69450749 Tuson y Calsamiglia Las Cosas Del Decir

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Tusón y Calsamiglia – LAS COSAS DEL DECIR Cap IV: El contexto discursivo DEIXIS: TIPOS Y FUNCIONES Las lenguas tienen la capacidad de gramaticalizar algunos elementos del contexto, a través del fenómeno de la deixis, fundamentalmente dentro de lo que se conoce como indexicalidad. La deixis se ocupa de cómo las lenguas codifican o gramaticalizan rasgos del contexto de enunciación o evento de habla. La deixis ha sido objeto de interés para la Pragmática, dada su función de indicador contextual, tanto en la elaboración como en la interpretación de los enunciados. Los deícticos, llamados conmutadores por Jakobson, son elementos que conectan la lengua con la enunciación, y se encuentran en categorías diversas que no adquieren sentido pleno más que en el contexto en que se emiten. Existen cinco tipos de deixis: personal, espacial, temporal, social y textual. 1) Deixis personal: Señala las personas del discurso, las presentes en el momento de la enunciación y las ausentes en relación a aquellas. Funcionan como deícticos de este tipo: a) Pronombres personales y posesivos: yo-tu-él/ella-nosotros-vosotros-ellxs. Mío-tuyosuyo-nuestro-vuestro-de ellos. b) Morfemas de flexión verbal: Sistema de tiempos veerbales. Quien habla es yo, sin duda, pero a través del tú podemos seleccionar a diferentes interlocutores, de forma individual o colectiva. Lo mismo ocurre con el nosotros, que puede equivaler a un yo+tu (Inclusivo) o a yo+X (él) (Exclusivo), y ese X puede estar presente o no en el momento de la enunciación. Con el vosotros sucede algo similar, ya que puede incluir a todos o parte de los presentes (y el resto pasar a ser parte de ellos o nosotros), o a todos o parte de los presentes más alguien ausente. En cuanto a la tercera persona ya sea en singular: él, o en plural: ellxs, con ella se nombra a lo que se excluye del marco estricto de la interacción. 2) Deixis social: Al uso de las personas gramaticales hay que añadir las posibilidades que ofrece la deixis social y que permite ya no solo seleccionar a los actores, sino también caracterizarlos socioculturalmente. La deixis social señala las identidades de las personas del discurso y las relaciones entre ellas mismas, o entre ellas y la audiencia. Ej. Los elementos del sistema de tratamiento formado por algunos pronombres (vos/usted), los apelativos (che, pibe, boludo) y los honoríficos, que son marcas de distinción (su majestad, su excelencia, su alteza). 3) Deixis espacial: Organiza el lugar en que se desarrolla el evento comunicativo. Para ello se selecciona del entorno físico, aquello que interesa destacar, y se sitúa en el fondo o fuera del escenario aquello que no interesa. La deixis espacial señala los elementos de lugar en relación con el espacio que crea el locutor. Cumplen esta función: a) Adverbios o perífrasis adverbiales de lugar: aquí, ahí, allí; cerca, lejos; arriba, abajo; delante de, detrás de; a la derecha de, a la izquierda de. b) Pronombres demostrativos: estx, esx, aquellx. c) Verbos de movimiento: ir, venir; acercarse, alejarse; entrar, salir; subir, bajar. La deixis espacial tiene además una función muy importante (si se quiere metafórica) para marcar el territorio, el espacio público y el privado y, como concecuencia, para señalar la imagen y la distancia de las relaciones sociales. Ej. Expresiones del tipo pasarse de la raya, meter la pata, ponerse en su sitio, no pase usted de aquí, póngase en mi lugar, no te metas en donde no te llama, etc.

4) Deixis temporal: Indica elementos temporales tomando como referencia el ahora, que marca quién habla como centro deíctico de la enunciación. Cumplen esta función: a) Adverbios y locuciones adverbiales de tiempo: Pueden ser deícticas o cotextuales. Ej de deíctico: ahora, ayer, mañana. Ej de cotextual: entonces, la víspera, el día siguiente. b) Morfema de flexión verbal temporal: Uso de los tiempos verbales. b) Algunas preposiciones y locuciones prepositivas: antes de, después de, desde, a partir. d) Algunos adjetivos: actual, antiguo, moderno, futuro, próximo. Weinrich (1964) distingue claramente el Tiempo Linguístico del Tiempo Físico (cuarta dimensión, lineal, irreversible y unidireccional) y el Tiempo Cronológico (base del calendario establecido convencionalmente, relativo a los acontecimientos, percibido y pensado en bidireccionalidad hacia el pasado y el futuro). El tiempo linguístico, aunque presupone el tiempo cronológico, no coincide con este: presenta la particularidad de tener al hablante como centro deíctico para que este implante allí su perspectiva por medio del sistema deíctico de tiempo. Para Weinrich, el verbo con sus morfemas de tiempo, tiene el valor de poder ser usado para organizar la predicación como no se puede hacer con ninguna otra categoría gramatical. El verbo proporciona pistas sobre los dos modos de interpretar la realidad: como narración/relato o como comentario. 1) Mundo Narrado: Los T0 de referencia son dos: el Pretérito Imperfecto (cantaba), que se encuentra en el principio de la narración e introduce las circunstacias más secundarias; y el Pretérito Indefinido (cantó), el cual se encuentra, sobre todo, en el núcleo de la narración y reproduce los momentos esenciales. 2) Mundo Comentado: El T0 de referencia es el Presente. El resto de los tiempos de uno y otro mundo se sitúan con respecto a su origen de forma retrospectiva o prospectiva: designan la perpectiva comunicativa relativamente al punto 0 de los grupos temporales correspondientes. El hablante selecciona un origen y, en principio, se adecúa al uso de unos tiempos verbales que concuerdan con ese origen a lo largo del texto. Usos desplazados de tiempo: Metáforas temporales: concepto de como si a) Se comenta como si se narrase (con lo cual se limita su validez). b) Se narra como si se comentase (con lo cual se intensifica su validez). Ej. Fórmulas de cortesía: "yo venía a ver si usted me prestaba una sillas para una cena que tenemos hoy" (Mundo comentado que utiliza tiempos propios del Mundo narrado). 5) Deixis textual: Señala y organiza las partes del texto unas con respecto a las otras. El tiempo en sí mismo se convierte en un espacio y tiempo de referencia, donde existe un antes y un después, un arriba y un abajo. Son piezas esenciales para marcar la organización textual, ya que se utilizan para señalar las otras partes del texto. Se suelen utilizar expresiones adverbiales de lugar y tiempo: Ej. En primer lugar, antes que nada, primero de todo, primeramente. Por un lado, por otro, por una parte, por otra. Entonces, luego. Más arriba, hasta aquí. Más abajo, seguidamene, mientras, a la vez. Por último, finalmente, en conclusión.

