03-16_hida_lay

RevistaDescripción completa

Views 41 Downloads 6 File size 16MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Citation preview

SUMARIO

03 / 2016

54 CORAZÓN DEL VIRREINATO

25

© Colección: Bernard Delacourt. Fotografía: Noël Mazières

El esplendor de la Lima colonial

LA FORTUNA DE LA ORDEN DEL TEMPLE Aunque pretendían vivir con austeridad, los templarios tuvieron que gestionar múltiples donaciones. Se convirtieron en banqueros, con una riqueza que codiciaban los reyes. J. L. Corral, historiador; A. Corral, escritor.

ARTÍCULOS 46 Policías en Egipto Pirámides, miles de trabajadores, miles de conflictos... ¿Quién mantenía el orden público para los faraones? J. M. Parra, doctor en Historia Antigua y escritor.

54 La Lima virreinal La corte de los virreyes era el centro redistribuidor de la plata peruana. Por tanto, sinónimo de opulencia y blanco de la codicia de los piratas ingleses. F. Martínez Hoyos, doctor en Historia

62 Giuseppe Verdi El compositor de La Traviata fue un genio experimentador, pero también un gran hombre. A. Caso, historiadora del Arte y escritora.

70 El tren del Hiyaz La línea que debía unir Damasco con La Meca iba a simbolizar el progreso del mundo musulmán. Lawrence de Arabia se encargó de destruirla. A. Baquero, periodista.

78 Ciencia

LA FAMILIA ÁLVAREZ La bomba atómica y la extinción de los dinosaurios tienen en común a esta saga de científicos de origen español. E. Millet, periodista.

82 Arte

EL EDÉN PRIVADO DE MONET Una exposición descubre la obra más espectacular del pintor francés: el jardín que inspiró sus lienzos. A. Echeverría, periodista.

H I STO R I A Y V I DA 3

SUMARIO

03 / 2016 SECCIONES 8 Primera plana

DETECTIVES DEL ARTE En España, la Brigada de Patrimonio Histórico de la policía nacional persigue los robos y las falsificaciones de arte. Hablamos con su inspector jefe, Antonio Tenorio. G. Toca Rey, periodista.

12 En breve 14 Lugares

TEMPELHOF El antiguo aeropuerto de Berlín, hoy parque público, experimenta una función inesperada.

16 Anécdotas 18 Arqueología

18 ORO Y PLATA DE PERSIA

El polémico origen de un tesoro

EL TESORO DEL OXUS ¿Por qué suscita controversia la autenticidad de la mayor colección de objetos de oro y plata del Imperio aqueménida, uno de los más grandes de la Antigüedad? C. Joric, historiador y periodista.

22 Correo 88 Agenda

88

92 Libros y cine 98 Foto con historia LOS DÍAS FINALES DE UNA ESTRELLA

92

Un ya retirado Babe Ruth, el mítico jugador de béisbol, coincidió en un estadio con un futuro presidente, George H. W. Bush.

Créditos fotográficos: Aci Agencia de Fotografía: pp. 34-35. Album Archivo Fotográfico: pp. 28, 40-41, 46-47, 53, 54-55, 60, 65, 68. Cordon Press / Corbis Images: pp. 78-79. Getty Images: pp. 44-45, 72-73, 76-77. Getty Images / Thinkstock: pp. 20, 22, 23, 42-43, 49, 58-59, 67. Gtresonline: pp. 14-15. PhotoAISA: pp. 23, 28-29, 41, 70-71, 95. © Photo SCALA, Florence: pp. 25, 52, 63, 64, 66. Prisma Archivo: p. 66. Shutterstock.com: portada y pp. 17, 21, 30-31, 32-33, 36-37, 79. Edu García: p. 7. Cortesía de Musée des Templiers – Hugues de Payns: pp. 3, 26-27, 38-39. Cortesía de Fundación Bancaja: pp. 4, 91. Cortesía de Abordar Distribución: pp. 4, 97. Cortesía de MECD / Patrimonio Histórico del Cuerpo Nacional de Policía: pp. 8-11. Cortesía de Museo del Prado, Madrid: p. 12. Cortesía de Noordbrabants Museum / The Nelson-Atkins Museum of Art. Foto: Rik Klein Gotink y Robert G. Erdmann para el proyecto de investigación y conservación del Bosch Research and Conservation Project: p. 13. Cortesía de Sotheby’s, New York: p. 13. Cortesía de Bonhams, London: p. 13. Wikimedia Commons / BLueFiSH.as (p. 14) / Stefan Hellings - Kapustin~commonswiki (p. 16) / Marku1988 (p. 16) / Adam Cuerden (p. 17) / Matid Ahmeq (pp. 18-19) / Jastrow (p. 19) / Crisco 1492 (pp. 22, 94) / DcoetzeeBot (pp. 56, 60-61) / Alba Longa (p. 77) / Hohum (p. 80) / Jaander (p. 81) / Escarlati (pp. 92-93). Cortesía de Ediciones B: p. 23. Cortesía de José Miguel Parra: pp. 48, 50, 50-51, 53. Stanford Medical History Center / Flickr: p. 60. Cortesía de Universidad Complutense de Madrid, Instituto oftalmológico Ramón Castroviejo: p. 60. Cortesía de Library of Congress, Washington D. C.: p. 75. Cortesía de Royal Academy of Arts, London: pp. 82-87. Cortesía de Museo Thyssen-Bornemisza, Biblioteca Nacional de España, Arxiu Fotogràfic de Barcelona, Museu d’Arqueologia de Catalunya, Imperial War Museum London, Museo Centro Gaiás: pp. 88-91. Historia: p. 91. Cortesía de La Esfera de los Libros, Alianza, Crítica, Stella Maris, Libros de Vanguardia: pp. 92-95. Cortesía de 20th Century Fox España, A Contracorriente Films, Universal Pictures Spain, Vértigo Films, Surtsey Films: pp. 96-97. The U.S. National Archives / Flickr: p. 98. Infografía y cartografía: Enric Sorribas / Geotec, pp. 57, 74.

4 H I STO R I A Y V I DA

EDITORIAL DIRECTORA Isabel Margarit REDACTORA JEFE Empar Revert REDACCIÓN Francisco M. Hoyos MAQUETACIÓN Mercedes Barragán COLABORADORES Amelia Pérez (corrección) DISEÑO Feriche & Black (2008) Publicidad DIRECTORA COMERCIAL Verónica Lourido JEFE PUBLICIDAD Pilar Pérez COORDINADORA Esperanza Schröder Edificio Planeta. Av. Diagonal, 662-664, 2.ª pl. 08034 Barcelona Tel.: 93 492 69 27 Edita: PRISMA PUBLICACIONES 2002, S. L. Edificio Planeta. Av. Diagonal, 662-664, 2.ª pl. 08034 Barcelona Tel.: 93 492 68 73 Fax: 93 492 66 88 www.prismapublicaciones.com E-mail: [email protected] PRESIDENTA Laura Falcó Lara DIRECTOR GENERAL Albert Terradas Cumalat DIRECTORA DE MARKETING Cristina de Sicart DIRECTOR FACTORÍA PRISMA J. M. Sanchón CONTROLLER Gonzalo María Suárez DIRECTOR DE ARTE Xavier Menéndez DISTRIBUCIÓN Pilar Barceló DIRECTORA DE EVENTOS Y PATROCINIOS María Acedo

Grupo Planeta está editada y publicada por Prisma Publicaciones 2002, S. L. bajo licencia de Mundo Revistas, S. L. U. Av. Diagonal, 477, 16.ª pl. 08036 Barcelona, España. HISTORIA Y VIDA es una marca registrada de Mundo Revistas, S. L. U. y está utilizada bajo contrato de licencia. Copyright © 2014.

HISTORIA Y VIDA

CONSEJO DE REDACCIÓN Màrius Carol, José Manuel Cuenca, Juan Eslava, Nazario González, M. Ángeles Pérez Samper, Antonina Rodrigo, Josep Tomàs Cabot Atención al cliente y suscripciones DYRSL. Teléfono: 902 180 830 E-mail: [email protected] Depósito legal: B.8784-1968. ISSN: 0018-2354 Fotomecánica: FOINSA Imprime: Imprenta Rotocayfo (Impresia Ibérica) Distribuye: LOGISTA Revista controlada por

EL IMPERIO TEMPLARIO an generado tanta literatura como mitos. Pero, más allá de su leyenda, los templarios constituyeron un colectivo singular, plenamente integrado en el contexto histórico de las cruzadas, que propició su origen, auge y decadencia. En los últimos siglos de la Edad Media, la defensa de los Santos Lugares y la protección de los peregrinos ante el acoso musulmán se convirtieron en el mayor objetivo de la cristiandad. Así nace la orden del Temple. A medio camino entre lo militar y lo espiritual, no la integraban monjes guerreros, sino caballeros religiosos entrenados para batallar por su fe. La austeridad fue su ideal de vida, pero, gracias a las inmensas donaciones percibidas y los privilegios tributarios, acumularon un enorme patrimonio, excelentemente administrado, que les permitió crear su propia banca. La eficaz estructura financiera de los templarios y su fiabilidad hicieron que los poderosos consignaran sus riquezas en las encomiendas de la orden. De este modo, atesoraron cada vez más bienes e influencia. Sin embargo, ese mismo prestigio se tornó recelo a mediados del siglo XIII, cuando Europa empezó a sentir los efectos de una profunda crisis, que afectó a las arcas de la orden. Mientras las donaciones disminuían, la ofensiva musulmana demandaba más recursos. La pérdida de Tierra Santa por parte de los cruzados salpicó al Temple, y su descrédito fue alimentado por monarcas como Felipe IV de Francia. Acuciado por las deudas, el rey instigó una campaña contra los templarios. La codicia por obtener el supuesto tesoro de la orden dio paso a un vergonzoso proceso, basado en falsos cargos, que acabó con muchos de sus miembros en la hoguera. Allí nació el mito, un mito que ha derivado en múltiples y no siempre afortunadas interpretaciones. La que había sido la orden más prestigiosa y rica de la cristiandad desaparecía envuelta en una aureola de misterio, al que contribuyeron su propio secretismo y el hecho de que buena parte de sus documentos fueran destruidos.

H

Esta revista ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Texto: Isabel Margarit, directora

Para opinar sobre la revista puedes escribir a [email protected] PORTADA Espada antigua perteneciente a un caballero medieval.

Síguenos en

@historiayvida

facebook.com/HistoriayVida no se hace responsable de las opiniones expresadas por los autores de los artículos.

HISTORIA Y VIDA

También disponible en

PRIMERA PLANA

DETECTIVES DEL ARTE Así es como persigue en España los robos y las falsificaciones de arte la Brigada de Patrimonio Histórico del Cuerpo Nacional de Policía. GONZALO TOCA REY, PERIODISTA

8 H I STO R I A Y V I DA

DELITOS ARTÍSTICOS EL CÓDICE CALIXTINO, extraído de la catedral de Santiago de Compostela en 2011 por el antiguo electricista

de la basílica, José Manuel Fernández Castiñeiras, y encontrado en su garaje un año después.

S

EL PRESIDENTE del gobierno Mariano Rajoy restituye a la catedral de Santiago de Compostela el Códice Calixtino recuperado por la Brigada de Patrimonio Histórico. A la izqda., Antonio Tenorio, inspector jefe y jefe de la brigada.

uena el teléfono. Es una fría mañana de invierno con una brisa helada que arranca las últimas hojas de los árboles. “Soy Antonio Tenorio, inspector jefe y jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico. Me has llamado”. Así empieza la conversación con uno de los mayores expertos españoles en investigación del robo, tráfico y falsificación de obras de arte. Lleva en el Cuerpo Nacional de Policía desde 1974, y desde 2008 dirige los destinos de su brigada de veinte funcionarios, entre los que se cuentan algunos licenciados en Bellas Artes y en Historia del Arte que han cambiado el lápiz y el pincel por la placa y el uniforme. “Aquí queremos agentes que vengan voluntariamente. Si no tienen sensibilidad por estas cosas, es mejor que no vengan”. Los que buscan enfrentarse con criminales violentos o terroristas no van a conformarse con Los fusilamientos del tres de mayo. Este inspector jefe sabe que las operaciones relacionadas con el patrimonio cultural son carne de telediario, tertulias y algo de mitología en España. ¿Quién no se empapó de los detalles del robo del Códice Calixtino de la catedral de Santiago de Compostela por parte del “oscuro electricista de zapatos rotos”, como lo llamó El País? ¿Y quién no conoce a Erik el Belga, el ladrón de guante blanco jubilado que vive plácidamente en Málaga, que presume falsa-

mente de haber ayudado a la policía a resolver delitos y que tuvo el valor de titular su libro Por amor al arte: Memorias del ladrón más famoso del mundo en 2012?

Relativa tranquilidad Pero, a pesar del espectáculo y el realismo mágico, advierte Tenorio, “ni el número ni la envergadura de los delitos son preocupantes en nuestro país, y prueba de ello es que no ha habido robos en museos, a diferencia de lo que ocurrió, por ejemplo, en Holanda”. Desde mediados de los noventa, el Museo Van Gogh en Ámsterdam y el Edvard Munch en Oslo han sufrido dos atracos cada uno que supusieron la desaparición (temporal) de obras tan emblemáticas como Los girasoles o El grito. En España, el único robo de grandes proporciones se produjo en un domicilio, el de la empresaria Esther Koplowitz en Madrid en 2001, y se llevaron, entre otros, dos Goyas y un Brueghel que la policía recuperó en menos un año y medio. Esos éxitos fulgurantes hablan bien del celo con el que España protege las grandes pinturas y esculturas, pero también esconden un oscuro reguero de fracasos que no figura, muchas veces, en las estadísticas oficiales. El inspector jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico lo admite con resignación de policía veterano: “No podemos evitar que alguien dé un

H I STO R I A Y V I DA 9

PRIMERA PLANA

paseo por el campo en Andalucía o Extremadura con un detector de metales y se quede con teselas de un mosaico o con monedas de plata”. Además, añade refiriéndose a delitos de más entidad, “la ley permite que, en general, salga muy barato robar y falsificar patrimonio.”

LOS ÉXITOS TIENEN MENOS QUE VER CON LAS LEYES QUE CON LOS SISTEMAS DE VIGILANCIA O LA CONCIENCIACIÓN

La vigilancia manda Así las cosas, los éxitos tienen mucho menos que ver, según él, con las normas legales que con la disuasión que encarnan los potentes sistemas de vigilancia humanos y electrónicos o con la prevención que supone la concienciación de la mayoría de la población, incluidos los párrocos de algunas pequeñas iglesias que han dejado marchar, con tristeza, sus reliquias más valiosas a instituciones episcopales que están lejos de sus fieles. “La gente valora más el patrimonio y se hacen campañas de difusión muy importantes; ya no estamos en los tiempos de Erik el Belga”, zanja Tenorio. René Alphonse van den Berghe –su nombre real– robó durante años obras de iglesias, catedrales y monasterios por toda la geografía española.

