148265931-Behar-Ruth-Cuentame-Algo-Aunque-Sea-Mentira-Comadre-Esperanza.pdf

~ ", tt " Traducci6n: RUTH BEHAR MARIANO SANCHEZ-VENTURA , f) fi) DAVID FRYE f) ALFREDO ALONSO ESTENOZ t)

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Traducci6n:

RUTH BEHAR

MARIANO SANCHEZ-VENTURA

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DAVID FRYE

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CUENTAME ALGO p

AUNQUE SEA UNA MENTIRA

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FONDO DE CULTUEA ECONOlvnCA

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Primera edici6n. 2009 Behar, Ruth Cuentarne algo, aunque sea una mentira. Las historias de la comadre Espe­ ranza I Ruth Behar; trad. de Mariano Sanchez-Ventura, David Frye, Alfredo Alonso Estenoz, - Mexico: FCE. 2009 441 p. : ilus. ; 21 x 14 em - (Colee. Antropologia) Titulo original Translated Woman: Crossing the Border with Esperanza's Story ISBN 978-607-16-0010-3 I. Etnologia - Mexico - Mexquitic 2. Mexico - Mexquitic - Condiciones sociales 3. Antropologla - Mexico - Mexquitic 4. Estudios de genero - Mexquitic I. Sanchez-Ventura. Mariano, tr. II. Frye, David, tr. III. Alonso Estenoz, Alfredo. tr. IV. Ser. V. 1.

LC HQ1465,M63

Dewey 305.420 972 B 154m

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Distribucion mundial Titulo original: Translated Woman: Crossing the Border with Esperanza's Story Beacon Press, Boston. 1993 y 2003 D. R. © 1993, 2003, 2009 Ruth Behar D, R. © 2009, Fondo de Cultura Econ6mica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Mexico. D. F. Empresa certificada ISO 9001: 2000 Comentarios: [email protected] Tel. (55) 5227-4672 Fax (55) 5227-4694 Se prohfbe la reproducci6n total 0 parcial de esta obra, sea cual fuere el rnedio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos.

ISBN 978-607-16-0010-3 Impreso en Mexico • Printed in Mexico

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Cuando ella odia a alguien a quien am6 en el pasado, bulle de Furia e impaciencia en toda su alma, al igual que las rnareas. siempre mo­ viendose. reverberando. Muchas autoridades hacen referencia a est a causa. Eclesiastico xxv: No hay enojo mayor que el de una mujer. Y Se­ neca iTragedias, VIII): Ni las llamas, ni los vientos hinchados, ni ningun arrna letal son de terner como la lujuria y el odio de una mujer que ha sido separada de su carna matrimonial. .. Ha­ ciendo uso de su defecto de sentimientos y pa­ siones desbordados buscan. obsesionadas, y causan venganzas varias, ya sea rned iante la hechicerfa 0 por otros medios. No debe sor­ prender entonces que haya tantas brujas de este sexo. Y JOHANN SPRENGER, Malleus Maleficarum

HEINRICH KRAMER

(El rnartillo de las brujas), 1486 La posici6n de Omar Khayyam como poeta es curiosa: nunca fue popular en su Persia nativa y existe en Occidente en una rraduccion. Yo tarn­ bien soy un hombre traducido [translated]. Me han trasladado al otro lado . SALMAN RUSHDlE, Vergiien::a

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(t No es extrano que, en este tiempo de rnigra­ ciones en masa, choques culturales y viajes Iaciles y rapidos ... , hayamos concebido una rnetafisica completa de los temas de la dife­ rencia y la otredad. Pero por toda nuestra compleja destreza en encuentros entre dis tin­ tas culturas, la diferencia fundamental, cuando te mira a traves de la mesa con el rostro cerca­ no de un ser humano, siempre contiene un elemento de violaci6n. EVA HOffMAN, Lost in Translation

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f'(, GRAOAS

a mi comadre que /'lIe dio la palabra,

a mis boysitos que me acompaiiaron,

a mi mami y papi y hermano, recordando que hicimos

el viaje juntos a este lado, sin saber lo que nos esperaba

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SUMARIO Nota a la primera edicion en espaiiol . . . . . Nota a la edicion del decimo arziversario en Nota a la primera edicion en inglis. . . . . . Prologo. vao-« que habla . . . . . . . . . . . . .

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Primera Parte CORAJE

1. Madres e hijas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . II. La cruz del vestido blanco III. El coraje de una mujer ', . . . IV. Hijas y madres V. Con el perd6n suyo, cornadre. no vaya a ser que el diablo tenga cuernos VI. Mi hija, amarrate las faldas

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Segunda Parte

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REDENCI6N

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'In. £1 cochino en el rio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. VIII. Los huevos robados

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IX. Angelitos " X. Una vieja orgullosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. XI. [Viva el general Francisco Villa! "

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XII. XIII. XlV. Xv.

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SUMARIO

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Tercera Parte

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MOJADA LITERA RIA

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Mojada literaria La gringa canta sus blues de tristeza Ya sabe que estamos vendidos a sus personas Posdata: Biografia en la sombra

Notas Cronologia

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NOTA A LA PRIMERA EDICION EN ESPANOL

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Corda el mes de febrero y por vez prirnera, en todos los afios que teniamos de conocernos, hable por teleforio con mi co madre Esperanza desde los Estados Unidos. Su hijo Mario habia instalado el telefono en su propia casa, en el

terreno de mi cornadre, y ahora ambas nos regocijabarnos de la singularidad de esta forma de comunicacion, tan Inti­ rna como distante, como si recien hubiera sido inventada.