Cap. V: Las personas del discurso 1. Teoría de la Enunciación: Recoge los conceptos de diálogo y heteroglosia de Bajtín Se desarrolla a partir de los escritos de Benveniste (1966, 1970, 1974) y formula de forma explícita la necesidad de considerar que la actualización del sistema de la lengua se ha de contar con el aparato formal de la enunciación, es decir con los componentes del proceso por el que se desenvuelve el uso de la lengua en el discurso. Benveniste fija las bases de la subjetividad en el lenguaje, que proyecta principalmente en tres aspectos: la inscripción de los interlocutores en el texto, la modalización y la polifonía, continuados por teóricos como Ducrot, Kerbrat, Bronkart, ect. La teoría de la enunciación ha permitido definir la unidad discursiva básica: el enunciado, y entenderlo como un producto de la enunciación, actuación linguística en contexto. Ha permitido entender también que en los enunciados aparecen marcas o huellas linguísticas que coloca el enunciador para que sean interpretadas por el enunciatario. 2. La persona ausente: Benveniste llama a la tercera persona gramatical, la no-persona puesto que con ella se borran los protagonistas de la enunciación: en primer lugar porque se encuentra fuera de la relación dialógica, complementaria y reversible; pero fundamentalmente porque activa verbalmente el universo de referencia (predicación). Además de los sintagmas nominales con referencia léxica, y el empleo de la tercera persona gramatical, oras marcas también claras con las que se borra la presencia del locutor, son el uso de construcciones impersonales o construcciones pasivas sin expresión del agente. El código gramatical pone a disposición del hablante recursos que esconden o borran su presencia y dan relevancia, por el contrario, al universo de referencia. Hay situaciones que exigen una presentación neutra del universo de referencia. Las prácticas discursivas en determinados géneros promueven un modelo de presentación objetiva: la información periodística y científica, por ejemplo. Una aserción partidista y parcial puede ser expresada con medios para parecer objetiva. 3. La inscripción del YO: Es lo que Benveniste llama "la expresión de la subjetividad en el lenguaje" (“la manifestación de la subjetividad adquiere relieve en la primera persona”), es decir, la aparición de elementos linguísticos que permiten o activan la presencia del locutor. La referencia deíctica a la persona en la más inmediata y central. La enunciación es generada por un YO y un TÚ, protagonistas de la actividad enunciativa, que a su vez constituyen diferentes caras o posiciones con las que se puede mostrar o presentar el sujeto hablante. Construcción discursiva de persona: La persona que habla no es un ente abstracto sino un sujeto social que se presenta ante los demás de una determinada manera. Al tiempo que se construye el discurso, se construye también el sujeto discursivo. Éste se adapta a la situación específica de la comunicación modulando su posición a lo largo del discurso y tratando de que su interlocutor lo reconozca de una manera y no de otra. En este punto, conviene tenes en cuenta la diferencia entre la autoreferencia en el ámbito privado y en el ámbito público: a) La autoreferencia en el ámbito privado no es arriesgada, es relajada y producida en un entorno conocido y tranquilizador. Ej:"Me agrada tu nuevo peinado". b) La autoreferencia en el ámbito público deviene un uso comprometido y arriesgado. El locutor no sólo se responsabiliza del contenido de lo enunciado sino que al mismo tiempo se impone a los demás. Por esta razón, se justifica que la autoreferencia se exprese con otras personas gramaticales.

