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CARTAS DE

ABELARDO Y HELOISA EN PROSA Y VERSO .

CARTAS DE ABELARDO Y HELOISA

LIBRERÍA DE SAURI Lüog de Coromina ,

CARTAS -

DE

ABELARDOY PROSA Y VERSO VERHELOISA SO,, EN PROSA CON LA VIDA DE ESTOS DESGRACIADOS AMANTES.

BARCELONA . LIBRERIA DE D . MANUEL SAURI.

S CA ATE N

CALLE ANCHA. 1839 . BAH

.

17 95

ES LA VIDA, LOS AMORES É INFORTUNIOS DE

ABELARDO Y HELOISA .

PEDRO ABELARDO nació en 1079 en una pequeña aldea cerca de Clis son en la diócesis de Nanfes, en

Bretaña. Se asegura que por un pre sentimiento de la suavidad y en canto de su futura elocuencia le

dieron sus padres este nombre ; el cual, segun esta etimología , como deribado de abeille , no debe escri birse , como le escriben muchos,

Abailard , ni Abelard sino Abei

lard (*). Aunque la nobleza de su linage y' el brillo con que su pa dre seguia la carrera militar , de

bian serle de un poderoso estímu lo para seguir su ejemplo, sin em bargo , siguiendo su inclinacion na tural, abrazó con preferencia desde

su juventud la profesion literaria , cultivando con el mayor empeño y el mas feliz suceso todas las partes

de la bella literatura , que llegó á poseer en un grado eminente con

el ausilio de las lenguas sabias en que se hallaba muy versado : á que se agregaba el conocimiento de la jurisprudencia , circunstancia que hacia mas recomendable su saber ;

pero su ciencia favorita y predilec ta fue la filosofia escolástica , tan estimada entonces en toda la Eu 0 ) Sin embargo por no separarpos del oso adoptado generalmente por los escri tores españoles , escribiremos siempre Abe tardo .

ropa culta , que sin su perfecta po sesion no se creia poder ser aven tajado teólogo , ni profundo juris

ta , ni escelente literato . Esta idea que era general, junto con su des medida ambicion de gloria cientí fica y el deseo de aventajarse á to dos sus contemporáneos , le condu

jo á Paris , que gozaba á la sazon de la mayor celebridad a causa de la reputacion de sus profesores , y que fué despues el teatro en que mas brilló su elocuencia y pericia escolástica , habiendo tenido la glo ria de eclipsar la del mas acreditado maestro que se conocia en aquella

capital, Guillelmo Champeaux , fa moso teólogo y Arcediano de Paris .

El sobresaliente ingenio y profun

da erudicion del discípulo hirió gra vemente el orgullo y amor propio del corifeo de los escolásticos, el

cual le suscitó muchos y poderosos

enemigos , que le obligaron à des.

-8

terrarse de aquella capital , y pa sar á Melun , ciudad en que resi dia la Corte una parte del año ; cir cunstancia que atraia á ella un gran concurso de estrangeros. Allí se fijó Abelardo , que a la sazon no con

taba mas que 22 años de edad , con permiso para erigir una cátedra de filosofia , a pesar de los esfuerzos que hizo su rival y enemigo Cham peaux para impedir se realizase

aquel establecimiento , que consi deraba coino un golpe fatal á la re

putacion de quehabia gozado tran quilamente por espacio de tantos años. En efecto , la esperiencia acre

ditó lo bien fundado de sus temo res ; pues la celebridad que adqui rió la nueva escuela en poco tiempo ,

atrajo á ella de todas partes tanto número de discípulos, que ocasio nó la casi total ruina de las mas célebres de París y el descrédito de su adversario .

Pero tan rápidos progresos en tan poco tiempo no podian hacerse sino á , expensas de su salud . Asi . : cuando mas engolfado se hallaba

en sus lecciones y disputas filosofi cas, fué asaltado de una grave en fermedad que le puso a los umbra

les de la muerte ; lo que le obligo å retirarse á su pais natal para to mar los aires , único recurso que , en

le propusieron los médicos para el recobro de su salud. El largo es

pacio de dos'años que duró su en fermedad y convalecencia no fue ron suficientes para extinguir su ardor natural por el estudio y en

señanza pública; y asi luego que se halló enteramente restablecido, vol.

vió por la segunda vez á Paris, teatro de sus primeras glorias , en donde se grangeó sin oposicion als guna un crédito superior al que

antes habia tenido. Siendo su es

cuela la única de reputacion en Pa

10

rís, vino á ser el oráculo de la fi losofia .

:

A estos favores de la fortuna reu

nió un canonicato de aquella igle sia, y probablemente hubiera lle gado á ser su Obispo , si hubiera permanecido alli inas tiempo ; pe ro la determinacion de sus padres de abrazar la vida religiosa , que

se hallaba entonces en singular ve neracion , le obligó á volver á su patria , para tener el consuelo de darles un tierno abrazo antes de encerrarse en el claustro. En este

medio tiempo fue electo Cham

peaux Obispo de Chalons sobre el Marne , novedad que apresuro su vuelta á Paris , en donde no halló

ya persona capaz de estender su

reputacion ; por lo que resolvió pa sar á Leon á oir las lecciones de

Anselmo , Dean y Arcediano de

aquella iglesia : pero por desgracia

la capacidad de aquel teólogo no

- 11

correspondia á la alta idea que Abe

lardo se habia formado de él ; y sus frecuentes disputas junto con la conocida superioridad de su ra

ciocinio , erudicion y elocuencia, enconaron el ániino del profesor de tal suerte, que no paró hasta echar le de la ciudad .

En esta triste situacion tomó el partido de volver á Paris , en don de se dejó ver en calidad de teó

logo , dando lecciones públicas de Sagrada Escritura , las cuales le

grangearon infinitos aplausos , al paso que acrecentaron considera blemente su renta. Cada uno se hacia un honor de tenerle por ami

go : y su mérito y el atractivo de sus bellos y cultos modales parece debian contribuir a su reposo y felicidad. Habia ya mas de 4 años que Abe

lardo enseñaba la teologia en Pa

ris , cuando llegó á saber que aque

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lla ciudad albergaba en su seno un talento prodigioso en la persona de una señorita de 17 a 18 años de edad , de tan elevada comprension,

que ademas de su propia lengua, que hablaba con la mayor perfec

ciun , poseía el latin , el griego , y el hebreo ; á que agregaba una be lleza singular , que daba nuevo bri llo y realce á su mérito personal. · Llamábase Heloisa 6 Luisa , y era sobrina de un Canónigo de la cate

dral , llamado Fulbert, que la ama ba tiernamente y se esmeraba en

darle una escelente educacion , ha ciendo los oficios de padre y ma dre que habia perdido desde su ni ñez. Abelardo llegó á hacer cono cimiento con ella , y quedó tan prendado de sus eminentes cuali

dades , que se empeñó en dar á su Aombre elorigen mas sublime, pre tendiendo que venia de la voz heloi

que en hebreo significa divinidad. :

- 13

Estas dos personas , tan superio res a su siglo por las luces de su

ingenio y la sensibilidad de su al ma , habiendo llegado á verse , se juraron un amor recíproco , toman

do todas las medidas posibles para entregarse libremente á su pasion. Heloisa mas apasionada , era aon

mas sensible al mérito de Abelar do , que lo era éste al suyo : á que contribuian mucho las ventajosas : cualidades personales que éste po seia : ademas de hallarse en la for de su edad , era bien parecido, te nia gallarda presencia , un ayre jo vial y dulce , una voz agradable,

hablaba bien y cantaba mejor . En

efecto , Heloisa misma confiesa en una de sus cartas , que su voz y su elocuencia le habian encantado. Abelardo en el transporte de su amor hizo bajo nombres supuestos varias canciones en alabanza de su

querida , que le enviaba secreta

- 14 mente y corrian por toda la ciu dad ; pero no podian verse libre

mente ; lo que obligó á Abelardo á valerse de su maña y habilidad para facilitar el medio de verse y ha- /

blarse con frecuencia , empeñando á Fulbert por medio de sus amigos á que le concediese alojarse en su propia casa bajo un honesto y es -. pecioso pretexto : consiguiólo efec -': tivamente con la condicion de que se encargaria de la instruccioni de

su sobrina, dándole una fuerte pen * sion, y facultad para castigarla cuan -'. do lo mereciese. Con el trato con tínuo llegaron á contraer tan inti- ? ma familiaridad , que Heloisa con cibió en poco tiempo tan ardiente pasion por su maestro , que ya no oia :

con gusto otra leccion que la que le dictaba el amor , buscando siem

pre con pretexto del estudio los : parages mas retirados. Así estos

amantes vivieron muchos años en

- 15

les brazos del amor , pero al cabo

de algun tiempo llegó á traslucirse este secreto comercio , y consiguien temente á los oidos de Fulbert, que , como hombre sencillo y sin malicia , no habia tenido hasta en

tonces la menor sospecha de aquel desarreglo , de que hizo cargo á su sobrina ; la cual procuró justificar cuanto pudo la conducta de ambos, y convencerle de que todas aque llas voces eran calumniosas é in

ventadas únicamente por los ene migos de Abelardo , para denigrar su fama a causa de su raro mérito;

pero Fulbert estaba tan persuadido de lo contrario que no oyó escusa ninguna ; antes bien la reprendió ásperamente , y despues de haber tratado injuriosamente y con el ma yor desprecio á Abelardo , le echó ignominiosamente de su casa. El sentimiento de ambos amantes fué recíproco ; el del uno, consideran

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do la desgracia de la otra con un tio que le adoraba ; y el de esta,

viendo arruinado el crédito y la fortuna del otro. Abelardo por el

honor de ambos se esforzó á des vanecer aquella voz , persuadiendo

á todos que el Canónigo era un vi sionario , que sobre la menor apa riencia formaba sin fundamento al- '.

guno las mayores sospechas; con lo que tranquilizado algun tanto

su espíritu , volvió al ejercicio de sus funciones escolásticas. Pero es

ta tranquilidad no fué muy dura

ble; porque al cabo de algun tiem po recibió una carta de Heloisa , en

que le noticiaba con elmayor gozo el estado de su preñéz ; lo cual lla mó toda la atencion de Abelardo para poner en salvo el honor de su

querida, temiendo siempre los efec tos del resentimiento del Canoni

go. En consecuencia hizo advertir

á Heloisa , que durante la ausencia

- 17

de su tio que debia ir á divertirse

algunos dias al campo , pasaria allá para sacarla de casa , y conducirla ,

disfrazada en hábito de religiosa , á la Bretaña á casa de su hermana, que estaba ya prevenida de todo por este tierno ainante; todo lo cual - se ejecutó felizmente y á medida de su deseo. El tio de vuelta del

campo , cuando se halló sin la so brina á quien amaba entrañablem mente , concibió contra Abelardo

un furor inconcebible , sugiriéndo le la colera diferentes impulsos, ya

de asesinarle donde quiera que le encontrase , ya de vengarse delmo do mas cruel é infame. Prefirió es te último medio como el mas pro

pio para satisfacer completamente su rabia y despecho. Entretanto

Heloisa dió á luz un hijo , circuns tancia que redobló la afliccion de Fulbert , reduciéndole casi á un es tado de demencia. Abelardo , como

- 18

hombre sábio y de tanta reflexion , considerando la triste situacion en que se hallaba por su causa el buen

Canónigo , resolvió aun con peligro de su vida pasar el mismo á su casa

y abocarse con él, haciendo uso de toda su elocuencia para sosegar su cólera , paliando su falta , y ofre ciéndose á darle toda la satisfaccion

posible , casándose con ella para re parar el honor de una persona tan

interesante por todas sus circuns tancias ; con la condicion de que el casamiento quedaria secreto , pa

ra que no pudiese perjudicar á su reputacion de que dependia tada su fortuna. Esta noble determina cion del filósofo , desarmó por de pronto al Canónigo , templando la

viveza de su dolor y la amargura de su afliccion. Admitió en efecto su palabra , y en presencia de mar

chos parientes, hizo la paz con Abe lardo , abrazándole tiernamente ; y

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en prueba de su perfecta 'reconci liacion le juró una eterna amistad. Abelardo , dada su palabra , parte inmediatamente en busca de su fu

tura esposa , á quien manifiesta , lue gu que llega, el objeto de su via ge ; pero cual fuésu sorpresa , cuan do ve que Heloisa , desaprobando enteramente el pensamiento , se es fuerza á disuadirle de su ejecucion,

representándole con la mayor vi-, veza la distraccion é inconvenien - ,

tes anexos a los cuidados indispen -. ,

sables de la casa , del todo imcom patibles con la dignidad y gravedad de un filósofo , diciéndole resoluti- , vamente que ella preferiria siempre el amor al lazo conyugal, y que queria mas ser su querida que su esposa . Abelardo , aunque en aquellos

tiernos sentimientos admiraba real mente la heroica constancia y gran - !

deza de alma de Heloisa , la hizo ;

- 00 20.

.

ver no obstante que habiendo ya empeñado su palabra, no podia de

jar de cumplirla. Nada de esto ha cia fuerza á Heloisa ; antes bien lejos de rendirse á las persuasiones de Abelardo , redobló sus esfuerzos. para disuadirle , bien que inútil

mente. Viendo al cabo que no po dia excusar el partir , exclamó co mo con cierto presentimiento y es

píritu profético : ; Quiera el Cielo que este casamiento no sea la causa

de la ruina de, entrambos ! Fueron de vuelta muy bien re

oibidos de Fulbert, y se celebró el desposorio secretamente, viviendo

separados y viéndose raras veces.

Pero el Canónigo , no creyendo bastantemente reparado el honor de su sobrina , si no se declaraba

el matrimonio , comenzó él mismo

á publicarle contra su palabra. He loisa, sensible al gran perjuicio que

esto podia causar a la reputacion

mbs en negar de rta tod,ossehoobstino de suabieesposo lo abiertamente , y con tanto em peño que todos se persuadieron que el tio era un hombre iluso o un impostor , lo que le irritó tanto contra la sobrina , que la amena zó , y aun la maltrato de un mo

do indigno de su carácter , de que se quejó ella á su

esposo , el

cual la saco de las manos de su tio y la condujo a la abadía de

Argenteuil , en donde habia sido educada é instruida desde la cu na. Cuando Fulbert supo el des tipo de su sobrina , y que ves

tia en el convento el hábito reli gioso , persuadido de que este era un arbitrio discurrido por Abelar do para hacer nulo su contrato , interesó en su resentimiento á to dos sus parientes , haciéndoles ver

la perfidia de su sobrino , y la no ta que padeceria toda la parentela

con la nueva resolucion ; con lo

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que los animó á tomar venganza por sus propias manos del modo mas infame, concertándose para

éste efecto con el criado de Abe lardo , el cual introdujo por la no che en su dormitorio cinco asesi

nos, todos parientes del Canónigo , los cuales despues de haber egecu tado el execrable proyecto que to do el mundo sabe , se huyeron precipitadamente ; pero el ruido

que hicieron al tiempo de salir y

los gritos que despedia el pacien te , llamaron primero la atencion

de toda la vecindad , y despues un innenso concurso de gentes que se lamentaban altamente de tan gran

maldad. La Justicia , informada del caso , hizo un castigo egemplar:

el Canónigo fué preso inmediata mente , procesado y despojado de sus beneficios , y sus bienes confis

cados á beneficio de la iglesia : los

dos solos cómplices que pudieron

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prenderse , fueron condenados á la pena del talion y á perder la vista . Abelardo, en medio de tan cruel

afliccion , no halló otro recurso que el de ir á ocultar su vergüenza en las claustrosdel monasterio de San

Dionisio , en donde fue muy bien recibido á causa de su mérito y reputacion . Antes debacer sus votos , escri bió á Heloisa uoa carta muy pa

tética , en que la persuadia á seguir BU egemplo , renunciando para siempre todas las falsas esperanzas

y halagos de este mundo. Una al ma menos noble que la de Heloi sa hubiera desfallecido bajo el pe

so de tan grandes aflicciones. No contaba todavía mas que veinte y

dos años á lo mas, cuando consi na tió en separarse de un esposo á

quien amaba mas que su propia vida , creyendo que debia imitar

le haciéndose religiosa ; viniendo

á ser de esta suerte esposa sio ma rido , viuda antes de su muerte ,

madre sin hijos, religiosa sin voca cion , una muger desolada sin con suelo ni amparo , y solitaria en me

dio del mundo que tanto amaba. Pero hizo este grande sacrificio ao

solo por complacer á Abelardo , sino tambien porque, consideran

dose la causa de todas lasdesdichas

de aquel, creía no poder jamás ex piar suficientemente esta culpa. En

tonces fué cuando se escribieron recíprocamente diferentes cartas , llenas de los mas nobles sentimien tos ; y de tan bellos rasgos que se guramente formarian el mayor or

namento de esta nuestra historia, si hubieran llegado á nuestro co

nocimiento. Heloisa resolvió al ca bo realizar su pensamiento, hacien

i

do sus votos solemnes con un áni mo heroico y superior á su sexo.

Abelardo condescendiendo con

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las vivas instancias de sus superio res, volvió á abrir su escuela de teología ; pero el estraordinario concurso de oyentes junto con ale

gunas diferencias ocurridas con al. gunos individuos de la Comuni. dad , le obligaron á salir de allí y retirarse á otro parage mas cómo do para su enseñanza ; lo que le

atrajo tanto número de discípulos que acudian de todas partes , de

Italia , de Alemania , de España,

de Flandes , & c. que los contem poráneos de este famoso doctor aseguran que ascendia á mas de tres mil, de donde salieron tantos

hombres eminentes que ilustraron

la iglesia de Dios. San Bernardo que seguramente no fué uno de sus amigos , como se ve por las acér

rimas disputas que tuvieron sobre puntos teológicos, confiesa él mis mo que la mayor parte de los Cardenales y Prelados de la iglesia

romana se habian formado en la

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4

escuela de este sabio doctor . Su reputacion se fundaba no solo en su prodigioso saber sino aun mas en su escelente método. Todas es tas bellas cualidades junto con el desinterés de su enseñanza ( pues

despues de haberse hecho religioso daba sus lecciones gratuitamente) volvieron á excitarle nuevos ene

migos en todos los demas profeso res, que no podian ver con indi

ferencia menoscabada su reputa cion, y desiertas sus escuelas sien do su nombre apenas conocido lue go que abrió la suya este grande hombre; á la manera de un pe

queño arbusto que crece á la som bra de una robusta encina, la cual con la extension de sus ramas ý hojas le cubre , de tal manera que viene á hacerse imperceptible á la vista de los que pasan . Seña. láronse sobre todos Alberico y Lo

tulfo, profesores de Reims pero la justa celebridad de Abelardo tri

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unfó como siempre de todos sug adversarios. Por entonces compuso á instan cias de sus discípulos el célebre

Tratado sobre la Trinidad, que bi zo luego tanto ruido y que desde luego fué muy bien recibido del

público con el mayor aplauso. La reputacion de esta obra despertó el furor de sus enemigos, los cua les la delataron al Arzobispo de

Reims como llena de heregías es te Prelado convocó para su conde nacion un concilio en Soissons en 1120, adonde fué citado Abe

lardo por el Legado del Papa y sin

embargo de haber sido censurada su obra con el mayor rigor por dos de sus mayores adversarios, se declaró contener toda aquella ona doctrina muy sana y ortodoxa. Esta censura junto con algunos

sermones que predicó allí con mu

cho lucimiento , acrecentó mucho mas su reputacion; pero sus adver

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sarios cuya envidia crecia en el

mismo grado, conspiraron con mas

furor y empeño que antes á sa rui Aa, consiguiendo que se nombrasen nuevos censores para el examen de su Tratado, cuyo último resul

tádo fué el ser condenado al fue go, siendo obligado él mismo á ha cer este sacrificio en pleno concilio

con general asombro de la asam blea. Diósele su claustro por pri

sion , de la que salió al cabo de al gun tiempo, resuelto á abandonar el monasterio , en donde no estaba bien visto; porque lo egemplar y

severo de su conducta era una tá cita, pero áspera reprension de las dessarregladas costumbres de aque

llos religiosos. El amor de la soledad le condo jo á un sitio retirado cerca deNo gent sobre el Sena, en donde hizo edificar con permiso del Obispo un oratorio dedicado al Espiritu Santo , con el nombre de Paracle

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to , que significa consolador. En efecto tuvo el consuelo de verse se

guido alli , como en todas partes,

de innumerables discipulos. Sus adversarios volvieron á acusarle de

heregía por haber dedicado su iglesia al Espiritu Santo; pero ha biéndose justificado plenamente con entera confusion de sus enemigos, recurrieron éstos á las calumnias

que le dieron mucho que hacer; pero al cabo salió bien , y fué he cho Abad de San Gildas de Ruys en la diócesis de Vánnes. Pero

muy pronto comenzó a echar me nos el retiro y tranquilidad de que gozaba antes en su Paracleto , por

el espiritu turbulento igualmente

que por la vida relajada y lícen ciosa de aquellos monjes, de quie nes experimento aun mayores per secuciones que las que habia su frido en San Dionisio . Cuando mas perplejo se hallaba sobre el parti

do que debía tomar para tranqui

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lizar su espíritu , la providencia le inspiró un medio muy propio , que

fué el establecer en Paracleto uda Comunidad de santas religiosas, goa

bernadas por Heloisa ; la cual con su egemplo y raras cualidades ha bia llegado á ser en su convento un

modelo de regularidad; circunstan cia que le procuró el priorato de su Comunidad , cuyo empleo des empeñó con general edificacion en medio de sus pocos años. Pero con todo su zelo, erudicion y elocuen

cia no pudo conseguir la deseada reforma de que tenian aquellas re

ligiosas tanta necesidad como los

monges que dirigia Abelardo; y el desarreglo vino á ser tan sensible que los de San Dionisio tomaron

este pretexto para echarlas de allí; é introducirse ellos mismos. Abelardo considerando esta oca sion la mas oportuna para realizar

su idea , le escribió convidando á pasar al Paracleto , de que él mis

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mo le hacia donacion con todas sus

dependencias, y Heloisa aceptó el partido , seguida de algunas reli.

giosas de Argenteuil, á quienes Abelardo fué á recibir para poner las en posesion de los bienes que

les ofrecia. No es ponderable el go zo que sintieron estos dos aman

tes, cuando se vieron juntos des pues de mas de 12 años que no se habian visto. Heloisa fué electa de comun acuerdo superiora de esta comunidad ; y Abelardo , despues de baber tomado todas las medi

das necesarias para consolidar este establecimiento , se restituyó á sa abadía .

Al principio tuvieron bastante que sufrir aquellas buenas religio sas , por la tenuidad de sus rentas que no eran suficientes para man tener tanto número; pero en lo su

cesivo luego que la fama de He loisa se extendió en todas aquellas

inmediaciones , de donde acudian

- 32 las gentes mas principales para verla y admirarla , con los upcriu

nos socorros que Abelardo les pro curo , asi de su propio bolsillo, co mo dealgunos de sus discípulos inas pudientes, á quienes no cesó de in . teresar en la manutencion de tan

piadoso establecimiento ,y aun mas

por el ingreso de algunas personas que llevaron un dote considerable,

llegaron á verse en la mayor abun dancia .

Cuanto era el fervor de aque llas santas religiosas, otro tanto era el desarreglo y disolucion que reinaba en el monasterio de Abe

lardo, el cual no podia dar un pa so en la indispensable reforma de aquellos espíritus turbulentos y re fractarios sin irritar mas su colera ,

cuya monstruosidad llegó hasta el extremo de querer asesinar á su Abad ó deshacerse de él á cual

quier precio , lo que sin duda hu bieran conseguido, si la prevision

- 33 -

y cautela de aquel no hubiese fruss trado su horrible proyecto .

Jenny

- En medio de tantas aflicciones recibió Abelardo una carta de uno

de sus amigos que residia a poca distancia del paracleto , en la que

dándole cuenta de una gran pérdi, da que acababa de hacer , le pedia con las mayores instancias su icon

sejo y algun género de consuelo. La respuesta de este sabio Abad

que contenia una relacion exacta de todas las aventuras de su vida, habiendo caido por casualidad en

manos de Heloisa , cuya pasion no estaba aun del todo apagada , vol

vió a despertar en su corazon los mas tiernos sentimientos , en tal

grado que no pudo resistir al deseo

de escribirle ; y este es el origen de estas famosas cartas que nos han quedado , y que pintan con tanta viveza y naturalidad los combates

de la naturaleza y de la gracia . El 3

- 345

asunto de la carta que ella le ese cribe , en que brillan á competen

cia el amor y el ingenio , se redu ce á desahogar su corazon del in cendio que le abrasa , manifestan do el objeto que le causa : en to do respira la piedad y la fuerza del amor conyugal , explicándose con tanta gracia y delicadeza , que se admiran á un tiempo los gene rosos movimientos de su corazon y

la belleza de su ingenio .

