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MORIN Y EL PENSAMIENTO C OMp'ip ç ~- 1 N T E L E C T U A LE S Edgar Morin y et pensamiento complejo Edga

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MORIN Y EL PENSAMIENTO

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U A LE S

Edgar Morin

y et pensamiento

complejo

Edgar Morin vaticina que nuestra especie se aproxima a une

mutación sin precedentes de sus herramientas de conocimien to. Para abordar esa transformación radical propone un nues

paradigma, el de la complejidad. Cree que, en todas partes en todas tas tendencias det pensamiento posmoderno,

of

error;

ta ignorancia y ta ceguera progresan al mismo tiempo que

Z

nuestras certidumbres. La causa profunda de semejante descomposición no surge de una falsa percepción ni de la incoherencia, sino del modo de organización de nuestro saber en sistemas de ideas (teorías, ideologías). Sostiene que los errores, ignorancias, cegueras y peligros im-

Z O

perantes tienen un carácter común que surge de un modo mutilador de organización del conocimiento, incapaz de reconocer y de aprehender la complejidad !e lo real. Expone un Método que se opone a los rituales del progreso ciego e incontrolado del saber humano. I SBN

c a mp o

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i deas

E • Transdisciplinariedad • Semillas de incertidumbre

73

Capítulo 5 Apología de la reflexión compleja • Fundamentos absolutos • Desorden universal • «Morir de vida»

83

Capítulo 6 Evolución de un método • Auto-eco-organización • Inacabado e inacabable • La cuestión original

95

Capitulo 7 La realidad como liberación • Prehistoria del espíritu • El ser bio-cultural • Progreso y revolución

107

Capítulo 8 Lo complejo como macro-concepto • Puntos de partida • Tres principios complementarios Saberes emancipadores

119 126 127

Glosario Bibliografía esencial Morin en Internet

«Hoy, el quinto siglo de la era planetaria permite que las ciencias físicas, biológicas y humanas no aporten ya la última palabra en el saber antropo-bio-cosmológico, sino que, lejos de era, reconozcan la complejidad del sapiens-demens, la complejidad de lo viviente, la complejidad de la Tierra, la complejidad cósmica. A pesar de la formidable resistencia de las estructuras mentales e institucionales, hoy es posible que el pensamiento complejo dé sus primeros pasos... La antropología compleja puede esclarecer la antropolítica. El hombre no tiene la misión soberana de dominarla naturaleza. Pero puede perseguir la hominización. Tierra-Patria

INTRODUCCIÓN

Edgar Morin, axiomas de la complejidad

»La adopción de un nuevo paradigma requiere a menudo una redefinición de la ciencia correspondiente. Algunos problemas antiguos pueden ser relegados a otra ciencia o declarados "no científicos" por completo. Otros que previamente eran inexistentes o triviales pueden, ron un nuevo paradigma, convenirse en los arquetipos realer de significativos logros científicos.»

Thomas S. Kuhn La estructura de las revoluciones científicas

Fragmentación de los saberes Historia. En un mundo más tolerante y menos belicoso, la complejidad no requeriría explicaciones. Sería totalmente explícita en el quehacer visionario de sus habitantes, incesantes generadores de nuevos rumbos para el conocimiento y, al mismo tiempo, descubridores de sí mismos inmersos en un tránsito de mutación cultural irreductible. Actores y espectadores a la vez de un drama convertido en fiesta.

8 t EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

Pero no vivimos en el equilibrio bucólico de la sabiduría expansiva, sino en el desequilibrio caníbal y reduccionista de la irregularidad globalizada, de las demencias imperiales, de la uniformización de una ignorancia prepotente. Como en otras tantas épocas de la historia humana, a los espíritus sensibles sólo les queda una opción: resistir, explorar, inventar. Tal ha sido el itinerario del antropólogo, sociólogo y filósofo Edgar Morin (nacido en París el 8 de julio de 1921, hijo de dos inmigrantes sefardíes de Salónica: Vidal Nahoum y Luna Beressi), quien debió aprender a resistir el dolor ante la muerte prematura de su madre e inauguró su juventud embarcándose como voluntario en la lucha clandestina de la resistencia francesa contra los invasores nazis durante la segunda guerra mundial, adherido al credo marxista-leninista, que también debió aprender a reconsiderar críticamente. Tras obtener dos licenciaturas, (una en historia y geografía, otra en derecho), de 1942 a 1944 actuó como teniente del primer ejército de las fuerzas combatientes de Francia, y tras la derrota germana ejerció como jefe del departamento de Información militar de su país en Alemania. Su incompatibilidad con la burocratización aceleró su vuelta a París, donde durante los cincuenta y comienzos de los sesenta trabajó como periodista, y dirigió sucesivamente las revistas Arguments y Communications. Ya en 1949 había cogido una especie de «asco político» al estalinismo soviético, por lo que dejó de anhelar entrar en el mundo comunista; tampoco se veía integrándose en el mundo burgués, y durante un tiempo deambuló sin salidas.

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Ancestros. «Mi padre no me enseñó una tradición ni un saber, normas y creencias. No me aportó verdad religiosa alguna, prinapio político alguno. Poseía, no obstante, y era poseído por la religión de la familia, que suponía el culto a los padres y la ética espontánea de la solidaridad familiar. No heredé esta cultura antiquísima y profunda. En primer lugar, porque fui hijo único en el seno de una generación que vio cómo se desintegraba la gran familia; sobre todo porque tras la muerte de mi madre, a partir de mis diez años, me cercene, me separé físicamente de mis padres» (Mes Demons, 1994).

Muy temprano advirtió las limitaciones estructurales de la sociosfera diseccionada por Karl Marx y la psicosfera analizada por Sigmund Freud, y llegó ala conclusión, con cautela ideológica, de que la noosfera propuesta por el jesuita Pierre Teilhard de Chardin como ensayo de un portal hacia el infinito no era para él un camino transitable aquí en la Tierra. Observaba en toda su crudeza la realidad social, y centraba primordialmente sus investigaciones en el análisis de fenómenos culturalmente «desordenados» que se presentan como lo irregular, lo desviado, lo incierto, lo indeterminado, lo aleatorio. Y su obsesión pasó a ser la de sumergirse en el conocimiento de la organización misma de las cosas. Poco a poco fue convirtiéndose en un artesano del conocimiento multidimensional de los fenómenos humanos y fue elaborando un método capaz de capturar la complejidad de «lo real», criticando duramente la fragmentación de los saberes. Así, desde 1950 a 1989 fue director emérito del Centro Nacional de Investigaciones Sociales (CNRS), para ser luego presidente de

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la Agencia Europea por la Cultura (adscrita a la UNESCO), y codirector del Centro de Estudios Transdiciplinarios de la Escuela de Altos Estudios sobre Ciencias Sociales de Francia. Por fin, centró su labor en la creación y dirección de la Asociación para el Pensamiento Complejo, hoy extendida en todo el mundo, con la misión de promover diversas formas de reflexión que permitan aportar respuestas al desafío de la com-

y la ciencia a una política del hombre: una política multidimensional (que aún no denominaba como «compleja»). La impactante insurrección estudiantil de mayo de 1968 en Francia, simultánea con un alzamiento internacional de la juventud no sólo en Europa, sino también en Estados Unidos, América Latina y Asia, lo indujo a incorporar unos párrafos de actualización al epilogo de ese librito profético, donde se

plejidad que el mundo, la sociedad y el ser humano plantean al conocimiento científico, filosófico, político y militante.

declaraba convencido de la necesidad de constituir no sólo los núcleos de partida de una nueva cultura (que serían al mismo tiempo, inevitablemente, los núcleos de resistencia de toda

Rumbos. Durante 1962-1963, en Por una política del hombre (México, 1971)* elaboró una de sus inagotables síntesis an-

cultura), sino también de configurar islotes de investigación donde habría que esforzarse por elaborar, en tiempos en los que tanto el saber como la política están en migajas, una teoría antropocosmológica, sin la cual no es posible una nueva concepción revolucionaria.

tropolíticas, en las que se permitía dudar del carácter «revolucionario» (en el sentido marxista) de las revoluciones de bandera «socialista». En igual proporción describía las insuficiencias del dogmatismo freudiano, y destacaba el descomunal brote de barbarie constituido por dos megaguerras, en el

Milenio. Proclamaba:

corazón de la civilización occidental, con los fascismos y el estalinismo que obligaban a sumergirse sin piedad en la cabe-

«No se trata ya de entrar en el siglo xx, sino de salir de él,; se trata de preparar el siglo xx1, siquiera para salvar el xx. [...]

za y el corazón del hombre. Fue inequívoco: sostuvo que «a Freud le falta el homofaber, y a Marx la psique» (con su cosmo-

Estamos en los albores del tercer milenio, es decir, del segundo millonésimo aniversario de la humanidad Estamos entre dos mundos, uno que no ha muerto todavía y otro que todavía no ha nacido. Necesitamos discernir el peligroso papel de la antropolítica en esta gestación desordenada, en este caos en que la destruc-

gonfa de locura, poesía y misterio). Advertía que en un planeta entregado a una revolución desenfrenada, se abrían rumbos que oscilaban entre la desintegración, una nueva génesis o una metamorfosis. Esbozaba los modos de integrar el amor

*In+roduction d une politique de l'homme, Seuil (París, 1965).

ción es creación y la creación es destrucción, donde todas las fuerzas son ambivalentes, incluida la conciencia. En adelante, la supervivencia está ligada a un renacimiento, el progreso está ligado a una superacción, y el desarrollo a una metamorfosis.»

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Durance los últimos cuarenta años, este obstinado y superactivo explorador de la complejidad no ha cesado de acometer esa metamorfosis en un mundo donde las sociedades no cesaron de fracturarse entre una «nueva clase» por un lado y la ciudadanía por el otro, en medio de un proceso ligado al acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países ricos y los países pobres. Así, los ciudadanos resultan desplazados, expulsados de los asuntos políticos cada día más acaparados por los

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«Y cuando en la ruptura de los controles racionales, culturales, materiales hay confusión entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo real y lo imaginario, cuando hay hegemonía de ilusiones, desmesura desencadenada, entonces el homo demens somete al homo sapiens y subordina la inteligencia racional al servicio de sus monstruos[...] Pero ¿quiénes somos nosotros, homines sapientes-dementes? Samos la extremidad de un ala cósmica, impulsados en y por una aventura que nos supera. Estamos po-

«expertos» y, la dominación de esa «nueva clase» impide, inequívocamente, la democratización del conocimiento.

seídos por los mitos, los dioses, las ideas, somos sonámbulos casi totales. Nuestro pensamiento sólo adquiere vida a la temperatura de su propia destrucción. En nosotros está todo el secreto del

Interacciones y Retroacciones

mundo, pero lo ignoramos y nos es incomprensible: tal vez sea el misterio del misterio.»

Posesión. Al definir al homo complexus, Morin nos dice algo finalmente obvio para muchos pensadores: somos criaturas sensibles, neuróticas y delirantes al mismo tiempo que racionales, y todo ello constituye el tejido propiamente humano. Este ser humano es a la vez un ser racional e irracional, capaz de mesura y desmesura. Como sujeto de un afecto intenso e inestable sonríe, ríe, llora, pero también sabe conocer objetivamente. Es un ser serio y calculador, pero también ansioso, angustiado, gozoso, ebrio, extático. Es un ser de violencia y de teraura, de amor y de odio. Puede ser conquistado por lo imaginario e igualmente reconocer lo real, sabe que existe la muerte pero que no puede creer en ella. Segrega el mito y la magia, pero también la ciencia y la filosofía. Está poseído por los dioses y por las ideas, pero duda de los dioses y critica las ideas. Lo nutren conocimientos comprobados, pero también las ilusiones y las quimeras.

Códigos. Resulta entonces necesario disipar una confusión inicial entre «complejidad» y «complicación». Ésta última surge de una inconmensurabilidad que desconcierta a los sentidos, de la multidependencia frente a factores casi siempre ingobernables, del enmarañamiento de interacciones entre una gran variedad de componentes que se diluyen o modifican cuando el individuo supone que los ha procesado y asimilado. Aquí Morin deduce que esta«complicación» puede no ser más que un fenómeno superficial, que obedece a leyes y principios combinatorios simples, como, por ejemplo, los principios que gobiernan el código genético. En resumen, todo sería simple si no existiera más que la complicación, y la vida podría ser complicada al mismo tiempo que muy simple. Esta simultaneidad nutre la «complejidad» , cuya proble-

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mática debe plantearse correlativamente en el marco gnoseológico (el pensamiento de la realidad) y en el marco ontológico (la naturaleza de la realidad). Lo cual equivale a decir que la complejidad abarca al mismo tiempo los fenómenos, los principios fundamentales que rigen los fenómenos, y los principios fundamentales —metodológicos, lógicos, epistemológicos— que rigen y controlan nuestro pensamiento. En un mundo deformado por los paroxismos deformantes del pensamiento único y excluyente, el intento de abarcar el pensamiento complejo frente al universo estudiado polifacéricamente por la física, la biología, la sociología, la antropología, la filosofía y la política, impone habitualmente la utilización de «bucles» (o circuitos gráficos) que ayudan a situar los componentes de las tensiones retroactivas (nexos) de los campos cognoscitivos abordados. Por ejemplo: No sólo tenemos que encontrar — superar la naturaleza, t sino también obedecer —,guiar la vida. t Religar. Morin resalta incesantemente que el pensamiento complejo es ante todo un pensamiento que relaciona y que es el significado más cercano al término complexus (lo que está tejido en conjunto). Ello equivale a decir que en oposición al modo tradicional de pensamiento, que divide el campo de los conocimientos en disciplinas atrincheradas y clasificadas, el pensamiento complejo es un modo de religación (nótese que del término latino religare emana la palabra (religión»). Por consiguiente, se opone al aislamiento de los objetos de conoci -

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miento, los restituye a su contexto y, siempre que resulte posible, los reinserta en la globalidad a la que pertenecen. Su contraposición interactiva sapiens --~ demens apunta a sostener que, cuanto antes sea posible durante el siglo xxr, debería abandonarse la visión unilateral que define al ser humano por la racionalidad (homo sapiens), la técnica (homo faber), las actividades utilitarias (homo economicus), las necesidades obligatorias (hamo prosaicus). Pues el ser humano es complejo y lleva en si de modo bipolarizado los siguientes caracteres antagónicos: • • • • •

Racional y delirante (sapiens y demens). Trabajador y lúdico (faber y luden). Empírico e imaginador (empiricus e imaginarius). Económico y dilapidador (economicus y consuman). Prosaico y poético (prosaicus y poetices).

Las interacciones y las retroacciones son múltiples, de modo que Morin resalta que así como el hombre de la racionalidad es también el de la afectividad, el del mito y del delirio (demens); el del trabajo es también el del juego; el de la economía es también el de la dilapidación y... «El hombre prosaico es

también el de la poesía, es decir, del fervor, de la participación, del amor, del éxtasis. El amor es poesía. Un amor naciente inunda el mundo de poesía, un amor que duirriga de poesía la vida cotidiana, el fin del amor nos devuelve a la prosa.» ra

CO-tejidos. Durante todo su itinerario reflexivo sobre la complejidad que desembocó en los diversos volúmenes de El Me

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todo, se le impusieron los límites del entendimiento humano, los límites de la lógica, los límites del conocimiento, la superficialidad y la fragilidad de la conciencia. Percibió que por debajo y más allá de lo concebible, por debajo y más allá de lo pensable, se desvanecen las separaciones del espacio y el tiempo, se disuelve la materialidad y se descompone la propia realidad... Concluyó en la idea de que la aparición de contradiccio-

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conocimiento. En el vértice de su antropolírica se encuentra el ser humano como individuo, como sociedad y como especie. Y el desafío incesante consiste en una reformulación de lo complejo para combatir la división y la simplificación del pensamiento, no para la misión imposible de completarlo si-

nes y antinomias no señala las profundidades de lo real. Éstas

no para asumir que su realidad es enorme, invisible y misteriosa, porque la complejidad no es un concepto teórico sino un hecho de la vida. Es el entrelazamiento y la interacción in-

se revelan allí donde nuestros instrumentos teóricos y lógicos fracasan, donde nuestra lógica enloquece y se paraliza. El co-

cesante de la infinidad de fenómenos y sistemas que componen el mundo natural. Y plantea tres desafíos:

nocimiento del conocimiento enseña que sólo conocemos una delgada película de la realidad. La única realidad que nos resulta cognoscible es coproducida por el espíritu humano, con la ayuda de la imaginación. Lo real y lo imaginario están cotejidos y forman el complexus de nuestros seres y nuestras vidas. En sí misma, la realidad humana es semiimaginaria. La realidad es solamente humana y es real sólo parcialmente. Para Morin, la capacidad de «unir» se convirtió no en una palabra clave sino en la idea madre: «El conocimiento que une es el conocimiento complejo. La ética que une es la ética de la fraternidad. La política que une es la política que sabe que la solidaridad es vital para el desarrollo de la complejidad social.»

• La relación entre orden, desorden y organización. • La cuestión de la separatividad o la diferenciación entre lo separable y lo no separable. • El problema de la lógica. De ellos surgen varias líneas de reflexión. La primera invita a discutir la complejidad, y todo dilema conceptual, sin dividir. De ahí que Morin enfatice sin cesar, como primera línea fundamental, el sentido básico del término complexut, lo entretejido, un todo compuesto por hebras. Por eso, el pensamiento complejo respeta las texturas comunes, pues esas tesituras compartidas se forman para proyectarse más allá de sus partes. De ello puede deducirse que el nuevo paradigma no constituye una latitud fija del conocimiento, sino una travesía de descubrimientos infinitos. Dice entonces:

Circuito. Esa complejidad consiste en un circuito de conocimientos que funcionan atrayéndose mutuamente, y cuyo proceso permite concebir la reorganización transdisciplinaria del

«La innovación presupone o provoca una cierta desorganización o relajamiento de las tensiones, estrechamente vinculados con la acción de un principio reorganizador, en el seno del sistema vi-

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vo en que aparece. La característica primordial de la hipercom-

es coherente, es, por tanto, perfecto y por eso no necesita ser ve-

plejidad es precisamente actuar coma moderadora de las coacciones en un sistema que, de hecho, se encuentra en un cierto estado

rificado:

de desorden permanente a través del juego de las libres asociaciones aleatorias. »

Transición. Como segunda línea fundamental plantea la i mprevisibilidad. Un pensamiento complejo debe ser capaz no sólo de «religar», sino de adoptar una postura en relación ala incertidumbre. Las ciencias físicas, que descubrieron el principio de incertidumbre, aplicaron estrategias para confrontada, por ejemplo, mediante la utilización de la estadística. Los actuales recursos electrónicos permiten alcanzar resultados de enorme precisión en lo referido al conocimiento de ese universo fluctuante. El problema de nuestra cultura de transición es que el pensamiento humano logró encarar la incertidumbre en el ámbito de la ciencia, pero no en los ámbitos social, económico, histórico y psicológico. «La complejidad no lo es todo, no es la totalidad de lo real, pero es lo que mejor puede, a la vez, abrirse a la inteligencia y revelar lo inexplicable.»

«Vivimos bajo el imperio de ideas racionalizadoras, que no consiguen darse cuenta de lo que sucede y privilegian los sistemas cerrados, coherentes y consistentes. La ciencia económica contemporánea —formalizada y matemática— es un magnífico ejemplo de racionalización. Está completamente cerrada, no consigue percibir las pasiones, la vida, la carne de los seres humanos. Por eso, es incapaz de hacer previsiones cuando surgen acontecimientos inesperados.»

