Actitudes Hacia La Conducta de Ayuda

1 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Zaragoza Licenciatura en Psicología Teoría y

Views 74 Downloads 8 File size 505KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

1 Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Estudios Superiores Zaragoza Licenciatura en Psicología

Teoría y Práctica de la psicología Social: Marcos conceptuales, fenómenos e investigación I

ACTITUDES HACIA LA CONDUCTA DE AYUDA EN ESTUDIANTES DE LA ZONA METROPOLITANA Y CIUDAD DE MÉXICO

Integrantes: Chávez Martínez Fernando De la Cruz Román Miriam González Lara Jorge Martinez Albarrán Sara Christian Martínez Castillo Andrea Martínez González Omar Meléndez Balderas Cinthya Lisset Montiel Martínez Adrian Quezada Rebolledo Gerardo Omar Reyes Alonso Jesús Daniel Reyes Silva María Guadalupe Rocha García Martha Aída Torres Arzate Julio Alejandro

Grupo: 1753 B Leonel Romero Uribe Estudio de los fenómenos y/o problemáticas sociales

Noviembre 2014

2

Índice Resumen

4

Introducción

5

Tema 1. Marco Teórico Capítulo 1: Conceptualización de Ayuda 6 1.1 Historia breve y antecedentes 1.2 ¿Qué es la conducta de ayuda, altruismo, cooperación y conducta prosocial? 1.3 ¿Qué motiva la conducta de ayuda? 1.4. Teorías de ayuda y altruismo 1.4.1. Teorías psicológicas 1.4.1.1. Psicoanálisis 1.4.1.2 Enfoque cognitivo 1.4.1.3. Aprendizaje social 1.4.1.4. Intercambio socia 1.4.1.5 Teoría de la equidad 1.4.2. Teorías sociológicas 1.4.2.1. Normas sociales 1.4.2.1.1. Norma de reciprocidad 1.4.2.1.2. Norma de justicia social 1.4.2.1.3. Norma de responsabilidad social 1.4.3. Teorías biológica y evolucionista 1.4.3.1. Selección familiar 1.4.3.2. Altruismo recíproco 1.4.3.3. Selección de grupo 1.4.4. Teoría etológica Capítulo 2. Actitudes 2.1. Componentes de las actitudes 2.2. Las funciones de las actitudes 2.3. Teorías de actitudes 2.3.1. Teoría sobre La Formación y Cambio de Actitudes. 2.3.2. Teoría del aprendizaje 2.3.3. Teoría de la consistencia cognitiva 2.3.4. Teoría de la disonancia cognitiva 2.3.5. Teoría de la Acción Razonada. 2.3.6. Teoría de la acción planificada 2.3.7. Modelo MODE

25

3

2.4. Medición de actitudes 2.4.1. Escala Likert 2.4.2. Escalograma Guttman 2.4.3. Escala Osgood 2.4.4. Escala Thurstone 2.4.5. Medidas no intrusivas Capítulo 3. Actitudes y conducta 3.1. Consistencia entre las actitudes y la conducta 3.2. Recuerdo de la actitud y la conducta 3.3. Estado de ánimo y la consistencia entre actitud y conducta

33

Tema 2. Metodología 1. Objetivo 2. Planteamiento del Problema 3. Hipótesis 4. Variables 5. Método 6. Población y Muestra 6.1. Criterios de inclusión y exclusión 7. Instrumento 8. Procedimiento 9. Análisis de datos

34

Referencias

38

Anexos

4

ACTITUDES HACIA LA CONDUCTA DE AYUDA EN ESTUDIANTES DE LA ZONA METROPOLITANA Y CIUDAD DE MÉXICO Resumen En las últimas décadas ha crecido el interés por estudiar la ayuda pero tomada como sinónimo o subdivisión de la conducta prosocial, mostrando que se trata de un tipo de conducta que podemos tratar como contrapuesta a la conducta agresiva y que actúa como factor de protección o inhibidor de la agresividad. La presente investigación define a las conducta de ayuda como toda acción que tiene como consecuencia proporcionar algún beneficio o incrementar el bienestar de otra persona, mientras que actitud es definida como las evaluaciones que una persona realiza sobre lo favorable o desfavorable que resultan los objetos y la personas de su entorno. Así mismo, pretende conocer las diferencias en las Actitudes de estudiantes de la Zona Metropolitana y Ciudad de México hacia la Conducta de Ayuda en relación a su nivel escolar (Básico, Medio y Superior), a partir de una propuesta de escala, que será aplicada a una muestra de 300 estudiantes (100 de cada nivel escolar). Dicha escala contempla variables sociodemográficas y adquiere el formato de escala Likert con puntuaciones que van de Muy en Desacuerdo a Muy de Acuerdo. Finalmente se realizará un análisis descriptivo de los datos.

Palabras clave: actitudes, conducta, ayuda, prosocial

A lo largo del tiempo los investigadores se han enfocado en el estudio de aspectos negativos de las relaciones sociales tales como la violencia, la agresividad y actualmente el fenómeno del bullying, prestando muy poco o nulo interés a las

5 conductas prosociales. Es por esto, que el presente estudio pretende abordar el comportamiento humano desde un enfoque prosocial.

Lo que interesa a este estudio es, hacer visibles las actitudes de los estudiantes hacia la conducta de ayuda en relación a su nivel escolar, lo cual puede servir de base para futuras investigaciones relacionadas con la conducta prosocial, ampliar el panorama para la comprensión de la conducta de ayuda y como consecuencia contribuir al mejoramiento de las relaciones sociales creando estrategias que mejoren la vida tanto individual como colectiva. Se trata de crear experiencias positiva, rasgos positivos y formas de organización positivas con el propósito de mejorar la calidad de vida de la gente (Leimon, 2009).

En segundo punto debemos explicar que en las últimas décadas ha crecido el interés por estudiar la ayuda pero tomada como sinónimo o subdivisión de la conducta prosocial desde diferentes variables cognitivas y emocionales (razonamiento, empatía, etc.) que la regulan, mostrando en diferentes investigaciones que se trata de un tipo de conducta que podemos tratar como contrapuesta a la conducta agresiva y además que actúa como factor de protección o inhibidor de la agresividad. Así pues, diferentes estudios han demostrado que la conducta prosocial, entendida como una conducta que facilita las interacciones positivas con los otros, incluyendo la ayuda, compartir, colaborar o apoyar a otra persona, resulta ser un factor de protección frente a la conducta agresiva. En las últimas tres décadas también se ha desarrollado un interés creciente por demostrar empíricamente las relaciones que guardan la conducta altruista e incluso la cooperación con sus distintas variables de explicación, no obstante el presente trabajo tiene como objeto estudiar los elementos que propician la ayuda, no la conducta prosocial ni la conducta altruista, ayuda, ya que se ha estudiado de buena manera fenómenos cercanos al término ayuda pero no a la ayuda como tal.

Hablar de altruismo como valor subyacente parece necesario en una sociedad, donde aspectos como el egoísmo, la lucha deshumanizada por el prestigio y el dinero, la competitividad, etc., están cada día más presentes. En este sentido, se hace especial

6 referencia a la escuela, considerada como uno de lo contextos fundamentales en el proceso de socialización de cualquier persona, y donde queda reflejada de alguna manera, esta realidad social.

Observando que los valores como el altruismo probablemente existan en la persona, pero pueden ser modificados, por el contexto familiar, escolar, cultura, conducta, personalidad, edad, sexo, clase social y uno muy importante son los medios de comunicación. La falta de valores puede contribuir, entre otras cosas a una mayor frecuencia de comportamientos inadecuados.

Así, la presente investigación pretende conocer cuáles son las diferencias significativas en las actitudes de los estudiantes hacia la conducta de ayuda en relación a su nivel escolar.

Capítulo 1: Conceptualización de Ayuda 1.1 Historia breve y antecedentes El tema de ayuda ha sido de interés desde tiempo atrás, se ha intentado definir desde diferentes vertientes que nos han ayudado a entender este concepto.

Charles Darwin se vio interesado al ver que

algunos seres vivos ayudaran a sus

semejantes, a través de su teoría del origen de la especies por medio de la selección natural, explicó cómo cada organismo al presentar características diferentes podía estar adaptado a su medio ambiente. Sin embargo, esta adaptación no sólo se remitía a características físicas, sino que desde un principio Darwin habló de que la conducta también jugaba un papel importante en la supervivencia del organismo (Díaz, 2012).

Entonces ya no hablamos sólo de una adaptación física que es necesaria para la supervivencia de la especie, sino que vemos a la conducta de ayuda por separado.

