado. No me dé corte… TATANA: No soy linda. No haga cumplidos. Fea por parte de padre. Tampoco me de consuelo que lo escupo. Lo llevo con hidalguía. Y corte le doy a quien se me canta. Cualquier compadrada que diga será usada en su contra. Pedro calla. TATANA: El cielo está ideal para tirar. Ni una nube. PEDRO: Me está hablando de usted… ¿Se dio cuenta? TATANA: ¿Pardon…? PEDRO: “Porqué me lo cuenta…” “No haga cumplidos…” TATANA: No creo. PEDRO: Oí mal entonces. Dispense. El oído duro. Los tiros. TATANA: Y tanta agua que tenés adentro… PEDRO: Y el agua, Niña. Tiempo PEDRO: Si. Ni una nube. Un fondo macanudo para disparar. Y sin viento que es mucho más entretenido. El pájaro con viento arranca siempre para el mismo lado. Previsible dicen aquí. Más difícil la engañifa. Los lanzadores antes de lanzar les arrancamos la cola y las remeras del ala… Las plumas… para que pierdan dirección. Salen para el lado de la suerte. Para cualquiera de los cuatro cielos. TATANA: Disparemos entonces. Trae un canasto cincuenta palomas y anotalos. PEDRO: Me farrea… TATANA: Por verte lanzar nomás. Dicen que sos un Nijinski. Pago la función. Vos lanzás… (apunta con el dedo) ¡Paf…! PEDRO: (Un tiempo) Pa. 5

TATANA: (…) PEDRO: Pa… Seco. El disparo queda silbando en la oreja… Pa… Paf es un caucho. La efe lo pone fofo. TATANA: Pa… PEDRO: Pa. TATANA: Puede ser. Puede ser… PEDRO: No la voy a hacer gastar plata. Va hasta la baranda y le da la espalda. Se agacha. Unas contorsiones armoniosas con el cuerpo y lanza la paloma imaginaria. Tatana lo mira divertida. PEDRO: Se le escapó. Esa duerme hoy en el nido. Va de nuevo. Pida. TATANA: Shot… Repite el lanzamiento. Hay algo de bailarín efectivamente en él. Tatana lo observa. Luego dispara. TATANA: ¡Pa! PEDRO: Se le fue. TATANA: ¿Cómo sabés? PEDRO: Tiró tarde. Por mirarme. TATANA: Te pusiste el pantalón sobre el maillot mojado. Tenés el culo hecho un atlántico. Me distrae. Además tiraste torcido. Y eso fue por mirarme vos a mí. Te doy una mala noticia. Lo mío ahí atrás es parte menor. Los breeches tienen acolchado. PEDRO: Habla como la indiada. Me da risa… Aquí las niñas nunca… TATANA: Aquí las niñas son la mar de pelotudas. Incide el paisaje… Pedro calla. Un tiempo. TATANA: Me los pongo de gusto… Los breeches. Por hacerme la lady ridder: ayer le manqué otro caballo al vasco Beristaín. El tercero desde que llegué. Me ha prohibido montar de los suyos. Idiota, dice que se los corro. De La Perla para allá el campo es un gruyere de vizcacheras. El trote es paso de tías. PEDRO: Hay que ir para adentro. Para La Copelina es un billar. Pero la excursión lleva el día. TATANA: No tengo animal. PEDRO: Consigo. Dos criollos de silla. Los árabes del señor Beristaín son vistosos pero son muy poco pícaros para la vizcachera. Se puede comer algo a la vera de una lagunita que hay en camino. Preciosa. 6

TATANA: Y en dos caballos subimos los cuatro. PEDRO: Si gusta consigo dos más. Por ahí acomodan el precio. Usted mande, Niña. Soy conseguidor. TATANA: Shot. Pedro lanza. TATANA: Pa… PEDRO: Erró otra vez TATANA: Cómo sabés. PEDRO: Amagué por izquierda pero tiré por derecha. Y usted le creyó al amague. Engañifa. Engaño bien, Niña. Para eso me pagan. TATANA: Todos dicen que sos bueno con las armas… ¿Sí? Pedro se encoje de hombros. TATANA: Los caddies juegan bien al golf. Los mejores terminan en campeones. Aprenden burlándose del patrón. Haciendo remedo de sus pifiadas. Una caricatura tan buena que al final mejora al modelo. No me contestaste ¿qué tal sos tirando? PEDRO: Aquí dicen que el mejor. Se dice tanta paparulada… TATANA: Shot… (dispara) PEDRO: Cielo… TATANA: Tengo buen pulso y tengo ojo dice Tata, pero no amortiguo bien. PEDRO: Acá todos caños del 16. Patea mucho y es pesado. Yo que usted bajaría de calibre. TATANA: Yo no me bajo ni de los tacos. 14 es cartucho de apocados. PEDRO: Entonces práctica. Con práctica el brazo aprende. Carne y culata… TATANA: Me aburrí de tirar figurado. Un juego de mamertos. Pedro saca de la cintura un revolver y se lo ofrece. PEDRO: Tenemos las toninas… TATANA: ¿Estás idiota? PEDRO: 38 corto. El ñato. Bull dog. Revienta un frasco a media legua. Es bala, eso sí: cosa más de varones. Tatana indecisa juguetea con el arma. PEDRO: Cabeza, aleta… En cualquier lado que les dé es lo mismo. Se van a morir al fondo. 7

TATANA: Creí que habían vaciado los armeros. PEDRO: Es mía. Tengo más. Un arsenalito. Cuido. Los otros lanzadores… Amenazan. Los despidió su Tata el verano pasado y están resentidos. Colombaires. Que no son lanzadores, dicen… que son colombaires. Hablan en lengua. Tres catalanes maximalistas. Juegan a la dinamita. Se la dan los gringos de las canteras. Faroleros. Dicen que van a explotar el club. Aprovechan la revuelta. Ya van dos noches que merodean. No se asuste. Para eso estoy. A mí me la tienen jurada porque yo no les huelgueo. Que vayan a trabajar… Macanudas las toninas. Amartille y apunte. Tirando a gatillo no hay dirección. Ni Tom Mix… TATANA: Repulsivo. Como tirarle a un caballo. PEDRO: No es tiro de sportman dicen acá. Pólvora en chimango. Para mí lo que pasa, les da hastío. Van a morir al fondo. Como no las ven morir no le encuentran la gracia. Pero un blanco es un blanco. TATANA: La mouette… PEDRO: ¿…? TATANA: La gaviota…Tchekhov. Teatro. Matan una gaviota. Es para hablar de otra cosa pero matan una gaviota. De qué sirve una gaviota muerta, dicen… De qué sirve una gaviota muerta. Lo leía en el salón del internado y pensaba en Tata: no es un tiro de sportman. Literatura rusa en francés… Maldita Mademoiselle Geneviève. Rusófila. Los suizos y su debilidad por la paz… Neutrales. Ambiguos como una metáfora. Ni idioma propio siquiera. Francés a rayas alemanas. Cuando siento que estoy por descomponerme de tanto francés me escapo en el tren rápido hasta el Ródano. Cruzo corriendo al cantón alemán para escuchar un rato el idioma. Como una cerveza fresca en el oído después de tanto almíbar. Para lo único que les sirven los expresos a los suizos es para escapar del francés. PEDRO: ¿Me habló, Niña? TATANA: No. Literatura. PEDRO: Soy de La Plata, ¿Le dije…? TATANA: Pintoresca… PEDRO: Nueva. Moderna. Flamante todo. ¿A quién no le gustan las cosas con la etiqueta pegada, no…? ¿A quién no le gustan las cosas con olor a nuevo? Irresistible. Tatana levanta el arma. PEDRO: Si usted me permite, Niña, le corrijo la postura Rodeándola con los brazos desde atrás lo hace. El brazo en la cintura es elegancia pero estos trabucos son un cañón Krupp. Mejor sosteniendo el brazo. Una ménsula. Ahí va. TATANA: Esta es la parte de la cinta hablada donde Valentino le apoya la mejilla a la garçon y le enseña el secreto de la caza. Y la garçon se marea en sus brazos con el fresco olor a mejilla. Irresistible. Olor a nuevo. 8

PEDRO: Ahí tiene una. Sale y se mete, sale y se mete. Si le agarra el ritmo no le puede errar.