10 H I STO R I A Y V I DA

El inspector reconoce que la eficacia de las fuerzas de seguridad también ha desempeñado un importante papel en los éxitos. Sus tupidas redes internacionales de información, las buenas relaciones que mantienen con muchos anticuarios y casas de subastas y el control periódico al que someten a estos establecimientos han obligado a los ladrones de arte a volverse mucho más sofisticados. No basta con que sepan robar; tienen que saber también cómo sacar la obra del país e introducirla en vías de comercialización ilegal seguras, totalmente desconocidas para el común de los mortales. Hace pocos años, recuerda Tenorio, “robaron un millón de euros en cuadros de una galería de arte y tardamos un año en detener al autor. No era un es-

pecialista: el día previo a la detención había atracado una charcutería”. Pero una cosa es que las fuerzas de seguridad sean eficaces, que la gente esté más concienciada y que existan sistemas de vigilancia muy avanzados, y otra muy distinta que la legislación esté a la altura del desafío. El jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico cree que no lo está, porque, para empezar, “las penas son muy leves y no se cumplen íntegramente”. El ladrón del Códice Calixtino, José Manuel Fernández Castiñeiras, vio rebajada su pena de diez a nueve años el pasado mes de diciembre. “Como los delitos no son considerados muy graves, tenemos muchos problemas para que el juez nos deje entrar en el domicilio o intervenir

DELITOS ARTÍSTICOS

RESTITUCIÓN al embajador de Irak en España,

Ziyad Khalid, de nueve tablillas de la antigua Mesopotamia recuperadas en España por la Brigada de Patrimonio Histórico. Julio de 2012. RECUPERACIÓN de cincuenta piezas de arte sacro sueco de los ss. XV y XVIII de gran valor histórico. Las piezas se entregaron a la embajadora de Suecia, Cecilia Julin, en mayo de 2015. DOS ESCULTURAS de bronce del Alto Imperio romano expoliadas en una finca en la provincia de Córdoba, hoy en el Museo Arqueológico de Córdoba. Fueron incautadas en marzo de 2012. EL EMBAJADOR de Ecuador en España, Miguel Calahorrano (tercero por la izqda.), en la restitución de piezas recuperadas a raíz de la Operación Florencia. 28 de octubre de 2015.

las comunicaciones del sospechoso. Si eso pasa con los robos, imagínate lo que ocurre con las falsificaciones”. ¿Falsificaciones? ¿Qué sucede exactamente con ellas? “Verás, no existe la falsificación de obras de arte en el Código Penal; si no se consuma una estafa, no tenemos prácticamente nada que hacer, y, como la propiedad intelectual protege solo durante la vida y los setenta años siguientes a la muerte del autor, a menudo nos vemos obligados a devolverlas a sus propietarios”. Eso es lo que estuvo a punto de ocurrir en la Operación Florencia en 2003. Entonces, la sección de la Policía Judicial dedicada al blanqueo de capitales y al tráfico de drogas destapó una trama colombiana que lavaba dinero proveniente del

narcotráfico. Cuando hicieron las detenciones y los registros, hallaron más de tres millones de euros en las cuentas bancarias y se incautaron de otros treinta millones en inmuebles. Hasta ahí, era fácil de entender: habían intentado blanquear y borrar el rastro del dinero fingiendo operaciones empresariales y aprovechando la economía sumergida en torno al sector del ladrillo. La situación se complicó cuando los agentes judiciales tropezaron con casi mil piezas de arte, muchas de ellas precolombinas. Su valor a primera vista no era tan obvio como si se hubieran encontrado ante Las Meninas. Las enviaron para su estudio al Museo de América. Cuando la Audiencia Nacional decretó la devolución de las piezas a los narcotrafi-

cantes, Antonio Tenorio y su brigada se alarmaron. “Francamente, algo nos chirriaba y nos pusimos las pilas –recuerda el inspector jefe–. Informamos a los países de origen, les pedimos que identificasen las obras y les ayudamos a hacerlo; también conseguimos que las reclamasen con una comisión rogatoria”. No solo había que hablarles de la operación, sino también asesorarles jurídicamente sobre cómo podían proteger y recuperar lo que era suyo. Los teléfonos, seguramente, echaron humo como los viejos trenes de las películas, pero la alternativa era que los traficantes se quedasen con una parte de lo que habían obtenido gracias a la droga. Puesto que Tenorio y su equipo consiguieron que reconociesen y reclamasen las piezas los países de origen, la Audiencia Nacional optó por mantenerlas en el Museo de América, en vez de entregarlas a los criminales. A partir de 2014, España devolvió cientos de obras a Colombia y Ecuador después de certificar que algunas de ellas tenían más de tres mil años de antigüedad y que su precio rondaba los cinco millones de euros. Esa es la astronómica cifra con que la Audiencia Nacional había estado a punto de dejar, sin saberlo, que unos narcotraficantes colombianos se llevasen parte del botín. La misma que les habría permitido pasar mucho menos frío en una mañana de invierno como esta en la cárcel.

H I STO R I A Y V I DA 11

EN BREVE

MUSEOS Y GRANDES MAESTROS Varios centros están de enhorabuena por compras o por descubrimientos.

E

l Prado poseía un solo trabajo de Fra Angélico (c 1395-1455): la Anunciación, un regalo de un miembro de la casa Farnese al duque de Lerma en 1611. Ahora cuenta con dos ejemplos más del renacentista florentino (hoy en día, el Louvre y los Uffizi, con dos obras cada uno, son los mejor provistos, al margen del convento de San Marco en Florencia, repleto de frescos del fraile dominico). La Madonna de la granada ( ), c 1426, “entre las más bellas pinturas de toda la carrera de Fra Angélico”, según Laurence Kanter, máximo especialista actual en el pintor, lleva casi doscientos años en manos

LA SORPRESA LA PREDELA sobre la muerte de san Antonio Abad donada al Prado ha resultado ser otro trabajo de Fra Angélico. El fragmento de retablo se encontraba en desigual estado de conservación, probablemente debido a un golpe recibido durante la Guerra Civil. Además de su identificación, el museo ha podido acometer una restauración profunda.

12 H I STO R I A Y V I DA

03 / 2016

de la casa de Alba, y ha costado al museo 18 millones de euros. Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XIX duque de Alba, ha donado al Prado en paralelo una predela (parte inferior de un retablo) con el tema de la muerte de san Antonio Abad, que, tras un estudio en el propio museo, se ha podido atribuir también a Fra Angélico. Ambos trabajos los compró en 1817 en Florencia el XIV duque de Alba, un español interesado en el primer renacimiento italiano cuando solo en el resto de Europa empezaba a suscitar interés. En la Madonna, excepcionalmente bien conservada, la granada alude a la castidad de la Virgen y a la futura muerte y resurrección de Jesús. No se sabe quién la encargó a Fra Angélico, aunque está claro

que fue alguien de importancia, dada la abundancia del uso de oro en la tabla.

que compró en 1998. El tercero, Magdalena penitente, está en manos privadas.

EL J. PAUL GETTY amplía también su fondo con una obra maestra: la Danaë ( ) de Orazio Gentileschi. El museo de Los Ángeles ha comprado el cuadro del pintor barroco de Pisa por 27 millones de euros a través de Sotheby’s. Se considera que la Danaë, parte del encargo triple de un noble genovés, abrió a Gentileschi las puertas de la corte de María de Médicis, regente de Francia, que le llamó a su lado tres años después, en 1624. El Getty ya tiene en su poder otro cuadro del trío, Lot y sus hijas,

Y, COINCIDIENDO con el V centenario de la muerte de El Bosco, el Nelson-Atkins Museum of Arts de Kansas City ha descubierto, gracias al Bosch Research and Conservation Project (BRCP), que en su almacén ha estado guardando durante décadas un Bosco auténtico. Las tentaciones de San Antonio ( ) (c 1500-10) se muestra ahora en la exposición “Jerónimo Bosch. Visiones de un genio” en el holandés Noordbrabants Museum de ‘s-Hertogenbosch, ciudad natal del pintor flamenco. Empar Revert

El Sorolla recuperado MÁS DE CIEN AÑOS llevamos sin ver este conmovedor cuadro de Joaquín Sorolla (1863-1923), Un hebreo. Pintado en 1898, cuando Sorolla era ya un artista reconocido en toda Europa, solo se lo conocía por fotografías en blanco y negro. No es la única singularidad: ni el tema ni el formato son especialmente comunes en la pintura española. Aunque, al margen de los luminosos paisajes por los que es más célebre, el pintor valenciano tuvo una amplia carrera como retratista, el viejo judío que protagoniza esta obra se escapa de sus personajes habituales. El formato alargado del cuadro, que Sorolla empleó en muchos de sus retratos, era en general más típico de los paisajes. Un hebreo sale a subasta en la sede londinense de Bonhams por un precio estimado de entre 390.000 y 650.000 euros. E. R.

H I STO R I A Y V I DA 13

LUGARES

REFUGIO DE URGENCIA CUANDO SE CERRÓ el aeropuerto de de Tempelhof en 2008 (abajo, su vestíbulo principal en 2006), ahora reconvertido en parque público, concluyó una etapa en la historia berlinesa. Los alemanes decían adiós a un escenario privilegiado de los vaivenes de su propia historia. Fue construido en 1927 y notablemente ampliado por los nazis. En él, por ejemplo, habían aterrizado los aviones que aprovisionaron la ciudad en 1948, en desafío al bloqueo ordenado por la Unión Soviética. Pero Tempelhof iba a presenciar otros lances. A finales del año pasado se convirtió en el refugio improvisado de cientos de exiliados sirios que huían de la guerra civil en su país. En tres antiguos hangares (a la dcha., instalaciones del 4) se hacinaron más de dos mil doscientas personas, sin ducha ni ventilación adecuada. Apenas disponían de 2,5 m2 cada uno. Francisco Martínez Hoyos

14 H I STO R I A Y V I DA

TEMPELHOF

H I STO R I A Y V I DA 15

ANÉCDOTAS

LA HISTORIA MÁS INSÓLITA GLORIA DAGANZO, HISTORIADORA

UN SENTIDO DE LA JUSTICIA MUY LITERAL UNO DE LOS más peculiares juicios de la historia tuvo lugar en la aldea suiza de Glurns en 1519. Los campesinos, desesperados ante una plaga de ratones que arrasaban sus cosechas, ¡los denunciaron! Lo sorprendente es que se admitió la demanda y se celebró el juicio. La sentencia que leyó el juez condenaba a los roedores a “desalojar los campos y los prados de la aldea de Glurns dentro de un plazo improrrogable de catorce días, quedándoles vedado el regreso a perpetuidad”...

¡Fuera de esta clase! DURANTE UNA de las muchas clases que el matemático y geómetra griego Euclides (c 325-c 265 a. C.) impartió en Alejandría, uno de sus alumnos le preguntó para qué servían sus teorías a la hora de ganarse la vida. El sabio se dirigió a otro de sus pupilos y le dijo: “Dale una moneda y que se marche. Lo que tu compañero busca no es el saber, sino el dinero”.

LA CIFRA

830.000 víctimas hacen del terremoto de Shaanxi (una provincia en el centro de China), ocurrido el 23 de enero de 1556, el más mortífero de la historia.

16 H I STO R I A Y V I DA

TODO UN ESTRATEGA EL REY Fernando VII (a la dcha.) visitó la I Exposición pública de los productos de la industria española, que se celebró en Madrid. En el transcurso de la misma, los fabricantes de telas catalanes le solicitaron la adopción de medidas proteccionistas que favorecieran el sector textil, mientras le mostraban el género. Al ver que le enseñaban las telas, exclamó: “¡Bah! Estas son cosas de mujeres”. Y, sin comprender el alcance económico y político de la demanda, se marchó a dar un paseo por el Retiro.

03 / 2016

LA CITA “TODO EL MUNDO PUEDE SENTIR LAS PENAS DE UN AMIGO; ALEGRARSE POR SUS ÉXITOS REQUIERE UNA NATURALEZA SOBRENATURAL”. Oscar Wilde, escritor irlandés

INVENTOR... ¿DE QUÉ? CUANDO, EN 1923, Einstein (1879-1955, abajo) visitó Madrid acompañado por su esposa, su presencia en la capital de España causó un gran revuelo. No obstante, había un gran desconocimiento sobre sus logros científicos. Tanto era así que, mientras paseaba por la calle de Alcalá, una castañera que le reconoció por sus singulares rasgos físicos gritó a su paso: “¡Viva el inventor del automóvil!”. Einstein, según parece, le agradeció cortésmente su gesto y no se molestó en aclararle su error.

EL PRIMER ALPINISTA SE CITA FRECUENTEMENTE a Petrarca como el primer nombre conocido de la historia del alpinismo. El poeta italiano escaló el Mont Ventoux (1.148 m) en Provenza el 26 de abril de 1336. Le acompañaron su hermano y dos sirvientes. Lo curioso es que, cuando se le preguntó el porqué de su gesta, respondió simplemente: “Porque la montaña estaba ahí”. Tras descender escribió: “La dureza de la subida hasta la cima es tan ardua como la búsqueda de la felicidad”.

A buen entendedor... EL MATEMÁTICO PETER Gustav Lejeune Dirichlet (1805-59) tenía fama de ser muy parco en palabras. Hizo honor a ello cuando tuvo que comunicar a sus suegros el nacimiento de su primer hijo. Se limitó a mandar un telegrama que ponía: 1 + 1 = 3.

H I STO R I A Y V I DA 17

ARQUEOLOGÍA

ENVUELTO EN POLÉMICA

El tesoro del Oxus es la mayor colección conocida de objetos de oro y plata pertenecientes al primer gran imperio de la Antigüedad, el persa aqueménida. Pero tanto su origen como su autenticidad generan controversia. CARLOS JORIC, HISTORIADOR Y PERIODISTA

C

ompuesto por unas ciento ochenta piezas de oro y plata, el tesoro del Oxus es el conjunto de orfebrería más importante que se conserva del período aqueménida (550-330 a. C.). Se le llama así por el lugar donde se cree que se encontró, en la orilla del río Oxus (hoy Amu Daria), situado en la antigua región de Bactriana,

18 H I STO R I A Y V I DA

actual Tayikistán. Este territorio del Asia Central, por donde pasaba la ruta comercial que comunicaba el Mediterráneo con la India y Extremo Oriente, fue incorporado al Imperio por su fundador, el rey Ciro II el Grande, probablemente durante la campaña militar que llevó a cabo entre 545 y 540 a. C. A partir de ese momento, como aparece mencionado en la inscrip-

ción de Behistún (relieve en el que se cuentan las conquistas aqueménidas), la región de Bactriana se convirtió en una satrapía, o provincia, más del Imperio.

Viaje accidentado La mayor parte del tesoro del Oxus se encuentra en el Museo Británico, salvo algunas piezas que se custodian en el Museo

EL TESORO DEL OXUS del emirato de Bujará, en el actual Uzbekistán. Al enterarse de la existencia del tesoro, lo compraron y continuaron su camino hacia la India británica. Antes de llegar a su destino, los comerciantes tenían que atravesar el convulso Afganistán, un territorio en el que, desde 1878, se enfrentaban británicos y afganos en la segunda guerra anglo-afgana. Según sus testimonios, en los que se basó Dalton para escribir su relato, días después de salir de Kabul fueron asaltados por tribus locales, quienes les secuestraron y robaron el tesoro. Gracias a uno de sus sirvientes, que pudo escapar y avisar a las autoridades británicas, los comerciantes fueron liberados y el tesoro devuelto. En agradecimiento, vendieron una de las mejores piezas (uno de los dos brazaletes de oro que se conservan) al capitán Francis Charles Burton, oficial al mando en la zona. Este lo vendió a su vez al Victoria and Albert, donde actualmente se custodia junto al otro brazalete.