7 Aristóteles fue uno de los principales expositores del concepto según el cual la conducta del hombre es el resultado de una naturaleza instintiva, en tanto que Platón atribuía la mayor importancia a la influencia de la sociedad organizada sobre el hombre. Él entendía la relación del hombre con la sociedad como un contrato, que producía ciertos beneficios a quienes se comportaran de acuerdo con las regularidades de la sociedad organizada (Hollander, 1971, citado en Díaz, 2012).

De acuerdo a lo mencionado por Platón, podemos resaltar a la sociedad como un factor importante a la hora de ayudar, puesto que este tipo de conductas son bien vistas ante los demás.

Desde de la perspectiva filosófica la respuesta tiene dos vertientes: el hombre es bueno por naturaleza, postura defendida por pensadores como Jean Jacques Rousseau; y de manera opuesta, el hombre es malo por naturaleza, y por lo tanto aprende a ser amable con otros, postura apoyada por figuras como Sigmund Freud y el etólogo Konrad Lorenz. De acuerdo con esta última posición, el ser humano es de manera instintiva agresivo, y si ayuda a otros es porque aprende a hacerlo (Díaz, 2012).

Aprendemos a ayudar a los demás por medio de la sociedad que nos indica que conductas son “buenas o malas”, esto es algo que para la psicología social ha sido de interés e intenta explicar desde diferentes teorías.

1.2 ¿Qué es la conducta de ayuda, altruismo, cooperación y conducta prosocial? Existen conceptos relacionados con la conducta de ayuda pero que son totalmente diferentes, estos son “la conducta prosocial” y “la conducta altruista”, es por tal razón que se decidió hacer una definición de cada una para establecer un marco introductorio para el tema de investigación.

La conducta prosocial, la conducta de ayuda, cooperación, altruismo y prosociabilidad en algunas ocasiones se han utilizado como sinónimos mientras que en otras

8 ocasiones se refieren a realidades distintas o complementarias (Guijo, 2002). Por esta razón es importante ampliar la definición de cada una de éstas conductas.

La conducta prosocial, es la más general y se refiere a aquellas acciones que benefician a otras personas. Se trata, como puede observarse, de un concepto demasiado general, que puede englobar conductas muy diferentes. La conducta de ayuda la entendemos como las acciones que tienen como consecuencia proporcionar algún beneficio o incrementar el bienestar de otra persona. El término altruismo o conducta altruista sería el que designa aquellas acciones que benefician a los demás, pero que suponen una motivación desinteresada por parte de quien realiza la acción.

Así, Myers (1995) define el altruismo como preocupación y ayuda por otros sin pedir nada a cambio; se trata de una dedicación a los demás en la que no se consideran de manera consciente los intereses de uno mismo. Al hablar de cooperación se hace referencia a las conductas prosociales y de ayuda que tienen un carácter recíproco. La cooperación es un tipo de ayuda que supone mayor igualdad entre las personas implicadas, mientras que en la mayoría de las otras situaciones de ayuda suele darse un desequilibrio: quien recibe la ayuda está en una posición de debilidad y desventaja respecto a quien la proporciona (Yubero, 2002).

Existen diferentes investigadores que se han interesado por este tema, por lo tanto explicaremos un poco más cada conducta.

La conducta prosocial, es el concepto más general y se refiere a aquellas acciones definidas por la sociedad como acciones que benefician a otras personas y al sistema político en vigor. Es una atención desinteresada por el cuidado del bienestar de los demás (Morales, 2007).

La conducta prosocial implica ayudar, cooperar, rescatar o sacrificarse se realiza a favor de otros y puede tener motivos altruistas, egoísta o ambos (Kimble et. al., 2002, citado en Eroza, 2012).

9

Para Moñivas (1996) la conducta prosocial es cualquier conducta que beneficie a otros individuos o que tenga consecuencias sociales positivas, esta tiene muchas formas que van desde conducta de ayuda y cooperación, hasta la solidaridad.

Mientras que para Guijo (2002) la conducta prosocial es cualquier acción que beneficia a otros y que se realiza voluntariamente. En cambio para Martorell, González, Aloy y Ferris (2002) la conducta prosocial es un constructo que comprende conductas de ayuda, compartir, alentar, comprender, ponerse en el lugar de, entre otras, que puede tener su base tanto en motivos egoístas como altruistas.

Hoffman y Hoffman (1973) definieron al altruismo como cualquier comportamiento realizado en defensa de otro el cual no beneficia al benefactor y además resulta en una pérdida. Esta definición excluye aquellas conductas de ayuda en las cuales está involucrada algún tipo de recompensa. Años más tarde estos mismos autores pasaron a considerarlo como un comportamiento de ayuda o de compartir que promueve el bienestar de otros sin consideración consciente sobre sus propios intereses (Quintero, 2012).

Según Bertoglia (2005) para que un acto sea considerado altruista debe cumplir tres condiciones: 1. La conducta debe ser realizada voluntariamente. 2. El receptor debe beneficiarse de alguna forma con la acción del benefactor. 3. El que realiza el acto debe tener algún costo para beneficiar al otro. La conducta de ayuda puede ser definida como “una conducta positiva que se realiza para beneficiar a otro” y la conducta de cooperación como “un intercambio social que ocurre cuando dos o más personas coordinan sus acciones para obtener un beneficio común, es decir, un intercambio en el que los individuos se dan ayuda entre sí para contribuir a un fin común” (Garaigordobil, 1995).

10 Por otro lado, se puede considerar como definición clásica de ayuda toda acción que tiene como consecuencia proporcionar algún beneficio o incrementar el bienestar de otra persona. El término altruismo o conducta altruista es más restrictivo que los anteriores y se utiliza para designar aquellas acciones que benefician a los demás pero que suponen una motivación desinteresada por parte de quien realiza la acción (Morales, 2007).

La cooperación para Morales (2007) se va a dar cuando exista una relación entre las conductas prosociales y la ayuda, siendo así puede decirse que entonces la cooperación va a estar presente cuando una persona cumpla con su “responsabilidad social” al llevar a cabo una conducta de ayuda que va a beneficiar a otro y será reconocido a tal grado que se debe esperar sea recíproco, ya sea por la misma persona a quien se ayudó o por el resto de la sociedad, si es así caería en una concepción de coste.-benefico, pues se empezarían a analizar aquellas ocasiones en las que es más conveniente prestar la ayuda.

Hogg & Vaughen en 2010, define así las siguientes conductas sin considerar

la

cooperación (p. 528): ●

Comportamiento prosocial: va a ser una categoría amplia que se refiere a los actos valorados positivamente por la sociedad.



Comportamiento de ayuda: sería una subcategoría del comportamiento prosocial que se dará de forma intencional para beneficiar a otra persona.



Altruismo: subcategoría del comportamiento de ayuda que estará motivado por ayudar al otro más que así mismo.

1.3 ¿Qué motiva la conducta de ayuda? Existen diferentes propuestas acerca de cómo es que una persona decide prestar ayuda a otros u otro, estas exponen diferentes puntos de vista, por ejemplo, existen explicaciones que se orientan hacia el lado biológico, de aprendizaje social, evolucionista, etc.

11 El que los bebés recién nacidos den muestras de capacidad empática ha sido tomado como un indicio de la predisposición a sentir esta emoción, la cual está frecuentemente ligada a las conductas de ayuda. Y, gracias a la maduración social y cognitiva y a la experiencia, los seres humanos van desarrollando a lo largo de la vida la tendencia innata a responder ante el sufrimiento de otro individuo (Morales, 2007).

Además de la ayuda que se brinda motivada por la empatía, hay otros motivos para ayudar que van cambiando a través del tiempo; dado que los niños son egocéntricos, hedonistas y con una incapacidad para adoptar la perspectiva de otra persona, entonces se manejan por medio de recompensas tangibles o por órdenes directas de los adultos (Cialdini, Kenrick y Baumann, 1982, citado en Morales, 2007).

Para que las personas puedan ayudar a otros, es necesario que se percaten de que el otro se encuentra en problemas, por lo que se ha propuesto que la capacidad de conectarse con los otros y compartir sus emociones es el proceso mediador de la ayuda (Díaz, 2012).

Entonces, de acuerdo a lo anterior podemos decir que un factor que predispone la conducta de ayuda es el poder ponernos en el lugar del otro, pero además de la empatía, la sociedad tiene un papel importante, puesto que, influye recompensado esta conducta.