TATANA: Es idiota. Me da náuseas. La mouette… De qué sirve una gaviota muerta. PEDRO: (Y su encantadora inocencia) ¿De qué sirve una gaviota viva? TATANA: Al fin alguien literal… Dispara. (Música)

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ESCENA II El mismo espacio. Atardece. Un shimmy algo melancólico desde la victrola. Tatana lee unas notas.

TATANA: Dice el tan ronco Pedro en su lengua singular: “Al que le gusta la caza le tira a un aeroplano. Por el olor de la pólvora nomás. Perfume. Cazar es vivir. Hay quien cría palomas para tiro. Palomeros. Yo no, Dios me libre: las cazo. Las hago cazar, bah. Tramperos: cobran por cabeza. Yo palomero no: cazador. Yo contra ellas y que gane el mejor…” Pedro ha entrado con una mesa bar cargada de botellas y copas y escucha. “Los palomeros son gente retorcida. Anormales. Un pichón que se salva del tiro vuelve al palomar. A veces mutilado. Con las peladuras del cartuchazo. Inocente. A la boca del lobo. La semana siguiente está de nuevo en el canasto. Eso es traición. Mente retorcida…” PEDRO: (Interrumpe) Municionado… Mutilado no, municionado habré dicho. Con munición hincada en la carne… ¿Me grabó en un disco de la ortofónica? TATANA: Te cacé, digámoslo así, a mano alzada… Unas notas para algún personaje ronco. PEDRO: El hombre es ronco niña, raspa. Cosa suave no es de varón. El fósforo no se prende contra la seda. TATANA: Hablas con gracia. Decís cosas ocurrentes. PEDRO: “Fani…” Mis alumnas de tiro… Que soy “Fani” dicen. “Faniboy”. Los palomeros sí que no son faniboy, niña… Prepara un trago con gracia y solvencia primorosa mezclando texturas y colores. En Diagonal 80 cerca del hipódromo, había uno que criaba separadas dos bandadas. Un palomero, digo… Dos palomares: en uno las blancas y en otro las celestonas. A las celestes que nacían en el palomar de las blancas se las comía. Polenta. Y al revés con las blancas. Pureza de razas. Todos los 9 de julio cuando el desfile, las largaba juntas. Las dos bandadas revoloteaban a un tiempo pero no se mezclaban. Cuestión de sangre. ¿Qué se veía?: Una bandera argentina al vuelo. Perfecta la enseña patria… TATANA: Funny… PEDRO: Ahí cerca, en 116, tenía otro palomar un anarquista. La competencia. Se mordía de rabia con la bandera en vuelo. Para mí: envidia. Un 1º de mayo tiñó a las palomas en rojo con carmín de repostería. Carmín de cochinilla. Las soltó al mediodía. Tapado de excursionistas el bosque comiendo huevo duro sobre un mantel al sol. Las palomas dieron una vuelta juntas y los jornaleros empezaron a aplaudir. Pero en la 10

segunda los pajaros se empezaron a mirar. Así coloradas no se reconocían entre ellas y empezaron todas a alejar a picotazos a las extrañas. La tercera vuelta fue una batalla aérea. Verdún. Un Barón Rojo contra otro Barón Rojo. Una lluvia de plumas carmín. Carmín de cochinilla. El ácrata lloraba. Un caso los ácratas. Como criaturas. La mitad de los excursionistas lloraban con él. Y la otra mitad se moría de la risa. Bloody Mary… Para la ocasión… Tiempo. TATANA: Una bonita nota de color. El pueblo y su debilidad por las metáforas. Con perdón de Lugones… El aire fresco del mar, el perfume a vodka, el rumor de las olas contra las piedras. Podría haberme quedado así toda la vida. Un segundo después la terraza se llenaba de alaridos. Entra Emilito seguido por Pancho. EMILITO: (A los gritos destemplados) ¡Parvenus…! ¡Rastaquouères…! ¡Guerra, muy señores míos, eh… Guerra… De un Guerra estamos hablando aquí. Un digno nieto de su grand papá. Un Guerra. Escudo de armas en campo de oro: una torre de piedra saliendo llamas por sus ventanas y troneras. Y acostada del lema familiar: "Ave María gratia plena”. Un Guerra. No estamos hablando aquí de un… de un… Guerrero… Al fin y al cabo, qué… ¿Qué apellido es Guerrero? Guerrero: carne de cañón, un peoncito de cuartel… ¡Guerra…! No Guerrico… Guerrico, Guerrico… ¿Qué es Guerrico? Un… diminutivo bélico… Guerra…Un… Un… (busca a Pancho angustiado) PANCHO: Genérico. Guerra: género. Todos los demás: especie… EMILITO: ¡Un genérico! A mí se me acepta, señor Beristaín… Beristaín … Y por casa cómo andamos… Mmmmm… qué apellidito… A qué suena… a qué suena… PANCHO: A marrano… EMILITO: A marrano… a judío converso de aquí a la indochina… Al fin y al cabo qué: un criadero de caballos: el encargado del establo, ¿no? Vamos a decir la verdad… Caballos Árabes… (A Pancho) ¿Como era? PANCHO: Semitas… EMILITO Semitas… Digámoslo de una vez… No señor Berenstein, a mí se me acepta… Se me… (Se quiebra. Se tapa la cara.) TATANA: Tata desde Buenos Aires. Su voz como un clarín ordenando en la bocina del aparato. Que sus nietos varones se unieran aquí a la Liga Patriótica para aniquilar a los bolshevikis. Honrando el apellido como voluntarios en la Guardia Blanca. Rompiendo la huelga gringa a patadas aunque fuese en la playa. Ah, la desmesura familiar… Qué sería de los Guerra sin nuestra desmesura… El vasco Beristaín alistaba a la tropa de voluntarios. De puro farolero. EMILITO: De lameculos. TATANA: Porque le vende caballos al ejército se hace el Clausewitz. Plata a paladas con los matungos… 11

PANCHO: Un metido. Un figurador. TATANA: A Pancho lo rechazó con el pretexto de los bronquios. Y el voto sacerdotal. Como primo insistía le insinuó aquello del liceo. EMILITO: Desagradable… TATANA: Digámoslo. Una mención del peor gusto. Con Emilito tuvo todavía menos piedad: se le reía por atrás. Los lentes rotos, dijo, y otras vaguedades. Se le reía por atrás. Le cacheteaba la mejilla, colorado de aguantar la risa. PANCHO Los bichos… EMILITO: Los bichos… TATANA: Desde chicos hemos cargado con el mote. Creo que en el fondo hemos terminado por serlo. PANCHO Los bichos… EMILITO: Los bichos… TATANA: A ellos dos la indiada ni los mira. Emilito los sigue atrás como un perro de playa. Prefiere creer que se ríen con él porque es simpático. Pancho en su soledad se ha vuelto un anacoreta. Un cabalista de la enciclopedia Británica. Conmigo no se meten: muerdo. Se les burlaban por atrás. Tata como siempre los despreciaba a la distancia. Lo más parecido a un varón que ha tenido la familia soy yo. PANCHO: Tata va a estar furioso. EMILITO: Buena lección les va a dar cuando llegue, sí… Buena lección… PANCHO: La otra mejilla, Emilio Guerra… EMILITO: Pelotudo al incienso… TATANA: Cuando Linneo, el más famoso naturalista, encontraba en sus expediciones un insecto nuevo que no conseguía catalogar en alguna de sus categorías… lo pisaba… EMILITO: (Hipando) Eso está bien, ves… Eso está bién… Decíselo vos a Tata, que a vos te escucha. Sos el nieto macho… Lo pisaban. Como a un insecto. Un bicho. Destruído. Con este desplante me ha destruido. ¿Quién era Linneo? PANCHO: No llores. EMILITO: Nos va a despreciar… Cuando venga nos va a despreciar. PANCHO: Como siempre. Pero en rancho y camisa de lino. Con llorar no ganás nada. Lo enfurece. Si llorás te escupo me dijo un día. El jueves que me echaron del Liceo… Cuando tuve que dejar… Por el asma. Tiempo. Emilito destruido. PANCHO: Una muñeca de carne de nuez… Para los zapatos… EMILITO: ¿Qué…? 12