EXISTEN DOS TEORÍAS SOBRE LA PROCEDENCIA DEL TESORO, QUE NO SE HALLÓ EN TRABAJOS ARQUEOLÓGICOS Los comerciantes siguieron hasta la ciudad de Rawalpindi, un importante centro comercial situado en el actual Pakistán. Allí vendieron el resto del tesoro en distintos bazares. Tiempo después, entre 1881 y 1883, las piezas fueron compradas y recopiladas por dos arqueólogos británicos: Alexander Cunningham, director del Servicio Arqueológico de la India, y Augustus Wollaston Franks, conservador del Museo Británico. Este último compró su parte al primero y, a su muerte en 1897, donó todo el tesoro a la institución en la que trabajó. Victoria and Albert de Londres. El relato de cómo llegó hasta Inglaterra se lo debemos a O. M. Dalton, conservador del Museo Británico que en 1905 publicó la monografía The Treasure of the Oxus. En ella cuenta que el tesoro lo encontraron unos lugareños en la orilla norte del río entre 1876 y 1880. Ese último año pasaron por la región tres comerciantes provenientes

Su origen incierto ¿De dónde proviene el tesoro del Oxus? Al no haberse hallado en una excavación arqueológica, la respuesta es complicada. Existen principalmente dos teorías. La primera y más antigua lo relaciona con el yacimiento de Takht-i Kuwad, en la orilla septentrional del Oxus. Es una zona po-

UNO DE LOS dos brazaletes de oro y, a la izqda.,

uno de los dos carros de caballos del tesoro.

blada desde antiguo donde se encontraban una fortaleza y un embarcadero para transbordadores. El río se ha llevado ya una cuarta parte del yacimiento, por lo que se cree que pudo haber arrastrado también las piezas del tesoro hasta donde las encontraron los habitantes de la zona, desperdigadas por la orilla del Oxus. Una segunda teoría lo conecta con un yacimiento más reciente, el de Takht-i Sangin. Situado a pocos kilómetros del anterior, fue excavado por arqueólogos soviéticos entre 1976 y 1991. Allí se encontró una ciudadela fortificada de finales de la época aqueménida, y en su interior, un templo, o ayadana. Dentro del santuario se hallaron más de cinco mil objetos, posiblemente ofrendas, datados entre los siglos vi a. C. y iii d. C. ¿Pertenecen las piezas del tesoro del Oxus a las encontradas en este templo? Así lo sugieren algunos expertos. Pero hay un problema: la mayoría de las piezas que se hallaron en este yacimiento son de bronce y marfil, no de oro y plata. Solo hay algunas de oro (tres placas votivas), pero de un estilo muy diferente a las del Oxus. Para explicar esta contradicción, se ha apuntado la posibilidad de que los sacerdotes del templo hubieran enterrado los objetos de más valor para protegerlos ante un posible saqueo. Luego, por alguna razón desconocida, no habrían vuelto a desenterrarlos. El tesoro del Oxus está formado por un conjunto de objetos de oro y plata que podemos agrupar en cuatro categorías: joyas, piezas de vajilla, miniaturas y estatuillas y placas votivas. También se han conservado los restos de una vaina de oro para akinakes (espada persa) decorada en re-

H I STO R I A Y V I DA 19

ARQUEOLOGÍA

¿Es oro todo lo que reluce? POR QUÉ HAY QUIEN DUDA DEL CONJUNTO DEL OXUS LA HOMOGENEIDAD E INCLUSO la autenticidad del tesoro del Oxus han sido puestas en cuestión en varias ocasiones. Lo incierto y “novelesco” de su descubrimiento, la variedad estilística que presentan las distintas piezas y su comercialización en bazares de “dudosa reputación”, como dejó escrito el propio O. M. Dalton en su narración del periplo del tesoro, han alimentado el escepticismo de muchos investigadores. LA VOZ MÁS CRÍTICA al respecto es la de Oscar White Muscarella, del MET, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Este veterano arqueólogo

criticó en un artículo en The Times en 2003 lo que llamó “arqueología de bazar”, y cuestionó tanto la narración del descubrimiento del tesoro (tachándola de fantasías de comerciantes) como su carácter unitario y su completa autenticidad. Muscarella dudaba, sobre todo, de las placas votivas (abajo, una muestra), a las que consideraba sospechosas, dado su tosco acabado y la dificultad para ponerlas en relación con otros hallazgos del período aqueménida. El Museo Británico se defendió aportando pruebas científicas y análisis históricos y aludiendo a la aparición de nuevos paralelismos que refuerzan su autenticidad.

lieve con escenas de caza de leones. Algunos autores incluyen también como parte del tesoro una serie de monedas (de doscientas a mil quinientas según las fuentes) pertenecientes a diversas épocas. Sin embargo, esta conexión no está clara. Entre las muchas joyas que se han conservado se encuentran pendientes, anillos, pulseras, torques, brazaletes y atavíos como placas o medallones. De entre todas ellas destacan dos: los mencionados brazaletes de oro que se pueden ver en el Museo Victoria and Albert. Son dos joyas de una gran perfección técnica compuestas por varias partes que se trabajaron por separado y luego se soldaron. Lo más característico son sus remates en forma de león grifo y la presencia de varios alvéolos que se utilizaban para incrustar esmaltes y piedras preciosas. Este tipo de brazaletes, de gran riqueza ornamental pero incómodos de llevar, eran uno de los regalos más apreciados por las élites persas. En cuanto a la vajilla, la componen varios vasos de oro y plata (lisos o con el interior repujado); una magnífica jarra de oro, de cuerpo acanalado y asa terminada en cabeza de león; y un pez hueco de oro con un orificio en la boca, que podría haber servido como recipiente para guar-

SE SABE POR TEXTOS GRIEGOS QUE LOS REYES PERSAS EMPLEABAN VAJILLAS DE LUJO COMO LAS DE OXUS EN LA MESA dar aceite o, dado que tiene un gancho sobre la aleta izquierda, como parte de un colgante. Se sabe por los textos griegos que los reyes y aristócratas persas empleaban habitualmente este tipo de vajilla de lujo en la mesa. De hecho, solo servían en platos de cerámica cuando querían ofender a un comensal. Respecto a las miniaturas, se conservan dos piezas de oro que están entre las más célebres del tesoro del Oxus. Representan dos carros ligeros tirados por caballos. La más completa mide 18,8 cm de largo y está compuesta por un carro con ruedas de gran tamaño tirado por cuatro caballos medos o “neseos” (criados en la llanura

20 H I STO R I A Y V I DA

EL TESORO DEL OXUS Nikita Maykov / Shutterstock.com

TAYIKISTÁN QUIERE SUS PIEZAS EN 2007, el gobierno de Tayikistán exigió al Museo Británico la devolución del tesoro del Oxus. Lo hizo por medio de su presidente, Emomali Rahmon, días después de que este visitara el yacimiento de Takht-i Sangin, uno de los lugares de donde se cree que podría provenir el tesoro. Sin embargo, como informaron

Nesea y famosos por su resistencia y velocidad). La cabina está decorada en su parte frontal con una cabeza de Bes (deidad egipcia incorporada por los persas como protectora de los jóvenes), y en su interior alberga a dos figuras humanas vestidas al estilo medo (con túnica y capucha). Este tipo de carro ligero, muy similar a los que se pueden ver en los relieves de Persépolis, era un vehículo de muy alta categoría social. Se utilizaba usualmente como transporte y, en menor medida, para la guerra. La función de estas miniaturas no se conoce, pero el hecho de que aparezca la cabeza de Bes ha alimentado la teoría de que fueran elaboradas como exvotos para un niño. Las estatuillas, por último, se utilizaban como ofrendas votivas para depositar en los templos. Esta práctica, muy común en el mundo antiguo, servía para dar las gracias a una deidad (exvotos), ganarse su favor o como señal de respeto. Las hay de diferente tamaño (de 5 a 29 cm) y distinta fisonomía (barbadas y vestidas al estilo

varios diarios británicos, el portavoz del museo negó haber recibido petición formal alguna por parte del gobierno tayiko y se mostró en contra de su restitución. VARIOS AÑOS después, en 2011, se supo que el Museo Británico y la embajada de Tayikistán habían llegado a un acuerdo se-

persa o imberbes y desnudas a la manera griega), todas ellas elaboradas en oro y plata. También se cree que son de carácter votivo las cincuenta y una placas de oro que forman parte del tesoro. Son de forma rectangular y todas muestran representaciones humanas salvo cuatro (una de ellas es lisa y las tres restantes tienen figuras de animales). La mayoría representan a hombres vestidos a la manera meda portando en una de sus manos flores, lanzas o barsoms, el atado de ramas sagradas que se utilizaba en señal de devoción y que los sacerdotes o “magos” mazdeístas (los aqueménidas adoraban al dios Ahura Mazda) usaban para encender el fuego sagrado y con fines adivinatorios. La existencia de estos objetos votivos avala la tesis de que pudieran haber pertenecido al templo excavado en Takht-i Sangin. ¿Son todas estas piezas las que completan el tesoro del Oxus? Según Igor Pichikyan, arqueólogo del yacimiento de Takht-i Sangin, no. Faltan algunas, las que componen el que se ha dado en llamar “se-

gún el cual el primero se comprometía a realizar copias de las piezas más representativas del tesoro y donarlas al Museo Nacional de Tayikistán (arriba), en Dusambé. Las réplicas –matizaron– solo se realizarían de las piezas que lo permitieran. Las más frágiles y peor conservadas quedaban excluidas. En 2013, las copias fueron entregadas y quedaron expuestas en el Museo Nacional.

gundo tesoro del Oxus”. Un conjunto de objetos, la mayoría placas y monedas de oro y plata, que supuestamente serían las que no devolvieron los ladrones cuando fueron detenidos. Este “segundo tesoro” salió al mercado de antigüedades durante los años noventa y fue adquirido por el Museo Miho de Japón. En 2002 se presentó en una exposición llamada “Tesoros de la antigua Bactria”. ¿Realidad o simple maniobra publicitaria?

PARA SABER MÁS ENSAYO

John y TALLIS, Nigel. El imperio olvidado: el mundo de la antigua Persia. Barcelona: Obra Social, Fundación “la Caixa”, 2006. DALTON, Ormonde Maddock. The Treasure Of the Oxus with Other Examples Of Early Oriental Metal-Work. Londres: British Museum, 1963. En inglés. MUSCARELLA, Oscar White. Archaeology, Artifacts and Antiquities of the Ancient Near East. Boston: Brill, 2013. En inglés. CURTIS,

H I STO R I A Y V I DA 21

CARTAS PUEDES ESCRIBIRNOS al e-mail [email protected] o a la siguiente dirección: HISTORIA Y VIDA, av. Diagonal, 662-664, 2.a planta. 08034 Barcelona (España). HISTORIA Y VIDA se reserva el derecho a editar las cartas recibidas.

CORREO DEL LECTOR

UN REICH PARA LOS FUERTES

El nazismo [hyv 575] no solo era excluyente con los disidentes políticos. También con los más débiles, fueran mendigos, discapacitados o marginados de cualquier tipo. Se partía del supuesto de que determinados rasgos, considerados antiso-

ciales, se transmitían de padres a hijos, por lo que el Reich se dedicaba a medir la inteligencia de determinados individuos. Para ello se empleaban test muy poco objetivos, con preguntas sobre quiénes eran Bismarck o Lutero. Lidia Ramírez

CRÓNICA REALMENTE MONUMENTAL

El barón de Maldà, Rafael de Amat y de Cortada (1746-1819), fue una especie de Samuel Pepys [hyv 575] catalán. De 1769 a su muerte escribió un diario, Calaix de sastre (cajón de sastre) en el que refleja opiniones. Como aristócrata, era conservador y opuesto a los ideales de la Revolución Francesa. Plasma también su antipatía por Godoy. A diferencia de Pepys, no relata cuestiones íntimas. Al abarcar 60 volúmenes, sus escritos no han llegado a publicarse en su integridad. Sebastián Jiménez

CONSULTAS ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA “HAPPY HOUR”?

OPINIÓN EL GENIO QUE RECICLABA

En 2004, una radiografía descubrió que bajo el famoso retrato que le hizo Goya a la condesa de Chinchón (en la imagen) se ocultaban otros dos. Uno, el de su esposo, Manuel Godoy (hyv 575). La otra imagen era la del marqués de Villafranca, José Álvarez de Toledo Gonzaga. No fue el único caso de reutilización de obras por parte del pintor aragonés. Bajo las “pinturas negras”, por ejemplo, había imágenes campestres que Goya empleó como fondo en algún caso, como en Duelo a garrotazos. Carlos Millán

Porfirio Sánchez

En el siglo xviii, la expresión happy hour (hora feliz) era un sinónimo de tiempo de juego infantil, pero en la I Guerra Mundial designó el tiempo de esparcimiento en la marina de EE UU, que iba acompañado de bebidas alcohólicas. Bajo la ley seca aludió al consumo de cócteles en locales ilegales. Su relación con descuentos está documentada desde los años cincuenta. Javier Serrano

03 / 2016 EL ADJETIVO “PÁNFILO” EN EL SENTIDO DE “TONTO”, ¿TIENE ALGO QUE VER CON EL CONQUISTADOR PÁNFILO DE NARVÁEZ? Violeta Díaz

Hay quien piensa que sí, por el ridículo espantoso que hizo en su enfrentamiento con Hernán Cortés (ambos en la imagen). Sin embargo, parece más probable que derive del griego panfilos, “bondadoso”. El latino pamphilus daría título al poema anónimo en latín del siglo xii Pánfilo, o sobre el amor, cuyo protagonista es un hombre tremendamente ingenuo y manipulable. Natalia López

CARTA DEL MES ADELANTADOS A SU TIEMPO

ME GUSTARÍA QUE ME PROPORCIONARAN INFORMACIÓN SOBRE LA BATALLA DE CORONEL. Marcela García

También se la conoce por batalla del día de Todos los Santos, porque tuvo lugar el 1 de noviembre de 1914. En la bahía chilena de Coronel, una flota alemana de cinco naves se impuso a otra británica de cuatro, causando grandes daños con pérdidas mínimas. El almiran-

te inglés Christopher Cradock murió en combate, y más de mil seiscientos de sus hombres. Maximilian von Spee, tras su éxito, se sintió lo bastante fuerte para atacar las Malvinas. Fue allí donde sufrió una contundente derrota en la que encontró la muerte. Javier Belmonte

FE DE ERRORES En el número 574 de HYV se indica que Mark Fields, ganador del “Galardón Bernardo de Gálvez”, es el presidente de la General Motors. En realidad, Fields lidera la Ford Motor Company.

En 1367, el sultán Muhamad V inauguró a los pies de la Alhambra [arriba] un maristán (hospital), hoy desaparecido casi en su totalidad. Fue uno de los primeros centros europeos en tratar a enfermos mentales, junto con el hospital de Bethlem de Londres o el del Padre Jofré de Valencia. La idílica localización del Maristán, su planta rectangular abierta al patio, sus pasillos, la decoración de sus paredes y la alberca central estaban dedicados a la curación integral del enfermo. Basado en los postulados facultativos de Avicena y en el organigrama hospitalario del sabio persa AlRazi, puso en práctica una medicina innovadora en la que el elemento sonoro (música y sonidos naturales) fue un componente indispensable en los tratamientos diarios para paliar las patologías de sus inquilinos. Ignacio Calle Albert

¡ESCRÍBE Y GANA ENOS ST NOVELA! A HISTORIA Y VIDA

ma carta d premiará la próxiel m redarás el m es con Felipe. Heundo, de Ja vares, pub licada por E vier Olidic En la carta , de hasta d iones B. iez lín deben con star el nom eas, bre completo, la dirección y un teléfono d e contacto .

H I STO R I A Y V I DA 23

DOSSIER LA VERDAD SOBRE EL TESORO TEMPLARIO

La riqueza del Temple Por JOSÉ LUIS CORRAL y ALEJANDRO CORRAL OREA

26 LOS BIENES DE LA ORDEN 36 EL PESO DE LA LEYENDA

H I STO R I A Y V I DA 25

LOS BIENES DE LA ORDEN Nacido con la meta de vivir de las limosnas, el Temple se encontró pronto desbordado por las donaciones de reyes y nobles. La orden se convirtió en la banquera de Europa.

© Philippe Riffaud-Longuespé.