Usos desplazados de persona: a) Plural Mayestático: el uso del (nosotros) por parte del Locutor, cuando éste se inviste de máxima autoridad: tradicionalmente el Papa o el Rey. Se trata de un uso simbólico tradicional de distinción, que se percibe como arcaico por su escasa utilización fuera de estos personajes singulares. b) Nosotros de Modestia: uso genérico del nosotros cuya función es incorporar al Locutor a un grupo (empresa, institución, organización, comunidad, gobierno). Es el grupo el que le proporciona la responsabilidad del enunciado. Para solucionar posibles conflictos derivados del uso del yo, lel nosotros diluye la responsabilidad unipersonal y adquiere la autoridad o legitimidad de un colectivo. Ej: "Iremos hasta el final de la lucha contra el terrorismo". (Gobierno). Ej: "Para el análisis de los dispositovos discursivos, nos proponemos, en el presente trabajo..." (Monografía del ámbito académico). c) Nosotros de Condescendencia: El uso de la segunda persona con tratamiento de confianza se puede utilizar para generalizar la experiencia enunciada e incluir al interlocutor de una forma personal y afectiva, por eso se asocia con actividades coloquiales. Ej: "Te agrada su nuevo peinado". d) Nosotros Inclusivo: es aquel que incorpora al Receptor en la referencia al Emisor (yo+tu: Inclusivo / yo+tu+él: Inclusivo de máxima extensión). Su uso es intencionado, para acercar las posiciones de los protagonistas de la enunciación y se da principalmente en relaciones asimétricas como médico/paciente, maestro/alumno, que necesitan una señal de acercamiento complementaria para superar la barrera jerárquica y conseguir el grado suficiente de aproximación. También se da en otros casos, como en las columna periodísticas y los artículos de opinión, en los que los escritores buscan la complicidad de los lectores, para involucrarlos en su punto de vista. Ej: Profesor a alumnos: "Hoy vamos a seguir con los problemas de matemáticas" (Nosotros Inclusivo de máxima extensión). Ej: Médico a paciente: "¿Hemos tomado la medicina, hoy?" (si en la sala se encuentra un tercero, acompañante del paciente, entonces se trata de un Nosotros Inclusivo) e) Formas pronominales (Uno/Una): también se da el caso en que el Locutor se presenta con formas pronominales como uno/una, en concordancia con la tercera persona. El pronombre indefinido refiere a un yo encubierto, y funciona como un referente genérico (efecto generalizador, mayor objetividad, el enunciado se plantea como "verdad epistémica"). El Locutor se incorpora así a un colectivo indefinido, a través del cuál justifica su posición. Ej: "A uno le agrada su nuevo peinado". 4. La inscripción del TÚ: El receptor se hace explícito mediante los deícticos de segunda persona, singular y plural, y la deixis social, que ha quedado codificada en las formas específicas de tratamiento. Se emplea TU como indicador de confianza, conocimiento, proximidad; y USTED como indicador de respeto, desconocimiento, distancia. Parámetros: distancia/proximidad, respeto/confianza, poder/solidaridad, formalidad/informalidad, ámbito público/ámbito privado, conocimiento/desconocimiento, etc. Estos parámetros pueden mezclarse estableciendo así una diferenciación sutil, resultado de la combinación entre los usos establecidos y el propósito del locutor para relacionarse con el interlocutor. Así como vimos que el emisor se puede inscribir con diversas formas, también el receptor puede ser inscripto como parte de un grupo (vosotros) o incluyendo al locutor (nosotros inclusivo) o con un tú generalizador, especialmente en el uso coloquial (nosotros de condescendencia).

POLIFONÍA: Voloshinov-Bajtín y su círculo (1929, 1934-1935, 1959-1961) son los primeros en subrayar el carácter heteroglósico y dialógico del lenguaje. Para ambos, la palabra tiene dos caras: una que viene determinada por la persona que la emite y otra que viene determinada por la persona a quién va dirigida, y eso imprime un carácter dialógico a cualquier enunciado. Los enunciados no son de las lenguas sino de la comunidad histórica que las ha hablado y las continúa hablando. La translinguística de Bajtín (en: Problemas de la Poética de Dostoievsky) es una concepción del uso de la lengua como un diálogo vivo y no como un código, que rompe con la idea de un único sujeto hablante que coincide con quien materialmente emite el mensaje. Pa estudiar la polifonía, Bajtín tiene en cuenta el discurso referido, el diálogo interior, la parodia, la ironía, el debate y la controversia, así como las distintas manifestaciones del discurso distante, explícito o evaluado. La palabra en el lenguaje es parcialmente ajena: se convierte en propia cuando el hablante la empapa con su propia intención y la adapta a lo que quiere expresar. Antes del momento de la apropiación la palabra no existe en un lenguaje neutro e impersonal. El hablante, dice Bajtín, no va a buscar las palabras al diccionario antes de hablar: el hablante va a buscar las palabras a las bocas de los demás, donde existían en otros contextos, otras intenciones. Ducrot (1984) recoge la herencia de Bajtín: se plantea la multiplicidad del sujeto y lo vuelve problemático. Distingue un sujeto hablante (ser empírico y material), que es el productor efectivo del mensaje, a la vez un locutor (ser de discurso), que es el responsable del acto de enunciación; y finalmente, una tercera figura: la del enunciador. El locutor puede evocar y atraer una diversidad de voces (la propia, la ajena, voces proverbiales, voces anónimas, etc.). Las voces aportan puntos de vista y perspectivas con las que el locutor puede coincidir, estar muy próximo o bien distanciarse. Por esta razón, la polifonía es una noción que cuestiona la unicidad del Emisor y permite la diversidad de voces en los textos. Citas abiertas: Authier (1982) se refiere a la heterogeneidad mostrada para explicar la inserción explícita del discurso de los otros con el propio. La cita es el procedimiento discursivo que incorpora un enunciado en el interior de otro con marcas que indican claramente la porción del texto que pertenece a la voz ajena. En el discurso oral, la prosodia actúa como señalizador principal, junto con otras marcas verbales. En el discurso escrito, en cambio, se ponen en juego signos gráficos como los dos puntos, las comillas, etc., para identificar las citas. Toda cita tiene un Discurso Base (D1) que incluye un Discurso Citado (D2), cuyos responsables son respectivamente dos locutores distintos (L1 y L2). Las citas pueden ser de estilo directo e indirecto: El estilo directo: Se distingue porque supone una ruptura entre el D1 y el D2: cambia la entonación, cambia la construcción sintáctica y el centro deíctico. Por este motivo, el estilo directo mantiene dos situaciones de enunciación y es muy habitual en las conversaciones cotidianas. Ej. Entonces el vecino le dijo “oye, a estas horas todo está cerrado, pero nos podemos acercar a un kiosco que no cierra en toda la noche”. El estilo indirecto: Es otra forma de introducir el discurso del otro. Se inscribe verbalmente como un solo locutor (L1) que incorpora un solo centro deíctico, el relacionante introductor, y el D2 que se representa con marcas deícticas correspondientes al locutor de D1. Ej. Entonces el vecino le dijo que a esas horas todo estaba cerrado, pero que se podían acercar a un kiosco que no cerraba en toda la noche. La cita aparece a partir de un verbo anunciador (verba dicendi –verbos de decir), que indica precisamente el acto de habla que se le asigna: decir afirmar, preguntar, replicar, insistir, gritar, etc. En la prensa escrita o en los artículos científicos, se utilizan marcas