PANCHO: Para los scarpe italianos. El secreto del brillo. Un puñado de nueces rotas en un trapo. Hacés una muñeca de lustrador. Apretada. La golpeás bien para que larguen el aceite. Y se lo pasás suave. EMILITO: ¿Es momento…? PANCHO: Me lo pediste mil veces: una alegría que te doy. Un consuelo. EMILITO: Dijiste que no sabías… PANCHO: Mea culpa. Egoísmo. EMILITO: ¿Ebé? PANCHO: No. Me lo enseñó Pedro la temporada pasada. PEDRO: No sabía que andaba tras el secretito, Niño Emilito. Se lo hubiera enseñado a usted también… (Le alarga una copita) Le va a sentar… Soy llave de las licoreras… Lanzador, guardia y buffetier… Vodka de papa. Zubrówka. Polaco. Se lo hace traer su abuelo para el Bloody Mary de la tarde. TATANA: Un día de grandes revelaciones. Y yo que creía que todo el secreto de su trago estaba en el ají putaparió. Vodka de papa polaco... Qué mixtura fascinante: la fórmula de la criollez exquisita: alcohol, tomate perita y putaparió. Lugones le haría una loa: Oda al alcohol en sangres… Pedro escancia unas copitas diminutas. PANCHO: La copa apenas sobre el labio y un golpe de cabeza hacia atrás. Wodka. Lo escriben con doblebé. Wodka. En ruso significa agüita… Emilito lo mira. PANCHO: (Fastidiado) Sí. En la R de Russia. Sabiendo buscar está el universo. EMILITO: Y teniendo el tiempo. TATANA: El mar a primo Pancho siempre le sentó fatal. Se ahogaba. Veraneaba sin la familia en el Edén, en La Falda. EMILITO: El ama de llaves y él. TATANA: Y los veintinueve tomos de la Enciclopedia Británica en cuero que Tata le mandaba en tren para que se distraiga. Fragantes a unto los libros. Todo lo que tuviese cuero en algún lado lo untaba Tata con grasa de monturas. Una desviación ecuestre. Desde La Falda llegaban acá a La Loma las postales de Pancho cada dos días. Un sobre monogramado en papel de hilo, la foto de unas piedras gigantes con formas pavotas y su letrita PANCHO: Potelé… TATANA Y EMILITO: ¡Rechoncha..! TATANA: Tata amaba tanto a la Británica como odiaba a Emile Zola: “El tinterillo rojo… 13

EMILITO: Un cáncer para el cerebro joven… TATANA: Un cáncer para el cerebro joven… Le quemó los diez tomos una vez en la cocina del Círculo de Armas. Famoso. Literatura. Costumbrismo, digámoslo… Embarcan vodka con entusiasmo. PEDRO: Dice su Tata… con licencia… que el Bloody Mary es bebida vespertina. Si al caer el sol todavía le queda en la copa la tira al mar. TATANA: Soiree de toninas. PEDRO: Acá los catalanes eran muy de leer. Los colombaires… ¡Colombaires…! Lanzadores de paloma a brazo somos, qué colombaire… Yo me distraigo, no sirvo. Para la lectura… Inquietud. De familia. Lo ve a mi padre: un rayo eléctrico… Noi ci muoviamo molto, perché siamo della regione fredda: Testa, Niña…Testa. De Monguzzo, en la Lumbardía… Casi Suiza… TATANA: Sí… Casi… PEDRO: Pero los catalanes muy de leer. Para mí, son los libros. Les hacen ver cosas que no son. Noche por medio a la biblioteca. Biblioteca Juventud Moderna. Me confundió el nombre y los acompañé una noche. ¡Qué moderna! Cargar libros y hablar mal de los señores. No quieran saber lo que dicen de su Tata. No yo no soy palomo buchón pero no quieran saber lo que esos colombaires dicen de su Tata. Infamia. Lo remedan. Los libros. Narcóticos. Toman. PANCHO: Es sitio de asamblea. Un nido ácrata. Detuvieron como a cien hoy en la puerta. Está en el periódico. Biblioteca Juventud Moderna. Al local no hubo manera de entrarle. Atrincherados. Una fortaleza. Ni la brigada del vasco ni la policía. Impenetrable. PEDRO: Cuatro tapes viejos en matungo… Eso no es policía, Niño. Ni disparar saben. Qué van a saber. No les da. Negros. Negros de porra. Usted me entiende lo que quiero decir: negros de la cabeza. Van a entrar, sí… Golpeá que te van a abrir… Ven un uniforme a dos leguas y ya pusieron la tranca. Vayan haciendo el tonto… Manden uno por los techos… Una barreta y adiós las chapas. Más… más… EMILITO: Tom Mix… PEDRO: Tom Mix… Yo sé… Conozco. Ahí anidan los colombaires. Más de cuatro cinco rebeldes adentro no hay. Pero atrincherados quien los saca. Como gato en la leñera… De sorpresa hay que irles. Una engañifa… Lo tengo pensadito, eh… La mejor defensa es flor de ataque. Por el techo… Ahí se les acabó la farrita. Una vez adentro, como a las vizcachas: candil en los ojos, palo y a la bolsa. Pero no les da. Negros de la cabeza. ¿Estoy hablando un poco alto? Los tiros… TATANA: Y el agua… PANCHO: Sí. Y el agüita… Se tientan. Ríen hasta perder el aire. 14

TATANA: (De pronto) Vamos a tomar Juventud Moderna… (Pausa) Que vamos a tomar Juventud moderna… Callan. Confundidos. Tiempo. TATANA: Tomarles la vizcachera. Garrotearle las crías. ¿Qué pasa? Entrar y hacerla pedazos. Los archivadores, los pupitres. Las fichas de cartón y los foquitos de lectura. Los estrados de conferencia, la palestra, los bancos. Y toda la sección de poesía. Qué Tata vea a sus nietos sportman de una vez… Callan. Tiempo. Y a la estrategia implacable de nuestro Clausewicz platense … (Pedro impasible). Y que el vasco se tenga que comer las palabras al pilpil como el bacalao. Pocas cosas lo pondrían más feliz a Tata. Y Tata feliz es Tata agradecido... EMILITO: ¿Te has vuelto pelotuda de atar? Tatana en silencio mira a Pedro. PEDRO: No soy un trapito yo, que me achique en… en… la batea de lejía… TATANA: Hasta hace una metáfora eras perfecto… ¿Se entra sí o no? PEDRO: Pared por medio está la botica de San Pablo. Por los techos… Entrar se entra. Después adentro habría que ver. TATANA: Pedro tiene armas. (A Emilito que resopla:) ¿Tenés un programa mejor? C ´est la soirée… Guardia Blanca, Emilito, te va con la ropa de verano… EMILITO: Pensaba ir al teatro, ¿y qué…?. Una compañía de vodevil franchuta. La femme à papá. Una mononería de cosas cochonas… Chicas monas… No me la voy a perder por… por… ¿Qué me mirás? ¿Qué pasa…? Voy a decirte una cosa Tatana: no sé como llamen a eso en Suiza pero acá tiene un solo nombre y no es nada bonito ¡Nada bonito!: Te estás poniendo fatal e insoportablemente… pushy. Pushy, Tatana… TATANA: La maravillosa metamorfosis de los insectos: arribada la época estival la larva de los Emilio Guerra se transforma milagrosamente en un Bicho Paz. EMILITO: Boluda en su tinta… Tiempo PANCHO: (Iluminado) Emilito… Las completas de Emile Zola… En rústica con los sellitos de la biblioteca en cada hoja. Un botín de guerra… De trofeo para el abuelo... Entramos a la biblioteca, la destrozamos y le llevamos el trofeo. Y qué vea de una vez por todas quiénes son sus nietos. Ellos Juventud Moderna. Nosotros Pigeon Club… TATANA: La brigada de los raros. De los enfermos. El batallón de los fenómenos. Y al frente de las tropas: el Clausewitz de las diagonales. La guardia blanca de los feos. Los despreciados armados. Los inclasificables. Los bichos. EMILITO: (Con una tímida decisión) ¿Brigada Linneo…? PANCHO: ¡Brigada Linneo! 15