JOSÉ LUIS CORRAL, CATEDRÁTICO DE HISTORIA MEDIEVAL, Y ALEJANDRO CORRAL OREA, LICENCIADO EN ADMINISTRACIÓN Y DIRECCIÓN DE EMPRESAS Y ESCRITOR

COFRE BIZANTINO del siglo XI procedente del saqueo de

Constantinopla de 1204, en el que participaron los templarios.

DOSSIER

HUGO DE PAYNS, gran maestre de la orden del

Temple, en un cuadro historicista de 1841.

E

n el año 1120, Hugo de Payns, un segundón de la Champaña, se presentó ante el rey Balduino II de Jerusalén, territorio conquistado por los cristianos en 1099 en la primera cruzada, con la propuesta de fundar una orden de caballeros para la defensa de los peregrinos que acudían al Santo Sepulcro. El rey aceptó y le concedió el solar del Templo, donde se alzaban entonces dos mezquitas, la de la Roca y la de Al-Aqsa, construidas entre los siglos vii y xi. Su ubicación en un escenario protagonista de tantas historias y leyendas confirió a la orden un origen misterioso y esotérico, que lo acompañó durante sus dos siglos de existencia, y más aún tras su disolución. Esta nueva orden fue llamada con el nombre del lugar donde se establecieron: los pobres caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén (o de Salomón), los templarios. Nacieron con la idea de vivir de las limosnas de los peregrinos, e hicieron de la pobreza su ideal de vida, pero su situación económica mejoró pronto. El conde Fulco de Anjou, en 1122, y el conde Hugo de Champaña, en 1125, les hicieron generosas donaciones. Hugo, rico, poderoso y respetado, les aportó, además, legitimidad y prestigio. Con ese aval y el de Balduino II, una delegación de la orden encabezada por su maestre, Hugo de Payns, viajó a Europa a finales de 1127 o comienzos de 1128 y se dio a conocer entre los reyes y nobles. Ese viaje supuso un cambio radical para los templarios. Bernardo de Claraval, el hombre más influyente en la Iglesia de ese

28 H I STO R I A Y V I DA

tiempo y pariente de Hugo de Payns, dijo de ellos: “Se visten con lo que les dan y no buscan comida ni vestido por otros medios”. Claraval escribió un librito en el que los consideraba como los grandes defensores de la cristiandad. Con tales padrinos, fueron aceptados y favorecidos por reyes, nobles y papas. Los pobres caballeros de Cristo comenzaron a acumular donaciones y privilegios por toda Europa. El 15 de julio de 1149 se consagró el nuevo templo del Santo Sepulcro en Jerusalén. Las obras se realizaron con importantes fondos del Temple procedentes de las rentas de los excedentes de las encomiendas europeas, que se denominaron responsio. Algunas pequeñas órdenes militares, como la del Santo Redentor, se integraron en el Temple y aportaron sus propiedades. A fines del siglo xii ya se había convertido en la orden religiosa más rica de la cristiandad.

Fuentes de riqueza Entre 1128 y 1130, los caballeros templarios cosecharon un éxito extraordinario en Europa. El papa Honorio II los apoyó, y los reyes de Inglaterra, Francia, Portugal y Castilla, los señores de Barcelona, Languedoc, Bretaña y Alemania y otros nobles les concedieron tierras, cas-

EL MÁS ESPLÉNDIDO DE SUS APOYOS FUE ALFONSO I DE ARAGÓN, QUE LES INCLUYÓ EN SU TESTAMENTO tillos y villas. El más espléndido de todos fue Alfonso I de Aragón, quien, en su testamento de 1131, ratificado tres años después, designó como herederas de su reino a las tres grandes órdenes fundadas en Tierra Santa: el Hospital, el Santo Sepulcro y el Temple. Esta cláusula no se puso en práctica, pero, a cambio, los soberanos de Aragón y de Barcelona compensaron a los templarios con fabulosas donaciones a lo largo del siglo xii. Una gran cantidad de dinero y bienes, fruto de las entregas en metálico y de las rentas obtenidas en las encomiendas, comenzó a llegar a las casas del Temple. Los donativos superiores a la cantidad de 100

EL REY inglés en la conquista de San Juan de Acre

tras hablar con los templarios, miniatura, 1490.

besantes (monedas de oro) se enviaban directamente a la sede central en Jerusalén, en tanto los inferiores los guardaba el comendador donde habían tenido lugar. Esas donaciones se realizaban “por caridad, para sostener la obra del Temple y por amor a Dios y remisión de los pecados”. Es probable que, con ellas, algunos nobles quisieran lavar su mala conciencia por no haber acudido a la convocatoria del papa a la primera cruzada. Durante los primeros cincuenta años, el patrimonio templario se multiplicó; les llovieron regalos por todas partes, y no solo en inmuebles (castillos, casas, tierras, bosques) y especies (armas y caballos),

sino también en forma de dinero y joyas, con los que adquirieron más y más propiedades. Algunos señores, como el propio hijo de Hugo de Payns, abad hasta 1140 del monasterio de Santa Coloma de Troyes, abandonaron sus cargos en Occidente, ingresaron en el Temple, al que ofrecieron todos sus bienes, y marcharon a combatir a Tierra Santa. Por si tantas riquezas no fueran suficientes, los caballeros templarios consiguieron generosos privilegios del papado, que los eximió del pago de tributos y les otorgó el control absoluto sobre las dádivas y limosnas que recibían, incluidos los derechos de sepultura en sus templos. Nun-

ca hasta entonces había ocurrido algo semejante en los reinos cristianos.

Administrando bienes El Temple se organizó a partir de las mencionadas encomiendas. Desde mediados del siglo xii, logró articular una amplia red de ellas, estructurada en provincias, que dependía del maestre de Jerusalén, la máxima autoridad de la orden. Cada encomienda funcionaba como una unidad de explotación económica y un centro de generación de rentas cuyos beneficios se entregaban a la orden, que los administraba con una visión global y común. Disponían de edificios para los caballeros, igle-

sias, bodegas, almacenes y cuadras, y casi todas ellas contaban con tierras de cultivo, ganado y bosques; algunas poseían casas en las ciudades, hornos y molinos, de los cuales obtenían rentas por alquiler. Los caballeros eran hombres de acción, de modo que quienes dirigían la economía templaria eran los capellanes, los únicos que habían recibido instrucción de letras en las escuelas episcopales. Eran esos capellanes quienes estaban preparados para ejercer de notarios o escribanos, además de llevar la contabilidad. Buena parte de las ganancias se destinaban a la compra de bienes inmuebles (tierras, casas o tiendas), que les proporcionaban

H I STO R I A Y V I DA 29

DOSSIER

Qué tenía una encomienda LAS RIQUEZAS QUE PODÍA ATESORAR UNO DE ESTOS NÚCLEOS DE PRODUCCIÓN DE LA ORDEN LA ORDEN DEL TEMPLE disponía de varios miles de encomiendas en Europa y en Tierra Santa (a la dcha., la de Acre), de muy variadas rentas y tamaños. En un buen año de mediados del siglo XIII, las francesas podían producir en total un valor en torno a las doscientas mil libras. UNA ENCOMIENDA FRANCESA mediana en la segunda mitad de aquella centuria disponía de un 1 conventual, 1 pequeña iglesia, 1 almacén, 1 granero, algunos animales (14 vacas, 3 terneras, 1 novillo, 8 becerros, 2 bueyes, 3 toros, 98 cerdos, 1 cerda, 1 cochinillo, 8 yeguas, 8

rentas constantes de cara al futuro. Por ejemplo, entre 1150 y 1180 adquirieron varios edificios y tiendas en Jerusalén, que alquilaron a comerciantes. En Europa, las inversiones se centraron en la construcción de sedes de encomiendas y en graneros para guardar las cosechas. Otra parte se enviaba a Tierra Santa para levantar fortalezas y mantener el ejército del Temple en permanente estado de guerra. La orden también tenía una poderosa flota integrada por barcos de carga y galeras de guerra, con sonoros nombres, como La Buenaventura, El Halcón o La Bendita. Los huissiers estaban diseñados para transportar hasta sesenta caballos. Esta flota movió enormes cantidades de mercancías y generó pingües beneficios. En los mercados de las ciudades en que tenían sus encomiendas o propiedades, los templarios solían recaudar, además, entre el 8 y el 12% de la venta de telas, seda, aceite, pimienta, canela, lana, alumbre, barnices, lino, nuez moscada, clavo, azúcar, pescado salado de Babilonia, ébano, vino y azafrán, todos ellos productos de lujo de considerable valor en los mercados. También obtuvieron ingresos de los pasajes que cobraban en sus barcos a los peregrinos que viajaban a los Santos Lugares. Su capacidad financiera y la abundante disposición monetaria que poseían les permitió remodelar barrios enteros en ciudades

30 H I STO R I A Y V I DA

potros, 1 caballo, 5 rocines y un abundante número de aves), 18 acres sembrados de mijo y centeno, 24 de cebada y arveja, 15 de avena, 14 de guisantes, 6 de algarrobos, 1 campo de cáñamo, 1 almacén con provisiones de cerveza, carne, vino y pan. LA ENCOMIENDA de Monzón, la más importante del reino de Aragón, tenía en 1289 un gran castillo con iglesia, refectorio y varios edificios auxiliares, una completa armería provista de yelmos, corazas, espadas y ballestas, 48 cautivos y 1 cautiva, 182 puercos, 143 vacas y 811 cabezas de ganado lanar, además de varios campos de cultivo.

como París, Londres o Barcelona, donde poseían decenas de casas y tiendas. Los templarios dedicaron gran parte de su capital a construir fortalezas en Tierra Santa y en Europa y a equipar su ejército profesional de caballeros, sargentos y escuderos, integrado en Palestina por varios miles hombres. Para mantener semejante número de combatientes y de personal de servicio hacía falta una enorme cantidad de dinero, pues cada hombre a caballo –y lo eran los caballeros y los sargentos–, además de la montura, necesitaba un costosísimo equipo de combate (armas, cota de mallas, corazas, cascos). A finales del siglo xiii, el convento del Temple en la ciudad de Limassol, en Chipre, disponía de 930 cotas de malla y 970 ballestas.

riqueza muy variados. El capital excedente y la amplia red de encomiendas fueron las bases para la creación de una banca propia: tenían dinero y podían emitir un documento de depósito en París y pagarlo en metálico en Chipre. Por otra parte, gracias a la gran credibilidad que les confería su fama de austeros y de defensores de la fe, los poderosos consig-

EN SU PODEROSA FLOTA SE INCLUÍAN BARCOS PARA MERCANCÍAS QUE GENERARON PINGÜES BENEFICIOS La banca templaria Los templarios comenzaron a realizar actividades financieras a los pocos años de su llegada a Europa. Algo tuvo que ver en ello el hecho de que sus fundadores fueran originarios de Champaña, una región donde las ferias y las actividades mercantiles tenían gran raigambre. A comienzos del siglo xiii, el Temple poseía varios miles de encomiendas y casas de tamaño y

naron sus riquezas en esas encomiendas. Así, en la casa de París se custodiaba el tesoro real de Francia, y Jaime I de Aragón preservó sus joyas y las de su esposa Violante en la fortaleza templaria de Monzón. Para desarrollar sus actividades económicas, los templarios pusieron en marcha algunas técnicas financieras, como el préstamo, la letra de cambio, el crédito, los cheques bancarios, las transferencias

o los seguros. Por ello han sido considerados como los creadores de la banca medieval. Para atender a sus clientes, las grandes encomiendas, sobre todo las de París y Londres, disponían de una oficina que abría durante el día. Tras el cierre, se hacía un arqueo, o balance de los movimientos de toda la jornada. En el siglo xiii ya eran los principales prestamistas de la cristiandad, y concedían empréstitos tanto a los reyes de Inglaterra como a los de Francia, así como a comerciantes y artesanos. Los especialistas no se ponen de acuerdo sobre el interés que aplicaban a estos depósitos y préstamos. Para algunos, como el historiador británico Alan Forey, no existen pruebas del beneficio que obtenían, en tanto otros, como el francés Alain Demurger, sí apuestan por su rentabilidad. Algunos documentos indican que así era: en 1264 le entregaron 32.000 sueldos a Jaime I de Aragón con el 10% de interés, que en la época no era exagerado.

En ciertos casos, algunos reyes llegaron a ofrecerles como aval por un préstamo objetos veneradísimos: Balduino III, rey de Jerusalén, les brindó la reliquia de la Vera Cruz como fianza. Dueños de grandes fondos, financiaron todo tipo de actividades de las monarquías europeas. Prestaron sumas al rey Luis VII de Francia para participar en la segunda cruzada en 1146; al mencionado Jaime I de Aragón; a Alfonso II, conde de Poitiers, para dos cruzadas en el siglo xiii; a Luis IX de Francia para pagar la dote por la boda de su hijo; a Felipe III de Francia, en 1270, y a su hijo Felipe IV para diversos gastos. También a la orden de Cluny, al monasterio de Saint Germain-des-Près o al obispo de Zaragoza. La Iglesia prohibía el préstamo con usura, de modo que los templarios se las ingeniaron para ganar dinero sin conculcar los preceptos religiosos. Así, a cambio de sus servicios de empréstito o de emisión de pagarés, cobraban una comisión por el trabajo realizado.

A través de su red de encomiendas, de la garantía que ofrecían a quienes depositaban su capital y su riqueza en sus casas y de las rentas que obtenían de sus explotaciones, los templarios crearon un verdadero imperio económico y una estructura financiera que se consideraba la más eficaz de su tiempo. El capital de las encomiendas se guardaba en la cámara del tesoro, en unas arcas de madera y de hierro. Allí, en una especie de huchas, se reservaban también otros bienes en dinero o en joyas que les entregaban para su custodia.

¿Y el voto de pobreza? Apenas medio siglo después de su fundación, los pobres caballeros de Cristo vivían sumidos en una enorme paradoja. Habían nacido con vocación de pobreza, la predicaban y hacían voto de ella al profesar en la orden, pero el Temple era cada vez más rico y atesoraba más y más propiedades. Disponía de cuantiosos bienes, pero sus miembros debían comportarse con abso-

H I STO R I A Y V I DA 31

DOSSIER LA SANGRÍA DE LOS CASTILLOS Construir y mantener estos bastiones consumía una gran parte de los recursos de la orden. LA ORDEN DEL TEMPLE nació como un instituto militar, con la función de ejercer la defensa y dar protección a los peregrinos cristianos que viajaban a Tierra Santa. A lo largo del siglo XII fueron construyendo castillos y fortalezas tanto en Siria y Palestina como en sus encomiendas de Occidente. Para levantar esas fortalezas, algunas de gran tamaño, gastaron buena parte de sus rentas. Toda una red de castillos templarios se extendía por los países de la cristiandad en los que se establecieron. En la península ibérica, tierra de cruzada, al fin y al cabo, por la presencia de musulmanes en Al-Ándalus, levantaron algunos de los más grandes castillos, como los de Monzón (Aragón), Miravet y Tortosa (Cataluña), Peñíscola (Valencia), Ponferrada (León, a la dcha.), Caravaca de la Cruz (Murcia), Jerez de los Caballeros (Extremadura) o Tomar (Portugal). CASTILLOS EN ORIENTE En Tierra Santa levantaron una importante red de castillos. Algunos fueron destruidos en las guerras de las cruzadas, pero otros aún se mantienen en pie, si bien en ruinas. Una de sus más notables fortalezas estaba ubicada en la ciudad de San Juan de Acre. Allí tenía el Temple su sede central y su tesoro cuando, en 1291, esta plaza fue atacada por los musulmanes. El castillo del Temple en Acre era un macizo edificio al que llamaban “la Bóveda”. Tomada al asalto tras un intenso bombardeo con catapultas y máquinas de asedio, se derrumbó estrepitosamente después de ser minada por zapadores musulmanes. Los templarios levantaron sus castillos en lugares estratégicos del reino de Jerusalén, como el famoso castillo Peregrino, o Atlit, una gran fortaleza erigida en el transcurso de la quinta cruzada, a comienzos del siglo XIII, en la costa de Israel, unos pocos kilómetros al sur de la ciudad

32 H I STO R I A Y V I DA

de Haifa. Esta gran fortaleza, que tenía fama de inexpugnable, se evacuó el 14 de agosto de 1291; fue la última fortaleza del Temple en Tierra Santa. Otros castillos formidables fueron el de Gaston o Baghras, construido para la defensa de Antioquía, el castillo Blanco, el de Jacob, perdido en 1179, o las fortalezas de Sidón, Gaza y Tortosa. LOS CASTILLOS TEMPLARIOS ofrecen una presencia imponente, sobre todo los de las grandes encomiendas, pues eran los que contenían un mayor contingente de caballeros, sargentos, escuderos y criados. Las grandes fortalezas comprendían un castillo o un gran torreón, la iglesia o capilla, la sala capitular para las reuniones de los caballeros de la encomienda, el refectorio para las comidas en común, el dormitorio colectivo, las cuadras para los caballos y acémilas, almacenes para provisiones y equipos y una sala especial para los ritos iniciáticos, donde velaban sus armas los neófitos antes de ser nombrados caballeros. La construcción de estos castillos y fortalezas distrajo enormes sumas de dinero de la caja del Temple, y eso a pesar de que algunos fueron levantados con la ayuda de los peregrinos, como ocurrió con ciertas fortalezas de Tierra Santa. Además, no solo había que erigirlos; también mantenerlos en buen estado y dotarlos de las fuerzas y el equipo necesarios para su operatividad, lo que suponía disponer de varios miles de hombres para defenderlos. EL COSTE DE estas fortalezas era tan desmesurado que, en la segunda mitad del siglo XIII, conforme fueron disminuyendo las rentas, los intereses de sus préstamos y las donaciones, la orden del Temple tuvo serias dificultades para cubrir los gastos que conllevaban.