Según Batson (1998) existen varias maneras de ayudar, él escoge las siguientes: 1. Aprendizaje social: el ayudar va a depender de nuestra historia personal de aprendizaje 2. Reducción de la tensión: se ayuda al resultar incómodo ver sufrir a otra persona. 3. Normas y roles 4. Intercambio y equidad: se refiere a los costos y recompensas. 5. Atribución: se analiza la situación preguntándose los motivos por los que podría ayudar

12 6. Razonamiento moral: esta explicación es de corte evolutivo y la prestación de ayuda va a depender del estadio de desarrollo moral en el que se encuentre el individuo.

Como ya se mencionaba anteriormente, la sociedad es un factor importante; por esta razón al hacer atribuciones sobre nuestras conductas y las conductas de los demás puede motivar o no a que la conducta de ayuda se realice. Ampliando el punto 5, vemos que hacer atribuciones sobre el comportamiento de otras personas y sobre nuestro propio comportamiento es una conducta humana muy frecuente. En una relación de ayuda ya que, tanto la persona que solicita ayuda como aquella que la brinda, hacen atribuciones sobre la situación y, tanto el comportamiento de quien provee la ayuda como de aquel que la recibe va a estar influenciado por dichas atribuciones; más aún, en un número significativo de casos las atribuciones realizadas por uno y otro no van a ser coincidentes, lo que puede introducir importantes factores de interferencia en la relación, que pueden conspirar contra el logro de la finalidad que se busca en una conducta de ayuda que, en último caso, es lograr que la otra persona construya alternativas conductuales o estrategias de acción que le permitan enfrentar mejor el problema que le aqueja (Bertoglia, 2005).

Otras propuestas sobre el porqué ayudamos mencionan el estado de ánimo y el tiempo con el que el individuo cuenta para realizar tal conducta.

Worchell (2003) menciona que al encontrarse un individuo de buen humor llega a ayudar con mayor frecuencia a quien más lo necesita. Aunque en ciertas ocasiones el buen humor no conduce a ofrecer ayuda ni el mal humor lo disminuye y según Darley y Baston (1973) como segundo factor está el tiempo, una persona que no lleva prisa se detiene y ofrece ayuda a una persona en necesidad. Es más probable que un individuo que está apresurado ignore una situación en donde alguien requiere ayuda (Eroza, 2012).

13 Latané y Durley (1970), proponen un modelo que sintetiza el modelo de toma de decisión el cual sigue una para decidir si presta ayuda en una situación de emergencia. Para ellos antes de que se tome la decisión la persona se plantea cinco preguntas, si en alguna de ellas se responde de manera negativa, es muy probable que no se preste la ayuda:

Preguntas

¿Hay algo que va mal?

¿Se trata de una emergencia?

¿Tengo alguna responsabilidad?

¿Puedo ayudar?

Factores que favorecen la decisión

Campo de atención

Conductas

de

la

persona

necesitada

y

ciertas

características de la situación, por ejemplo, gritar.

La ayuda se vuelve más probable al estar solo ya que al estar en grupos varia, si son pequeños todos tienden a ayudarse y en los más grandes solo unos cuantos.

Esta pregunta se ve favorecida o no dependiendo de las normas sociales que existan.

¿Ayudo? La crítica que podría hacerse a este modelo es que parece ver que el prestar la ayuda es tardado por las implicaciones de detenerse a considerar cada pregunta, lo cual no podría ser del todo beneficioso si se encuentra en una situación de emergencia, en donde la respuesta debe ser inmediata.

Aún cuando no haya un acuerdo sobre las motivaciones de la conducta de ayuda hacia otros, su existencia no está puesta en duda. Existen diversas circunstancias, motivos y situaciones que el sujeto evaluará y de igual forma se evaluará a sí mismo antes de

14 realizar la conducta de ayuda. Si en esta evaluación él se ve como capaz de proporcionarla y tiene la motivación de hacerlo, dicha conducta se llevará a cabo.

1.4.

Teorías

de

ayuda

y

altruismo

En un principio el altruismo es definido por Rodríguez (1997) como una conducta que consiste en hacer un bien a otra persona sin esperar que haya algún tipo de retribución o beneficio por otra parte y aunque es muy similar Myers (2000) explica que es el gusto de ayudar a los demás y no hay interés en el en el beneficio, describe a las personas altruistas

como

desinteresados

serviciales.

Por otra para parte la ayuda puede ser entendida por medio de Myers (2000) como la realización de conductas en beneficio de otros, esta conducta puede esperar o no una recompensa.

Diversas teorías psicológicas han influido en el pensamiento sobre el desarrollo de la conducta prosocial, entre ellas la teoría psicoanalítica, la teoría del aprendizaje social, la teoría del intercambio social, la teoría de las normas sociales, las teorías biológicas y evolucionistas y las etológicas

A continuación se presenta un revisión breve de cada teoría.

1.4.1. Teorías psicológicas Para estudiar la conducta altruista, los psicólogos examinan las condiciones bajo las cuales las personas realizan esta clase de obras. Ejemplo de ello, la teoría psicoanalítica, el enfoque cognitivo, la teoría del aprendizaje e intercambio social y la teoría de la equidad.

1.4.1.1. Psicoanálisis La teoría psicoanalítica freudiana, postula que la naturaleza humana es considerada como egoísta y agresiva, ya que de esta manera se percibe al altruismo dentro de este enfoque como un medio para podernos defender de nuestras ansiedades y conflictos

15 internos, de acuerdo con esta teoría al parecer nosotros no tenemos algún interés por ayudar a los demás. Sin embargo, los actos altruistas son vistos como, autocomplacientes, lo que quiere decir que las personas están motivados principalmente por atender las necesidades internas que por la preocupación real de otras personas. Hay psicoanalistas que defienden de manera positiva y admiten que las experiencias positivas en el transcurso del desarrollo de la personalidad pueden disminuir la intensidad de los motivos egoístas y guiarlos a una internalización de valores no egoístas.

Las acciones prosociales son comúnmente mecanismos de defensa usados por el Yo (la parte racional de la personalidad)para lidiar con las demandas irracionales del Ello. Los actos altruistas o de ayuda, son en última instancia, autocomplacientes y están motivados para atender las necesidades de quien los realiza, más que por una preocupación auténtica por los demás (Rodríguez, Assmar y Jablonski, 2002).

Morales, Huici, Moya, Gaviria, López-Sáez, y Novillas (1994) señalan que dentro del psicoanálisis no existe el altruismo como tal (conductas realizadas a favor de alguien, sin esperar una retribución) ya que Freud expone que la personalidad consta de tres componentes que son, el yo, el ello y el superyó. En un principio el recién nacido solo cuenta con el ello como la parte imperante, la parte instintiva de la personalidad, es decir solo busca la satisfacción inmediata.

Será la sociedad quien reprima estos instintos y en su lugar de que introduscan los principio morales, este proceso es iniciado por los padres. En un inicio estas normas morales se harán para satisfacer a los padres , durante el periodo de de la resolución del complejo de Edipo estas normas se unen a al super yo que será la encargada de juzgar y castigar

los pensamientos y las conductas inapropiadas por medio de

sentimientos de culpa, vergüenza o falta de autoestima

1.4.1.2 Enfoque cognitivo

16 El razonamiento moral de kuhlber en el nivel de juicio moral es donde se establece que las conductas prosociales

y altruistas las cuales

se llevan a cabo por diferentes

razones que será determinado por el estadio en el que se encuentra el infante. Si el niño se encuentra en el nivel

preconvencional y se encuentra en una modalidad

externa por lo tanto si el infante realiza una conducta de ayuda lo hará por complacer a adultos, para evitar un castigo

o para obtener ganancias. Durante la etapa

convencional y el quinto estadio, el niño puede

llegar a comprender que el

entendimiento entre los miembros de la sociedad es necesario y por ello lleguen a realizar conductas a favor de los demás esperando con ello la retribución de su ayuda, incluso podría exigirla. Durante el nivel postconvencional, en el sexto estadio, el individuo le da un valor universal alejado del interés propio, por tanto es posible que se realicen conductas prosociales y también conductas auténticamente altruistas. (Morales et al., 1994)

1.4.1.3. Aprendizaje social De acuerdo con Perlman y Cozby (1985) la conducta humana se aprende, es decir, las personas van desarrollando conductas altruistas de acuerdo a sus experiencias. Los científicos del aprendizaje social suponen que las conductas son aprendidas a través de lo que se llama el aprendizaje observacional. De esta manera la persona que se encuentra como observador va adquiriendo representaciones simbólicas de un modelo de acciones. Lo que se ha aprendido, después del paso del tiempo se puede modificar a partir de la memoria para que sea utilizado como guía para una conducta en el futuro. Puesto que no sería necesaria la imitación de una conducta con el fin de poderla aprender con exactitud. Un ejemplo sería, cuando un niño puede aprender cómo ponerse los zapatos observando a su hermano y sin en cambio él no podría atarse las agujetas por sí mismo.