La recepci6n era tan nitida que yo senna que Esperanza se encontraba en la cocina de mi casa en Michigan, llena de co­

sas que he traido de Mexico -vasos de vidrio soplado de azules labios, arboles de la vida de cerarnica pintada a mano,

sonrientes soles de barro y pinturas en papel amate-. Plati­ camos con la misma espontaneidad que habia caracteriza­ do nuestros encuentros de hacia veinte afios en la cocina mexicana de paredes pintadas de un intenso verde hierba­ buena, allf donde naci6 la idea de crear este libra. Esperanza me puso al corriente de los ultimos aconteci­ mientos en su vida. Su madre habia fallecido. Aunque al mo­ rir tenia 96 afios. mi comadre estaba convencida de que no habra sido por causas naturales. -No, cornadre. [rni mama muri6 de hambre! C6mo era posible que dijera tal cosa, le pregunte . -Pues si, comadre. Mi hermano y su nuera no Ie daban de comer. iPara que no se hiciera en la cama! [Para no tener que limpiarla! Ella me pedia una gorda con sal. Y yo se la traia. Pero se la quitaban. comadre. Le dab an puro atole. Crearne que mi mama muri6 de hambre. Al escuchar a Esperanza contandorne de nuevo sus cosas, 13

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NOTA A LA PRlMERA EDICION EN ESPANOL

como 10 habia hecho afios antes, senti la necesidad de to­ mar nota de sus palabras. Sin soltar el telefono busque un lapiz e intente captarlas al vuelo con la mana libre en un pe­ dazo de papel, pero muchas de las palabras se me escapaban. -iEspere, comadre! Estare con usted en Mexico dentro de unos dfas. Guarderne por favor todas estas noticias para cuando nos veamos. Esperanza se ri6 y me dijo que no tuviera cuidado. Todo me 10 volveria a con tar detalladamente cuando yo llegara. Y entonces me dej6 at6nita. Pronunci6 una palabra que jarnas Ie habra oido decir. -Bueno, comadre. Bye, comadre. Bye, bye. Ella rela, sabiendo que era la primera palabra en ingles que jarnas me hubiera dirigido. iPor que utilizaba Esperan­ za la expresi6n bye? Era algo totalmente nuevo. iQue habia sido del "adios" 0 el "hasta luego"? (Cuando habra introduci­ do ese bye americano en su habla? Pense en las sutiles manifestaciones de los cambios cul­ turales, en las formas mediante las cuales estos cambios quedan grabados en los aspectos mas prosaicos de la coti­ dianidad. Para mi, el americana bye es una drastica abrevia­ tura, en comparaci6n con la cualidad poetica y evocadora del "hasta luego", que sugiere que la despedida es provisional y que pronto tendra lugar otro encuentro; 0 bien con el "adios", que es la afirmaci6n de un vinculo espiritual basado en la confianza en volver a verse que da la fe. Acaso mis mu­ chos anos como profesora me llevaban a darle demasiada importancia a algo tan trivial. Pero aquel bye de mi comadre me parecla cargado de significado. Adernas, me dije, ellibro con sus relatos en espanol estaba a punta de salir a la luz. (Por que, entonces, me decfa bye? Han pasado casi quince anos desde que sali6 a la luz en in­ gles la historia de Esperanza. Aunque el espariol es su lengua materna, como mexicana que es, y aunque tambien es la

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NOTA A LA PRIMERA EDICION EN ESPANOL

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mia. como cubano-norteamericana que soy, ambas estuvimos de acuerdo al principio en que este libro. creado a partir de nuestras charlas, habria de aparecer primero en Ingles. Esperanza me pidi6 que publicarasus historias en in­ gles porque sabia que asf no caerian en el olvido y al mismo tiempo ella estaria a salvo del ridfculo y del desprecio que estaba segura que recibiria de sus vecinas si llegaban a en­ terarse de que le habia confiado sus intimidades a una "co­ madre gringa". Ella se senna marginada en el pueblo de Mex­ qui tic, no s610 porque habia rehusado someterse a un marido que la rnaltrataba, la enganaba con otras mujeres y la gol­ peaba, sino porque tras abandonarlo habta tenido tres hijos con otro hombre, con quien no habia querido casarse. Aun cuando a sus marchantas de San Luis Potosi, que a 10 largo de muchos anos Ie compraron frutas y legumbres, Esperan­ za les habia contado algunos episodios de su sufrida y tra­ bajosa vida, resultaba un acto de arrogancia casi temeraria pensar que su historia era tan importante como para con­ tarmela y permitir que se publicara. Me revel6 cosas profun­ das, frecuentemente dolorosas, sobre si misma, cosas que yo escuchaba y anotaba. Medio en broma, medio en serio, decla que era como estar en un confesionario. EI saber que su historia seria traducida al ingles, que seria letda en el pais de los gringos, rnuy lejos de su pueblo, en aquel mftico "otro lado", le dio la confianza para hablar abiertamente, y tambien la esperanza de una especie de abso­ luci6n. Al mismo tiernpo, ternfa que los gringos no enten­ dieran su historia, que no la creyeran.' iNo pensarian que todo aquello que me habra contado era una mentira? Eran ambivalentes sus sentimientos hacia los gringos. En cuanto trabajadora mexicana sumida en la pobreza, la frontera entre los mexicanos y los gringos era insuperable; era un muro que cada dia se hacfa mas alto. Pensaba que jamas podria cruzar hasta el otro Iado, salvo que 10 hiciera en calidad de "mojada", 0 acaso como una especie de India Maria. Pero