TEMPLARIOS

H I STO R I A Y V I DA 33

DOSSIER ECONOMÍA DOMÉSTICA

Cómo era un día cualquiera en la vida de un templario SALVO EN GUERRA, en la vida cotidiana de un templario regían la monotonía, la disciplina y la austeridad. Dormir, rezar, comer, vestir, hablar..., todo estaba reglado. La jornada comenzaba de madrugada, en que el templario se levantaba y acudía a rezar a la capilla, y de allí pasaba a los establos a inspeccionar caballos y equipo, para volver a la cama. Al amanecer se levantaba, visitaba de nuevo la capilla y otra vez revisaba caballos y equipo. Durante la mañana había dos nuevos oficios religiosos, a las horas tercia y sexta. Tras la comida tenía unas horas de asueto, aunque debía estar localizado. Al atardecer

luta austeridad. Así, sus castillos, conventos e iglesias estaban desprovistos de decoración y lujo. El único alarde de riqueza era el tamaño de sus fortalezas, y el único signo de ostentación externo conocido se encontraba en su sede de San Juan de Acre, en el edificio conocido como “la Bóveda”, que en 1291 presentaba en las esquinas cuatro leones rampantes, “del tamaño de un buey”, recubiertos de oro y valorados en mil monedas de oro cada uno. Puesto que la regla del Temple prohibía la manifestación de la riqueza a sus miembros, la fortuna de los templarios se empleaba en la construcción y reparación de fortalezas e iglesias, el mantenimiento de una flota operativa y la reposición de material de guerra. Todas las propiedades pertenecían a la orden; los caballeros no poseían nada por sí mismos. Los beneficios que proporcionaban sus tierras, sus negocios y sus rentas iban a parar al tesoro del Temple, sin que los caballeros se lucraran de ello. Hubo algunos casos de miembros de la orden que se corrompieron y enriquecieron, pero fueron los menos. Destaca el de Roger de Flor, que usó el Temple en su provecho y se apoderó de algunas de sus riquezas tras huir del asedio de San Juan de Acre en 1291. Fue expulsado de la orden y perseguido por ello, aunque logró librarse al colocarse al servicio y bajo la protección del rey de Aragón. El sistema financiero organizado por el Temple funcionó hasta mediados del si-

34 H I STO R I A Y V I DA

volvía a la capilla. Tras la cena disponía de unos momentos de ocio, en los que podía beber vino rebajado con agua, y, tras otro oficio religioso y revisión del equipo, podía irse a dormir. Todo se hacía en silencio, con austeridad y sin intimidad. LOS CABALLEROS vestían hábito y capa o manto blancos, en señal de pureza y castidad, con la cruz patada roja estampada sobre el hombro izquierdo; los sargentos portaban hábito y manto de color marrón, grisáceo o negruzco, con la misma cruz. Los hábitos debían ser sencillos, sin adornos, ni siquiera un pedazo de piel.

LA CRISIS EN EUROPA, LOS BANQUEROS DE ITALIA Y LAS NUEVAS ÓRDENES RELIGIOSAS AFECTARON A LA ORDEN glo xiii, pero entró en declive, las donaciones menguaron hasta casi desaparecer y las rentas de las encomiendas europeas se redujeron. La crisis estructural que comenzaba a cebarse en la sociedad europea afectó a las finanzas de los templarios, que se resintieron. Los ingresos se redujeron tanto que no bastaron para hacer frente a los gastos necesarios para frenar la gran ofensiva que en Tierra Santa lanzaron los musulmanes a partir de 1262.

La gran crisis Los templarios empezaron a sentir los efectos de la debilidad económica, y, además, los banqueros italianos los superaron en iniciativa y en capacidad de financiación. Por si fuera poco, la eclosión de nuevas órdenes religiosas como las de los franciscanos, los dominicos, los trinitarios o los mercedarios contribuyó a la mengua de las donaciones al Temple. A fines del siglo xiii, los cruzados se vieron obligados a abandonar Palestina, y Europa los observó entonces con recelo. Algunos incluso los acusaron de ser los culpa-

ARRESTO de los templarios. Crónicas de Francia

o de Saint Denis, siglo XIV. British Library, Londres.

TEMPLARIOS bles de la derrota y la pérdida de Tierra Santa, y su papel en la cristiandad comenzó a ser duramente cuestionado. A comienzos del siglo siguiente, la crisis económica se había acentuado. Los templarios habían prestado mucho dinero al rey Felipe IV de Francia, quien, agobiado por las deudas, no lo podía devolver. Los caballeros sufrieron las consecuencias. La noche del 13 de octubre de 1307, todos los templarios de Francia fueron apresados y sus bienes confiscados. Tras un penoso proceso general, la orden fue suprimida por el papa en 1312 y su último maestre, ejecutado dos años después. Entre otros delitos, los miembros de la orden fueron acusados del pecado de avaricia, y sobre ellos cayó la sospecha de que habían renunciado a sus principios, especialmente al voto de pobreza. Durante el largo proceso, los templarios, que fueron sometidos a torturas, declararon que las riquezas que habían atesorado no eran para ellos, sino para el servicio de Dios. En algunos países, los caballeros fueron absueltos, pero el Temple ya estaba disuelto y no había nada que hacer. La que había sido la orden religiosa más prestigiosa y rica de la cristiandad desapareció para siempre. Los poderosos que les debían dinero se sintieron aliviados, pues no tenían que pagar sus deudas, y todos sus bienes fueron entregados a la orden de los hospitalarios, en tanto en la Corona de Aragón se fundó con sus propiedades la orden de Montesa y en Portugal la de Cristo. Tras casi dos siglos de existencia, el Temple se desvaneció, pero, en los siglos siguientes, su mítico recuerdo y el de sus fabulosas riquezas perduró de tal forma que su historia se convirtió en leyenda.

PARA SABER MÁS ENSAYO

Malcolm. Templarios: la nueva caballería. Barcelona: Martínez Roca, 2001. CORRAL, José Luis. Breve historia de la Orden del Temple. Barcelona: Edhasa, 2006. DE LA TORRE, Ignacio. Los templarios y el origen de la banca. Madrid: Dilema, 2010. DEMURGER, Alain. Auge y caída de los templarios, 1118-1314. Barcelona: Martínez Roca, 2005. UVALLE, Rogelio. Non nobis. Historia completa de la Orden del Temple. Madrid: Lulu, 2008. BARBER,

H I STO R I A Y V I DA 35

DOSSIER

EL PESO DE LA LEYENDA Con el correr de los siglos, el gusto por el esoterismo y la literatura asociada han hinchado las fantasías en torno a la riqueza y la función de los templarios. JOSÉ LUIS CORRAL , CATEDRÁTICO DE HISTORIA MEDIEVAL

36 H I STO R I A Y V I DA

H I STO R I A Y V I DA 37

DOSSIER

El eterno asunto del rico tesoro templario ¿GUARDARON LOS CABALLEROS GRANDES FORTUNAS EN ESCOCIA? ¿ACUMULARON ENORMES CANTIDADES DE ORO Y PLATA Y VALIOSOS DOCUMENTOS SECRETOS?

E

l tesoro del Temple es uno de los temas que más especulaciones han levantado en torno a esta orden. Según varias leyendas, los templarios encontraron un gran tesoro excavando en el solar del templo de Jerusalén, integrado por objetos tan valiosos como la mesa de Salomón (una enorme esmeralda), la corona de oro del rey David, el arca de la Alianza, el candelabro de los siete brazos, las tablas de la Ley de Moisés e incluso el Santo Grial (el cáliz de la última cena de Jesucristo) y la Sábana Santa (el sudario de Cristo). Este presunto tesoro habría sido el origen de la riqueza y el poder de los templarios. No existe ningún documento ni dato histórico que certifique la existencia de un tesoro de estas características. Los templarios poseían riquezas muebles, pero no procedían de Tierra Santa, sino de las rentas de sus encomiendas en Europa. Parte de esas rentas se enviaba a Jerusalén, a la sede central del Temple, y luego a San Juan de Acre, donde los templarios trasladaron su tesoro tras la caída de esta ciudad en 1187 en manos de Saladino. En Acre, en la fortaleza de la Bóveda, se custodiaba el tesoro del Temple. La Bóveda estaba dentro de las murallas de la ciudad, junto al mar. Sus muros eran de piedra, muy sólidos, de hasta nueve metros de altura, con torres en las esquinas. Estas mostraban cuatro leones rampantes de tamaño natural cubiertos de oro, cuyo precio se estimaban en mil monedas de oro cada uno. La cámara del tesoro estaba ubicada en una torre circular de esta fortaleza, cuya construcción había sido ordenada por el sultán Saladino. Salvo las cuatro bestias doradas, nada más se conoce sobre el contenido de este tesoro.

38 H I STO R I A Y V I DA

EN PARÍS, EL TESORO DEL TEMPLE FUE OBJETO DE DESEO PARA EL REY FELIPE IV, QUE ESTABA EN BANCARROTA Los musulmanes tomaron San Juan de Acre al asalto en 1291. Los templarios defendieron hasta el fin la ciudad. No pudieron evitar su caída, pero lograron sacar de allí el tesoro y enviarlo a París. Este presunto tesoro estaría formado por los objetos que habían acumulado los templarios desde su fundación en 1120. Una vez en París, el tesoro del Temple volvió a despertar todo tipo de especulaciones, y fue objeto de deseo para el rey Felipe IV de Francia, cuya hacienda estaba en bancarrota a comienzos del siglo xiv.

El cuento de la carreta Una leyenda recoge un relato fantástico: dos días antes de la detención general de los templarios, es decir, el 11 de octubre de 1307, una carreta cargada de heno y tirada por bueyes (este tipo de detalles son imprescindibles en toda leyenda que se precie de auténtica) salió de la casa del Temple en París con rumbo desconocido. Según algunos fabuladores, la carreta ocultaba bajo el heno los objetos más valiosos de la orden, que se extrajeron de París para evitar que cayeran en manos del rey. La leyenda es evidentemente apócrifa, pues dos días antes de la detención nada hacía sospechar a los templarios que Felipe IV iba a dar esa orden. El relato señala que la carreta iba escoltada por varios caballeros dirigidos por un

MONEDAS de plata de los siglos XII y XIII de la encomienda de Payns (Aube), halladas en 1998.

© Collection Bernard Delacourt. Ph. Noël Mazières.

TEMPLARIOS templario de nombre Aumont, quien se habría dirigido a Escocia para buscar allí refugio del acoso del rey de Francia. Esta “novela de aventuras” continúa relatando que Aumont se dirigió a Escocia, a la localidad costera de Kilwinning, al oeste de Glasgow, donde entró en contacto con un gremio de albañiles constructores de catedrales. Este tesoro se habría escondido entonces en la isla de Mull, en el archipiélago de las Hébridas interiores. En otro relato, que se atribuye al templario Jean de Châlons, se narra que este caballero habría confesado que el tesoro se lo llevaron cincuenta templarios de la encomienda de París y que lo embarcaron en diecisiete o dieciocho navíos en el puerto francés de La Rochelle, de donde habrían zarpado con rumbo desconocido. Solo Gerardo de Villiers y Hugo de Châlons serían conocedores de su destino. Además de los objetos sagrados, ese fabuloso tesoro templario estaría formado por plata que los templarios trajeron de América, adonde habrían viajado ya en el siglo xiii, e incluso por oro extraído de las minas romanas abandonadas de Las Médulas, en León, que los templarios habrían explotado de nuevo. En el siglo xix, la inventiva de los especuladores de la historia fue más allá. Se llegó a decir que el párroco de la localidad francesa de Rennes-le-Château, llamado Berenguer Saunière, había encontrado en su iglesia un tesoro, que para unos era el de los templarios y para otros el de los cátaros. Otros más aseguraron que lo que encontró ese cura fueron unos pergaminos secretos de los templarios, que vendió por una enorme cantidad de dinero porque eran comprometedores para la Iglesia, pues revelaban que Jesús tuvo descendencia con María Magdalena. Todo era falso; el párroco Saunière se hizo rico estafando a miles de incautos con la petición de limosnas para la celebración de misas por aniversarios. Otros muchos han seguido viviendo después de ese mismo cuento. En realidad, lo que quedaba del tesoro, fruto de las rentas por la explotación de sus encomiendas, fue administrado por Felipe de Marigny, arzobispo de Sens y presidente del juicio contra los templarios. En 1312 no debía de quedar demasiado, pues en los interrogatorios el asunto del tesoro apenas tuvo importancia.