Conquista del Presente Mundialización. Por lo menos 50 libros, publicados a partir de 1946, constituyen la magna travesía de Edgar Morin en pos de una reforma paradigmática de los conceptos dominantes y de sus relaciones lógicas, que controlan, inconsciente e incorregiblemente, todo el conocimiento humano. El paradigma bajo el cual vive nuestra especie es el de la disyunción (desunión) y la reducción: ello fomenta la ceguera, actitud casi suicida en tiempos de globalidad, de mundialización. En lo que hace al pensamiento complejo, los cinco volúmenes de El Método, y seis obras enfocadas en el comple-

Y como tercera línea de investigación plantea la necesidad de oponer la racionalización cerrada a la racionalidad abierta.

xus, son más que suficientes para situar a Morin como uno de los pensadores cruciales capaz de dar respuestas genera-

La primera piensa que es la razón la que está al servicio de la lógica, mientras que la segunda imagina lo contrario. Resalta

cionales a la certidumbre que nos acecha de que «todo está perdido», pues más allá de toda la sabiduría tejida por la es-

que «racionalizar» significa creer que si determinado sistema

pecie humana, los hombres siguen destruyendo uno a uno

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los sistemas de defensa del organismo planetario. Para abordar esta temática hay más de treinta títulos en los que Morin no sólo excava las complejidades dolorosas del siglo xx, sino que esboza una verdadera política de la civilización. «La tarea es inmensa e incierta. No podemos sustraernos ni a la desesperanza ni a la esperanza. La misión y la dimisión son igualmente imposibles. Debemos armarnos con una "ardiente paciencia". Nos encontramos en las vísperas, no de la lucha final, sino de la lucha inicial.» Centenares de entrevistas y artículos publicados en revistas propias y ajenas documentan con nitidez no sólo una mente capaz de exponer sin rebuscamientos los principios de la autopoiesis (auto-organización), sino que también destilan un lirismo y una ternura que muchos pensadores suelen esconder.

AXIOMAS DE LA COMPLEJIDAD / 21

«Hegel, evidentemente; Nietzsche, hasta cierto punto.» Su osadía sin par también le permite comparar al caos con el delirio y sostener que el universo es caos, pues fuerzas de desorden, orden y organización brotan continuamente de su seno, lo cual da origen a la constitución de nuevas estrellas, a colisiones de galaxias y, en nuestro planeta, a conflictos de barbarie o de vinculación creativa. Entonces explica que, según la teoría del caos, los procesos deterministas por naturaleza conducen, con inmensa rapidez, a estados imprevisibles y aparentemente desordenados. A quienes plantean ¿por qué? les responde: porque las reacciones son incontrolables y el conocimiento total y absoluto de los estados iniciales no nos está permitido: «Es una manera de decir que, aun cuando se produzca un determinismo inicial, hay imprevisibilidad y desorden aparentes.» De inmediato, elogia al investigador «termodinámico» de

poeta maldito Arthur Rimbaud (1854-1891), que forma par-

origen austriaco Henri Atlan por haber comprendido esa circunstancia y por atreverse a decir que la vida existe a la temperatura de su destrucción, en su libro Entre el cristal y el hu-

te de las «inspiraciones)) de Morin, quien a la vez remite a otro poeta visionario, HSlderlin. Y para ayudar a otros inda-

mo (Entre le Cristal et la Fumée), donde expresa que «es preciso entender que no somos cristal ni humo, no somos seres

gadores sugiere que ante el desafío de la complejidad ciertos

fluidos ni sólidos, somos híbridos que viven a la temperatura

filósofos pueden ayudar: Heráclito, con el enfrentamiento de las contradicciones; Sócrates, con la dialéctica, cuyo juego de

de su combustión y destrucción«.

oposiciones hace progresar el conocimiento; Nicolás de Cusa, en el plano místico; san Juan de la Cruz; Jacob Boehme; Pascal, en cuya obra no se reconoció el papel central de las contradicciones...

Lateralidad. En uno de sus varios libros autobiográficos, Mis

Osadías. Esa ardiente paciencia surge de una iluminación del

Demonios, Morin confiesa que al comenzarlo pensaba titularlo «No soy de los vuestros», aunque desistió cuando lo entregó terminado a su editor. Cuenta que el impulso inicial era arran-

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car las etiquetas de inclasificable que le habían aplicado a su obra y, además, poner buena distancia entre los clanes intelectuales o universitarios que habían dejado de considerarlo un «desviado» o un «marginal» y trataban de enrolarlo de igual a igual en sus filas. Pero él seguía oponiéndose a las ideas, costumbres y categorías dominantes en el mundo académico: «No soy de quienes tienen una carrera, sino de quienes tienen una vida. [...] El conocimiento complejo no tiene término, y no sólo porque es inacabado e inacabable sino también porque llega por sí solo al desconocimiento. Tras la complejidad ertd lo inexpresable y lo inconcebible. » En los estudios de lógica y matemáticas se llama axioma a todo principio básico que se acepta como verdadero sin necesidad de aportar pruebas. Un ejemplo clásico, a partir del principio de contradicción, es: «Ninguna frase puede ser verdadera y falsa al mismo tiempo», o «el todo es mayor que cualquiera de sus partes». Quizá, alguna vez, se comprenderá que para vestir nuevas ropas conceptuales es preciso desnudarse de ideas... pero sin descartar que una metafórica «desnudez» (tema complejo desde Adán y Eva) podría ser un modo de «vivir sabia e ilimitadamente» la vida. Pero para ello habla que asumir que el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal no es un «pecado» sino una forma de la libertad suprema. Completud. Edgar Morin concluye: «Necesitamos proyectarnos en un futuro posible, aunque boy improbable. Pero debiéramos poder vivir sin sacrificar el presen-

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te por el futuro. sin abandonar tampoco el pasado. Necesitamos conservar una herencia cultural. Necesitamos mantener la fidelidad a nuestras raíces. Debernos conquistar, de todos modos, nuestro presente, es decir, vivir no sólo de un modo no sólo utilitario y funcional sino también de un modo poético, siendo el estado poético aquél al que nos hacen acceder el amor, la comunión, la fiesta, el júbilo que culmina en el éxtasis. » La complejidad no elimina la simplicidad ni debe confundirse con completud. Se sitúa en un punto de partida para una acción más rica, menos mutiladora. Morin cree que cuanto menos mutilador sea un pensamiento menos mutilará a los seres humanos. Toda su obra induce a recordar los desastres producidos por las visiones simplificadoras, no sólo en el mundo intelectual, sino también en la vida. Y como pista inequívoca proclama que lo que el pensamiento complejo puede hacer es darle a cada uno una señal, una ayuda de memoria, que le recuerde: «No olvides que la realidad es cambiante, no olvides que lo nuevo puede surgir y, de todos modos, va a surgir.»

CAPITULO 1

Un pensamiento multidimensional

«Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al sa-

ber parcializado, nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un pensamiento multidimensional. Nunca he podido eliminar

la contradicción interior. Siempre he sentida que las verdades profundas, antagonistas las unas de las otras, eran para mí complementarias, sin dejar de ser antagonistas. Nunca be querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad. »

La vida como tensión Antinomias. En todos sus intentos de definición, Morin expone la complejidad como una aventura y como un estado de alerta extrema ante el dogma de la simplificación. La considera un término clave, aunque no una palabra «maestra». No es un fin sino un medio crucial para concebir y abordar lo fundamental, lo emergente, lo ambiguo, el individuo, el sec, la invención... Como todo sistema, constituye una amalgama compleja que comporta diversidad y multiplicidad, e incluso confrontación; el pensamiento complejo no apunta a lo elemental (donde todo

26 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

se funda en la unidad simple y el pensamiento claro) sino a lo radical, a los extremos. Allí aparecen las incertidumb res y las an tinomias donde lo diverso se transmuta yen su constante reconfiguración expresa la extrema unidad y la extrema des-unidad de la vida, la naturaleza, el conocimien to, el universo. Inicialmente la complejidad impresiona como regresión, confusión, dificultad, pérdida, porque socava las certidumbres ilusorias, oscurece las evidencias que se tenían como inconmovibles, motiva confusiones allí donde las ideas brillaban claras y diferenciadas.

UN PENSAMIENTO MULTIDIMENSIONAL / 27

ción—ya que la agitación y los encuentros al azar resultan necesarios para la organización del universo. Ello concita una idea compleja, según la cual el mundo se organizaría desorganizándose. Esta aparente confrontación entre orden y desorden serla entonces una cláusula primordial de un contrato cósmico donde el espacio y el no-espacio, el tiempo y el no-tiempo, la materia y la no-materia se despliegan y repliegan incesantemente como el oleaje del mar en una playa. La orilla no está en parte alguna, pero puede descubrirse potencialmente en toda la amplitud de la dinámica acuática. La perspectiva pue-

«El pensamiento de la complejidad es la forma de pensar por la cual el pensamiento toma conciencia y desarrolla lo que no ha deja-

de ser la de un pescador descalzo en la zona de convergencia,

do de ser nunca: una aventura en la nebulosa del desconocimiento. »

ra. Las precisiones de ambos surgen de lo borroso, y viceversa, pues parecerían excluirse. De ahí que, en algunas ocasiones,

Contrato. En toda circunstancia, nos dice, el hombre debe dejar de concebirse como amo, e incluso pastor de la naturaleza (y del conocimiento). La redefinición compleja de la vida tiene importancia no sólo científica, sino también huma-

los fenómenos desordenados sean necesarios para la produc-

na, social, política, vital. Morin no promueve un cambio de definición de la vida para que la vida cambie. Aunque sí enfatiza que de un pensamiento correcto y no erróneo depende en primer lugar una acción correcta y no errónea. En esta faena se aprende a reconocer la importancia capital del problema del error, que no es un fracaso de la inteligencia sino un

o la del piloto de un helicóptero a doscientos metros de altu-

ción de fenómenos organizados que a su vez contribuyen al incremento del desorden. Que como todo lo real es ineludiblemente complejo pues ante un mismo fenómeno dos observadores distintos pueden ofrecer apreciaciones absolutamente antagónicas. Lo multidimensional surge entonces como recurso para asumir lo incierto y descubrir su lógica íntima. Estrategia. «Me sitúo bien fuera de dos clanes antagónicos: que borra la diferencia reduciéndola a la unidad simple, otro que oculta la unidad porque no ve más que la diferencia...

ingrediente nutritivo de todo descubrimiento. Al asumir la vida como tensión y conciliación de contradicciones al mismo tiempo, Morin plantea la necesidad de macro-

una

conceptos —herramientas polifacéticas de percepción y aprecia-

y otro,

(me sitúo} bien fuera, pero tratando de integrar la verdad de uno es decir, de ir más allá de la alternativa.»

28 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

Su objetivo consiste en recorrer un camino moviéndose entre dos frentes con apariencia de divergencia y antagonismo, pero inseparables ante sus sentidos. En un mundo fragmentado y lacerado por las ideologías y los fanatismos, se trata de reintegrar al hombre entre los demás seres naturales con objeto de distinguirlo, no de reducirlo. El recurso multidimensional desarrolla simultáneamente una teoría, una lógica, una epistemología de la complejidad válida para que el hombre pueda conocer, discernir, entender, incorporar y transformarse (unificando la pluralidad de su set y del universo). Poli-dimensiones Morin vive y reflexiona no a partir de un dogma sino desde la flexibilidad extrema, en pos de una elasticidad conceptual generativa. No se atiene apenas a lo que hubo, hay y ha-

brá, sino a lo que podría haber (de esto se ocupa la lógica), a lo que debería haber (terreno de la ética), y a lo que habría que impedir (función de la política). » culturales (embuclándose cada uno de estos términos en el otro, es decir, coproduciendo al otro, desde el nacer hasta el morir, pasando por el hablar, el defecar, el comer, el copular, el pensar: Condiciones. «Somos seres b{o

«El problema de la complejidad se plantea en diversos frentes, en diversos terrenos. El pensamiento complejo debe cumplimentar condiciones muy numerosas para ser complejo. Debe respetar la multidimensionalidad de los seres y de las cosas. Debe traba-

UN PENSAMIENTO MULTIDIMENSIONAL / 29

jar/dialogar con la incertidumbre, con lo que no puede ser racional. Tampoco debe desintegrar el mundo de los fenómenos, sino intentar dar cuenta de él mutildndolo lo menos posible.

Por consiguiente, lo complejo es reconocible según ciertos rasgos: • Resulta necesario asociar el objeto estudiado con su entorno. • Es necesario vincular a ese objeto con su observador. • Si está organizado, el objeto deja de ser objeto y en caso de ser organizador (viviente o social) es un sistema, una maquinaria que plantea los problemas complejos de la organización. • El elemento simple se desintegra: deja de ser elemental y se revela como compuesto. Respeto. No formula sus apreciaciones y sus diagnósticos en

al aire: los contextualiza y procesa incesantemente, tanto en el plano intelectual como en el orden técnico-científico, tanto en la órbita histórica de nuestro planeta y nuestra especie como en la inasible dimensión universal. Sin llamarla así, la suya es una ecología de la sabiduría. Que define como complejidad. Y para pensar lo complejo nos dice que precisamos un pensamiento que una lo que está separado y dividido en compartimentos, que respete lo diverso sin dejar de reconocer lo uno (desde lo unicelular hasta lo universal, desde la individualidad hasta lo innombrable), y que trate de discernir

30 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

UN PENSAMIENTO MULTIDIMENSIONAL / 31

las interdependencias pertinentes. Al mismo tiempo, este pensamiento debe ser radical (que vaya ala raíz de los problemas que aborda), multidimensional, y organizador o sistémico para concebir los nexos poli-direccionales entre el todo y las partes tal como vienen haciéndolo las ciencias ecológicas. Este pensamiento ecologizado, resalta sin cesar, no debería

una receta conceptual, los acepte corno materia prima de otro ciclo del conocimiento.

aislar los objetos estudiados, sino que debería considerarlos en y por su relación auto-eco-organizadora con su medio: cultural, social, económico, político y natural. No es sino un pensamiento que concibe la ecología y la dialéctica de la ac-

dos los totalitarismos. En este punto, la complejidad consti-

ción, con la capacidad de formular una estrategia que permita modificar y hasta anular la acción emprendida. Finalmente, un pensamiento que reconozca su incompletud y que negocie con la incertidumbre, especialmente en la acción, «ya que no hay acción sino en lo incierto».

Capacidad generativa

Ceremonia. Lo multidimensional no admite el totalitarismo de las lecturas unidimensionales que tanto en la ciencia, la filosoffa, la religión o la política son el principio y el fin de totuye una dinámica subversiva, desestabilizadora. No como fuga nihilista, sino como ceremonia para rehabilitar una infinita tarea humana de reconocimiento y explicación del mundo y sus fenómenos. La inestabilidad es el sostén de las verdaderas sabidurías. Del mismo modo, no existiría la vida si la muerte estuviese ausente. «Vivir de muerte, morir de vida», es una frase paradójica enunciada por Heráclito, a la que Morin recurre para afirmar que, de alguna manera, vivir es morir y rejuvenecerse sin cesar. _ En el cuerpo humano, las moléculas celulares se degradan

El entendimiento humano no puede encerrar el univer-

constantemente y mueren, aunque al mismo tiempo las célu-

so en un recipiente, porque lo real es inmenso, no se ajusta a las normas clasificadoras que propone nuestra inteligencia. La complejidad (una poli-dimensión) invita a nuevas

las son renovadas con similar puntualidad. Entonces, nos dice:

connivencias, plantea la posibilidad de trabajar innovadoramente con las contradicciones, funde con un simple toque los ímpetus de antagonismo y de cooperación. Dentro de los parámetros (límites) del pensamiento racional, lo claro y lo oscuro se ofrecen al observador para que primero los distinga y después juzgue cuanta posibilidad o hipótesis permita su discernimiento y, por fin, en vez de fabricar

«El orden biológico es un orden más desarrollado que el orden físico: es un orden que se desarrolló con la vida. Al mismo tiempo, el mundo de la vida incluye y tolera muchos más desórdenes que el mundo de la física. Dicho de otro modo, el desorden y el orden se incrementan mutuamente en el seno de una organización que se ha complejizado. » Es con esa misma dinámica con la que funciona el universo, que atraviesa una aparición y desaparición constante (en

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UN PENSAMIENTO MULTIDIMENSIONAL / 33

años luz) de galaxias enteras. Y también es así como una sociedad (o una familia) vive de la muerte de sus individuos, lo cual le permite rejuvenecer a partir de la capacidad generativa de sus nuevos integrantes.

complejo propiamente dicho va la relación entre la ética y la complejidad, en el marco de la afirmación de la esperanza en tiempos de desesperanza.

Entramado. Por lo menos hay tres fenómenos diferenciados

Sin evasión posible

pero confluyentes que se producen en nuestra existencia. Por un lado, la homeostasis, conjunto de condiciones imperantes en

Marcos. Lo contextual, lo global, lo multidimensional y lo

un organismo sano por la coordinación de los procesos fisiológicos. Así como los sistemas físico-químicos logran un estado de equilibrio, la homeostasis se mantiene mediante una serie de actividades opuestas que se equilibran recíprocamente. El sistema nervioso vegetativo o autónomo es una gran trama o red embuclada que regula la temperatura corporal, las glándulas, la densidad de agua en la corriente sanguínea, y la asimilación de nutrientes o el descarte de toxinas. El segundo principio de la termodinámica, o ley de entropía, sostiene que en cualquier proceso espontáneo los estados desordenados son más probables que los ordenados, pues la ordenación requiere intervención externa. La entropía, o muerte térmica, indica el trayecto irreversible del calor hacia el frío, de lo compacto hacia lo disperso, de lo cuantificable a lo inapreciable. Finalmente, la autopoiesis (o auto-organización) determina la aparición de procesos inéditos verificables, con un dinamismo propio y una capacidad ilimitada para la determinación de instancias antes inexistentes. Toda esa danza bulle en las ideas que Morin desarrolló en El Métala, cuando remire a la naturaleza de la naturaleza, a la vida de la vida, y al co -

nocimiento del conocimiento. De la mano del pensamiento

complejo se entrelazan como un desafío ante el cual resulta ineludible implementar el modo de compatibilizar saberes desunidos, fragmentados y dispersos en compartimentos, al mismo tiempo que se imponen realidades (o problemas) cada vez más transversales, multidisciplinarias y poli-dimensionales en un marco transnacional, mundializado, planetario. El ser humano o una comunidad, como unidades complejas, son multidimensionales. Todo individuo es simultáneamente biológico, ps% quico, social, afectivo, racional. Toda sociedad refiere a marcos históricos, económicos, sociológicos, religiosos. «La misión casi vital de la ciencia era eliminar la incertidumbre, la indeterminación, la imprecisión, la confusión para poder afrontar, y después dominar el mundo por el pensamiento y la acción. Efectivamente, la idea de que un universo aparentemente complejo debía ser reducido a elementos simples y a principios simples fue de una virtud heurística extraordinaria: suscitó los grandes descubrimientos teóricos, de Newton a Einstein. y la conquista tecnológica de la naturaleza.» El ímpetu de conquista, enquistado en la mente humana, sumado a la capitalización excluyente del conocimiento, pro-

34 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

duce no sólo cultura sino también barbarie, ceguera y muerre. Todos los avances de la ciencia desembocan irrevocablemente en lo complejo.

Asedios. La estrategia del pensamiento complejo sólo puede desarrollarse de manera multidimensional y multipolarizada, debe auto-regenerarse sin cesar. Así como el cosmos no consiste en una maquinaria perfecta, sino que al mismo tiempo es un proceso en vías de desintegración y de organización, de la misma manera el conocimiento «completo» resulta imposible: debe ser multidimensional, elástico. Lo «complejo» no puede resumirse en una definición cerrada, ni ser aprisionado en una ley, ni ser disecado hasta convenirse en una idea simple. La aventura de pensar está siempre amenazada por la confusión y la tentación de simplificar. Entre lo posible y lo imposible, lo destruido y lo no construido, lo imaginado y lo real, la opresión y la libertad, la sabiduría y la ignorancia, la tentación unidimensional conduce a todo tipo de dictaduras. La percepción multidimensional de Morin consiste en proclamar que el progreso debe dejar de ser una noción lineal, simple, segura, irreversible, para volverse complejo y problemático... ya no podemos creernos en el seno de un universo fijo y eterno, no sabemos de dónde procede nuestro universo, no sabemos a dónde va, no sabemos por qué nació. Pero sabemos que estamos inmersos en él: le pertenecemos, aunque también nos pertenece. «La complejidad multidimensional que impulsa la aparición de una nueva microertructura (familia, nuevas relaciones eróti -

UN PENSAMIENTO

MULTIDIME

NSIONA L / 35 1

co-afectivas) es asimismo el motor del surgimiento de una macroestructura que hace saltar por los aires el cuadro cerrado de la paleosociedad, a la vez que da nuevos horizontes y e nriquece la esfera demográfica de la organización social.» En consecuencia: conocer no es clasificar y archivar , sino negociar, trabajar, inventar, desafiar, discutir, pelearse con lo desconocido que se atomiza, disuelve y reconstruye sin cesar, haciendo que toda solución aun problema produzca una nueva pregunta, y que toda pregunta abra gamas reflexivas cada vez más complejas y menos enigmáticas. Con muchas dimensiones y confines, y escasas posibilidades de evasión.