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NOTA A LA PRIMERA EDICION EN ESPANOL

tras conocerme a mi. una gringa que hablaba espafiol y que se interesaba en sus historias, pens6 que contarme sus his­ torias era una manera de alcanzar el otro lado. Al confiarme su historia, para que yo misma se la con­ fiara a otros -a unos extranjeros en un pais extrafio-i- me­ diante el misterioso proceso de la edici6n, su historia asu­ mi6 una vida diferente, una nueva vida. Es por esta raz6n que original mente yo decidi dar allibro el titulo de Transla­ ted Woman: Crossing the Border with Esperanza's Story, lite­ ralmente Mujer traducida: cruzando la frontera con las histo­ rias de Esperanza. En la primera parte del titulo quise hacer hincapie en el concepto de que mi cornadre estaba rena­ ciendo en Ingles: con la segunda parte, senalar el hecho de que ella habia confiado en mi para que trajera su historia al otro lado. Diariamente, muchos hombres, mujeres y nines atraviesan la frontera de Mexico con los Estados Unidos, llevando a cuestas incontables esperanzas y suefios. Yo misma habia cruzado la front era con mis propias esperanzas, mis propios suefios, Las esperanzas y los sue nos relacionados con ellibro que algun dia habria de escribir, basandorne en el mont6n de casetes con las grabaciones de las historias de Esperanza que habia traido de contrabando a Michigan en mi maleta. A 10 largo de los anos en que aprendi a conocer a Espe­ ranza, fui subiendo en el escalaf6n del sistema universitario norteamericano. Cuando empezamos las grabaciones, sim­ ple mente 10 hicimos por amor al arte. Yo estaba desemplea­ da y no sabia que iba a ser de mi vida cuando terrninara mi doctorado en antropologia. Cuando lleg6 el momento de em­ pezar a escribir este libro, ya tenia un puesto como profeso­ ra de antropologia en la Universidad de Michigan. Por en­ tonces, a principios del decenio de los afios noventa, los estudios feministas y los estudios latinos (es decir, los estu­ dios sobre los hombres y mujeres de ascendencia latino­ americana en los Estados Unidos) se encontraban en pleno

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NOTA A LA PRIMERA EDICION EN ESPANOL

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florecimiento en el media acadernico. Yo senti que mi tra­ bajo con Esperanza encajaba con los intereses de esos cam­ pos; situe nuestro encuentro en el contexto de las teorias y los estilos de expresi6n personalizados que en aquellos tiempos empezaban a predominar. La aceptaci6n de la es­

critura personalizada por parte de las mujeres escritoras y los escritores de los grupos sociales minoritarios me anim6

no s610 a relatar las historias de Esperanza, sino a describir

la gran impresi6n que me produjeron cuando las escuche.

Esto hizo de mi libro una obra muy controvertida. Si habia lectores que me alababan y que abrazaban el concepto de que ellibro fuera el relato entretejido de la vida de dos mu­

jeres, los criticos me acusaron de revelar demasiado sobre mi misma al relatar la vida de mi comadre Esperanza. Puesto que yo era una joven profesora que luchaba por ganarse un sitio en el mundo de los intelectuales de Norte­ america, mi libro en torno a las historias de Esperanza tenia que estar escrito en ingles. Esto no tenia que ser un proble­

ma para mi. Al fin y al cabo, yo habra salido muy nina de Cuba, y mi educaci6n escolar en los Estados Unidos habia side en ingles, Pero tras vivir en el Mexico rural, tome con­

ciencia del contexto politico de la frontera. Of muchas his­ torias de las humillaciones que sufren los mexicanos indo­

cumentados en los Estados Unidos. De repente, la idea de traducir la historia de Esperanza al ingles me pareci6 un

acto cobarde, una manera de doblegarme ante la cultura dominante de los gringos y su lengua. (Por que habria yo de

hacer tal cosa? El espanol era para mi ellenguaje del hogar y del coraz6n; el ingles, ellenguaje del exilio, la asimilacion,

la restructuraci6n del ser. Convertirme en antrcpologa y trabajar en Mexico y otros paises de habla hispana fue una manera de conservar mi lengua materna, aunque supiera que en definitiva el ingles seria el idiorna que tendrta que usar para ser tomada en cuenta en el mundo acadernico. Asi que fue con sentimientos de ambivalencia y angustia

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o () () " Despues que nos dijo: "Mire, hija, te voy a decir la ver­ dad. Tu hermano esta chico, no sabe. Te 'loy a decir la verdad, hija. Manana viene tu hermana. Digale pues, yo me 'loy, me voy para el pueblo. Yo me voy con mi hermana. Yo no le aguanto a tu padre. Ahorita par ir a verlo, me avent6 un machetazo. Mas porque yo me escape, me di la agachada detras del burro. Y me la sentenci6 que me iba a matar aqui en la casa. Yo ya no 10 soporto", dice. "Ninguna ley me am­ para, ni nada. Si por eso me castiga la ley, que 10 haga. Pero alii se quedan ustedes. [Hijos no traje! [Hljos no llevo!" Y nosotros: "Acuestense, acuestense ahorita. Ahorita vengo. Acuestense". Deciamos: "Usted ya se va. cA poco va a venir?" "Sf, si ahorita vengo por ustedes. Ahorita 'loy aver a dona Pancha y ahorita vengo. Ahorita vengo por ustedes. A ver que dice tu padre. Ahorita vengo." Pues nos engafio. Y ya nos quedamos allf ya. Cerro la noche, ya sedan como las ocho de la noche, a nueve, que llega el. A pura maldici6n ya puros gritos. Nosotros nornas

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MADRES E HIJAS

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temblando. No, el otro mi hermano se qued6 dormido. Era el mas chico. Yo nornas estaba oyendo. [No! Senor de mi alma. Que llega, entra la casa. Y hablele. y hablele. "jNicola­ sa!" Asi. "Que (d6nde estas'. hija de quien sabe que madre." Y se abre la cocina. Dice: "(Onde estas?" Se fue pa'I cuarto y no la halloo Y alli anda detras de la casa. "jNicolas a ! [Nicola­ sal. (donde estas? lOnde te fuistes? (Onde estas?" Y que se dirige can nosotros. que nosotros nos dej6 la luz prendida, que eran aparatos que quemaban petroleo. "(Que tu madre?" Yo no le contestaba. Seria. "[Te estoy hablando! Hijas de quien sabe que. lOnde est a tu madre? Se estan haciendo dormidos. lQue tu herrnana?" "Esta can mi abuelita." "Y (que es de tu madre?"

"No se. No sabemos."