Así mismo, señalan que son cuatro los procesos interrelacionados en el aprendizaje observacional. Para que un observador pueda aprender de un modelo, este deberá atender activamente la conducta que está observando del modelo. Esto puede afectar la atención que pueden ser las características del modelo que se esta aprendiendo

17 como las del observador. La memoria y los procesos motores se encuentran incluidos en este modelo. Con estos procesos se puede aprender la ejecución de una conducta, pero de igual manera se puede olvidar lo que sea aprendido con anterioridad. Así mismo, la repetición de una conducta dependerá de si al ejecutarla es alentado o castigado.

Desde el punto de vista del aprendizaje social, se puede identificar la perspectiva tradicional operante en la que se postula que las conductas prosociales están controladas por los reforzadores extrínsecos, los cuales fueron proporcionadas durante nuestras primeras etapas de vida y que posteriormente la conducta se independiza del reforzamiento externo y es el propio individuo quien se recompensa o castiga por sus acciones (González, 2000).

Por esto mismo los niños comienzan a aprender a ayudar a otras personas cuando se les recompensa por su comportamiento prosocial, o igualmente cuando los niños ven a sus padres que prestan ayuda o auxilio a personas que lo necesitan, y por este modo ellos están más propensos en aprender y de realizar actos altruistas en un futuro. Rodríguez y cols. (2002) mencionan que “los críticos de las teorías de refuerzo encuentran difícil explicar cómo el altruismo, si es que existe, puede ser desarrollado si en general está asociado con consecuencias negativas (como costos y riesgos)” (p. 219). Con esta perspectiva, algunos teóricos del aprendizaje sugiere que lo que parece altruismo es en realidad egoísmo o interés en uno mismo. Para Gelfand y Hartmann (1982 citado en Rodríguez y cols., 2002), existen recompensas sutiles para actos altruistas, como puede ser, el que una persona se siente mejor internamente al ayudar a otra persona.

1.4.1.4. Intercambio social De acuerdo con Myers (2000), en la teoría del intercambio social las interacciones de los humanos se basa en una “economía social” en el cual no solo hay un intercambio

18 de bienes materiales sino también hay un intercambio de ayuda es decir hay una minimización de los costos y hay una espera de recompensa por la ayuda que prestó.

Morales (1999) también explica el intercambio social aunque lo nombra de forma diferente, para él es el intercambio de equidad en donde también se realiza una conducta de ayudar por la espera de una recompensa también explica que en esta visión hay un papel específico en las recompensas a los castigos que pueda recibir por su conducta y que no deben ser consideradas desde la perspectiva del individuo sino también

de

la

sociedad.

Homes (citado en Morales y cols., 1999) determina que si una persona recibe ayuda de otra intenta devolverla.

1.4.1.5 Teoría de la equidad Es una propuesta en la cual se establece que al dar ayuda solo se trata de maximizar nuestras gratificaciones en una relación

al mismo tiempo que se busca que sea

equitativa.

En esta teoría se propone que en la relación en la que no hay una conducta equitativa, ambos

colaboradores se sienten afligidos, tanto el que proporciona mucha ayuda

como el que no proporciona mucha. solo el receptor.También se habla de que el más acongojado es el receptor de ayuda mientras que los que brindan la ayuda se llegan a sentirse bien por sus actos. (Worchel, Coopér, Goethals y Olson, 2000).

1.4.2. Teorías sociológicas Para estudiar los actos altruistas, los psicólogos sociales examinan las condiciones bajo las cuales las personas realizan esta clase de obras. Ejemplo de ello, la Teoría de las normas sociales.

1.4.2.1. Normas sociales

19 Myers (2000) se refiere a esta teoría como la una idea que esta impuesta socialmente, es decir se realizan conductas de ayuda o altruismo porque saben que tienen que hacerlo y no por que se espere una retribución o beneficio como recompensa a la ayuda dada.

Desde este enfoque los factores sociales son mucho más importantes que los biológicos en la determinación del comportamiento prosocial humano, por lo que las personas que ayudan lo hacen por un sentido del deber más que por una tendencia innata inevitable (Rodríguez y cols., 2002)

Existen tres normas sociales que son consideradas como básicas en la conducta prosocial, la norma de reciprocidad, la norma de justicia social y la norma de responsabilidad. A partir de éstas se crea una base cultural que se aprende mediante la socialización de los individuos.

1.4.2.1.1. Norma de reciprocidad La norma de reciprocidad señala que las personas deben retribuir los beneficios y favores que han recibido de otros. Por lo que los beneficios pueden ser inmediatos o a futuro. Las relaciones humanas se regulan por este precepto cooperativo que implica que en todas las interacciones de intercambio, recibir sin retribuir promueve el desequilibrio entre las partes.

Las personas que se autoevalúan con alta autoestima tienden a retribuir la ayuda, cuando no lo consiguen, se pueden sentir amenazadas; además cuando se les compara con aquellos que presentan baja autoestima, tienen menor tendencia a pedir ayuda a otros (Rodríguez y cols., 2002).

Myers (2000) considera que esta explicación está atada a los códigos morales universales es decir que hay que ayudar a quienes nos ayudan, de esta manera se retribuye la ayuda que en un momento de nos brindó.

20 1.4.2.1.2. Norma de justicia social Rodríguez y cols. (2002) menciona que ésta implica reglas que regulan la distribución de bienes y recursos sociales entre los individuos (incluidos los materiales, el afecto y el prestigio). Por ejemplo , la equidad se encuentra dentro de estas normas, cuando dos personas contribuyen igualmente hacia alguna tarea común deben recibir recompensas correspondientes a la colaboración prestada.

Cuando esto no sucede, existen presiones a la relación que lleven a restaurar el equilibrio. Aplicada a las conductas de ayuda, esta norma se materializa en esfuerzos directos de individuos para disminuir el desequilibrio social, por ejemplo las campañas de apoyo a los necesitados.

1.4.2.1.3. Norma de responsabilidad social Myers (2000) explica que la norma de reciprocidad social es la "expectativa de que las personas ayuden a quienes dependen de ellas" (p. 486)

Ésta prescribe que se debe ayudar a las personas que dependen de otros o que en alguna circunstancia, se encuentran incapacitados para valerse por sí mismos. Dentro de esta norma se encuentra el cuidado de los padres hacia los hijos y las conductas de ayuda y orientación de los profesores hacia los estudiantes. En algunas sociedades la norma de responsabilidad social se encuentra dentro de las leyes, ya que se cree que colaborando entre sí el grupo social se desarrollará de manera más equitativa y se garantizaría la transmisión de patrones conductuales basados en la justicia (Rodríguez y cols., 2002).

Estas explicaciones normativas, según las cuales las personas interiorizan patrones sociales de comportamiento son útiles para la comprensión de algunos tipos de ayuda, sin embargo no son aplicables a todas las situaciones prosociales.

1.4.3. Teorías biológica y evolucionista

21 Esta teoría sostiene la posibilidad de que nuestros genes son los que nos llevan a un a conducta egoísta como resultado de la necesidad de la supervivencia, también se considera que estos genes nos pueden llevar a una conducta altruista como resultado de la necesidad de la protección de los familiares que aseguran la supervivencia de ese grupo. (Myers, 2000)

Sobber y Wilson (1999) consideran que la conducta prosocial es el resultado de procesos de evolución de las diferentes especies animales que devienen en códigos morales y de control social en grupos humanos. Estos comportamientos de ayuda y apoyo se encuentran vinculados a la selección natural así como a determinantes culturales.

En el rubro de las teorías evolutivas se ubican las posturas neo darwinianas, en las que se define el éxito evolutivo cuando se logra que los genes de cada individuo perduren en las generaciones futuras. Dentro de estos modelos existe el acuerdo de que las tendencias prosociales existen en los humanos a partir de: a. predisposiciones genéticas para actuar prosocialmente b. éxito evolutivo de las personas que han mostrado tales disposiciones

Morales (2007) explica que partiendo de las teorías de la evolución, los tres principales mecanismos por qué las personas ayudan a los demás son: el primero la hipótesis de la selección familiar, el segundo el altruismo recíproco y el tercero la selección grupal.

1.4.3.1. Selección familiar Nuestros genes nos disponen para que nos interesemos por los familiares quienes también los portan. Es así como una forma de sacrificio de sí mismo que aumentaría la supervivencia de los genes es la devoción a los hijos. La naturaleza nos programa para que nos interesemos por nuestros parientes cercanos (Myers, 2000).