CAPÍTULO 2

Ecología de la comprensión

«La reforma del pensamiento es un problema antropológico e histórico clave. Eso implica una revolución mental todavía más considerable que la revolución copernicana. Nunca, en la historia de la humanidad, las responsabilidades del pensamiento fueron tan abrumadoras.«

Cretinización "- Parcialidad. La reconfiguración del acto de pensar, del modo de conocer y, por consiguiente, del ejercicio de la ensefianza - en todos los planos, constituyen según Morin desafíos recutrentes para el esbozo de un nuevo contrato social y de las estrategias necesarias que contrarresten la lógica a corto plazo (que provoca la inteligencia ciega y el pensamiento mutilado). Las racionalidades parciales y cerradas de esa lógica inválida se vuelven mortíferas porque imponen un paradigma seudo-racional según el cual la ciencia y la técnica asumen y pretenden monopolizar el desarrollo humano. En tal sentido, Morin cree que «la razón que ignora a los seres, la subjetividad, r' 1a afectividad y la vida, es irracional». Y sostiene que el gran

ECOLOGÍA DE LA COMPRENSIÓN / 39

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desafio para el conocimiento, la educación y el pensamiento de los años venideros surge por una parte de la contradicción entre problemas cada vez más globales, interdependientes y planetarios, y por otra de nuestra forma de conocer, cada vez más fragmentada, parcelada y compartimentada. A partir del siglo Xvn, el paradigma simplificador impuso principios de disyunción, reducción y abstracción, controló la aventura del pensamiento occidental e indudablemente permitió los inmensos avances del conocimiento científico y de la reflexión filosófica. Pero a lo largo del siglo xx comenzó a tener consecuencias nocivas, pues enrareció las comunicaciones entre tal conocimiento y dicha reflexión: finalmente, privó a la ciencia de toda posibilidad de conocerse, de reflexionar sobre sí misma, y hasta de concebirse científicamente a sí misma. Su principio de disyunción aisló radicalmente entre sii los tres grandes campos del conocimiento científico: la física, la biología y la ciencia del hombre. Incapaz de concebir la conjunción de lo uno y lo múltiple, concluyó unificando abstractamente (anulando la diversidad) o, por el contrario, yuxtaponiendo la diversidad (sin concebir la unidad).

cesitar la noción de hombre: presumen que la existencia del hombre es apenas ilusoria. AI mismo tiempo que los medios masivos promueven una cretinización vulgar, « la universidad produce la cretinización de alto nivel.. Es en este punto donde Morin percibe la proximidad de una mutación sin precedentes en el conocimiento, pues: «Éste está cada vez menos hecho para reflexionar sobre él mismo y para ser discutido por los espíritus humanos, cada vez más hecho para ser engranado en las memorias informáticas y manipulado por potencias anónimas, empezando por los jefes de Estado. Esta nueva, masiva y prodigiosa ignorancia es ignorada, ella misma, por los sabios. Éstos, que no controlan, en la prdctica, las consecuencias de sus descubrimientos, ni siquiera controlan intelectualmente el sentido y la naturaleza de su investigación. v

Nexos reveladores La lógica clásica sólo expresa un aspecto del razonamiento humano. Dado que el cerebro humano es un sistema biológico, cabría pensar que funciona con un grado todavía más elevado de complejidad que los sistemas biológicos comple-

Dilución. Morin sostiene que esa inteligencia destruye los conjuntos y las totalidades, aísla a todos sus objetos de sus ambientes. No puede concebir el lazo inseparable entre el ob-

jos. Sin embargo, el razonamiento mediante el lenguaje no es más que un aspecto, una de las producciones del cerebro,

servador y la cosa observada. Las realidades clave son desintegradas. Se diluyen entre los hiatos que separan alas disciplinas. Así, las disciplinas de las ciencias humanas dejan de ne -

todas sus potencialidades complejizantes. Como ya lo estarfan evidenciando las insuficiencias de los ordenadores digitales, el razonamiento humano sólo obedece a la lógica di-

y quizá no ha desarrollado (Morin está persuadido de ello)

40 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

ECOLOGIA DE LA COMPRENSIÓN / 41

gital de modo fragmentario. También trabaja con lo vago y

objetivo no es reducir las globalidades a sus partes ele-

según procesos analógicos.

mentales ni tratar de diseccionarlas, sino distinguirlas y relacionarlas.

Miopías. Habría que aspirar a lo que expresó Blaise Pascal en el siglo xvn: «Considero imposible conocer las parses sin conocer el todo, igual que conocer el todo sin conocer cada una de las partes.» De ahí emana la necesidad de un pensamiento que pueda contextualizar lo singular, lo particular y lo local, poniendo lo global en relación con las partes. Las miopías del caso son puntualizadas por Morin cuando se refiere a... «...La ciencia humana mds avanzada en el campo de la formalización —la ciencia económica— y que ha resultado incapaz, en conjunto, de predecir las perturbaciones actuales [...1 Por que' esta incapacidad? Porque la economía está cerrada, cerrada sobre si misma, y pierde sus conexiones con el resto del contexto humano y social. De ahí [insiste) la necesidad de una reforma del pensamiento, inseparable de una reforma de la enseñanza». El oficio de enseñar se funda en cuatro principios rectores: • En principio, los grandes pedagogos consideran que el estudiante no es un recipiente para llenar sino una lámpara para encender. Ya en el siglo xvi, Michel de Montaigne sostenía que «más vale una cabeza bien hecha que una cabeza muy llena». La cuestión no consiste en acumular conocimientos, sino en organizarlos en función de los puntos estratégicos más importantes. El

• En segundo término, toda cultura humanística necesita enseñar la condición humana, un requerimiento todavía mayor en la actual era planetaria, donde el conjunto de la humanidad vive en una comunidad de destino sujeta a las mismas problemáticas del vivir y del morir. En este plano, Morin concibe un nexo entre el conocimiento científico y el de las humanidades: partir de los grandes agrupamientos multidisciplinarios que se produjeron en las años sesenta, como las ciencias de la «A

Tierra y la ecología, podemos empezar a situar la condición humana en el cosmos, no sólo localmente, sino temporalmente, puesto que estamos hechos de partículas que se formaron en los primeros segundos del universo; por dtomos de carbono formados en un sol anterior al nuestro. Esto nos sitúa en nuestra filiación cósmica, pero al mismo tiempo indica nuestra diferencia, nuestra particularidad, que procede de la cultura del pensamiento y de la conciencia. El regalo que pueden ofrecer las ciencias a la cultura humana es situarnos.» El tercer objetivo consiste en enseñar a vivir. ¡Qué significa vivir? No consiste sólo en aprender técnicas, conocimientos y sistemas productivos, sino en mantener vínculos con otros y consigo mismo. La literatura, la poesía y el cine (para Morin, «el gran arte de nuestro siglo») son escuelas de vida que exponen la complejidad de los seres

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humanos y de sus nexos. Las perfila como escuelas donde se aprende a conocer al ser humano, no tanto desde la óptica desubjetivada de las ciencias obje ti vas, sino como sujeto-individuo que vive, sufre, ama, odia, en una vorágine de relaciones humanas. Finalmente, se trata de formar ciudadanos, no sólo de la nación de cada cual, sino también de la Tierra. La noción de ciudadano terrestre puede desprenderse precisamente del examen de lo que es la condición humana y de un hu-

ECOLOGIA DE LA COMPRENSIÓN / 43

dad, una de los componentes de la preservación de la humanidad frente a las fuerzas aterradoras que ella misma ha desencadenado sin poder, hasta el momento, regularlas. »

Des-endiosar la Razón Partículas. Morin resalta el papel de la educación primaria para la reforma del pensamiento que postula y cree que en las universidades las ideas ya están imprinted, cristalizadas. Por ejemplo, p ropone que la escuela no dicte geografía e historia como

manismo renovado, alejado de la actitud arrogante de la persona que se considera como único sujeto del universo, destinado a ser amo del mundo, una idea fatal que se encuentra a lo largo de toda la historia humana en este planeta. Dicho humanismo no ambiciona el dominio. Su

la química, pues piensa que lo biológico es una organización de lo químico. Luego, se avanzaría en dirección a los temas huma-

misión es la convivencia en la Tierra:

nos, como la psicología, las ciencias sociales, la historia, la an

«Si existe una forma de pensamiento que haya que inculcar desde la educación, es el saber que la unidad contiene la multiplicidad, y que la multiplicidad contiene la unidad » Por tanto, se trata de un humanismo arraigado terrenalmente, biológicamente y que, por supuesto, nos implante en esta Tierra mediante la toma de conciencia de una comunidad de destino entre todos los seres humanos, que afrontan los mismos problemas de vida o muerte que son la amenaza atómica, el apocalipsis ambiental, el colapso económico, la degradación cultural: «Como el pensamiento ciego nos conduce a la catástrofe, la reforma del pensamiento no es un lujo intelectual. Es una necesi -

disciplinas separadas, sino que los alumnos aprendan las relaciones que existen entre ellas, lo que ellas significan en conjunto. Desde all í se podría ir hacia la biología, y desde ésta hacia

ri ncipio-troplgíaydemás.Ecnvioquedslp

es necesario mostrarle a los niños que en nosotros mismos se encuentra todo lo que la escuela acostumbra a separar: «Nuestro cuerpo, insisto, está formado por las mismas partículas que dieron origen al cosmos. No se trata de destruir las dis-

ciplinas, sino de mostrar que forman parte de un conjunto.»

Da prioridad a la necesidad de desarrollar la autoconciencia, el ejercicio de la proyección de sí mismo hacia el universo y de la presencia del universo en uno mismo. Por ejemplo, esta dinámica también resultaría útil para la resolución de disputas, pues en general cada cual piensa que tiene razón y registra únicamente las cos as desagradables que ha dicho el otro. Señala que sería

44 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

preciso entender que en la exaltación, la rabia, hay una circularidad, una recursividad, y tal vez se logre asumir que luchar contra el egocentrismo es tratar de entender al otro, comprender que el papel de cada individuo sólo se explica en relación al otro. Tecnocracia. Morin destaca que, agazapada en su propio centro, la razón posee un contenido autodestructor, una irracionalidad oculta, que cuando se desencadena pasa a ser el amo y la guía de la razón, enloqueciéndola. En to nces la razón funciona como un instrumento de poder y dominación: se consagra a la instauración de un orden racional irre frenable, que es la base de codas las burocracias y las tecnocracias que sofocan a los pueblos. Porque su objetivo es construir, a cualquier p recio, un pueblo para dicha tecnocracia, un suje to para el objeto. Dice entonces:

ECOLOGIA DE LA COMPRENSIÓN / 45

que dividió y encasilló todas las realidades complejas. Y en consecuencia, fue incapaz de situar en el contexto adecuado sus datos y sus problemas, incapaz de comprender las pasiones humanas, incapaz, sobre todo, de comprender las carencias de su propia lógica e incapaz de concebir su locura. El antiguo racionalismo creta que la razón progresa de un modo continuo y lineal. Pero en verdad lo hace mediante mutaciones y reorganizaciones profundas: la razón es una realidad evolutiva. Y ante el asedio de una cultura reductora y fragmentadora, fundada en el cálculo y el uso exclusivo de instrumentos, Morin apunta a cultivar una cultura que fecunde y dinamite los nexos que aparecen en los espacios antroposocial y antropolftico.

La más bella armonía

« Hoy nos parece racionalmente necesario repudiar toda diosa razón, es decir, cerrada, autosuficiente. Tenemos que considerar

Entre los escombros de la sociología y la política tradicionales, Morin admite que todo pensador con aspiraciones de

la posibilidad de una evolución de la razón.»

conocimiento no puede basarse actualmente en una evidencia

Toda racionalidad, individual o colectiva, que se base exclusivamente en el ejercicio de un accionar racional superlativo, difícilmente será consciente de la irracionalidad implícita en esa acción eminentemente racional. Por eso, ante la i rracional

indudable o en un saber definitivamente verificado. Le resulta imposible edificar su pensamiento sobre una certidumbre inconmovible:

tor desencadenante del desastre yugoslavo. Indicó que del la-

«Mi búsqueda del Método no parte del suelo firme, sino de un suelo que se hunde. El fundamento de mi obra es la pérdida del fundamento cienujico, la ausencia de todo otro fundamento, .-pero no la nada [...] El método de la complejidad no tiene como

do occidental también se produjeron los estragos de una racionalidad ciega —por abstracta, cuantitativa, mecánica

misión volver a encontrar la certidumbre perdida y el principio Uno de la verdad.»

catástrofe político-militar de Kosovo en 1999, Morin denunció que la barbarie del total-nacionalismo no fue el único fac-

46 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

Todo lo contrario: debe construir un pensamiento que se nutra de incertidumbres en vez de sucumbir a partir de ellas. Debe evitar el corte de los nudos gordianos entre objeto y sujeto, naturaleza y cultura, ciencia y filosofía, vida y pensamiento. Por eso, su «método» destaca que la visión ecológica pone de relieve necesariamente el papel activo del observador/conceptuador en toda observación/concepción. Desafío. Así corno el epistemólogo Gregory Bateson sostenía la necesidad de elaborar una ecología de las «ideas dañinas» (tal como el ecólogo combate los «yuyos nocivos»), Morin reivindica la necesidad de un pensamiento ecologizado, como introducción de la visión ecológica y de la dimensión ecológica en la descripción y explicación de todo lo viviente, incluida la sociedad, el hombre, el espíritu, l as ideas y el conocimien to . Y proclama: «De aquf en adelante, el paradigma ecológico aparece en su naturaleza fundamentalmente antidisyuntiva, antirreductora, antisintplificadora. Viene a desafiar el paradigma rey que rige todavía nuestro pensamiento.» No instala un principio holista incompleto, desarraigado de los torbellinos transformacionales del p resente, cuyo paradigma olvida dos términos capitales (interacciones y organización), sino un principio de conjunción, de multidimensionalidad, de complejidad. Recuerda palabras cruciales de Pascal: «Si el universo llegara a aplastarlo, el hombre sería todavía más noble que aquello que lo mata, porque sabe que muere, mientr as que de la ventaja que el universo tiene sobre él, el universo no sabe nada»

ECOLOGÍA DE LA COMPRENSIÓN / 47

El paradigma que Morin denomina de simplificación (reducción/disyunción) es insuficiente y mutilador. Por eso reclama un paradigma de complejidad que oponga y asocie a la vez, que conciba los niveles de emergencia de la realidad sin reducirlos a unidades elementales y a leyes generales. Es aquí donde nuevamente el viejo Heráclito acude en su apoyo: «Lo que es contrario resulta útil y la más bella armonía nace de lo que está en lucha.»

CAPÍTULO 3

El desafío de saber

«Hermanos que incordiáis en polltica, en sociología, en teoría, en ideología, en filosofía, durante treinta años he sido marginal, solitario, apartado de la moda, mientras imperaban el sartrismo, althusserismo, lacanismo, foucaltismo, deleuzismo, sociologismo, marxismo, estructuralismo. Si, hoy me beneficio de la crisis de las mitologías dementes, de las ideas simplonas, del pensamiento unidimensional, de las concepciones mutiladoras, que no sólo han imperado en política, sino también en la filosofía, en las ciencias sodales y en las ciencias exactas. Sí, es esta crisis la que impide que me aplasten el talón del cretinismo universitario y el ideológico.»

«Expertos» expropiadores Reforma. Ante la incógnita de si el homo sapiens es todavía prehistórico en el plano del espíritu y el comportamiento (lo cual convertiría a su modo de pensar y aprehender la realidad en un impedimento), para superar los problemas actuales de la humanidad, Morin enarbola un credo-desafío. Propone una reforma del pensamiento que enseñaría a afrontar la complejidad con la ayuda de instrumentos, de conceptos capaces de rela-

EL DESAFIO DE SABER / Si

SO / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

artificial aislar cualquier problema importante a escala nacional. Cree que dicha reforma del pensamiento, que requiere a

dera necesarios para la educación del futuro. Para quebrar el imperio de las incertidumbres y reciclarlas en función de lo que la «compleja» humanidad necesitaría para no seguir degenerando hacia la inhumanidad. Su reflexión no elabora un tratado sobre el conjunto de materias que deben o deberían

su vez una reforma de los sistemas y contenidos educativos, no está en marcha en ninguna parte y que, sin embargo, es

enseñarse: pretende única y esencialmente exponer problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ig-

absolutamente necesaria.

norados u olvidados. Y que serían necesarios, indispensables, para enseñar en el nuevo siglo y abrir las compuertas hacia la concepción de la unidad de lo múltiple y la multiplicidad de

cionar los diferentes saberes que están a nuestra disposición en el despuntar de un nuevo siglo. La considera como algo vital para esta era planetaria en la que se ha vuelto imposible y

Disciplinas. Afirma que el conocimiento sólo es pertinente cuando se es capaz de contextualizar su información, de globalizarla y situarla en un conjunto. Sin embargo, el sistema de pensamiento que impregna la enseñanza de la escuela primaria ala universidad es un sistema que divide la realidad en parcelas y hace que las mentes sean incapaces de relacionar los distintos saberes clasificados en disciplinas. Por ello, Morin destaca que esta hiperespecialización de los conocimientos,

lo uno.

Siete saberes Según sostiene Morin, hay siete saberes «fundamentales»

que conduce a extrapolar un solo aspecto de la realidad, pue-

que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura. Además, el saber científico sobre el cual se apoyan

de tener importantes consecuencias humanas y prácticas en el caso, por ejemplo, de las políticas de infraestructuras que

sus propuestas para situar la condición humana no sólo es provisional, sino que destapa profundos misterios o comple-

muchas veces ignoran el contexto social y humano. Al mismo tiempo, contribuye a despojar a los ciudadanos de las decisiones políticas, en favor de los «expertos» (o expropiadores

jidades concernientes al Universo, a la Vida, al nacimiento del Ser Humano. Aquí se abre un campo indefinible en el

de la gestión comunitaria).

cual intervienen las opciones filosóficas y las creencias religiosas a través de las culturas y las civilizaciones.

Ruptura. Alérgico a los recetarios y a la dictadura de los «experos», no se aboca a elaborar alguna guía o compendio de enseñanza, sino que reflexiona sobre siete saberes que consi -

Cegueras. En pos del primer saber necesario, Morin se ocupa de las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión. Indica que es muy re ciente el hecho de que la educación, que

52 t EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

es la que tiende a comunicar los conocimientos, permanezca ciega ante lo que es el conocimiento humano, sus disposiciones, sus imperfecciones, sus dificultades, sus tendencias tanto al error como a la ilusión y que no se preocupe en absoluto por hacer conocer lo que es conocer. En efecto, no es posible considerar al conocimiento como una herramienta ready-made (instantánea) que puede utilizarse sin examinar su naturaleza. El conocimiento del conocimiento debe aparecer corno una necesidad primera que servirla de preparación para afrontar una infinidad de riesgos permanentes de error y de ilusión que actúan incesantemente como parásitos de la mente humana. Destaca que: «Se trata de armar cada mente en el combate vital para la lucidez. Par ello, es necesario introducir y desarrollar en la educación el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano, de sus procesos y modalidades, de las disposiciones tanto síquicas como culturales que permiten arriesgar el error o la ilusión.»