ESCENA III Noche de calor bochornoso. Pancho y Tatana con rotundas caretas de cosaco. PANCHO: Es atavismo en la avispa minadora de Borneo mimetizarse con la araña que acosa. Imitar a la víctima antes de la cacería hasta en sus movimientos más leves. Temblar las patas como aquella en su tela. Dar sus pequeños corcovos. Sus brincos como de hilo en hilo. Copiar a la araña para entender cómo atacarla mejor. Y recién allí arrojarse sobre ella, dormirla con su veneno y desovarle adentro las crías. Remedar a la araña antes de aniquilarla, borracha de su propia ponzoña. Una ceremonia ebria. Enciclopedia Británica. En la B. De Borneo. TATANA: O sea, propuso Pancho en su desviada debilidad por los símbolos: antes de atacar al soviet, seamos soviet por un rato… Vodka de papa y palomas a la parrilla. ¡Una aburridísima soiree bolsheviki! Entra Emilito bailando una danza rusa. PANCHO: Emilito has bebido… EMILITO: (Señalando a Pancho) Trosky… (A Tatana:) Gorky… (Ríe) Ahíto… Estoy ahíto, Tatana. He comido palomas como un cosaco. Y como ha servido esa mesa… ¡Para un Príncipe Romanov! Armó el salón solo para nosotros… ¡Candelabro…!¿Se ha quedado lavando los platos, Pancho? Este Pedro es una caja de Pandora. Tiene ahí dentro su propia charcuterie. ¿Secretito…? ¿Quieren saber el secreto del pichón a las brasas…? Una lata de manteca salada para untarlas sin parar… ¡Qué ambigú! ¿Dónde ha dejado el agüita, camarada…? ¡Zubrowka…! ¡Zubrowka! PANCHO: Tengo el pecho prieto. La humedad del sereno. Se me ha acabado el Doctor Andreu… Los balsámicos de fumar ¿Dónde encontraré botica yo, dónde…? TATANA: Cagado en los tiradores. PANCHO: La peor infamia… Si estás vos que sos inmortal… Si me quedo al lado tuyo no me puede pasar nada. Mala yerba nunca muere. ¿Puedo decirte una cosa ahora que la intimidad lo permite? Ese hombre… Pedro. No es para vos. Tatana va a contestarle cuando entra Pedro. Un hermoso traje claro y un maletín de médico. Un Apolo. Se sorprenden. TATANA: Valentino. En persona. EMILITO: Pepe Stalin… PEDRO: Gracias Niña… Para estar a la altura. TATANA: Lino de Egipto crudo. Sereno. Y suntuoso. Celebro tu buen gusto. EMILITO: Un touch of class… Eso es saber elegir. (A Pancho) ¿No tiene un aire al que te hiciste en Faubourg Saint Honoré? Pedro calla. Mira a Pancho. PANCHO: Es el mío. Me quedaba algo holgado. 16

EMILITO: ¡Quelle diference: de París a l´estance…! Pedro se acerca a ellos. EMILITO: Un zar… Un auténtico zar… Pedro I… PANCHO: Los bolshevikis no tienen zar, idiota. Lo han colgado en la plaza. Y en Pedros ya han tenido el tercero… EMILITO: ¡Pedro IV! Y Tatiana nuestra Princesa Rusa… Pedro vacía el maletín sobre la mesa: tres revólveres de brillo sutil. Quedan todos hipnotizados. PEDRO: Una escultura modernista… ¿No son una escultura modernista, Niña? PEDRO: DRGM. German Reich. Mauser Werke. Manufactura germana. Precisos como un reloj. Empavonado mate. Una piel. Cachas de baquelita. Un material nuevo. Cómo me gusta este material nuevo… Invento belga. Baquelita. Dura y liviana a la vez. Un trapo húmedo y queda como nueva. Qué me vienen con madera… Sintético. Manufactura germana… Le ofrece a Tatana Téngalo en la mano. ¿No es hermoso? Pedro: (Le alarga un pequeño revolver a Pancho:) El petit Tom Mix… (Le entrega a Emilito un revolver de caño imponente) La jirafa... TATANA: Colonia a la lavanda. Va perfecto con el lino crudo. Tenés gustos de dandy. PEDRO: De su primo Pancho también. Inglesa. Un frasco casi lleno. TATANA: (Enfrenta a Pancho) Abandona sus gustos mundanos por lo que veo… PANCHO: (Fastidiado. A Emilito) Vamos… Se retiran Pancho y Emilio. TATANA: Pancho y su debilidad por los gladiadores. Aquella historia del asma en el liceo… Otra historia, no es momento: estoy a punto de perder la castidad… PEDRO: Usted también huele rico. Algo suyo. Eso no es de frasco. Todo el día lo estuve sintiendo. Un aroma en el pelo. ¿Puedo? (se acerca y huele) A flor del limonero. TATANA: Y a vodka de papa… PEDRO: Sí. Rico. En los labios. En la boca. Por eso la hago hablar. Vodka Sour: limón y Zubrówka: emborracha. Mire que borracho no sé lo que hago… Hable. TATANA: ¿Qué digo? PEDRO: Diga besame. La abraza. La besa. No es ese beso de caballeros que se espera en el Pigeon Club. Tampoco parece ella quererlo así. Las manos de él se hunden en los breeches. 17

PEDRO: Nos pueden ver… Está mi cuarto… En el ala de criados… No es que yo sea… Me lo prestan… ¿La espero en mi cuarto? Sale. Tatana aun perturbada. Se sienta en la silla. Tiene aun en la mano la pistola. Juega con ella.. TATANA: ¿Hay algo más fácil y trivial que dispararle a una tonina? Sí: dispararle a una mujer fea. Más fácil que la tabla del dos al decir de mi primo Argentino, Dios lo tenga en su fiesta eterna. Mi desfloración en el ala de criados. Donde terminan las panoplias de roble y los cortinados de terciopelo colorado. Antes del cuarto de plancha y de las calderas. En la frontera. Él Pincén y yo su cautiva. En su toldería. Pequeña, ordenada y sin ventanas. Una banderola apenas allá arriba, en la puerta, alta. Una virgencita con una vela. Un ropero y el relente. Ese tufo espeso, eterno y misterioso que guarda todo cuarto de criados. Se le anudaban los dedos en los botones del breeche. Soltátelos vos, me dijo. No estoy segura de que me haya tuteado. Lo había imaginado de otro modo. Siempre imaginé la primera vez de otro modo. Tal vez por eso tardó tanto. O porque nunca llegó la oportunidad, digámoslo. No estoy segura de que se haya dado cuenta de que fue la primera. Las manos de un artesano, imaginaba. Un joyero orfebre. Un relojero. Dedos suizos abriendo los botones. Soltando los lazos. Desenhebrando los cordones. Se le trababan los botones como a un picapedrero. Tiraba. Algo de una goma higiénica. Algo así dijo de una goma higiénica. Y date la vueltita. Groserías. Hablaba entre dientes. Una vulgaridad inefable. Bomba bomba. Tomá bomba bomba. Tatiana la princesa rusa fea. Y el mujik. No: lo imaginaba diferente. Se limpió con la sábana. Asomaba un colchón de estopa y lana. Tuve ganas de escapar. Y más ganas todavía de quedarme y que lo hiciera de nuevo. No pude luego sacármelo de la cabeza, más tarde cuando atacamos Juventud Moderna. Ganas de que vuelva a tironearme de la ropa como quien cincha a una potranca. Y ganas idiotas de escribirle un poema. Palabras que se me aparecían como nubes. Él y su grosería inmensa… “Un rapidito antes que nos busquen los niños…” “Bomba bomba…”. Y yo como una opa de estación escribiendo a toda hoja la palabra Bomba en letra gótica. Bomba: el amor es un atentado ácrata.