22 Así mismo Kimble, Hirt, Díaz-Loving, Hosch, Lucker y Zárate (2002) coinciden con Myers al establecer que el individuo se llega a arriesgar aquellos que están genéticamente relacionados con él.

La conducta se produce porque suele existir un beneficio para quien ayuda a sus parientes (Morales, 2007).

Dentro de la perspectiva evolucionista, se describe que la ayuda entre individuos de la misma familia, en especial de padres e hijos favorece la transmisión de la dotación genética para futuras generaciones. Así mismo, esta premisa da una justificación a la ayuda entre personas de la misma especie (Palmero, Gómez, Guerrero y Carpi, 2010)

1.4.3.2. Altruismo recíproco Igualmente, el interés de los genes por sí mismos predice la reciprocidad. Binham (citado en Myers, 2000) sostiene que un organismo ayuda a otro porque espera a su vez ser ayudado. El que da espera más adelante recibir, en tanto que la omisión para corresponder es castigada: el tramposo, el renegado y el traidor son universalmente despreciados.

Se toma la decisión de ayudar o no hacerlo tomando como base que la persona a la que se ayuda devuelva el favor a aquel que lo ayudó o a sus parientes. Las personas ayudan más a quienes los ayudaron anteriormente, pero el simple hecho de ayudar a otros incrementa el estatus de una persona dentro de su comunidad. Este mecanismo no predice una aplicación indiscriminada de dicho principio, sino que parece explicar el altruismo en grupos pequeños (Morales, 2007).

La reciprocidad funciona mejor en grupos pequeños y aislados, en los que frecuentemente se ve a las personas a quienes se hacen favores (Myers, 2000).

1.4.3.3. Selección de grupo

23 Este mecanismo explica que cuando hay dos grupos compitiendo entre sí, aquel grupo que tenga más personas dispuestas a hacer sacrificios altruistas por su grupo o a cooperar entre sí, será capaz de quedar por encima del grupo en el que predominen las personas egoístas (Morales, 2007).

Para López (citado en Guijo, 2002) el acceso al altruismo podría estar determinado por: a. Cristalizaciones innatas fruto de la selección natural (empatía, tendencia a cuidar a los parientes, etc.). b. La capacidad para usar inhibidores de la agresión y potenciadores de las conductas altruistas. c. La presión social del grupo, que llega a interiorizarse. d. Descubrimiento racional del valor de estas normas para el grupo.

Para Buck y Ginsburg (citados en Garaigordobil, 2005) las raíces del altruismo tienen su origen en la comunicación espontánea definida como “no intencional , no sujeta a análisis lógicos como comunicación afectiva acerca de los sentimientos, deseos, emociones o motivos, considerando que este tipo de comunicación, a diferencia de la simbólica se haya basada biológicamente y consiste en gestos o signos”(p. 45). Estos autores han argumentado que el altruismo y otras conductas prosociales que se sustentan en experiencias durante el desarrollo involucrando la comunicación emocional espontánea, consideran que la comunicación espontánea es suficiente para producir conductas que benefician al grupo pero no necesariamente a cada individuo dentro de él.

1.4.4. Teoría etológica Para la corriente epistemológica relacionada con la etología, el comportamiento altruista es una manifestación de la existencia de estrategias eficaces para la supervivencia de cada especie, del clan o grupo cultural de pertenencia. Los sujetos se comportan de manera prosocial con las personas con las que se vinculan de manera estable y permanente (Urquiza y Casullo, 2005).

24

Capítulo 2. Actitudes El estudio y medición de actitudes es un tópico muy relevante dentro de La Psicología Social. Existen varias definiciones de este concepto, las cuales se revisarán a continuación para observar algunas similitudes y desventajas:

Asch (1952 citado en Hollander, 1985) las actitudes son disposiciones duraderas formadas con base de una experiencia anterior.

Para Rokeach (citado en Hollander, 1985) una actitud es una organización aprendida y relativamente duradera de creencias acerca de un objeto o de una situación en particular, que predispone al individuo para llevar a cabo una respuesta preferida.

Así mismo, Bem (1970) las actitudes son lo que nos gusta y lo que nos disgusta, son nuestras afinidades y aversiones hacia los objetos, situaciones, personas o grupos y cualquier otro aspecto identificable de nuestro ambiente, incluso ideas abstractas, políticas y sociales.

Por otra parte Katz (1975) la actitud es la predisposición del individuo para valorar de manera favorable o desfavorable algún símbolo, objeto o aspecto del mundo. Incluye el núcleo afectivo o sensible de agrado o desagrado y los elementos cognoscitivos o de creencias que describen el efecto de la actitud, sus características y sus relaciones con los objetos.

Para Petty y Wegener (1998) las actitudes son evaluaciones generales que las personas realizan sobre lo favorable o desfavorable que resultan los objetos y la personas de su entorno (Briñol, Horcajo, Becerra, Falces y Sierra, 2002).

Myers (2000) señala que las personas cuestionan la actitud de un sujeto con respecto a las creencias y sentimientos que se relacionan con esa persona o situación y con el comportamiento que aconteció. Todo esto se conjunta, y se transforman en reacciones

25 evaluativas favorables o desfavorables que van definiendo la actitud de un sujeto hacia algo; como en reacciones que se manifiestan en creencias, sentimientos o acciones para actuar. Las actitudes son una forma eficiente de calibrar el mundo.

De acuerdo con Myers (2000) cuando nos creamos juicios con respecto a las actitudes, se pueden tener tres dimensiones, que se podrán recordar como el ABC de las actitudes

y

estas

son:

“affect,

behavior,

cognition”

afecto

(sentimientos),

comportamiento (intención) y cognición (pensamiento). Con base en lo anterior, la actitud es una reacción evaluativa favorable o desfavorable hacia una persona o situación, se que manifestara una creencia, sentimientos o un comportamiento en el cual será liberado.

Vázquez (2001) refiere que la actitud es es una disposición social, afectiva y rígida hacia objetos empíricos y que tiene como función lograr la hegemonía de una forma de pensar y hacer las cosas sobre otras. El medio de la disposición en la actitud es fundamentalmente el sentimiento. En la actitud, los sentimientos determinan el pensamiento, la opinión y la acción.

Fonseca (2006) establece que las actitudes son estructuras dinámicas; su rol orientador puede variar según las condiciones internas y las circunstancias externas que se presenten; ellas permiten la adaptación del ser humano y facilitan la evaluación del objeto actitudinal, a fin de tomar aquella decisión con la cual se experimente mayor satisfacción.

2.1. Componentes de las actitudes Robbins (2004) menciona que existe una diferencia entre los valores y las actitudes pero que guardan una profunda relación, y sólo se les identifica si están vinculados. Esta relación se concreta en el modelo de los componentes de la actitud, los cuales son: cognitivo, afectivo y conductual, que a continuación se abordan. ● Componente cognitivo: es la forma de expresar el pensamiento representando los conocimientos, creencias e información que un sujeto tiene hacia una

26 situación, dentro de ciertos límites que debe tener acerca de lo verdadero o falso, positivo o negativo, si la persona no adquiere dicha información, no podrá presentar ninguna actitud hacia el entorno en donde se desenvuelve. ● Componente afectivo: se refiere a la forma de expresar los sentimientos y emociones, ya sea que tengan connotación positiva o negativa, hacia una situación

u

objeto,

lo

que

proporcionará

una

predisposición

en

el

comportamiento, mostrando el rechazo o la aceptación hacia algo o alguien. ● Componente conductual: que hace referencia a una relación que existe entre el sujeto y el objeto de actitud, que se refiere a la disposición de actuar, la expresión y la intención que éste tendrá con la situación y el objeto que se presente para resolver la situación de una manera determinada.

2.2. Las funciones de las actitudes Bermúdez (2002), nos señala que en los procesos cognitivos, emotivos, conductuales y sociales, son múltiples. La principal función resulta ser la cognoscitiva. Las actitudes están en la base de los procesos cognitivos-emotivos propuestos al conocimiento y a la orientación en el ambiente. Las actitudes pueden tener funciones · ●

Cognitivas: Las actitudes pueden actuar como esquemas o filtros cognitivos. En ocasiones, para medir las actitudes se pueden presentar situaciones hipotéticas para ver como la actitud filtra la adquisición de conocimientos. Ayudando a comprender la conducta de la demás sociedad.