"(Como que no saben? iAlcahuetas de sabe que!" jHijole!

Y mi mama dice como esa senora vivia cerca. oy6 ruido que torpes. Dice que le dijo la mujer de la casa: "Ay dona Nicolasa". dice: "vayase pa' su casa. Pa' su tierra. Pa'i pue­ blo. Ya no regrese can ese viejo malo. jVayase!" Es que no quisieron echarse responsabilidad de mi mama. Dice: "Va­ yase, dona Nicolasa, no vaya venir ahorita don este Tomas y nos venga a ir a golpear, nos vaya a matar, ya que aqui la halla. iVayase!" Que si la anirnaron que no se quedara allf. Mi mama se fue a otra casa. Y alli dice: "Sf", dice: "no, de veras, ahorita no se disponga air. Vengase manana, madruga y se va. jDeje ese viejo! iDejelo ya! Las criaturas ya les dejo. Dejelos ahi. Que al cabo aver si los mata, aver si se los traga", que le dijo. Y qued6 mi mama. Esa noche. Esa noche que me dice a mi: "(Que tu madre?" "Yo no se. No se." Y izas! que nos mete arriba de las co­ bijas can el cmturon Y nos dio como unos tres cintu­ ronazos. Y luego yo, bueno, antes de [lorar, dice: "Nornas lloran".

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CORAlE

Y se sale pa' fuera [como perro de la rabia! Se salio y se fue carcajeando y gritando. Se fue a echar mas bebida. Y lleg6 hasta otro dia en la madrugada. Bien crudote. Pero ya no venia borracho, venia bien crudote, curandose con la mis­ rna (verdad? Ya nos hablo, dice: "Me dicen de tu madre por­ que si no los mato a ustedes". "Aquf no, nosotros nos acostamos. Ella ya no vino. Yo no se d6nde esta." Y el nos maltrat6 y se fue a ver a mi abuela. Y alla toco a traerla a mi hermana. "A ver; que tu madre, jandale! Ya se pelo tu madre. Ya se fue con su mozo, tu madre. Se fue con

su rnozo." Y dice: "[Orale! (Me haces de tragar, 0 no? Usted vas en parejo. Pullas estos, pullas 10 otro. Junto con su madre".

Bueno, Diosito santo. Creamelo, pero le aguantamos ocho dias, esa vez quemarna

se vino, duramos todavfa ocho dfas. Pues sf. creo que a los ocho dfas, vino a poner la demanda aquf mi papa, a deman­

dar a mi mama porque se habia venido. Y nosotros allf nos trae, ya nos echo arriba del burro, los tres, y alli nos trae aqui a la presidencia. Ya mandaron a llamar a mi mama. Estaba con mi tfo Miguel. El presidente era ese Alejos Hernandez, don Alejos. Yo recuerdo muy bien. Dice: "A ver, don Tomas, (que? Aver, aquf esta la senora". Dice: "Sf. senor presidente. Yo demando a esta senora porque tal dia se me salio de la casa. Abandono sus hijos. Los dej6 allf en la casa y ella se vino con otro", "Ah, (sf? (Quien es el otro?" Dice: "Pues se vino con otro individuo. Sola no esta, Se vino con otro individuo". "A ver, dona Nicolasa. (Por que se salio usted?" "Sf, sf senor, sf me salt. [Desde los afios que yo me fui can el es vida eterna que yo tengo! Tantos tuve, tantos hi­ jos con el. Asf es que para el, nunca me ha tratado bien. Asf

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es que el motivo fue, tanto que me ha sufrido, tanto que me

ha golpeado. Me escalabraba y todo. Y nunca 10 he deman­ 1"

dado. Hasta ahora. Nunca 10 he demandado. Y no 10 de­

""') mande. £1 me dernando. Tal dia, hace tantos dfas, me avento

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una amenaza con la cuchilla. Y yo que me escape. Yo ningu­ na ley me ampara con el entonces. Yo ya no 10 soporto. ,,)

"(Por que? -dice Esperanza, en la voz de su madre-. Muerta de hambre. Como quien dijo, encuerada y todo. Y .) yo, yo si no cuido un chivo, si no cuido una gallina, no me

pongo un remiendo. Si no cuido un chivo, no cuido una ga­ -)

llina, no cuido un cochino, no me calzo. £1 nunea me viste.

) [Pues que me 10 traiga ese hombre que dice! Aqui estoy, a ) ver que." "(Tomas?" ) "Sf, con todo eso, (y que?" Dice: "No hubo motivo", ) "(No me aventastes el machetazo? Dijistes que me ibas ) a matar en la casa. Yo que te estoy aguantando. [Tantos lar­ )

gos afios te he aguantado! Y la vida que me das. No es posi­ ble estar aguantando tanto."

) "Bueno", dice. "Bueno, pues yo no se. Yo me echo mis ,) tragos. Ouien sabe que." : "') Dice el presidente: "No, don Tomas, as! no es. Entonces (que es 10 que piensa?" ..,) "(Yo? IDe recogerla! [Llevarmela! Porque tiene su fa­ ",) milia." ;j Dice: "(LVIi familia?" Dice: "(Por que te venistes a sacar tu familia?" i",J Dice: "Yo contigo no lleve hijos. Asf es que 10 mismo son ~) tuyos. Mantenlos 0 [tragatelos! Como 10 has hecho hoy. [Tra­ ".j gatelos mejor! Al cabo tLI no los miras como familia. Los mi­

ras como contrarios. Como los golpeas a ellos. como me W

golpeas a rru",

~ Dice: "cEntonces no me sigues?" 6t "Pues no te sigo. Y aunque me castigue la ley, pero no te sigo. Ni ahora ni nunca."