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ESCENA IV

Temprano en la mañana. No se ha levantado la bruma todavía. Entra Emilito eufórico arrastrando como puede una pesada bolsa de arpillera. Atrás Tatana y Pedro. Sobre las camisas los brazaletes de la Liga Patriótica con los colores argentinos. EMILITO: (dando vuelta la bolsa y desparramando su carga de libros) ¡Viva la patria! La fuente del saber insurgente… Qué trapacería mi Dios, qué trapacería… ¿Y Pancho…? ¡Pancho vení a ver el botín…! (A Pedro:) ¿Te metiste en la botica de San Pedro…? ¿Puedo creer en lo que han visto mis ojos? (A Tatana) No me daban las piernas para correr a la jardinera… Patitas pa´qué te quiero… Cómo he azotado a ese matungo… ¿Rompió el escaparate de un tiro y se metió en la botica…? TATANA: Balsámicos del Doctor Andreu. Para Pancho. Causa mayor… Entra Pancho PANCHO: Y unos dulces… Una bolsa de oruzú, otra de regaliz. Y un frasco de cocó. EMILITO: ¡Ayudadito…! Primo Pancho así cualquiera… Ayudadito… Dame para acá de esa golosina… ¡Gresca! PANCHO: (A Pedro) Se agradece la atención. TATANA: (A Pedro:) Estuviste glorioso. PEDRO: Cinco mamertos… TATANA: Dame un beso que no nos ven… PEDRO: Están los niños… TATANA: Marcial estuviste… Estupendo. De verte se meaban del susto. PANCHO: Las tropas del Zar Pedro aplastando al ejército rojo. Las tropas del Zar y los derechos de la iglesia. Guerra santa. Toma cocaína fervorosamente. EMILITO: ¡Pietat… Pietat…! Cómo era, Pedro, vos que lo sacás bien al catalán… PEDRO: Pietat, niñes… EMILITO: El peladito, pietat niñes, el otro era una tumba. Seriote… Enfermó de rabia cuando te vio. A ver si te quedan ganas de dinamita ahora, colombaire… Le estalló la boca como una flor… ¡Qué culatazo! (A Pedro, lo remeda) ¡Cantá el himno, cantá el himno! Lindo te lo iba a cantar el gringo… atragantado de sangre… Este Pedro es un animal… Un auténtico animal… (Revuelve entre los libros) La tierra… Naná… La bestia humana… Germinal… TATANA: Ese. Una huelga heroica que termina en masacre… Ponéselo a Tata delante de todo y después pedile lo que quieras. 19

EMILITO: Pero qué trapacería, Pancho… No hemos dejado piedra sobre piedra… Tengo los dedos astillados de arrancar anaquel… ¡Gresca…! Llamalo a Tata a Juncal, Tatana… Llamalo y contale. A ver qué dice ahora señor Berenstein… Tóqueme el rostro, a ver ahora señor arribista… Señor de incierto antepasado… PEDRO: (Pide) Las armas sin las balas, niños... Las balas las guardo aparte. En lugar seco. Se ponen azules aquí de la humedad. Los casquillos usados mejor al mar… Menos problema… Espera en vano. Tiempo. Los bufosos, digo… Que tengo que guardarlos… EMILITO: Y… No… (Tiempo) No, ¿no Pancho? PANCHO: Y… (Tiempo) No. EMILITO: Guerra. Una torre de piedra soltando llamas por sus ventanas y troneras. PANCHO: Acostada del lema familiar: Ave María gratia plena. EMILITO: Guerra… PANCHO: Denos Dios paz o victoria… Gresca y fe mariana. Liga Patriótica Argentina. Brigada Linneo. EMILITO: Brigada Linneo. TATANA: (Pedro asiente. Está confundido. Sale finalmente masticando su impotencia) Guerra. Una Guerra Santa. Ayudados de cocó no dormimos en todo el día. Ellos por ahí de caravana. (a Pancho y Emilito que descansan despatarrados) Dije por ahí… (sin mucho entusiasmo obedecen y salen) Ellos por ahí de caravana, yo esperando que el gladiador guarango me hiciese su seña para la toldería. Un saludito al Doctor Irigoyen. Doctor Irigoyen se lo hacía llamar a su atributo. Se rompe pero no se dobla… No había bajado el sol ese día y ya salía otra vez la jardinera al trote cargando a la brigada deforme. Dispuesta a una nueva cruzadita. Unas casuchas de lata para el lado del puerto esta vez. Una imprenta bolsheviqui que Pedro nos había delatado. Nuestro zar les volteó la puerta con el hombro. Bestial. Literalmente. Le disparó a un ganapán de gorra que huía por los fondos. Cielo. Una cerilla sobre unos afiches con solvente. Incendio. Tremebunda imagen a lo Emile Zola. Pero no… No fue esa flaqueza de folletín la que perpetré escribiendo en el cuarto, luego. Ese amanecer. Y el siguiente. Empapada de sudor sobre su colchón de estopa y lana. Un bollo de sábanas pringosas al pie del tálamo. No fue esa justamente... (Confiesa) Metáforas. Sí metáforas. Y rimadas. Ruge el ronco viento de tu voz y naufrago sobre el lecho… de tu pecho… No. No se me juzgue: una mujer en ese estado no es imputable de poeta. Dos días después había empeorado todo. Ardíamos la ciudad y yo de fiebre subversiva.

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ESCENA V La escena desierta. Entra Pedro. Descubre en la silla el ejemplar de Germinal que trajera Emilito. Lo observa largamente. Lo abre en la página final. Lee con conmovedora dificultad. PEDRO: …Y cuyos… gérmenes… no tardarían en hacer estallar la tierra… Parece meditar sobre el texto. Luego como si fuese una paloma lo revolea para lanzarlo al mar. Descubre en la pirueta a Tatana que se acerca y disimula. PEDRO: Han mandado un criado desde su casa. TATANA: Lo vi. Por eso entré. El calvo Ruy. Pancho de chico le decía Fosforito… Sigue aguantando a mi padre… No sé cómo hace. PEDRO: Está preocupado… Su padre… Que si la veo la mande para allá. Un recado. TATANA: Pasé ayer. Qué más quiere. Pedazo de timorato. Si mi madre viviera lo escupe. Gran tradición de familia. PEDRO: A mí me parece, creo, que tendría que ir yendo… TATANA: Fin del folletín. Última entrega. La niña es abandonada por el gladiador. PEDRO: No es lugar, acá todo el día… TATANA: En el cuarto no me decís lo mismo… PEDRO: Sale con cada cosa… TATANA: Estás con la luna… PEDRO: Usted escribe mucho, de tu pecho ronco de no sé qué, pero… TATANA: ¿Qué? PEDRO: Usted dice, pero no me quiere… Las palomas están hediendo y usted no habla con él. Yo le pido, le pido y usted no habla. Un lienzo de arpilleras mojadas sobre las jaulas, pero ni así… El olor llega hasta acá. TATANA: La central telefónica sigue cerrada. No hay quien atienda los clavijeros. PEDRO: En las jaulas de arriba no se ve pero en las de abajo ya hay muchas muertas. Otro calor como el de ayer y pierdo la mitad. Al menos si cayera una lluvia. Les tiro agua de mar a balde pero es peor. Un saladero… Pero a usted qué le importa, claro… Tiene que saberlo… Su Tata tiene que saberlo… Catorce mil tiros… TATANA: Soltalas… PEDRO: ¡Y dele…! No son animal de palomar, ¿no entiende?. Ya le dije: cazadas a trampera. Se pierde todo. A moneda de veinte por cabeza, un capitalito… TATANA: Un capitalito finado. 21

