20 cuentos cortos

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El hada mágica Había una vez una nena que se llamaba Celeste e iba a 5º grado A y una noche de invierno vio muchos brillitos en su habitación se asustó. Y escuchó un hola…!!! holala…!!! No te asustes soy yo, el hada mágica. Yo tengo muchas amigas hadas. Pero tú qué eres…???… Celeste respondió, yo soy humana. A mis amigas les encantaría conocerte le dijo el hada y antes de dar un aleteo, Celeste dijo… mis papás no me dejan que haya muchas personas en mi cuarto…!!! Descuida…!!! son hadas diminutas como yo, respondió el hada. Cuando Celeste volvió a su cuarto, pegó un grito y preguntó…no eran pocas tus amigas…???. Siiii, pero algunas se colaron. Las sacas ya de aquí, dijo Celeste enojada. En donde vivís…??? Celeste, preguntó al hada. Yo vivo en el agua, otras en el jardín, en las flores, en los árboles, con los animales y en el bosque. Asombroso…! genial…! sorprendente…!!!Exclamó Celeste…!!!! Como puede ser…??? Se preguntó. Es que todo es verdad si lo imaginas, le contestó finalmente el hada. Chau y hasta siempre dijo el hada mágica y desapareció, dejando una estela de hermosos brillitos de colores en toda la habitación.

El caballo hechizado Una vez un caballo que se encontró con una bruja. Ella lo hechizó en cuanto lo vio, convirtiéndolo en hombre. Se llamaba Flash y él era el hombre más rápido en las carreras del pueblo. Pero no era feliz y un día, él se casó con una joven. Los primeros meses fueron felices, pero al pasar el tiempo se llevaban muy mal. Un día Flash salió de su casa con destino a la montaña, donde encontró una hermosa yegua que al verlo se acercó a él y lamió sus labios. De inmediato al pasar sus labios sobre Flash, se transformó en el caballo que era anteriormente y vivió feliz con su nueva pareja en las montañas.

El niño avaro Había una vez un niño que no le gustaba prestar sus juguetes a nadie. Y disfrutaba hacer llorar a los demás niños porque querían sus juguetes. El tenía un hermano menor al que quería mucho y estaba enfermito de su corazón y no quería que le pasara nada. Pero un día su hermano al que quería tanto, llegó a su casa llorando muy triste porque un vecinito nuevo, tenia un avioncito muy bonito y no se lo quiso prestar. Entonces corrió y agarró sus juguetes, se llevó a su hermano con el nuevo vecino y los tres compartieron todos sus juguetes y él prometió compartir siempre todo lo que tenía con los demás niños.

El niño, Jessica y la bruja Había una vez un niño que iba por el bosque y de pronto cayó la noche. El niño estaba muy asustado y entonces vio un luz Y era una vieja choza donde habitaba una bruja. El niño se dirigió hacia la choza. Golpeó la puerta 1,2,3, 4 veces. La bruja se transformó en una niña muy bonita y abrió.Le dijo… tienes frio…??? y el le respondió…siiiiiii y muchooo. Tienes hambre…??? Siiii muchísima. Eentonces por qué no entras…???. Cómo te llamas…??? El le respondió…Me llamo Santiago. Y tú…??? Yo soy Jessica,respondió la bruja. El niño entró, comió, se calentó y se fue a dormir. Eran las doce, cuando escuchó las carcajadas de la bruja y salió de prisa de la choza. Corriendo encontró la salida del oscuro bosque y se fue pero muy asustado. Le contó todo a sus padres, prometiéndoles no volver a ir solo al bosque.

El pez payaso Había una vez un pez, llamado payaso, y los otros peces se reían por su nombre pez payaso. Le decían que nombre feo tiene ese pez ja ja ja…!!! En realidad era un pez normal y le dolía que se rieran de el, hasta que un dia se quiso ir y fue mas allá del océano donde dicen que hay tiburones malvados.Se topó con un tiburón y el pez se fue corriendo. Se tropezó con una piedra y tuvo una idea…Una piedra justo lo que quiero y del tamaño perfecto…!!! y el pez payaso le tiró la piedra en la cabeza. El tiburón se desmayó y cuando se despertó les dijo a todos los peces lo que pasó y todos dijeron… Es verdad..??? y por eso se olvidaron del nombre y se preocuparon de lo que pasó con el tiburón y asombraron de lo valiente que había sido.