Aptitud. Seguidamente, en lo que denomina principios de un conocimiento pertinente, Morin observa que existe un problema capital, aún desconocido: la necesidad de promover un conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales para inscribir allí los conocimientos parciales y locales. La supremacía de un conocimiento fragmentado según las disciplinas impide a menudo actuar el vínculo entre las partes y las totalidades y debe dar paso a un modo de conoci -

EL DESAFÍO DE SABER / 53

miento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades, sus conjuntos. Propone: «Es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto. Es necesario enseñar los métodos que permiten - aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo.» En tercer término, resulta necesario enseñar la condición humana. El ser humano es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social, histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada - en la educación a través de las disciplinas y la que imposibilita aprender lo que significa ser humano. Habría que restaurarla de tal manera que cada uno, desde donde se encuentre, conozca y al mismo tiempo tome conciencia de su identidad compleja y de su identidad común a todos los demás humanos. «Así, la condición humana debería ser objeto esencial de cualquier educación: a partir de las disciplinas actuales, es posible reconocer la unidad y la complejidad humanas reuniendo y organizando conocimientos dispersos en las ciencias de la naturaleza, en las ciencias humanas, la literatura y la filosofía y mostrar la unión indisoluble nitre la unidad y la diversidad de todo lo que es humano.» En cuarto lugar, enseñar la identidad terrenal, ya que en lo sucesivo, el destino planetario del género humano será otra realidad fundamental hasta ahora ignorada por la educación.

54 / EDGAR MORIN V EL PENSAMIENTO COMPLEJO

El conocimiento de los desarrollos de la era planetaria —que se incrementarán durante el siglo XxL— y el reconocimiento de la identidad terrenal —que será cada vez más indispensa-

EL DESAFIO DE SABER / 55

ble para cada uno y para todos— deben convenirse en uno de

dificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza. Para Morin, la fórmula del poeta griego Eurípides (que data de hace veinti-

los mayores objetos de la educación.

cinco siglos) está ahora más actual que nunca:

Destino. De este modo, se vuelve pertinente enseñar la historia de la era plane taria que comienza con la comunicación de todos los continentes en el siglo xvl y mostrar cómo se volvieron intersolidarias todas las partes del mundo sin por ello ocultar las opresiones y dominaciones que h an asolado a la humanidad y que aún no han desaparecido: «Habrá que señalar la complejidad de la crisis planetaria que enmarca el siglo xx mostrando que todos los humanos, confrontados desde ahora con los mismos problemas de vida y muerte, viven en una misma comunidad de destino. »

Enseñar la comprensión El quinto saber necesario impone enfrentar las incertidumbres, ya que las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas pero, de la misma manera, dur an te el siglo xx, revelaron innumerables campos de ince rtidumbre. La educación debería comprender la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas (microfisica, termodinámica, cosmol ogía), en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas. Tendrían que enseñarse principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incier to, y mo-

«Lo esperado no se rumple y para lo inesperado un dios abre la puerta.» El abandono de los conceptos deterministas de la historia humana que creían poder p redecir nuest ro futuro, el examen de los grandes acon tecimientos y accidentes de nuestro siglo que fueron todos inesperados, el carácter en adelante desconocido de la aventura humana, deben incitarnos a preparar nuestras mentes para esperar lo inesperado y poder afrontarlo. «Es imperativo que todos aquellos que tienen la carga de la educación estén a la vanguardia con la incertidumbre de nuestros tiempos.» Xenofobia. El sexto paso consiste en enseñar la comprensión, que para Morin es al mismo tiempo medio y fin de la comunicación humana, pero actualmente la educación para la comprensión está ausente de nuestras enseñanzas. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Teniendo en cuenta la importancia de la educación para la comp re nsión en todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma de las mentalidades. Tal debela ser la tarea para la educación del futuro.

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La comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños, será de aquí en adelante vital para que las relaciones humanas salgan de su estado bárbaro de incomprensión. Afirma con rotundidad: «De ahí, la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus raíces, sus modalidades y sus efectos. Este estudio sería tanto más importante cuanto que se centrara, no sólo en los síntomas, sino en las causas de los racismos, las xenofobias y los desprecios. Constituiría, al mismo tiempo, una de las bases más seguras para la educación por la paz, a la cual estamos ligados por esencia y vocación.» Protagonismo. Finalmente, y de modo englobador, se presenta el tema de la ética del género humano. Morin tiene la convicción de que la educación debería conducir a una «antropo-ética» considerando el carácter ternario de la condición humana como es el de ser a la vez individuo.--. sociedad — especie. En este sentido, la ética individuo/especie necesita un control mutuo de la sociedad por el individuo y del individuo por la sociedad, es decir, la democracia; la ética individuo --' especie convoca ala ciudadanía terrestre en el siglo xxl. Ello abre un par de perspectivas protagónicas: • La ética no se podría enseñar con lecciones de moral. Debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad, parte de una especie. Llevamos en cada

uno de nosotros esta triple realidad. De igual manera, todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana. • De ahí, se esbozan las dos grandes finalidades ético-políticas del nuevo milenio: establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio de la democracia y concebir la humanidad como comunidad planetaria. La educación debe no sólo contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino también permitir que esta conciencia se traduzca en la voluntad de realizar la ciudadanía terrenal.

El nuevo saber Existe una tendencia generalizada a ignorar la unidad del género humano cuando se observa la diversidad de las culturas y de las costumbres, y otra tendencia a borrar la diversidad al contemplar la unidad. El verdadero problema es ser capaces de ver lo uno y lo otro, puesto que lo propio del ser humano reside precisamente en ese potencial de diversidad, de los lenguajes, de las psicologías, etc., que no tiene por qué poner en 'tela de juicio la unidad humana, al mismo tiempo anatómica, genética, cerebral, intelectual y afectiva. Ante el «homo complexus», Morin resalta que... «Somos seres infantiles, neuróticos, delirantes, siendo también racionales. Todo ello constituye el tejido propiamente humano.»

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Este ser humano complejo se alimenta de conocimientos comprobados, pero también de ilusiones y de quimera. Y cuando en la ruptura de los controles racionales, culturales, materiales, hay confusión entre lo objetivo y lo subjetivo, entre lo real y lo imaginario, cuando hay hegemonía de ilusiones, desmesura desencadenada, entonces el «homo demens» somete al «homo sapiens» y subordina la inteligencia racional al servicio de sus monstruos. Salvajismo. La razón cerrada era simplificadora. No podia afrontar la complejidad de la relación sujeto-objeto, ordendesorden. Pero la razón compleja puede reconocer esos nexos fundamentales, puede reconocer en sí misma una zona oscura, Airracionalizable» e incierta: la razón no es totalmente racionalizable». «La razón compleja ya no concibe en oposición absoluta, sino en oposición relativa, es decir, también en complementariedad, en comunicaciones, en intercambios, los términos hasta ahora antinómicos: inteligencia y afectividad, razón y sinrazón. Homo no es solamente sapiens, sino sapiens/demens.» Un estado bárbaro del espíritu humano. Desde sus orígenes, el ser humano estuvo condenado a una existencia pendular entre la teoría -abierta y la doctrina, entre el uso complejo de su racionalidad y las racionalizaciones más demenciales. Por eso, los postulados de Morin enfatizan que será imposible revolucionar los modos políticos imperantes si no se revolucionan primero las formas con que son organizadas las ideas.

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El nuevo saber futuro exigirá enlaces activos y retroactivos entre las microtransformaciones (en los individuos, entre los individuos), las metatransformaciones (nuevas formas de o rganización social) y la megatransformación (planetaria). Morin admite que no sabe si la agonía en la que ingresó la especie humana es la de su nacimiento o la de su muerte. «Asf,

mientras se prepara un nuevo Renacimiento, permanecemos en la Prehistoria del espíritu, no vivimos en una verdadera Edad Media, no preparamos un verdadero Renacimiento, no terminamos la Prehistoria. Estamos en la edad de hierro planetaria. Preparémonos a todo, salvo al porvenir radiante.» Hoy, el saber humano, en pleno vértigo mutante, es como una sonda sideral disparada hacia el espacio infinito: sabe desde dónde partió, pero no puede de modo alguno discernir su destino. Si es que existe.

CAPITULO 4

Irrupción del sujeto plural

«La era del caos nos permite precisar hoy la tarea. ?Qué hacer? No ciertamente la seudoofensiva quijotesca contra los gigantes (que no son de ningún modo molinos de viento); hay que invertir el problema: no jugar a la conquista del mundo, sino, por el contrario, hacer fundaciones... construir islotes de investigación en donde habrá que esforzarse por elaborar, en estos tiempos en que tanto el saber como la política están en migajas, la teoría antropo-cosmológica, sin la cual no hay nueva concep. ción revolucionaria posible.»

El « cosmopiteco» Dilapidación. Mucho antes de que el fenómeno de la globalización se constituyera en una referencia ineludible de la humanidad de estos tiempos, Edgar Morin ya estudiaba en profundidad la cultura de masas y todos los procesos que configuraron un cosmopolitismo irreversible. Excepto algunos pocos islotes de sujetos prehistóricos todavía existentes en las selvas tropicales de África y América Latina, y de pequeñas comunidades tribales no absorbidas aún por la ideología del

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mercado en la vastedad de Asia y de Australia, el horno consumar (dilapidador) predomina en la casi totalidad de nuestro planeta. La televisión por cable, Internet, los sistemas cada vez más perfeccionados para la transmisión electrónica de datos (y dentro de no mucho tiempo de objetos inertes y de organismos simples), e infinitos recursos cibernéticos para el diagnóstico (corporal o planetario) o la extrapolación pluridimen-

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ble (criatura), flexible, fértil, que puede ser estudiado sociológica o antropológicamente, política o filosóficamente. Pero que jamás puede ser descontexrualizado (ni descontextualizarse) porque la autonomía del ser humano emana de una gama ilimitada y expansiva de interacciones con sus semejantes. Es aquí donde Morin introduce el concepto de transdisciplinariedad como herramienta para pensar de un modo paradigmáricamente complejo (plural), sin ceder un ápice a los impera-

sional de datos estadísticos, han embutido a los investigadores y exploradores del siglo xxI en un vértigo prácticamente in-

tivos de la simplificación, del aislamiento. Por eso afirma que la proliferación actual de las disciplinas académicas y no académicas conduce a un crecimiento expo-

finito. El conocimiento individual basado en la abstracción navega simultáneamente con un conocimiento plural que

nencial del saber que hace imposible toda mirada global del ser humano y que sólo una inteligencia que dé cuenta de la dimen-

emerge de una plétora de fuentes entrelazadas. Morin, nada

sión planetaria de los conflictos actuales podrá hacer frente a la complejidad de nuestro mundo y al desafío contemporáneo de la autodestrucción material y espiritual de nuestra especie. En ta] contexto, la vida está seriamente amenazada por

ajeno a esta vorágine, ya preguntaba en 1962: z¿Qué llegarán a ser estos fermentos, estas savias, cuando el hombre se vea cada vez más atraído por la prodigiosa aventura técnica, que no sólo le abre los horizontes cósmicos, sino las posibilidades de una transformación interna radical, de una mutación insospechada? Hay demasiadas variantes entretejidas, demasiadas incertidumbres, demasiada tensión preapocalíptica para que uno pueda atreverte a prever. Pero puede que ya, ante nuestros ojos, y en fragmentos sueltos, se esté perfilando el bosquejo simiesco –el cosmopiteco– de un ser (¡dotado de más conciencia y de más amor?) que podría afrontar el devenir y asumir la condición cósmica. » Pluralidad. El individuo o sujeto pluralizado, globalizado, acosmificado», sigue siendo un ser cultural, un ente malea -

una tecnociencia triunfante, que sólo obedece ala horrible 16gica de la eficacia por la eficacia. La ruptura contemporánea entre un saber cada vez más acumulativo y un ser interior cada vez más empobrecido conduce a un ascenso de un nuevo oscurantismo, cuyas consecuencias en el plano individual y social son incalculables.

Tra nsd isci psi nariedad El incremento de los saberes, sin precedente en la historia, aumenta la desigualdad entre aquellos que los poseen y los que carecen de ellos, engendrando así desigualdades crecientes en

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el seno de los pueblos y entre las naciones de nuestro planeta. Al mismo tiempo que todos los desafíos enunciados tienen su contraparte de esperanza y que el crecimiento extraordinario de los saberes puede conducir, a largo plazo, a una mutación comparable al paso de los homínidos a la especie humana. Basándose en estas preocupaciones, Morin y los participanres en el Primer Congreso Mundial de Transdisciplinariedad (Portugal, 1994) adoptaron un conjunto de principios fundamentales de la comunidad de espíritus transdisciplinarios, constituyendo un contrato moral que todo signatario de la misma establece consigo mismo, fuera de coda coacción jurídica e institucional: • Toda tentativa de reducir al ser humano a una definición y de disolverlo en estructuras formales, cualesquiera que sean, es incompatible con la visión transdisciplinaria. • El reconocimiento de la existencia de diferentes niveles de realidad, regidos por diferentes lógicas, es inherente a la actitud transdisciplinaria. Toda tentativa de reducir la realidad a un solo nivel, regido por una única lógica, no se sitúa en el campo de la transdisciplinariedad. • La transdisciplinariedad es complementaria al enfoque disciplinario; hace emerger de la confrontación de las disciplinas nuevos datos que las articulan entre sí, y ofrece una nueva visión de la naturaleza y de la realidad. La transdisciplinariedad no busca el dominio de muchas disciplinas, sino la apertura de todas las disciplinas a aquellos que las atraviesan y las trascienden.

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• La clave de bóveda de la transdisciplinariedad reside en la unificación semántica y operativa de las acepciones a través y más allá de las disciplinas. Ello presupone una racionalidad abierta, a través de una nueva mirada sobre la relatividad de las nociones de «definición» y «objetividad». El formalismo excesivo, la absolutización de la objetividad, que comporta la exclusión del sujeto, conducen al empobrecimiento. • La visión transdisciplinaria es decididamente abierta en la medida que trasciende el dominio de las ciencias exactas por su diálogo y su reconciliación, no solamente con las ciencias humanas sino también con el arte, la literatura, la poesía y la experiencia interior. • En relación a la interdisciplinariedad y a la multidisciplinariedad, la transdisciplinariedad es multirreferencial y multidimensional. Teniendo en cuenta las concepciones de tiempo y de historia, la transdisciplinariedad no excluye la existencia de un horizonte transhistórico. • La transdisciplinariedad no constituye una nueva religión, ni una nueva filosofía, ni una nueva metafísica, ni una ciencia de las ciencias. • La dignidad del ser humano es también de orden cósmico y planetario. La actuación del ser humano sobre la Tierra es una de las etapas de la historia del universo. El reconocimiento de la Tierra como patria es uno de los imperativos de la transdisciplinariedad. Todo ser humano tiene derecho a una nacionalidad, pero, a título de habitante de la Tierra,

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• Rigor, apertura y tolerancia son las características fundamentales de la actitud y visión transdisciplinaria. El rigor en la argumentación, que tiene en cuenta todas las cuestiones, es la mejor protección respecto de las desviaciones posibles. La

él es al mismo tiempo un ser transnacional. El reconocimiento por el derecho internacional de la doble pertenencia —a una nación y a la Tierra— constituye uno de los objetivos de la investigación transdisciplinaria.

apertura incluye la aceptación de lo desconocido, de lo inesperado y de lo imprevisible. La tolerancia es el reconocimien-

• La transdisciplinariedad conduce a una actitud abierta hacia los mitos y las religiones y hacia quienes los respetan en

to del derecho a las ideas y verdades contrarias a las nuestras.

un espíritu transdisciplinario. • No hay un lugar cultural privilegiado desde donde se pueda juzgar a las otras culturas. El enfoque transdisciplinario es en sí mismo transcultural. • Una educación auténtica no puede privilegiar la abstracción en el conocimiento. Debe enseñar a contextualizar, concretar y globalizar. La educación transdisciplinaria revalúa el papel de la intuición, del imaginario, de la sensibilidad y del cuerpo en la transmisión de los conocimientos. • La elaboración de una economía transdisciplinaria está fundada sobre el postulado de que la economía debe estar al servicio del ser humano y no a la inversa. • La ética transdisciplinaria rechaza toda actitud que niegue el diálogo y la discusión, cualquiera que sea su origen, ideológico, cientista, religioso, económico, político, filosófico. El saber compartido debería conducir a una comprensión compartida, fundada sobre el respeto absoluto de las alteridades unidas por la vida común sobre una sola y misma Tierra.

El Método de Morin se basa en el carácter circulante del conocimiento: para él sólo es posible pensar en movimiento, fuera de las fórmulas estáticas establecidas por la lógica clásica, que . no le interesa invalidar. Apenas constata sus insuficiencias, para embarcarse de inmediato en un ejercicio incesante del pensamiento-construcción, de la cultura (cultivo) de la complejidad, como ámbito general del pensamiento. Temáticas. Las carreras para el estudio del pensamiento complejo que se constituyen por doquier a partir de sus pro' puestas, parten generalmente de cinco ejes temáticos: • El contexto. Lo global (nexos entre las partes y el todo); lo multidimensional y lo complejo; la era planetaria (identidad y conciencia terrenal). • Epistemología compleja. Errores y cegueras paradigmáticas; condiciones del conocimiento; incertidumbre; conocimiento del conocimiento. ,•

Pensamiento complejo. Educación y transdisciplinariedad (enseñanza de la comprensión); el espíritu reductor; ego-

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centrismo, etnocentrismo y sociocentrismo; ética de la comprensión; interdisciplina, multidisciplina y transdisciplina; conciencia de la complejidad humana. • Antropología de la era planetaria. La condición humana (desarraigo humano, lo humano de lo humano); unidad y diversidad humana; el pensamiento planetario y la humanidad como destino planetario; diálogo entre ciencia, poesía, religión y filosofía. • Complejidad aplicada. Mentes, máquinas, redes e imaginación; pensar, computar y organizar; sociedad del riesgo y ecología de la acción; toma de decisiones e incertidumbres; democracia y complejidad.

Semillas de incertidumbre Morin destaca que las ciencias han enseñado muchas ceotezas, pero que no siempre han abordado la enseñanza de la existencia, además, de múltiples campos de incertidumbre: «Todo lo que se puede hacer son proyecciones. b..1 Creo que el destino humano siempre ha conllevado un alto grado de incertidumbre y la correspondiente necesidad de hacer frente a tal incertidumbre. ¿Cuales son entonces los medios para enfrentar las incertidumbres? Es necesario aprender estrategias para en-

frentarlas, pero no estrategias que supongan que el medio es estable sino estrategias que nos permitan ser capaces de afrontar y modificar lo inesperado a medida que encontramos nuevas informaciones. Así pues, enfrentar las incertidumbres constituye un punto capital de la enseñanza.»

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Está claro: una enseñanza compleja, basada en un pensajeLiento pletórico de cualidades y apenas obsesionado por las %cantidades, pues sin una comprensión cabal de las cosas no 'hay forma de explicarlas y de convertirlas en semillas de saberes expansivos. Es un ritual de la sorpresa, de la pluralidad. Frente a las resistencias académicas que esto provoca, Motin no cesa de proclamar que ya mismo debe prepararse la reforma del pensamiento, como modo de encarar los desafíos de un universo cada día más complejo, en lo contextual y lo ambiental, en lo cerebral y lo universal. Una «reforma» que sea mucho más que un aggiornamento o una modernización, que responda a las propias necesidades de la prosecución de la hominización (no en el sentido teológico de Teilhard de Chardin

sino como fuerza de comunicación y de comunión para civilizar una Tierra donde los humanos dedican la mayor parte de su tiempo a sobrevivir. Para Morin, hominizarse, vivir para vivir, es vivir poéticamente.) Sectarismo. Visualiza la resistencia del establishment mandarin/universitario ante el pensamiento transdisciplinario como equivalente a la de la Sotbona del siglo XVII frente al desarrollo de las ciencias: «Hoy, la posibilidad de pensar y el derecho al pensamiento son rechazados por el propio principio de organización disciplinaria de los conocimientos y por el hecho de que la filosofía se encierre en sí misma. [...] Los científicos niegan a los no científicos la aptitud, el derecho, la capacidad de pensar sus descubrimientos y sus teorías.»

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Si bien ello vuelve inevitable una confrontación entre el pensamiento único y el pensamiento complejo, éste elude la si mplificación y la reducción: es ejercido de modo relacional, solidado. Separa para discernir mejor, y unifica para comprender más. No construye totalidades, organiza amplitudes: el pensamiento complejo no es un pensamiento sobrehumano, sino simplemente un pensamiento que querría ser no mutilado y no mutilador. Morin concibe la lógica de la complejidad como una lógica que, para alguna de sus operaciones, trabaja sobre lo vago de forma a su vez imprecisa. No se trata de hallar un principio unitario de todos los conocimientos, una receta que encierre lo real en un caja, sino de...