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106

MADRES E HIJAS

CORAJE

mama llego como quien dijo alh, a valor. Fuimos ala casa. Mi mama llevaba ciertas intenciones de agarrar la vieja alli en la casa. A golpearla, sera. Llegamos, estaba la vieja. Y que mi mama se mete. Y como estaba la barra alli, mi mama le echo la aburridora a la vieja y la vieja partie carreras, se fue. Entonces nosotros nos que­ dam os alli en la casa. Y le metio de barrazos alli al cuarto mi mama. El cuarto quedo sentido, porque le metio barra­ ZOS, pues era de adobe. El cuarto donde vivfa mi papa, vi­ viamos allf. Entonces ya fuimos con mi abuela. Ya mi abue­ la nos dio el ganado. Nos trujimos el ganado. Ya hasta traiba unos chivitos que habian tenido las chivas. Y ya esperaba mi mama que la iba a demandar: "Que fui a tumbar alli, a barrearle el cuarto y la vieja corrio". Ni el dernando a mi mama. Ya nada. Se quedo tapado todo aquello. jPues ya! Nos vinimos ya. Y nos quedarnos con mi mama. Mi mama trabajaba con mi comadre Mariana y de eso nos mantenia. De las borregas de mi mama, una me Ie llevo el coyote. Otras se murieron. Otras tres chivas que quedaron, las en­ cargo con un senor que cuidaba ganado aquf del diario. Entonces ya pasaban los afios, ya mi mama ya no nos echo ala escuela. Ni a mi ni a mi herrnana. Yo termine el pri­ mer afio de primaria, y ya no. Mi herrnana llego hasta ter­ cer afio: [Mi hermano chico, menos! Mi mama ya no tendria con que. Entonces ya a mi mama la finada Mariana le dijo, como yo estaba aUi de oquis. Mi hermana estaba trabajando con dona Tomasa, de pilmami. Y yo, la finada Mariana me echo a cuidar la cocona con los coconitos. Entonces, mi mama me mandaba al rio. Alli me sentaba con la cocona. Me dab an de comer, y alli ya me regresa­ ba como a las cuatro. con la cocona con coconitos, Pues

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era elfa con dia, dia con dia, andaria por alli como unos ocho dias, dia con dia, con los coconitos hasta que crecie­ ron granelecitos los coconitos. Los coconitos comen, se ere­ cen donde hay berros. los coconitos, porque los pollos son mas buscavida. No los coconitos. pues ya estaban grandes. Onde que anduve anduve an­ duve, pues sf. todo se me junto. 0 ya las malpasadas; y las asoleadas, y estuve tiempo con mi abuela, y pues sf. pasaba mala vida yo. Pues de todo aquello se me vino juntando. Ya fui comO iba ya pa'l desarrollo, everdad? Nornas me dolia la ca­ beza asf. Ya se me quitaba, de vuelta me volvia, casi dia con dia me dolia a mf la cabeza. Hasta que llego el dia en que, es­ raba yo sentada, arriba de una piedra, nada mas de buenas a primeras, me vino. A gote y gote y gote, gote, ya la piedra se estaba bafia ndo de sangre. Ya no me podia mover, si me paraba todo me 10 echaba yo pa' abajo. Yo estaba asi, me prendia la cabeza, y los coconos. yo cuidando la cocona con los coconitos, por alli se metieron entre los jarales alli por abajo de la presa. Antes habia mucho jaral alli. Ahora ya no hay nada. Me sentia atarantada yo. Entonces si, asf bata­ llando. Agarraba la cocona. Y andaba batallando para aga­ rrar los coconitos. pa' echarlos en una bolsa. Los c6conos los echaba en una bolsa y la cocona la embracilaba. Batalle para arriba, que agarre los coconitos. Y luego me echaba los tra­ gazos pa' aca pa' abajo, de sangre. Y toda por aqui, toda. Toda que me ponia. Por fin hasta que de ratos regrese a la casa. Toque la puerta. Mi mama me abri6 la puerta, entro, y isopas! que caigo de ancho. iPor poco nos maromearon alb los c6conos! "eQl\I~ te paso. mujer?" Mi mama me vio asi. toda ensangrada. "Ay, muchacha, vas a matar esos c6conos. Asi no me costeas." Mi mama pues en vez que le diera asi algo de chiste de risa, pues se espant6. "Bueno, epees que te paso, quien te golpeo. 0 que? GTe cartes 0 que? iQue te paso?"

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No podia hablar, pues me tragaba yo to do aqueUo. "Me salio sangre de la nariz." "(Cuando?" dice. "Pues ya hace rato." "Ave Maria Purisima. (Pues yo que te hago?" Mi mama dijo: "Sientate". Ya me sento, Entonces mi mama pidio al­ cohol con mi comadre Mariana. Entonces dijo mi comadre: "Ay Diosito, (que, se cayo?" "No, dice que le salio sangre a la nariz. Dice que por alli deja un charquero de sangre." "Valgame, criatura, pero cpor que no te venias? Y si allf te quedas rnuerta, alli desrnayada." Me dijo mi comadre Ma­ riana. "Ah, muchacha. (Por que te sentastes en el solo que?" "Pues, no. Me duele la cabeza." Entonces, "Echale alcohol. Echale alcohol, alli esta la

botella". Ya me echo alcohol. Entonces ya me echaba la misma sangre que estaba a chorree y chorree donde estaba mi mama, asi con la mano me la echaba aca misma. "Echale la misma sangre. Pa' que le de asco, y ya se le detenga." Me untaban aqui con la misma sangre, con todo. jAy, Diosito santo! Bueno, entonces por fin se me vino calmando. AI otro dia siguiente, de vuelta me mandan con los ani­ males. "Y no te sientes en el sol", dice. "porque eso es malo". AI dia siguiente, otra vez me volvio 10 mismo de vuelta . Entonces ya de a tiro, ya apenas llegue ala casa. Entonces mi comadre dijo: "Acuestela". Don Juan Gonzalez estaba muy mal en ese tiempo. Y vino un doctor de San Luis a curar a don Juan. Entonces en ese momento me toea suerte que dijo mi comadre Mariana: "Ay Nicolasa, pues no se te vaya a morir esa chiquilla", dice. "Pues de las malpasadas sera. Se fue con la abuela, solo Dios. Que le haria la abuela, yo no se, porque le permanecio esto. 0 sera de cuando el padre las golpeo. Estara golpeada

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del pulrnon. No se. £1 padre las golpeo mucho. Esta la col­

g6", dice.