: D

. La respuesta de Abelardo es igual mente espresiva y contiene rasgos muy sublimes; pero la última cláus

►ū₂/₂₂ /₂/₂ /₂/₂/₂/₂?Â₂Ò₂–₂\/\ /₂₂/₂ūti ? mente que cuando muera cuide de

que su cuerpo sea transportado á su monasterio para su entierro , la

deja inconsolable, como se ve por su contestacion , en que se leen es

presiones tan tiernas , que una per sona sensible apenas puede conte

ner las lágrions. ; + Abelardo , reflexionando sobre la

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crítica situacion en que se hallaba

en su monasterio , y el inminente riesgo que habia corrido su vida por la perfidia y maldad de sus

monges , estaba ya resuelto á ceder á las repetidas instancias que le ha

cia Heloisa para que renunciase su abadía, y fuese á pasar el resto de sus dias en el Paracleto.

Diversas circunstancias que ocor rieron , y sobre todo su última en

fermedad que sobrevino por enton ces , le privaron de este consuelo . Antes bien , conociendo que se acer

caba su último fin , interrumpió to da su correspondencia con Heloisa , preparándose para la eternidad , adonde pasó el 21 de abril de 1142 , cuando se hallaba en los 63 de su edad . Heloisa , cuando recibió la carta

del Abail de Cluny en que le par

ticipaha la muerte de su digno eso poso , no puliendo molerar su pe na cayó en tierra desvanecida al

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acabár de leerla , creyendola todos difunta por algun tiempo. Luego que volvió en sí , su primera dili gencia fué escribir al Abad , supli cándole encarecidamente hiciese

trasladar al Paracleto el cuerpo de Abelardo , para darle en él sepul tura en cumplimiento del estrecho encargo que su esposo le habia he cho en vida. Luego que ella se vió en posesion de tan precioso depó sito , desde aquel momento renun ció absolutamente á todo género de consuelo y comunicacion , llorando

dia y noche sobre el sepulcro de su esposo , á quien sobrevivió aun veinte y dos años, redoblando siem

pre su fervor , austeridades y pe nitencias hasta que llegó su última

hora, lo que se verificó el 17 de mayo de 1964, en su año clima

térico , como Abelardo, á los 63 de su edad , IN DE LA VIDA DE ABELARDO Y HELOISA .

VERDADERAS CARTAS DE

ABELARDO Y HELOISA LIBREMENTE TRADUCIDAS

DE LAS ORIQIRALES LATINAS.

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CARTA DE

HELOISA A ABELARDO . TRAGERONME algon tiempo ha por casoalidad ova carta que á op ami go tuyo escribias, y abrila , por ha ber conocido la letra , creyendome disculpada de mi libertad con el ala güeño derecho que á cuanto de ti viede , teogo : pero hartas lágrimas me costó mi cariosidad , por vo ha ber hallado eo la abierta carta mas que una extensa e individual rela cion de vaestras desventuras. Tur . bóse sobre mapera mi ávino con es ta idea ; me parecia cosa inteppesti-,

va , que para consolar á tu amigo

por algopa leve desgracia , de las tan pesadas nuestras con aquella inge.

*ouidad le hablases; ¡ y qué de re flecciones no hice ! Ei tienipo habia

borrado algan tanto de mimemo ria puestras pasadas penas pero al leer

lasde ta propia mano escritas,seutilas conmas agudeza que nupca en lo ínti mo de ini pecho. Representóseme de nuevo lo que por mi has padeci " do , caanto enemigo y envidioso ta

ingevio peregrino te atraia , aquel perpétao encierro con que te ame

nazaban'aun por quas cosas quecon . denabas tu inisco; y mi memoria en fiu no perdono medio ninguno para

recordarmepuestras desgracias. Tama poco eché en olvido la persecucion de aquellos dos hombres que en el

Concilio de Reims levantaron la voz contra tí, y la escandalosa aplicacion que hicieron del nombre de Para cleto , dado por ti á ta nueva mora- . da ni jamas podré olvidar cuanto te

dieroo qae penar aquellos religiosos sin embargo con el cordial diotado de hermanos houras al presente. Es otros perseguidores tuyos, a quienes

41 tá taa al vivo y - sencillamente escri re la cion que de todo ello ha ta la

ces á ta amigo , que al leerla pensé morirme de dolor ; y á no venir tan pronto á pedirme ta carta , hubiera

tenido el gusto de volvértela á en viar borrada con mis lágrimas. De jome muy conmovida , y despertó , confiésotelo , todo mi antigao enojo contra nuestros enemigos. Y supoes. to que el tiempo , que á la pada to do lo redace , no ha podido estio gir el odio que te tienen , y que siempre ta virtad es perseguida; ha

ilome resuelta á publicar en todos los idiomas nuestras desgracias, para avergonzar a la injusta edad que te ha desconocido : sin perdonar á na

dieha, ciya que nadie te ha perdonado,

endote en tal manera objeto y co mp asion , que en los siglos fu. de taros no se hable ya de mi caro Abe

lardo sino con lágrimas en los ojos. En cuanto a mi, que no siento si .

no tas penas , pada te digo del esta do en que por causa tuya me hallo ..

- 42

Véome sola , afligida, desolada, poes

padie sino ta - consolarme puede, y ni aup potieia tuya tengo , cuyo so corro á lo menos ruégote muy de ve

ras, no mesieges , haciéndome pun . taal relacion de cuanto á tí te toca, por mas doloroso que ser pueda. Si es verdad que son mas lleva deras las penas con otro comunica

das, padecerásmenos contándomelas tayas. Para escasarse , no digas que

quieres evitarme las lágrinias; por que no menos copiosas me las hace

derramar tu silencio que la relacion

de tas desdichas : y ademas , si para escribirme aguardas un tiempo en que puedas participarme cosas gas tosas , temo no esperes demasiado.

Rara vez concuerdan la virtud y la fortapa , y mas afortunado serias, si menos cuerdo faeras. No me prives

paes del particular gasto que er perimento en recibir cartas tuyas , y

déjate de aguardar los dichosos mi lagros de la fortapa. Son aquellas en ausencia taya el único contento mio

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may parecido a aquel de que Séne. ca , cuyos escritos me hiciste leer ,

en medio de ser filósofo se dejaba poseer cuando las recibia de Lucilia .

Ēo el interio queigual gasto me pro porcionas, recreóme con el de mirar

á menado ta retrato ; placer que abao dono cuando te veo , y al que tú au

sencia sola da mayor realce. Pero si la piotora tauto gusto nos ofrece ;

i que gozo no iofunden las cartas que hablan y de nuestras pasiones

La llama inflaman y alimentan ! No dos está pues vedado placer tan ino.

cente , ni por descuido nuestro el único consuelo que nos queda per

damos. Eo tus cartas leeré que ni

esposo eres ; como esposa taya te han blaré en las mias , y a pesar de todas tus desdichas para mí serás

siempre coapto ser to quieras. Las

cartas faerop inventadas para el ali . vio de personas , coal yo , encerra das : así en mi seno llevaré las tuyas

las que estaré besando á cada instan , te : pero no quiero que te cuesten

- 44 el mayor trabajo , escríbeme sin mo lestarte ni poner la mayor atencion ; háblame to amoroso pecho y no to

raro ingenio. No puedo vivir ya si no me dices que me amas. Tan na taral debe serte este estilo amato .

rio , que no creo puedas de otro ser virte : fuera de que es muy jasto , que con alguna nueva prueba de

amor vuelvas á cerrar las llagas que en mi pecho renovaste , cuando á ta

amigo tap circanstaciadamente nues tras desgracias referiste . Nos quie ro con esto reprehenderte del ino cente artificio que para consolar á

au afligido empleaste , comparando su calamidad con otra mayor ; paes la caridad es ingeniosa , y alabo ta estratagema; pero á nosotras nos de

bes algo mas todavia que á ese cons a 19 tristado amigo. 193 Llámanos hermanas tayas; hijas tayas dos decimos nosotras; y si en

la naturaleza habiese palabras mas dalces, emplearíamoslas para mos trarte lo que con respecto à tí somos

.

y traerte á la memoria lo que nos debes. Eo caapto á vosotras aap coando faéramos tan iogratas que olvidásemos el reconocimiento de que te somos tau deadoras , esta iglesia ;

aras y casa religiosa nos le recuer

dan suficientemente . Tú fuiste quien saptificó ogestra morada , aptes co pocida solamente del robo y del ho micidio ; y qaien en casa de vracion convirtió la que en otros tiempos

gaarida de foragidos habia sido . Na da deben estos claustros a las públi . cas limosuas , ni nos han enriqueci. do las asaras y penitencias de los pablicanos ; siendo tú solo quien to

do nos lo ha dado , y á qaien todo 80 ser debe este tieroo plantel.

Aunque parece que la clausura y los votos asegaran aquí la gracia de la vocacion , y que las agudas pao tas de nuestras gradas vedap á to

dos sa acceso , estas malas raices de Adap sio embargo , que brotan iu

sepsiblemente en el corazon , cor romperan el paestro , si á preser

* váruosle oo vienes.

- 46 =

Sé may bien que no estás ocioso, pero si trabajas no es para nosotras; echas a los cerdos los preciosos te

soros del evangelio , dejaodo abap donadas á opas inocentes ovejas qae te seguirian hasta la cima de los montes .

Mas echo de ver que ni siqaiera me atrevo á hablarte en nombre mio , a pesar de que para mo

ver ta corazon , no deberia va termemas que de mis propios in tereses y llantos. Los Agustinos, Ter.

taliados y Gerónimos eseribieron a las Paalas, Eudoxias y Melanias. ¿ Olvidas mi nombre aéaso , cuab

do el de todos estos lees ? ¿Por que do deberias á ejemplo de SanGero •

zimo forrparmeen la virtud , predi. carme la verdad corno Tertaliano, y de la gracia hablarme al modo de

S10 Agastio ? No ha de ser para mí un bien tau estéril tu ciencia ; faza raje qne escribiéndome, a tu espo . sa escribes: muestra correspondencia

por el sacramento quedó de todo es.

esodolo libre , y aun verme paedes

sio peligro uivgano. Coucedánios que nuestros votos á voestros placeres

ao sirvieseo de obstácolo, y que fue. semos capaces de propasarnos , ¿ qué recelo hay que tever de nuestro cam

riño , despaes de la barbarie por mi

tio egercida en ta persona ? No ha: yas pues de mí, oye mis gemidos , y sapuesto que los has cansado , pre seocialos. Si estoy aquí sagerida por

la razon , persuademepara contingar por motivos doables de virtod . Si te acordáras, ay de mí!... ¿ Pe ro acaso olvida quo como le amao ? ¡ Qué de dias , todos enteros, pasa ba yo esperáodotě , y con qué re gocijo , para escribirte , me oculta ba a todas las gentes ! ¡ Qué desasos

segada me tenia un billete , hasta

que á tus mados llegaba ! ; Y para verte , cuantos ardides y miramieg tos

Te sobresaltap estas individualida: des , crya coutinoacion temes oir :

pero á mí, de alivio me sirve esta

- 48 - pibtara , de ello no me corro ; y ya que fué sio límites el escesiro cari

fio que te tuve, ponérselos no quie ro al gusto que eu recordármele teogo . Para mostrarte mas amor , aborrecíme a mimisma ; y aquí vi

de ficalmeote para perderme, y de jarte vivir sin cuidados.

.

. ."

Tales afectos no los inspira el via eio , ni á los muertos ama el que la sensualidad ama. Pensó mi tio que

yo , coallas demasmugeres, uo ama ria mas que á tu sexo ; mas euga Kose al quitártele , y de su arrada barbárieme vengo ahora , oprimiéu .

dote bajo el peso de todo mi cariño, - Bien sabes qae lo humano en tí ja . mas amé, aun en aquel tiempo miss mo ea que menos paros nuestros amores ser podian . ¿Cuanta repag Bancia no te manifesté siempre por elmatrimonio ? Aanque conocia moy bieu cuau respetable eotre los hom bres , y santo en la religion el nom

bre de mager era ; eu el de dama taya veía no obstante mayores atrac

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tivos. El víncalo del matrimonio

obliga por necesidad á opa especie deapego que de amar la gloria dos

qaita , a la que revanciar yo no que

ria : delicado miramiento de mi fino amor , que ocaltársete go pado ; del

caal todavia , segon en la carta deta amigo, advierto con placer te acoer.

das , uo menos que de los insolsos que en mi opinion eran aquellos víaca los que disolver la muerte sola pue

de , y que del amor una necesidad haceu. ¿ Cuantas veces no te protesté , que para mi cosa mas soave era vi vir con Abelardo en clase de dama

saya , que en la de Emperatriz con

Augusto ; y que en estar á ta obe tener al Señor del mundo sujeto a la mia ? El verdadero cariño separa del diencia hallaba mas deleyte , que en

amante cuanto no es este mismo , y

po va en busca de clases , oi de bie Des de fortuva. Vivo persuadida que si aqaí abajo hay que esperar alga

pa felicidad , es únicamente en la

simpática anion de dos corazones ; á

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qaienes el merito y recíproco amor hacen dichosos. Entonces po hay va cío que llepar en estas venturosas almas, en las que todo es descanso , porqae todo es contento

De este número faimos; y virta mos felices ambos, uno de otro ho chizados. A mi eleccioo ta fama hope raba ; paes provincia no habia que poseerte no desease : en apartarse dhe tí , todos peua siempre tevian , con

placiéndose may particularmente en

decir el que menos,he visto á Aber lardo. Las mogeres mas ásperas no lo hubieran sido contigo , si sa ri

gor bubíeses querido repdir . ¿ Qué medio habia para no dejarse artas . trar los corazones de tus finos mo

dales, gallarda presencia , vivo en ! tendimiento y lucidas couversacio nes? En tí aboga todo á to favor, muy al coutrario de esos hombres doctos , que todo lo saben menos el

arte de agradar al paso que ia cieo cta eo tí , sobre ser amable, excita

tambieu 'los deseos de saber. ¿ Coo

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qué facilidad no haces versos los mas

graciosos del muodo ? En lo chistoso vadie te iguala ai vadie elogiar cual tú , sabe; de lo cual dejas a los ve nideros'apa prueba y dechado en esa

famosa Rosa (*). Llenas están de gracia aoo tas mas frívolas cancio

ues . ¿ Caiotas rivales no ine acar

rearoo todos aquellos galapteos? ¿y á caántas po ví , á qaienes despues de

qua sola visita toya , les bacia creer su amor propio que las Silvias de

tus versos eraa? Pero ¿que se hicie roo aquellos felices tiempos de qae hablo , pues ahora en continuos a yes

y gemidosme tieneu roi amante y pa sadas alegrías ? Sabed , vosotras, en otros tiempos

coridiosas de mi felicidad , que ya no existe para ini ui para vosotras aquel objeto de vaestros celos por

qoe forjole á él mi amor todo sa de

lito y inartirio , y la desesperacion á * La novela de la Rosa. Es un error el atribuir á Abelardo esta novela la que

compuso Juan de Mchun .

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mípropia tambien. Mis rabiosos dea . dos turbaron la calma en que gasto sos vivíamos , no pensando mas que

en amarnos y complacernos. Si asi vivir es op delito , may gustosa quie

ro ser delincuente , y cov harto do lor de mi corazon estoy inocente hoy dia .

Si cuando te redujeron al fatal estado en que te hallas , me hubiese visto a tu lado , hobiérate de feudi. do cop peligro de mi vida : pero no

hablemos mas de esto , que es mas elocdente que las palabras el silen cio , cuando la desdicha expresarse con ellas no puede. Dime solamente

i por qué desde que bice profesion, me abaodopaste , en la que no llevé otra mira que complacerte y eximir te de penas , ni otro consentimiento qoe el tuyo tave ? ¿ De qne proce de pues tu estraña- tibieza? ¿ Habra.

se acaso amortiguado ta ardor con midemasiado cariño , el cual ya pa da te deja que desear ? Porque me

ha enseñado una larga esperiencia,

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que ano se aleja de aquellos que de favores le colmaron, y que un gran cúmulo de gracias atrae los despre

cios, pero no la gratitud , del hom . bre. Defendí mal mi pecho del que

sin macha pena , tirawo , te apode . raste , devolviéndole con la misma

facilidad ; eu lo que no consiento , porque aunque no he de teper aqai voluotad , conservé no obstante a despecho mio la de ser amada por ti con la de morir amávdote. Con . migo al propunciar los votos ao bi

llete llevaba , en que serias eterna mente mio , me jarabas; y asi á Dios cou to corazon ofrecí el mio , ja .

raudole morir antes que dejar de amarte. Sufre paes mi pasion como una cosa de que deshacerte ya no puedes. Qué bajeza , ;ay de mi! ha . blar asi ; en solo Dios debo pensar

y todo el blauco de mis palabras es on hombre. ¿ A ello me fuerzas tú , tirávo, porquenome amas? porque a lo

mesos do meengañas? Niaav siquiera ***

te diguassuministrarme medios para

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disculparte, Qaé ! į podrás resolver te á no verme jamas ? ; triste de mí! escríbeme pues alguna vez. No te

engañes; mio te hicieron tas jara mentos; y la única profesion que hi ce, faé de ser taya. Nada es capas de separar poestros pechos ; si me

encerré, fué porqae asi lo quisiste : aqui está todo el misterio de mivo cacion , tú lo sabes may bied ; y á pesar de ello tu estrafia frialdad es

coanto frato recojo de mi prisios. · Me avergüenzo de verme escła va de on hombre en medio de las

esposas de Dios, y á la cabeza de

upa Comapidad , que mi ejemplo edificar deberia , estoy exclasiva

mente dedicada á Abelardo : i que monstruo ! ¿ Alumbrais mi espiritu ,

Dios mio ? ¿Hacedme hablar vuestra

gracia , 'ó la desesperacion sola me obliga a hacer estas consideracio Des ?

Al vislambre de la llama que mi pecho abrasa , como oba pecadora

véome, á veces que compougirse

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de sas pecados deberia : pero ; trisa te de mi ! si lloro , no es mas que por miamante. Demis culpas acaér dome tarnbien con frecuencia ; mas

miamargo dolor no es de haberlas cometido , sino de no cometerlas ya. ¡ Eo que confasion

me popes,

Abelardo ! te confieso mis flaque

zas, repréudote ta rigor, no se lo que digo, y sobrepojando mi es cesivo alior á todo , do paedo ya cootenerme á mimisma. ;Ay , cuan

dara cosa es, caro Abelardo mio , teper pgo que combatir siempre por obligacion contra los enveje

cidos hábitos del amor ! Los piado

los afectos que Dios me inspira óy golos por un instante , y otro des puas rebosa mi alma de lo mas dul ce y cordial que hay en la terna ra , á lo que nada yo me entrego. Digote hoy lo que ayer decirte do queria : propóogome á veces no amarte mas; pero bien se venga de

mis propositos el amor , doblando

el amoroso martirio con que por

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.

tí me hace morir. Aşi por caridad ayúdame á curarme de tí , si es que de mí lo estas tú ; y cousué lame, sea como amaote ; sea como

esposo , ó como padre. ¿ No serán ya capaces tan respetables nombres de moverte por amor , ni por religiou ?

Veo , y procura ahogar mi pasion, y fortificarme en mis buevos de .

seos, po permitas que mi vocacion por mas tiempo profape ; bumillé monos ante los inmensos tesoros de la Providencia divina , que para puestra justificacion de todo se va Je , y aun á menudo , por an efec to maravilloso de sa gracia , nos purifica á pesar nuestro , abriéo

donos los ojos sobre nuestras mise rias.

A mi carta fin aqoi dar creia pe ro aun no está contento mi cora

zon. Cuando á consagrarme á Dios mye forzaste , hicistene la promesa de hacer otro tanto , con la que siu embargo no has complido. Si mis

tiernos años y sexo para dejarme en

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el siglo temores te daban , tranqui lizarte debiao mi vida , pecho y fi . delidad , de que tap cerciorado es tabas. Amargamente sentí ta extra na desconfianza : paes qué , yo decia otras veces Abelardo a la primera palabra me creía ; y ahora es me nester que todo un Dios y solemnes votos salgan de mi responsables! Bastaba digtarme tus leyes , sin que pecesidad tuvieses de encerrarme.

¿ Te creiste acaso mejor maestro pa ra el vicio que para la virtad ? Cuanto de tí procede esta para mi lleno de atractivos asi bajo tus órdenes y á tú

vísta bada me hubiera parecido de dificil ejecacion . Ev separarme de ti , has arriesgado mucho mas; por que soy flaca , cuando sola me veo, y te amo ahora mas que vanca , : Esto á lo menos te muestra lo pa

ro que mi amor es . Si hubiera sido jacliuada a los deleites sensuales , no tenia mas que veiote años cuando

a teotaron å ta vida , y me acompa babap saficientes medios para coppi.

-58 dar con el placer y ser con el con vidada, sí de otro que el de amar te hubiera podido gozar. Despe díme alegre , caro Abelardo mio,

del mundo , de sas pompas y pa . nidades , y de todo en fin hice re paocia menos de tí: déjame paes, alguna esperanza de que no me vea de todos enteramente abapdopada.

Por el gravoso yogo que aqni me impase y llevo , ruégote con ins tancias vengas de su macho peso á aliviarme; qae ligero le ballaré, si

tú me le sostienes: darásme entón ces máximas de an amor paro y sao to ; y ya que al seguro puerto de la gracia me sacaste , será muy jasto que de su felicidad coomigo goces . ”

De objeto variemos sin mudar de corazon ; á Dios nuestro espírita le vantemos, y para gloria saya raptos

comunes teogamos. Espérolo de su infinita misericordia ; tiene muy par ticalar derecho sobre el corazou de los insignes varones, y caando su co razon toca , arrebátalos hasta que

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aquel aventurado instante de la gra dla Vega. Piensa ep mí, trayendo á

la memoria mi cariño y fidelidad, adórame como amante taya, y ama. me como á bija , hermana y moger de Abelardo ; y no eches en olvido que por tí estoy loca e amor, á pe sar de que lucho á veces por so awarte was: po amarte mas , i ham

brase visto tal blasfemia ! toda me estremezco , y de borrarlo me dap impolsos. A esta larga carta doy fio por último , caro Abelardo mio , di

ciéndote, Dios te guarde. Heloisa .

000000000000000000000000 CARTA PARA HELOISA.

ABELARDO .

Si hubiera pensado que a tas ma pos llegar podia ana carta que á ti dirigida no iba , habiérame gaarda do muy bien de poner en ella vada

capaz de recordar nuestros pasados gastos. A mi amigo en confianza de

mis desdichas le hablaba , con el fin de hacerle mas llevaderas las soyas comparáodolas: perdóoame si moti vo de pena á ti te hedado , vo pen

savdo mas que eu dársele á el de cousuelo ; pues eo caauto á mi, pa ra que pene , basta que , aunque sia quererlo , á ti penar te haya hecho.

Porque no te engañes, Heloisa , te idolatro mas fervoroso que marca:

ABELARDO.

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y conviene que mi pecho à ti te pidad ocalte mi pasion al muudo, y . á ti por op halagüeño motivo de ca abra. Desde que me retiré , por va

riño ; ioteotaodo de ta pasion curar te con mi tibieza simolada , y evitar te los agados pesares de on amor:

para el queniogana esperanza habia. No siéndome posible ya vivir contie go , tenté yo mismo borrarte de mi pecho ; basqué armas así eu la filo

sofía como en la Religion, para com batir contra aquella pasion que mas y mas babiao inflamado puestras des gracias , y coutraje por medio de so

lemnes rotos el empeño de olvidar te , pero lo que únicamente olvidé, fueron ellos. .

La soledad misma en la que por verme libre y desembarazado del

resto delmando , creí hallar qo am paro contra tu amorosa persecucion , es causa de que mi entendimiento y alvedrio tú sola ocupes; de manera que convencido estoy que el pensar

en no amarte es trabajo inútils; y.har.