«Fortificarnos en la lucha contra la enfermedad del intelecto –el idealismo– que cree que lo real puede dejarse encerrar en la idea, y que acaba par considerar el mapa institucional coma si fuera el territorio; y contra la enfermedad degenerativa de la racionalidad –que es la racionalización–, la cual cree que lo real puede agotarse en un sistema coherente de ideas.» Más que una idea rectora, Morin ofrece el sentimiento de una comunidad de destino profundo, que unifica las ideas de solidaridad y fraternidad. El nexo entre la complejidad y la solidaridad no es mecánico: es fluctuante, maleable. Para él, la idea del sujeto se origina en el ser viviente más arcaico, pero no se reduce a O. Se desarrolla con la animalidad, la afectividad y, en el hombre, aparece una novedad que califica como eextraordinaria»: el sujeto consciente.

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Y concluye:

«El ser-sujeto ha nacido en un universo fárico, el cual ignora la subjetividad a la que ha dado lugar, a la que ampara y amenaza a la vez. El individuo viviente vive y muere en este universo donde sólo le reconocen como sujeto algunos congéneres vecinos y simpáticos. Así pues, en la comunicación cariñosa es donde podemos encontrar sentido a nuestras vidas subjetivas...

CAPÍTULO 5

'Apología de la reflexión compleja

«He renunciado a toda esperanza de una doctrina y de un pensamiento verdaderamente integrados. »

Fundamentos absolutos Unificación. Morin enfatiza que la complejidad es el desafío, no la respuesta. Que lo complejo no puede resumirse en el término complejidad, retrotraerse a una ley de complejidad, reducirse a la idea de complejidad. No existe modo de definir la complejidad de manera simple para que ocupe el lugar de la complejidad: «La complejidad es una palabra problema y no una palabra soluci6n.» Pero reconoce sin cesar que está a la búsqueda de una posibilidad de pensar trascendiendo la complicación (inter-retroacciones innombrables), las incertidumbres y las contradicciones. Cuando lo acusan de plantear una antinomia entre la simplicidad absoluta y la complejidad perfecta responde que, para él, en principio, la idea de complejidad incluye la imperfec-

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ción porque no descarta la incertidumbre y el reconocimiento de lo irreductible. Sostiene que la complejidad es la unión de la simplicidad y de la complejidad. Es decir, se trata de la unión de los procesos de simplificación que implican selección, jerarquización, separación y reducción, con ot ro s contraprocesos que implican la comunicación, la a rticulación de aquello que está disociado y diferenciado. Desca rta la opción entre el pensamiento re ductor que sólo se remite a los elementos y el pensamiento globalista que únicamente ve el todo: «Lía ciencia clásica se fundaba en la idea de que la complejidad del mundo de los fenómenos podia y debía resolverse a partir de principios simples y de leyes generales. De este modo, la complejidad era la apariencia de lo real, y la simplicidad, su naturaleza misma.» La complejidad provoca y convoca a una absoluta reforma del pensamien to semejante a la que el astrónomo Copérnico produjo en el pasado tras desechar el paradigma egocéntrico de Tolomeo que situaba al planera Tierra como centro del universo y plantear el paradigma heliocéntrico, según el cual el Sol es el centro de nuestra galaxia... Lo que no impide que dentro de algunos millones de años suceda que, debido a fluctua-

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lamente se basa en una serie de certezas situadas local y espacialmente, como por ejemplo, la rotación de la Tierra De hecho, la ciencia es el dominio de múltiples certidumbres y no de la certeza absolu ta en el plano teórico. Por eso, cuando irrumpió la física cuántica y algunos de sus cultores proclamaron que «Einstein estaba equivocado», otros respondieron que no eta así, sino que simplemente había llegado al máximo de lo que permitían sus conocimientos y los instrumentos de su época. En lo referido a la certidumbre, la ciencia clásica se basó en tres fundamentos absolutos: el orden, la separación y la lógica. Así como para Descartes y Newton el orden del Univer: so era producto de la «perfección divina», Laplace desca rt ó la hipótesis sobre Dios y sostuvo que el orden funciona solo, «auto-consolidándose». Morin comenta que... ((La idea ch un determinismo absoluto se convirtió en objeto de una creencia casi religiosa entre los científicos, que por eso olvidaron que ella no puede, de modo alguno, ser demostrada. » Dogma. En cuanto a la separación, el dogma fue «conocer es se'parar». Descartes sostuvo que ante un problema complicado era necesario dividirlo en pequeños segmentos y trabajarlos

por instrumentos no concebibles ahora.

. uno después de otro. Por ello, las disciplinas científicas se desarrollan según la división de las grandes ciencias (física, bioelogia, etc.), lo cual origina compartimentos siempre nuevos. La sepatación entre ciencia y filosofía, y más ampliamente, entre

Limites. Durante el siglo xx tuvo lugar un gran descubrimiento: la ciencia no es el reino de la certidumbre, ya que segu -

ciencia y humanidades (filosofía, literatura, poesía, etc.), se ins=tituyó durante las edades moderna y contemporánea como una ( . ~Secesidad legítima. Según Morin...

ciones y pert urbaciones incalculables (teoría del caos), esa lectura del universo sea reemplazada por otra, fundamentada

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«En las ciencias, la separación entre el observador y su observación, o sea, entre nosotros los humanos, que consideramos los fenómenos, y éstos (los objetos del conocimiento), tenía valor de certeza absoluta. El conocimiento científico, objetivo, implicaba la eliminación del individuo y la subjetividad Si existiese un sujeto, él causaría perturbación, sería un ruido.» En cuanto al tercer pilar de la certidumbre, la lógica, se i mpuso la inducción. Sobre la base de un número importante y variado de observaciones se podia extraer de ella leyes generales. En cuanto a la deducción, era un medio implacable para dirigirse hacia la verdad. Morin resalta que... «Los principios aristotélicos de identidad, de no-contradicción y del tercero excluido, permitían eliminar toda confusión, equívoco y contradicción.»

Desorden universal La lógica, la separación y el orden le aporraron a la ciencia clásica la certidumbre absoluta en la que se basa. Y los resultados fueron tan brillantes que, paradójicamente, acabaron poniendo en jaque los principios que fundamentan la separación. Lo que entró en crisis en primer lugar fue el orden, o sea, el determinismo (todo lo que escapa de lo casual, de las perturbaciones y de la imprevisión); en efecto, la termodinámica introdujo el desorden molecular en el fenómeno denominado calor: «Hoy sabemos que nuestro Universo tiene un origen calorífero, surgió de un fenómeno térmico inicial, una especie de explosión seguida de una enorme agitación.»

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Bifurcaciones. Morin subraya que la presencia del desorden universal se revela en todos los niveles: microscópico, cosmoffsico y también histórico, humano. En cuanto a este último, recuerda que la historia no se reduce a procesos deterministas, está también hecha de bifurcaciones, casualidades, crisis, de todo aquello que Shakespeare llamó «el sonido y la furia». Pero en modo alguno esto quiere decir que el desorden ocupe el lugar del orden: «Un universo así sería tan insensato e imposible coma aquél en que reinase el orden puro.» Si reinara un orden puro no habría creación ni posibilidad de algo nuevo. Si sólo existiese desorden y agitación, el ¿lea (lo aleatorio, azaroso), el Universo sería sencillamente inviable. Por tanto, resulta necesario que desde el comienzo cierto número de principios, considerados como de orden, provoquen, bajo ciertas condiciones, algunos encuentros en esa agitación de partículas. El principio de interacción fuerte unirá y formará núcleos; el principio de interacción electromagnética impulsará los electrones para que se coloquen en torno del núcleo y formen átomos; finalmente, el principio gravitacional actúa en el plano de la formación de los astros, de las galaxias. En otros términos: «Estamos frente a esta paradoja: las nociones de orden y desorden se repelen mutuamente. El Universo es un cóctel de ambas, una mezcla muy diferente según los casos, las condiciones, los lugares, los momentos. [...] Según el ángulo de observación, -. un fenómeno dado puede inclinarse para un lado o para el r otro. [...] En cuanto a la separación, se percibió que ella conduce a la división de las partes constituyentes de los conjuntos or-

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ganizados en sistemas, lo cual proporciona un conocimiento insuficiente, mutilado. Biosfera. La primera mutación en las ciencias tuvo lugar en la física, a comienzos del siglo xx, y destronó al orden. La segunda comenzó en la segunda mitad de esa centuria, con las denominadas ciencias sistémicas, referidas a los sistemas ecológicos espontáneos que nacen de las interacciones entre las plantas, los animales, el terrero geofísico y el clima. Todas esas interacciones producen un conjunto más o menos autorregulado, sometido a perturbaciones. De ese modo, la ecología comenzó a tener en cuenta a partir de los años ochenta, además de los ecosistemas, el sistema todavía más complejo y más o menos regulado que es la biosfera. «Hoy, sabemos que el cosmos tiene una historia y que ésta sufrió transformaciones. El cosmólogo fue llevado a reflexionar sobre el mundo, su origen, su propósito o sentido, si es que existe alguno. Ad, él retoma la relación filosófica, reinventa una filosofía en estado salvaje. Y en efecto, por falta de interés de los filósofos, los científicos son obligados a reflexionar sobre el sentido de sus descubrimientos â, concluye Morin. Disección. Durante mucho tiempo se atribuyó al conocimiento científico la misión de disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelar el orden simple al que obedecen. El Método de Morin se propone como una travesía a través de los saberes para poner a prueba una idea: las ciencias nacieron y se desarrollaron sobre la base de un principio de

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simplificación. Pero en la actualidad se ven enfrentadas a la complejidad de un modo nada equiparable al pasado. Tradicionalmente, todo conocimiento ha intentado poner orden y unidad en un universo de fenómenos que aparecen como embrollos, multiplicidades, singularidades, incertidumbre y desorden. A esa necesidad de conocimiento, la ciencia clásica aportó no sólo un cuidado por la verificación, realizado mediante la experimentación, sino también un modo de pensamiento basado en un doble principio de disección (disyunción) y de reducción, que Morin define como principio de simplificación, saturado de limitaciones, insuficiencias y carencias ante complejidades que no permiten, como antaño, la posibilidad de dominar lo real. Ahora surge la inevitabilidad de dialogar y de negociar con lo real, que a menudo se presenta no como complejidad, sino como un complejo de complejidades. En este punto, Morin plantea la necesidad de disipar dos ilusiones que traban la práctica del pensamiento complejo: • En principio, creer que la complejidad conduce a la eliminación de la complejidad, que no constituye un estorbo pata el conocimiento sino que aparece allí donde el pensamiento simplificador falla, porque integra en sí misma todo lo que aporta orden, claridad, diferenciación y precisión en el conocimiento: «Mientras que el pensamiento simplificador desintegra la complejidad de lo real, el pensamiento complejo integra lo más posible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias mutiladoras, reduccionistas, unidimensionali-

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zantes y finalmente cegadoras de una simplificación que se toma por reflejo de aquello que hubiere de real en la realidad» • La otra ilusión consiste en confundir lo complejo con lo completo, ya que el pensamiento complejo aspira a hacerse multidimensional, a rendir cuenta de las articulaciones entre dominios disciplinarios disgregados por el pensamiento simplificador, que aísla lo que separa y oculta todo lo que religa, interactúa e interfiere. Aquí,

Morin remarca que resulta preciso...

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los objetos de conocimiento, los repone en su contexto para que sean posibles en la globalidad ala cual pertenecen: Y nos dice:

«Kant ya había mostrado que en el horizonte de la razón había cierto número de impasses fundamentales. Tal problema puede enfrentarse no soñando con ingresar en una nueva lógica, que nos permita integrar las contradicciones, sino mostrando que es posible promover un juego incesante de circularidad entre nuestra lógica tradicional y las transgresiones necesarias para el progreso de una racionalidad abierta. »

«El reconocimiento de un principio de incompletud y de incertidumbre, que también implica, por principio, el reconocimiento de los lazos entre las entidrdoc que nuestro pensamiento debe necesariamente distinguir, pero no aislar, entre sí. [...] El pensamiento complejo está animado por la tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento. »

«Morir de vida» Impasses. Los diccionarios etimológicos hispánicos definen lo complejo corno «lo complicado», algo que no es fácil de comprender o resolver. Por eso, Morin no cesa de señalar que la complejidad no es la complicación. Porque lo complicado se puede simplificar, mientras que el pensamiento complejo es ante todo un pensamiento que vincula. En oposición al modo de pensar tradicional, que divide el campo de los conocimientos en disciplinas atrincheradas y clasificadas, el pensamiento complejo es un modo de religación. Se opone al aislamiento de

Distinción. Ilustra ese propósito tomando un aforismo de Heráclito: Vivir de muerte, morir de vida. Lo asume como una proposición extravagante, pero añade que hoy, los seres vivos —nuestro organismo, por ejemplo— al funcionar degradan su energía, o sea, las moléculas de sus células. Éstas mueren y son reemplazadas por otras. Dicho de otra forma, nuestra vida prosigue gracias a la muerte celular, porque el organismo está dotado de un poder de regeneración continua. Cada latido del corazón, cada movimiento respiratorio, es una obra de regeneración. «Morir de vida: ése es nuestro proceso de rejuvenecimiento con-

tinuo. [...] Estas formulaciones nos permiten unir lo que el pensamiento clásico no consiguió [...] No podemos producir por decreto la reforma necesaria, porque ella está inscrita en el propio curso de la historia; pensemos en el paso del paradigma tolemaico al copernicano. Dicha reforma consiste en pasar a un paradigma de religación, conjunción, implicación mutua y distinción. Ella pre-

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supone un cambio de la enseñanza, que a su vez implica una transformación del pensamiento. Es un círculo vicioso, del cual precisamos salir un da...»

CAPÍTULO 6

Evolución de un método

Disimilitud. Dado que no resulta posible pensar fenómenos complejos con principios simples, tampoco se puede reflexionar sobre problemas nuevos con métodos viejos. El avasallante desarrollo técnico, informático, científico y económico de la época actual, con efectos disímiles de acelerada complejidad, no tiene antecedentes en la historia humana. Abre una si multaneidad de lecturas, incluyentes y excluyentes, e impone una certidumbre: la foto de una verdad no es la verdad, sino una imagen de la verdad (entre muchas imágenes posibles). En toda situación critica, individual o colectiva, la síntesis coincide con la disgregación. Y cuando un sistema determinado se encuentra saturado por problemas que no puede resolver, enfrenta dos posibilidades: o la regresión generalizada o un cambio de sistema (una mutación). El pensamiento complejo no rechaza en absoluto la claridad, el orden o el determinismo. Pero sabe que son intentos insuficientes, sabe que es imposible programar el descubrimiento, el conocimiento, la acción. Aquí Morin aconseja: «Debemos saber que todo lo importante que sucede en la historia mundial o en nuestra vida es totalmente inesperado, porque seguimos actuando como si nada inesperado debiera suceder nunca. Sacudir esa pereza del espíritu es una lección que nos da el pensamiento complejo.

«El primer volumen de El Método aparece en 1977. Por una coincidencia que me resultó beneficiosa, es un año de crisis intelectual, de incertidumbre y de reinterrogación. Con el asunto Lin Piao y el de la banda de los cuatro, el mito maoísta se sume en

lo grotesco. Con los boat people que huyen de Saigon y la conquista de Camboya, el Vietminh liberador se convierte en el Vietminh opresor. Con el auto-genocidio camboyano, el comunismo de Pol-Pot se ahoga en sangre. El paraíso tropical de Cuba se convierte en un inf ierno de bolsillo. Es, por todo ello, el derrumbe de la gran religión de salvación terrenal que había levantado el siglo xtx, y que acarrea el colapso del marxismo. Al mismo tiempo prosigue la lenta erosión del estructuralismo, del lacanismo, y se produce el despertar de los grander problemas que había creído resolver para siempre, entre ellos el del conocimiento.»

Auto-eco-organización Fertilidad. En sus abundantes raccontos autobiográficos, Morin consigna que antes de las históricas insurrecciones estudiantiles de mayo del 68 en Paris y otras capitales del plane-

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ta, su sistema men tal ya había hecho alguna incursión en algo que definió como una especie de reforma genética que lo conduciría a la estructuración primero y, después —a partir de 1973— a la redacción de El Método. Recuerda que debió esperar al período 1968-1970 (coincidente con sus cincuenta años), para reiniciar un aprendizaje en el que ideas y teorías desconocidas entonces para él, y emanadas de horizontes muy diferentes, lo marcaron de manera decisiva. Se trató, señala, de una extraordinaria confluencia de aportaciones que interactuaron unas sobre otras con particular fertilidad conceptual. La tarea de reunirlas, con frontarlas, impugnarlas y transformarlas, y la emergente complejidad de todos esos materiales, le produjeron lo que denominó su «tercera y última reorganización genética». Está convencido de que sin tales aportaciones no habría podido intentar una nueva y dirima aventura, que le permitió concebir —por fin— to que siempre había sido su problema: el del pensamiento complejo capaz de aprehender la solid ar idad de los problemas, incluyendo la indisociabilidad del problema antropo-bio-cosmológico. Esa faena de reorganización continuó durante la p ropia redacción de los cuatro La tomos de dicha obra: La naturaleza de la Naturaleza (1977), vida de la Vida (1980), El conocimiento del Conocimiento (1986) y Las Ideas (1991), y desembocó en la constitución de una nueva constelación paradigmática. P ara él, la palabra méthode ilustraba progresivamente su propio sentido: consistía en una neces aria reforma de los principios mismos del conocimiento humano. Una reforma referida tan to a las ciencias naturales como a l as ciencias humanas, la política, y a nuestra vida mental cotidiana.

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Physis. Incesantemente, se había interesado por la biología. Por otra parte, estaba fascinado por el universo microfísico, subyacente y constitutivo del ámbito humano. Pero fueron necesarios todavía acontecimientos, circunstancias singulares, para que sus aprendizajes tomaran el camino de las ciencias de la vida y de la physis (el universo del que hemos nacido y del que formamos parte). Llegó a los problemas de la biología a través de dos accesos distintos. Uno se lo abrió Jacques Monod, quien le había hecho leer el manuscrito de El azar y la necesidad. De modo irónico, Morin sostiene que también se introdujo en la biología «por una puerta de servicio» cuando, a comienzos de 1968 se convirtió en miembro del llamado Grupo de los Diez que animaban Jacques Robin, Henri Laborit y Jacques Sauvan, quienes le revelaron el carácter fecundo del pensamiento cibernética que, hasta entonces, le resultaba desconocido. Invitado por el Instituto Salk de investigaciones biológicas de La Jolla (California) durante el pe riodo 1969-1970, se convirtió de nuevo en estudiante y entró simultáneamente en la «revolución biológica», en las distintas corrientes de la ge-

neral systems

theory

(teoría general de sistemas), en el pensamiento epistemológico de Gregory Bateson, y en la problemática ecológica que comenzaba a ganar adeptos. Intelectualmente, se conectó con todas las renovaciones del pensamiento que se le ofrecían. Afectivamente, se conectó con la revolución cultural de la juventud californiana, sin inhibiciones de edad o de experiencia personal.

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Hallazgos. En otra línea de investigación comenta que (gracias a Henri Atlan) descubrió la teoría de los autómatas autorreproductores de J. von Neumann, el principio order from noise de H. von Foerster, los primeros conceptos de auto-organización, la problemática física del desorden (desde la termodinámica de Boltzmann hasta Ilya Prigogine). Leía a Michel Sérres y R. Thom, quienes fuera de su estricta disciplina en aquella época eran marginales o desconocidos. Entonces, se le impuso la palabra método, sin que comprendiera el motivo y sin saber todavía qué iba a hacer con tanta cantidad de descubrimientos. A partir de allí, provisto de esas ideas básicas, se embarcó en la aventura de emprender una comprensión de la vida como una auto-eco-organización. Por tanto, podía «elevarse» en dirección a una bioantropología que renovara su antropología general, y a la vez descender hacia «abajo», o más bien hacia la base: el mundo de la physis.