"Pues, a 10 mejor es 10 que tiene." Dice: "No, Nicolasa.

Anda, mira, el doctor alli esta ahorita con Juan. Digale que

te haga favor que te venga aver la criatura".

No, mi mama fue aver ese doctor. Y ya fue el doctor a

verme allf en la casa. Y dice: "Ay", dice. "Oiga, esta rnuy mal

su charnaca." Dice: "Esta chamaca se ha de haber caido. 0 que esta chamaca tiene un derrame de sangre de cerebro". Dice: "cQue le hicieron? cO la golpearfan? cO se cayo? Ahorita es

un derrame de sangre que tiene. En la cabeza. Y esta muy peligroso. De que se le puede ir de un rato a otro".

Entonces mama que le dijo: "Pues no, la mera verdad, doctor", dice: "pues, cuando tenia tantos anos, el padre de

ella, el hombre que fue rruo", dice: "el padre de ella", dice: "la col go de tantos arios".

"(La colgo? cEsa criatura?" Dice: "Si, sf la colgo". "cY por que fue el motive?" "Pues no, por nada." Dice: "La colgo de pies pa' arriba, de cabeza pa' bajo. Como tanto tiempo la deja colgada". Dijo: "iAy!, que barbaro. (Entonces no esta usted con su senor?" Dice: "No", Dijo: "Ah, pues eso es 10 que tiene. Se le fue toda la san­ gre para la cabeza y hoy esta debil, Ie ha permanecido eso. Eso es un derrame de sangre que tiene. Y esto, si se le alivia, sera de milagro. Bien vive 0 bien se muere". Dice: "c:Cuantos afios tierie?" "Tiene nueve", dijo mi mama rnuy bajito. "Lo mal cuidado, mal pasado, mal cuidado. Debe tener cuidado con esta criatura." No, pero dice: "perc aqui es ta esta medicina". Ya me dieron Ia medic ina, no se que seria. el chiste que me recetaron. [Santo remedio! Bendito sea Dios.

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"Pues ya no te mando", dice mi mama. "Ya no te mando que vayas con los coconos, Ya estan grandes, ya no trae ji­ guite, ya no." Entonces donde estaba mi hermana, con Ia nuera de Ia pa­ trona de mi hermana, que queria una chamaca. Dijo mi mama: "Dye, me vas a ir a San Luis. Ya estas buena. Ya no te duele nada. Ya se ve que ya estas buena. Yo no quiero que andes aquf en Ia calle. Ni te puedo tampoco mandar al sol. Asi es que te me vas a ir a trabajar de pilmami. Te vas a ir alli cerca donde vive tu hennana. La quieres ir aver, alli Ia Yes. Es Ia misma familia de Ia patrona de tu herrnana". Yo me daba miedo. "Vamos, hija. Mira, alli vas a comer bien. Aqui ya yes 10 que te pasa." Iba ajustar yo diez afios cuando me Ilevo de pilmami. Me llevo, ya me dijeron todo y todo. Que embracile esta nina. Y total. Que ya me dejo mi mama. Me costaron llori dos. Mas el consuelo que estaba mi hennana. Estaba de una casa a otra. Luego de pilon que me daban de comer un virotito de a centavo, que antes valfan un centavo, un virotito chiquito Tres tortiIlitas. Una cucharita de 10 que fuera Ia comida. jY me acostaban en un cuarto donde habfa mucha rata! En el dia cuidaba Ia criatura, 10 embracilaba, pero en Ia noche me acostaban en un cuarto que tenia mucho telebrejillo alli. Entonces como me decia Ia patrona: "Mira, quieres ir. Alla viene tu hermana. Ve con tu hermana, alli. Llevate el nino, nornas cuidandolo, no 10 vayas a tumbar. Al cabo alli esta mi suegra, llevalo. AlIi Iuego te vienes". Yo Ie contaba todo a mi hermana. Como me trataban en ocho dias. Dice ella a Ia patrona: "No, fijese senora, dice esta mi hennana que esto y esto otro alli con Ia senora. Que dice que no se qui ere quedar ya porque Ia acuestan donde hay mucha rata".

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Dijo: "Sf, es muy sucia Maria Luisa. Esa sf es muy recia. Sf, mejor vente pa' aca, Si ya no quieres estar alii, vente pa' aca". "Pues no", dije. "Yo, no mas. Dure ocho dias. Yo no quie­ ro estar mas. Hoy a mi mama Ie voy a decir que yo no quiero. Porque me acuesta a mf donde hay mucha rata. Y luego, el chiquin muy cornelon." [Comelon: Y pa' mi un virotito asi, mire. Y luego tres tor­ tillitas. Entonces ya Ie dijo mi hermana a la patrona de ella que me fuera allf con ella. Entonces allf donde mi herrnana, eran dos, la senora y el senor, pero ya senores grandes. Y era un cason tan gran­ de que tenian. Mi hermana barrfa, trapiaba, lavaba trastes, hacia de comer, para dos personas. Era un cason grande, con el perdon suyo, un cason loco, grandote, una casota grande, pa' dentro habia mucho corral, un corral grandfsi­ mo. casi era de Iado a lado de pura hierba. Mi hermana se Ie tupia de arreglarle. Entonces a mf me pidio la senora para que regara yo las hierbas. Cada tercer dia las regara y las espulgara, quitarles todas las hojas secas de las hierbas. En eso la gire yo. Ganabamos tres pesos al meso Tres pesos. Pero sabe que con tres pesos comprabamos zapatos, compraba­ mos vestido. (Eh? Todo. Barato. Tres pesos, (eh? Nornas que sf pasabarnos unos hambres. Todo limitado. Ellos los dos y nosotros dos. Y 10 que nos daban una eucha­ rita de una, y otro cucharita del otro. "Y ya eso es de uste­ des." Y el cafe que se hervia para ellos, cafe que se compraba de unos sobrecitos, esos se echaban en una ollita para ell os y Con su Ieche especial para ellos, y el asiento del cafe que quedaba, ese teniamos que echarle mas agua nosotros. "Echenle agua muchachas, porque ese cafe todavia tiene mucha fuerza. Ese cafe no se tira. Echenle agua y ese sera para ustedes." Y nos daban un cuartito de Ieche. Un cuarti­ to de litro a cada quien. Ese era de leche. Iba la viejita, aca la senora, una chaparrita. "Tenga, aqui estan sus leches. Una