En la casa de los abuelos En la casa de los abuelos ocurren cosas mágicas Una vez estábamos todos durmiendo cuando de repente se oyo un sonido que daba miedo.Era un aullido de un gran lobo gordo que se llamaba abuelo Juancho. Tenia mucha hambre y quería bastante comida. En el patio teníamos muchas aves. Habían pavos, gallinas, gallos y dos puerquitos, además dos patos y un ganso que se llamaba Valentino. El lobo quería morderlos, pero teníamos unos guardianes que eran un gran zorro que tenia por nombre Don Mario. Era de color negro y solo se le veían los ojos. De repente aparece el cazador. Era un poco pequeño pero muy valiente, se llamaba David, y el y su zorro guardián hicieron huir al lobo gordo, de esta manera todos pudimos dormir tranquilos y ser felices en las vacaciones con mis abuelos.

Isabella y sus amigos Había una vez una niña llamada Isabela, Ella era muy bonita y le gustaban los animales, Isabela vivía en una finca en compañía de sus abuelos Javier y Mariela. Los padres vivían en la ciudad muy ocupados trabajando. Pero Isabela se empezó a enfermar, y, los abuelos preocupados por su nieta la llevaron al pueblo donde un doctor, para saber que pasaba con la niña, cuando la revisó le mando unos exámenes para estar seguro de lo que tenia… cuando vieron los resultados de los exámenes, el médico les dijo: la pequeña sufre de bronquitis y asma y no puede estar cerca de los animales, por su pelo y tampoco puede correr por su asma. Isabela muy triste de lo que había dicho el doctor enseguida les dijo a sus abuelos: Pero yo quiero seguir consintiendo a mis amigos los animales. Los abuelos no le respondieron. Entonces para el bien de Isabela y para el bien de todos, la mandaron a la ciudad con sus padres para que se recuperara pronto y no peligrara su vida con el pelo de los animales. Los padres se pusieron muy contentos porque iban a volver a ver a su hija, pero también se pusieron tristes por tan semejante noticia, Isabela se puso triste por que dejaba a sus abuelos, y amigos de la escuela y a sus animales. Después de unos años mas tarde, Isabela se recuperó y fue a visitar a sus abuelos, en compañía de sus padres, y la pasaron muy bien todos juntos.

La media luna Había una vez en un lejano reino, una joven la cual solía ir a su jardín todas las noches. La joven se llamaba Ángela, la chica más apoyada por todos. Un día Ángela fue a su jardín y vio lo bello que era ser una joven, la luna nueva se podía ver mejor, no con amargura como otras mujeres lo hacían. Ella veía que la luna le hablaba y decía… Vive la vida y no la dejes…!!! Y esto pasó todas las noches y un día Ángela quiso vivir la vida de manera extraña. Ella se casó y tuvo un esposo con quien ir al jardín. La luna presenció todos los momentos mágicos y los vivió junto a Angela. Desde ese día, la luna se convirtió en su compañera inseparable, a quien le contaba todos sus secretos, y alegrías, hasta el fin de sus días

La mosca peluda y la avispa Había una vez una mosca peluda que estaba enamorada de una avispa calva que vivía en una colonia cerca del árbol del jardín donde la mosca tenía su casa.

En una noche de verano, cuando la mosca estaba muy pero muy dormida, apareció de la nada, Toto, el oso, que buscaba mucha pero mucha miel pues él había visto una colonia de abejas.

Pero la avispa calva que también quería mucho a la mosca peluda, y viendo a su amiga en peligro, fue y lo pico al oso Toto en su pierna.

La mosca viendo ese amor que le tenía la avispa sintió más amor y busco una flor para que la avispa se sintiera bien y se la regalo y asi fueron mas amigas que antes.

El gran detective A Javier le regalaron una lupa. Lo primero que hizo fue salir al jardín de su casa y ponerse de rodillas entre las plantas.