Inacabado e inacabable Cada uno de sus libros fue suscitado por el choque entre dos ideas contrarias. En El Método, la dialógica sustituye de modo irrevocable ala dialéctica: elabora y define la dialógica como asociación de instancias al mismo tiempo complementarias y antagonistas, y aborda sin precondiciones las innumerables dialógicas particulares en el mundo físico, el mundo vivo, el mundo humano. De tal modo que el cosmos se vuelve taosmos. El mundo físico es producto de una desintegración organizadora: no resulta posible concebirlo sin refe-

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rtrse a un terragrama incomprensible: orden-desorden-interacciones-organización. Estos cuatro términos son, a la vez, l complementarios, concurrentes y antagonistas. Por ello, Morin introduce la contradicción en la idea de organización, puesto que ésta es, al mismo tiempo, más y menos que la suma de las partes que la constituyen y comporta un antagonismo interno. De igual manera, la vida resulta ininteligible si no se apela a la dialógica: el ser vivo vive a la temperatura de - su propia destrucción, vive de muerte y muere de vida, es autónomo-dependiente, auto-eco-organizador. En consecuencia, Morin afirma que la relación entre el individuo humano, la especie y la sociedad es también dialógica: poseemos genes que nos poseen; poseemos ideas y mitos que nos poseen. Inevitablemente, somos engendrados por la sociedad que engendramos. La auto-organización viviente sólo puede concebirse a partir del principio de un círculo de utilización de recursos auto-productores y de la relación hologramática entre las parses y el todo. Antaño, el sujeto era el residuo irracional de la explicación científica clásica. Morin, en cambio, elabora una teoría bio-lógica del sujeto. Y cree, fervorosamente, que ésta es su aportación más personal en El Método. Confluencia. «La dispersión es la amenaza permanente que gravita sobre mi apertura y mi búsqueda. Todavía hoy intento, día tras día, aprehender el mundo en su multiplicidad y su devenir, leo revistas, los mas diversos folletos. Quisiera detenerme, dejar de instruirme. [..4 Todo lo que leo dispersa mi reflexión y, al mismo tiempo, la estimula. [...] Sin embargo estoy desbordado;

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los textos, artículos, libros que debo leer se amontonan, se esparcen, me ahogan. [...] Pese a mi conciencia cada vez mdr aguda de lo inacabado y lo inacabable, sigo lanzando mis redes para percar el océano», admite sin cavilar. Cree haber descubierto que pudo elaborar El Método sólo porque logró operar una confluencia y un enlace entre sus dos culturas sucesivas. Una primera cultura, la de sus estudios: su curiosidad por las humanidades y sus trabajos en las ciencias

«pues no es posible extraer los fenómenos y los acontecimientos del mundo para meterlos en laboratorios artificiales. El gran e incontrolable laboratorio de la vida está irremediablemente sometido a torbellinos y cataclismos. » Entonces, sin rechazar la cultura del mundo político, de las humanidades y. de las ciencias humanas (por el contrario, precisamente en el mantillo de esta cultura), se proyectó a otra cultura, a partir del momento en que pudo ingresar a las «tres

humanas alimentaron su necesidad de situar todo saber y todo examen en la historia, y su necesidad, justificada por Marx, de articular unos con otros los saberes disciplinarios. Y

teorías»: cibernética, información, sistema. Descubrió las herramientas conceptuales que utilizó entonces, modificadas,

de manera confluyente, su experiencia en ciencias humanas le dio la posibilidad de comprender la importancia antropológi-

hasta entonces, aunque nunca reconocida, alimentó la búsqueda que le permitió denominarla, hacer su teoría, desplegar

ca, cultural y civilizaroria de lo imaginario y de los mitos, y contemplar así, de modo multidimensional, tanto el hombre como la sociedad. Posteriormente, la experiencia de la sociología del presente lo incitó a no disolver nunca en abstracciones teóricas lo concre to, los acontecimientos, los se res, la

su paradigma. Por ello señaló que El Método, producen de su

existencia

Artificialidad. Manifiesta que su experiencia política le aportó un potente sentimiento de la dificultad de evitar el error y la ilusión en las ideas y creencias. Ante los científicos de ciencias físicas, que creen poseer todos los medios experimentales y lógicos para excluir el error y lo irracional, Morin asumió que la mayoría de esos especialistas tan rigurosos en sus trabajos eran, en sus opiniones y juicios políticos, una especie de «bebés de probeta»,

articuladas, complejizadas. La complejidad, siemp re hallada

desarrollo en su nueva cultura, ha sido de hecho el fruto de la cópula entre sus dos culturas.

La cuestión original A fin de explicitar los múltiples itinerarios de sus indaga' ciones conceptuales, Morin indica, de modo más concentrado, que La Méthode integró en su seno cuatro aportaciones centrales: • tradición filosófica confrontadora de contradicciones que, nacida en Occidente con Heráclito, prosiguió con Nicolás de Cusa, Pascal, Hegel, Marx, Adorno, Jung, y fue científicamente prolongada por Bohr, Godel, Lupasco; • las «tres teorías» (información, cibernética, sistema) y las

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teorías de la auto-organización y de la auto-producción (Von Foersrer, Ma tu rana, Atlan);

Feudos. Todo neófito que entra en la Investigación ve cómo se

• la reflexión filosófica sobre la naturaleza de la ciencia

de que en adelante es imposible construir una visión del hombre y del mundo. En los feudos académicos cerrados, las cuestiones funda-

(Husserl, Heidegger); • la reflexión epistemológica sobre la primera revolución

le impone la mayor renuncia al conocimiento. Se le convence

Feyerabend; añadiéndole a ello una reflexión sobre la se-

mentales son rechazadas como cuestiones generales, es decir, son consideradas vagas, abstractas, no operacionales. La cuestión original que la ciencia arrebató a la religión y a la filosoffa para asumirla, la cuestión que justifica su ambición de

gunda revolución científica en curso que sustituye el carácter inseparable de las realidades sistémicas (ecología

ciencia (¿qué es el hombre, qué es el mundo, qué es el hombre en el mundo?) remite actualmente la ciencia ala filosofía,

científica, ciencias de la ti erra, cosmología).

siempre incompetente en su opinión —resalta Morin— por el elitismo especulativo. Caso contrario, la remite a la religión, siempre ilusoria en su opinión, por su mitomanía inveterada. Abandona coda cuestión fundamental para los no sabios des-

científica del siglo xx, suscitada por la irrupción de lo incierto (desorden, indeterminación, azar, caos) y efectuada por Bachelard, Popper, Lakatos, Kuhn, Holton,

Ante ello, Morin comenta: «He intentado prolongar cientfftcanrente la filosofía y filosóficamente la ciencia. [...] El tonocimiento complejo no tiene término, y no sólo porque es Macabado e inacabable sino también porque llega por si solo al desconocimiento. Tras la complejidad está lo indecible y lo inconcebible. Bajo lar conceptos end el inunda. ?Bajo el mundo...?v A lo largo de todo el trabajo de El Método se le impusieron los límites del entendimiento humano, los límites de la lógica, los límites del conocimiento, la superficialidad y la fragilidad de la conciencia. Por debajo y más allá de lo concebible, por debajo y más allá de lo pensable, se diluyen las separaciones del espacio y el tiempo. La materialidad se disuelve y la

calificados a priori. Y sólo tolera que, a la edad de retirarse, sus grandes dignatarios adopten cierta altura meditativa. Hoy, repite Morin sin cesar, nuestra necesidad histórica es encontrar un método que detecte y no oculte las uniones, articulaciones, solidaridades, implicaciones, imbricaciones, interdependencias y complejidades. Por marginal que pueda. ser, su tentativa no surge como un aerolito venido de otro cielo. Proviene de un cielo científico en convulsión. Ha nacido de la crisis de la ciencia, y se nutre de sus progresos revolucionadores

p ro pia realidad se descompone... Ciertamente, el conocimiento humano está inacabado, pero lleva en sí, para siem-

Auto-defensa. Morin descubrió cuán vano es limitarse a po-

p re, algo de inacabable.

principios de pensamiento que se encuentran fuera de la con-

lemizar sólo contra el error: éste renace continuamente de

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ciencia polémica. También comprendió cuán vano era emitir pruebas solamente a nivel de fenómeno: el mensaje resultante es velozmente absorbido por los mecanismos de olvido que dependen de la autodefensa del sistema de ideas amenazado. Entendió que solamente refutar no tenía ninguna esperanza: sólo un nuevo fundamento puede superar al antiguo. Por eso, piensa que el problema crucial es el del principio organizador del conocimiento. Lo que hoy resulta viral no es solamente aprender, no es solamente desaprender, sino reorganizar nuestro sistema mental para reaprender a aprender. El Método es lo que enseña a aprender. Pero Morin no aporta el método, parte a la bósqueda del método. No parte con método, parte con el rechazo, con plena conciencia de la simplificación. Parte con la voluntad de no ceder a modelos fundamentales del pensamiento simplificador: idealizar, racionalizar, normalizar. Dicha obra es una senda en espiral; se parte de una interrogación y de un cuestionamiento; se prosigue a través de una reorganización conceptual y teórica en cadena que, alcanzando el nivel epistemológico y paradigmático, desemboca en la idea de un método, que debe permitir una travesía de pensamiento y de acción que pueda recomponer lo que estaba mutilado, articular lo que estaba disperso, pensar lo que estaba oculto. En este plano, el método se opone a la concepción llamada «metodología», donde es reducido a recetas técnicas. Donde el esquema se impone al dilema. «Esta obra parte de la crisis de nuestro siglo y vuelve sobre ella. La radicalidad de la crisis de la sociedad, la radicalidad

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de la crisis de la humanidad me han impulsado a investigar el nivel radical de la teoría. Sé que la humanidad necesita una política. Que la política necesita de una antroposociología. Que la antroposaciología necesita articularse con la ciencia de la naturaleza, que esta articulación requiere una reorganización en cadena de la estructura del saber. He tenido que sumergirme en este problema fundamental desviándome de las solicitudes del presente. Pero el presente es esta crisis que me atañe, me dispersa, me atraviesa. El propio objeto-sujeto de esta obra vuelve sin cesar sobre mi trabajo para dinamitarlo. N

CAPÍTULO 7

La realidad como liberación

«Curiosa historia la de esta civilización [industrial), que ahora debe reconstruir todo lo que ha destruido.»

Prehistoria del espíritu Dilemas. ¿De dónde venirnos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos? El quinto volumen de El Método se titula La identidad humana y, como era de prever, su subtítulo es « a humanidad de la humanidad». Dado que su autor cree que es preciso ver la complejidad allí donde en general parece estar ausente, o sea, en la vida cotidiana, advierte que cuanto más se conoce al ser humano, menos se lo comprende. Al mismo tiempo, las disciplinas científicas que lo abordan se fragmentan sin cesar y al mismo tiempo despojan al sujeto de su identidad biológica, su identidad subjetiva y su identidad social. Morin ya ha planteado que la complejidad se sitúa en un punto de partida para una acción más rica, menos mutiladora. Considera que cuanto menos mutilador sea un pensamiento, menos mutilará a los seres humanos. Y pide que se recuerden las ruinas que han producido las visiones simplificadoras, 4q q

4

96 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

no sólo en el mundo intelectual, sino también en la vida diaria: «Suficientes sufrimientos aquejaron a millones de seres como resultado de los efectos del pensamiento parcial y unidintensional. » En

LA REALIDAD COMO LIBERACIÓN / 97

consecuencia, su idea fija es lograr la definición (y el ejerci-

En tal contexto, el hombre es todavía incapaz de controlar su propia naturaleza, y su descontrol a menudo lindante con la locura lo impulsa a tratar de dominar la Naturaleza, y en esa marcha demencial pierde el dominio de sí mismo. Entre

cio) de una ética del conocimiento que dé respuesta a los interrogantes arriba planteados, para focalizar una identidad

tanto, sigue modificando el orden de la Tierra, se adueña de sus animales, domestica sus superficies vegetales, emponzoña

que sirva como punto de partida para nuestra especie.

sus cuencas hídricas, elimina paisajes enteros. El deterioro de la biosfera no se detiene, la diversidad biológica disminuye,

Barbarie. ¿De dónde venimos? En su libro Tierra-Patria, para explicar la idea sobre una actual «edad de hierro planetaria», Morin indicaba que nuestra especie entró en una era

la deforestación tropical y la desertización se aceleran. Y como el hombre no es dueño del mundo, ni de la Tierra, Morin

planetaria donde todas las culturas y todas las civilizaciones se encuentran interconectadas permanentemente. Al mismo tiempo, predomina un estado de barbarie total en lo referido a las relaciones entre razas, culturas, etnias, naciones, potencias y superpotencias. Reflexiona: «Nadie sabe si saldremos de ella.» No cree que sea fortuita la coincidencia de tal concepto y la idea de que la humanidad está en la prehistoria del espíritu humano, en la era bárbara de las ideas: «Prehistoria del espíritu humano quiere decir que en el plano del pensamiento consciente, no estamos más que al comienzo. Estarnos aún sometidos a modalidades mutiladoras y disgregadoras del pensamiento y es aún muy difícil pensar de manera compleja.» Y en este cuadro, la economía mundial es cada vez más un todo interdependiente: cada una de sus partes se ha vuelto dependiente del todo y, recíprocamente, el todo sufre las perturbaciones y trastornos que afectan a las partes.

le reclama que recupere el sentido de finitud terrestre y renuncie a los falsos infinitos de la omnipotencia de la técnica y del espíritu, y de su propia aspiración a la omnipotencia, para descubrirse ante el verdadero infinito, que es innombrable e inconcebible. Proclama que el subdesarrollo de los «desarrollados» es un subdesarrollo moral, psíquico e intelectual, y admite que de todos modos hay una penuria afectiva y psíquica mayor o menor en todas las civilizaciones: «En todas partes hay graves subdesarrollos del espíritu humano. » Ello impone, no obstante, la urgencia de ver la miseria mental de las sociedades ricas, la carencia de amor de las sociedades saciadas, y « la agresividad miserable de los intelectuales y universitarios, la proliferación de ideas generales vacías y de visiones mutiladas, la pérdida de la globalidad, de lo fundamental y de la responsabilidad». En consecuencia, predomina un tipo de miseria que se acrecienta con la abundancia y con el ocio, que se mantiene invariable aunque decrezca la miseria fisiológica y material:

98 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

«Llegamos entonces a la conclusión de que el subdesarrollo mental, psíquico, afectivo, humano, incluyendo el de los desarrollados, es cada vez más un problema clave de la hominización.

LA REALIDAD COMO LIBERACIÓN / 99

salvaguarde su irreductibilidad y que introduzca una visión compleja de la vida, a fm de desarrollar una visión más compleja de lo humano. En el seno de dicha a ntopo-sociología

Morin plantea sin cesar la necesidad de abandonar la visión de un hombre dueño y poseedor de la Naturaleza, no sólo porque ha producido violencias destructoras y daños irreparables

convertida en antropología compleja, la definición del hombre debe ser a la vez una y doble: el hombre como ser bio cultural.

sobre la complejidad viviente, sino también porque tales violencias y daños actúan retroactivamente de modo perjudicial y

Ambos términos no sólo están asociados: son dos constitu-

violento sobre la esfera humana misma. El mito bárbaro de la «conquista de la naturaleza», lejos de «humanizar» la naturaleza, la instrumenraliza y a la vez degrada a su degradados Morin no le niega al hombre su derecho a la acción, todo lo conTampoco cree que trario: pide que se reconozca al homo complex. se trate de rechazar el humanismo: remarca la necesidad de homultáneamente, de enriquecerlo funminizar al humanismo y, si dándolo en esa realidad viviente ce una humanidad compleja. Se trata de sustituir el mito abstrajo del hombre sobrenatural por el anti-mito complejo del hombre bio -- cultural.

El ser bio-cultural Hominización. En pos de una antropología compleja, Morin plantea la necesidad de destruir una especie de muralla china existente entre la ancropo-sociología y el continence de la vida, y advierte que tal apertura debe salvaguardar la originalidad, la irreductibilidad, la especificidad antroposocial al mismo tiempo que la funda, la enraíza y la alimenta de vida. Quiere abrir la ancropo-sociología para nutrirla con realidades, fundamentos, y un modo de pensamiento complejo que

yentes de un mismo bucle, que se remiten y coproducen uno a otro. No se reparten el concepto de homo. Uno y otro lo ocupan enteramente. De golpe, esta definición significa que el hombre es un ser totalmente biológico y totalmente cultural. La procura de la hominización, que posibilitaría la superación de la edad de hierro planetaria, incita a reformar la civilización occidental, que se ha globalizado tamo en sus riquezas como en sus miserias, para alcanzar la era de la civilidad planetaria. Dice: «La complejidad no es una receta que yo aporto sino una llamada a la civilización de las ideas. La barbarie de las ideas significa también que los sistemas de ideas son bárbaros unos con respecto a los otros. Las teorías no saben convivir unas con las otras. Nosotros no sabemos, en el plano de las ideas, convivir verdaderamente. [...J En una civilización urbana que aporta tanto bienestar, tantos desarrollos técnicos y de otro tipo, la atomización de las relaciones humanas conduce a agresiones, a barbaries, a insensibilidades increíbles. [...] No se trata, hoy en día, de ensombrecerse en el Apocalipsis y el milenarismo; se trata de ver que estamos, tal vez, al final de un cierto tiempo y, esperémoslo, al comienzo de tiempos nuevos.»

LA REALIDAD COMO LIBERACIÓN / 101

100 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

Metamorfosis. ¿Qué somos? Morin considera que la fraternidad es sociológicamente vital para el acrecentamiento de la complejidad de las sociedades. Pregunta: ¿cómo se efectúan los grandes cambios y las grandes revoluciones, los grandes cambios de estructura, las metamorfosis? Se efectúan cuando un proceso de descomposición se liga con un proceso de recomposición y el conjunto influido por fuerzas que se ignoran, pero convergen inconscientemente, tal vez provocan mutua sinergia. Por consiguiente, cree que toda revolución se realiza de manera i mprevisible, porque, en el fondo, se trata de creaciones. Y lo propio de una creación es ignorar por adelantado lo que será. Se sabe después; pero ni siquiera después se pueden dar más que simples hipótesis de cómo y por qué se produce una revolución, una mutación creadora, una organización nueva: «¿Cómo tomar en serio los derechos del hombre cuando el hombre no tiene estatuto teórico, cuando la ciencia ignora sujeto y

libertad, cuando el antiguo humanismo abstracto está en los c omienzos. cuando Dios, dudoso protector, duerme.[...] Podemos sofundar la noción de hombre, no sobre el mito humanista, sino bre

la realidad biocultural de la hominización.»