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de una, una de otra." Un bolillito cada quien de a centavo, eso era 10 que nos daban. Eso era de dia con dia. En la comi­ da, tantito, unas sobritas de comida de 10 que ellos comfan, 10 poquito que nos quedaba a nosotros. "Alli si ustedes quie­ ren dejar pa' la cena, 0 coman frijoles, su frijol, y la leche y un bolillito." Hijole, quedabamos con un hambre. Dice la senora: "Anda, traete, que tres centavos, que cin­ co centavos de hueso para el perro". Entonces daban unos viajazos de huesos las carnicerias. Estaria la carne mas ba­ rata, habria mucho animal, muchas reses 0 no se, Daban unos viajazos asi, por huesos pa'I perro. Y en eso de los hue­ 50S llevaban unos pedacitos de carne. Unos pellejos alli, unos nerviotes alli de la carne de los reses, cverdad? Para el perro . "Hiervalo. Estos huesos le hierven al perro y se los dan de rato que se enfrte la olla del caldo del perro y se los dan." Eso era su cena del perro. Otro dia al perro se Ie daba tanti­ ta leche con cafe que dejaban ellos de las tazas, con una pieza de pan, 0 pedacitos de pan de azucar, al perro. Se le echaba al perro. Perrote, era un perrote grandote. [Onde que nos­ otros esperabarnos que se enfriaran y nos comfamos Ia car­ ne del hueso! Yo dure un afio alli. Ya me halle. Pues estabarnos las dos juntas. Entonces no se quien me dijo 0 como fui, que me sali de alli yo y nos desapartamos. Me fui a otra casa yo. Sola alli. Fui a dar, de pilmami tambieri, con una licencia­ da. Ya estaba yo mas grande. Con la licenciada dure afio y medio. Ya nos apartamos mi hermana y yo. Nomas que nos vefamos cada ocho dias. No, pues alh mas 0 menos, tam­ bien un poco agarrados, pero me las aguantaba. Onde que una senora que ya se muri6 nos hallo en la calle yo y mi hermana. Dice: "cCuanto ganas allf?" "Pues gano diez pesos." Y de vuelta nos juntarnos, las dos en una loncheria, por allf cerca del Mercado Hidalgo. Senores eran de Guadalaja­ ra. Tenfan una loncheria. Pero alli sf trabajamos de noche

porque, como hacian pozole, tostadas, tortas, bueno, todo

hadan. Eso era trabajo de noche. Trabajamos en el dia picar

cebolla, picar jitomate, picar lechuga, ya poner el pozole, a poner con patas de puerco, can patas de res, de becerro, asf tierno. Ese era el pozole. Y a picar limon, a picar rabano.

iNa! Tenfamos trabajo. Nomas que sf, comfamos mas. Ha­ dan, el dia trabajar hacerlo y en la noche venderIo, hasta

las doce de la noche. Y nosotros erarnos meseras. Hasta las dace de la noche. Aquella hora se esperaba la gente del cine. A las dace de la noche se lIenaba la loncheria. Bueno, entonces tiene que duramos alii un tiempecito en esa loncherfa. Allf fue el primer retrato que nos sacamos. Allf ganamos quince pesos. Sf, la pasabarnos bien. Nornas que sf era muy duro por la noche. Nos acostabarnos a la una,

la una y media, las dos de la manana. Otro dia levantarnos, asi. No. Estaba rnuy duro. No, ya nos aburrimos.

Onde que de vuelta supimos que en otra parte pagaban mas. Pues que nos desapartamos las dos de vuelta. Yo ya me

fui para otra casa. Mi hennana se fue con otra senora, que ya ganaba creo dieciocho pesos. Es como decir pagan nueve 0 diez mil a hoy.

Yo me fui a dar con unos dos senores, tarnbien personas grandes. Yo ya andaba en los quince afios en ese tiempo. Era cufiada y curiado. Se muri6 la hermana, mujer del se­ nor y quedo la curiada. sola soltera, Viejita ya. Soltera. EI senor me pagaba, y yo los asistfa para la senorita. Entonces no mas hacia yo, barria la calle. barrfa el zaguan. Barrfa el patio. Arreglaba las hierbas. Barria la pieza de la senorita. Y total. EI comedor y la cocina. Hacia de comer yo. La pieza del senor muy poco. EI siempre: "Yo la rnla no me la haga todos los dias. Una vez por sernana". Ya un viejito de esos. Estaba jubilado. Estaba yo muy feliz alli. Allf dure casi pasado de afio y media. Iba para los dos arios. Onde la viejita dijo: "Mira, yo me voy para mi tierra. A Le6n. Miguel se va a quedar solo".