Cuántos bichitos que había en ese lugar…!!! Así, con la lupa pudo observar cada detalle. Lo que más le gusto fue ver las hormigas chocando con sus antenas. Al ciempiés no pudo contarle las patas porque caminaba muy rápido, pero lo siguió hasta que se escondió debajo de una piedra.

Cuando levantó la piedra se asombro mucho al ver una familia de ciempiés. Pero bajó enseguida la piedra porque les entraba mucha luz y les hacía mal. Javier les contó esto a toda su familia y amigos. Y nunca más se olvido de la experiencia vivida.

El pirata malvado Había una vez un barco con un pirata malvado y su tripulación. Sabía que había una isla con un mapa escondido y un enorme cofre lleno de riqueza enterrado.

Y el pirata mas malvado que los demás quería el mapa y luego el cofre con su llave.

Un día los piratas fueron a buscar comida a la isla y cortaron una palmera llena de cocos y de repente cayó el mapa.

Luego fueron al barco y le dijeron al capitán cruel y malvado: hemps encontrado el mapa…!!! y responde el capitan: Cómo que lo han encontrado? Y le respondieron, cayó de una palmera, y luego el capitán les dijo, da igual, ja ja ja ja es nuestro. Fueron a la isla y desenterraron el cofre y fueron los piratas mas ricos del mundo.

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El Arco Iris Hace mucho, mucho tiempo, nuestro mundo y el mundo de las hadas estaban separados por un cristal mágico. Y tal era el poder de este cristal, que sólo las hadas veían lo que pasaba al otro lado. Pero por aquel entonces, nuestro mundo no era como lo conocemos ahora. Todo él era de un color gris opaco: las casas eran grises, la gente era gris, incluso el cielo era siempre gris… Mientras, en el país de las hadas el color brotaba por todos lados. Rojo, verde, azul, amarillo… todo era color y alegría. Sin embargo, existía un ser, un hada joven y hermosa, que se sentía muy apenada por el mundo triste y gris en el que vivían los humanos. Iris, que así se llamaba, lloraba amargamente por ello y soñaba con poder cruzar el cristal y poder llevar un poco de alegría al otro lado. Siete de sus mejores amigas idearon un día un plan: con polvo mágico de sus alas construirían un puente de un mundo al otro y, así, Iris podría cumplir su sueño. Construirían un arco para Iris con los siete colores de cada una de sus alas. Y dicho y hecho: gracias a este arco de colores, nuestra amiga traspasó el cristal mágico hasta nuestro mundo. Y tal fue su emoción, que gruesas lágrimas brotaron de sus ojos; lágrimas que, al filtrarse a través del Arco Iris, se mezclaron con el polvo mágico de las hadas y, para sorpresa de todos, llenaron de color aquel mundo gris. Desde aquel día, cada cierto tiempo, Iris y su siete amigas recargan de color nuestro mundo. Piensa en ello cada vez que veas un arco iris y finas gotas de lluvia mojen tu cara.

La rana que se convirtió en princesa Erase una vez un príncipe que se llamaba encantador. Iba paseando por el bosque cuando de pronto escuchó una voz. Era la abuelita de la princesa que se llamaba Esmeralda y la abuelita se llamaba Carolina. Ella le dijo al príncipe ecantador. Espera, tu eres el principe encantador…!!! y el le respondio sorprendido. Si… porqué…??? y ella le dijo que su nieta habia sido trasformada en rana por la malvada madrastra mágica, que era una bruja y que solo un príncipe la podia convertir en princesa pero un príncipe mágico y el le respondió… Está segura que es una princesa…??? y la abuela respondió. Claro que si…!!! y el príncipe besó a la rana y mágicamente salió la princesa. Después se casaron y tuvieron muchos hijos y vivieron felices por siempre