gráficas para indicar el fragmento citado: negrita, cursiva o comillas. Predomina una forma especial de cita indirecta que podemos llamar “integrada”, porque bajo la forma básica del estilo indirecto se señalan con signos tipográficos, segmentos breves o extensos que el periodista indica que son exclusivos del discurso ajeno, del cual él mismo no se hace responsable. Citas encubiertas: Authier se refiere también a la heterogeneidad constitutiva, es decir al discurso de los otros que está en los discursos propios (heteroglosia, intertextualidad, polifonía) sin que encontremos señales explícitas que lo manifiesten. Se trata de una forma solapada de introducir en el propio enunciado la voz de otros: por eso se puede decir que en los textos encontramos ecos que se manifiestan en el llamado estilo indirecto encubierto. En este caso se reproduce una voz ajena sin dar ninguna señal ni sintáctica, ni deíctica, ni gráfica. Es una repetición de lo que dicen otros, con apropiación: se adopta, pues, un sistema conceptual ajeno. Pueden suceder dos cosas: a) Que se adjudique la responsabilidad enunciativa a una voz ajena, añadiendo expresiones tales como: “Para X”, “Según dice”, “En palabras de”, “Así lo ha confirmado”. b) Que no se adjudique a ninguna fuente, dándose lo que se llama fusión de voces, de tal manera que el locutor reformula los lugares comunes, las visiones, las creencias de la colectividad, fusionando su vos con la de todos y con las voces cristalizadas del lenguaje mismo. Como dijimos más arriba, puede suceder que el locutor no coincida con la voz que trae al discurso (la de otro enunciador). Un caso característico es el de la ironía, también comentada por Ducrot como ejemplo prototípico de la disociación entre el sujeto locutor y el enunciador: “Es una figura que modifica el sentido literal primitivo para obtener un sentido derivado. L no es homologado a E, origen del punto de vista expresado en la enunciación” (Ducrot, 1986:215). El fenómeno de la ironía es, por ende, otra forma de exponer la distinción entre el locutor y el enunciador. El locutor activa un enunciador virtual del que el locutor se hace responsable. El desajuste entre el contenido del enunciado y la situación en la que se produce, obliga a entender otra cosa distinta de lo dicho literalmente y para ello se necesita complicidad entre quien emite los enunciados irónicos y quien los recibe e interpreta. Para concluir, la Lingüística Tradicional concibe al Emisor como un sujeto hablante unitario, responsable de su propia palabra. La Pragmática lo concibe como un sujeto racional, capaz de producir e interpretar intenciones comunicativas. La propia reflexión pragmática sobre cómo usan los hablantes la lengua ha postulado que el hablante no es unitario sino que se desdobla y puede convocar diversas voces. Con ello se muestra la polifonía, cuya versión desarrollada y plasmada en unidades comunicativas verbales es una dimensión de la intertextualidad.