H I STO R I A Y V I DA 39

DOSSIER

Los custodios de las reliquias más sagradas DESDE EL ARCA DE LA ALIANZA O EL CANDELABRO DE LOS SIETE BRAZOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO HASTA LA SÁBANA SANTA O EL CÁLIZ DE LOS EVANGELIOS. TODO HABRÍA QUEDADO BAJO SU CONTROL.

l tráfico de reliquias fue uno de los negocios más boyantes en el Medievo. Las más relevantes y de mayor precio fueron las relacionadas con la pasión de Jesús: clavos, madera de la cruz, espinas de la corona, esponja, túnica sagrada, la lanza de Longinos y, sobre todo, el cáliz de la Santa Cena, el Santo Grial. Semejante negocio, que movía muchísimo dinero, generó toda una industria de falsificación de reliquias, y también, por supuesto, de falsificación de documentos de autentificación. En las iglesias de los templarios se guardaron reliquias, como en tantos templos cristianos, pues atraían a peregrinos y donaciones; en esto no fueron diferentes. Una de las leyendas más manidas sobre los templarios es que fueron a Jerusalén para encontrar las reliquias de la Pasión de Cristo. Se especula con que los nueve

E

40 H I STO R I A Y V I DA

primeros caballeros se dedicaron durante años a excavar en el solar del Templo en busca de tesoros y de reliquias, para asegurar, sin pruebas, que encontraron ambas cosas. Así, se les ha atribuido la posesión de las más importantes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.

nombre de Monsalvat. Este castillo se ha identificado con San Juan de la Peña (Aragón), con Montserrat (Cataluña) o con el castillo de Tomar (Portugal), entre otros. La especulación seudohistórica ha presentado a los templarios como guardianes del Templo y del Grial. En Parsifal, la ópera de

EL GRIAL ESTARÍA CUSTODIADO EN UN CASTILLO DE LA PENÍNSULA, AL QUE SE DENOMINA MONSALVAT Algunas crónicas, novelas y poemas relacionan directamente a los templarios con el Santo Grial. Hacia 1195, un trovador templario llamado Wolfram von Eschenbach escribió el largo poema Parsifal, en el cual presenta a los templarios como guardianes del Grial, custodiado en un castillo ubicado “en las montañas del norte de la península ibérica”, al que da el

Richard Wagner, los templarios son los castos guardianes del Grial. La Sábana Santa cubrió el cuerpo de Cristo. En la catedral de Turín se conserva un lienzo que la tradición identifica con el sudario de Jesús y que presenta la impresión de un cuerpo masculino con las heridas de la Pasión. Algunos han afirmado que los templarios fueron los custodios de

TEMPLARIOS

EL ARCA de la Alianza, mosaico, Jerusalén, siglo VI. A la izqda., relicario de la Vera Cruz, Astorga, León.

esta reliquia, y que a ella se referían cuando afirmaban que poseían un lienzo de lino con la imagen de un hombre. Pero en los interrogatorios del proceso no aparece ninguna mención a la Sábana Santa, que, de haberla poseído, sin duda habría salido a la luz. En realidad, esta reliquia es una falsificación realizada en el siglo xiv, que la leyenda ha convertido en objeto de culto. Según esta, los templarios la trajeron de Oriente tras haber pasado por Constantinopla, Acre y Chipre. Algunos les atribuyen precisamente a ellos la falsificación. Los templarios también poseyeron la cruz donde fue crucificado Jesús. Esta reliquia apareció en la tercera década del siglo iv en unas excavaciones realizadas por santa Helena, la madre del emperador Constantino. Tras permanecer cientos de años en Jerusalén, la Vera Cruz se perdió a comienzos del siglo xi, pero reapareció milagro-

samente tras la conquista cristiana de Jerusalén en 1099. El rey Balduino III entregó a los templarios la Vera Cruz para su custodia como aval de un préstamo. Los caballeros del Temple la portaban en el combate, pero, derrotados por Saladino en la batalla de Hattin en 1187, la cruz de Cristo se perdió para siempre.

La cámara secreta También se atribuyó a los templarios la posesión de reliquias del Antiguo Testamento, especialmente el arca de la Alianza, uno de los objetos más buscados por el esoterismo mundial. Fabricada en madera y forrada con láminas de oro, el arca tenía poderes extraordinarios; no en vano, en el relato bíblico es capaz de derribar las murallas de Jericó. El rabino Rabbí Mannaseh ben Israel, que vivió en la primera mitad del siglo xvii,

difundió una tradición hebrea según la cual fue el propio rey Salomón quien ordenó construir bajo el templo una cámara secreta para ocultar el arca. Los amantes de lo oculto, siguiendo esta tradición, han supuesto que los sacerdotes hebreos la escondieron en el subsuelo del edificio, y que fueron los pioneros del Temple quienes la encontraron tras excavar. Así, los templarios habrían sido los guardianes del arca, y sus sucesores la mantendrían oculta todavía hoy. Algo similar habría ocurrido con el candelabro de los siete brazos, con el pectoral del sumo sacerdote y con otros objetos sagrados del templo. Jacques de Molay, último maestre, se convirtió en el mártir templario por excelencia, y, como con tantos mártires de la Iglesia, se llegó a decir que las gentes de París acudieron a la hoguera donde había ardido para llevarse sus cenizas como reliquia.

H I STO R I A Y V I DA 41

DOSSIER

¿Iglesias con símbolos cifrados? LOS CABALLEROS DEL TEMPLE HABRÍAN CONSTRUIDO SUS TEMPLOS SEGÚN PLANOS ARQUITECTÓNICOS SECRETOS, TRUFANDO SUS MUROS DE MENSAJES OCULTOS... os templarios fueron grandes constructores de castillos e iglesias. Su modo de vida conventual requería templos en los que rendir culto a Dios y a la Virgen. Por ello, todas las encomiendas disponían de una iglesia o capilla, que responde a los tipos

L

42 H I STO R I A Y V I DA

arquitectónicos de la época y a la austeridad decorativa de las edificaciones de la orden del Cister, cuya regla imitaba la del Temple. Las rentas que percibían posibilitaron la construcción de miles de templos. La mayoría de las iglesias templarias tienen planta de una sola nave, con ábside semi-

circular; y unas pocas presentan planta octogonal, al estilo de la de la mezquita de la Roca, en la explanada del templo de Jerusalén, el solar de los templarios. En ciertos casos, se ha atribuido a estos edificios un origen o influencia esotéricos, buscando iglesias templarias en lugares

TEMPLARIOS “mágicos”, como la iglesia de la Vera Cruz (Segovia) o la ermita del Cañón del río Lobos (Soria), así como a otros en el Camino de Santiago, en una vorágine de conspiraciones, mitificaciones y ritos secretos sin más fundamento que la fabulación. Pero la arquitectura de las iglesias templarias carece de estilo propio, pues responde a la moda y el lugar en cada momento.

Demasiada imaginación Se ha escrito que cristianizaron santuarios paganos para consagrarlos a la Virgen, pero esto no es exclusivo del Temple; el

cristianismo lo hizo con frecuencia. También se los ha convertido en los inventores de la arquitectura gótica, alegando que habrían descubierto esas técnicas constructivas en unos pergaminos secretos hallados en Tierra Santa. Incluso se ha afirmado, sin pruebas, que fueron los templarios quienes, con su dinero, construyeron la catedral de Notre-Dame de París. En cualquier caso, las iglesias del Temple no eran especialmente grandes, pues no estaban abiertas al culto público, y su decoración era muy austera. Cuando cuentan con pinturas, estas son de baja calidad, y

representan a caballeros y actividades relacionadas con su modo de vida. Los templarios dejaron miles de construcciones; ninguna presenta un solo elemento que no se repita en edificios similares de la época. Nada esotérico, ningún misterio que descifrar, ningún signo cabalístico o mistérico salta a la vista; los símbolos de las iglesias templarias son exactamente los mismos que los de las demás iglesias de la cristiandad de su tiempo, y el simbolismo solar que en ellas está presente no difiere del que se observa en otros templos románicos y góticos.

DOSSIER

La procedencia de la sabiduría templaria DESDE LA HERENCIA DE CONOCIMIENTOS EGIPCIOS A TRAVÉS DEL MISMÍSIMO MOISÉS HASTA EL CONTACTO PRECOLOMBINO CON LOS NATIVOS DE AMÉRICA.

L

a intervención del rey Felipe IV de Francia contra los templarios, el juicio, la disolución de la orden y el dramático final de sus principales caballeros, incluida la ejecución en la hoguera de su último maestre, Jacques de Molay, desencadenaron toda una serie de especulaciones esotéricas sobre el Temple. Los templarios fueron acusados por el rey y el papa de acumular riquezas sin cuento, y han sido muchos los diletantes que han escrito sobre el origen de esa fortuna, que se suponía inmensa. La fabulación se desató desde el momento en que la orden fue liquidada, dando lugar a todo tipo de pábulos. Entre otros, que los templarios tomaron la cruz de ocho puntas, las ocho beatitudes, como símbolo cabalístico de sus complejas finanzas. Para muchos de estos adoradores de lo oculto, el origen de la riqueza del Temple residiría en los hallazgos tras las excavaciones del solar del Templo. A los tesoros y reliquias que allí encontrarían se sumaron valiosísimos documentos secretos que contendrían datos de valor incalculable. Un grupo de estos manuscritos habría pertenecido a Moisés, y en ellos se recogerían la sabiduría y la ciencia de los antiguos egipcios. Habría sido el mismo Hugo de Payns quien los encontró, escritos en griego y en arameo. En estos textos se explicaría la clave para construir las catedrales góticas, de modo que los templarios habrían sido quienes trajeron desde Oriente las instrucciones precisas para poder levantar esos templos en el siglo xii. Un anciano canónigo llamado Lambert de Saint-Omer habría sido el traductor de estos textos para los templarios; este clérigo es el mismo que escribió hacia 1120

44 H I STO R I A Y V I DA

la obra Jerusalén celestial. El conde Hugo de Champaña habría tenido conocimiento de la existencia de algunos de estos manuscritos, pues conocería al sabio judío Salomón ben Isaac Rachi, que vivía en Troyes, la capital de Champaña a principios del siglo xii, y que asimismo poseería manuscritos de este tipo.

La teoría americana Algunos escritores apuntaron que la riqueza de los templarios se debía a que lograron llegar a América casi tres siglos antes que Colón. En un extraño y sospechoso sello en el que figura la leyenda “Secretum Templi”, fechado en el año 1214, hay una figura en la que algunos han querido ver a un hombre con plumas, que han identificado con un indígena precolombino. Sin la menor base documental, y sin prueba alguna, sostienen que una flota templaria atravesó el Atlántico en el año 1272, entrando en contacto con las culturas precolombinas, con las que realizaron intercambios económicos que reportaron a los caballeros una gran cantidad de plata. Estos viajes a América, realizados en el más absoluto secreto, partirían del puerto francés de La Rochelle, donde la orden tenía parte de su importante flota. Los templarios atravesarían el océano siguiendo la ruta de las islas Canarias, donde tendrían una base de operaciones al mando de un comendador llamado Ballantrodoch, del que se dice que “partió allende la mar”, y con rumbo desconocido, al frente de una escuadra en 1307. Esta escuadra habría llegado ese mismo año a las costas de México. No existe prueba ni documento sobre esos viajes, pero algunos “investigadores”, como Jacques de Mahieu, aportan pistas muy

PILAR DEL APRENDIZ, en la capilla Rosslyn,

Escocia, ligada a menudo a mitos templarios.

TEMPLARIOS endebles sobre la presencia de templarios en América antes de Colón, como la existencia de una tradición entre los indígenas que hablaba de la llegada de hombres blancos del otro lado del mar, o que algunas esculturas del yacimiento de Tihuahuanaco se asemejen (!) a las de la catedral de Amiens, o la leyenda de un dios precolombino pelirrojo llamado Viracocha. También se ha dicho que el conde Henry de Saint Clair viajó a América en el año 1399 con 300 templarios desde Escocia, donde se habrían refugiado los caballeros que habían logrado escapar a la disolución de la orden. Con la plata que trajeron de ese viaje, William de Saint Clair, descendiente de Henry, habría construido en 1456 la famosa capilla gótica de Rosslyn, en las afueras de Edimburgo. En la decoración escultórica de esa capilla algunos han visto mazorcas de maíz, áloe vera y otras frutas y plantas procedentes de América, y desconocidas por tanto en Europa a me-

EN LA DECORACIÓN DE LA CAPILLA ROSSLYN HAY QUIEN VE MAZORCAS DE MAÍZ, DESCONOCIDAS EN EUROPA EN EL SIGLO XV diados del siglo xv. Esta identificación es muy discutible, pero, además, no se ha estudiado si esas representaciones son del siglo xv o se labraron en fechas posteriores, pues la capilla de Rosslyn tardó mucho tiempo en acabarse; todavía se estaban haciendo obras en el siglo xvi. Es cierto que, tras la disolución, algunos caballeros templarios de origen escocés se refugiaron en Escocia, entre sus familiares, y que probablemente lucharon contra los ingleses y junto a los escoceses en la batalla de Bannockburn en 1314. Tras esa victoria se fundó la Real Orden de Escocia. No faltan quienes han convertido al mismísimo Colón en un miembro secreto de la orden, que “siguió una ruta del Temple”. Desde luego, parece harto improbable que, si los templarios hubieran estado en América, y además realizando viajes de manera constante durante casi tres siglos, semejantes hechos hubiesen pasado totalmente desapercibidos.

H I STO R I A Y V I DA 45

POLICÍAS EN EL ANTIGUO EGIPTO La profesión de los que iban a mantener el orden en el Egipto faraónico surgió con la necesidad de controlar las grandes obras públicas y acabó muy especializada. JOSÉ MIGUEL PARRA, DOCTOR EN HISTORIA ANTIGUA Y ESCRITOR

MURAL EN LA TUMBA del jefe de policía Nebamun, XVIII dinastía, Luxor.

UN POLICÍA lleva a interrogar a un hombre a las oficinas del visir. Tumba de Rekhmira, Tebas.

E

n general, la gente tiene una idea ligeramente equivocada de cómo era la vida en el antiguo Egipto. Su imagen del período faraónico es la de una época de bonanza, una edad de oro donde todo transcurría de forma pacífica y sin sobresaltos. El generoso Nilo y su crecida anual se sumaban al benefactor y pacífico gobierno de los faraones para que la calmosa y perfecta sociedad que construía prodigios arquitectónicos como el templo de Karnak y las pirámides funcionara a las mil maravillas. Lo curioso es que, al mismo tiempo, le ronda por la mente la imagen de cien mil esclavos repartidos por toda la meseta de Giza, agarrados a las cuerdas con que arrastran, sufrientes, por una interminable rampa de arena, los millones de bloques necesarios para erigir la pirámide de Khufu (más conocido para los griegos como Keops), alentados por los rápidos latigazos de sus fieros capataces. En realidad, ninguna de estas imágenes es cierta. En primer lugar, las pirámides las construyeron funcionarios pagados por el Estado, y, en segundo lugar, la vida en el

48 H I STO R I A Y V I DA

antiguo Egipto era tremendamente dura, como en cualquier punto del globo en la Antigüedad. No solo porque en al menos el cincuenta por ciento de las ocasiones el Nilo no era un río clemente, sino además porque, si bien el faraón debía mantener alejado el caos de sus súbditos, también tenía que recurrir a la policía para conservar el orden (la maat) en el país. No obstante, no se trataba de un cuerpo de policía nacional con una rígida jerarquía que acataba las órdenes centrales emanadas del faraón a través del visir. En realidad, con las labores de policía sucedía lo mismo que con el control del riego de los campos: no necesitaban de una gestión centralizada. Nada tiene de extraño, porque, hasta el Reino Medio (c 2050-1750 a. C.), Egipto tampoco contó con un ejército estable, más allá de la pequeña partida de guardaespaldas que protegía la vida del faraón. Sin embargo, como los egipcios se habían vuelto maestros en el uso de grandes fuerzas de trabajo, conocían perfectamente que las tensiones y los roces son algo cotidiano cuando grupos de personas tienen que convivir en espacios delimitados. De modo

que el faraón tuvo buen cuidado de contar con personas que mantuviesen el orden entre sus trabajadores, aunque solo fuera porque los robos, las pendencias y las peleas disturbaban la cadencia y suponían un freno para las obras de construcción.