PEDRO: Muertas se las se puede contar. Contadas se las puede cobrar. Yo traer las traje… ¿Si no cuenta cómo paga…? Una por una se las pagué yo a los tramperos. Después el maiz. Me invertí entero. ¿Se cree que es fácil lidiar con los tramperos? Te quieren meter cualquier cosa… Les pago por doradas, me meten monteras… No les gusta trabajar. Negros… TATANA: De la cabeza… PEDRO: …Negros de la cabeza. Yo me confié… En usted me confié y ahora resulta… En qué otro iba a confiar… Es la única que me puede ayudar acá, me confié, por lo que… bueno, por lo que hay entre nosotros y míreme ahora… TATANA: ¿Y si me tuteás…?. (Pedro niega) Las cuento yo. Doy fe. Te hago el notario. Las cuento y las soltás. PEDRO: (Duda) Yo me debo a tu Tata… TATANA: Plata en mano culo en tierra… PEDRO: A su Tata me debo… Si el dice de soltar, encantadísimo… Pero llame. Si no llama, cómo… (Duda. Le concede.) Acá todo depende de vos… Yo me porto pero vos llamá… TATANA: Me porto pero llamá… A cualquier otro que me lo hubiera dicho le ganaba el revólver por el ojo del culo. PEDRO: Boca sucia… Tenés que ser más buena conmigo. ¿O yo no soy bueno con vos? Dame para acá esa boca sucia… La besa. Entra Pancho. Viene desgreñado y con barba de un par de días. Los sorprende. Se conmociona. Pedro se separa inquieto. TATANA: Las palomas… Se le están muriendo… Y Tata… PANCHO: (A Pedro) Las telefónicas han cerrado. ¿Cuántas veces te lo debo decir? Te dije que llamaría. ¿O no? Me lo has pedido cinco veces y te dije que lo haría. ¿Estás más sordo que de costumbre o qué? Yo no me olvido las promesas… Pedro se hace el desentendido. TATANA: No había que ser clarividente. Hubiera bastado abrir los ojos. Claro: el que abre los ojos se despierta. Era claro… El guarango tiraba a varios cielos. Y no tenía más blanco que cobrar las palomas. Veo que este escritorio tiene demasiados telefonistas. ¿A él también le has pedido? Hasta hace un minuto era sólo yo la que… PANCHO: (la mira desafiante) ¿La que qué…? Entra Emilito muy excitado. Interrumpe. EMILITO: ¡Gresca…! ¿Le has contado Pancho…? De la batallita que preparamos para esta noche… ¡Gresca…! Esta noche gran soirée… ¿Qué ha pasado aquí? PEDRO: Ni una bala queda, Niño, ya le dije… Las tres cajas que tenía. 22

EMILITO: Tendrás que conseguir… Sos conseguidor. ¿Te hemos hecho faltar argent? PEDRO: No hay de dónde, Niño. Sino, servidor… EMILITO: Carajo, ¿es chiste ésto…? Sacamos del galpón el Hispano Suiza de Tata. En la jardinera parecíamos dos hieleros… Pancho no conduce así que le saqué los quevedos a madre. Apenas si me calzan pero he vuelto a ver la vida… ¿Ha pasado algo aquí? PANCHO: (A Pedro) Ponete a la altura y conseguí más tiros. Para eso se te paga. Creo que hemos sido generosos. Hemos pagado bien…. PEDRO: (Contenido) Y yo siempre he cumplido… EMILITO: Fundamental, eh… Sin tiros no hay alegría. Por Dios las ideas de este cristiano… ¿Le has contado Pancho? Los corrales de Berenstein están sin peonada… Esta noche le bajamos la caballada… Masacre de matungo semita. Mortadela de Milán… La venganza es un plato que se come fiambré… Desde la reja nomás… Con la puntería de esta bestia… Con cuatro cajas alcanza… PEDRO: El señor… El señor Beristaín… No, niño… Cómo… Es socio el señor… Cómo va a ser… Cómo va a ser… PANCHO: ¿Estás con Beristaín o estás con los Guerra? ¡Carajo me estás cansando! PEDRO: No Niño, sí… Si yo siempre… Es que no hay de dónde sacar los tiros, se lo juro por lo que más quiera. Sinó por favor. TATANA: Debés estar confundido. Bajo la cama. En el cuarto. Un cajón de madera lleno. 38 largo. (A Emilito) En el ala de criados. No es criado. Se lo prestan. EMILITO: ¡Gresca! Emilito corre hacia adentro riendo. PEDRO: Ah, no, pero esas… No esas… En el cuarto no, Niño Emilito… TATANA: Se me rodó un anillo. Un solitario con un brillantito. No lo encontré. Ahí fue que las vi. PEDRO: Díganle al Niño Emilito que no me entre en la pieza…Un respeto… Yo les cumplo… Ténganme un respeto. TATANA: Nada especial el solitario. Quedatelo. Pero no va con lino crudo. PANCHO: Una familia desprendida. Ubicate. PEDRO: Cómo usted diga, Niño. Como usted diga... Sale Pedro. Escuchamos desde afuera su grito de impotencia. Pancho mira a Tatana largamente y sale también.

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ESCENA VI TATANA: Ninguna pasión iconoclasta, no. El aire de mar. El aire de mar que corroe los monumentos. Se come los bronces. Se come al ídolo posible del verano. La estatua del zar de la temporada, corroído por el orín entre hamacas de una placita platense. ¿Habrá alguna vez ídolos de baquelita? Sí, el aire marino corroe. Y el tiempo. Fuimos los dos en el asiento trasero del Hispano Suiza hasta el haras del vasco. No me miró una sola vez. Enculado. Lo espié de reojo pasando la barranca de los lobos. ¿Serían las sombras del pinar o había manchas de óxido ya en la cabeza empavonada del zar…? (Anuncia:) ¡Regreso de la matanza…! Entran los tres hombres. PEDRO: (Intentando detenerlos) ¡Cuatro días…! ¡Cuatro días…! Por lo que más quieran… Por favor… Vuelvan a dormir al Bristol… Esta noche siquiera. Mañana vemos… Se lo pido por lo que más… EMILITO: ¡Paf…! Cinco padrillos, catorce yeguas, nueve potrillos, seis potrancas, cinco potrillitos de leche… Pedro incómodo le hace señas de que hable más bajo. EMILITO: ¡Haga patria…! ¡Paf…paf…! TATANA: Pa. Seco… El disparo es pa. Paf es un caucho. EMILITO: La prima Tatana y sus extravagancias. Letromaníaca, ¿no Pancho? Pa. Cierto. Pa, más seco… Ni una bala en las cajas hemos dejado… Ni para recuerdo… (A Pedro) Un Tom Mix … Un auténtico Tom Mix… Qué pulso con ese 38. No has perdido disparo… (le alarga unos billetes) ¿No estás caro con el tiro de 38? A cuánto nos vino salir cada potrillo? PEDRO: Mejor bajito, niño, no sea haya alguien, le pido. No se vaya a molestar pero… Yo el servicio con gusto como siempre, pero acá si se enteran… EMILITO: Claro hombre, claro… Pero te perdés una cucarda: cuarentayocho tiros, treintaynueve blancos… Caían como moscas los caballos… Qué charco hicieron… TATANA: Nada demasiado tremendo… Escrito da dantesco, Emile Zola, pero nada tan tremendo. Teintaynueve matungos… Eso no es quiebra para el vasco… Noveaux riche… Caga plata… Que paguen por figurar… La plata no le ha costado más que un buen braguetazo. La casó de apuro a una Figueroa que como todos saben son los Perez de la Guía Azul. Tirás un Figueroa y nacen cien. De los bárbaros del norte… Fornican como conejos y como no siempre encuentran con quién, suele fornicar a otro Figueroa. Opa que veas en una plaza de Salta llamalo Figueroa y viene. EMILITO: ¡Sí pero no…! Una cucarda… cuatro cajas de bala, treintaynueve aciertos… A media cuadra, de noche y galopando como locos… Qué pulsito mi Dios… TATANA: Tordillos… EMILITO: (…) TATANA: Pelaje claro… Tampoco tanto… 24