Cap. VI: Las relaciones interpersonales, la cortesía y la modalización MODALIDAD: Otro fenómeno típico del proceso de enunciación. Se manifiesta en dos tipos de relaciones: la del autor de un texto con sus propios enunciados, y la del autor con sus interlocutores. Charles Bally (1932) señala que las representaciones mentales tienen, por un lado, una referencia a la realidad y por otro como esta realidad es vista por el sujeto: “La modalidad tiene como expresión lógica y analítica un verbo modal (creer, alegrarse, desear) y un sujeto modal. Ambos constituyen el modus, complementario del dictum“(Bally, 1965:35). La modalidad como fenómeno discursivo se refiere al modo en que se dicen las cosas, es decir, la expresión verbal o no verbal de la visión del locutor respecto del contenido de sus enunciados: a esto llamamos el modus. Y afecta al dictum (contenido proposicional del enunciado) porque añade la perspectiva desde la cual el locutor considera lo que dice, por lo tanto se trata de la visión, del modo (modus) en que ve a lo dicho (dictum). La modalidad es un concepto que se refiere a la relación que se establece entre el Locutor y los enunciados que emite. Tipos de modalidades: 1) Las modalidades de la frase, o modalidades de enunciación (asertiva, interrogativa, exclamativa, imperativa) y los modos verbales (indicativo, subjuntivo) que están codificados gramaticalmente. Suponen una perspectiva implícita del sujeto. 2) Las modalidades de certidumbre, probabilidad o posibilidad. Se expresan a través de la subordinación del dictum a expresiones modales, de formas no personales del verbo (infinitivo, gerundio, participio) y de algunos adverbios. Suponen una perspectiva explícita del sujeto. 3) Las modalidades apreciativas, que se indican a través de medios léxicos como los adjetivos o los adverbios, y por medio de la entonación y las exclamaciones. 4) Las modalidades expresivas, que agrupan todos los fenómenos que afectan al orden canónico de las palabras (énfasis, tematización) y al conjunto de la llamada sintaxis de la expresividad. En la oralidad se acompaña e incluso sustituye por la prosodia y por elementos paraverbales como gestos y vocalizaciones. MODALIDAES LÓGICAS: La lógica se desenvuelve con un lenguaje simbólico, abstracto y semánticamente unívoco, mientras tanto, los usos lingüísticos se sitúan en el terreno de la experiencia y la polisemia que caracteriza a las lenguas naturales, o mejor dicho, sociales. Modalidad Alética (verdad/falsedad): En la lógica modal, la formulación fundamental es la modalidad relacionada con el valor de verdad o falsedad de una proposición. Eje: Necesario/no necesario/posible/imposible. Modalidad Epistémica (saber/no saber): En las lenguas naturales la expresión de la posibilidad por parte del Locutor está asociada al conocimiento que este pose. Ej. “Es posible que me vaya al Norte este fin de semana”. El interlocutor interpreta que la expresión de posibilidad (es posible) indica que el Locutor no sabe con certeza si va a pasar el fin de semana en el Norte o no. Eje: Probable/improbable/cierto/dudoso. Verbos modalizadores: saber/creer/imaginar/dudar/poder. Modalidad Deóntica (deber/no deber): Asimismo, la expresión de necesidad por parte del Locutor, está asociada a la obligación. Ej. “Es necesario que pase el fin de semana en el Norte”. El interlocutor interpreta que el Locutor debe ir a pasar el fin de semana allí. Eje: Permitido/prohibido/obligatorio/facultativo.

Verbos modalizadores: deber/tener que Modalidad de Usualidad: La expresión de frecuencia por parte del Locutor. Ej: “Suelo ir al Norte los fines de semana”. Eje: Siempre/nunca/a veces. Verbos modalizadores: soler. Modalidad de Volición o Inclinación: El dictum no se da en el plano de lo real. Verbos modalizadores: querer, rechazar, desear, procurar. Modalidad de Cantidad: Todo, nada, algo, todos, ninguno, alguno. Modalidad de Especialidad: Por todas partes, por ninguna parte, por alguna parte. A partir de estas bases esquemáticas y conceptuales de las modalidades enunciativas, podemos comprobar que el Hablante se inscribe en el marco de una polaridad, es decir, de dos extremos, como afirmación/negación de un saber sobre la realidad o prescripción/proscripción de un hacer. En los niveles intermedios de estos dos extremos, se sitúan diversos grados, que se distribuye del más alto al más bajo. MODALIDADES DE USO LINGÜÍSTICO: Halliday sitúa este tipo de enunciados en el marco del intercambio, teniendo en cuenta la función comunicativa que se cumple en cada caso. Los enunciados polares como por ejemplo: la organización terrorista propuesto una tregua (aserción afirmativa) son determinantes en contraste con un enunciado con modelización de alto grado, como: Seguro que la organización terrorista ha propuesto una tregua (modalidad epistémica). Seguro que indica la posición que toma el hablante ante lo que representa su enunciado. EXPRESIÓN LINGÜÍSTICA DE LA MODALIDAD: Encontramos típicamente verbos modales, junto con otras formas léxicas relacionadas semánticamente (perífrasis verbales, adjetivos, adverbios). Barrenechea (1979) denomina a cualquier expresión con función moralizadora operador pragmático en la medida en que es un elemento que pertenece a tipos diversos que funciona como indicador de la posición que toma el enunciador ante su enunciado y, en último lugar, como marcador de la relación que se establece entre los interlocutores. Las opciones que tiene la persona que habla respecto a los enunciados que emite, se consideran desde el punto de vista del grado de responsabilidad que asume respecto al contenido del enunciado. Suspensión motivada de la aserción: evitar o mitigar la responsabilidad del enunciado. Se utilizan expresiones como: No se… supongo que… parece que… posiblemente… seguramente… prácticamente… tal vez… a lo mejor… quizás… Refuerzo de la aserción: se utilizan expresiones como: Es evidente que… la verdad es que… está claro que… ciertamente… efectivamente… lógicamente… sin duda… por supuesto… claro… Estas expresiones han sido llamadas evidenciales, término que se refiere a los recursos lingüísticos usados para expresar las actitudes del Hablante respecto del conocimiento. “La función de un evidencial es señalar que el conocimiento de lo que se dice procede, no de la experiencia directa del hablante, sino de una experiencia indirecta. Puede decirse que los evidenciales presentan precaución o cautela epistemológica, que expresan los escrúpulos del hablante ante su conocimiento”. (Reyes, 1994:27). Los operadores pragmáticos expresivo-valorativos se realizan verbalmente a través de: Sintagmas: por suerte… por desgracia… Adverbios: felizmente, desgraciadamente… Construcciones verbales: me alegra… es lamentable… lo bueno es que… es una pena… Adjetivos: fantástico, increíble, horrible (con modificaciones adverbiales: muy, nada) Derivativos: -ible, -able; -oso, -azo.