Vigilantes en Giza Las pirámides plantearon el problema, y en ellas reside también la solución que hallaron los egipcios: vigilancia policial. Al sur de la meseta de Giza se encuentra la ciudad donde vivieron los constructores de esas pirámides, cuyos comedores y dormitorios comunales estaban dispuestos en tres calles paralelas. Pues bien, en los extremos de dos de esas calles hay unas residencias individuales que parecen haber estado destinadas, precisamente, a albergar a los porteros que vigilaban las entradas y salidas diarias de los diferentes grupos de trabajadores que tenían allí sus habitaciones. Estos porteros / policías también aparecen en las entradas y salidas de los propios dormitorios, desde donde se encargaban de que los obreros del faraón sintieran de cerca el poder del sobe-

EGIPTO rano, así como de poner orden y evitar trifulcas y otros altercados. No se trata de una tarea visible solo en las grandes obras públicas, sino también en los talleres reales. La presencia de la “policía” era una realidad tan constante que incluso figura descrita en un texto como la Sátira de los oficios, en su versión de la XII dinastía: “El tejedor en el interior del taller de tejido, se encuentra en una postura peor que una mujer; las rodillas las tiene contra el tórax, no puede respirar aire. Si le quita un día a tejer, son cincuenta trallazos con los que le golpean. Da pan [los soborna] a los porteros para que le dejen salir a tomar el aire”. Como vemos, unos guardianes del orden que podían comprarse con facilidad: por el precio adecuado, sabían mirar hacia otro lado y dejar que los trabajadores salieran a estirar las piernas. Como es lógico, si había “policía” controlando a los trabajadores de las grandes obras públicas, con más razón están presentes en uno de los ceremoniales faraónicos más importantes desde el punto de vista económico: el “recuento del ganado”. Así se llamaba al proceso de recaudar los impuestos por todo Egipto, que en la épo-

UNA DE POLIS Y LADRONES Los repetidos intentos de robar en la tumba de Tutankhamón EL SEPULCRO del faraón Tutankhamón (abajo, su máscara) nos proporciona un ejemplo de la eficacia –¿o más bien de la falta de ella?– de los policías de la necrópolis real. A pesar de la creencia general en lo contrario, la tumba fue saqueada en dos ocasiones, seguramente por el mismo grupo y quizá sin dejar pasar demasiado tiempo entre una vez y otra. LO MÁS PROBABLE es que las patrullas se limitaran a recorrer los acantilados que rodean el wadi, porque si no, resulta difícil de comprender que los medjay no vieran ni escucharan los ruidos del robo. La primera vez, los ladrones entraron con prisas y se llevaron las cosas valiosas que no abultaban

demasiado: aceites, ungüentos, algunas joyas pequeñas, quizá los papiros... El robo tuvo que descubrirse con las primeras luces del día siguiente, cuando, tras valorar los daños, la gatera fue tapada. NO SE PUEDE DECIR que la presencia policial les amedrentase, porque da la impresión de que, poco después, los ladrones volvieron al lugar de los hechos. Esta vez parece que les estaban esperando, y, tras sorprenderlos con las manos en la masa y arrestarlos, restituyeron al ajuar de la tumba un aspecto ordenado y volvieron a sellar la gatera. Esta vez seguiría así durante tres mil años.

CON LAS PIRÁMIDES NACIERON EL PROBLEMA Y LA SOLUCIÓN: ERA PRECISO INSTAURAR UNA VIGILANCIA POLICIAL ca de las pirámides tenía lugar cada dos años. Además del supervisor, entre sus principales actores se contaban los sempiternos escribas, que llevaban un registro minucioso de todo lo producido por los agricultores. Estos, como es lógico, no siempre se mostraban demasiado dispuestos a entregar sus cosechas, de modo que los enviados del faraón llegaban acompañados por un grupo de hombres que recibían el título de sa-per. En los relieves de las tumbas resulta imposible no reconocerlos: son los que aparecen acogotando a un campesino arrodillado ante los escribas mientras le amenazan con un bastón. Un poco más allá se puede ver a un campesino con menos suerte, o peor cosecha, atado a un poste recibiendo una buena tanda de palos,

H I STO R I A Y V I DA 49

ARRIBA, un policía con mono en una escena de la tumba de Niankhkhnum y Khnumhotep, Saqqara, V dinastía. ABAJO, policías con sus bastones en la tumba de Ramose (izqda.) y en el Rameseo (dcha.).

HOMBRE atado al potro por fraude o deudas al

fisco. Mastaba de Mereruka, Saqqara, VI dinastía.

bien para aflojarle la lengua o como simple castigo por no entregar lo debido.

Cuidado con el mercado Lo normal es que los policías / recaudadores no fueran los mismos que se encargaban a diario de la seguridad del poblado, porque se habrían dado demasiadas tensiones entre sus habitantes. Estos policías de poblado eran necesarios, sobre todo, cuando se organizaba el mercado en una explanada cercana al río. Tenemos un excelente ejemplo de su trabajo en la mastaba de Niankhkhnum y Khnumhotep (V dinastía). En uno de sus relieves, varias personas acuclilladas ofrecen sus mercancías a los posibles compradores, que caminan entre ellos estudiando los productos que desean adquirir (mediante trueque, que en el Egipto faraónico no se conocía la moneda). Entre los paseantes vemos a dos hombres que parecen haber ido al mercado con sus

50 H I STO R I A Y V I DA

mascotas: sendos babuinos sujetos por una correa. Uno de los monos se entretiene estudiando un fruto, pero, en el otro extremo de la imagen, el segundo de ellos tiene atrapada entre los dientes la pierna de un chico. No es que esté jugando, sino que acaba de pillar con las manos en la masa a un ladronzuelo, el cual se había apoderado de algo que no era suyo e intentaba salir corriendo. Es posible que estos guardianes del orden sean una pareja de sa-per, que durante el Reino Antiguo (c 2680c 2050 a. C.) parecen haber servido de fuerza policial para los grandes señores. Un ejemplo más concreto de un sa-per en acción, con nombre y apellidos, lo encontramos en la mastaba de Ti. Se trata de Iunenek, que está trabajando a las órdenes del supervisor de la heredad y de los escribas del granero. La autoridad está pesando uno a uno los panes que ha cocido el jefe de la panadería, allí presente. Repentina-

mente, al encontrarse una irregularidad, el policía Iunenek golpea al panadero con su bastón..., no sabemos si para que confiese o para castigarlo por su yerro. Esta “seguridad privada” continuó existiendo por lo menos hasta el Reino Nuevo (c 1550-c 1070 a. C.), pues la podemos ver en la tumba de Neferhotep (TT 49), un “grande de Amón” y “jefe de los ganados de Amón”: cuando comprobaba cómo marchaban los asuntos del dios que tenía encomendados, lo hacía siempre en compañía de un fornido guardia. Este no solo era una demostración de la gran categoría de Neferhotep, sino también una bienvenida seguridad contra cualquier imprevisto.

Policía de frontera Podemos ver a policías egipcios “oficiales” realizando su tarea en Nubia durante el Reino Medio. Este territorio al sur de Egipto había sido conquistado por los faraones,

que, en puntos claves a lo largo del río, hicieron construir una serie de fortalezas para que estos soldados/policías mantuvieran bajo control a quienes intentaban penetrar en Egipto bajando por el Nilo o a través del desierto. Como podemos ver descrito en una estela de Senuseret III en Semna, su tarea era: “... impedir a todo nubio que la atraviese [la frontera] dirigiéndose río abajo, a pie o en barca, así como todo rebaño perteneciente a nubios; excepción será hecha del nubio que venga a hacer comercio en Iken [fortaleza de Mirguissa], o en misión oficial, y para todo lo que se puede hacer de provechoso con ellos, sin jamás, pese a todo, dejar pasar una barca de nubios río abajo de Heh”. El resultado de su labor policial de vigilancia de fronteras quedaba reflejado en unos informes que se enviaban al visir periódicamente, redactados, por supuesto, por los comandantes de las fortalezas. Se tra-

ta de un grupo de papiros conocidos como los Despachos de Semna, donde encontramos historias como esta: “Es una comunicación a ti, vida, fuerza salud [=el faraón], respecto a que los dos guerreros y setenta gente medjay que habían partido para seguir el rastro en el cuarto mes de la segunda estación, día 4, regresaron para informarme el mismo día por la tarde, trayendo tres hombres medjay y cuatro niños y niñas, diciendo: ‘Los encontramos al sur del margen del desierto bajo la inscripción de la estación del verano, y también tres mujeres’, así dijeron”. Los policías no solo patrullaban la frontera meridional de Egipto, sino también la del Delta, que, cuando desapareció el Estado centralizado durante el Primer Período Intermedio (c 2180-c 2050 a. C.), se volvió muy sencilla de atravesar para los grupos beduinos, ante la falta de control egipcio. Durante el Reino Medio, esas fron-

teras quedaron a cargo de los llamados nuu, policías / soldados que recorrían el territorio con perros especialmente adiestrados en labores de detección.

La escolta de los exploradores Los egipcios son célebres por su hambre de piedras, que iban a buscar, por su significado simbólico, a canteras que se encontraban alejadas del valle del Nilo, al igual que algunas minas de oro. Los grupos incontrolados de nómadas armados constituían un peligro real para las expediciones egipcias enviadas al desierto, y cuanto más poderoso era el faraón, más de ellas organizaba. Por este motivo, las expediciones se acompañaban de una escolta de policías / soldados, que en el Reino Medio eran conocidos como meniu tjesenu. Durante la guerra para expulsar a los hicsos del valle del Nilo, los grupos de medjay que ya hemos visto en acción durante el

H I STO R I A Y V I DA 51

UNA DURA MISIÓN EN EL DESIERTO LA NECESIDAD de que un grupo de policías / soldados acompañara las expediciones se vuelve muy evidente cuando conocemos la historia de Mekhu. Director de expediciones al desierto, Mekhu era también el progenitor de un funcionario de Pepi II llamado Sabni, que tuvo algunos problemas con la justicia del rey, al haber interferido sin autorización en cuestiones nubias. El caso es que, como nos cuenta en su tumba (en la imagen, un relieve), Sabni tuvo que organizar una expedición para recuperar el cadáver de su padre, muerto estando de misión en tierras nubias: “Escribí cartas para informar que había partido para traer a mi padre Mekhu del país de Utjetj en Uauat. Vencí esos países extranjeros [...] en el país extranjero cuyo nombre es Aatemetjer [...]. Este ‘amigo único’ fue encontrado sobre un asno. Hice que fuera traído por las tropas de mi heredad personal, tras haberle hecho un sarcófago”. PESE AL peligro, merecía la pena ser jefe de expediciones, pues un regreso triunfal suponía recompensas. Herkhuf, que realizó varias misiones con éxito a Nubia, recibió al regreso de una de ellas nada menos que una carta de felicitación escrita por el propio rey.

Reino Medio fueron transformados en una tropa de mercenarios por los reyes tebanos de la XVII dinastía. Lo cierto es que los egipcios no parecen haber tenido muy clara la procedencia de este grupo étnico, porque durante el Reino Antiguo situaban su región de origen al este de la Segunda Catarata, mientras que en el Reino Medio los definían como nómadas del desierto. Finalmente, durante el Reino Nuevo, la palabra pasó a referirse a todos aquellos, no solo extranjeros, sino también egipcios, que realizaban labores policiales. El caso es que, una vez llegada la paz y unificado de nuevo el país, los medjay se convirtieron en un cuerpo de policías / soldados al frente de la protección tanto del desierto como del Valle de los Reyes y otras zonas que el soberano considerara relevantes.

En el harén y más allá Parece que, para algo tan privado como el harén real, el faraón prefería contar con

52 H I STO R I A Y V I DA

una fuerza de vigilancia específica distinta de los medjay. De vigilar a las mujeres e hijos del soberano se encargaba un grupo de hombres que recibían el nombre de sasha. Su labor comprendía el harén y todos los edificios ocupados por el rey, de

dedicaban a proteger templos y otros lugares. El Gran Papiro Harris nos ilustra al respecto: “He creado compañías de policías sasha para tus orillas, para defender la orilla de las aguas de Heliópolis en tu lugar sagrado. He constituido guardianes de

PARA EL HARÉN REAL, EL FARAÓN PREFERÍA UNA FUERZA ESPECÍFICA DISTINTA DE LOS MEDJAY quien garantizaban la seguridad personal. En escenas y relieves resulta sencillo identificarlos, porque van provistos de un bastón con uno de los extremos más ancho que el otro. Un objeto que, con seguridad, era tanto símbolo de su función como herramienta de trabajo. El título de sasha parece haber surgido durante la XVIII dinastía, y deriva de un verbo que significa “reprimir, rechazar, castigar”. Estos policías no eran exclusivamente guardaespaldas del rey, pues también se

puertas en compañías provistas de hombres para defender y despejar tu recinto sagrado. He constituido compañías de policías sasha para la administración del canal y colocado policías sasha para la cebada pura, para ti, igualmente”.

El caso de Mahu De todos los policías del antiguo Egipto, hay uno del que poseemos una información algo más detallada. Se trata de Mahu, que era el “jefe de los medjay de Akhetatón”,

EGIPTO

MAHU, relieve. Arriba, sus labores diarias tal como aparecen en su tumba de Amarna.

es decir, quien se encargaba de mantener el orden en la ciudad de Amarna cuando en ella reinaba Akhenatón. La mayoría de la información sobre las tareas que realizaba nos la proporcionan, como no podía ser de otro modo, los relieves de su tumba, que se completan con los estudios arqueológicos de la capital del Atón para mostrarnos cómo era una jornada de trabajo de un jefe de policía del Reino Nuevo. Como el resto de sus compatriotas, Mahu se levantaba con la aurora, cuando todavía el sol no calienta inclemente la atmósfera, pues en los relieves de la tumba la escena inicial se desarrolla ante un brasero del que vemos salir llamas. Lo primero es recibir un informe de todo lo sucedido durante la noche, lo que hace de pie, apoyado en el largo bastón, que para los egipcios denota autoridad. El informe se lo presentan, también de pie, cuatro gesticulantes policías que llevan los bastones típicos de su profesión, mientras que, prosternados ante

Mahu, podemos ver a quienes quizá sean sus secretarios. En cuanto termine de escucharlos, Mahu se subirá en el carro que tiene a punto su carrero particular, con el que seguramente recorrerá los puntos conflictivos durante la noche, cuando no los límites de la ciudad al completo. Esta visita de inspección la realizará acompañado por media docena de policías, que irán corriendo junto a él. De hecho, así van a todas partes los policías que vemos en todas las tumbas: a paso ligero y armados solo con los bastones que los identifican. Con sus carreras, al leer los relieves uno siente que llegaban donde eran necesarios en un santiamén, sin dilación ninguna; pero no sabemos si era así de verdad o solo el deseo de que así sucediera. Los malhechores capturados durante la noche por sus subordinados son conducidos al jefe de policía, que de inmediato va a entregarlos a las autoridades competentes, nada menos que el visir y otros destacados funcionarios de la corte. Al realizar la entrega, el jefe de policía explica al visir los pormenores de la detención de los tres merodeadores sorprendidos en el desierto, a los que trae con las manos atadas. Dos de ellos, con barba, parecen asiáticos, mientras que el tercero, lampiño y afeitado, parece egipcio. Mantener incólumes los límites de la ciudad, una burbuja de orden rodeada del caos del desierto, era muy importante. Por eso, un camino de guardia recorría Amarna, pero también el desierto circundante;

en especial, el poblado de piedra y el de los trabajadores, rodeados ambos por varias vías interconectadas, que los policías utilizaban para patrullar. Estas labores de protección del territorio se veían facilitadas por la propia topografía de la ciudad, muy plana y sin accidentes del terreno que ofrecieran escondrijos a la vista. Por si esto fuera poco, Mahu tenía entre sus obligaciones la de mantener fuera de todo riesgo a sus soberanos, como de nuevo nos muestra desde las paredes de su tumba. En ellas le vemos esperando a la pareja real para regresar a la ciudad, tras haber realizado algún tipo de ceremonia en una de las muchas estelas de frontera que rodean y señalan los límites físicos de la ciudad... Y así era, poco más o menos, la vida de los policías en el antiguo Egipto.