PANCHO: Y con buena luna. TATANA: Se los veía perfecto. PEDRO: Yo… Yo tendría que hacer… Si no se molestan niños… Tengo el trabajo atrasado… EMILITO: Francotirador prusiano y palomero. El perfecto krumiro. Nuestro rompehuelgas personal. PANCHO: Nuestro carnero. PEDRO: Debo baldear las jaulas. Hay… hay… miasmas, por decirlo de algún modo… Será de Dios… Los dos días más calientes del verano… En un par de horas amanece y no ha refrescado ni un poco. Ya ni sé cuántas quedan… PANCHO: No hace falta. Hasta febrero no vienen. Que hagas con ellas lo que quieras. Su bendición a los nietos. EMILITO: ¿Tata? PANCHO: Pasé por la Unión Telefónica del Bristol después de la cena. Con diez pesos en la mano no hay huelguista heroico. Así anda el país. Me olvidé de decirte. PEDRO: ¿Cómo que se olvidó…? PANCHO: Que me olvidé… ¿Qué…? Con todo lo que tengo en la cabeza… EMILITO: Y en la nariz… PANCHO: Qué no está la patria para pensar en palomas ni en minucias sportivas… EMILITO: Minucias sportivas… Esa es de Tata… PANCHO: Que qué te pensás, fastidiando por una cosa así. Qué hagas con ellas lo que quieras. Dijo otra cosa pero no es de buen gusto. Que a veces se gana y a veces se pierde. Que él también está perdiendo. Que la nación está perdiendo. Furioso. No sé si fue buena idea. Le pareció una insolencia, bah. PEDRO: ¿Está de broma…? ¿Me farrea? PANCHO: Me olvidé por completo… EMILITO: Para el sportman siempre hay revancha… Lo importante es… PEDRO: (Interrumpe) Ustedes… Ustedes… Ustedes a mí me toman para el churrete, Ustedes… Pero ojo… EMILITO: Lo importante es la salud. El dinero va y… PEDRO: ¡Estoy hablando yo, carajo…estoy hablando yo…! PANCHO: Te insolentás. Tiene su razón, Tata… La confianza tiene un coto. Se lo he de comentar cuando llame. Que te ponga en cajas. PEDRO: (Estalla) ¡Bichos! ¡Bichos! Es lo que dice la indiada… ¡Ustedes son bichos! 25

PANCHO: Por arte y parte de los bichos acá se te ha matado el hambre. Te hacés el cuentapropista, el tenderito, y tenés rencores de lacayo. PEDRO: Arrodillado en el baño no me decías lacayo… (Calla conteniéndose como puede) EMILITO: Desagradable… (A Tatana) Decile algo vos. TATANA: Al menos no fue sobre la misma cama… EMILITO: ¿Qué…? TATANA: Nada. Literatura… Se acaba de caer la estatuita del zar de la Lumbardía. El zar casi Suizo… Pedro se acerca con gesto amenazante y escupiendo al piso se muerde el índice en el clásico gesto de vendetta. Se retira. PANCHO: (Le grita) Olvidate de volver a entrar al club. Acá se te terminó el negocio. Hablo con Tata… Andá haciendo maletita… Pedro regresa furioso. PEDRO: Mariquita… Puto… Manfloro… Chupapija de retrete… Ahora vas a saber lo que son cinco dedos… Se le acerca amenazante. Lo toma del cuello. Va a pegarle. Emilito a sus espaldas levanta tembloroso el revólver empuñándolo como una maza y lo golpea. Cae.

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ESCENA VII Tinieblas. Un trueno. Un relámpago ilumina apenas la pedana. TATANA: Emprisonnement pédagogique… Reclusión pedagógica en criollo. Así hemos sido criados. Confinados hasta que llegue la razón. Un día entero encerrado a veces, y hasta dos como aquel 20 de junio que maldije la bandera y me negué a madrugar. EMILITO: El tiempo que haga falta. No importa la dosis sino el efecto. Dos linyeras catalanes le soliviantaban la peonada a Tata. Ácratas. De campo en campo en vagones de carga. Se los cazó a lazo un capataz en el apeadero de la estancia. Tata los bajó con una noria al pozo de un aljibe seco. Un farol, aceite y la constitución nacional. Todos los días les bajaba a soga un balde de agua y tasajo. Y les tomaba el texto de memoria. Esto se llama democracia, les decía desde el brocal. TATANA: Emprisonnement pédagogique… En el artículo 17 se los ahogó una tormenta. Santa Rosa. Una pena: con un mes más de sequía los sacaba cívicos. No ayudó el tiempo. La luz descubre ahora a Pedro Testa, la cabeza sangrante, atado a una columna. EMILITO: (A Pedro) Cuando se te pase la luna volvemos a hablar, ¿sabés? PEDRO: (Enronquecido) Biiiichos… Biiiichos… EMILITO: Te paré por tu bien, ¿sabés? Para que no dañes ni te hagas daño. Pédagogique… Enfriás la cabeza y reconocés los errores. Pedro como un perro enfurecido se arroja sobre Emilito. Emilito retrocede asustado. TATANA: Emilito, más lento en todo, tardó un poco más en aceptar… PEDRO: Él es invertido. Ella es una araña. Y vos sos más pelotudo que las palomas. TATANA: Pero terminó aceptando… El zar depuesto en Siberia estaba empecinado en mencionar. En poner las cosas en sus palabras. En recordar. Un caballero no tiene memoria. Me lo enseño Tata con insólita calma el día que lo expulsaron a Pancho del liceo naval. Lo sorprendieron en un baño rezándole a la bragueta de un cabo foguista. O sea, me dijo Tata: No sé que hayas sabido por allí: tu primo Pancho tenía en la marina toda una carrera, se la frustró el maldito asma. Es así: la realidad en sus propias palabras se pone insufrible. Un caballero no tiene memoria. Pero quien se lo hace entender a este Cristo. PEDRO: ¡Tengo memoria, eh! ¡Tengo memoria! ¡Se lo cuento…! ¡Se lo cuento a su tata…! Qué… A todos se lo cuento… Del retrete, de la mamada, de los regalitos… “Me vengo niño Pancho…” El goloso me hacía avisarle cuando estaba por acabar… “Dame un alerta de proa…” Del cuarto, cuento todo…Del himno a Irigoyen… En el ala de criados… ¡Ojo: yo duermo en el ala de criados, no soy criado… Me lo prestan gracias, pero no soy criado de nadie… Yo soy cuentapropista. Hago negocios… ¿De qué me acusan? ¿De que hice negocios? Hago negocios con todos… ¿Sino de qué vivo? Con todos… Con la indiada: los bolsillos así de propinas. Con los negros, los resentidos... -el gaucho es resentido de nacimiento-, hay que saber llevarlo, pero me llevo… Hasta con los anarquistas: son como criaturas: sueñan, le hacen versos al hambre… Como a los chicos: hay que jugarles un rato y les vendés lo que querés. Con todos: los de arriba y 27