Cap. IX: Los géneros discursivos y las secuencias textuales GÉNEROS DISCURSIVOS: Uso social de la lengua / esferas de uso de la lengua. Considerar el ámbito en que se produce un género determinado implica tomar en consideración la situación, los participantes o actores, las finalidades o funciones, los temas propios de dicho ámbito (la organización estructural interna), el tono, las formas verbales y no verbales propias o adecuadas para cada caso y las normas de interacción e interpretación que caracterizan y regulan una clase de eventos. En el modelo SPEAKING de Hymes, el género es uno de los componentes del evento comunicativo, el que se refiere al tipo de interacción. Sin embargo, en una interpretación amplia del modelo habria que considerar al género como el resultado de la combinación particular, es decir, cultural, del resto de los componentes. TIPOLOGÍAS TEXTUALES Ciapuscio (1994) no establece tipos de textos sino un enfoque basado en los procedimientos de composición, que incorpora varios niveles de clasificación necesarios para distinguir unos textos de otros: − Nivel 1: Tipos de función (expresiva, conativa, referencial, etc). − Nivel 2: Tipos de situación (lugares, simetría/asimetría entre los participantes, etc). − Nivel 3: Tipos de procedimiento (especificación, explicación, narración, etc). − Nivel 4: Tipos de estructuración textual (distribución de las partes de un texto y su conexión). − Nivel 5: Esquema de formulación prototípico (convenciones y fórmulas linguísticas propias). El establecimiento de tipos de textos halla su principal motivación en la necesidad clasificatroria que plantean los géneros discursivos. En otras palabras, las tipologías textuales están en íntima vinculación con la clasificación de los géneros discursivos. Base textual (Adam) / Superestructura (Van Dijk): Unidades estructurales que marcan el Inicio de un texto, parte de un texto potencial, que tienen la extensión de un grupo de palabras o de oraciones o unidades más amplias y que pueden ser desplegadas en textos a través de secuencias sucesivas. Werlich establece que las bases textuales de los textos se despliegan a través de secuencias sucesivas, y propone que éstas se pueden reducir a cinco modelos básicos: − Base descriptiva − Base narrativa − Base argumentativa − Base expositiva − Base directiva SECUENCIAS TEXTUALES: Modo de organización del contenido proposicional. Según Van Dijk, las superestructuras se componen de secuencias, dado que no se puede argumentar con una sola oración. Tusón y Calsamiglia sostienen que la secuencia es la unidad de composición de los textos. Adam postula un modelo de secuencia textual prototípica que pueda proporcionar los instrumentos necesarios para adscribir un texto a un tipo determinado, en relación con las secuencias presentes en él. Su abordaje de los textos se inscribe en un análisis de tipo linguístico-retórico. Los textos son una estructura compuesta de secuencias. La secuencia es la unidad constituyente del texto, que esta constituída por paquetes de proposiciones (P: Macroproposiciones), a su vez constituídos por n proposiciones (p: Microproposiciones).

Para Adam, las secuencias prototípicas son unidades modélicas que responden a tipos relativamente estables de combinación de enunciados, dotados de una organización reconocible por su estructura jerárquica interna (esquema) y por su unidad compositiva (plan). Las secuencias prototípicas se reducen a cinco: − Secuencia descriptiva − Secuencia narrativa − Secuencia argumentativa − Secuencia explicativa − Secuencia dialogal Si bien algunos textos pueden ser homogéneos y construídos sobre la base de una sola secuencia, otros textos se muestran heterogéneos, con variedad de secuencias que pueden aparecer coordinadas literalmente o alternadas. En los textos heterogéneos, la disposición de las secuencias puede ser de dos tipos: − Secuencia dominante: es aquella que se manifiesta con una presencia mayor en el conjunto del texto. A) Envolvente: Cuando la secuencia dominante se contruye como marco. − Secuencia secundaria: es aquella que está presente en el texto sin ser la dominante. B) Incrustada: Cuando hay otras secuencias que existen dentro de la secuencia envolvente (marco). En otros términos, un texto argumentativo no siempre está conformado completamente por secuencias argumentativas sino que además puede estar conformado por secuencias secundarias narrativas, descriptivas o explicativas, incrustadas en la secuencia dominante, que funcionen como argumento o que refuercen el punto de vista. Para determinar a qué tipo pertenece un texto, el analista debe ser capaz de identificar las secuencias y sus combinaciones, la dominancia de unas sobre otras y el tipo de relación que se establece entre ellas, sea de coordinación, de alternancia o de dependencia. La secuencia se presenta como un modo de segmentación que permite articular la complejidad textual.