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to caerdo seré, si mi flaqueza y con fusion á nadie sino a ti las descubro.

Como la razon me pone may pre seotes mis pamerosas y no menos

pesadas obligaciones , ocúpavme sin cesar ya los remordimientos, ya tos

amores , y de sosiego an iostante vo tengo. Asi por mas esfuerzos qos bago para estar lejos de tí , á donde quiera me siguen ta imágeu y mi pasiou . Eu ada palabra , vada teogo gae esperar det amor , y al ejercia cio de la virtud dedicarme no pug . do.

Caau débiles somos, Heloisa , cuaodo vo nos apoyamos en la craz de Jesucristo ! Sio la gracia los de

siertos no apagan la llama que uno á allá ileva. Dasine de maestro ta yo el sombre; y es verdad que de amar el arte de miaprendiste pero suco

sivamente me enseñaste que son in

curables los males que padecer ba ces A ia tio daria mil gracias por su barbarie si con haberme puesto eu estado de no poder satisfacer mi

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pasion , me bubiera dado arbitrios para cesar de amarte , pero tanto mas violentos son mis deseos , cuan

to menos satisfechos ser poedeu . El abrazarme yo eu ta llama hoy dia , en qae cabierto del saco y la cepi.

za vivo consagrado al santo tein plo en apa culpa macho mas grave toda

vía qoe aquellas otras joutas de que se originaron mis desdichas

a

Ya veis señor , que con jasta ba

lauza peso mi miseria , la coal po

permitais , me rinda. Digoos sin ce. sar como sau Agastio: Dios mio dad . me vạestra divina gracia , para cuid plir con lo que me mandais y des poes maodadme lo que mas querais.

Nada se os oculta , veis coanto pa dezco : ¿ permitireis acaso que una criatara siga dispatándoos por mas tiempo on corazon qae haberosle dado yo creia ?

Me participas , Heloisa , que dó vives mas que para mi, aunque al parecer solo para Dios vivas ; y

qae de ser enia y morir idolatrau

- 64 dome , fueron los únicos votos que

hiciste. ¿ Para que irritas á ese terrible señor , á ese Dios fuerte y celoso , que sobre nosotros carga .

tanto tiempo ha el pesado brazo -

Lilith

de su cólera ? Témele por ta pro . pio interés y por el mio , ya qoe por amor á él hacerlo vo predes; y no te palgas de su santo nombre,

segun haces, como de ou pretesto para esa fama de recatada que con tu hipocresía te has grangeado .

Pero ; ay ! Heloisa , por mi mismo couozco

cuan dificil es practicar

000 lo que enseña. Para olvidarte ¿ qué no hice cuando te encerraste ?

Eo el corazon de la Bretaña busqué las mas apartadas soledades; y viéo dome medio desesperado , determi pé hacer resistencia á la llama en que á ta vista me abrasaba, con

aqnella insensible frialdad que hace vevir sobre puestros pechos la dis

tancia de los logares. Para alejar me pres (le tí , doscientas legaas an

duve , peró la aasencia , distancia,

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ayunos, estadio,silencio y oracion de nada valieron mas que para propor cionarme el placer de ser amoroso mártir tayo. A cogíme, bascando un amparo , á los saludables consejos de un arnigo fiel; pero convenia hacer

de nuevo ua recuerdo de ti , y de nuevo aquellos rasgos venian á in flamarme. Para mi alma es un tó sigo tu constaucia que a mi amor

sirve de pábolo ; tu indiferencia salvacion , que no la razon ni to

contribuiria mas quizás para mi

das mis obligaciones juntas ; y se ria en fio el último mal que hacer

me podieras ; pero no me deja pe dirtelo mi fino amor. Cuando te ha

blo de este , me abrazo todo ; y aho ra mismo no puedo alcanzar como fui

capaz de tener envidia del indolente descanso de los que no aman nada. Echasme en cara mi foga y si leucio , haciendo enterpecida me

moria de nuestras mas felices citas, sin onnitir nada para hacer revivir una pasion que quaca podremos ya · 5

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satisfacer. ¿No b astan acaso mis pe nas y amor para hacerınemorir lae

go de dolor ? Pero si es nenester morir, ¡ Dios mio ! por qae oo por vos ? No valdran ni para aqoi oi pae

ra allá tantos qaebrantos. Que prue be yo , Señor , eo las amarg uras de

micorazon de aquella saladable dub zpra , que halla en llorar por sas pe cados el verdadero pegitente : paes todo poseido hasta aqoi de mi amor

no lloré mas que á mi amao te ; y seducido por las esterioridades de

qua vida penitente , me lisougeaba de que cou ello purgaba mis calpas A veces me bomilla y confuude

el egemplo de los religiosos que es táo á mi obediencia ; pero tri amor se irrita con mas frecueucia de su . abomiuable indiferencia ; teogo por despreciables todos los pechos que 00 saben amiar , y creo en aquellos

istantes, que al amor debo resar cirle de todo aquel otro que le nie

gau . Se muy bien caan reprehensi ble y pecaminosa es la piotura que

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de mis flaquezas aqui te hago; por qoe mi fortaleza te hubiera hecho apirbosa bien por motivos de vir .

tud , bien por los de despecho: pe ro esta fatal pasion mia , está acos

tumbrada á vencer. Mi alma se ve combatida por aquellas dos volge - ' tades de qae habla San Pablo ; y la

de arrar a Dios es la mas débil siempre. Si doa culpa fuera digoa

de perdon , 'bastaria , Heloisa , ha berte visto para perdoname: pero co. nozco mi perdicion , y salvarme oo

quiero. Hallándoine condenado des de este mundo , año eu balde lo que duoca veré , y pierdo los mereci

mientos de una vida que la gloria me aseguraria , si á ti la prefiriese . Creo en el evangelio pero practicar.

le so quiero , que es la fe de los ré

prohos . Como co tengo inclinacion á la pirtud , y que por otra parte

abandonin mi estado y no respeto,los votrs rae lice , del vicio y de la vir tud to :ías las peuas safro , sin espe .

ranza ile galardou ni por uno ni por .

otro. De varov insigne no me tra tes, pues es elogio que no merezco ; porque me abonadan mis flaquezas.

En efecto , siempre te hallo entre Dios y yo , ique obstácalo para ile. gar á aquel Señor ! Ocúltame ta cariño , y deja que me olvide de

cuanto te hace padecer mi ausescia

a Dios del todo entrégate tú misma aprovechate de tos ratos desocupa , dos y de puestra separacion; persua dida de que por el prouto se bebe con amargura el caliz de los santos,

pero que la perseverancia le dulcifi ca. Tu amor se vale de la piedad para hacer que al lado tayo me res tituya ; pero ; Heloisa , desconfíatede

este deseo , haid , dice el Apostol: pero ¿ como podré olvidarte cuando te vea , supuesto que en tu ausencia no bago mas qae peosar eu tí ?

Preguntasme, porque te apuré á profesar antes que yo , y como vada puedo , Heloisa , ocultater , voy á

decirte todo el misterio .

Laego que an escarmiento dió ta

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tio en mi persona a todos losaman tes temerarios , hízome celeso mi propia debilidad , y me imagioé que Bo viendo ta ya en mi mas que de seos , un amante menos ilusorio por

otra parte buscarias. Como cree el

amor lo que teme, quize trauqui lizarme: dite paes priesa para que los votos hicieses, gustando mas

perderte que aventorar dividieses con otro tu afecto . Asi de profesar

dejé , hasta que lo hobieses hechotú para tener la libertad ; caso de resis tirte a ello , de segairte a todas par tes, y darte una dichosa vida si me hubieses amado siempre , ó de ser ta verdago si me hubieras infiel sido .

Este amor es interesado, lo confie so ; pero ¿ cual no lo es? ¿ Ama ano por ventura para que uno solo ame?

Ha macho tiempo qne la experien cia me tiene epseñado, que puede

uno may bien amar sin gozar , pero no hay fuerzas en el pecho huma Do para amar largo tiempo sin ser amado, y conozco , con verguenza

-

- 70

- de mi pasion , que mi cadena se for tifica con la taya. A yadémonos pues á cararoos; esposa de Jasacristo eres y la magestad de to estado , te da rá suficientes faerzas para desempe úar las estrechas obligaciones de tal Te bubiera dispatado a un hombre pero es pecesario que à Dios de quien eres , te ceda , haciendo por medio de este esfuerzo el sacrificio mas crael

yae á aquel Señor paede ofrecerle up pecho tierno. Victima fuiste de mi amor ; sélo

pues ahora de mi piedad . Oye lo que Dios te pide: propio es de la grandeza divida no hallar otro fan damento en el hombre para su mi

sericordia mas que la flaqueza ho . mapa; y al pie de las aras gimamos por la poestra . No espera para po . per go término á puestras miserias, mas que ver contritos y hamillados puestros corazones: asi que pnestra pe

vitencia sea tao pública, como lo fae : rou nuestras calpas. Somosen egen

plo , y la enmienda al mismo tiem ,

po , de la mala conducta de los jo venes." A naestra edad y venideras enseñémosles , que corregidos ambos

de ouestros extravios, merecimos su perdon ; y hagamos que en nosotros ,

to admireo los prodigios de apa gram da que ha podido triapfar del amor. No te espantes si algana vez te ves asaltada del cariño, porque en como batirle tendrás puero motivo demer recer. Apreode de tu propia mise ria á sobrellevar las faltas de tus

hermauas: y para aborrecerme cot templa solamente que corrompí tu inocencia , mapché ta fama, y as riesgué to salvacion .

No me perdones ya por amor, y recurre al cristianismo para olvidar

los males que te he causado . Quier re salvaruos la Providencia : proco remos pues no desmentirla Heloisa y no me escribas mas. Esta es la úk.

tima carta qoe de mi recibirás: po ro en donde quiera que yo mi vida

acabe, dispondré quemi caerpo sea

trasladado al Paracleto ; y entonces

- 72 necesitaré de oraciones pero no de lágrimas. Gime ahora para apagar nuestra fatal llama; y si la tuya, cuando yo maera , todavia vo lo es tuviese , mimuerte, quizas mas elo eaente que mis débiles palabras , te

enseñará que la sola cosa digna de amarse es , que pueda uno amar eternamente.

A BELARDO .

000000000000000000000000 ::

RESUMEN

ale , DR LA CARTA SIGUIENTE.

Muéstrase Heloisa mas arrebatada : que ponca de sa pasiou. Eo los pri meros tiempos de sa retiro al Para cleto , habian abatido sa espírita y

avallado sa amor los votos solemnes que acababa de hacer , los elevados maros é inaccesibles rejas de sa con vento , la distancia de Abelardo , y la bárbara crueldad de Fulbertmas especialmente . Pero recibe apa car

ta de Abelardo , y esto da mas ar

dor á sa llama que donca. Irritada de los obstácalos que la suerte á sa dicha pone , no goarda ya comedi miento vingabo en esta segunda car

ta. Quejase del estado io feliz -en que seave : ya no es ana tímida religiosa

- 74

que lacha coutra ana inclinacion pe ligrosa , sino apa lamante eparde

cida qae dice caanto an amor vio lento le inspira : dejase llevar de sus

epagenamientos, pero entra a veces en su corazon.

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* ***

birit , :

010000000000000000000000 , CÁRTA DE

a È LOISA A ABELARDO. , - Toda apresarada he leido unacar ta que de parle taya me eotregaron esperando a pesar demis desdichas, - ver alli algan motivo de consolacions

pero ; cuán ingeniosos son los amao tes para atorinentarse ! Veo en com gocimiento de la fuerza y Goura de mi amor, por lo que ocasiona ta turbacion y pena de mi ánimo. Me ha llenado de sobresalto la inscripur cion de ta carta . ¿ Porque dirigir

mela , colocando el nombre de He loisa primero que el de Abelardo ?

¿ A que fiu tan injasta y tirana distio

cion? Mis cariosas miradas no qaeriao hallar otro nombre mas que el to .

:

- 76

yo , mas que el de ap padre y es poso : po iba yo en busca del mio ,

qae qaerria olvidarle como causa de tas desventoras. Las reglas del de coro , la calidad de maestro y direc tor mio con que estás revestido, se opondráo siempre á estos modos rès petaosos , y desterrarlos te ordena

tambien el amor : pero ay ! quehar to bien lo sabes. ¿ Escribíasme aca 60 asi , antes que la suerte envidio sa tapbase mi felicidad ? Véolo, vá seme ta corazon ; adelantas en la carrera de la piedad mas que lo que yo qaerria ; haces grandisiinos pro gresos, y estoy muy débil, ay de . mi! para seguirte ; á lo menos dig pate esperarme y esforzarıne con tas consejos . ¿ Tendrás por veotara la tiranía de abandoparme ? Traspasan estos recelos mis entrañas : pero los espautosos pronosticos que al pare cer me haces sobre tu muerte , y

la piutura con que fioalizas ta carta acabas de ponerme fuera de mi inis ma. Al tirano Abelardo ! haces cor

- 77

rer mis lágrimas, cuando enjagarlas debías, y amargamente desesperas mi pecho, coapdo habias de agaie tar con dalzura su turbacion . A ta muerte , quieres que de tus cenizas cuide , y que tus exequias haga : ico

mo has podido , ¡ triste de mi! con - -

cebir tan tristes pensamientos y al papel trasladarlos ? No te hizo caer de la mano la plama el temor solo

de causarme la muerte ? Sin duda Do pensabas eo los tormentos con que ibas á martirizarme. Por tira

vos que los cielos conmigo hayan sido , no me aborrecen tanto queme

dejen an instante de vida despues del último de la tuya : ni querrian acaso conservármela , para quitarme.

la despues mil veces. Del dia la luz sio mi caro Abelardo es para mi el mas insoportable martirio , y lamuer. te por un bien la tengo , si á mi amante ella me une. Si el divino Ha

cedor oge benigno los incesantes vo tos que por ti le dirigimos , conser vados , seran tas preciosos dias , y

nos llevarás al sepulcro. Porque de toca abimarnos con gaiep sino á tí

tos persaasivas exhortaciones para aquel largo y peposo tránsito , que atemorizar debe aun á las mas va

roniles almas? ¿No es obligacion to ya recibir vuestro postrer aliento , cuidar de nuestro faneral, y dar cuenta de naestra fe y costumbres?

Quien sino tú , con el fer vor y má ritos de tas oraciones , paede á Dios recomeodarlos, y copdacir aute sa

divina presencia á estas almas que opistes á su culto con solemues víu culos ? Esperamos tan piadosos de beres de tu paternal caridad ; cop ko que quedando despues libre de log desvelos y zozobras que te caasam 03 , saldrás de esta mortal vida con me

nor pena , cuando á si el Señor Ha marte quiera . Satisfecho tú eoton

cesde ta obra , y asegurado de nues tra eterna felicidad ; podrás may

bien seguirnos. Pero hasta aquelins taste , conjúrote , ceses de escribir nos tan terribles cosas. ¿No somos

- 79

acaso ya bastante desdichadas? ¿ Será necesario que el número de nues tras desgracias acrecientes ? Nuestra vida no es ya mas un contingo des

fallecimiento : y ¿ y quieres qaitar nosla ? Nuestras actaales desdichas nos martirizan sin cesar ; ¿ para que paes ir á buscar en lo futuro moti

yos de aficcion ? Cuan poea razon

llevau įlos hombres dice Séneca , en traer a la memoria comomales pre sentes los remotos , y tratar , aon ag tes de la muerte, de perder la vida. Quieres , luego que tu carrera aqui abajo hayas terminado , qoe al Para cieto sea trasladado tu coerpo , á fia de qae siempre a nuestra mortal vis

ta expuestos , Dunca salgas de la es. piritual de mestras almas , y qne a

Dnestra piedad fuerzas de tu cada ver igualmente que fervor á mu83

tras oraciones. ¿No has creido acaso capaces de borrar los rasgos con que en proestros pechos estas grabado ni

de entregar al olvido tas graudes

beneficios? ¿Que tiempo tendremos

para esas oraciones que de nuestra

piedad exiges, ¡triste de mi! otros caidados robaráu entonces toda mi

atencion. ¿ Ni como tao funesta des gracia podrá dejarme un instante de sosiego ? ¿ Que resistencia hará mi epflaquecida razon á tan violentos

ataques caaudo loca , furiosa , y con un espirita rebelde , si á decirlo me atrevo, contra Diosmismo, te aplaca ré menos con mis oraciones que le irritaré con mis cargos y clamores? Pero como clamar ? ; a y desdichada

de mi! ¿ tendré acaso fuerzas piaun para dolerme ? Daréme Inas priesa

para seguirte , qne no para pagarte el triste triboto de las exequias. Por

tí, por solo Abelardo estoy resuel ta á vivir : y si de ti me despojad , ¿qae hacer de aquellos desventarados

dias? Cuan digua de com pasion se ria , ay ! si los Cielos por oua tira na piedad la vida hasta el fin de la tuyame conservasen . Coaudo pienso en esta separacion , experimento to das las angustias y amarguras de la

- 81

maerte . ¿ Que seria de mí? ; Dios

mio ! Cesa , cesa poes, Abelardo, de traspasar mi alma con tan agudas

pañaladas, sino por amor , por un motivo de piedad á lo menos. Quie res que me dedique al desempeño de mis obligaciones, instándome con eucarecimiento para que ponga en teramente en las manos del Señor,

á cayo culto me consagré: pero ¿co mo hacerlo podré , mientras que me

anancias cosas qae noche y dia oca

pan todo mi pensamiento ? Caando nos ameuaza un infortonio , y que

evitarle no es posible , ¿ porque en tregarnos à un temor ipatil y aon

superior en craeldad a la recelada desgracia ? Séame pues lícito vivir sio estas zozobras, y lisonjeada siem pre con ova gustosa esperanza . ¿Pe ro cual será la que lisonjearme pue da , despaes que te pierda pi quien podrá detenerme en la tierra , des

de el paoto en que la muerte arras tre con lo único que á este mundo

me tiene apegada ? Pues tiempo ha

- 82 ee ya que reponcié sio violencia de te das las delicias terrenas, sin conservar mas quemiamor,vi guardar otra cosa que el secreto placer de pensar en ti

continuamente , y saber que vives; aunque para mi, ay ! ya no vives,

Dime atrevo á lisonjearme que pue da gozar de tu vista todavia , Y este ¡triste demi! es mimayor tormento . ¡ Desa piada fortuna ! ¿no me has perseguido lo bastante ? Habiendo agotado contra mi todos tus tiros, ninguno te queda ya para hacerte

temible á los demas mortales . Ren dida estás de atormentarme, y los demas hombres no tienen

ya que

recelar pada de tas iras. Pero de que te serviria tener armas contra

mi todavia ? cuando las infinitas he ridas de que me has cabierto , otras de puevo me hagas no te permited .

¿ Por que á darme la muerte re

dacirte no puedo ? Temes tiraoo , que en medio de todos estos tor mentos con

qae me abrumas

temes, digo , que de tí, me liberte

- 83 via pronta muerte . Consérvasme la

vida, y no cesas de hacerme morir á cada instante. 4. Daélete paes, caro Abelardomio de mi desesperacion. ¿ Vióse punca

cosa inas desdichada que yo ? Cuani to mas me ensalzaste sobre las otras

wugeres que tu afecto me envidia , bao , tanto mas dolorosa me es la pérdida de la pecho : ui a la camp

bre de la felicidad sobí, mas que para esperimentar aoa caida mas

terrible . Nada en otros tiempos com pararse podia con mis deliciosos gustos , pero ahora nada tampoco

coo inis pesares. A millares haciag

celosas mis pasadas glorias ; y mis actuales pecas de caaotos me veg

baceo otros tantos pechos condoli dos. Para mi la fortaya pasó siem pre de qdo á otro extremo, colinin , dome de sus dones mas hechiceros á fio de oprimirine cou sasmas fa

tales desgracias ; y era taa artificio sa en atormentarme, que queria que

la memoria de los bienes perdidos

- 84 -

fuese para mí en magautial inago table de lágrimas; y que el amor que á sos presentes yo tepia fuese , cuando privado de ellos me hobie se ; el único motivo de mi dolor. Sa liose eo fio harto bien con su integ to , pues tau amarga es la tristeza

que hoy me abate , como deliciosos halé otras veces los epagenamieutos

que me habriau embelesado. Pero lo que mas me irrita , es que pues

tra desdicha dió principio eu no tiempo , en que al parecer menos lo

Inerecíamos. Mientras que ambosesa

tábamos eptregados a las inclinacio nesde un amor calpable,nada seopo

via á puestras repreensibles deli cias : y si el temor de los celosos Vevia á perturbarnos algaoa vez en

puestros amorosos hurtos , de pada servia mas que para realzar con

puevo encanto maestros gustos. Pe ro apenas habíamos separado de nuestra pasion coauto de ilegitimo

eo ella se advertia , y buscando eu

el matrimonio un refugio contra los

H - 85

remordimientos qne bubieran podi do inquietaruos, caaydo descargó

sobre vosotros toda la cólera del Cielo . ¿ Pero , con que martirio te atormeuta rop ? Şa memoria sola me

hace estremecer. ¿ Paede por veo tora an esposo qitrajado y celoso

de sas derechos, hacer padecer tor meuto mas cruel á up temerario que

brantador de la fidelidad conyugal? vi ¿ que derecho, por otra parte, sobre ti tieve on despatoralizado

tio ? Al pie de las aras ambos uno á otro nos habíamos obligado, lo

cual solo debia bastar para ponerte á cubierto contra el furor de tas ene

migos. ¿ Por que atrajo sobre ti nga esposa el castigo úoicamente reser

vando para los amantes adúlteros? Ademas , que viviamos separados; porque ocupado por ta parte eo tas egercicios , pasabas el tiempo en des cabrir á hombres sabios y cariosos

de oirte, onos misterios que para los mayores ingepios habiap sido io

penetrables ; y contenta por la mia

- 86

con obedecer à tos deseos , me ha bia retirado a on claustro donde los dias enteros pasaba peosando en tí y á vecesmeditando en la Santa Es.

critera. En este mismo tiempo fois te víctima del mas desgraciado amor y purgaste una culpa por ambos co

metida : tú solo fuiste castigado, cuando uno y otro éramos reos; y aun el que lo era menos, fué el blanco de toda la venganza de an

bárbaro . ¿Pero a que dirigirmisa ña contra tus asesinos? yo desgracia

dademi!yomismate perdi.; Ay Dios! ¿ habia yo de venir al mundo para ser la causa de tan trágico suceso?

¡ Cuanto peligra todo varon iosigue en dejarse encantar de las gracias

de nuestro sexo ! Desde la infancia habia de endurecer su pecho para po dar en él entrada á puestros per piciosos atractivos. Oye, bijo mio

( decia en otro tiempo el hombre mas sabio ) oye y reten n . is leccio

nes : si con sus miradas de seda cirte alguna hermosura trata, no te

- 87

deies llevar de una may halagae

fía inclinacion , desecha la ponzoña gue te presenta , y no sigas la senda qoe te maestre ; la puerta de la per

dicioo y de la muerte es su casa . He examinado dorante mucho tiem po todo esto , y hallado que la her

mosura de una mager es do mal Do meoos peligroso que la muerte misma : es el escollo de poestro al

bedrio ; y -es eo fia ap víocelo bieu

fatal que nos eucadena, y del cual po podemos jamas libertarnos. Una

mager despeñó al primer hombre del glorioso estado en que Dios le habia formado ; y la que habia sido criada para que fuese compañera Buya eu la felicidad , le causó toda 60 roina. ; Caad resplandeciente se ria , Sauson , tu gloria , si tu pecho hubiera mostrado tanta fortaleza contra las seductoras gracias de Da lila , como la tevia mostrada contra

las armas de los Filisteos! pero no, aanque vencedor tú de sas nome

rosas buestes , te desarma y hace

- 88

traicion ona muger ; te ves entre gado en las manos de tas enemigos, eres privado de aquellos ojos qae al amor en ta alma entrada habiao

dado; y confaso y desesperado muen res sin mas cousuelo que el de en volver á tas epemigos en ta pro

pia raiva. Por agradar á las mage res, abandona Salomon el caidado

de agradar á Dios, y aquel Rey, cuya salidaria vevian a admirar gentes de todas las paciones y á quien el señor habia escogido para edificar sa templo , deja el calto de aquellas aras cayo defensor se habia él mostrado , y hasta in ceusar á los ídolos llega sa delirio .