De adaptación: Las actitudes nos permiten adaptarse e integrarse en los grupos sociales. Para poder pertenecer a un grupo, he de pensar y hacer lo más parecido posible a las características del grupo.



Ego

defensiva:

Podemos

desarrollar

actitudes

para

defendernos

ante

determinados objetos. Ante objetos que percibimos amenazantes, desarrollamos actitudes negativas para preservar el yo. ●

Expresiva: Las actitudes nos permiten mostrar a los otros nuestra identidad (qué somos y como somos). Se define “valor” como el conjunto de actitudes ante un objeto

27

2.3. Teorías de actitudes

2.3.1. Teoría sobre La Formación y Cambio de Actitudes. Las actitudes son definidas por Kimble et al. (2002) como lo que se llegamos sentir por un determinado grupo de personas hechos o problemas hacia nuestro entorno. También está considerado como aquellos juicios evaluativos

ya sean positivos,

negativos de de una forma neutral, estas posiciones pueden provocar ansiedad, opiniones firmes con respecto a algo en particular, o también una actitud de desinterés con respecto a algún tema. Sin embargo para cada

una de estas actitudes

mencionadas es preciso dar algún tipo de explicación del porqué se generan las actitudes y que es lo que influye en ellas.

2.3.2. Teoría del aprendizaje Se basa en que al aprender recibimos nuevos conocimientos de los cuales intentamos desarrollar ideas, sentimientos y conductas asociadas a estos aprendizajes. El aprendizaje de estas actitudes puede ser reforzado mediante experiencias agradables.

2.3.3. Teoría de la consistencia cognitiva Esta teoría se basa o consiste en el aprendizaje de nuevas actitudes relacionando la nueva información con alguna otra información que ya se conocía, así tratamos de desarrollar ideas o actitudes compatibles entre sí.

2.3.4. Teoría de la disonancia cognitiva Esta teoría se creó en 1962 por Leon Festinger, consiste en hacernos creer a nosotros mismos y a nuestro conocimiento que algo no nos perjudica pero sabiendo en realidad lo que nos puede pasar si se siguiese manteniendo esta actitud, tras haber realizado una prueba y fracasar en el intento. Esto nos puede provocar un conflicto, porque tomamos dos actitudes incompatibles entre sí que nosotros mismos intentamos evitar

28 de manera refleja. Esto nos impulsa a construir nuevas actitudes o a cambiar las actitudes ya existentes.

2.3.5. Teoría de la Acción Razonada. En la Teoría de la Acción Razonada por Fishbein y Ajzen (1979) las creencias son una parte anterior a las actitudes, están constituidas por la información que el sujeto maneja del objeto psicológico, pueden venir de la experiencia directa, de las inferencias acerca del objeto o bien de la información de otros individuos. Una vez que las creencias llevan una carga afectiva o cognitiva se les llama actitudes.

Para Fishbein las actitudes están determinadas por las creencias y éstas a su vez están divididas en dos grandes grupos: las creencias conductuales y las creencias normativas. Las creencias conductuales son aquellas que se tienen sobre la conducta que lleva a ciertos resultados, y su evaluación, es decir la actitud hacia la conducta que refiere el grado en el cuál la persona tiende a evaluar favorable o desfavorable la conducta en cuestión.

Las segundas son creencias de la persona de que los grupos específicos piensan que él/ella debería realizar o no la conducta y su motivación para complacer a sus preferentes, en este caso Fischbein se refiere a la norma subjetiva, o sea la percepción de las presiones sociales para realizar o no determinado comportamiento.

Estos dos grupos de creencias son mediatizados por los sujetos estableciendo su importancia relativa, el producto de esta mediación daría como resultado la intención del sujeto de efectuar cierta acción.

Cuando se realiza este proceso podríamos decir que se lleva a cabo el fenómeno de la disonancia estudiado por Festinger. Es decir, que tanto las creencias conductuales como las creencias normativas no forzosamente estarán en correspondencia. En términos de Festinger, estas cogniciones (creencias) pueden provocar disonancia, por

29 lo que surgirá en el sujeto una mediación entre ellas para optar por una y desechar la otra, o bien configurarlas en una sola pero que sea congruente hacia el individuo.

En resumen la opción elegida tenderá a ser sobrevalorada por el individuo dándole mayores atributos y la desechada adquirirá desventajas para el sujeto, permitiéndole finalmente a éste encontrar una congruencia cognitiva. Construyendo toda una base teórica propia para afirmar en lo que cree y por ende lo que hace.

En la teoría de Fishbein es importante resaltar que a comparación con las definiciones anteriores de actitudes, da énfasis a las creencias como formadoras de éstas, y sostiene que el objeto a medir en las actitudes no es predecir conductas, sino las intenciones de los sujetos a emitir ciertas conductas.

2.3.6. Teoría de la acción planificada Es propuesta por Ajzen en 1991 en esta teoría se explica hasta qué grado una conducta puede ser fácil o difícil, tomando en cuenta su obstáculos tanto interno como externos, esto considerando las propias actitudes que se tiene hacia estos obstáculos. (Palacios en Expósito et al. 2005).

2.3.7. Modelo MODE El cual explica que en condiciones normales los objetos de actitud con los que se tiene más contacto se presentan actitudes más accesibles es decir hay asociaciones más fuertes entre el objeto de la actitud y la evaluación del mismo y estas actitudes van a ejercer una influencia sobre la conducta de dos maneras diferentes, la primera de ellas se establece en un procesamiento espontáneo que surge cuando hay una activación de de la actitud.

Una vez que esto suceda la actitud servirá como un filtro en el cual todo el procesamiento que se haga después de la información que sea relevante para que se realice un alto impacto en la conducta. La segunda forma establece que la actitud es

30 accesible y por ellos es capaz de activaciones automáticas el procesamiento espontáneo prevalecerá. (Palacios en Expósito et al. 2005).

2.4. Medición de actitudes A lo largo del tiempo se han diseñado diferentes métodos y escalas para la evaluación de las actitudes. Las escalas hacen referencia a un determinado tipo de instrumento de medida que ha sido empleado con mucha frecuencia en la psicología social, los ítems son la parte fundamental que conforman dichas escalas y de acuerdo con (Renom, 1992, citado en Sulbarán, 2009) son situaciones que se presentan a las personas con el objetivo de provocar una respuesta relacionada con el atributo evaluado.

2.4.1. Escala Likert Esta escala se trata de un conjunto de enunciados (ítems) los cuales están formulados de manera afirmativa, por cada enunciado, se pide al sujeto que elija una de las 5 opciones de la escala que se adecúe más a su reacción. Cada escala tiene una puntuación asignada, al finalizar se suman los resultados obteniendo un puntaje final.

2.4.2. Escalograma Guttman Esta es una escala parecida a la escala Likert ya que se presentan enunciados de los cuales el sujeto debe externar su opinión eligiendo alguno de las dos alternativas de respuesta. La diferencia principal que caracteriza al escalograma Guttman es que los enunciados (ítems) presentan diferencias de intensidad, es decir algunos enunciados presentan en mayor fuerza la actitud que se desea evaluar (Hernández, 2010).

2.4.3. Escala Osgood De acuerdo con (2008) En esta escala se plantea una situación y enseguida se sitúa un listado de adjetivos los cuales son bipolares, el sujeto debe elegir el adjetivo que más describa su reacción ante dicha situación.

2.4.4. Escala Thurstone

31 Es el método de comparación por pares en el que se presenta a los participantes una serie de enunciados, los sujetos deben emitir su juicio discriminando la favorabilidad hacia el objeto estudiado. El objetivo es determinar el grado de favorabilidad o des favorabilidad de los individuos hacia cierto objeto.

2.4.5. Medidas no intrusivas Están también las medidas no intrusivas, la cual se apoya en un método observacional para no intervenir en el proceso que se pretende evaluar ya que podría afectar el comportamiento de las personas. Existen muchas fuentes y material que puede ser útil para la recolección de datos y observación por ejemplo: registros farmacéuticos, archivos, registros públicos etc. La conducta no verbal también puede ser utilizada como fuente no intrusiva, factores como la cercanía (distancia interpersonal) que mantienen las personas, tiempo de convivencia, movimientos corporales etc. Actualmente las escalas más utilizadas son las directas es decir Likert, Thurstone, Osgood Guttman y con el fin de obtener resultados mucho más complejos, en algunos casos se ha optado por la aplicación de dos instrumentos (Hoogg y Graham, 2008).

Capítulo 3. Actitudes y conducta Las actitudes y el comportamiento no siempre concuerdan. Esto debido a que sobre las actitudes y el comportamiento inciden variables relacionadas con: la situación, las propias actitudes y los individuos; las cuales provocan que las actitudes y el comportamiento no siempre coincidan (Fazio y Roskos-Ewoldsen, 1994).