Cap. X: Los modos de organización del discurso Lo que Adam llama secuencias textuales prototípicas, coinciden en su nomenclatura con lo que otros autores llaman modos de organización del discurso, y se relacionan con funciones textuales como narrar, describir, argumentar, etc. ARGUMENTACIÓN El fin perseguido por la secuencia textual argumentativa es convencer o persuadir de algo a una audiencia, ya esté formada por una única persona o por toda una colectividad. Toda argumentación activa estrategias de convencimiento, de persuación o de seducción, con instrumentos o armas más orientadas a la racionalidad (exhibiendo razones) o a la emoción (exhibiendo afectos o apelando a ellos). La demostración lógica (o argumentación lógica) también se basa en argumentos pero en un orden distinto. Veamos cinco diferencias entre ambas: 1) Mientras que la argumentación se dirige a un auditorio, la demostración lógica tiene valor en sí misma. 2) La argumentación se expresa en lengua natural, mientras que la demostración lógica se expresa en un lenguaje formal. 3) En la argumentación las premisas son probables, verosímiles en relación con un sistema de valores. En la demostración lógica, en cambio, las premisas son

verdaderas o falsas. 4) En la argumentación, la progresión depende del orador; mientras que en la demostración lógica, la progresión depende de mecanismos internos. 5) Finalmente, en la argumentación las conclusiones son siempre discutibles. En la demostración lógica, las conclusiones son verdaderas o falsas. Las características fundamentales de la argumentación son las siguientes: 1) OBJETO / TEMA: Cualquier tema controvertido, dudoso o problemático que admite distintas maneras de tratarlo (distintos puntos de vista). Se formula como pregunta. 2) LOCUTOR / PUNTO DE VISTA: Manifiesta una manera de tratar y ver la realidad, una toma de posición. Expone la opinión a través de expresiones modalizadas y axiológicas. 3) CARÁCTER: Polémico y dialógico. Se basa en la contraposición de dos o más posturas. Los enunciados se formulan en relación con otros enunciados. Se manifiesta la oposición, el contraste, la desautorización, el ataque, la provovación. 4) OBJETIVO: Provocar la adhesión, convencer, persuadir a un interlocutor o auditorio de que el punto de vista del locutor es el correcto. 1. Para el texto como unidad global fundamentalmente argumentativa, la organización se construye sobre un esquema de tesis y antítesis, sostenido por partes en confrontación. El texto se arma a partir de un problema y las más de una formas de darle solución. 2. En las situaciones comunicativas dialogales, aparece un Proponente y un Oponente, una cuestión que se suscita, una propuesta y una contrapropuesta, una búsqueda de argumentos que construyan la ley de paso (basada en la experiencia compartida, las creencias, las observaciones, etc), y que lleve a una conclusión o punto de vista. 3. El esquema es el siguiente: se parte de unos datos iniciales o de una premisa, y se proponen argumentos para defender un nuevo enunciado, que se deriva de las premisas, y así llegar a una conclusión. 4. La estructuración que está en la base de cualquier discurso argumentativo, puede ser de orden progresivo o regresivo. El progresivo es aquel cuyo camino se hace a partir de las premisas que llevan a la conclusión. El regresivo es el orden inverso: a partir de una conclusión se crean las justificaciones o premisas. En la conversación cotidiana y en los artículos de opinión es muy común el orden regresivo. 5. Los argumentos que se buscan para apoyar las premisas pueden basarse en ejemplos, analogías, criterios de autoridad, causas, concecuencias o silogismos deductivos (modus ponens, modus tollens, silogismo hipotético) 6. Entre los recursos linguísticos y discursivos característicos de la argumentación, se destaca el uso de la deixis personal, la antonimia, la modalización y muy especialmente, los conectores que articulan con el discurso polémico. ORIENTACIÓN ARGUMENTATIVA DE UN TEXTO Los fenómenos discursivos de expresión de la subjetividad tales como la deixis (personal, social, espacial, temporal y textual) deben analizarse en virtud de los aportes que estos realizan para la argumentación global del texto en el que se insertan. Para ello en necesrio precisar tres instancias: 1) El tema del texto argumentativo. 2) El punto de vista del locutor. 3) Los argumentos que el locutor propone. 1) ¿Qué es el tema y cómo distinguirlo? Para Van Dijk (1978), el tema de un texto es su macroestructura. Por ejemplo, en la narración de un robo, el robo sería el tema de la narración.