No tuvo Jop enemigo mas crael que sn propia muger , y ¿ á que asaltos no le fué necesario resistir ? El es

pírita tentador , que se habia decla rado su persegidor , valióse de ana muger para trastorvar sa constan

cia : y el mismo espíritu maligyo se

vale ahora de Heloisa para la perdi cion de Abelardo. Cuanto me quedas

- 89

es el corto consuelo de no haber si do la causa volontaria de tus penas. Traiciou aingona te hice , y solo te

fueron fatales mi amor y fidelidad .

Si culpable soy por haberte querido con demasiada constancia , no podré

pauca de esta culpa arrepentirme. Es verdad que me estregué con de masía á los gastosos errores de mi

nueva pasiou , y que trate de agra

darte á costa de la virtud ; con lo

coal exasperé mis pedas prescotes . Mis repressibles epagenamientos en podiao dejar de teoer un desdicha do fio . Desde que me persuadi de tu amor , no tardé , ay ! en creer tos

protestas. Amarme Abelardo , era para mí cosa may gloriosa ; y desea . ba con tal ardor esta dicha , que da dar de ella on iostaote po podia . Así pues no tráté mas que de con vencerte de mi cariño , sin hacerme

faerte con el escudo de ana severa aspereza , vi cou,el de ana razon im

portada. Estos tiranos de nuestros

placeres que cautivan naestro sexo

- 90

hicieron ana débil y vana resisten cia ; y los obligué á rendirse al de seo de hacer dichoso al hombre

mas sabio y amable del mundo. Si algao miramiento hubiera podido

contenerme, no babiera sido sio du da otro , ahl que el iateres de mi amor. Temia en efecto se eolibiase

tu pasion , si ya no habia nada que aqoelcontento que la paeva conquista

desear , y bascases en otra parte

de ou corazov proporciona. Pero te

fue fácil desvancerme ou escrúpalo que á despecho mio yo tepia . Debia prever que la idea que me quedaría deaquellos gastos, seria muy contraria

al reposo demivida. Eo efecto icoan feliz seria , si con mis lágrimas pu diese borrar de mi pecho la memo ria que de mis antiguos placeres con servo , y que aun en conservarla me

complazco ! Quiero á lo menos hacer conmigo misma algab esfuerzo mag pánimo ; y esmi voluntad abogar los

deseos que apa frágil datoraleza ba ga nacer en mi pecho, para egercer

91 así conmigo el mismo tormento que te hicieron padecer tus enemigos. Con ello procararé satisfacerte à ti, si. Do satisfago à an Dios irritado.

Porque finalmente , ya te descubro el lastimoso estadoen que me hallo; y no creo que mi arrepentimiento

pueda templar la cólera del Cielo ,al que osada trato de cruel á cada ins.

tante, por haberte entregado a las osechadzas de tus enemigos: de ma pera que caapdo debia pensar en te per propicio á aquel Señor , eucico do mas y mas sus iras coo mis con tingos mormallos. Para porgar uno colpa, no basta que aposo brellevo

la pena que á ella está impuesta ; no

es nada cuanto te sofre , si la llama de las pasiones arde todavía eu pues tro pecho . Confesar apo sa flaque za é imponerse su correspondiente pena , de una cosa muy fácil : pero { caauta violencia no es menester ha

cerse ano , para entregar al olvido placeres que os hábito agradable

hizo señores absolatos de ngestras al

- 92

mas? ¿ A coantas personas vemos que confiesan francameute sos faltas, pe ro que bieu lejos de llorarlas , tienen un nuevo gasto en decirlas ? Tras la copfesion verval ha de venir la amar

gura del corazos ;lo querara vez se ve. Por lo que a mitoca, que tanto placer hallé en amarte , bien conozco á pesar mio quevouca podré arrepentirmede

haberle gozado,ni de gozarte ,en cuau to wesea posible , trayéodole a mime moria. Por mas esfuerzos que bago y á caalquiera parte que me vuelva me sigue siempre una idea favorita , y todo ofrece á mi vista mortal y es

piritual lo que habia de olvidar . Ni daragte el silencio de la noche en que habia de sosegar mi pecho , ni

en lo mas fuerte del sueño qoe å las de evitar las ilusiones que mi cora

mayores zozobras de tregoas, no poe zon engeodra . Creo que todavia és toy cov mi querido Abelardo ; véo lc oigole y le hablo ; y ambos mú tuamente embelesados , dejamos pues .

tras tareas filosóficas para tratar con

mas gasto sobre poestra pasion. A veces figúraine tambien que presen. ciando estoy el sangriento atentado

de tas eoemigos; á sn furor meopon : go y cou espautosos alaridos vuestro

aposento resonar hago , cuando al misino tiempo vuelvo del sueño toda en lágrimas anegada . A los mas san

tos lugares, al pie anismo de lasaras llevo siempre coomigo la memoria

repreasible de vuestros pasados de leites, los cuales hacen todamioca -

pacion : y suspiro por haberlos per dido, en vez de llorarlos amarga mente como empouzoñado frato de la sedaccion . Teogo may presentes

khay algo quese les olvide a los aman

tes ? ) aquella hora y sitio en que ta afecto por la primera vez me decla.

raste , jurando amarmehasta lamuer. te . Tus palabras, jaramentos , todo lo tengo grabado en ini pecho. Mis razonamientos das á conocer a las geotes lo perturbado que ini ánimo está ;mis suspiros me descabreo , y se me escapa tu nombre á cada ins .

- 94

.

tante. En tal estado , Dios mio , ¿por qué no apiadaros de mis flaqaezas ?

¿ por que no me coofortais con voor tra divioa gracia ? Tú , Abelardo , faiste feliz en recibir los ausilios de esta , cootribuyendo ta desgra cia para que haflases el descanso ; y el martirio que to cuerpo sufrió , caró las mortales llagas de tu alma Así la tempestad misma te sacó al paerto de segaridad ; y Dios que al parecer iba a descargar sobre ti su veogador brazo , no trataba eo rear fidad mas que de socorrerte ; es cual

op padre qae corrige , y no au ene migo que se veoga ; y es un medio

prodeute que sufrir te hace , para conservarte la vida. Soy mas digua de compasion que tú ; pues teugo que luchar contra ipfioitas pasiones

y me es forzoso resistir á aquel af dor que el amor eocieade en an pe cho'ju veoil. Naestro secso es todo fla

quezas ; tengo tanto mas trabajo en defender me , caauto mas me agrada

el enemigo que me ataca : quiero el

G

- 95

peligro qaeme ameuaza; ¿ como pues no perecer en él ? En medio de tap

to combate , procuro á lo menos ocaltar miderrota á estas hijas que

soofiaste a mi coidado ; y cuantas andan á milado, estan admiradas de mivirtad : pero si sa vista penetrase hasta mi corazon , ¿ que no descu bririan allí ? En élmis pasiones estan

sablevadas, de manera que mandao do á las demas, no tengo faerzas para maudarme a mi misma. Tengo

solamente un engañoso esterior, apa

rente virtad , que un vicio real es Digoa de alabanza me hallap los hom bres ; pero lo soy solo de reproba cion a los penetrantes ojos de un Dios que lo ve todo , y que lee hasta en

lo mas intimno de nuestros corozo Des. No puedo pues ocultarme á sa conocimiento : y aan para mi go ha go poco en disfrazar mis flaquezas

eon ana piedad aparente; porque iro deja en cierto modo de ser loable taa perosa simulacion . En efecto , no es

caodalizo á los mandanos tan pro

pensos a las malas impresiones ; ni sobresalto la virtad de estas débi les palomas que estan á mi cuida do y direccion , porque a pesar de qae mi corazon rebosa en el amor de los hombres , exhortalas á lo

ménos á que no amea sino á Dios, yapuqae embelesada yo con las

pompas y delicias del mondo, pro gaños y vanidad. Harta forraleza teago para ocultarles mi pasico lo

coro descubrirles que es todo en

que miro en mi como un efecto po .

deroso de la gracia ; la coal ya que no me mueve a seguir la virtud im

S

pideme á lo menos obrar mal. Sin

embargo en balde quer ria ano sepa rar estas dos cosas , paes , hay culpa siempre queno merecemos y nos ale jamos de la virtud , si á ella cesa

mos de acercarnos. Y ademas es necesario que no tengamos otro mo tivo que el amor solo de Dios ¡Des

dichada de mi! ¿que puedo pues es perar ? Confiésolo para copfusion mia

temomas ofender a un hombre que

- 97 irritar á Dios ; porqne todos mis desvelos van encaminados á com

placerte. Sí, Abelardo , faeron tas preceptos, y vo , como piensan , una vocacion sincera , quienes me encer

raron en esta morada de penitencia , y traté de grangearte el descanso,

pero no de santificarme. ¡ Qué desdi cha la mia ! sepárome de cuanto po dia agradarme, me sepulto toda en vida , sujeto mi cuerpo á upos aya.

nos y asperezas que severas reglas me imponen , ni alimento mi alma sino

cop el pasto amargo de los ayes y zo zobras ; y tantas penas sin embargo al menor galardon no son acreedo ras . A ti , como a los demas , te en

gañó por largo tiempo mi falsa pie dad , creyéodome sosegada , cuando mi ávimo estaba mas perturbado que Danca : y te persaadiste que meha laba muy entregada al desempeño

de mis obligaciones , mientras que po tenia mas ocupacion que la que el

amor me daba. Caminando en este

error , me has encomendado oracio

- 98 nes , pero soy yo quien de tí debo esperarlas . No te prometas mucho de

mi virtad ni de mi enmienda . Estoy vacilante aan , y te toca darme reso lacion con tas exhortaciones ; y dém

bil tambien , por lo que debes soster perme y guiar mis pasos con tus sa

ludables consejos. ¡Qué motivo tie nes para alabarme! A menado es par

ra el alabado perjudicial la alabanza ; porque del fondo del corazov se le vanta apa ocalta pavidad , que nos ciega , y encabre mai coradas llagas. Uu seductor nos adala , y aun hace

por perderbos : pero un amigo inge

nuo Dada nos disfraza , y bien lejos de pasar por el mal ligeramente la mano , con agudeza nos le hace sebe tir al aplicar el remedio . ¡ Por qué

no te condaces así conmigo ! ¡ Quie res pasar por un injusto y peligroso adolador ! ó si ves en mi algo loable !por qué no temes lo desluzca la vam

pidad que tan natural nos es ! Perd no juzguemos de la virtad por las vapas apariencias ; porque la vemos

- 99

en los reprobos: igaalmente que en los escogidos. Disfrazarse con ella sa be uu impostor hábil y diestro , y su

astacia con frecuencia le atrae mas admiracion qae á los mayores santos su verdadero zelo . Es up laberinto

el corazon del hombre en que no pueden descobrirse todas sus ocultas sendas. Tanto mas peligrosas son pa ra mí tas alabanzas , cuanto mas ca riño tengo al que me las hace ; y

cuanto mas me abrazo por agradar te , tanto mas propensa estoy á creer

todo lo que de meritorio me atriba yes . Ay ! piensa primero en restable

cerme de mis flaquezas con tus pa teruales amonestaciones. Debes tener

mas temor que confianza de mi sal

vacion ; no digas que la virtad esta cimentada sobre nuestra flaqueza , y

que obteodrá la corona el que haya

coinbatido con unas peda. No voy en bosca de aquella corona que de la mano de la victoria viene , oo quie

ro sino evitar el peligro ; y defen derse , es una cosa mas segura que

- 100 gloria ; no aspiro á los mas resplan

dar batalla . Hay muchos grados de

decientes, déjoles para esos varones de graode espíritu que tantos trion fos lograron . No he tratado de ven

cer , solo por no perder la victoria : y dichosa yo , si puedo salvarmedel

naufragio , y llegar en fio á prerto de seguridad . El Cielo me ordena que renuncie à la fatal pasion que á ti āpegada me tiene ; en lo que ; ay

de mí! no consentirá nunca mipe cho. A Dios.

:

.

Heloisa.

စစစစစစစစစစစစစစစစစစစစ Isoroforas

ni

RESUMEN

:

Decora DE LA CARTA siguienté . .

Entregado Abelardo en su retito * á todas las'asperezas de la peniten cia , ý pensando seriamente en su sal

vaciop ; no qoiere recibir mas cartas de Heloisa . Así escríbele a esta el pe ligro á que leyendolas se expone; persaádele con esfuerzo que uno de

otro deben olvidarse ; exhortala para qne sobre sí misma logre tan gran

triunfo : y como nunca luce con mas esplendor un coutrario que con la

oposicion de sa propio contrario , pío tale los admirables beneficios de ao alma sosegada y sageta á la gracia, habiéndole hablado aptes de los pe sares y zozobras de los corazones

que an pecamino6o amor pertarba.

- 102 _ Abelardo como muy hábil no deja de saber que propone á sa amante

una cosa de difícil egecacion , y que cuesta mucho trabajo el arrancar del corazon goa pasion que ha echado profundas raíces : y por lo mismo,

despues de iostroir à Heloisa ei el modo de lograrlo , asegúrale que va

tambieu por su parte á auxiliar sas

esfaerzosn . pino ,

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ဇ၀စစစစစစစစစစစစစစစစ . . CARTA DE

DE

ABELARDO A HELOISA.. En respuesta d la precedente. "

No me escribas mas , Heloisa , no mas; pues ya es tiempo que demos fin á una correspondencia que hace estériles nuestras pepiteacias. Y no

nos engañemos; mientras qae -miré mos con complacencia esta idea que ngestros pasados gastos excitan en vaestras almas, viriremos iuquietos, y no probaremos las dalzaras de la soledad . Empecemos poes haciendo oo buen uso de puestras austerida

des , y que paestro pecho no de abri go à reprehensibles imágenes en las

asperezas de la penitencia. Eotren á

- 104 -

ocupar el logar de paestros desar reglos la mortificacion de cuerpo y alma, un ayano rigoroso , la conti

nua y nunca interrompida soledad, devotas y profandas meditaciones , y

un santo amor de Diosque no se des mienta jamas.

Tratemos de llevar la perfeccion religiosa hasta an panto que casi sea inaccesible. ¡Qué cosa tan bella y ade mirable seria , que se hallaseo en el cristianismo alguoas almas tan dig .

prendidas de sí mismas, de la tierra y sas criaturas, que pareciesen inde pendientes del corruptible cuerpo en que estao encerradas , y que como á esclavo soyo le tratasen ! Por otra parte , no puede ano jamás elevarse demasiado , cuaodo quiere llegar hase ta Dios mismo ; y por grandes es

fuerzos que hagamos, nos hallarémog siempremuy distantes de aquella Di vividad se hlime á la que no podemos alcanzar ui ano con la imagigacion .

Obremos por Dios iadependiente otro

mente de las criaturas y de nosotross

- 105 mismos; no tengamos miramiento

ningano con vuestros deseos, ni con los juicios agenos. Si en este estado nos vieramos , Heloisa , iria gastoso á

establecer mimansion en el Paracle

to. Ahímis fervorosos y eficaces des . velos por el bien de ana Comunidad que en cierto modo he fandado, atrae ria , sobre ella mil especiales gracias: la instrairia con mis palabras , y

aliesto le daria mi egemplo : teodria yo maudo , ó mas bien zelaria , sobre

la vida de las hermanas ; haciéndoos orar , meditar, trabajar y callar , y por mi parte tambien oraria ,aedi

taria , trabajaria y silencio gaardaria. A veces no obstante hablaria , pero

solamente para levantaros de vuestras caidas , para fortaleceros de vuestras flaquezas, é ilastraros en las tinieblas

y obscuridades que pudieran venir algana vez á sobrecogeros. Consola -

ríaos de aqaellas tribulaciones, que son tan conocidas de las personas vir tuosas y señaladas porsu fervor. Aun

reprimiria la fugosidad de vaestroze.

2 - 106 lo y piedad , y en vuestro fervor pro pondria un medio juicioso . Os ense ſaria las obligaciones que ignorarse no deben , é ilustraria sobre las dudas

que vaestra débil razon pudiera en gendrar. Vaestro padre y maestro se ria ; y pasaria , por efecto de ou don maravilloso , de la viveza á la lenti tad , y de la blandora á la dareza , segun la diversa iodole de las que quisiese encaminar por las escabrosas sendas de la perfecciou cristiana. Pero ¿ á dónde me arrastra una va

na imaginacion ? ; Ay, Heloisa , cuán distantes estamos de este feliz estado !

Ta pecho arde todavía en una llama

que apagar no puedes ; y yo en el mio veo únicameute turbacion y zozo

bras . No creas, Heloisa , que aquí goza mi ánimo de ana paz profunda ;

y conviene que mi pecho por la pos trera vez abra contigo. Aan no me

The desprendido de tí ; en balde con tra tan dalces afectos lucho ; y á pe

sar de todos mis conatos, conozco qae

las reliquias de mi cariño mehaceu

- 107 sentir tas disgustos y pesares , y to mar en ellos parte . Confieso en ver

dad , que tus cartas han conmovido mi corazon ; y con indiferencia no pu de pasar la vista sobre apos rasgos qae mavo , para mí tan querida , ha bia formado. Suspiro , y aup hasta llorar llego ; y toda mi razon es apé

pas suficiente para apartar de la vista

de mis discípulos miflaqaeza . Sí, des. dichada Heloisa , tal es la situacion en que Abelardo se halla. El mundo, cuyos juicios casi siempre son erra dos , me cree sosegado ; y como si mi

amor eu ti po hubiera bascado sino

la brutal satisfaccion de los sentidos, figúraste que olvidada te tengo. ¡ Cuán craso error! Vivo persuadido que cuando hicimos pnestra separa cion , se imaginárou las gentes . que

me obligaban a dejar el siglo la ver güenza y dolor de verme tan tirana mente tratado , como si mi amor, tan

ingenioso en contentarse , no hobiera podido inventar mil placeres , do mé

nosagradables que aquel de que Fal

- 108 * berto 'me despojaba. El justo arre

pintimiento de haber ofendido à Dios, me inspiró , como sabés , el designio de retirarme. Miraba el fracaso que 003 sucedió , como una secreta dispo sicion del Cielo para castigar paes tras culpas ; y así no veía ya en el ar rebatado Fulberto mas que á un mi

bistro de las veogaozas del Señor. La gracia sola condnjo mis pasos bácia on asilo , que seria miactualmansion

todavía , si me lo hubierad permiti do mis enemigos. Llevé con resigna cion todas sus persecuciones , do da daodo faese Dios quien me las sus

citaba para parificarme. Desde que aquel Señor á sa santa voluntad me vió epteramente some

tido , me permitió justificar mi doc trina, caya pureza hice pública; pro " bando a todos en fin , que mi creen cia era no solamente ortodoxa , sino que aun tambien estaba exenta de to da sospecha de novedad.

Que dichoso séria , sino toviera que tener mas que a mis enemigos, y si

- 109

sas calamnias fueran el único obstá culo que para mi salvacion se pre sentase ! Pero me dejas temblando,

Heloisa ; veogo eo conocimiento por h tas cartas que una fatal pasion te tie. ne esclavizada siempre , y si no la vences , es necesario redunciar å ta salvacion : pero yo , ¿ que partido me aconsejas tomar ? ¿ Que rebeláudome

cootra el Espírito Santo , ahogue sus santas inspiraciones, y que por com placerte vaya á evjugar duas lágri mas que hace correr el demonio ? ¿y habia de ser tan ipfame paso todo el fruto de mis continuas meditaciones? Ay ! seamos mas firmes en poestřas resolaciones : si en la soledad esta mos , es para gemir por paestros pe

cados y gapar la bienaventuranza: empecemos pues haciendo a Dios en . trega total de vuestros corazones. es Sé may bien que en todo, los priv

cipios son dificultosos ; pero tambien hay mucha gloria en empezar y em prender cosas graudes : gloria , que

se acrecienta á medida que son mas



.

- 110

considerables los obstáculos que hay que superar en la empresa . Por esto debemos vencer con valor cuautas

dificaltades se nos presentes para se . guir la virtad cristiana. Los hombres se prueban en los claustros , como en el crisol el oro ; ni padie puede

por largo tiempo morar en ellos, si paciente no lleva el yogo del Señor. Por perfecto que uno ser paeda, tiene á veces, tentaciones ; y agv las hay útiles. No pos admiremos de qoe el hombre no pueda estar exento de tentaciones, supuesto que lleva en sí

mismo el manantial de ellas, es de

cir , la concupiscencia . A pénas nos vemos libres de apa tentaciou , caap

do nos asalta otra de nuevo. Es tal finalmente la suerte delos descendien tes de Adao , que siempre tendrán que padecer algo. No tiene nno que gloriarse de que hayendo de las tep

taciones pueda vencerlas , porque si mildad , trabajará en balde siempre. Se logra el fiu mas seguramente im á ello no agrega la paciencia y ha

- 111

plorando los auxilios divinos, que no con las armas que puede soninis

traroos el escaso caudalde naestro pro

pio espirita .

basades

va

Mantente firme, Heloisa ; confia en Dios, y tendrás pocas tentaciones

que combatir : y aun cuando viuieran á asaltarte , abógalas en sa origen , sin sufrir que se arraygoen de tu cora

200. Póngase remedio eu el malá sas principios , un antiguo dice ; por que no se le podrá corar , si á tomar caerpo llega. En efecto , la tentacion tiene ciertos grados ; á los principios

es un simple pensamiento en elalma, que no parece peligroso ; recíbele sia sobresalto la imaginacion ; de lo que

resolta un placer que nos lisongea; en él nos detevemos , y á consentir

por último venimos.

No dudo , Heloisa , que seriamente

pienses en tu salvacion , exclusivo coidado , en que ocuparse debe tu

corazon. Borrar de este para siempre á Abelardo , es el mejor cousejo que darte puedo : porque finalmente la

- 112 memoria de apa persona a la que an

amor reprehensible hemos profesado, no puede menos de seroos perjudicial, por mas adelantados qae nos veamos en el camino de la salvacion . Luego que hayas destruido la fatal inclina

cion que me tienes , no te se hará pe noso el egercicio de todas aquellas virtudes que propias son de tu esta do : tu espírita dejará con alegría ese

corruptible cuerpo a que avido estu vo , y tomará su vuelo hacia los cie

los. Entonces te presentarás lleva de confianza delante del Señor : no verás

la señal de ta reprobacion en el li bro de la vida , y el Salvador te dirá:

Ven , hija mia , ven á participar de mi gloria , y goza del eterno premio que destinado tengo para las virtudes que practicaste. A Dios , Heloisa ; estos son los úl

timos consejos de ta querido Abelar do. ¡ Cuánto querria por la última

vez poder persuadirte las mas santas máximas del Evangelio ! ; Plegue a

Dios que tu pecho , tag sensible otras

- 113 veces á mi amor , se deje conducir ahora por mi fervor ! i que la imágen de Abelardo amoroso , que á ta espí ritu no dejaba pion iostaote , se trans forme en adelante en la de Abelardo

penitente verdadero ; y que puedas derramar tantas lágrimas por ta sal vacion , como derramaste en todo el

carso de nnestras desgracias.

R

ABELARDO.

00000000000000000000COCO CAR

· CARTA

. .

.