los de abajo… Los que estamos en el medio hacemos equilibrio. Parados en el medio de un subibaja de plaza: si te estás por caer de un lado te inclinás para el otro… ¿Qué le pueden reprochar a uno? ¿Qué vende…? (Transición) ¡Suéltenme…! Uno se porta y… Lo único que sabemos es portarnos con ustedes y al final siempre fusta. ¿Nunca un terrón en la boca? Después se quejan. ¿No estamos del mismo lado? ¿Tenemos los mismos enemigos o no? Cruzan para allá, uno cruza para allá. Cruzan para acá, uno cruza para acá. Hay que darle a los negros, uno le da a los negros. Hay que darle a los anarquistas, uno le da a los anarquistas. Ustedes arman el disturbio y uno sale con la banderita por Boulevard Callao. Y se quejan porqué… ¿Por qué uno hace negocio? Cualquier cosa que quieren uno se la consigue antes que la pidan ¿Qué quieren, encima, que uno no la cobre? ¡Hay que vender… Hay que vender…! ¿De qué engañifa me culpan? ¿Qué engañifa? Esto es un negocio al fin y al cabo… Ustedes clientes, yo cuentapropista… ¿O lo hago por gusto? ¡Claro, qué van a entender si nunca han trabajado…! Nunca han tenido que vender nada. ¿O cuál se creen que es el único mérito de un buen comerciante? ¡La engañifa, hijos de puta! ¡La engañifa! Para decir solamente la verdad hay que tener mucha plata… Ven… Digo la verdad y me crucifican. Solamente con plata se dice la verdad sin castigo… ¿No quieren engañifa…? Bueno, viene la verdad… Se cae todo… ¡Al país: le sacan nuestra engañifa y se cae todo…! ¡Si acá los únicos que trabajamos somos los que estamos en el medio! Los de la engañifa… Ustedes no trabajan porque no les hace falta, los negros por haraganes, los ácratas por principios… ¿Quién trabaja en la Argentina? ¡Uno! Yo acá me curto el upite con sal. De sol a sol. Lo traigo en la sangre. Monguzzo. Italia. Compro y vendo. La casita en La Plata me la hice sólo, trabajando en invierno. Ladrillo por ladrillo con lo que me llevo de acá. Tengo mujer y dos crías. Un casalito. No los veo en todo el verano, un sacrificio, pero cuando llego en abril… todo es hacerme fiesta. Pienso bien. Pienso lindo. Pienso limpio. Tengo la cabeza sana: la pongo en ganar un peso más. ¡Engañifa! Claro, si esto es comercio. ¿Cómo se llega sino a pudiente? ¿Con la verdad?¡La verdad! ¿Quieren verdad? Se las presento: Bichos, la verdad… Verdad, los bichos…: (a Pancho) “Una: Dame el alerta por proa, Pedrito cuando te estés por venir así no me atraganto de tu lechita…” Ahí tienen verdad. (A Tatana) Otra verdad: “Un besote en la calvita al doctor Irigoyen…” ¡La verdad…! ¡La verdad nos hará esclavos! ¿Qué mierda se creen que es el progreso? ¿Bailar el shimmy en la galería del Bristol? ¡El progreso es engañifa! TATANA: Shimmy fue la palabra. Mágica. Después de tanto día enloquecido: shimmy. Era sábado y había té danzante en la galería vidriada. Y a la salida caminata a misa de siete. Emilito se iluminó. Pancho comenzó a despertar. Yo… Ladrillo por ladrillo… Monguzzo, casalito… no había lugar para más vulgaridades. Últimos compases del Aria Cuentapropista. Nobleza obliga: al fin y al cabo su merecido passaggio ronco di bravura. PEDRO: (Grita a toda voz) ¡Engañifa…! ¡Engañifa…! TATANA: Apagón… La luz se apaga sobre Pedro. Su rincón ahora a oscuras como si nunca hubiese estado. TATANA: De todo hacer se saca saber. Así dice Tata. Creo ahora al fin y al cabo que la maldita suiza tenía razón. Es inútil luchar contra la metáfora. La realidad no deja de fabricarlas. Todas las cosas del mundo son metáfora dijo el pesado de Goethe a quien nadie podría acusar de afrancesado… Escribir la vida tal cual es hacer figurados. Y escribir la vida con metáforas es ser literal. ¿No es una paradoja deliciosa, Pancho…? 28

PANCHO: Se la ha tragado el mar… (Lo miran inquietos) A la tormenta… EMILITO: Amanece más fresco. Mirá ese sol. Qué fortuna, mi Dios, habrá un día bonito. Me calzo ya mi maillot… TATANA: Esa tarde cuando la pesadilla había pasado al fin me senté en una thonet de la rambla a escribir la última nota de la semana. Había meseros ya de largo delantal blanco. Impecables. Todo vuelve a la normalidad. Pedí mi Bloody Mary y escribí con letra pequeña la última página de este diario de vacaciones. La terminé. La corregí. La firmé. La arranqué luego con delicadeza. Y la quemé con cerillas sobre un platito con monograma dorado. Una minuciosa descripción en llamas: Pedro Testa en su destino heroico de clavadista fondeado en el mar. Encerrado en un jaulón palomero que se hunde entre las olas. Bajado a soga por Pancho y Emilio hasta las algas del fondo. Gritando su verdad a los cuatro cielos mientras sacude desaforado las rejas de esa jaula. Aferrándose a sus palomas como si pudiesen salvarlo, hacerlo volar por encima de esa espuma que lo cubre todo. Soberbio. Un destino de zar: inhumado con sus mascotas. Un final. Posible. Seco como un disparo. Pa. Aprovechar una guerra para disimular un muerto entre las víctimas. Chesterton. O pidiendo disculpas, quizá. Sí, otro final. Pedro arrepentido, o haciéndonos engañifa, y nosotros perdonando como buenos cristianos, abriéndole el jaulón, dándole la libertad para que vuelva al palomar. Volando solo en la noche. Un apretón de manos entre gente de bien y aquí no quedan rencores. Su tren de vuelta hasta La Plata. El casalito haciéndole fiestas en el andén. Paf. Lo ablanda la efe. Un caucho. Finales… finales… Son siempre el problema de la literatura. Escribí detalladamente el desenlace de esa noche. Después lo quemé. Levanté el plato y soplé las cenizas hacia el mar. Negras. Volaron. Se llevaron el final de esta historia como pequeñas gaviotas de luto. Metáforas… metáforas… Divino eufemismo… Nada quieren decir y todo dicen… Alguien alguna vez leerá las hojas amarillentas de esta crónica incompleta y creerá ver en ella lo que nunca he pintado. Un milagro. PANCHO: Esa tarde llamó Tata. “Llego en el tren de la noche…”. Han terminado por fin con la revuelta gracias a Dios y la Virgen santisima. EMILITO: Les dimos un aumentito y se les fue la salvajina, dijo. Salvajina es muy de Tata… Pero como los teníamos asustados pidieron menos de lo que estábamos dispuestos a dar. Buen negocio: si no les das hoy el pan en la puerta de la fábrica mañana nos queman el trigo en el campo... TATANA: ¿Es ceniza…? ¿Es ceniza eso negro que planea allí? ¿Una pluma? ¿La ha levantado el viento? ¿Cae del cielo? El pájaro en el aire ha muerto y sin saber caer sigue volando. Termina al fin esta semana agotadora. Esta semana funesta. La semana trágica en que me hice poeta. La luz se va.

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