3.1. Consistencia entre las actitudes y la conducta LaPiere (1934) demostró que a veces las actitudes muestran gran inconsistencia con la conducta. Un factor que favorece esta inconsistencia es que algunas veces, las personas no pueden expresar sus actitudes porque si lo hacen serían contrarias a las normas en una determinada situación social (Kimble, et. al., 2002).

32 3.2. Recuerdo de la actitud y la conducta Snyder y Swann (1976) señalan que las actitudes no influirán en la conducta si uno se comporta de una manera inconsciente. Por ejemplo, no incidirán en nuestra conducta si no las resaltamos y si cuando obramos no las situamos en la conciencia más inmediata. Un experimento sobre las actitudes ante las acciones antidiscriminatorias reveló lo siguiente: si a los sujetos no se les indicaba considerar su postura, las actitudes y los juicios eran inconsistentes (Kimble, et. al., 2002).

En la vida diaria, el recuerdo espontáneo de nuestras actitudes cuando hemos de hacer algo depende de la fuerza de asociación entre el objeto meta y nuestra evaluación.

Otras experiencias ordinarias influyen en la fuerza de las actitudes. Una de ellas es la experiencia directa con el objeto de la actitud. Por lo tanto, si hemos pensado varias veces en una situación o condición o si hemos tenido una experiencia directa significativa con ella, habrá gran consistencia entre nuestra actitud y nuestra acción (Ibid).

3.3. Estado de ánimo y la consistencia entre actitud y conducta Kimble et al. (2002) establece que el estado de ánimo tienen una consecuencia directa sobre

las actitudes que mostramos,

la define como

una situación psicológica

transitoria que puede ser positiva o negativa en este estado se produce un cambio a los hechos cotidianos. El estado de ánimo positivo puede deberse a una nimiedad, como un elogio o una aprobación, algo que sea favorable para el sujeto, por otra parte el estado de ánimo negativo se relaciona con un hecho desfavorable que provoque un mal humor. Se ha determinado que

los estados de ánimo pueden provocar una

aumento en la conducta de ayuda, debido a que los estados de ánimo intensos pueden anular las influencias de las actitudes que se tienen en la conducta disminuyendo así el impacto entre actitudes y conducta.

33

Metodología

1. Objetivo Conocer cuales son las diferencias significativas en las actitudes de los estudiantes hacia la conducta de ayuda en relación a su nivel escolar. Experimento. Elaborar un instrumento válido y confiable que evalué las actitudes de los alumnos hacia la conducta de ayuda e los niveles de educación.

2. Planteamiento del problema Establecer relaciones entre actitudes y ayuda, escolaridad y edad. ¿Existen diferencias significativas en las actitudes de alumnos hacia la conducta de ayuda en relación a su nivel escolar ?.

3. Hipótesis Existen diferencias significativas hacia el nivel escolar. Los alumnos de mayor nivel educativo presentan más actitudes favorables hacia la conducta de ayuda.

4. Definición de Variables

Definición conceptual Conducta de ayuda: toda acción que tiene como consecuencia proporcionar algún beneficio o incrementar el bienestar de otra persona.

Actitudes: evaluaciones que una persona realiza sobre lo favorable o desfavorable que resultan los objetos y la personas de su entorno.

Definición Operacional Determinadas a través de las respuestas obtenidas de la Escala de Actitudes hacia la Conducta de Ayuda

34

5. Método Diseño y tipo de investigación Tipo de investigación: Se realizará un estudio campo, explicativo transversal Diseño: Cuasiexperimental, multivariado e intragrupo.

6. Población y Muestra Para la aplicación de la escala de Actitudes hacia la Conducta de Ayuda se solicitará la participación de 300 estudiantes, 100 de cada nivel (Básico, Medio y Superior), 50 Hombres-50 Mujeres de la Zona Metropolitana y Ciudad de México. La muestra será intencional por cuotas e intencional por instrumento. Intervalar-Ordinal-Nominal. "Red semántica".

6.1. Criterios de inclusión y exclusión Los participantes seleccionados serán 300 estudiantes, 100 de cada nivel (Básico, Medio y Superior), 50 Hombres-50 Mujeres de la Zona Metropolitana y Ciudad de México.

7. Instrumento La construcción de la escala de Actitudes hacia la Conducta de Ayuda contempla variables sociodemográficas y adquiere el formato de escala Likert con puntuaciones que van de: a. Muy en Desacuerdo b. En Desacuerdo c. Neutral (Ni de acuerdo, ni en desacuerdo) d. De acuerdo e. Muy de Acuerdo La escala será impresa y entregada a cada participante en una hoja tamaño carta y en la parte superior se le pedirá al participante indicar su edad, sexo y nivel en el que se encuentra (Ver Anexo)

35 8. Procedimiento Después de haber sido entregada, el participante leerá las instrucciones que se encontrarán en éste. Una vez que termine de leerlas, se le indicará al participante que no olvide llenar los apartados iniciales con su edad, sexo y nivel en el que se encuentra así mismo deberá contestar de la forma más sincera posible. Al término de esto se le agradecerá por su participación en la presente investigación.

9. Análisis de datos El análisis de los datos será Descriptivo. Para el análisis estadístico, la confiabilidad se estimará a partir del Alfa de Cronbach, mientras que la validez a partir del análisis factorial exploratorio. Así mismo, para el análisis inferencial se llevará a cabo una Prueba T, ANOVA y un análisis de regresión.

36

Referencias Bermejo, J. (1988). Apuntes de relación de ayuda. España: Sal Terrae.

Bermúdez, J. (2002) Psicología de la personalidad. Madrid. Octaedro

Bertoglia, L. (2005). La conducta de ayuda desde una perspectiva atribucionista. Psicoperspectivas, 4(1), 37-53.

Caraigordobil, (1995). Conducta altruista. Psicología Social, p: 116.

Briñol, P., Horcajo, J., Becerra, A., Falces, C. y Sierra, B. (2002) Cambio de actitudes implícitas. Psocothema, 14(4), 771-775.

Díaz, P. C. (2012). Empatía y conducta prosocial en niños mexicanos de 18 meses. Tesis de licenciatura no publicada, UNAM, México, D. F., México

Eroza, L. V. (2012). La Conducta Prosocial en situaciones de emergencia: Un comparativo entre grados de familiaridad. Tesis de licenciatura no publicada, UNAM, D. F., México

Expósito, F. M, M. Barroso, M. Blanco, Amalio. De la Corte, L. De Lumus, S. Mar, M. García, M. González, M. Hernández, B. Herrera, M. Hidalgo, M. Martínez, M. Martínez, J. Henández, S. Fernández, C. Baptista, L. (2006) Metodología de la investigación. México: Mc Graw Hill.

Fazio, R. y Roskos-Ewoldsen, D. (2004) Acting as we feel: When and how attitudes guide behavior. Brock, 41-62.

37 Fonseca, R. (2006) La relación posible entre las actitudes y la comunicación social. Quórum Académico, 3(1), 105-123.

Garaigordobil, M. (2005) Diseño y evaluación de un programa de intervención socioemocional para promover la conducta prosocial y prevenir la violencia. Madrid: Subdirección general de información y publicaciones

González, M. (2000) Conducta prosocial: evaluación e intervención. Madrid: Morata

Guijo, V. (2002) Estudio multifactorial de la conducta prosocial en niños de cinco y seis años. Tesis doctoral. Universidad de Burgos. Recuperado de http://dspa ce.ubu.es:8080/tesis/bitstream/10259/60/1/Guijo_Blanco.pdf

Hoffman, M. (1978) Physiological and biological perspectives on altruism. International Journal of Behavioral Development, 1, 323-33.

Hogg, A. y Graham, M. (2008) Psicología Social. Madrid: Médica Panamericana.

Hogg, Vaughan y Haro. (2010). Psicología Social. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Recuperado de http://books.google.com.mx/books?id=7crhnqbQI R4C&printsec=frontcover&dq=psicologia+social&hl=es&sa=X&ei=uWIfVP3wAdK nyASCv4DgAQ&redir_esc=y#v=onepage&q=psicologia%20social&f=false

Kimble, C., Hirt, E., Díaz-Loving, R., Hosch, H., Lucker, G. W. y Zárate, M.(2002) Psicología social de las américas. México: Pearson Educación

Kimble, C., Hirt, E., Díaz Loving, R., Hosch, H. Lucker, G. W. y Zárate, M. (2002). Psicología Social de las Américas. México: Prentice Hall.