DE

HELOISA Á ABELARDO. : Aguardando estás quizás, amado Abelardo , que te colpe de negligen te , por no haber á mi postrera carta

contestado : pero de ta descuido al Cielo mil gracias doy ; pues para mí

al presente un bien es nada peqoeño, el qae insensible seas á la fatal pasion que a time aficionaba: porque fical

meute , Abelardo , á to Heloisa per

diste ya para siempre. A pesar de to dos los juramentos que hice de do pe: sar oi oca parme mas que en tú te he borrado de mi corazon : oloin

dápdote deltodo. Y tú , deliciosa idea

de an amante eu qoien yo idolatra ba , no barás ya mi felicidad. Tam

- 115

bien á ti borrarte quiero de mi me moria , imágen querida de Abelardo, que á caautas partes iba me seguias. ¡ Sobresaliente mérito de un hombre, que à despecho de sus émolos es la admiracion de sa edad ! y vosotros,

placeres hechiceros , a los que se en tregaba Heloisa libremente , no servis ya mas que para martirizar mime moria . Sin avergonzarme covfiésote, Abelardo , mi infidelidad. Aprenda el maodo de miinconstancia , que no se ha de contar con nuestras prome

sas, porque no hay mortal pingano que à la mudanza sujeto no esté. ; Te

torbas, Abelardo ! sin dada te deja todo atónito tan graude povedad , y no puedes figurarte que iufiel te sea

Heloisa . Tepiala ganada en tu favor

oua tan fuerte aficion , que alcanzar no puedes como el tiempo haya sido capaz de destruirla. Sal de tu error;

mi felóvía voy a descubrirte ; y me persuado que bien lejos de afeárme la , llorarás de gozo. Luego que te

diga el rival que mi corazou te ha

- 116

robado , alabarás mi inconstancia , y agu rogarás al raptormisulo que per severar en ella me haga. De ayai de bes ioferir , qae quieu te roba á He

loisa do es sino Dios, Si , caro Abe lardo mio , el Señor es quien á mies

piríta restituye aquella tranquilidad, de que gozar no me dejaba la viva memoria de muestras pasadas desdi chas. ¿ Qué otro rival, ! soberanos

Cielos ! separarme podia de ti , apti

gao amante mio ? ¿ Te recelaste aca so que un mortal pudiese borrarte de mi pecho ? ¿ y fuiste tan injusto , que capaz me creyeses de repunciar por otro qae Dios al sabio y virtuoso

Abelardo ? Pero no , lisonjéome que justicia me habrás becho. No dudo desees saber de qué medio se ha ser vido Dios,para tocarmicorazon : voy á decírtelo : para qae admires losocal tosmóviles de su providencia . Pocos dias despues de haberte enviado mi última carta , cai gravemente enfer

ma: desahuciáronme los médicos, y por cierta inimaerte tuve. Entonces

- 117

fue , ¿ tendré valor para decirtelo ? cuando mi pasion , que ya habia teni do por inoceute , me pareció en ex tremo pecaminosa ; y cuando la me moria me representó inuy pontual mente todas las acciones de mi vida: coofiesóte finalmente , que mi amor fué para mí oo martirio en aquel terrible trance. La maerte , en la que jamás habia pensado mas que de lé jos , se presentó á mi imaginacion eu aquellos io:stautes como se presenta á

los pecadores. Comencé pues á temer

la colera divioa , cuando iba á pro barla ; y en el momento mismo eo que iba á salir de esta vida, me arrepeu tia de no haberme aprovechado de las desgracias cou que el Señor me habia a visado. Las afectuosas cartas que te tengo escritas , y puestros co logaios cariñosos me haciau penar tanto eutonces, caauto placer antes

me habiau dado . Ay ¡ desdichada He

loisa ! decia en mímisma, si el en tregarte á tan deliciosos epagenamieu tos es uua colpa, y queao castigo iude

- 118

fectible los está esperando en la otra vida ¿ por qué no resistias á tao per

jadicial inclinacion ? Mira esos mar tirios que para ti destinados estáo, contempla con pavor ese aparato es pantoso de tormentos; y en tu me moria recorre al inisino tiempo aque llos deleytes que ta obcecado cora

200 tan deliciosos ballaba. Ahora bien , proseguia yo , ¿ oo te desespe ras de haberte dejado llegar de tan perecederas delicias ? ; Qué desvarío de vivir , como viví hasta aqni! Ul timamente Abelardo , hazte ova idea, si poedes , de todos los remordinien tos que mis eotrañas roeriao eo aque.

lla ocasión , y vo estrañarás mima dauza .

A un ánimo que no está tranquilo ,

el retiro do poede menos de serlein soportable ; pues creen sus euemigos

con el silencio , y los alimenta la so ledad . Desde que me encerraron en estos maros , no he cesado de llorar

por mis desgracias , ni de hacer reso . var con mis contingos gemidos el Pa.

- 119

racleto : y al modo de ana esclava condenada á perpetua servidumbre,

pasé wis dias Jolieudomé y suspirao do. A Dios ofevdia , en vez de com

plir con los designios que sobre iní formados tenias : miraba como una horrorosa mazmorra este santo réfa . gio ; con pesar llevaba el yugo del Señor ; y tan lejos de santificarme con' la penitente vida que llevaba, yo

wisma aseguraba mi propia reproba cion. One delirio ! Acabóse , Abelar.' , do , corrí el velo que de mi alma la vista ofuscaba ; y si he de fiarme en :

los nuevos impulsos que me agitan, seré biev pronto digoa de to estima. , Ya po eres aquel voloptạoso Abelar do que , para proporcionarse de vo che una conversacion particular con migo , discurria diaria inepte vuevas

trazas para eladir la vigilancia de los que zelávdonos estaban. La desgracia

que te sobrevino despues de tan di chosos instantes, te hizo aborrecer el vicio , y consagrar tas restantes dias

desde aquel punto a la virtad , rio

- 110

diendo al parecer sin violencia ta cer. viz á tan dara necesidad. Pero en cuanto á mí, como mas afectuosa que

tú , y como mas sensible a los blan aquella desdicha. Ya viste los quejo sos lamentos que hice contra ages tros perseguidores : y por las cartas NO

dos deleytes , con impaciencia llevé

que te tengo escritas , habras cono cido hasta qne grado llegó mi resen . timiento contra estos: lo cual sia da .

da me hizo perder al aprecio de Abelardo ; porque te sobresaltaron

mis arrebatos, y quizas si de buena, fé confesarlo quieres, desesperaste de

mi salvacion. En efecto po pudiste prever, que de pasiou tap impetuo

sa tricofara Heloisa; pero te has ea gañado, Abelardo: porque mi fla

queza, sostenida de la gracia ,po pae de estorbarme que logre qua com pleta victoria, Ruégote con encare cimiento me devaelvas ta aprecio, y á concedermelo debemoverte en se creto ta piedad misma.

Pero ¿que oculta turbacion se for.

- 121

ma en mi alma, y que desconocido impulso se opone á la resolucion qae formé de no gemir ya por Abelar do ? ¡Soberanos Cielos! ¿00 habré triunfado todavía de mi amor? ;Des dichada Heloisa ! tu suerte, mientras

respires, será de amar á Abelardo; llora , nunca taviste motivo de afli · girte mas justo . Ahora es cuando

debo morir de dolor; pues habiéo

doine gavado la gracia, prometile serle fiel; y al presente me perjaro

y la sacrifico á Abelardo: sacrificio

que colma mis iniquidades. ¿Podré acaso despaes de esto, esperar me abra el Señor los preciosos tesoros de su misericordia? ¡No tengo harto cansada ya su clemencia ? Empecé á

ofenderle desde el primer iostavte en qae á Abelardo ví: pues á los dos nu comercio ilícito una fatal simpa tía nos enpeñó ; y Dios, cayos altos juicios venero, descargó toda su có

lera sobre nosotros. Ay ! que aquel

siniestro accidente hubiera debido yo tenerle por una secreta orden del

- 122 -

Cielo , que reprobaba paestro pada honesto trato ; y aplicarme desde en .

touces à destroir mi pasion . Ah!

coauto mas hubiera valido olvidar para siempre el objeto qne tan pre ocapada ne tevia , que conservar sa

memoria, d'o menos fatal al reposo de mis dias que a misalvacion! ¡ Dios mio! ¿oo he de pepsar jamas sido eo Abelardo , oi podré desprenderme punca de la cadena que presa me tie De á él? Pero quizas son intempesti vos mis sobresaltos; pues la virtad arregla todos mis impulsos, los coa les obedeceu á la gracia. No temas, caro Abelardo mio ; mi pecho no se abrasa ya en aqoellos afectos, qae

pintados en mis cartas te dabas tan

to que penar. Ya up te haré una von loptaosa descripcion de los placeres

que probar uos hacia poestro recieu te amor,y con caya pintura procuraba excitar de nuevo el culpable cariño que me profesabas, y que tan que rido para tí era. Doyte por libre de

todos tus juramentos; entrega á an

- 123

perpetao olvido los nombres de amante y esposo , pero guarda el de padre siempre. De tí ya no espero aquellas afectuosas protestas, oi aque llos tiernos billetes, tan propios pa

ra alimentar el comercio amoroso : pídote solamente piadosas exortacío pes, y consejos saludables. Por es. cabroso que sea el camino de la sal vacion , me parecerá suave, siempre

que tus pisadas siga: y eu todos tiem pos me hallarás a parejada para acom . pañarte. Con mas gusto leeré las ear . tas en qne me muestres los admiram

bles hedeficios de la virtud, que aque lla otra en que con tanta doblez elte cabrias el fatal fósigo de las pasiones qoe me inspirabas. En lo vepidero

Do te será lícito goardar silencio sin hacerte reprehensible. Cuando posel

da yo toda de ou amor violento , te aparaba tan ardientemente para que me escribieses, ¿con cuantas cartas no era menester

abrumarte antes de

poder arrancarte una? Demodo, que menegabas el único consuelo que me

- 124

quedaba en mi desgracia : tú le mi rabas como perjudicial, y á fuerza de aspereza querias obligarme á ol vidarte . No podia vituperártelo en tónces; pero ahora pada tienes que temer : porque ana dichosa enferme. dad que la Providencia parece me envió para santificarme, ha hecho lo

que todos los esfuerzos homanos, y ta tirava doreza no hubieran podido

hacer. Veo lo vano de aquella cadu ca felicidad de que gozabamos, como si no debiéramos perderla jamas . ¿ Cuantos sobresaltos y zozobras nos

era menester sufrir ? No , Señor ; po

hay verdadero placer en la tierra, si no aquel que la virtud nos grangea :

el corazon experimenta una cierta amargara en medio de las blandaras

terrepas, y está inquieto y turbado hasta que halla en Vos su reposo . ¡ Cuauto no tave que padecer, Abe lardo , mientras que conservé en mi

retiro aquella llauna que meabrasaba en el siglo! Con horror veía estos mu ros que me cercan ; largos años se me

- 125

figo raban las horas, y cien veces al dia mearrepeutia de haberme sepul tado así enteramente eu vida. Pero

todo se hamudado desde que la gra cia me abrió los ojos. Por esto hallo mi soledad sumamente agradable ; y

el sesiego que en ella mi vista se regbar pepetra hasta lo interior de mi corazon . Como estoy cootepta con

desempeñar mis obligaciones, espec rimento qua dulzura que las grande

zas y delicias muudavas no conocie ron jamás. ¡Cuan caro me ha costa do el descanso! Lehe comprado, con

viene confesarlo , á costa demi omor: violento sacrificio , que parecia sape rior á'nis fuerzas. Tehe desterrado demi pecho , pero po tengas por ello

zelos; porque à Dios he colocado en to lugar , quien oca parle exclasiva

mente sienipre hubiera debido. Con téotate con estar eo mi espirita , de doode oo saldrás nunca : que por mi parte , tendré un secreto placer en

pensar eo ti , como igualmente oda

muy particular gloria ea cumplir con

- 126 aquellos piadosos preceptos que tra zados de ta mano me veogao .

.

Eu este momeuto me traeu una carta tura , la que voy a leer , y me propongo responderte iomediatamen

te . A lo menos conocerás por mipuo toalidad en escribirte que te quiero siempre... Hácesme corteses cargos por el mucho tiempo que pasar de ſé sin darte noticia de mi : de lo cual

ha de justificarme mi enferm edad ;

pues no dejo perder ocasion pingudata que pueda darte pruebas de mi me

inoria. Te agradezco la inquietud en qae , dices , te tiene mi silencio , y el tempor que tan atetarpente ine inaoj

fiestas sobre mi salad . « La tuga se halia , dices , delicada, y que esto

viste para morir estos oltimos dias.» ¿ Con que frialdad , tirano,me aoud cias una noticia tao capaz de afligir me! Te dije en miúltimna carta elego tado á qué me veria redocida, si hi bieras perdido la vida : y si me quie ras tauto, templarás lasasperezas con

que tu cuerpo mortificas. Te repre

- 127

senté la necesidad que de tus conse jos teníamos, como tambien la no me nos indispensable en que estabas de

conservarte. Por po fastidiarte , DO qaiero repetir lasmismas cosas. « Nos

recomiendas que no te olvidemos en

nucstras oraciones.» Ay! querido Abo lardo , cuenta siempre con el fervor de nuestra Comunidad , la cual está consagrada enteramente á to servicio y no tienes razon para acasarla de

haberte olvidado. Eres puestro pa dre, y nosotras hijas tuyas; eres ones tra guia ; y confiadas nos entregamos á to piedad ; tú pos mandas, y te

obedecemos nosotras!y atentas á nues tras obligaciones , egecutamos con pantaalidad cuanto pos pescribes con cordara. Sin asenso tuyo no vos im

ponemos piogana penitencia , por te mor de no seguir un indiscreto zelo en vez de boa sólida virtud . Ei apa

palabra , nada está bien hecho , si Abelardo no lo aprueba. Me ha de jado parada una cosa que me escri

bes. Te han dicho , que daban mal

- 128

egemplo algavas hermanas mias , y que se advertia cotre ellas alguna re lajacion . ¿ Por que te asombras de esto , tú lleno de experiencia , y que sabes como se llevan hoy los con veutos ? ¿Copsaltan en estos tiempos los padres con las ioclipaciones de sus hijos, para darles estado ? La po

lítica y el interés arreglan hoy dia la mayor parte de las colocaciones,

y he aqui por que a veces se ven religiosas , que de sus conventos el

oprobio son . Te raego con todo en carecimieato , me hagas saber lo que

te han dicho del Paracleto , é indi ques el remedio que tengas por mas oportuno aplicar á este mal. La res

lajacion de que mehablas, no ha lle gado todavia á noticia mia ; y desde el instante es que la eche de ver, la debida reforma haré. No se pasa po che ninguna sio qae haga la ronda del convento , mandando a las her mavas que están tomando el fresco, eptreo luego inmediatamente en sos

celdas; porque tengo bien presentes

. - 129 los raidosos lances ocorridos en los con ventos de las cercauías de Paris. Poves fiu á ta carta con tas acostum bradas quejas contra la fortuna , é invocas la muerte como término de

una vida llena de disgustos y oposi

cion. ¿ Es posible que un ingenio tan bello como el toyo no pueda conso larse jamas de nuestras pasadas des gracias? ¿ Que diriau los mundanos, si cual yo leyerau tus cartar ? Se ima

givarian que no fuiste á encerrarte eu los claustros mas que para llorar

ta impotencia ; y creerian que lo que únicamente te movió a pasar tus dias en la soledad , fué la vergüenza que

te causaba el verte en el espaptoso es

tado á que te redujeron mis malvados parientes. ¿ Qae diria de ti esa turba

de jóvenes que apresorados de tan léjos corren á oirte , y que antepo nen tus severas lecciones á los gustos

y blandaras de la vida civil , si te viesen ocalto esclavo de tus pasiones

y resentirte de todas aquellas flaque zas contra las que á ellos mismos los

- 130

preservan tas saladables preceptos ?

Sin dada aquel Abelardo, que admi rados los tiene, y aquel varon iusig ne que los dirige , decaeria de taa

esclarecida fama, y aun hasta despre ciarle llegarian sus discipulos. Si ese tas razones no son capaces de forta lecerte el ánimo en tus adversidades

tiende sobre mí la vista ; y asombra te de la resolucion que tomé de eu

cerrarme á ejemplo tuyo. Cuando nos desunieron , me hallaba en mijuven tod ; y si he de dar crédito á logoe

diariamente merepetias, no era in

digoa del afecto de ao hombre de cente. Si yo no hubiera querido en

Abelardo mas que el brutal placer tim₂ /₂Ò₂Â₂âtiņ₂Â?Â₂Ò₂ÂÒ§Â₂Ò₂Âò§§\₂\/?Â₂â? lo que hize , sábeslo may bien , ex cúsame de repetirtelo. Recorre en ta memoria las serias promesas , con de los sentidos, mil jóvenes amables

que te aseguré amarte eternamente

coo igual cariño : tus lágrimas enja gué con mis besos ; y como ya vo

eras taa terrible , mostrenemenos re

151

catada. Ay ! si me hubieras amado finalmeute ¿ porque no habian de consolarte los juramentos que hacia, los epagenamientos de que iban

acompañados , y las inocentes cari cias con que profasamente te hala gaba? Razon habieras llevado eu de sesperarte , si á mi pecho volverse indiferente cou el tiempo le habie ses visto ; pero no , porque nunca te

di mayores pruebas de mi pasion . Que ya po vea yo ea tas cartas , querido Abelardo , esas quejas con tra la fortuna ; pues no eres tú solo el blanco de sus persecuciones , y de

hes olvidar los insultos que de ella has recibido. ¡ Que vergüeoza para op filósofo , no poderse causolar de

un fracaso á que todo hombre está expuesto ! Rígete por mí, que ha bieodo nacido con inclinaciones vio lentas , lucho todavía contra unos

impulsosdemasiado afectuosos, y por go toda mi gloria en vencerlos y so jetarlos a la razon . ¿ Será menester

que us alma débil conforte á otra

- 132

varonil y de sólido juicio ? ¿ Pero adonde me arrastra mi ciego error? ¿ Van á ti , querido Abelardo , diri gidos mis razonamientos ? No pienso que hablando estoy con un nuevo padre de los desiertos. Las virtudes que enseñas, las egercitas, y si te daeles de la fortuna, lo haces mécos

resentido de los escasos dones que de ella has recibido, que disgustado de no poder persuadir a tas contrarios su siorazop en ofenderte, Déjalos, Abelardo , déjalos agotar sus tiros, continúa siendo el encanto de cuan

tos tas doctrinas oyen , y descubrien do aquellos preciosos tesoros que pa ra ti la Providencia parece reserva

dos tenia , cou lo que tus enemigos , alambrados del esplendor de ta pro fanda sabiduría , te harán justicia . i Cuanto gusto tendria , si a todas las

gentes viera tan instruidas de ta pro vidad como yo misma lo estoy ! Ta mérito es conocido en todo el orbe, y tusmayores enemigos van acordes

en decir , que nada ignoras de cuan

- 153 to el entendimiento humano saber

puede. Ay ! esposo mio , válgame de esta espresion por la postrera vez, ¡ no te volveré á ver jamas , ni tep dré la safisfaccion de darte un abra

zo, antes de morir ! ; Qué digo , des d ' chada de mí! ¿ sabes bien lo que dices, Heloisa ? Podrás acaso ver aque

llos vivos ojos, sin que á tu memo ria traigas aquellas lascivas miradas que tan fænestas te han sido, biaquel ayre magestaoso de Abelardo , sig qoe zelosa estés de caantos , como tú , vean à un hombre tan hechicero ? Aquella boca , cuya sola vista infan de deseos ; aquellas manos, tan pro pias para robar los tosoros del amor ;

en fin la persona toda ella de Abe

lardo no puede sin peligro mirar se cara á cara por goa mager . No de sees pues , Heloisa , no desees ya

ver á Abelardo , porque si te tur ban la imágen y recuerdos que de

él te quedan , ¿ qué no haria su gendraria esta en ta pecho, ni como

presencia misma? ¿Qae deseos no ep

- 134

à la vista de hombre tan galan de tos potencias absoluta señora conser varte podrias? Conviene, Abelardo, te copfiese lo que forma en mi reti . ro mimas delicioso placer. Despnes

de haber pasado todo el dia pepsan do en tí, poseida toda de tav gasto so pensamiento , rindeme por la po che á la fuerza del sueño que mis causados miembros á sobrecoger vie de. Entonces Heloisa, qae dorante el dia sole temblando a peosar en tí se atreve déjase llevar del placer de ba

blarte y oirte . Veo á Abelardo; y alimento con su hermosa vista la mia .

Upas veces me hablas de tas ocoltas pesadombres , con lo que me afliges;

otras, sin hacer memoria del perpe

tao impedimento que a paestrosde leytes pusiéron, me aparas que feliz sio te haga, y á tus epagenamientos

resistencia ceda: el saeño, con noso

tros servicial, po suministra lo que

despojo fué de tas impios enemigos, y abrasadas nuestras almas ed un

mismo ardor, esperimentamos el mis

. - 135 mo gusto. Pero cuan pronto pasais, agradables ilusiones y deliciosos hor

rores ! Al despertarme, abro los ojos y no veo á Abelardo , mis brazos alar

go para retenerle , y se me vá, lla mole, pero no me oye. Que locura

la mia de entretenerte con estos sue fios? y á tí que insensible á semejan

tes gustos eres! ¿Me engañé acaso, Abelardo? ¿me vez alguna vez en sue ños? ¿en que estado te se presenta

Heloisa ? Usas con ella de aquel es tilo dalce de que asabas cuando Fal bert å ta cuidado la paso ? ¿como

despiertas, triste o alegre? Perdona perdona, Abelardo, á una amante que delira. De tí no debo ya esperar

aqaella viveza , con que nueva alma

dabas a todos tas atentos cuidados ai ya es oportuno tiempo de exigir te una perfecta correspondencia de deseos. Fuera de esto , hemos sage

tado paestras volantades al yogo de

beveras reglas, el que debemos sobre llevar, caéstenos lo que quiera . Con

templemos pues nuestras obligacio

- 136

des del modo mas estricto; y haga. mos, si es posible , buen uso de esta

inevitable necesidad que nos tiene separados. Por lo que á tí toca Abe lardo acabarás felizmente to carrera porqae å ta salvacion no poden obs

tácalo niogano tas deseos é interio

res impulsos; pero la triste Heloisa derramara siempre lagrimas sin estar segura de que valerle puedan para bienaventuranza la

.

A finalizar iba esta carta , sin con tarte lo que aqui pasó no ha muchos dias. Una religiosa jóveo, de aquellas que hacen entrar en los conventos SID examinar su vocacion antes, va

liéndose de apa astacia que me es

desconocida, halló medio de fagarse y acompañada de un joven que la amaba, dicen, se marchó á loglater ra. A toda la Comunidad tengo en cargado muy particolarmente, que

secreto guarden tan estraño suceso. Y ahora bien , Abelardo; todos estos

desordenes evitarias, si te fuera per. mitido vivir con nosotras: pues con

- 137- * teptas todas nuestras hermanas con

verte y oirte, tendrian puesto todo su pensamiento en aprovecharse de

tas edificantes lecciones y egemplo . La fagada religiosa tar sus votos acaba, mado entonces tap signio . ¿Por que no

que de quebrap . oo habiera for abominable de te pones á nnes

tra cabeza para exhortaroos á aoa

vida sauta ? Haria tu vista , que ino centes fuesen nuestras acciones a pe pas caeríamos, cuando con ta brazo

anxiliador nos levantarias, y con for

tadas todas nosotras con tas pater nales consejos, camisaríamos á pie firme por el estrecho camino de la virtad . Empiezo, Abelardo, á echar de ver cuan singular complacencia

en escribirte he teoido ; y debería qaemar mi carta. Por ella verás qae

siempre me 'tiene ganada en favor tayo la mas desgraciada pasion del mundo; habiendo sido mi ánimo,

cuando me pase á escribirtela, de persaadirte lo contrario . Sin cesar

pertorbabau mi ánimo, las inspíram

- 138

ciones de la gracia y los impalsos de mi pasion; cuando cedo á aque

lla , y cuando á esta . Duélete pnes, Abelardo, del estado á que me has

traido, y serenos sean los últimos

dias de mi vida, como desgraciados y tarbaleotos fueron los primeros.

HELOISA

EPISTOLA DE

HELOISA,

1

HELOTSA

စစစစစစစစစစစစစစစစစစစစ dood HELOISA

.

A

A BELARDO.

En este silencioso y triste alber + gae ,

De la inoceucia venerable asilo , · Donde reyna la pau sincera y justa, En sosegado y plácido retiro , Y la virtud austera . y pepitente

Sujeta á la razon el alvedrio , ¿ Que tempestad, qae horror taa im - * peosado

Vuelve a turbar el corazon tranqui lo

De esta débil muger ? ¿ Que uneva llama

- 142

Se avisa en lo interior del pecho tibio ?

¿ Qaieo repaeva mi ardor mal apa gado ?

Amor , cruel amor , i tu faego anti guo Empieza á renacer en mis entrañas

Después de tantos años i Que deli rio !

¡ Iofeliz Heloisa, ya peosabas Haber de amar el taego sacudido ! ¡ Y aos amas y covservas eocubierto

De eugañosa ceuiza ao fuego vivo! ; O Abelardo ! ; 0 placer ! ;0 dolce gombre ! Estos rasgos de mi tao conocidos, Esta carta, estos tristes caracteres, Por tau preciosa mauo dirigidos, Cienveces los he visto , y otras tantas

A mi amorosa boca los aplico. Si, Abelardo , cien veces y otras tantas ,

O Abelardo , mi bieo... Pero que digo ?