Toby y sus amigos Hace muchos, muchos años, vivía un precioso perro llamado Toby. Llevaba una vida tranquila y feliz con su familia. Un buen día, cuando el animal esperaba impaciente su ración de comida habitual, se dio cuenta de que esta era mucho más pequeña. Cada día que pasaba, su ración se iba achicando cada vez más y las cosas parecían estar bastante lejos de mejorar. Esta terrible situación, llevó a Toby a buscar comida fuera de casa. Una tarea que no resultaba nada sencilla para un perro como él, acostumbrado a que sus amos lo alimentaran. Pasadas unas semanas, en las que su aspecto era cada vez más triste, la señora Petersen, pensó que se trataba de un perro abandonado y comenzó a dejarle una bolsa con comida, delante de su casa. Cada mañana, al salir de casa, Mónica Petersen, comprobaba si su peludo amigo se había comido lo que ella le había dejado la noche anterior. Tras unos cuantos días, Mónica se quedó bastante sorprendida, al ver que el animal, no solo no dejaba ningún resto de comida, sino que además se llevaba las bolsas que ella le ponía. Intrigada por este comportamiento, decidió esperar su llegada y seguirlo, para descubrir lo que estaba pasando. Pasados unos minutos de persecución, en los que Toby parecía saber muy bien a donde dirigirse, la señora Petersen, descubrió por fin su gran secreto. El perro no se estaba llevando las bolsas de comida para disfrutar de su banquete en solitario, sino que lo hacía porque quería compartir esa comida, con el resto de los animales de su familia. La señora Petersen, quedó sorprendida, y a partir de ese día comenzó a alimentar a todos los animalitos sueltos que habia en ese pueblito.

Los malos vecinos Había una vez un hombre, que salió de casa con tanta prisa, que no se dio cuenta de que se le había caído un documento súper importante en la puerta de uno de sus vecinos. Al ver esta acción, su vecino pensó: Este hombre es muy sucio, podría usar las papeleras como todo el mundo. En lugar de esperar a que volviera para aclarar la situación, decidió vengarse esa misma noche, llenándole la puerta de su casa con todo tipo de papeles. Dio la casualidad que al ir a tirar los papeles al lugar que correspondían, encontró despedazado el preciado documento. Al verlo en ese estado, se tomó la justicia por su mano, enviándole una enorme cantidad de animales de granja, para que le dieran una lección con sus malos olores. Y así comenzó un ir y venir de tretas y jugarretas, que terminó con la destrucción de las casas de ambos vecinos y con ellos en el hospital, donde terminaron por confesarse el verdadero motivo de tales acciones. Comprendiendo lo tonto que habían sido y lo fácil que hubiera podido solucionarse la situación, acabaron por hacerse buenos amigos y prometiéndose ayudar a reconstruir, lo que habían destruido por su enorme estupidez

Mirando por la ventana Hace mucho tiempo, un pobre niño, se puso tan enfermo que no tenía fuerzas para poder moverse y tenía que pasar todo su día, metido en la cama. A pesar de que se encontraba en una situación poco agradable, a él lo único que le importaba, es que no podía ir a jugar con sus amiguitos. Era tanta su tristeza y decaimiento, que comenzó a empeorar de forma visible de su enfermedad. Un buen día, mientras estaba mirando las nubes pasar por la ventana, observó una cosa muy extraña, que se aproximaba hasta el lugar en el que él se encontraba. Esa cosa era, un pingüino que iba comiéndose un hermoso sandwich, y a los pocos minutos desapareció sin dejar rastro. Cuando aún estaba sorprendido por esta singular aparición, apareció un simpático mono inflando globos. Como sabía que nadie iba a creer sus visiones, se las guardó para sí mismo y siguió disfrutando de tan divertida compañía. Unas semanas después, consiguió recuperarse totalmente y volver con sus queridos compañeros, a los que les contó, todas y cada una de las extrañas visiones que había tenido durante su enfermedad. Mientras todos estaban encantados con sus hazañas, se dio cuenta de que en una de las mochilas, había algo que le era familiar y que no eran otra cosa, que muchos de los disfraces que habían usado para hacerle feliz.