El pensamiento complejo lucha contra la simplificación

Entonces, lo que sería necesario para que una sociedadmundo pueda constituirse no como culminación planetaria de un imperio hegemónico, sino como base de una «confederación civilizadora», no es un programa o un proyecto, sino Ios principios que permitirían la apertura de ese camino: una realidad liberadora. En este punto, cobra sentido lo que durante cuatro décadas Morin ha denominado antropolftica (política de la humanidad a escala planetaria) y política de civilización. Lo cual debería conducir, ante codo, a desistir del término «desarrollo», que en nombre de una presunta «susrentabilidad global» aspira hoy a homogeneizar al mundo según la perversidad de un pensamiento mercantil único. Tecnocracia. La idea de «desarrollo» siempre implicó una base tecnoeconómica, mensurable por indicadores de crecimiento e ingresos. De modo implícito, presupone que el desarrollo tecnoeconómico es una especie de locomotora que i mpulsa, naturalmente, un desarrollo humano cuyo modelo acabado y exitoso es el de los países «desarrollados», o sea, occidentales: «Esa visión supone que el estada actual de las socieda-

des occidentales constituye el objetivo y la finalidad de la historia humana.»

utilizándola necesariamente. Los procesos simplificadores

El «desarrollo sustentable» presume de ser una modera-

deben ser integrados, acogidos, cooperativos en todo pensamiento complejo. Pero lo que hoy debe sec rechazado y com-

ción del tecnodesarrollo que coma en cuenta el contexto ecológico, pero sin cuestionar sus propios principios. Ya en la expresión «desarrollo humano», la palabra humano fue vaciada

batido, resalta Morin, es el reinado de la simplificación. Todas las simplificaciones ocultan las evidencias, las complejidades y los misterios del vivir.

de toda sustancia, salvo que remita al modelo humano occidental, que en parte contiene rasgos esencialmente positivos,

LA REALIDAD COMO LIBERACIÓN / 103

102 / EDGAR MORIN V EL PENSAMIENTO COMPLEJO

pero que también incluye características esencialmente negativas. El desarrollo, noción aparentemente universalista, constituye un mito típico del sociocentrismo occidental, «un motor de occidentalización forzada, un instrumento de colonización de los subdesarrollados (del Sur) por parte del Norte. El desarrollo, del modo en que está concebido, ignora aquello que no es calculable ni mensurable: la vida, el sufrimiento, la alegrfa, el amor; y el único criterio por el cual mide la satisfacción es el crecimiento (de la producción, de la productividad, de la rentabilidad monetaria). Definido únicamente en términos cuantitativas, desconoce las cualidades de la existencia y de la solidaridad las cualidades del medio, las cualidades de la vida.» Más todavía: el omnipotente PIB (Producto Interior Bruto) sólo contabiliza como positivas las actividades generadoras de flujos monetarios y desconoce las actividades benéficas gratuitas. Su racionalidad cuantificadora es irracional. Así, el desarrollo ignora que el crecimiento tecnoeconómico produce subdesarrollo moral y psíquico. La hipes-especiali

debería ser sustituida al mismo tiempo por la idea de una política de la humanidad (antropolítica) y por la idea de una política de la civilización: «La política de lo humano tendría como misión más urgente solidarizar al planeta.» Occidente. Una política de la civilización, a su entender, tendría por misión el despliegue de lo mejor de la civilización occidental, el rechazo de lo peor de ella, y la consumación de una simbiosis de civilizaciones que integre las contribuciones fundamentales del Oriente y del Sur. Dicha política de civilización sería necesaria para el propio Occidente: «Erre sufre, cada vez más, del dominio del cálculo, de la técnica del lucro sobre todos los aspectos de la vida humana, del dominio de la cantidad sobre la calidad, de la degradación de la calidad de vida en las megalopolis y de la desertificación de la zona rural, explotada por la agricultura y la pecuaria industrializada, que ya produjeron varias catástrofes alimentarias.»

zación

generalizada, la estructuración de todas las áreas según compartimentos y el espíritu de lucro provocan la pérdida de la solidaridad. Dicho «desarrollo» engendra un conocimiento especializado que es incapaz de aprehender los problemas multidimensionales: las disciplinas educativas del mundo «desarrollado» aportan conocimientos, claro está, pero generan asimismo una incapacidad intelectual para reconocer los problemas fundamentales y globales. Ante ello, desde hace mucho tiempo Morin sugiere que la noción de «desarrollo»

Progreso y revolución ¿ A dónde vamos? Cuando se piensa el contexto y lo complejo, se percibe que la identidad terrestre y la antropolícica no se habrían podido concebir sin un pensamiento capaz de vincular nociones separadas y saberes compartimentados. Aquí, Morin expone nuevos conocimientos que hacen descubrir la Tierra-sistema, la Tierra-Gaia, la biosfera, el lugar de la Tierra en el cosmos, que pierden todo sentido si son separados unos de otros. Proclama que la Tierra no es la suma de

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un planeta físico más la biosfera más la humanidad: se trata oló ica de una totalidad compleja física/biológica/antrop g donde la vida es un emergente de la historia de la Tierra, y el hombre un emergente de la vida terrestre. «No basta con agitar la bandera de lo global: hay que asociar los elementos de lo global en una articulación organizadora compleja, hay que contextualizar hasta lo global. La reforma del pensamiento necesaria es la que generari un pensamiento del contexto y de lo complejo.» Nacimiento. Emerger de la edad de hierro planetaria, emancipar a la humanidad, pilotar la biosfera y civilizar la Tierra son cuatro dinámicas vinculadas en un bucle recursivo, donde cada uno es necesario a los otros tres. La agonía planetaria seda entonces la gestación de un nuevo nacimiento: se pasarla de la especie humana ala humanidad. «Es por y sobre la hu-

LA REALIDAD COMO LIBERACIÓN / 105

sultan compatibles. De este modo, el temido desorden adquiere caracteres renovadores, fertilizantes, frente a saberes «cristalizadores» cuya consecuencia última es la inmovilidad y la esterilización de la conciencia. Evolución. Más allá del orden y el desorden, aparecen las oportunidades de un re-ordenamiento expansivo y de una reinvención recurrente. Fijo o no en la mente humana, el pasado es inconmovible, entonces la sorpresa puede ya manifestar sus audaces ceremonias. La percepción humana, con sus instrumentos epistemológicos y noológicos (ideológicos) quiebra i mplacablemente la lógica de los sistemas estáticos, cerrados, anestesiados, simples. La lógica de los fragmentos es reemplazada por la lógica de la apertura y la flexibilidad, de la articulación compleja. Concluye Morin: «El sentido de la evolución no era producir por todas partes la

dos, sin hallarnos todavía re-unidos por la fuerza de la comunica-

conciencia. Lo que desembocó en la humanidad fue la rama de una rama de otra rama. Por tanto, somos un producto desviado de la historia del mundo; esto nos permite comprender que la evolución no es cualquier cosa que avanza frontalmente, majestuosamente, como un do, sino parte siempre de un desvío que co-

ción y la comunión.» Una gama vastísima de neo-dilemas es prologada por el

mienza y consigue imponerse, se vuelve una gran tendencia y triunfa [...] Creo que el pensamiento complejo nos conduce a una se-

manidad terrestre donde la política podría realizar un nuevo acto fundador.» La lucha contra la muerte de la especie humana y la lucha por el nacimiento de la humanidad son la misma lucha. «Somos muchos los que ya prevemos esa re-ligazón, pero aisla-

ejercicio del pensamiento complejo, donde la urgencia de reconmxtualizar radicalmente todos los fenómenos—tangibles e intangibles, previsibles o imprevisibles— plantea desafíos de coasimilación, de copensamiento: un discernimiento experimental y progresivo de los conjuntos, incluso cuando no re-

rie de problemas fundamentales que son los del destino humano, hoy. Que depende, sobre todo, de nuestra capacidad de comprender nuestros problemas fundamentales, contextualiza'ndolos, globalizdndolos, entrelazlndolos, y de nuestra capacidad de enfrentar la incertidumbre y de encontrar los medios que nos permitan

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navegar en un futuro incierto, irguiendo en lo alto nuestro cora-

CAPÍTULO 8

je y nuestra esperanza.»

Lo complejo como macro-concepto

La hominización, según el pensamiento complejo de Morin, se orienta hacia un punto de iniciación, de un despegue fundacional para el maltrecho hombre occidental. Aunque lo vea todavía como un pensamiento incierto, «acribillado de agujeros», sin fundamento absoluto alguno de certidumbre. Irreversiblemente, «la complejidad propone un nuevo juego del pensamiento. [...I En el sentido de la complejidad toda ocurre de forma diferente [...I y permite igualmente volver a abrir el problema político del progre-

«Nuestras sociedades son máquinas no triviales en el sentido, también, de que conocen sin cesar, crisis políticas, económicas y sociales. Toda crisis es un incremento de las incertidumbres. La

so y de la revolución.»

predictibilidad disminuye. Los desórdenes se vuelven amenazadores. Los antagonismos inhiben a las complementariedades, los conflictos virtuales se actualizan. Las regulaciones fallan o se desarticulan. Es necesario abandonar los programas. hay que inventar estrategias para salir de la crisis. Es necesario, a menudo, abandonar las soluciones que solucionaban las viejas crisis y elaborar soluciones novedosas. »

Puntos de partida Desintegración. El concepto de «revolución» —explícito o i mplícito— está siempre presente en las reflexiones de Morin. Su raigambre marxista (socavada por desengaños generacionales y las pesadillas del estalinismo), transmutada a través de los años por la asimilación de paradigmas contraculturales, ecologistas y metafísicos de la «realidad», lo convirtieron en un subversor natural de las interpretaciones ortodoxas

108 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

de to do origen. Su heterodoxia ext re ma surge de la comprensión de la necesidad de comprender que la «revolución» se juega ac tualmente no tan to en el campo de las ideas buenas (o verdaderas) en una batalla de vida o muerte con las ideas malas (y falsas), sino en el ámbito de la complejidad del modo de organización de las ideas. Cuatro décadas atrás ya visualizaba múltiples crisis desconcertantes en el impulso justiciero de revolución, que percibía como un torbellino desencadenado tan to en la ciencia y la tecnología, como en la propia esencia humana y social. Podía tratarse no del poder cambiando de manos sino de una desintegración general del mundo, de una nueva génesis o de una metamorfosis conceptual y biológica. Veía surgir un hombre potencialmente transmutable, canto química como genéticamente, en el mismo momento en que se anunciaba una posible transmutación del nexo entre los seres humanos y el cosmos: no se equivocaba. Hoy, los avances de la farmacología y de la ingeniería genética han abier to perspectivas por mo-

LO COMPLEJO COMO MACRO-CONCEPTO / 109

reduccionista, está desunida y por ello destruye el complejo del mundo en fragmentos dispersos, fracciona los p roblemas, separa lo que está unido, unidimensionaliza lo multidimensional. Construye explicaciones del mundo mediante una amalgama de micro-conceptos que nada explican y todo esterilizan. Entonces, con ímpetu revolucionario clama: «Hay que movilizar el todo. Sin duda, es imposible conocer todo del mundo ni captar sus transformaciones multiformes. Pero, por aleatorio y difícil que sea, so pena de imbecilidad cognitiva, es preciso intentar el conocimiento de los problemas claves del mundo y de las informaciones concernientes a este mundo. » Masa crítica. Para pensar la complejidad de lo real plantea la necesidad de macro-conceptos. Así como el sistema solar es

mentos traumáticas en el horizonte humano. Decía en 1962:

una constelación en torno aun astro, y así como un átomo es una constelación de partículas, de igual manera resulta preciso pensar mediante la constelación y la solidaridad de los conceptos. Morin aconseja que nunca se intente definir las cosas i mportantes a partir de sus fronteras, que siempre se super-

«Adivinamos las posibilidades de revoluciones inauditas, inconcebibles para los espíritus más revolucionarios de los decenios precedentes, pero que no llevan en modo alguno consigo la certi-

ponen y resultan borrosas. Es preciso abordar el núcleo de los conceptos, desde su corazón o fibra más íntima. Un paradigma puede ser formulado por un pensador particular en una

dumbre de un mundo mejor, es decir: del hombre mejor.»

época determinada, pero en el fondo se trata del producto de un complejo desarrollo cultural, histórico y civilizador. Por eso, el paradigma de la complejidad surgirá de un conjunto de conceptos, visiones, descubrimientos y de reflexiones de

Despegue. Ahora, entre sus múltiples puntos de partida, aparece la necesidad de pensar el contexto y lo complejo en el seno de una cultura esclerosada donde la inteligencia funciona de modo parcelado (en compartimentos), es mecanicista y

índole inédita, que se conectarán y reunirán hasta convertirse en una masa crítica de macro-conceptos. Un paradigma or-

110 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

ganizacional no explica: permite la explicación. Es una asociación de conceptos fundamentales con capacidad de guiar el discurso sobre la vida. No la resuelve ni la resume. No tiene vida: conduce a ella, se abre hacia la existencia, hacia el ser, hacia el individuo. Hacia lo que no puede set percibido por el pensamiento simplificador, por las observaciones enfocadas apenas en lo molecular, de modo sistémico o ciberincomnético. Y que en última instancia resultará siempre prensible, porque no disponemos de recursos para enfocar el todo de la vida.

Tres principios complementarios Holograma. Morin siempre sintió una profunda insatisfacción ante cualquier observación que no esté en movimiento y que no se observe a sí misma, cualquier pensamiento que no afronte sus propias contradicciones y enmascare las contradicciones de lo real, cualquier filosofía que se reduzca a palabras claves y no se cuestione así misma, cualquier palabra particular que se

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individuos. As/como rada punto de an holograma contiene la información del todo del cual forma parte, también ahora, cada individuo recibe o consume las informaciones y las sustancias provenientes de todo el universo. [...] Si la modernidad se define como fe incondicional en el progreso, en la técnica, en la ciencia, en el desarrollo económico, entonces esta modernidad está muerta. Ha cortado codas las amarras. Reniega de toda seguridad ideológica. Desembocó en El Método porque éste constituye si multáneamente la necesidad de un pensamiento político que no se engañe y no engañe, y la necesidad de un pensamiento capaz de concebir la complejidad de lo real. Diseña medios conceptuales nuevos, procesa nuevas informaciones y un nuevo conocimiento para tratarlos. Su modo de «revolucionar» mediante macro-conceptos enfatiza que en la visión compleja, cuando se llega por vías empírico-racionales a contradicciones, ello no significa un error sino el hallazgo de una capa profunda de la realidad que, justamente porque es profunda, no puede ser traducida a nuestra lógica.

aísle del devenir mundial. Lo cual obliga a todo pensador indómito a ser precavido, pues de todos modos debe incorporar

Consumación. La «revolución» se convierte entonces en una

un pensamiento ecologista que, fundado en una concepción auto-eco-organizadora, tenga en cuenta el nexo vital de codo sis-

amalgama de «contracorrientes», que Morin agrupa en seis conjuntos: • una contracorriente ecológica que con el crecimiento de

tema viviente, humano o social, con su medio ambiente. «El mundo se vuelve cada vez más un todo. Cada parte del mundo hace cada vez más partes del mundo, y el mundo como un todo está cada vez mas presente en cada una de sus partes. Esto se constata no solamente con las naciones y los pueblos sino con los

las degradaciones y la eclosión de catástrofes técnicas/industriales no puede más que incrementarse; • una contracorriente cualitativa que como reacción a la invasión de lo cuantitativo y a la uniformidad generalizada

112 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

se apega a la calidad en todos los campos, comenzando con la calidad de vida; • una contracorriente de resistencia a la vida prosaica puramente utilitaria que se manifiesta con la búsqueda de una vida poética dedicada al amor, a la admiración, la pasión, el festejo; • una contracorriente de resistencia a la primacía del consumo estandarizado que se manifiesta de dos maneras opuestas: la una por la búsqueda de una intensidad vivida («consumación»), la otra por la búsqueda de una frugalidad y una templanza; • una contracorriente, aún tímida, de emancipación con respecto a la tiranía omnipresente del dinero que se pretende contrarrestar con las relaciones humanas solidarias, haciendo retroceder el reino del beneficio; • una contracorriente, también tímida, que como reacción al desencadenamiento de la violencia, alimenta éticas de

LO COMPLEJO COMO MACRO - C ONCEPTO / 11;

mediante el proceso sexual, producen a otros in dividuos. Se trata de dos principios com plementarios , la existencia individual y la reproducción transindividual se necesitan la una a la otra. Entre estos dos principios (potencialmente enemigos) de orden y desorden, al mismo tiempo concurrentes y antagónicos, existe un nexo dialógico. De ello

surgen, entrelazadas, la oposición y la colaboración lo , cual produce organización y complejidad. 2. El principio de recursividad organizacional (Morin lo ilustra con la imagen de un remolino donde cada momento es producido y, al mismo tiempo, productor), donde al mismo tiempo los productos y los efectos son causas y productores de aquello que los produce. Por una parte, la sociedad es producida por interacciones entre individuos. Pero una vez producida, actúa retroactivamente sobre los individuos y los produce. Si no existiera la sociedad y su cultura, un lenguaje, un saber adquirido, no seríamos individuos humanos. En consecuencia, la idea

pacificación de las almas y de las mentes.

recursiva rompe con la idea de recursividad lineal. Todo

Existen tres principios que ayudan a pensar la complejidad:

lo que es producido retorna sobre aquello que lo ha producido en un ciclo que en sí mismo es auto-constitutivo, auto-organizador y auto-productor.

1. El principio dialógico, que asocia dos términos a la vez complementarios y antagonistas, lo cual permite mantener la dualidad en el seno de la unidad. Aquí y ahora, los individuos se producen a sí mismos, se auto-renuevan y autorregulan: por un lado se degradan y por el otro reponen biológicamente sus componentes. Al mismo tiempo,

3. El principio hologramático: en el mundo biológico cada célula de todo organismo contiene la totalidad de la información genética de tal organismo, así como en el holograma físico la totalidad de la información del objeto representado está presente en cualquier punto de la

114 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

i magen. Nuestro conocimiento del todo aumenta por el conocimiento de las partes, y viceversa. La sociedad se encuentra en cada uno de nosotros (sus observadores), y nosotros le damos forma. Aquí Morin destaca que...

LO COMPLEJO COMO MACRO-CONCEPTO / 115

tidumbre nunca se puede eliminar, se trata de un problema de ecología de la acción. Teniendo esto en cuenta es posible proponer un método de conocimiento complejo como ayuda a la estrategia de cada uno de nosotros como sujetos. En este sentido se trata de un

«He allí por qué el pensamiento de la complejidad tiene necesidad de integrar al observador y al ronceptualizador en su ob-

método que nos libere de ser considerados por la lógica del sistema como individuos que solo ejecutamos roles más o

servación y su conceptualización..

menos predeterminados. Un método que nos ayude a emanciparnos vía estrategia reflexiva y consciente. Un método

Podemos observar nuestra sociedad, y el ambiente (contexto) exterior, y también podemos observar (o imaginar) otras sociedades reales o posibles. Se trata de una simultaneidad incluyente/excluyente que puede hundirse en la agonía y desembocar en una reinvención absoluta del entorno.

Saberes emancipadores Conductas. ¿Qué criterios de racionalidad debemos seguir ante los problemas ontológicos con que nos enfrentan los descubrimientos de la ciencia moderna? ¿Qué criterios de racionalidad debemos seguir ante las cada vez más vertiginosas complejidades a las que nos arrastra la fenomenología sociohistórica de nuestro tiempo? Sabemos, porque lo constatamos vía experiencia, que los cálculos más lógicos dejan de tener lógica cuando descienden del limbo de la abstracción a la arena de la cruda realidad. Sabemos, porque lo constatamos, que los seres humanos no nos comportamos siempre como predicen los teóricos de la elección racional y los de la teoría de juegos. Ello no implica que nuestras conductas sean totalmente ilógicas o totalmente impredecibles, aunque la incer -

que vaya más allá del programa. El llamado método de la complejidad es un método que pone metodológicamente a prueba una serie de principios metodológico-paradigmáticos provisionales. Principios que son propuestos, insistimos, no tanto como programa sino como ayuda a la estrategia del sujeto. Desde el momento en que hablamos del sujeto y de estrategias no nos podemos quedar en el mero programa. Por todo ello el método de la complejidad es un método no clásico. Se trata de un método que no olvida que toda acción se produce, insistimos, en contextos «ecologizados». Allí donde se dan situaciones inciertas, lo programado y lo rfgido fracasa la mayoría de las veces. Si algo podemos constatar en momentos de crisis es que las respuestas estereotipadas son insuficientes. Se trata de un método tanto para el conocimiento como para la acción. Necesidad. Un método no clásico, tal como aquí lo entendemos, es aquel que nos sirve para aprender pero que al mismo tiempo aprende. Puede modificar las estrategias (que

116 / EDGAR MORIN R EL PENSAMIENTO COMPLEJO

se han incorporado como programas en el propio y constante negocio con la realidad). Comprender los principioslestraregias metodológicos de la complejidad nos lleva a reflexionar sobre un tema siempre abierto y fascinante corno lo es la relación entre lógica y pensamiento. Es decir, se trata de proponer una teoría de la racionalidad alternativa que, ya nos adelantamos a decir, no intenta desbancar a la lógica clásica; que no es una nueva lógica; pero que sí pretende mostrar cómo otros usos de la lógica determinados por un paradigma de complejidad pueden llevarnos a un nuevo nivel epistemológico. ¿ Qué es entonces lo complejo? Morin lo reconoce a partir de rasgos bien explícitos que cabe reiterar: • la necesidad de asociar el objeto a su entorno (salto de la confusión a la fusión); • la necesidad de unir el objeto a su observador (paso del estado de testigo al de co-protagonista); • la percepción de que el objeto ya no es principalmente objeto si está organizado y sobre todo si es organizador (viviente, social): es un sistema, una entidad cooperativa; • el afrontar que el elemento simple se ha desintegrado en un universo que se ordena y organiza desintegrándose (lo que llamamos «realidad» es mucho más de lo que podemos discernir); • y la confrontación con la contradicción (con actitud de aceptación), como un modo de aceptar el potencial autotrasformador del hombre y su destino de ser expansivo ilimitado.