¿ Y en esta soledad tas tieroo nom ure

* - 123.- o Me atrevo á prononciar , y aun á . escribirlo ?

Perdoua, Dios benigoo, á tus alta res,

Inmenso Dios, me postro y sacrifico : Ta ley , to ley terrible me probibe . !

Escribir al esposo mas querido . Ya Heloisa obedece tu mandato . . .

Pero que en vano á resistir me apimo!

Si el corazon me dicta las palabras

¿ como podrá la ploma resistirlo ? o triste soledad ! ¡ 0 horror ! ¡ 0 claastros!

Prisiones infelices del destino !

Már roles insensibles , piedras da- . ras

Paes os puede ablandar el dolor mio Yertas cenizas, cayas sombras frias A placamos con flores y con bimnoos,

Quien fuera cual vosotras in sensi ble ! En vano desde el trono del Ernpíreo

Me llama todo un Dios; ini pecho cede

De la naturaleza al yogo indiguo .

*

- 144

Eo vano in poco al cielo en miso corro,

La oracion , las plegarias , los cilicios Millauto y confusion no son bas taotes

Para aplacar la llama que respiro. Apenas vieron mis

tarbados ojos

La carta que escribiste á tu amigo,

En aquel mismo instante, ó Abelardo ! Se renovó el dolor de mi martirio .

Acá á mis solas te contemplo y veo Y á veces me parece que te miro Con placentero y halagueño rostro , La sien ceñida de amoroso mirto ,

Gustoso y satisfecho, entre mis bra zos Rendir al Dios de amor tas sacrifi cios;

Otras te miro solitario y triste, Cubierto de cadenas y cilicios,

Pálida la color, y el rostro her moso : Con ayunos y lágrimas marchito ,

En la quietud del ignorado clanstro Bascando en los altares el arrimo. Allí la santa Religion , opuesta

- 145 – A nnestro amor, jotenta desunirlos Y cortando croel con violencia

Lazos con tanto amor y tiempo uni dos : 292 " Quiere wacer de Abelardo y He loisa

Dos seres olvidados de sí mismos. s . ¿ Y podremos, podremos, sin des doro

Mevospreciar lo mismo que quisi mos ? ¿ Abandonar la fe, el amor la glo- ria . Y el bien con tantas penas adqnie. . rido ?

No , Abelardo, po puede tu He loisa

Vivir indiferente a su destino, Escríbeme, formemos otros lazos: Yo lloraré tus males , ta los mios:

El eco acostumbrado tantas veces A oir lamentos de amadores finos,

Repetirá tus quejas y las mias. ¿Podrán quitarpos nuestros enemigos

Hasta el copsuelo, acaso , de querer Dos?

10 *

- 146 ¿Nos privarán aun de este triste alivio?

Mis lágrimas son mias libremente; Regar con ellas paedo el suelo frio .

Mas, ah ! que ta, Abelardo, to me dices Que el llanto en que me anego y apiquilo

Tao solamente se le debe al Cielo , Al Cielo que tenemos ofendido. . . Pero qne ! en vano intentas perspa - ** dirme !

Todo al perderte lo perdí contigo. Al comtemplar que para mi go vi . ves,

Que no te he de ver mas, que te he perdido .

A ti solo mis lágrimas se debea, i Por ti yo peno y lloro de contiouo . Hazme saber tus males o tus biepes, Escriheme , Abelardo , yo lo pido . El arte de escribír, don de los Gie los,

El arte encantador y seductivo De oir, de hablar , y de tratar sin verse

- 147

Un comercio tan dulce y tan activo

Sin duda fué invencion de dos amap tes.

El puede hacer pasar op fiel sag. piro

Del frio Boreas al opuesto Antárto . i Qae bieo que expresa an seoti wiepto fino - Ep la agitada plama de ao amante

La sincera elocuencia del cariño! Allí sip el rabor que turba el alma Osteota amor su plácido dominio ,

Y vierte sio rodeos ni aparieocias Sa ardiente llama el corazon sen cilo

Noestra onion fué legitima y sin , cera , Los hombres la acusaron de delito, ¡ Y el cielo, el mismo cielo se re siste !

Coando se unió tu corazon al mio Cuando tu me ofrecistu con el nom bre Sagiado de amistad el amor mismo, Me pareció que tus hermosos ojos

Dabao uu resplavdor paro y activo

- 148 Turbada con tu vista , anonadada Ea el gastoso error de mis sentidos, Yo misma me buscaba los engaños: Y preparaba á mi prision los grillos. Te tuve por mi Dios, yo lo confieso No tuve mas querer, mas a!vedrío , Que el mover de tus labios amoroso Tú me pintabas el amor benigno ,

Afable, bienhechor, tierno y hu mano . Con esto de tus labios á los mios La dalce persuacion se introducia Y el hechicero ardor de to atrac tivo .

Heloisa te amo: siguió en ta busca

Los pasos del placer no permitidos, Sin tener de sa Dios en aquel tiempo

Sino la sombra de un recuerdo frio .

Todo te lo cedí; mi honor , miglo ria

Te rendí may gostosa en sacrificio ; Mi bien, mi gasto lo encontré en ti solo ,

Tú faiste mi querer, ta mi destino, Mi aphelo , mi placer , mi Dios, mi todo

- 149

Todo, Abelardo , lo encontré con tigo.

Cuando , ta mano asida con la mia, Qaisiste apir puestros afectos fiuos

Con el terrible lazo de himeneo, Mi amor , mi mismo amor lo con tradijo .

¿ Qae intentas, te decia , loco amaote ? Abelardo , el amor no es an delito,

que pretendes , paes, esclavi ¿ Por zarlo Á las tiranas leyes del capricho? El uació paro, libre, independiente , ¿ Por que tiranizarlo y oprimirlo ? Unaose con el lazo de'himeveo Corazones mas bajos ó mas tibios, Mas no los de Abelardo y Heloisa . Yo encuentro en el amor mi bien, mi alivio ,

Al verdadero amor pada le falta , Ni tiene falsedades, ni desvios. Amémos mutaamente , penetremos El arte de estrecharnos y de goir vos. "

Sepamos agradaroos, y esto basta , Que amor ha de buscarse en amor mismo.

- 150 Imagina, Abelardo, que op Moparca Preodado en vano de mis atractivos

Pose á mis pies el cetro y la co rona

Y que ostentando con amor ren dido

So poder, sa opalencia , y sa rei pado,

Se lo ofrece a mi amor en sacrifi. cior

Verás á to Heloísa despreciando De tanto bien al aparente brillo , Posponer al amor de sa Abelardo ,

La grandeza , el honor , y el reino mismo

Tú Abelardo , lo sabes ; de mi · pecho Solo tienes el trono y el dominio Solo tu corazon es mi riqaeza,

La grandeza y los bienes á que as piro .

Los títulos qae inventa la fortada Con sola risa y menosprecio miro, Jactándome de ser ta enamorada .

Si hay un nombre mas tierno si mas digoo

- 151 -

Que esprese mi pasion con mayor fuerza .

Ese será , Abelardo , el nombremio .

i Que dulce es el amor ! ; Que lisan gero El ver corresponder op fiel cariño! ¿ Quien mas feliz que dos finos amantes

Que eu apa mutaa llama consQ midos,

Un mismo pensamiento los apima? En ardientes deseos copfuodidos, Sola opa voluntad sos pasos guía Por los senderos del amor benigoo ; La risa y el placer los acompañav,

Siempre gozan y siempre el apetito Naevo placer les maestra y poeva gloria ; Jamás so corazon se ve vacio

De la Dulce ilusion de lo que ado ran .

Ella preside á sa placer continuo, Y con seguridades mil ofrece De males y disgustos el olvido. i Dichoso aquel que ama , y mas di- choso

- 152

-

Aqaelque ve su amor correspondido!

i Dichoso á quien amor nanca aban dona ! Qae á solo amores dado y concedido El bien de hacer felices á los home bres. Saqrifiqaemos al Amor propicio ,

Si buscamos el bien , que el amor · solo

De la felicidad es el camino. . Así pensaba yo , cuando enojada Y envidioso del bien en qae nos vi mos

, riaa Uoa mano crael y temeana rari Profavó ... Pero basta : Que delito !

De un golpe vos quitaron los placeres. lodique ini rabor lo que no digo . Dichoso si el destino que nos rige Dejara alguna vez de perseguiroos; Pero aad atras desgracias nos aguar dan ,

De un abismo corremos a otro abia mo.

Acuérdate, Abelardo, de aquel dia, Que ante las sacras aras ofrecidos, Renanciaodo del mondo y de su poopa ,

1530

Victimas del amor eotrambos fuimos: Tú mismo con dudosa y débil mano Fuiste del acto el fúpebre misterio:

Tú me pasiste el velo consagrado :", Mis tristes ojos de pena rendidos,

Bañaron con sas lágrimas (en pano ) El hábito sagrado y los cilicios ; , Y el corazou de amor po satisfecho En otro unero amor quedó cautivo . El Cielo mismo oyó , no sin espanto, Los volos qae ano a otro dirigimos:

Las bóvedas del Templo resoparon: El Sol obscureció su hermoso brillo : Y la luz que alumbraba á los Alta - , res

Lació con un color triste y sombrío .

Veo , pues, lumbrera de mis tristes ojos ;

Veu Abelardo , ven , el hado impío No me prive tambien de ta pre sencia , ..

Que este es el bien postrero que te pido .

i

Veo , y renovarémos los placeres

De solos los amantes conocidos.

*

De ngestro amor cautivas questras almas

- 154 Volverán á sus dulces estravios. Yo me abraso de amor el vivo fuego Otra vez predomioa en mis sentidos. Déjame recostar en tu regazo

Jaotar tas dolces labios á los mios :

Y noidos con estrecho y tierno fazo, Qué momentos ! Te acuerdas Abe Respirar an amor y faego mismo. : · Jardo ?

Qaé encantos! que placeres ! que de liqoios ! O Abelardo ! ó placer ! ó qaé tora · mento !

-

| Placer para Heloisa ya perdido ! Tiempo pasado ya, recuerdos tristes, Que aumentar el dolor de mi mar . tirio !

Pero ;que dices, desgraciadaMonja? No , Abelardo , no escuches mis de lirios ,

Otros placeres hay , otros contentos, Maestrame tú la senda y el camino.

Ven, sí , pero no vengas á qaerer. me :

Veo á eóseñarme como buen amigo

A postrarne á los pies de los Altares ,

- 155

A dirigir mis llantos y gemidos, Bajo la soave ley de ta obediencia , Al Cielo de mis colpas ofendido. .

Veo , y piensa á lo menos que las Monjas

Que habitan este lóbrego reciato , Uo Director piadoso necesitan , Qae arregle sas diarios egercicios. Ellas recogerán desde tas labios

La voz sagrada de sa Esposo amigo,

Y bajando con dócil obediencia A ta suave yoz el cuello ergoido,

Se haráo mas llevaderos con tu ejem plo

La soledad y horror en que vivi mos . Tú fundaste estos moros, tú volvis te

La soledad de inhabitables riscos Eo prados deliciosos ; tú dictaste

La ley sagrada y dolce en que vivi mos. Las Vírgenes humildes que la sigaen, Sus deseos al cielo sometidos , Uo director piadoso necesitan

Que arregle sus diarios egercicios. .

- 156

Maevante , paes, sus lagrimas siquie ra ,

Que yo en nombre de todas te lo pído. Mas, ah ! que caridad tan engañosa ! ¡ Qué ingenioso es el hombre en sa

perjaicio !

Yo soy sola , Abelardo , quien te llama ;

Ven, paes , de los amantes el mas fi 00 ,

De todos los esposos el mas tierno; Mi padre, mi querer , mi bied , mi · amigo ; Ta apasionada Heloisa no , no paede

Ni ano segair la virtud sivo contigo . Los árboles frondosos que rodeau Los maros de este fúnebre edificio ; Cuyas cimas se pierden en los Cielos,

Ei lúgubre ciprés , el pino erguido, Eldolce murmorar entre las flores Del arroyoelo mapso y cristalino, La diligente abeja que recoge El sasarrar del céfiro apacible

Caaudo templa el ardor del seco estío , La.grata variedad , la hermosa vista

- 157

De estos bosques amenos y floridos, Nada templa mi ardor, ui mi tor mento ,

Porque el fapesto y triste dolor mio Corrompe cou su lóbrega ipflaencia La grata ameoidad de este sitio . Agóstase la fresca y verde yerba Al soplo abrasador de mis suspiros, Y la pálida flor se troncha y cae Agobiando su vástago marchito . El cefiro no es blaudo ui apacible ,

Y en vez de dulces y acordados trinos ,

Cáuticos solo de tristeza y llanto Eptonan los piotados pajarillos, Tal es este lugar doude cautiva,

Triste y ausente de mi amante vipo, Solo soy inocente y virtuosa

Cuando la ausencia de mi amante ol vido .

Y al contemplar demivirtad la cau sa ,

Cieudigoveces me arrepiento y la mal , ¿ Yofresojetar mi amor ? ¿yo pouer vo

- 158

A la encendida llaina que respiro ? ¿ Y podrá hacer esfuerzo tap ter rible

Uo corazon tau débil como el mio ? Ah ! que antes que el pacífico re poso Vaelva en mi corazon á hallar asilo . i Que púinero de angustias que me esperad ,

Esperanzas , temores y desvios ! Yo podré amar, sentir , arrepentir me ,

Querer , y no querer à un tiempo misino,

¿ Y que no podré hacer ? Lo podré todo ,

Menos aborrecer lo que he querido. O funesto accidente ! ¡ó duro yogo Qae tarbas la quietud de mi retiro! Quién eres , Heloisa ! ¿ No conoces

El deber que te impone tu destino ? Entre an Dios y qu amante colo cada ,

¿Ha de ser el amante preferido ? Oye., pues , ó grap Dios ! wis ora-, ciones ;

- 159 Libreme ta poder de ao enemigo A quieo mi pecho resistir po puede .

Y coapdo invoco ta poder invicto, Mas qae el esceso de mi ardiente pecho

Temo el efecto , ó Dios ! de tas au silios. O ainables y sencillas compañeras,

Que la santa virtud uoio coumigo,

loocentes y cáudidas palomas, Que en el claustro esparcís vaestros gemidos,

Eu vuestro pecho solo, ep vaestro. pecho

La robast a virtad trianfa del vicio , Y vuestra vida austera y peniteute Destierra el fuego del amor iascivo , Solo le coucedeis el amor casto De vaestro corazou paro y sencillo .

O como sois felices ! jusensibles Al ſnego impuro del amor indigoo , Serenos dias y tranquilas noches -

Pasais en sosegados egercicios, Y no perturba vuestra qnięta calma De la pasion el imperioso grito ..

¡ O sosegada y apacibie vida;

- 160

Con cuantas veras y dolor la eori . dio ! Al despertar de la rosada anrora, a Mi corazon se abrasa en fuego vivo

Traspode el claro sol los altos mon • tes.

Con esto ,

Y uo calma el rigor de mimartirio , Y el tranquilo silencio de la noche

Aviva mas y mas sa ardor maligno .

Cuando me ocupa el sosegado sueño Me daermó en el regazo de Capido El con hermosas y ligeras alas, Acaricia mi pecho adorinecido;

Elme recuerda las pasadas noches ¡Memoria de mis gustos ya perdi dos !

Preséntaseme en sueños Abelardo, Oigo su voz, le veo y me imagico , Volver á recibir el placer tierno

Que el lisongero amor lleva consigo .

El pecho en vaevas llamasabrasado, Repaeva mil tervezas y cariños , Le abraso , y en mis venas agitadas

La agradable ilusion hace sa oficio .

Mas , ah ! que cuando mas me li sougea

.

- 161

Este gusto engañoso , este delirio, D - spierto y corre la razon el velo A miplacer soñado y fugitivo . Iwould ¡ Dichoso tu , Abelardo , en el estado A que sio razou te ha reducido!

Tu savgre semejante á la agaa clara Que llera su mauso y sosegado rio

Sio fuego oi aun calor corre en tus venas ,

Y con el puevo yelo endarecido , No tiene ya coino antes en tu pecho

El amor su region , trono y domi. bio ,

Ven , pues, caro Abelardo. ¿ Por que temes,

Si ya eo tí el Dios de amor no en cuentra abrigo ? i Podrá hacer revivir tu amor an

tiguo ? Mi corazon sensible ya conoce Que no puede en el tayo hallar

asilo:

Y como la fonesta y triste avtor cha,

Que alumbra en vano los sepulcros frios,

11

II

- 162

Sin calentar las pálidas cenizas; Asi la llama ardiente que respiro Se alimenta en 'mi solo y triste pecho De amor que no ha de ser corres poodido.

Heloisa te adora, y tu bo poedes Compensar con el tayo sa cariño. ¿ Y piensas que por ese he de olvi. darte ?

No, Abelardo , no puedo , los cili cio s

Las daras leyes que detesto ep vauo , La dura austeridad y sa retiro

No te paeden borrar de mimemoria . Mi corazon eu llauto somergido;

Llorando implora á Dios, y su cle mencia . La augasta magestad del triste sitio ,

La presencia de un Dios , las som bras frias

De cadáveres yertos y podridos , No puedeu distraer mi fantasía ; Solo tu imágea veo, solo miro

La ilasiou agradable de Abelardo. Coaudo se entonan los sagrados hinnos

- 163 - •

Ante el augasto Altar del Dios Sa . premo,

Solo to voz resgena en mis oidos;

Tomo en mi mano el tremulo ius ceosario, . .

Qae eleva el hamo denso bacia el Empireo,

Y entre la espesa nabe que se forma Que estas alli, Abelardo , me imam ! * * gino:

.

Tiendo eo vavo los brazos, po te encuentro,

Y mi deseo y turbacion maldigo: El templo y sus sagradas ceremo pias, La pompa de los dias mas festivos

Nada puede fijar mis atenciones. Póstránse los espirítas divinos . .

Ante el Altar de Dios , cuando se ofrece

Su augasto y adorable sacrificio : " Eu iaédio de los cánticos sagrados, Cuando solo se escuchao los sus piros

· De aigooa alma éoptrita y humi. llada,

- 164 Y de santo tenor sobrecogido, El Sacerdote ofrece el holocausto; Mi corazon cobarde y , femeotido . Solo á Abelardo ipvoca, bada, puede Apagar este ardor oi resistirlo

,

Pero zado de mer arrastra milo cura ?

Desgraciada de milique es lo que - digo ?

bin

ton praise thelast

Haye de aqui, crael; huye: Abe ;6 tii . ' lardo, Que ya se acerca el plazo preve Dido . Po

is

een beter?

El alieato me falta... el tierno pecho Conoce ya su próximo esterminio , Déjame estos instantes á lo menos

Aléjate á pais desconocido ; .' . Habitemos los límites opuestos

En que el gran mando se halla di vidido:

Divida nuestro amor el mar in menso,

Si basta el mar inmenso á divi dirlo.

- Cuando mi alma a Dios ya conver tida

.

- 165 _

Se arranque con el último sospiro, Temo encontrar tas pasos señala . dosy ,the , " . .

Qué tarbando mi paz y mis desig pios si fr . : * . . Me recuerdas las cosas ya pasadas, Y rendevaa mi amor mal estin guido,

A Dios placeres mios, á Dios gastos, Tap gratos otro tiernpo , tao que. un ridos: - s 999 Pilotos

A Dios errores que mitierno pecho Pintó tan dalce et amor lascivo: 1, ;; Acaben ya el placer y las delicias: Apáguese de amor, el fuego activo:

Y sa fudesta y encendida llama, No se alimente ya en mi pecho frío. Mi corazon a Dios se vaelva al cabo,

Paes de todo al dejarte me des pido. Pero que trişte yoz que me ioti mida Y torba el corazon despavorido? Será.... si , ya es la hora de mi muerte,in

s

an;

'

,

Ya se me acerca el término pres crito .

- 166 Una poche velaba arrodillada . , Sobre la losa de un sepolcro frio , La moribunda luz ardia á paasas Cop up esplendor pálido y sombrío Y a pedas cousamida ya la mecha, Dió al á pagarse el último estallido ; Caaodo de una veciva se paltara , Llegó esta triste voz á mis oidos:

» Deteute , cara hermana, no te tar • bes :

h e

does

» Yo fuí lo que eres tú hoy; odestro ' destino ? ; " hein Quie unió puestros deseos en la vida, .

.

; .

i .

« Tambien despaes de mgertas quie re coirnos. « Yo vivi como tú , mi débil pecho, De oda pasión violenta poseido, joSe abraso con inciertas esperanzas,

Qae echó por tierra mi eruel desa tipo.

»En la profandidad de estos sepol. i

crosjedali

re saru

» En silencio jamas interrompido * »Se anonada el amor, la dara saer te

a

- 167

»Samergen largo y duradero olvido „Sus gustos y placeres eoganosos. « El siempre vencedor nuuca ven cido, « El orgulloso amor ceda a la mgerte A so guadaña pálida rendido .

Maere pues, mas no temas á la No temas al que llaman vevgativo - muerte :

>Que es ao Dios de piedad, á quieo le maeveo » Las lágrimas de ao pecho arrepen tido." O Dios, si esto es asi, si sois tan bueno, Si mis pasadas calpas y delitos Se borran con el llanto , de mi waerte

Venga loego el momento apetecido. O gracia luminosa ! don del Cielo ; Virtad que nos prometes biebes fijos. No sojetos á tiempos ni mudanza ,

Acaba de ana vez , córtese el hilo A mis cansados dias , y mi alma Traslada a las moradas del Empi reo .

- 168 –

* Yo me muero , Abelardo ven , no tardes ,

Ven á cerrar mis ojos oprimidos Con el pesado saeño de la muerte :

Ven , y recoge el último sospiro Con el postrer aliepto de mi vida. Y ta , cuando el destino mas tardío

Popga fin à la tuya, cuando el tiem po

Marchite los preciosos atractivos, Que tauta pena y lágrimas me cueg * tan ,

Haz que se junte en on sepulcro " mismo

Ta ya helada ceniza con la mia , El mismo amor sobre sa mármol 5 friosがあります



Grabará por sa mago el epitafio , Que por si algan curioso peregrino, Sellega masde cerca a contemplarló Dirá : AQUI YACEN LOS AMANTES FINOS:

AMOR CAUSÓ SU MAL Y SU DESGRACIA . GUARDATE , CAMINANTE , DE SEGUIRLOS, CAS Travel esik Bohsana i

-

il coborare printem

EPISTOLA DE

HELOISA , ES TRADUCCION DE LA Que ESCRIBIO I

EN INGLES ALEJANDRO POPE .

0000OCOCOCOCOOCOOCOO0000 -

HELOISA

:

ABELARDO .

Sin Singapore

Shops

En esta soledad , bajo este techo, Dopde la paz con la

bita ,

inocencia ha

*0119 ear Solid

30

¿ Quien de mi me arrebata , y tau deshecho , Tamalto de pasiones hoy (escíta?

¿ Quien ya olvidados en mi triste pe - cho , giá

thì HẢI 6

,

Insólitos ardores resucita ? Amor es , y mis ojos han debido

Sa veneno , en ap pliego introdaci do.

- 172

Amo; el alma se abrasa: estos ren gloves

Do inprimo sin cesar, labio amoro 90 ,

Renovando pasadas ilasiones , Tú los trazaste , si, tú , dulce esposo

Nombre amado y fatal !... queda en prisiones

Sellado con silencio religioso , Y el alma de Heloisa desgraciada Tenga de Dios la imágen adorada. O mapo ! no lo escribas; mas ya el pliego , Manchado , ta apellido ostenta ofa poc noi stes bien lesbelea ctra za -Abelardo !... i corred lágrimas luego , Eamendad los errores de mimano . Al llanto 'amargo , ab humildoso rne go odson si Reeurres; triste Heloisa , o mas en vano ; na obabilo sy iDOS Que aunque la pluma resistir pare ce

s tion9" 8310bra sotteet

Deh corazou preceptos obedece."

- Recinto ambroso , donde Febo euvia

--?73 Tintos de obscuridad sas resplando res ; Celdas, donde piadosa tiravía Volontarios egerce, są rigores ; Coros , de doude angélica armonia Al cielo asciende eu místicos loores; Santos , que imita el arte eo mármol frio ,

Y os pudo enteruecer el llanto mio. loutil es gemir : cilicio daro Mi débil cuerpo en vano mortifica:

Desubedieuie el alma, el fuego iin puro , Livianas oblaciones sacrifica . Amado esposo , el olyidarte jaro ; Mas mi pasion tal juramento implica , Y el corazon rebeldemente sábio ,

Voces desmiente que pronuncia el labio .