Las amigas Había una vez una niña que se llama Fernanda. Cuando fue a la escuela, y salió al recreo, una niña llamada Mónica le pregunto a ella, quieres ser mi amiga…???, pero como Fernanda era tan egoista le dijo, no..!!!. Entonces Mónica se fue muy triste. Al siguiente dia Fernanda se sentia muy sola y fue a decirle a Mónica …quieres ser mi amiga…??? Mónica le dijo, yo te pregunté ayer y tu me dijiste que no querías ser mi amiga. Fernanda le respondió: Ya lo se, pero me siento muy sola y quiero una amiga para poder hablar y contar mis cosas. Mónica le dijo, bueno, te acepto como amiga, y nos contaremos todas nuestras cosas. Y desde ese dia Mónica y Fernanda fueron las mejores amigas y Fernanda ya no fue mas egoista.

El árbol mágico Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás. El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, tan-ta-ta-chán, supercalifragilisticoespialidoso y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: por favor, arbolito…!!!, y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba obscuro, menos un cartel que decía: “sigue haciendo magia”. Entonces el niño dijo, Gracias, arbolito…!!!y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate. El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que “por favor” y “gracias”, son las palabras mágicas

El hada fea Había una vez una aprendiz de hada madrina que era mágica y maravillosa, y la más lista y amable de las hadas, pero también era un hada muy fea, y por mucho que se esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban empeñados en que lo más importante de una hada tenía que ser su belleza. En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir la boca, ya le estaban gritando: Fea…!!!, Bicho…!!!, Lárgate de aquí…!!! Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado hacer un encantamiento para volverse bella, pero luego pensaba en lo que le había contado su mamá de pequeña: “Tú eres como eres, con cada uno de tus granos y tus arrugas; y seguro que eres así por alguna razón especial…” Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron si lugar, haciendo prisioneras a todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. Así, pudo seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos y arañas, y música de lobos aullando. Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los siguientes 100 años. Y durante todo ese tiempo, y muchos años más, todos recordaron la valentía y la inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país que la fealdad era una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer. Enseñanza: “Todos podemos conseguir grandes cosas, y tenemos en nosotros lo necesario para conseguirlas. No debemos darle importancia a la belleza exterior, y querer cambiar sólo por cómo nos vean los demás.”

El lobo que creia que la luna era un queso Caminaba el lobo muy hambriento y ya no sabía que hacer para cazar algún animal y comérselo. De golpe se encuentra con la zorra y le dice: Oiga usted, señora zorra, que me la voy a comer. Y la zorra le dijo: Pero mire usted, que estoy muy flaca. No soy más que huesos y piel. Pero usted estaba muy gordita el año pasado… El año pasado sí que estaba gordita, pero ahora tengo que darles de mamar a mis cuatro zorritos y apenas encuentro comida para crear leche para ellos. Eso no me importa…!!!, le dijo el lobo. Iva a darle la primera mordida, cuando la zorra le dijo: Deténgase usted, por Dios, señor lobo. Mire que yo se donde vive un señor que tiene un pozo lleno de quesos. Y se fueron la zorra y el lobo a buscar los quesos. Y llegaron a una casa y pasaron unas tapias y llegaron ante el pozo, y la Luna se reflejaba en el agua y parecía un queso. Se asomó la zorra, volvió y le dijo al lobo: Ahí amigo lobo, mire el queso que grande es…!!! Mire, asómese, por favor. Y se asomó el lobo y vió la Luna y creyó que era un queso inmenso. Pero el lobo sospechoso, le dijo a la zorra: Bueno, amiga zorra, vaya usted por el queso. Y la zorra se metió en uno de los cubos y entró por el queso. Y desde abajo le gritaba al lobo: Ay, amigo lobo…!!! Que grande está el queso…!!! No puedo con él…!!! Venga usted a ayudarme a subirlo. Pero no puedo yo entrar, le decía el lobo. Cómo yo voy a entrar…??? Súbalo usted sóla. Y la zorra le dijo: Pero no sea usted torpe. Métase usted en el otro cubo y verá como así entra fácilmente. Y se metió el lobo en el otro cubo y, como pesaba más, se deslizó para abajo y la zorra en el primer cubo pudo irse para arriba. Y ahí se quedó el lobo buscando el queso, y la zorra se fue muy contenta a ver a sus zorritos