LO COMPLEJO COMO MACRO-CONCEPTO / 117

El problema del pensamiento complejo consiste, finalmente, en pensar la unidad/desunidad de la vida (y de las ideas) sin reabsorber, reducir, debilitar uno de los dos términos. Concluye: «El método, o el pleno empleo de las cualidades del sujeto, es la parte ineluctable de arte y eh estrategia en toda paradigmatología, en toda teoría de la complejidad» Reciprocidad. Su obra acumulativa parecería indicar que la culminación de El Método será una «ética de la ética». El sentido complejo de la palabra hombre es asumido por Morin en un sentido trinitario (individuo, sociedad, especie), en todas sus proyecciones complementarias y antagónicas. Tal reciprocidad induce a reflexionar sobre la humanidad en todas sus instancias contradictorias: el repliegue sobre el yo y la apertura hacia el otro, lo racional y lo mitológico, el determinismo y la libertad, lo humano y lo inhumano, lo intelectivo y lo afectivo, el saber y la ignorancia, lo simple y lo complejo. Todo ello, desde la sociología, la biología y la filosofía, con ayuda de la teoría de sistemas, la dinámica de la organización y las herramientas cibernéticas. Porque en el momento en que el hombre llega al abismo y corre el peligro de degenetambién tiene a su alcance una posibilidad única de regeneración. El paradigma occidental mundializado y movilizado por un absolutismo de la eficacia basada en la ciencia, la técnica, la industria y el capitalismo, ha producido una amenaza global aparentemente genocida (o suicida). Y es justamente la inteligencia humana compleja, con sus dones de rarse,

118 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

emancipación, la que se encuentra hoy embarcada en una aventura fundacional: la transformación del imperio del desorden en un apogeo de una libertad real. Compleja, irreductible, irreversible.

Glosario Alea: Gama de eventos o elementos alaatarzor, inciertos, imprevi-

sibles, desordenados y, eventualmente, antagónicos. Antropotitica: Política de la humanidad a escala planetaria. Morin

afirma que la política impregnó coda la sociedad y simultáneamente se dejó penetrar pot todos los problemas de la sociedad. Al politizarse las esferas individuales, familiares y filosóficas se hizo evidente el carácter antropológico de la política, que exige el desarrollo de una conciencia política en todos los asuntos humanos. Morin visualiza la implantación cósmica

Antropocosmológico:

del hombre en una perspectiva donde de alguna manera lo biológico se disuelva y se esfume. Así, acomete la construcción de una antropología general que restituya el hombre al mundo y que rechace desde su raíz todo antropocentrismo.

Autopoiesis: Según Humberto

Maturana y Francisco Varela, son antopoiéticar (auto-productores) los sistemas en los que se observa una red de procesos productores de componentes, cuyas interacciones generan la misma red de interacciones que los ha producido. Axioma: Proposición clara y evi-

dente en sí misma que no requiere demostración y constituye el principio de toda ciencia. Bucle, embuclándose: Elemento de una red conceptual cuya función consiste en retraerse y enredar a un elemento contiguo, integrándose e integrándolo al conjunto. Bucle recursivo: Constituye un

circuito generador/regenerador donde la producción produce un producto que la produce y reproduce, donde cada término es a la vez producto y productor del otro, donde la especie produce al individuo que produce la especie: el

120 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

individuo es producido por un ciclo de reproducción, el cual tiene necesidad del individuo para perpetuarse. Los productos y los efectos son ellos mismos productores y causales de lo que producen.

Bucle retroactivo: ta al efecto y el

están unidos sin que la dualidad se pierda en esa unidad: de ahí surge la idea de unidualidad. De ese modo, en algunos casos, el hombre es un ser unidual: totalmente biológico y totalmente cultural a un mismo tiempo.

La causa agi-

efecto

agita a la

causa.

Complejidad: A primera vista es una trama (complexus: lo que está tejido en su conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple.

Cretinización: Proceso antisocial y oscurantista aplicado a la abolición de la inteligencia y al embrutecimiento de los seres humanos. Cosmopoiétieo: El impulso de libertad en un sentido cosmológico, incognoscible por la idiosincrasia humana en su configuración actual, y sujeto a transformaciones que conforman la naturaleza del universo. Dialógieo: Término que refiere a dos lógicas, dos principios, que

Disyunción: Separar o aislar los objetos unos de otros y del observador y el entorno. Incomunicar las disciplinas unas de otras. La tendencia a la fragmentación, disyunción y esoterización del saber científico lleva a convertido en un banco de datos que puede ser manipulado de cualquier forma. Asimismo, la ciencia deja de ser pensada y discutida.

Holista: Integral, completo (basado en el término griego halos, entero). Homeostasis: Regulación que un organismo practica sobre la composición química de sus fluidos corporales y de otros aspectos de su ambiente interno, a fin de que los procesos fisiológicos puedan desplegarse de manera óptima. Ello implica la monitorización de los cambios que ocurren

GLOSARIO / 121

en el ámbito interno y externo mediante una red de receptores, al mismo tiempo que se ajusta la composición de los fluidos vitales.

Hominización: Prosecución te-

acoda humano rico o pobre, del sur o del norte, del este o del oeste, lleva en

se, sin saberla, el planeta entero». Homo complexus: Para comprender al hombre resulta preciso unir las nociones contradictorias de nuestro entendimiento. Como que el orden y el desorden son antagonistas y complementarios en la auto-organización y en el devenir antropológico, y como la verdad y el error son antagonistas y complementarios en la errática complejidad humana, Morin sostiene que es preciso unificar al hombre razonable (sapiens) con el hombre loco (demens). al hombre productor, técnico, constructor, ansioso, gozador, exrático, cantante y danzante, subjetivo, imaginario, mitológico, critico, neurótico, lascivo, destructivo, consciente, inconsciente, mágica, racional, en un rostro con múltiples facetas, donde el homínido primordial se transforme definitivamente en hombre.

rrenal y cósmica de la naturaleza inacabada del hombre mediante la incentivación de sus procesos de maduración y desarrollo, en pos del encuentro con el otro y su propio yo. Ello debe estar orientado, principalmente, a la reflexión sobre lo que nos hace humanos. En consecuencia, Morin considera que la esencia de la pedagogía y de la educación requiere una conciencia antropológica que reconozca nuestra unidad en nuestra diversidad; una conciencia ecológica, o sea, la conciencia de habitar con todos los otros seres mortales una misma esfera viviente (biosfera); una conciencia cívica terrenal, de responsabilidad y solidaridad para con los hijos de la tierra; y una conciencia espiritual de la humana condición, que provenga del ejercicio complejo del pensamiento y que Homo consuman: Remire al nos permite a la vez criticarnos protagonista principal de la «somutuamente, auto-criticarnos y ciedad de consumo», con todas comprendernos entre sí. Porque las facetas destructivas de un ca-

122 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

rácter dilapidador, depredador, competitivo y patológicamente ambicioso. Homo demens: Dado que se denomina locura a la conjunción de

tir de un homínido primitivo que se convirtió en «homo erectus». Aunque también se supone que evolucionó en dos líneas separadas: una llamada «hombre de Nean-

GLOSARIO / 123

que la cultura fluye a lo largo del

observador.

tiempo. Está sujeta a procesos azarosos (que Morin denomina alea), caóticos, impredecibles,

den, desorden y organización pa-

Este pensamiento procura abrir y desarrollar en todos los planos el diálogo entre or-

turbulencias, atractores extractos

ra desentrañar, en cada nivel, los

y concatenaciones que van más

fenómenos físicos, biológicos y

la ilusión, la desmesura, la inesta-

dertal» y otra, el moderno u «hamo sapiens», que tomó sus formas ana-

allá de los procesos lineales de

humanos.

bilidad, la incertidumbre entre lo

tómicas actuales aproximadamen-

causalidad inmediata.

real y lo imaginario, la confusión entre lo objetivo y lo subjetivo, el error y el desorden, Morin se sien-

te hace unos 35.000 años.

Pensamiento ecologizado: MoParadigma: visión del mundo

rin propone una nueva conciencia

Incertidumbre: Estado de per-

que, siendo general, incluye no

planetaria de solidaridad, que de-

plejidad donde los referentes ló-

solo la teoría científica dominante

be vincular a los humanos entre

gicos se confunden o resultan in-

sino también principios filosófi-

sí y con la naturaleza terrestre, y

sodar la imagen onírica y la ima-

suficientes para explicar fenómenos

cos, una determinada concepción

ginación creativa sino asociarlas,

i mprevistos.

metodológica, leyes y procedimientos técnicos estandarizados

afirma que, desde ahora, la conciencia ecológica requiere un do-

hombre imaginario con el hombre

Macr0conceptos: Instrumentos

para resolver problemas.

que imagina. Cree que la imaginación, «la loca de la wpm, es si-

miento de las realidades comple-

Paradigma complejo: Aborda

otro, que es el de nuestra inteli-

jas. Frente a la atomización y fragmentación de la realidad por

La existencia del sujeto desde la

gencia conscience.

te compelido a ver al homo sapiens como homo demens. Propone no di-

poner en estrecho contacto al

multáneamente el hada intima de un juego ininterrumpido que lleva de la alucinación ala idea, de la afectividad a la praxis. Un juego que, por otra parre, ha sido el manantial del que brotaron innovaciones de todo orden para impulsar y enriquecer el proceso evolutivo de la humanidad. Homo sapiens: Hombre inteligente, nuestra propia especie. Se cree que ha venido evolucionando durante medio millón de años a par -

cognitivos apuntados al discerni-

ble pilotaje: uno, profundo, que viene de todas las fuentes inconscientes de la vida y del hombre, y

interacción de lo universal y lo

el uso de conceptos simples, la pr6puesta de pensar por medio

contextual, desde la totalidad

Polidimensi0nalidad: Situación

multidimensional bio-psico-so-

universal de variabilidad simul-

de macroconceptos elude la sim-

ciocultural.

tánea que puede impresionar como

plificación y se sumerge sin pre-

caos, y que la inteligencia huma-

Pensamiento complejo: Morin

na aborda con vocación integra-

sostiene la necesidad de plantear

dora añadiéndole o restándole

Noosfera: Segmento del mundo

un principio de complejidad,

vivo que es creado por el pensamiento y la cultura del hombre.

más rico que el principio de sim-

significados basados en múltiples narrativas.

juicios en lo real.

Suele también utilizarse el concepto de semiosfera para referirse a esa atmósfera significativa en la

plificación basado en la disyunción/reducción, y que considere la comunicación entre el objeto y su entorno, la cos, observada y el

Principio de auto-eco-organización: La autonomía de los organismos vivos es inseparable de

124 / EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

sa dependencia en relación a su entorno. Principio de incertidumbre: Formulado por el físico Werner Heisenberg, quien afirmó que no es posible determinar exacta y simultáneamente la posición y el i mpulso de las partículas elementales. Ningún avance de los instrumentos o técnicas de registro pueden vencer lo que se presenta como una limitación teórica del conocimiento que podemos extraer del mundo material. La incertidumbre aparece en el plano atómico y subatómico porque el acto de observar un sistema lo interfiere de maneras imprevisibles.

nanas que impugnaron el pensamiento simplificador precedente basado en la reducción, o sea, el reducir toda la realidad unificando lo diverso o múltiple. El pensamiento simplificador mutila el conocimiento. Seres bioculturales: El proceso biocultural es un proceso que recomienza incesantemente y que, a cada instante, se rehace para todo individuo y para roda sociedad. Morin lo define como el nudo gordiano de la nueva antropología: el ser humano es totalmente humano porque es al mismo tiempo plena y totalmente viviente, y plena y totalmente cultural.

Psicosfera: Suma de las «vidas» mentales, afectivas y morales de las personas, sujeta a perturbaciones y a degradación del mismo modo que la biosfera (delgada película de vida que envuelve a nuestro planeta), por factores económicos, políticos o religiosos. Reduccionismo: A lo largo del siglo xx el conocimiento científico fue renovándose con la aparición de nuevas teorías revolucio-

Sociosf era: En codas las sociedades industriales, complejo conjunto de instituciones socio-político-económico-culturales donde las comunidades humanas organizan su vida social y sus relaciones con la biosfera, la ternosfera (suma de invenciones y construcciones artificiales) y la infosfera (suma de canales de comunicación a cuyo través pueden distribuirse mensajes individuales y

GLOSARIO / 125

colectivos tan eficazmente como mercancías o materias primas). Sujeto complejo: Conglomerado en el que la segmentación ola partición analítica para su estudio es equivalente a una mutilación al servicio de la objetualización, que tiene como consecuencia una diferenciación y una disyunción entre lo cognitive., lo afectivo y lo expresivo. La filosofía moderna diseñó esta separación mediante la doble figura del cuerpo y del alma (la res extensa y la res cogitans). Transdisciplinariedad: En oposición al proceso de fragmentación de las disciplinas en especialidades Morin promueve una imbricación rmnsdisciplinaria de unas

aenaas en otras en pos de una cosmovisión integradora, para superar una época de saberes en compartimentos y aislados los unos de los otros. No sólo cuestiona la especialización, sino también la hiperespecialización, que surge cuando las especializaciones no llegan a comunicarse las unas con las otras, en una yuxtaposición de compartimentos que hace olvidar las comunicaciones y las solidaridades entre estos compare ti mentos especializados. Rechaza el imperio de los técnicos especialistas que tratan problemas recortados y que olvidan los grandes problemas, ya que los grandes problemas son transversales, transnacionales, plurales, multidimensionales, aansdisciplinarios y, en últi ma instancia, planetarios.

Bibliografía esencial El Método: • El Método I - La naturaleza de la naturaleza. Cátedra, Madrid, 1981.

• El Método ll- Lavidadelavida. Cátedra, Madrid, 1983. • El Método 111 - El conocimiento del conocimiento. Cátedra, Madrid, 1988.

• El Método IV - Las ideas. Cátedra, Madrid, 1992. • La Méthode V - L'Identité bumaine. Broche, París, 2002

Siglo XX - Hominización: • El espíritu del tiempo. Taurus, Madrid, 1966. • Por una politira del hombre. Extemporáneos, México, 1971. • Diario de California. Fundamentos, Madrid, 1973. : • El Paradigma perdido el parairo olvidado. Kairós, Barce-

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• Cátedra Itinerante Unesco Edgar Morin para el Pensamiento Complejo (Universidad del Salvador-Argentina) / Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo. Entre sus documentos principales incluye importantes trabajos de los profesores Emilio Roger Ciurana y Raúl Domingo Motta): www.complejidad.org/

• Red Colombiana de Pensamiento Complejo: www.colciencias.gov.co/redcom/ • Red Uruguay para el Pensamiento Complejo: www.ngweb.com/latinofii/rrocin/5comple.htm • Introducción al Pensamiento Complejo (España):

www.lander.es/-Imisa/complej.html • Conferencia de Edgar Morin: «Los desafíos del fin de siglo»:

www.dpi.sg.gba.gov.ar/ipap/edgar_morin.htmt • Entrevista de Edgar Morin:

www.france.diplomatle.fr/labelfrance/espanoVidees/morin/modn.html • Instituto de estados de complexidade e pensamento sistêmatico (San Pablo / Brasil): www.geocities.com/complexidade/

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1995.

• www.oshogutaab.com/misticoscristianos/eddtardt-virginidad.htm • www.generacionxxi.com /entrevistas/jager.html

Miguel Grinberg (Buenos Aires, 1937) ha escrito, editado y traducido al castellano varias decenas de libros centrados en las problemáticas de la transformación social, espiritual, ecológica y mental de su generación. Ha divulgado las ideas de Herbert Marcuse, Thomas Merton, William Blake, el Mahatma Gandhi, el maestro Eckhart, JaInludfv Rumi, Matthew Fox, Allen Ginsberg, el Dalai Lama y otros. Dirigió dos cruciales revistas «alternativas,> argentinas —Eco Contemporáneo en los sesenta y Mutantia en los ochenta— y fue pr o- secretario de redacción del legendario diario porteño La Opinión. Public6 dos estudios sobre el rock argentino. Su militancia ecologista, laureada con el Premio Global 500 del Programa Ambiental de Naciones Unidas, está registrada en cuatro libros, entre ellos, Ecofalacias. Acaba de reeditarse su poemario Opus New York y su obra más reciente se titula El Sentido de lu Creación.

Otros títulos publicados en esta serie: i Naomi Klein y el fin de las marcas (] d th Goce!) • Toni Negri y los desafíos de Imperio (Horn Kahan) • Georges Bataille y el erotismo (Omwldo Baigoma) • Susan Sontag y el oficio de pensar (Vennica Abdsla) • Noam Chomsky y et control del pensamiento (Gabriela R sffinelli) • Pierre Bordieu y el capital simbólico (Cecilia Flacheland) • Harold Bloom y el canon literario (Cooks Gamins) • John Rawls y la justicia distributiva (Pablo de Sihrira) • Paul Virllio y los [( mites de la velocidad (Santiago Rial Ongaro) • Julia Kristeva y la gramática de la subjetividad (Diana Parir) • Stephen Hawking y el destina del universo (Rnbfn H. Ríos) • Cornelius Castoriadis y el imaginario radical ( Nene Telly) • Buda y las religiones sin Dios (Osvaldo Baigonia) • I mmanuel Wallerstein y la crisis del Estado-nación (Partida Agosto • Aimodóvar y kitsch español (Cann Polimeni) • Nietzsche y la vigencia del nihilismo (Rabin H. Rfor) • John Berger y los modos de mirar (Marro, Mayer)

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Miguel Grinberg (Buenos Aires, 1937) ha escrito, editado y traducido al castellano varias decenas de libros centrados en las problemáticas de la transformación social, espiritual, ecológica y mental de su generación. Ha divulgado las ideas de Herbert Marcuse, Thomas Merton, William Blake, el Mahatma Gandhi, el maestro Eckhart, JaInludfv Rumi, Matthew Fox, Allen Ginsberg, el Dalai Lama y otros. Dirigió dos cruciales revistas «alternativas,> argentinas —Eco Contemporáneo en los sesenta y Mutantia en los ochenta— y fue pr o- secretario de redacción del legendario diario porteño La Opinión. Public6 dos estudios sobre el rock argentino. Su militancia ecologista, laureada con el Premio Global 500 del Programa Ambiental de Naciones Unidas, está registrada en cuatro libros, entre ellos, Ecofalacias. Acaba de reeditarse su poemario Opus New York y su obra más reciente se titula El Sentido de lu Creación.

Otros títulos publicados en esta serie: i Naomi Klein y el fin de las marcas (] d th Goce!) • Toni Negri y los desafíos de Imperio (Horn Kahan) • Georges Bataille y el erotismo (Omwldo Baigoma) • Susan Sontag y el oficio de pensar (Vennica Abdsla) • Noam Chomsky y et control del pensamiento (Gabriela R sffinelli) • Pierre Bordieu y el capital simbólico (Cecilia Flacheland) • Harold Bloom y el canon literario (Cooks Gamins) • John Rawls y la justicia distributiva (Pablo de Sihrira) • Paul Virllio y los [( mites de la velocidad (Santiago Rial Ongaro) • Julia Kristeva y la gramática de la subjetividad (Diana Parir) • Stephen Hawking y el destina del universo (Rnbfn H. Ríos) • Cornelius Castoriadis y el imaginario radical ( Nene Telly) • Buda y las religiones sin Dios (Osvaldo Baigonia) • I mmanuel Wallerstein y la crisis del Estado-nación (Partida Agosto • Aimodóvar y kitsch español (Cann Polimeni) • Nietzsche y la vigencia del nihilismo (Rabin H. Rfor) • John Berger y los modos de mirar (Marro, Mayer)

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