Abrí el papel , y con precipitado - Ardor devorar quiso el coutenido Mi vista ; mas ta uombre , en él tra a zado , as Ordepó detenciones al sentido.. Nombre amado y fatal! uombre ado . rado !

- 174 =

¡ Dalce nombre que siempreha pro ferido

El labio con suspiros, que los ojos Siempre riegan con flébiles despo. jos! Gratamente tirados tas rengloves

Males duplicap á los males mios; Referidas antiguas aflicciones . Al alma causao nuevos desvaríos ; Mi amante , ya de un claustro en las prisiones ,

De edad brillante sepultó los brios ;

De ardores nobles estinguió la lla ma ;

Ya en el mario el amor, murió la fama. Pero escribe a Heloisa doloriday Tas pesares añade á mi qaebranto : Llórelos todos yo ; mi infeliz vida

Alineote el dolor, anime el llanto , Seame esta deinanda concedida, Alivio corto á sentimiento tanto , Para gae et eco eo tristes inelodías

A tus quejas responda cou las mias. Sin dada qae del cielo la clemen . cia ,

- 175 De las letras el uso á los mortales Eoseñar quiso , para que en la aq seocia

Alivio babiese á pecas sio igaales. Con la plama eo la mano , la vehe mencia

Mitiga al triste amante de sus ma les : En el pliego elocueote habla , sas. pira ,

Y voces piota que el amor jospira . La modesta doucella sas ardores

Alleal mensagero comunica : Escosa el rostro púdicos robores, Y libremeote su pasiou esplica. Depositario tiel de sus amores

El rambo sigae que la pluma io dica , Y transitando coanto alumbra Apolo Suspiros lleva desde polo á polo .

Ya sabes , Abelardo , que inocente Admití disfrazada tu terneza , De amistad bajo el nombre : fácil mepte

T : mérito venció mi fortaleza.

Deidad te creyó el almaó refugeote

:

- 176

Emapacion de celestial belleza : Tus ojos, a pesar del sol hermosos, Halagos centellabau luminosos. Cuando hallabas sublimes tas lec · ciones

Complacido escachaba el cielo sabio ; Angelicas verdades é instrucciones Ilustradas saliao de tu labio: Presto me persuadierou tas razones, Que al cielo cou amar no se hace

agravio ; . Te adoraba coal Dios , te amé como hombre :

Fué el calto el mismo, diferente el nombre.

Ya de aipasion ciega condocida Hollé de ainor la senda peligiosa De deleyte , por ti ya persaadida, Bebi la dalce copa poozonosa. De santo's no envidié la inmortal vi I da,

No apetecí felicidad gloriosa : Inferior la jazgaé á la dicha mia , Tal era la pasion que yo septia .

Rehusando la oferta de ta mano , Quise amaute adorarle , mas po esposo ,

- 177

Qae amor de corazones soberano, Lazos haye que amar hacen for zoso.

Ta celo supe resistir, que eu vano Fué para mi satil y poderoso ; Cual si mi corazon de venidera

Calamidad estragos apteviera. Terrible Amor , á qnieu su altar profana Estos fuegos inspira, estos furores,

A tormentando con pasion tirana

Al que mas que el amor busca en amores,

Eo vínculo on pcial la novia afana Halle riqueza, fama, altos honores, Pero si Amor so corazou no ioflama;

¿ Que coinpoue el honor, riqueza y fama ?

Y si á mis pies elCésar presentara Su corona trianfante y sa tesoro, ¿ Admitiria mi fineza rara

Pomposa esclavitud en lazos de oro? No : corona y tesoro despreciara Solo por ser amante del que adoro Y si un nombre mas libre y tierno

hubiera, 12

- 178 . Yo mchoprara con el, yo le taviera.

La volantad entonces, libre ager te,

Dos pechos uae cop igual firmeza: Y toda el alma admite solamente Por culto Amor, por ley naturaleza, No encarga al labio sa sentir la med te ,

Aşi lo dicta amapte satileza, Que algava vez del acto concebido Prevevido el deseo , ya es complido , : 0 mil veces y mil feliz estado,

Si eo lo humano felice ser podiera ! Asi contigo anida, dueño aviado, Floreció mi laciente primavera.

¡Mas que poco duro , volable hada ! O espectáculo horrendo! pena fiera! La saugre de Abelardocorre, ó cielo ! Mas ¿como en su defensa yo no vuelo ?

Deten , mopstrao deten la aleve * mano :

¿ Que crímen dio motivo á tal deso pecho ? Si amor fué, hiere aqui monstrao inhumavo :

- 179

Sola calpable soy; hiere mipecho. ¡ Vado es mi raego ! ¡ni lamento vano !

; Tio cruel, ya quedas satisfecho ! 'Ya... aqui el pador iinpide que pro siga.

Mi llanto , mi robor lo demas diga . No menos, triste fué para míel dia Eu qae , víctima iufausta ea ta celo Jóven y amaote , al muodo , á la alegria

Revuuciaudo , abracé el sagrado velo .

Dadó del sacrificio que ofrecia, Y mis votos atóoitos oyó el cielo : Gimieron los sepulcros, y en sus frios

Huecos sonaron los acentos mios.

Cuando de un Dios airado en dem sagravio ,

.

Del sautaario al pie tristes despojos Ofrecí , solo á Amor invocó el labio Y no en la croz, éu ti fijé mis ojos. Mas pues eres de hielo , al cielo 'sabio

Mi afecto no podrá causar enojos.

Ven: cou tas gracias y miradas calına

La pena y el dolor que siente el alina .

- 180

Veo; ta amaote , tu esposa es quien te llama ;

Sobre ta boca que sa boca imprima, Y el licor beba de los ojos que ama Mi amante corazoo al tuyo oprima, Ardor aumente á tu inpotepte llama

El volcap con que Amor mi pecho anima:

Elme dira , si vienes , dulce dueño , Su cáliz de placer, eu grato sueño . Mas po ! . . . Felicidad distinta ex seña :

Exhortame á salir de mis errores.

Dicta del muvdo olvidos, y diseña Olimpicas verdades superiores , , Egerza ta retorica halagueña Para ioteuto mayor faerzas mayores Traslada el alma a la celeste esfera

Y haz , ó Abelardo ! que a mi Dios a

prefiera.

Agai faé condacido ta rebaño

Por ti, y al mondo falso vive oculto . De sus traiciones ya con desevgaño Cáodido al cielo ofrece sacro colto .

Aqui la soledad dejó lo estraño:

Hiciste paraiso el germo inculto; ,

- 181

Y de sapta piedad dando egemplares, Al Hacedor tu celo erigió altares. No aqui primores atraerau los ojos De marmol y oro y del cristal mas claro ,

Con cuyo don el moribundo avaro Del cielo aplacar gaiso los epojos . No hábil mano palio bruñido raro.

Delhuérfavo iofeliz con los despojos: Pues es de la techambre y pavi • mento

La humilde sencillez el ornamento. En estos claustros y mansion sombría , Doude opacos apévas los cristales Pepetra el resplandor del claro dia,

Cuando mi bieo pisaba los umbrales Sas ojos iospiraban alegría: Rayos aqui brillabau celestiales;

Mas ya que ausente está ta laz se · repa,

Todo apgocia terror y amarga peva. Rompe, Abelardo , auseucia tan tirana,

Que este inocente y súbdito rebaño

De tu luz juecesita soberana .

?

- 182

O falsa caridad ! ó amante engaño!

Cou nombre de piedad pasiop insana Encubro y solicito aasilio estraño. Es una onestra voz , el fin distante; A su padre ellas llaman ; yo a mi · amante .

i

n

Ven pnes , amante , padre , -her mano amigo:

'

Templa el ardor de mi pasion tirapa; Halle en ti protección y dolce abrigo Tu hija , esposa y amiga y dolce bermana . Cuanto mas me elevó el Amor con tigo, Alas me postra sin tí : fuerte inha - inapa !

Ayer la envidia fuí de mis rivales, Hoy lástima y piedad causau misina les.

• Los prados que florecen olorosos, Y arroyoelos que argentau crista •

lipos;

' '

.

Mas plácidas florestas , y frondosos Del cielo babitadores altos pinos Los susurros delarra, ya armoniosos

De amante filomela dulces trinos;

- 183 Ya no mas, cual solian halagaeños, A inimeditacion tribatan sueños, - Pero eu caverna lóbrega que Apo

Iguora , del dolor la diosa habita: Huye de allí Favovio , airado Eolo Despoja al arbol y la flór marchita

Filomela eomodece, porque solo El eco sopes fuvebre repita; Y espumoso torrente infaude tanto

Horror como del bosque el rudo es paulo . .

Aqui, infelice, aqui (pues inja rioso ; Precepto, fué, y ,mi anbelo obede certe ) ,

si

Vivo esperavdo que de yogo odioso Compasiva la parca me liberle .

Mas i que espero, si aqui será for, zoso

Que aon despues permanezca de la monerte,

Y que on sepalero mi ceniza in claya,

Hasta qae paeda anirse con la taya

Todo el mundo feliz me considera ?

- 184 De Dios esposa , prometilo en vano: loteriormente solo un hombre impera , Y esclaya veogo á ser de Amor livia 00 .

Esta de castidad mansion austera

Yo con mi faego ilícito profano :

Lágrimas vierto , al cielo doy gemi dos ; Mas sacrilegos son y fementidos. Mi culpa no, miamante solo lloro. En vano á penitencia el alma escito: Triste de 'mi! si ! al delincuente · adoro ,

.

¿ Como aborrecer paedo sa delito ?

A impulsos delplacer cede el decoro; Coijarde la razoo huye á sa' grito: Si al cielo miro, invoco su clemeucia Si pienso en ti , detesto mi igocencia. • ¿Como al crímeo hallar puedo es. cepciones ,

Mientras conserve adultero el sentido? ¿ Como ver en satiles ioveociones De la culpa al culpado dividido ? De cuautas amarguras y aflicciones

Atnautes desdicbädos han sofrido ; )

De cuantas iuventó la pevitencia,

185

Olvidar es la mas dificil ciencia . " ? Aotes que á ao corazon tan en cendido

De amor, tan traspasado y tau fario 80

Como el de ta Eloisa, concedido Le pueda ser su plácido reposo ; ¿ Cuantas veces ( ya fiel, ya arrepen tido .

. "

Ya constante , ya altivo y desdeñoso ) Esperar deberá , temer , amarte , Aborrecerte... ? sí, mas no olvidarte.

Del poder de naturadalce y blap - do ,

Y de las asechabzas del abismo, Evseñame a triuofar , repopciaodox A mi vida , á mi amor , á mig á ti la -mismo. v ersatib 27 .) ; Tu colpable conqaista abaodovaudo

Cop-religioso celebre heroismo,

.

A Dios cede , Abelardo , el alma mia ,

Pues sacedérte Dios solo podia . " Dichosa la vestal que, sio pasiones Al mundo olvida y de él vive olvi dada. si, y e , is on

- 186 Con frecuentes ayouos y oraciones ,

Su fervoroso ardor al cielo agrada. Coaudo reposa angélicas risiones : Concede el sueño al alma erbeleza da ;

Y en alas de la fe , con raado voelo Giraudo , asciende á la region del - cielo. . La pura virgen al celeste esposo Tierua recibe con amantes brazos , Y en éxtasis divino y amoroso i

Le besà , repitiendo los abrazos. ; El concurso de esferas armonioso Cauta la dicha de tan dulcés lazos , Y eo aluós paros gozos embebiday Sa sueño es muerte y su muerte vi * * da..

i Qae diferencia cielos! Cuando el dia

con

A sombras cede y de tinieblas,bure,

Deleytes que a mi amor veuganza impia

Arrebató , la poche restitaye. .. Tú solo reynas en el alma mia ;

Duerme el temor , nataraleza argaye Lascivas farias en el pecho habitan

- 187

Que a amor provocan y sa infierno incitan. ... Ciegos horrores de la noche obs cora ,

Horrores gratos á mi amor lascivo : La culpa ; ó cuan satil , ó cuan im pura

Del delegte acrecienta el incentivo ! Oggo y te veo ; aspiro á mas ven tura : Abrazar quiero el hamo fugitivo. Despierto : no mas oygo , do mas veo : .

Desvanecerte , y barlas mi deseo. Llamote , y á mi voz no das oido , En atomos disuelto voladores, . Los ojos cierro , naevos saeños pido:

Dalce ilusion ! Volved , blavdos er ·

rores ;

Pero , af de mi! Do toas. Al eco he **. rido

Repetir oygo lúgubres clamores. -Ultima vez fiogido te apareces; Mas, ay ! caan diferente de otras veces ?

Llorasto colpas al arrepentimiento

- 188 El corazon exhortas que te ama :

Luego asciendes al alto firmamento Y tierna desde alli tu voz me llam a. Voy, mas la tempestad frustra miin 2017 tento. Tem

Nubes median, furioso el viento bra. ma ;

Cou fremitos el ponto se denueda :

Despierto ; vaela el sueño , el dolor queda , Cop piedad aparente el hado im pio Neutral te deja entre el placer y pe pas. 12 Late uniforme el pulso : es hielo frio La que fae ardieute púrpara en tus vedas. 807950 oissia do 20 Tranquilo vives , y tu antiguo brio Trocaste en calmas plácidas serenas,

Caales gozaba el liquido elemento

Antes que es silvos resonara el vied to . Onda Ferdogno

Ven , tu esposa , Abelardo , te 000 vida : u

n

Qae temor te detiene ? que recelo ?

No incendia Amor objetos ya sin vida

- 189 Ni de Veous la antorcha arde en el hielo .

Muerto vives , ay triste! en ti opri mida

y Patial

Naturaleza gime.... el alto cielo Criminal mi pastou airado llama..... Marmol eres ; er pero Eloisa te ama .

¡Qoe espectáculo , cielos ! ¿que ar dimientos

Otra vez de mi pecho escluye pa | ces ? Déjame ya , tirado pensamiento , No humanas sombras ivhumano tra zes. le

iselt

Hayo de ellas al templo , al moyu Dieuto ,

alli de mi pecho son secaa Y hasta ces :

Si al cielo invaco con piadoso celo ,

Ta imagen interpuesta eclipsa el .. cielo .

Al sapremo Hacedor , cuaudo fu mante

Sacrificio aromático se ofrece , . Cuando en bimpos canoros elegante Copcento magestades evgraodece ;

.

. - 1902

Un solo pensamiento hacia miaman te

La magoífica pompa desvanece. Altar ġ templo de mi vista esclaye, Y su adorada imagen sustitage.

· No vengas, do , de lágrimas ba fado , (Caando ahi arrodillada beso el sac lo ,

Y por mis oraciones aplacado , Vibra el olimpo rayos de consaelo ) Si de belleza y de atractivo armado,

Poderoso rival , y oponte al cielo Y Amor favoreciendo ta osadía , Al Hacedor dispata el alma mia.

Veo . y con una voz , ana mirada Divinas borra antiguas impresiones, Mi llanto ipatiliza , mi hamillada Penitencia , snspiros y oraciones : Preveu mi aceaso á la feliz morada

Sacrilegas provoca coutenciones: Y a tu Eloisa fa nesto y á ti mismo,

Arranca al sacro Dios , triunfe el abismo.

Mas ¿ porqae , pasion loca , asíme privas ?

- 191 No, Abelardo, huye esquivo de ta arnaote :

No en mi pienses, po veogas , po me escribas :

Mapdos oponga entre los dos To gante :

Tu Amor olvido y tas promesas vie vas : you

'

Da á mi memoria olvido semejante : Qae ta arrepentimiepto al cielo asom to bre : Repúnciame; aborrece hastami pom bre.

A Dios, hermoso origen de mi pe **

na :

A Diós , hermosa forma encantadora. Gracia inefable dop , virtud aineva; Esperanza , mi aliento corrobora ; . Dalce consoladora . Fe serena , De la inmortalidad fiel precursora :

Veoid , bijas del cielo, en vaestros brazos

Felices concededme eternos lazos.

Si postrada en mi celda me la mento ,

El eco cuerpo da á mi fantasía .

- 192 _

.

Observo en el recino monumento

De débil laz la claridad sombría; Caaudo lúgabre voz con mustio acento

Palabras semejantes me decia : Llega , hermana ; la paz que el inundo niega

;

El cielo te concede: hermana llega . Cual tu de insano amor victima · he sido ; Mas pura ostento ya virginea calma.

Cual tú he llorado, si , cual tii ge mido ;

Mas ya disfruto aqui serena calma. Al llanto, à la tristeza he dado ol vido ;

o

Felicidad eterna goza el alma.

En contento el temor sus ansias vuel ve , .

.

Y humanos yerros amoroso absuelve. - Voy ya donde tu acento me con vida :

En tos brazos benévolas meentrego: Verde laurel, corona florecida , Celestes palmas preparadme laego .

Voy donde, de su colpa arrepentida El álma pecadora halla sosiego .

- 193

Tü , qaerido Abelardo , mi rombo gaia ,'

Yăla empirea region traza la via . . Veu , y verás tu esposa', que aon conserva Brillos de amor en hórrido semblao te .

Tristės mis ojos lávgaidos observa,

Trémolo el labio , el pecho palpi * tante ; * *** Y caando en trance de agonía acer ba , . . . ? El fatal llegae decisivo iostante , Bebe el postrer suspiro , usorpa al Cielo

Mi alma, arrebatándola en su vuelo . Mas no , la insignia angélica á mi * vista 33,2. . .

De on Dios amante víctima presenta :

Ta caerpo lipo cándido se vista ; : Sacra sacerdotal túnica ostenta ; Segunda vez demi alma la conqaista Con distinto piadoso fin iptepta :

Devíocalosmundanos me desprende, Y á an tiempo enseña y á morir aprende. ' 13

- 194

A la rosa que el múrice matiza Ya habrá el pálido pardo sucedido :

Ya Eloisa será friz ceniza, Y tú , Abelardo , ya og mas que rido .

Frábizgila , beldad que el mundo divi ¡Qué presto ves ta imperio fene cido !

; O muerte ! sola tú pruebas cada vano

Es todo amor rendido á objeto ha malo .

Despues, cuando la parca ioexo . rable

Ta hermoso ser destraya , y sa be lleza

Robé á tu amable rostro , causa ala ble

De todos mis deleites y flaqueza ; Qae á mi súplica el cielo favorable, De las últimas áosias la dureza

Coumute en suavidades , y risueño. Extasis te traslade de eterno saeño, Que angélica luciente comitiva , y Ya blasovando puero señorío ,

- 195 .

Ta espírita couvoye , y te reciba El cielo con ainor igaal al mio.

Eu fiu , porque a la muertė sobre viva, Que a tas despojos mi cadaver frio Mauo piadosa uoa , y que tu gloria De mi amor etervice la memoria. Si dos amantes por la suerte en tauto

Al Paracleto fuesen conducidos , Sobre nuestro sepolcro con espanto

Sus ojos fijarás egternecidos. Será mútua bebida el mútuo llauto ; Y á viva com pasion dirán movidos:

Para ver en Amor fines funestos, Oh ! nunca amentos como amaron estos.

Caaodo se oygan en core resonante De Hosavas sacros místicos conceo tos,

La vista el mas devoto si ag ias tante

Fijare eo oaestro triste monumento ;

Al culto arrebatándose inconstante; Del cielo apartará su peusamiento , Y el llanto que vertiere condolido ,

- 196

Perdonado será, si no admitido . : ' Alguo poeta amante , si del hado , Uniese á mis desdichas la incle

meucia ; Siglos llorase de forzosa ausencia ;

Si, del dueño que adora separado ,

Si memorias de gastos sa pasados . Eterua alimentaseo sa dolencia , Diseñando infortunios y mudaözas Dé en saerte á

la puestra seme

jauzas. En fio ,

si existir llega on ipfelice Que tanto haya sufrido, amado taoto Naestra infaasta tragedia iomorta lice ,

.

.

Eligiéndola asanto de sa canto . Cantando llore , y amará felice

Mi alma el tributo de sa verso y llanto ,

Porque solo quien praebe otros iguales Podra decir nuestros pasados ma les. .

RESPUESTA DE

ABELARDO

A LA ANTERIOR EPÍSTOLA

de Heloisa .

COD0000Q0000000000000000

*

ABELARDO

,

HELOISA ,

Quien padiera pensar que en tan postos años

De penitente y retirada vida,

Taota oracion, ayunos, penitencias, Despues de tantas lágrimas vertidas, Cuando ya el capo yelo de los años

Va arrogando la tez de mis megillas El faego del amor no se extingaiera?

Yo tambien algun dia lo creia ; Mas, como me engañaba ! De esta calma ,

De esta serenidad para y tranquila , Que solo cabe ea an corazon casto, o limestone komunisasi

- 200 Caán distantes estamos, Heloisa !

Júzgalo por ti misma: aquesta carta Cou tanto ardor y tal pasion escrita,

Una expresioa tau tieroa y elo caepte ,

Amor llevó la plama al escribirla. Solo amor es capaz de tanto faego, Amor dictó las expresiones vivas Bastantes á avirar la llama oculta

Que en mi ya tibio pecho se es condia.

Nodohay remedio ; esta llama abrasa ra ,

Cuando en an débil corazon se abriga , to Si númeu superior do la combate , Si de nuestras miserias condolida La penitencia de un Dios no la des - truye :

45 kg

En vauo intenta el hombre resis tirla. b

o

Yo lo sé por mi mal, no habrá re curso ,

De cuantos la razon persaade y dicta ,

Que contra amor no llame en miso corro :

1, 97 %

to

. - 201 -

Cilicios, oraciones, disciplinas, ..! Nada basta su faego irresistible Es de naturaleza tao maligna ,

; ?

Que cuantos mas obstáculos le pon go ,

iti .

?

;

Mas cou la oposicion crece y se aviva. ; 0 , si padiera yo significarte : Cou que dolor me oprime y marti. · riza

La memoria fatal de aquellos tiem pos ,

De aquellas horas de mi mal perdi das ,

Eo que ao amor contento y satisfer cho A la felicidad pos,condacia ! ; Eogañoso cainino , sevda errada ,

Ameva en los priocipios y florida; Despues, cuando ya al Giu se va acer capdo ,

ii .

des .

Sembrada de malezas y de espipas ! Las flores que hermosean la ribera Mil gradaciones de color variao .

Alli una fresca y encarpada rosa Sas, olores sua vísimos respira: Mas allá an torpasol euamorado

A los rayos del sol sa faz ioclipa: . .

= 202 Uoa vaba azdcepa en otra parte Ostenta su bizarra lozanía .

Nada de esto es hermoso y agrada t s til, ble rou Esclama mi pasion enfarecida. . Mas bella 'es Heloisa , mas bermosa , Mas paro es el color de sus megi. . ' Hlas

i. .

. .

Que la derecha y cándida azucena. Elmismo sol que las inflaye y cria , Si cou sas bellos ojos se compara, Menos hermoso y mas obscaro brilla Uva calle formada de arrayanes Me lleva a qua distante caseria , Término regular de mi paseo, La simple risa y el placer la habi tan ;

Uoa agraciada timida aldeapa* * * Gobierba coidadosa la familia, with Los pegaeñuelos hijos la rodean, Uno con inocente y dulce risa Pide a su madre pan , otro la halaga, Otro sube a la tréwala rodilla

Del cariñoso padre , ella gozosa; Y en inocentes gastos sumergida, Reparte a todos con igaal carifio Sav maternales besos y caricias.

- - 203

10 , que escena tan triste ý tap fo . nesta ! .

Que terribles imágenes se escitan : En oda alma de amor toda ocopada!

0 amado objeto de dolor y enri dia!

Quien faera “ cual vosotros! Quien padiera

in

Estrechado en los brazos de Heloisa , Con el perpetuo ' é iodisoluble lazo, Multiplicar el ser que nos apima i

Que bien habrá que pueda compa. rarse

Con la posesion dulce y tranquila · De on objeto tap tierno y tap que

. •

rido !