La macroestructura es la estructura semántica que abarca el contenido general de un texto (tema), mientras que la superestructura no solamente abarca al tema sino que es la estructura general del texto, y da cuenta de la forma del texto en tanto esquema al que este se adapta. En este sentido, la macroestructura se encuentra inserta dentro de la superestructura. El tema de un texto nunca podría incluír una valoración o tener la forma de un argumento, ya que el tema es el contenido conceptual sobre el que se basa un texto. El tema se obtiene luego de una lectura global y no necesariamente se encuentra expresado literalmente en el texto. Por ello, nunca podría ser una secuencia argumentativa. 2) ¿Qué es el punto de vista? El punto de vista es el punto de partida de un texto, vale decir, el argumento disparador que lleva al locutor a defender o justificar dicho punto de vista con otros argumentos. El punto de vista es aquel argumento principal que el locutor justificará o refutará mediante otros argumentos y otros recursos con el fin de convencer, persuadir, demostrar, solucionar una tensión, entre muchas otras posibles finalidades de la argumentación. Lo esperable en un texto argumentativo es que el punto de vista se encuentre gramaticalizado (concretamente expresado en el texto en una oración), así la proposición que lo expresa sería algo así como una pista para que el receptor se prepare para, por ejemplo, recibir argumentos que fundamenten o apoyen aquella posición inicial. Generalmente el punto de vista puede extraerse con una cita directa del texto analizado o bien mediante una reformulación o perífrasis sobre alguna expresión concreta en el texto. 3) ¿Qué son los argumentos y cómo distinguirlos? Toulmin (1958) considera a los argumentos como la motivación de una aserción (pretensión o punto de vista) por medio de otra aserción (datos-argumentos). El argumento es una afirmación que sostiene y apoya de alguna forma al punto de vista o pretensión. Los argumentos serían entonces datos a través de los cuales se motiva la pretensión o se sostiene el punto de vista. Para Adam, los argumentos llevan a la conclusión para reforzar el punto de vista. Esta estructura es recurrente dado que una conclusión puede transformarse nuevamente en premisa. Por su parte, Tusón y Calsamiglia agregan que la argumentación se vale de recursos tales como la deixis, los subjetivemas, la modalización y de una serie de conectores del discurso polémico para sostener el punto de vista. Es importante considerar los efectos de sentido que aportan a la argumentación los siguientes fenómenos: a) La imagen que el locutor construye de sí mismo y de su auditorio; b) Los distintos efectos de sentido que aportan los usos polifónicos; c) Las actitudes, evaluaciones, juicios y posturas del enunciador respecto de su propio enunciado (modalidades) y aquellas posturas que se revelan en la presentación misma del enunciado (subjetivemas). Estructura básica de la argumentación dice Hay quien piensa A y sostiene su opina

afirmación opinión idea

con X argumentos.

SIN EMBARGO (contrariamente, en cambio, ahora bien) digo YO pienso B y lo sostengo con Y argumentos. creo mantengo

Estructura mínima prototípica PREMISA (dado que) – LEY DE PASO (puesto que) – GARANTÍA (debido a que) – RESERVA (a menos que) – CONCLUSIÓN. Conectores argumentativos: Causa: porque, pues, puesto que, dado que, ya que, por el hecho de que, en virtud de. Certeza: es evidente que, es indudable que, nadie puede ignorar que, es incuestionable que, de hecho, en realidad, está claro que. Condición: si, con tal que, cuando, en el caso de que, según, a menos que, siempre que, mientras, a no ser que. Concecuencia: luego, entonces, por eso, de manera que, de donde se sigue, así pues, así que, por lo tanto, de suerte que, por consiguiente, de ello resulta que, en efecto. Oposición: pero, aunque, contrariamente, en cambio, no obstante, ahora bien, por el contrario, sin embargo, mientras que. Opinión propia: entiendo, pienso, creo, desde mi punto de vista, a mi modo de ver. NARRACIÓN Como secuencia dominante o envolvente, la narración es una de las formas de expresión más utilizada por las personas. El ser humano ha recurrido a la narración cuando ha necesitado explicar los orígenes de su grupo o cuando ha necesitado explicarse a sí mismo o a los otros. Como secuencia secundaria o incrustada, la narración puede combinarse con cualquier otra: en el diálogo, en forma de anécdota, cotilleo, chiste, etc; en la explicación, en forma de relato ejemplificador; en la argumentación, como argumento que apela a la experiencia; en la descripción, sobre todo si es de lugares, adquiere a veces la forma de relato de un pequeño viaje. La narración aparece en los medios de comunicación, dentro de géneros periodísticos como la noticia, el reportaje, el suceso, la crónica. También está presente en el ámbito académico, en el ámbito de la investigación, etc. Estructura interna de la secuencia narrativa (Adam) 1) Temporalidad: hay una sucesión de acontecimientos en un tiempo que transcurre, que avanza. 2) Unidad temática: esta unidad se caracteriza por, al menos, un sujeto-actor (ya sea agente o paciente, animado o inanimado, individual o colectivo). 3) Transformación: los estados (o predicados) cambian: de tristeza a alegría, de desgracia a felicidad, etc. 4) Unidad de acción: existe un proceso integrador: a partir de una situación inicial se llega a una situación final a través de dicha transformación. 5) Casualidad: hay intriga, que se crea a través de relaciones causales entre los acontecimientos. Esquema narrativo canónico (Adam) Pn 0: Resumen introductorio / Prefacio Pn 1 (Antes del proceso): Situación inicial / Orientación Pn 2 (Inicio del proceso): Complicación Pn 3 (Desarrollo): Acción Pn 4 (Fin del proceso): Resolución Pn 5 (Después del proceso): Evaluación Pn 6: Coda / Moraleja

Tiempos verbales En la narración canónica, el tiempo verbal es el pasado en sus diferentes formas. Normalmente, para la acción se utiliza el pretérito indefinido combinado con el pretérito anterior y el pluscuamperfecto; para los momentos descriptivos, de presentación del marco, el tiempo característico es el imperfecto. Sin embargo, también encontramos la utilización del presente, sobre todo en las narraciones históricas, en los resúmenes de relatos, en las conversaciones espontáneas, etc. Progresión temática Se combinan, principalmente, el de tipo lineal y el de tema constante, ya que en una narración es tan importante asegurar la unidad temática como hacer progresar la acción con nuevos elementos y describir en detalle aquello que se considere necesario y pertinente para el desarrollo de la acción. Punto de vista Un relato puede estar narrado en primera persona (narrador testigo), o en tercera persona (narrador omnisciente); puede estar contado desde dentro de la propia narración, por uno de los actores, o desde afuera. Esto implica la utilización de las marcas morfosintácticas de persona en el verbo.