4 Torre y Pastoriza La Democratizacion Del Bienestar

Costantini Industrialización y capitalismo La industrialización contemporánea no solo modifico radicalmente la forma y l

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Costantini Industrialización y capitalismo La industrialización contemporánea no solo modifico radicalmente la forma y la finalidad de la producción de bienes materiales, sino también las relaciones de los hombres entre sí. Antes del despegue de la industrialización encontrábamos un mundo masivamente rural, más del 80% de la población habitaba en áreas rurales dedicadas a tareas agrícolas. El mundo preindustrial había formas coactivas de organización del trabajo, entre las cuales están la esclavitud y la servidumbre de tipo feudal. El avance hacia la sociedad industrial trae aparejado el trabajo asalariado. Siervos y campesinos volcaban buena parte de su esfuerzo en la producción de bienes imprescindibles para la supervivencia del grupo familiar propio, una porción de la producción se orientaba hacia el autoconsumo. En la sociedad industrial los bienes pasan a ser mercancías, se compran y se venden. Anteriormente la tierra y trabajo de los campesinos no eran objeto de compraventa, ahora, el dinero pasa a jugar el papel de capital: se invierte con el fin de incrementar su valor, la maximización de la tasa de beneficio del capital se convierte en motor fundamental del proceso económico. Un desarrollo desigual El punto de partida de la industrialización fue, según los casos, más tardíos y su ritmo intensidad y profundidad, notablemente dispares. Producto de la industrialización se han ampliado las desigualdades entre las naciones más ricas y más pobres del planeta. Las diferencias de riqueza entre sociedades preindustriales dependían de la mayor o menor disponibilidad de tierras fértiles, de la evolución instrumental agrícola, etc. Entre ambos grupos se han establecido vínculos de dominio y subordinación. La revolución industrial El mundo preindustrial producía y consumía artículos manufacturados, con destino al autoconsumo familiar, era un sistema “domestico”. En la época

anterior a la revolución industrial se utilizaba el sistema de trabajo a domicilio, este ya no se realizaba por cuenta propia ni para el autoconsumo, sino por cuenta de comerciantes que suministraban la materia prima y adquirían el producto que destinaban al mercado. En el medio urbano dominaba el sistema artesanal, el artesano es un productor independiente que lleva a cabo en su taller todo el proceso de producción por sí mismo o con auxilio de unos pocos aprendices y asalariados, y destina al mercado. También alcanzo difusión la manufactura que implica la reunión en una sola planta, bajo la dirección de un empresario, de un número considerable de trabajadores asalariados, divididos en grupos especializados en las distintas operaciones necesarias para completar el proceso de producción. Con la introducción de la maquinaria las antiguas modalidades de producción fueron desplazadas. El comienzo de la revolución industrial fue en las dos décadas finales del siglo XVIII en Inglaterra. Se produjo en este país porque tenía una casi completa disolución de los lazos feudales que habían vinculado al campesino a la tierra durante el medioevo, esto sumado al proceso de conversión de tierras de labranza en tierras de pastos para ganado ovino que implico la expulsión labradores hacia áreas urbanas, convirtiéndolos en mano de obra disponible. Otro elemento fue la “revolución agrícola” que mediante el avance de la agricultura se acrecentó la demanda de artículos manufacturados. Por otra parte la gran expansión del comercio ultramarino y de los transportes marítimos ingleses impulso la acumulación de capitales. Lo rubro textil tuvo influencia porque son unos de los pocos productos manufacturados de consumo masivo y ofrecen un mercado potencial muy superior al de cualquier otro. Hacia un nuevo modelo industrial La primera mitad del siglo XIX estuvo sujeto a una doble limitación: estuvo confinado a un reducido número de áreas y la organización fabril solamente triunfo en unas pocas ramas ya que en las mayorías seguían dominando los antiguos sistemas domiciliarios y artesanales. Hacia fines de siglo los trabajadores de industria constituyen alrededor de la mitad de la población activa, el comienzo de esta nueva fase de industrialización tuvo una estrecha relación con el desarrollo ferroviario. Estos agilizaron y abarataron el transporte