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dice que si yo me voy que no te vas a quedar aqul. El para el solo se va a comer a un hotel. Pues no, no dig as que te cor­ tao Pero asf es que puedes por alli buscar", De los viejitos me halle otro trabajo por aca por Refor­ rna. Alli dure menos del afio, Ya tenia como unos dieciseis, diecisiete afios, Entre con una hija y un papa, el papa y la hija. Dure poco, como la hija tenia novio y luego a veces me dejaba sola con el papa. Y no me gustaba. Yo siempre des­ confiaba asL Mejor me salf. Estaba mi hermana cerca. Alli andabarnos cerca, siem­ pre cerca. cerca.Entonces ya le dije a mi herrnana. Le dijo a la senora, la patrona de ella, dice: "Fijate que Maria se en­ ferm6, y esta con su hija. Sabra Dios cuando vendra a hacer la cocina". Tenia salon de belleza, la patrona. "Vente ttl, vente por partes de Maria, que Maria esta muy enfenna, y no va a venir," Duraria cerquita del afio, me faltaria poquito para ajus­ tar el afio de cocinera. No, era una vida muy feliz. Con la seiiora se llamaba Lola. Todavia vive. Allt la pasabarnos muy bien. No, estabarnos nosotros entonces en nuestros apogeos. Ya de diecinueve, veinte aiios. Onde que me toea la de perder. Nos vinimos cada aiio aquf a las fiestas, aquf a San Mi­ guel, vinimos cada afio, yo y rni hermana. Entonces nos die­ ron vacaciones, ocho dias, creo. Yen esos ocho dias me volo el gavilan aqui. Esperanza se rte, Ya ha hablado por tres horas casi sin parar. Cuando me case, me regaii6 mi hennana. Dijo: "(Ya te cansates de mantener a mi madre? (Ya te cansates de darle dinero? Alli donde vas a dar; alIi no vas a sufrir; alli no vas a trabajar". iNO, no, me echo la sal!

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REDENCION

fte, senora, en su hija. Su hija le esta haciendo males a su familia. Quiere acabar con su familia y con usted.:" Entonces le digo: "No, mama. Dfgame quien, dfgame quien es esa persona. Si el Simeon 0 el Macario anden ha­ blando mal de mf, los atasco a la calle, como luego se dice. (POl' que? (Que tienen, 0 que?" "No, no, no, no. No te puedo decir. Un hombre." Dije: "No, mama." "Sf. (C6mo te voy a decir? [Si es un hombre de la calle!" "Ay, mama. No hay hombres que vivan en la calle. Al fin, en la pura calle. Ha de tener su casita donde viva." Un hom­ bre en la calle, como esos que viven en San Luis, esos borra­ chitos, esos que andan medios fallos aca, que se quedan en la calle, porque yo los he visto, senores que no tienen d6nde vivir, que duermen los pobres en la calle, esos sf son de la calle. Pero yo no Ie dije asi, Dije: "Bueno, mama, no puede haber una persona de la calle. Ha de tener su casa". "[No, no te voy a decir! (Como te voy a decir si no 10 co­ nozco? [Sabra Dios de donde sera! A mf me 10 dijo." Esperanza hace una pausa para be bel' un sorbito de su refresco y ~e entromete Norberta: -Primero dijo que era de la calle, luego dijo que era de un ranchito. -Sf, es que ya me patina porque no me acuerdo bien bien, pero sf, sobre todo con el coraje me puse algo triste, como quien dijo. Entonces me dice mama: "No, ya no quiero pleito. No puede ser. Y asf es que mismo, te separas. Ahora, (y me llevas la comida a deshoras de neche?" Le dije: "Ay, mire, mama. Anoche llegue a tales horas. A las ocho estabamos comiendo. Ya sabe usted que yo llego tarde. Entonces, yo me acorde siempre de usted, aunque no Ie dare en el dia". Entonces dice: "Urn. Que casualidad. (Como se si me llevas ahi el mal, que me quieres acabar?" Le digo: "Oigame". Digo: "Oiga, mama, entonces usted quiere decir... (que yo soy bruja?"

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UNA VIEJA ORGULLOSA

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"Pues. Pues, yo creo sf." "No, Mama. Eso sf que no." Entonces dice: "No, no, no, no. Ya no quiero ruido. Salte y dejame en paz. Yo ya no quiero pleitos, yo ya no quiero enojos en mi familia" . Entonces le digo: "No, mama. Mire, mama, le voy a de­ cir. Eso hubiera visto antes. (POI' que no me corri6 des de antes? Cuando usted me vino a dar el pedazo de tierra, us­ ted me 10 dio porque usted quiso. Yo no Ie pedi. Cuando us ted vino, recuerda, que yo estaba levantando el nino Dios, yo no tuve tiempo pero Sime6n fue el que se dio cuenta, que reci­ bio lo que usted me dio. Entonces, mama, usted me hubiera corrido esa vez", "Ah, eras duefia de tu voluntad. POI' 10 que yo te di, pues tu hubieras dicho: 'No, no se 10 quiero y me separo porque me separo'. Yo no te hubiera agarrado. Sf, ya te 10 dije, que ese hombre me abrio los ojos." Entonces Ie digo: "Mire, mama. (Entonces los papeles que yo tengo? {Esos no sirven?' "Urn. Pues te serviran a ti. Yo te preste el terreno. Yo no te 10 di. Y aquf a mi casa, yo no quiero que me traigas a un licenciado ni a un abogado ni a un juez ni presidente ni per­ sona quien me venga a medir aquf a mi casa. Te sales porque te sales. Yo como duefia de mi casa, yo sabre como te sales. Pero yo no quiero naiden que venga a medir aqui. Licencia­ do, abogado, juez, a ellos no les importa porque ellos no son duefios de la casa. La duefia soy yo." -Esperanza sub­ raya las palabras de su madre con un golpe en la mesa-. "Ah, y hasta te juntas tu con una vieja prieta, que andas compactada con ella." "Ah, bueno", reaccione yo, le digo, "bueno, si es pOI' 10 que usted dice: mama, ha de ser Chencha. Es la (mica mo­ rena que me junto con ella. Y eso, pOI'alla cada hoja de san­ to, no estoy de diario con ella". Dije: "Si es una mujer morena, ha de ser Chencha".



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