• Coadto prodacen las remotas lodias

Por do solo momento de este estado

Caan despreciable y bajo me seria! ¡Coo coapto gasto facra ganadero! Con el calor por la floresta ombría ,

Caotando llevaria los ganados, O coapdo por la tarde el sol declina De la dura labranza fatigado, Los perezosos bueyes goiaria . Eo el umbral de puestra triste choza

Ya con la ceva preparada y limpia,

- 204 .Galpándome de tardo y negligente, Solicita Heloisa esperaria . El sencillo querer la paz hermosa , Las voluntades tiernamente unidas, El matao suspirar, el amor fino, Dierao gusto y sazon á las comidas, Y cuando la callada y triste poche

Cabre de obscuro lato las campi ñas ,

Eu el seno inocente de mi esposa La risa y el placer me cercarian . Pero , ó , vadas ideas! O , ilasiones! i0 esperanzas que no he de ver cumplidas!

Idos lejos de mí... ya se acabaron El placer , los contentos , las deli

. cias,

Los gastos que otro tiempo me 80 braban : Ya pada soy... con la veogaoza in digua Que tomaron de mi mis enemigos, Solo me aguarda el llanto y la ig nomivia . Con esto me levanto despechado, Sio aguardar la simple despedida · De la cortés y tímida Aldeapa,

- 205

Qae de mi tarbacion sobrecogida, ! Lo que es hamillacion y abatimieo . to ,

Atribaye á virtad con fe sencilla . Otras veces absorto en mis ideas,

Sio senda qae me guie y me dirija

.

Me subo a lо mаѕ аltо dе оnа рећа; De alli descubre la ambiciosa vista Una llanara inmensa en que á lo

lejos

Se ve no camino que a mi patria gaia .

! La memoria confosa y agitada Me recuerda mil imágenes antiguas Dormidas algan tiempo ; uo monte cillo Me oculta con lo ergaido de sa cima La morada feliz donde crecieron : Los inocentes años de Heloisa . ; Aqael es el parage, aquel el sitio ,

Aqael el blaudo lecho en que yacía, Coando la vez primera á mis ter puras

Rindió humillada sa esqaivez altiva .

Alli en vez de las útiles lecciones De upa sabia y veraz filosofía Con que jpstrui sa corazon hopesto &

- 506 Las tierpas y amorosas elegias,

;

Que amor dictaba al elocueate Ovi dio ,

Sa eagañoso maestro la exponia . .

Con que imagioacioo? ¿con cuanto fuego

Al leer los suspiros de Corina Sas ardieotes conceptos expresaba ? El amor y las gracias atractivas

Eo su risueña boca se seotaban ,

Y mieutras tanto oculta y siu sen tirla

La llama del amor mas abrasado En so iuoceote corazou ardia , ; 0 cuantas veces el rabor sencillo

Que asomó en sas megillas euceo didas,

Daba en su rostro iudicios manifies tos

Del afecto interior que prodacia ! ¡Coautas veces atóoita y torbada

Coo saspiros, la voz iuterrompida, Trémula y agitada, no acertaba Ni aup á explicar la idea concebida! Yo te easeñé el querer, yo fui el maestro

De la engañosa ý pérfida doctrina -

- 207

Qae corrompió tu candida inocen cia .

Yo em vez de la pureza y alegria ," Que en ta síocero pecho se alber gaba, .

.

Les

Sembré el error , la pena y la per fidiaE .

s te

i

Yo te condaje al claustro solitario, Doude uva volavtad uo persuadida , Hizo á Dios el tremeodo sacrificio Del resto miserable de sus dias.

Uu hábito fuoesto , ou triste relo Cubre el verdor, la gala y bizarria ?

Del cuerpo mas hermoso y agracia do. Los bellos ojos, caya laz solia Causar envidia á tantas bermosoras

Hoy en la tierra con dolor se fijao.. ¿ Que hará mi dulce bien en este iostante ?

Absorta en sa dolor y confundida,', Se habrá olvidado ya de 80 Abe - lardo? ,

No ; no es posible: su voluntad fioa

No es capaz de olvidar, mientras el alına " Uyida al caerpo permanezca y viva.

- 208

Y aun mas allá, cuando “ la dara muerte Naestro funesto ardor corte y di ai

it !

- vida , Sv. 0. 9

En lo interior de los sepaleros frios Arderán uuestras pálidas cenizas. · * No hay hora ni momento en que pesta idea

i ispit

i

dets

o m

No me atormente, y sia cesar me Istri

atlija ,

Ni objeto en que el amor so se me ofrezca. Bij een Bieden mi Voy al coro , y allí la fantasía Me representa el coro en que homi llada ,

Y eo to dolor absorta g'confundida, Cou lágrimas amargas y abundantes Lloras a Dios tus culpas y las mias. Salgo á recreacion y me paseo

,

Por la funesta y verde praderia , Y alli' amor disfrazado en bellas formas.

N

4511 to

Caal sierpe entre las flores escon dida,

En cada puevo paso que voy dando Naero placer 9 puevo ardor me inspira, **

.

- 2094 La verde yerba que corona el prado Las flores que le adorban y matizan, El arrayan á Véous consagrado; La vid silvestre al olmo entretegida

El acordado son que vau formando Las hojas con el viento sacudidas ,

El trivar de las aves , el murmullo

De la risaeña y clara fuentecilla , Todo inspira vo placer voluptuoso , Todo al placer parece que convida.

Corre un arroyo sosegado y manso ,

Que lleva su corriente dirigida Al solitario albergae , donde tiene Sa triste habitacion ini dalce amiga. Tú eres feliz , esclamo al contein plarlo ,

Tú bañas el convento donde habita La causadora de mis tristes males; Tú riegas las trepadas clavellinas Que ella cultiva con su mauo her mosa :

Tal vez en ta corriente cristalina,

Aldeclinar de la abrasadora tarde , Buscará la frescura apetecida . Tú sabrás sus secretos mas ocultos, Tal vez sentada en la froudosa orilla . 14

- 210

Sas ojos 'fijos en la seca areoa, En actitud copfasa y peosativa , Destilaráu copioso y triste llanto ;

Y tal vez sio peusarlo , confubdidas Se mezclarau en to corriente clara

Sas lágrimas amargas con las mia s. Coufaso en estas tristes reflexiones Se me pasan las horas sin seutirlas, Y á mas andar la noche va vinieudo.

El sol alumbra á los opuestos climas, Los astros que ilamioan eu su au

sencia , Con magestad parece que caminan,

Y no abaudonan sa iomutable asien to ;

La luna á nuestro globo mas vecina Del sol que la ilumina frente á freo te ,

Sa Inz refleja y triste nos envía . Entonces si que ao corazon débil Egerce la imperiosa tiraoía El duro amor de su orgulloso maodo ,

Y almas ligero impoiso - coumovida Con el quieto silencio de la noche , Cede la relajada y débil fibra .

Eutouces à so inal toda entregada La imaginacion criste y afligida ,

- 211

Separada del resto de los seres , Solo ve los objetos eo sí misma. Pr la noche suspira el triste amante, Arqnien la cama blanda y bieu mu llida

N , basta á conciliar el dulce speño Que de sos ojos hoye y se retira. Lus importuoos zelos le rodean ;

De su fioeza mal correspoodida La tri:te imágeo sio cesar le ioquiala

Y entre el dolor y el llanto repar tidas

Mil años, y aun mil siglos le pare cen

Las horas perezosas y tardias. Otro amante feliz al mismo tiempo

Maldice de la aarora la venida , Porqae á su amor contento y satis

fecho

La noche con su sombra patrocioa .

Yo tambien por la noche doy la rienda

A mi imaginacion epardecida ; Y basco mil egemplos que acumulo , Disculpa á la pasiov que me domina. Todos los hombres amau : el sal vage

- 212 _

Qoe vive sio coltara y policia , Ama á sa dulce y cara coru pañera.

El tostado Africano , et fiero Escita , Y aqu losirracionales también aman . Ama el pez en su estancia húmeda y fria ; Y por el aire en acordados trivos Cantap so amor las tiernas avecillas. Sigae el leon à la leova fiera, El ciervo á la ligera cervatilla,

Detras de la becerra brama el toro : Y en los espesos árboles inetida Lamenta y gime cou suspiros tiernos

Su triste amor la viada tortolilla .

Asi coapdo percibe desde lejos El olor de la yegoa apetecida, Desbocado el caballo generoso

Con inquieto furor brama y relio cha,

Y no hay freno que baste á soje tarlo .

El elefante y la pequeña hormiga. El sencillo cordero , el lobo bam onto . < briento ,

El sapo tardo, y la ligera ardilla, El insecto a la vista imperceptible, Y la ballepa enorme que domina

- 213 .

.Conisa esteosion los dilatados pa res,

Todos sientes de amor la llama aç tiva. Amor de la sagaz patoraleza

e

Las varias prodacciones vivifica ;

El reproduce a los amepos prados Las flores, apagadas y marchitas,

Y de las plautas útiles,al hombre Los dalces frutos sazonados cria . . , El extiende á los seres nas remotos Sa dilatada y vasta monarquia:

Por el baja la piedra hacia sa centro,

Por él las aguas hacia el mar cami do

Dan :

El hace generoso al avariento, Y al mas cobarde ipflaye valentía ,

Que en basca del objeto que le ar rastra .

.

suis

.

.

A peligro mayor se determjoa. Por él, el atrevido y ciego amante Sin respetar del ronco mar las iras, A pado le atraviesa por la voches

Sito temor vi respeto que lo impida. Caautos mas riesgos , mas incop ve nieptes,

niin . .. i

t

Mas el amor lo allapa y facilita , Amor ablanda al corazon mas daro,

- 214

Y alhombremas feroz rinde y mitiga. Por amor llora el héroe mas valiente, Por él la madre tierna y compasiva Estrecha en sa regazo elfruto adulto

De sas pasados gustos y alegrias.

Por él, el viejo consumido y cano, Que vecino al sepulcro ya se mira, Ve en sus robastos hijos el apoyo De los capsados años de su vida.

De amor es cuanto vive , cuanto siente

Por la virtud de amor siente y res - pira.ei a fost as

Amor es todo, sin amor no hay nada Todo al imperio del amor se ho E

milla .

n

- Si amor es , pues, tan faerte , si en en el mundo De so activo poder nadie se libra , Si todo se le humilla y se le rinde, 2 Seré el único yo que le resista ? Tales son mis continuos pensamietos,

Estas son las ideas que me agitan , Y esta faria , esta llama, esta locura

No hay esfuerzo que baste à repri mirla .

E

Póngome en oracion , y pertarbado,

- 215 Solo á Heloisa mi pasion medita ; Recojo ini atencion a la lectura , Y en cada pensamiento , en cada lí pea o

sat .

La historia de mi amor se me pre septa ,

Hasta que fatigada va y rendida . ' Con la continua agitacion el alma, Los párpados al sueño ya se ivclipad . Tambien allí Heloisa me persigue ; Mil imágeves tiernas y lascivas

Ep que istato el amor se medisfra ** za , . Vaelan en rededor de la tariasa , Doode descansa el fatigado cuerpo; Y caaodo ya entre el sueño y la fa tiga

Batallando la maquina suspensa ,

-

Ni bien despierta está ni bien dor · mida: Oygo el relox...las doce ... y á may. tioes ", i

Trémola la campapa nos avisa. Vistome: y voy al coro apresorado ; La senda que a la iglesia me encami pa

Pasa por el vecino cementerio ,

- 216

Y la imaginacion despavorida Con la terrible imágen de la muerte Eltorbado cabello se me eriza. Todo infunde un silencio pavoroso ; Las copas lentamente conmovidas De los cipreses fúvebres redoblau El fanesto terror que me intimida. Et importauo Cárabo no cesa

Su lamentable arroyo y triste cenagoso griteria : La rana en el

Redobla sa querella repetida ,

de

Y desde lo mas alto de la torre ,

Melancólico el baho aholta y silra. De los tristes objetos que me cercan, El temor las imagenes duplica , La planta temorosa y vacilante

Pisa con miedo las cenizas frias Detantos compañeros qae en elelaas. - trofee table basse Unió no destino y apa saerte misma.

Allí descansa el virtuoso Erasto ;

Sa proceder , sa fe sincera y viva, Con el retiro anstero y penitente, Veució la llama del amor maligoa,

Y en su serena y arrugada frente , Calma y tranquilidad llevaba escrita.

Aquellos sou los huesos de Filandro,

-217 Eg otro tiempo el mísero Abelardo

Del tierno y fiel amigo a quien solia

Comunicar sus bienes y sas dicbas, ; Gaaotas veces sus útiles consejos, Cuando ao amor cruel me consomia,

Por an breve momento le a tajaron! Una amistad sincera pos vuia ;

Ya inurió !... ya no existe !...mi des gracia ,

Hasta de este couspelo iofielme priva , Yo tambien moriré , tambieo la muertering .. Cortará el bilo á mis amargos ,dias, Con tapta pena y lágrimas pasados, Cuando dua suerte adversa y epe miga

Persigae al hombre desgraciado y · triste , a former for at send to Que solo aguarda pepas y fatigas, La muerte es sa recurso , en ella - solastni i desd!icha term

s. ino feliz de sus á darte a entender la pesa ¿ Podr mia , Por inacho qué 6 eppeõe en eat plicarlo , Ve el

Mas-e doode voy arrebatado y ciego ?

-218

La serie de mis males infinita ? No , Heloisa , no puede. À Dios, bien mio

".

Otras plomas mas tiernas y espre •

sivas "

i

s

at

Pintarán los objetos de esta llama, Que no se acabará aon con la vida. Los venideros siglos mas remotos, Los poeblos mas distantes y provincias Conservaráu de Duestro amor la historia

.

.

Ea mármoles y bronces escalpida: Servirá de egercicio a los jogeuios:

Ninguga alasa sensible al referirla

Dejará de verter lágrimas tiernas. Y ep tanto que la dulce poestai Teoga lastre y honor , mientras se aprecia

el

La sensibilidad dolce y benigna, Y a la activa pasion que vos opri .. me

La especie humana se sajete y rioda,

Sera eterpo y durable entre los hombres El amor de Abelardo y Heloisa.

SEGUNDA EPISTOLA DE

HELOISA, ES IMITACION DE UNA DE LAS QUE ES CRIBIÓ EN FRANCES MR. DE BEAU CHAMPS .

စစစစစစစစစစစစစ

HELOISA

A BELARDO, Y TUYA es esta carta ? ¿ Cooque me amar ,

Y á verme y visitarme te deniegas? ¿ No te basta , crael, que to Heloisa Eu este triste clustro viva presa?

A esta negra maosion de pena y llanto ,

Doode la muerte y el horror se ale bergab ;

A estos alzados muros, a estas tápías Qae á mis llorosos ojos se presentan; A taotas cerradoras, tautas llaves , A este torpo espautoso y á estas re jas:

- 223 . ; Iotentas añadirme todavía

.

El contiono tormento de ta ausen cia? , ¡ Ah , querido Abelardó ! ta mudanza

No poede corregir mi pasioa tierua ; El amor de mi pecho inas se inflama,

Cuanto mas tibio ó frio leme mues tras.

En vano , eo vaso de mi pecbo el fuego Pretendes a pagar coa tas ideas,

Mientras el alma eu so pasiou ab sorta Y envuelta entre visiones halagüe - has

Estádosiempre ta imagen contemplaa. s Tus caricias y gracias hechiceras. Es fuerza , caro amigo , no hay re

inedio , Qae te vea Heloisa , ó que perezca ,

¿ Qué hago aqui, desdichada ? Ea mi desgracia Limano vengadora y justiciera De todo au Dios irrito. ¡ Quéde hore rores ,

- 225 - . . Qué de crímenes negros se me en geodran !

Ya consumida en delirante llama, Ya abrasada en angastias lastimeras,

Suelto en desórden viento ,

el cabello al

Llorosa al cielo envio mis querellas. Lacho , me agito , y me esfuerzo en vavo , Orando por calmar mi pasion ciega, Qae mi ánimna violenta y avhelosa Eu alas del deseo al pecho vuela

De su distante bieu : y jay de mí triste !

Le siebto palpitar en cada veon. ¿ A quién me volveré que de mí soerte

El rigor desapiadado templar paeda? Yo que otro tiempo de to fiel cariño Me vi colmada y de placeres llega, ¡ Ahora me miro faribooda y triste , Sio cousuelo á mi bárbara tristeza ,

Y á ao ilicito amor abaodonada !

¿ Ilicito mi amor?... ¿ Dó medespe ha Mi tímida piedad ? ¿donde los grito

- 124 De mi sobresaltada infiel conciencia Si legítimo ha sido nuestro eulaze ¿ Qae razón al olvido vos coudeoa

¿ Por ventara seran aquellos votos

Que habemos proferido sio preden , cia ,

Esos votos terribles , criminales , Quema el? cielo el cielo mismo vitopes ra ?

Qué ! ¿ Primero no son los otros pa dos Que tanto aos colazau , dos estre | chan ,

Y aquellos sacrosantos juramentos De vivir sieinpre uvidos en la tierra?

¿ Quien uos pudo dictar los poste riores ,

¿ Sipo la becedad y la flaqueza ? Será que elSersopremo se complaz са Eo nuestro saspirar y amargas pe aas ? ¿ Será , será virtad on sacrificio , Que no pudo aprobar naturaleza ?

¿Mas que digo, insensata? ¡ Como 'olvido

- 225 Los votos fervorosos , las promesas Qire ante las aras sacras ofrecimos !

Apiádate, gran Dios , de,ini miseria. Uoa debil muger , vil polvo , uada,

Abrasada de amor , de fuego llena, ¡ Como puede veucerse y moderarse, Si vos no la prestais vaestra asistencia ! Yies forzoso que olvide a miAbelardo Para poder del todo merecerla ? Sacrificio costoso , mas debido ,

Supuesto que Dios mismo me lo or denia :

Restgnome gastosa...0 Abelardo ! A Dios, á Dios , mi bien , mi cara

preoda... " ¿ Conqne habré de olviderte para sieinpre ?

Y ;será irrevocable esta sentencia ?

Yo, Abelardo, no puedo por mi parte A ana ley sujetarme tao funesta ; Que Amor es, solo Amor, y Amor coustapte , .

Para qaieo sapo amar la ley primera. Y luego para mi que te idolatro , ¿ Que es el cielo , vivieodo tu en la tierra ? 15

- 226 ¿ A que al caso cubrir bajo este relo. Bajo este velo sapto , la viveza Del indómito ardor que me devora , Si a parece su llama por do quiera ?

Para que he de jorar po mas amarte, Si el alma cada vez te amamas tierua? Cada sol que renace, buevo fuego

Trae á micorazon cou llamas vuevas: Cada sol al morir deja á mi pecho

Eutre nuevos ardores nuevas penas;

Y la gracia divina apenas basta Para poder templar su activa fuerza . Ved ódulce Abelardo ! veo á hacerme algo mas soportable mí existeucia .

Si no te veo mas, si te eusordeces A mis tieroos sospiros y á mis quejas ; 0 , caal vas á eucopar mis crudas

llagas! Y a que graves doloresme condenas ¿ Que temes, amor mio? No, mi vista

La paz vo alterará de ta conciencia .

No imagines pretenda que ta pecho Se me muestre amoroso ó se enter nezca , '

Ni que a livies mismalescomo esposo

Ni que amante muy fiuo me parezcas,

- 227 Yo verte solo quiero, y obligarter A que no me desames y me atiendas.

Mas tú ternes, cruel , hasta ni vista,

Queamor para inconst'autes es ofensa Y á tu esposa ¿podias ver penaodo ? No ; sas lloros, gemidos, blandas que • jas

Acaso te movierav. Fementido !

No tanto para huir de rni presencia

Consultas ta virtad como ta pecho, Y to infidelidad y grau crudeza .

No fue así en otro tiempo : ¡ cual 80 piste : Para mi perdicion mi pasion tierba Con tas dulces palabras fomentarme. Y trigofar y abasar demi flaqueza ! Veras la tortolilla , me decias , Solitaria vivir , sutes que veas Que infiel fuere Abelardo á sa Heloisa :

Verás antes boir la docta abeja

Del olor del tomillo floreciente ; Y primero has de ver que en las - florestas . Vistosas flores pazcan en diciembre, Y que el sol en tinieblas se convierta,

Y que el céfiro deje de ser saave,

- 228 Qae falte de Abelardo la terbeza. Y qae veo ? ay de mi! mi desengaño,

To estrema falsedad , wi sama afreg ta.

¡ O memoria crael ! i feroz recaerdo De mi crédula fe ! Ya ; que me resta

Sioo on coutinuo y perdurablellapto Al contemplarre debaldon cubierta?

; 0 , nal haya aquel dia y fatal hora Qae osaste aparecer á mi presencia , Y torbar ini reposo , y en mipecho

lusiduarte amoroso y cou fiveza ! ; 0 , cual mitio , miopresor y el tuyo, A mi triste memoria se revneva !

Un cuerdo preceptor , un hombre . .sabio

A su ruda sobrioa dar iotepta ,

Y uo amante le da... Pero , que aman te !

Coal pobca Pafos rió , ni Chipre viera. Yo vi en sus ojos que me hablaba ansioso

polita

in

Sa ardieote corazon , que una fe eterna

n

i disebut

Su labio me jaró yo conturbada, Al pauto le creí , y á la terveza

- 229 Mi sepoi palpitante abrí llorosa , : Y a poco meentregaé ya sio caatela . ¡ 0 , cuaq feliz las horas apacibles Viera correr de sas lecciones tierpasi Y ahora eo aua prision vivo sumida Eotre llautos , angustias y miserias. ;

iHombre de creldad ! yo no se cono,

Debiéndote de odiar sobre madera, Yamenguarme y correrme de qao . rerte ,

Memantengo en quererte tan proter L . va .

! Plugiera a Dios , Falbert, que pon ca , Quoca , Peosaras arraucarmemi rodeza ;

Coau otra yo seria ; ! que dichosa Mi javeotud con sa ignorancia fuera ; Mi corazon ep calma ipalterable No probará la bárbara crocza . Deopa triste pasion, ni los impulsos

Contingos de la atroż cruel concies cia ;

Ni tampoco Abelardose por lo menos A ta juşano faror no se espasiera . O aficion de saber ! ; fonestos libros,

Vosotrosmelevasteis mi igocencia !

- 230

luútiles pesares ! ¿Hasta dónde Dejaba á mi dolor que se perdiera?

Mi'idolatrado amante , mi Abelardo, Al fin escuchará mís blandas qaejas: No romperá los lazos sacrosantos Con que la santa religion estrecha Nuestros dos corazones, y eu mi daño

Remorderle oo paede sa concieocia . Y al fiu , si delincaente es Heloisa, Que culpable Abelardo tambien sea;

Que do uno es el querer , y aua es el alma,

Hasta la calpa debe ser la mesma. Sí, la mesma , la mesma : mas ¿ qué calpa

Elainor paede ser ? Ah ! si lo faera, 4 En nuestros tieroos pechos el Eterno Arraygado sa gérmen nos hubiera? Veo, imágeu querida, por que elmio Tan solo por ti vive y por ti abhela ,

Y on santuario inviolable serà siem .

.. pre , De Do podca arrancarte padie pueda . Mas ¿ que digo ? Abelardo , do me - escachés ,

si

ustedes

Y prosigue de la vinted da seoda : 1

- 231 Sepolta ta Heloisa eu el olvido , Pues el bijo de Dios así lo ordena. Estas vovedas tristes, estos claustros

Que eu el silencio de la noche qoieta,

Eo tu balagüeña imágen toda absor ta ,

Velar, gemir y orar avtesde vieran, Acaso me verán apaciguada, Si mi virtuoso amante por mi rnega,

O padre oroipotente , Dios beniguo - Que del cielo bajastes a la tierra Por solo bien del hombre : que la vaste

Cou tu muerte y pasiop sus impare zas , Tambien yo soy hechura de ta mano, Y acreedora tambien á tu clemencia .

Calmadmeuna pasiou que infatigable Lucha con mi deber, y mas se au menta

Guanto me esfuerzo mas a combatir . la :

A piadaos, señor , de vaestra sierra... Pero ; que en vano ruego fervorosa! Qae vanas oraciones ! Ay ! oo hay fuerza

- 232

Que baste á desauir dos corazoves Que libres de prisiová unirse vuelau . ¿ Que vale que miroz ciertosmomeu tus

El olvido proundcie eu apariencia, Si amor , y nada mas : constante mente

Profiriendo está el alma con firmeza? 0

Abelardo ! ó dolor ! ó Dios iu

Inenso ! Yo no sé que es de mi... No har en - la tierra

Moger mas ir felice... ;Cielo santo , Sosteutdme, y prestadu.e fortale. za !

FIN .

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