38 Leimon, A. McMahon, G. (2009). Psicología positiva para Dummies. España: PAPF.

Malcolm Owen Slavin and Daniel Kriegman (1992). The Adaptive Design of the Human Psyche: Psychoanalysis, Evolutionary Biology, and the Therapeutic Process. New York: Guilford Press.

Moñivas, A. (1996). La conducta prosocial. Madrid: Universidad Complutense.

Morales , F. Moya, M. Rebolloso, E. Fernández, M. Huici, C. Marqués, J. Paez, D. Pérez, A. Turner, C. (1994) Psicología Social. Madrid . Isabel Capella.

Martínez, A. Morales, J. Morales, E. Palacios, M. Puertas, S. Rodríguez, R. Sabucedo, J. Mohammad, N. (2005) Metodología de la investigación. México: Limusa.

Morales, F., Huici, C., Moya, M., Gaviria, E., López-Sáez, M. y Novillas, E. (1999) Psicología social. España: Mc Graw-Hill

Morales, F. (2007) Psicología social. Madrid: Mc Graw Hill

Myers, D. (2000) Psicología social. México: Mc Graw Hill

Palmero, Gómez, Guerrero y Carpi (2010) Manual de prácticas de motivación y emoción. Recuperado de http:// d2bfnlakiu8y36.cloudfront.net/psicopediahoy/ mpmotemo.pdf

Perlman, D. y Cozby, P. (1987) Psicología Social. México. Nueva Editorial Interamericana

39 Quintero, G. M. (2012). La sensatez como talento: evaluación en niños de 8 a 12 años. Universidad de Valladolid. http://uvadoc.uva.es/handle/10324/1003

Rodríguez, A., Assmar, E. y Jablonski, B. (2002) Psicología social. México: Trillas

San Martín, J. Suárez, E. Valor, I. (2005) Aplicando la Psicología Social. Madrid. Pirámide.

Sulbarán, D. (2009) Medición de actitudes. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

Urquiza, V. y Casullo, M. (2005) Empatía, razonamiento moral y conducta prosocial en adolescentes. Facultad de Psicología - UBA: Secretaría de investigaciones, 297-302

Vázquez, F. (2001) Educación:¿postura o actitud? Revista Latinoamericana de Estudios Educativos. 31(1), 41-66.

Worchel, S. Coopér, J. Goethals, G. Olson, M. (2000) Psicología Social. Madrid España. Thomsom.

Yubero, S. & Larrañaga, E. (2002). Concepción del voluntariado desde la perspectiva motivacional: conducta de ayuda vs. altruismo. Pedagogía Social.

40

ANEXO Propuesta de Reactivos para la elaboración de la Escala de Actitudes hacia la Conducta de Ayuda

Reactivos de Conducta Prosocial - Ayuda Por favor elige la opción que mejor se adecue a.Totalmente en Desacuerdo b.En Desacuerdo c.Neutral (Ni de Acuerdo, Ni en Desacuerdo) d.De Acuerdo e.Totalmente de Acuerdo TD a Cuando se hace un favor se está ayudando Es preferible ayudar que hacer laboral social La labor social está involucrada con la conducta de ayuda La labor social está presente dentro de la conducta de ayuda Las personas que ayudan están haciendo una labor social Generalmente cuando una persona necesita ayuda siempre hay alguien dispuesto a brindársela Únicamente se ayuda cuando hay tiempo disponible Se está dispuesto a ayudar cuando se obtiene un

D b

N c

A d

TA e

41 beneficio propio Se debe estar dispuesto a ayudar siempre Se debe ofrecer ayuda a cualquier persona que lo necesite El ofrecer ayuda a las demás personas genera una sensación de bienestar Ofrecer apoyo hace mejores a las personas Es fácil ofrecer ayuda cuando las personas lo solicitan El apoyo se ofrece aun cuando las personas no lo solicitan Ayudar es necesario para sentirse bien La ayuda es necesaria para cualquier persona Siempre es necesario ayudar Es necesario ayudar al ver a una persona en problemas Tener bienestar es para todas las personas Siempre se debe ofrecer bienestar El bienestar de los demás es una prioridad para mi Muestras bienestar al ayudar a los demás Una persona que no hace favores no puede ayudar Un favor es una conducta de ayuda Se puede ayudar sin hacer un favor Brindar apoyo hace mejores a las personas Ayudar es sinónimo de apoyar El apoyo es primordial para ayudar a alguien El apoyo físico es más importante que el apoyo moral Ayudar implica algún beneficio Al ayudar a alguien el beneficio es únicamente para la

42 persona que recibe la ayuda Al ayudar a alguien, el beneficio es únicamente para la persona que ayuda Al ayudar a alguien, el beneficio es mutuo

Equipo: Chávez Martínez Fernando, González Lara Jorge, Martínez Albarrán Sara C., Martínez González Omar y Reyes Silva María Guadalupe

Reactivos de Conducta Prosocial - Cooperación Por favor elige la opción que mejor se adecue a.Totalmente en Desacuerdo b.En Desacuerdo c.Neutral (Ni de Acuerdo, Ni en Desacuerdo) d.De Acuerdo e.Totalmente de Acuerdo TD a 1.Si hay una disputa o pelea, intento detenerla 2.Me disculpo espontáneamente después de haber hecho algo incorrecto 3.Muestro empatía, comprensión, hacia alguien que se ha equivocado o ha cometido un error 4.Procuro ser justo, equitativo o equitativa 5.Cuando ocurre una catástrofe, se ayuda donando víveres. 6.Cuando ofendo a una persona, procuro disculparme 7.Generalmente las personas ceden su asiento en el transporte público (autobús, metro) a personas que lo necesiten 8.Comunmente se ayuda a personas de la tercera edad a cruzar la calle 9.En un accidente vial inmediatamente las personas intentan ayudar 10.Disfruto cuando ayudo a otras personas 11.Cuando ayudo a otra persona obtengo una satisfacción por a verlo hecho.

D b

N c

A d

TA e

43 12.Las personas esperan ser recompensadas cuando ayudan a alguien 13.Ayudo a una o a otras personas para recibir un beneficio o recompensa 14.Puedo ayudar a otras personas cuando veo que realmente lo necesita 15.Cuando ayudo solo lo hago para que sea un bien para mi comunidad 16.Ayudo por que se que mi comunidad lo necesita 17.Ayudar me hace sentir bien 18.Ayudo por que se que es lo correcto 19.Ayudo por que es lo que se espera de mi 20.Ayudo por que lo quiero hacer y no porque me sienta mal si no lo hago. 21.Comunmente las personas atractivas reciben más ayuda 22.Comunmente las personas bien vestidas reciben más ayuda 6.Las probabilidades de que se dé el comportamiento altruista, aumentan cuando se trata de una situación de supervivencia Equipo: De la Cruz Román Miriam, Montiel Martínez Adrian, Quezada Rebolledo Gerardo Omar y Rocha García Martha Aída

Reactivos de Conducta Prosocial – Altruismo Por favor elige la opción que mejor se adecue a.Totalmente en Desacuerdo b.En Desacuerdo c.Neutral (Ni de Acuerdo, Ni en Desacuerdo) d.De Acuerdo e.Totalmente de Acuerdo TD a 1. Las personas que ayudan procuran el bienestar de otro sin esperar nada a cambio 2. Las personas ayudan por buena voluntad

D b

N c

A d

TA e

44 3. Cuando las personas ayudan lo hacen sin distinción alguna 4. Es más probable que una persona ayude a un familiar que a un desconocido 5. Las personas actúan sin perseguir el beneficio personal. 6.Las probabilidades de que se dé el comportamiento altruista, aumentan cuando se trata de una situación de supervivencia 7. La conducta altruista puede aumentar cuando se hace el auto sacrificio por otros. 8. Es más probable la conducta altruista en situaciones de promover la felicidad de terceros. 9. El altruismo es más probable en una situación de peligro, en protección de otros 10. Es más favorable la conducta altruista entre personas cuando se pertenece a un mismo grupo. 11. Cuando una persona necesita ayuda, se brinda aunque no haya nadie cerca 12. Las personas brindan ayuda sin importar la apariencia de quien la requiera 13. La ayuda se proporciona aunque para ello se tenga que sacrificar algo. 14. Constantemente me preocupo por los demás 15. Cada vez que ayudo a alguien me siento bien

Equipo: Martínez Castillo Andrea, Torres Arzate Julio Alejandro, Reyes Alonso Jesús Daniel, Martínez Bryan Jovany y Melendez Cinthya Lisset