y además, ejercieron un importante efecto de aceleración sobre la demanda de carbón y productos metalúrgicos. La segunda mitad del siglo fue fértil en materia de invención y adopción de nuevos procedimientos industriales. En los años 80 aparecen la electricidad, el petróleo, el gas como nuevas fuentes de energía pero solo se utilizan para alumbrado urbano, a final del siglo se emplea como fuerza motriz en la industria. A partir de la década del 90 y hasta la primera guerra mundial la economía de países industrializados transito una fase de veloz crecimiento, muchos autores denominan esto como “segunda revolución industrial”. Concentración industrial y monopolios La empresa característica de la primera revolución industrial era de propiedad familiar y crecía a partir de la reinversión de sus propios beneficios. Centros industriales y periferia agroexportadora En la etapa pre ferroviaria el transporte terrestre a larga distancia de mercancías de gran peso y volumen en relación con su valor implicada costos prohibitivos. El transporte marítimo era más barato pero igualmente grava el precio final de las mercancías. Tras la revolución de transportes tanto marítimos como ferroviarios se abarataron los costos. Crisis e industrialización de importaciones La crisis de 1930 fue la mayor a la que se enfrentó el mundo capitalista, ocurrió un duro golpe a la economía afectando a países centrales reflejado en desocupación y una gravísima recesión. Las economías periféricas recibieron el impacto de la crisis, cayo la demanda de materias primas y alimentos por parte de los países industrializados. El descenso de las importaciones de artículos manufacturados como consecuencia de la caída de las exportaciones creo en la periferia condiciones favorables para la ampliación de la capacidad producida local. Se desencadeno así el proceso de industrialización por sustitución de importaciones. La edad de oro de fordismo y la economía regulada

Entre los años 1950 y 1973 la economía mundial paso por una etapa de crecimiento, la producción mundial se incrementó a una tasa anual acumulativa próxima al 5%. Este periodo estuvo signado por la casi absoluta hegemonía norteamericana. En materia industrial dos grandes grupos de productos ejercieron el liderazgo de la expansión en esta fase: la industria metalmecánica y la rama química. Hacia 1950, EE UU generaba aproximadamente la mitad de la producción mundial. Este país fue el único entre las grandes potencias que no se vio afectado por acciones bélicas por lo tanto su economía creció sin interrupciones. En esta era de crecimiento se encuentra una reorganización de aparato industrial siguiendo las líneas tayloristas y fordistas. Se aplica la organización científica de la producción tendiente a: maximizar el rendimiento de los trabajadores, la concentración del proceso productivo en plantas gigantes y su completa mecanización. Se producen aumentos de sueldos a los trabajadores, lo que contribuye a minimizar los conflictos laborales y a incorporar masivamente el consumo bienes duraderos a capas sociales exentas de estos. En materia económica el Estado adopta crecientes facultades regulatorias, este promueve políticas sociales. Es un estado benefactor. La industrialización periférica El crecimiento bastante intenso del sector industrial en muchos países periféricos hizo que dicha región no pudiera ya ser caracterizada como puramente productora de alimentos y materias primas. Pero, se alejaban mucho de parecerse a un país desarrollado. Entre ambas economías se separaba una abismal diferencia en los niveles de producción. La conformación estructural del sector manufacturero era muy diferente, la mayor parte de la periferia siguió caracterizada todavía por el predominio de industrias tradicionales y un fuerte déficit en materia de bienes de capital. Tras la segunda guerra mundial, el capital de países centrales fluyo con cierta intensidad hacia la periferia, sobre todo a través de la expansión de empresas

transnacionales. La brecha que separaba a las economías más avanzadas de las más atrasadas, no se cerró porque: la intensificación del proceso de internacionalización del capital afecto a la periferia de una manera marginal, la ampliación de las actividades en el exterior de las empresas transnacionales se operó en mayor medida en las economías avanzadas que en los países con menor desarrollo. Crisis del fordismo y reorganización del sistema capitalista Alcanzado el limite potencial del fordismo y taylorismo en 1970 se inicia una crisis, para afrontar la misma se aplican una serie de estrategias, entre ellas esta: la puesta en marcha de formas de organización productiva más flexibles (toyotismo), la relocalización de actividades económicas, la segmentación del proceso productivo para ahorrar costos y un embate contra el Estado benefactor con el fin de disminuir el costo fiscal.