PARA SABER MÁS ENSAYO

José Miguel. La vida cotidiana en el antiguo Egipto. Madrid: La Esfera de los Libros, 2015. PARRA ORTIZ,

TESIS

Guillemette. Enquête sur la police dans l’Égypte pharaonique, étude des titres apparus avant la fin du Moyen Empire. París: Universidad de la Sorbona, 1978. En francés. ANDREU-LANOË,

ARTÍCULO

Jean. “Un corps de police de l’Égypte pharaonique”. Revue d’Égyptologie, n.º 9 (1952), pp. 139-151. En francés. YOYOTTE,

H I STO R I A Y V I DA 53

LA LIMA VIRREINAL Entre el siglo XVI y el XIX, la capital del virreinato del Perú conoció la riqueza gracias a su posición en la ruta de la plata de Potosí hacia España. FRANCISCO MARTÍNEZ HOYOS, DOCTOR EN HISTORIA

A

mediados del siglo xviii, el erudito peruano Pedro Peralta y Barnuevo aseguró que su patria desempeñaba una función clave para la economía mundial, al ser la fuente de la prosperidad de la superpotencia de la época: “A Inglaterra mantiene la opulencia, a la opulencia mantiene el comercio, al comercio mantiene el Perú, al Perú mantiene Lima, luego Lima [mantiene] a Inglaterra”. ¿Exageración nacionalista? No del todo. Por sus enormes reservas de metales preciosos, el virreinato sudamericano despertaba la codicia de los europeos. La lengua castellana reflejaba esta realidad con expresiones como “valer un Perú”, utilizada como sinónimo de riqueza desmesurada.

El nacimiento de la ciudad El dominio de los españoles se remontaba a dos siglos atrás, cuando Francisco Pizarro había destronado al emperador inca Atahualpa. Necesitado de una sede para su gobierno, Pizarro la fundó el 18 de enero de 1535, según consta en acta. ¿Sobre un espacio vacío o, por el contrario, en el territorio de Taulichusco, un cacique local? Parece más plausible la segunda opción: que los conquistadores, a raíz de la construcción de la ciudad, expulsaran a la mayoría de indígenas a los alrededores. Una tradición extendida apunta que Pizarro bautizó Lima como Ciudad de los Reyes porque quedaba reciente la festividad de los Reyes Magos, el 6 de enero. Otra explicación, más verosímil, apunta que se refería a los monarcas españoles. El territorio de la nueva urbe se hallaba en el valle atravesado por el río Rímac, término que supuestamente significa “el que habla” en lengua quechua. Se ha dicho que este podría ser el origen del nombre “Lima”, palabra que sería una hispanización de Rímac, pronunciado “limac” en el dialecto de la costa. No obstante, esta hipótesis también plantea problemas. No es menor el hecho de que, en quechua, “el que habla” sea simi çapa. En cualquier caso, los nombres de Lima y Ciudad de los Reyes convivieron durante el período virreinal; el primero, como nomenclatura de uso común, y el segundo, reservado más bien a la documentación oficial. En esos momentos, el territorio limeño era una zona fértil que a los españoles les pa-

56 H I STO R I A Y V I DA

RETRATO de J. J. Bermejo de una aristócrata limeña, c 1780. En la pág. anterior, plaza Mayor de Lima en 1680.

recía paradisíaca. Un cuarto de siglo después de la creación de la ciudad, cierto religioso dominico todavía podía decir que existía una arboleda tan tupida que los españoles podían andar “dos leguas sin que les diese el sol”. Más tarde, con el crecimiento urbano, se produciría una deforestación radical. Seguramente, la ausencia de árboles modificó el clima, con el consiguiente descenso de la pluviosidad. En la actualidad, la lluvia característica de la capital peruana, la célebre “garúa”, se distingue por ser escasa y fina en extremo.

Aunque Lima poseía un serio inconveniente, la frecuencia de movimientos sísmicos, contaban más las ventajas. Sobre todo su ubicación, en un punto estratégico en la ruta que comunicaba Panamá con Chile. Por otra parte, los españoles tuvieron en cuenta que allí iban a parar diversos caminos incaicos, hecho que favorecería el traslado de la plata y el oro desde las minas peruanas. A doce kilómetros, en la costa del Pacífico, se creó el puerto del Callao, que sería la vía de entrada de un importante tráfico humano y mercantil.

LIMA La corte del Perú En 1542 se estableció el virreinato, siete años después de la creación de su homólogo mexicano. La Ciudad de los Reyes, de esta manera, se convirtió en su centro, el punto donde residían las instituciones civiles y eclesiásticas. Cuzco, la capital histórica de los incas, quedó relegada. En esos momentos, el virreinato vivía una época de guerras civiles entre los conquistadores. Sus luchas intestinas llevaron a la muerte a Pizarro, asesinado en 1541. Su hermano Gonzalo encabezó una rebelión de los conquistadores contra la Corona, en protesta por las leyes que limitaban su poder sobre los indígenas. Durante los enfrentamientos, los sublevados ejecutaron a Blasco Núñez de Vela, el primer virrey. Sería el tercero, Andrés Hurtado de Mendoza, el encargado de alcanzar la pacificación tras varios años de continuas turbulencias. Lo consiguió con métodos expeditivos: ordenó ejecuciones y destierros de sediciosos, unas ochocientas personas, según sus propios cálculos. También organizó expediciones militares para deshacerse de soldados problemáticos. En Lima, por otra parte, hizo confiscar las armas en manos de particulares. El virrey era la representación directa del monarca. Por eso mismo, el cargo estaba en manos de personajes de la alta nobleza,

AUNQUE LIMA POSEÍA EL INCONVENIENTE DE LOS SEÍSMOS, ESTABA EN UN PUNTO ESTRATÉGICO ENTRE PANAMÁ Y CHILE incluso príncipes como el de Esquilache (1615-21), nieto de san Francisco de Borja. Sin embargo, por más que fuera el alter ego del soberano, disfrutaba de un poder más reducido. Porque disponía de un mandato limitado, por lo general, de tres a cinco años, y por la necesidad de llegar a pactos con la flor y nata local. No obstante, también es cierto que disfrutaba de una amplia autonomía por la considerable distancia respecto a la metrópoli. A su alrededor se desarrolló una corte que reproducía, a pequeña escala, el modelo de la española. En palabras del historiador

La ciudad y la plata LIMA FUE EL NÚCLEO DE DISTRIBUCIÓN COMERCIAL DEL VIRREINATO, SOBRE TODO DE ESTE METAL bastión realista en Sudamérica antes de la proclamación de la independencia en 1821.

CREADO EN 1542, el virreinato del Perú llegó a extenderse por la mayor parte de Sudamérica y Panamá, con la excepción de Venezuela y de Brasil, que estaba en manos de los portugueses. En el siglo XVIII empezó a sufrir menoscabos territoriales de importancia por la fundación de otros dos virreinatos: el de Nueva Granada y el del Río de la Plata. Aun con ello, en el XIX seguía siendo una poderosa entidad gracias a su excepcional riqueza, derivada de los metales preciosos, en especial, la plata. Se constituyó en el último

PARA LLEGAR A manos del rey de España, la plata de las minas de Potosí tenía que seguir una complicada ruta. Primero debía alcanzar el puerto del Callao. Desde allí partía a la ciudad de Panamá, custodiada por la Armada del Mar del Sur. La siguiente escala, a través de un itinerario terrestre, era Portobelo, en el Atlántico. El siguiente paso consistía en trasladar el metal a La Habana y de allí a España.

OCÉANO ATLÁNTICO

Mar del Caribe

NICARAGUA

Caracas Portobelo

GOBERNACIÓN DE VENEZUELA (VIRREINATO DE MÉXICO)

Panamá COLOMBIA

[VIRREINATO DE NUEVA GRANADA]

Ama

V I R R EI N A T O DEL P ER Ú Ayacucho Lima Cuzco

OCÉANO PACÍFICO

s

zona

ECUADOR

BRASIL REGIONES (Dominios NO CONQUISTADAS de Portugal)

Potosí [VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA] CHILE

Buenos Aires

Is. Juan Fernández OCÉANO ATLÁNTICO

Ruta seguida para el transporte de la plata

0

700 km

H I STO R I A Y V I DA 57

peruano Eduardo Torres, este era el espacio que constituía “el centro de la negociación permanente entre el virrey y la élite criolla”. Dicho de otra forma: la aristocracia peruana buscaba, a través de la mediación del poder ejecutivo, un acceso a cargos políticos o cualquier otro premio. La distribución de prebendas se convertía en una fuente de conflictos dentro de los grupos privilegiados, al generar resentimiento entre aquellos que se veían postergados por el favoritismo del gobernante. En teoría, el virrey debía favorecer a la clase dirigente local para ganarse sus simpatías. En la práctica, su actuación tendía a repartir mercedes entre su círculo más inmediato, el de aquellos que le acompañaban desde España a su llegada al Perú. Junto al civil, el otro gran poder en la ciudad era el religioso. A partir de 1545, Lima

58 H I STO R I A Y V I DA

acogió la sede de un obispado con jurisdicción sobre diócesis de Ecuador, Colombia y Nicaragua. La Iglesia dominaba la existencia cotidiana, con una presencia de religiosos de ambos sexos que en la actualidad parece desproporcionada. Por ejemplo, en el siglo xvi, un virrey calculó que existían unos tres mil sacerdotes, frailes y monjas para una población de seis mil habitantes. Contra lo que pueda suponerse, la vida en los numerosos conventos no siempre fue un remanso de paz. En ocasiones, las disputas por elegir al superior o superiora llegaban a la violencia, y la fuerza pública se veía obligada a intervenir para restablecer el orden. El catolicismo lo impregnaba todo, desde las costumbres a la educación, ya que eran sacerdotes los que controlaban San Marcos, la universidad más antigua de América.

Los Concilios de Lima tuvieron una gran importancia a la hora de reglamentar la vida religiosa. El tercero tuvo especial relevancia, entre otros motivos, por sus disposiciones acerca de los indios. En general, las autoridades eclesiásticas tendían a tratarlos como si fueran menores de edad, con una escasa consideración hacia sus costumbres, en las que veían un continuo desenfreno alcohólico y sexual. No obstante, el clero también creía que los indígenas eran seres humanos, por lo que defendió sus derechos con energía. Así, el Tercer Concilio exigió a los funcionarios civiles que trataran a los indios “no como esclavos [a diferencia de los cautivos traídos de África], sino como a hombres libres y vasallos de la majestad real”. Para facilitar su evangelización, los predicadores debían utilizar las lenguas autóc-

LIMA LOS RICOS BALCONES DE LIMA Su original y exquisita factura es uno de los motivos por los que el casco antiguo de la ciudad forma parte del Patrimonio de la Humanidad.

tonas. Esta inquietud por el conocimiento de idiomas como el quechua era compatible con la creación de escuelas para los indígenas en las que se enseñara “nuestra lengua española”. Por otro lado, se tomaron

EN EL LOCO DE LOS BALCONES (1993), obra teatral de Mario Vargas Llosa, el protagonista, Aldo Brunelli, es un italiano afincado en Lima y fascinado por su patrimonio arquitectónico. Su gran ambición es salvar cuantos más balcones coloniales mejor, ante el peligro de que el crecimiento incontrolado de la ciudad conlleve su destrucción. Como profesor de Historia del Arte, sabe que está en juego uno de los elementos más característicos del patrimonio histórico limeño, una de las razones de que el centro histórico de la capital peruana sea Patrimonio de la Humanidad desde 1988.

LOS BALCONES VIRREINALES presentan diversas tipologías. Unos son abiertos, otros cerrados. Los más característicos sobresalen del muro, aunque ese no es el caso de todos. El panel externo se acostumbraba a recubrir con refinados trabajos en madera. Entre los más famosos figuran los del palacio del marqués de Torre Tagle, mansión aristocrática finalizada en el siglo XVIII, y hoy sede del Ministerio de Exteriores peruano, el balcón esquinero de la Casa del Oidor (funcionario judicial), ubicado en la plaza Mayor, o los del Palacio Arzobispal (en la imagen de la izqda.), también en esta plaza.

frente a la amenaza de los corsarios. Eso fue lo que ordenó el arzobispo en 1686, ante el peligro de una incursión. Se incorporaron así a filas unos quinientos religiosos. Por sus enormes riquezas, Lima constituía una presa muy deseada por los ingleses, los grandes enemigos del Imperio español. Cada año, una flota cargada con la plata de Potosí partía hacia España. Este era uno de los grandes acontecimientos del año, consignado fielmente en el diario del sargento José de Mugaburu, una fuente insustituible para conocer el mundo limeño en el siglo xvii. La ciudad estaba siempre alerta para prevenir los ataques enemigos o cooperar en la defensa de otros puntos del Imperio. En 1685, siete barcos peruanos pusieron proa hacia Panamá para contrarrestar a Henry Morgan, el célebre bucanero. Dos años

caso, parece que el efecto de las fortificaciones fue proporcionar más una seguridad psicológica que una protección real. En el siglo xviii, las guerras angloespañolas siguieron colocando Lima en situación de peligro. La expedición encabezada por el comodoro George Anson se propuso atacar Lima y establecer en ella un gobierno bajo la tutela londinense. A cambio, los peruanos se beneficiarían de protección militar, libertad de comercio y libertad de conciencia. El plan, sin embargo, era poco realista. No existía ninguna posibilidad de que la población local acogiera a unos invasores extranjeros –protestantes, para más señas– como a libertadores. Diezmada por las tempestades y el escorbuto, la flota de Anson no llegó a lanzarse sobre la Ciudad de los Reyes. Cuando reponía fuerzas en las islas de Juan Fernández fue vulnerable a un ataque de los españoles, pero estos, desconocedores de su posición, no hicieron acto de presencia. En Lima, mientras tanto, el virrey, marqués de Villagarcía, impulsaba con energía los preparativos de defensa, dedicándose a reforzar las murallas y construir nuevos barcos. Temía que la conquista de la capital supusiera el hundimiento de todo el virreinato. Seguramente, Anson habría conseguido tomar la ciudad si hubiera pasado a la ofensiva. En esos momentos, sin embargo, su prioridad pasó a ser otra: saquear los barcos enemigos. Un golpe de suerte le permitiría regresar

SE CONSTRUYÓ UNA MURALLA DE ADOBE CONTRA LOS PIRATAS, DE FUNCIÓN MÁS TEÓRICA QUE REAL medidas para contrarrestar ciertos abusos. A los sacerdotes, por ejemplo, se les prohibió apropiarse de los bienes de los indios difuntos. Los maestros no podrían utilizar a los niños como mano de obra en tareas domésticas como recoger leña.

Contra los corsarios Llegado el caso, los religiosos también podían intervenir en la defensa de la ciudad

después, el entonces virrey, duque de la Plata, mandó construir una muralla de adobe destinada a defender la ciudad de incursiones piráticas. Sin embargo, esta función fue más teórica que real, a falta de instalaciones donde colocar artillería. Por eso, con el tiempo, según la historiadora María del Carmen Martín Rubio, “se llegó a pensar que su único destino era el de evitar invasiones indígenas”. En cualquier

H I STO R I A Y V I DA 59

a Europa como un héroe: la captura del Nuestra Señora de Covadonga, el galeón que hacía la ruta de Manila a Acapulco cargado de enormes riquezas.

Época de reformas El marqués de Villagarcía representaba a una nueva casa real, la de los Borbones, que había llegado al trono a principios del siglo xviii. El cambio dinástico determinó una profunda transformación en las Indias, al inaugurarse una política centralizadora que recortó los poderes de los virreyes con vistas a robustecer el poder del Estado. En adelante, los territorios ultramarinos perderían su autonomía para ser tratados como colonias. Lima se sumió entonces en un período de cierta decadencia. En términos económicos, porque la producción de plata disminuyó respecto a siglos anteriores. En términos políticos, porque la creación del virreinato del Río de la Plata le restó influencia. En adelante, Buenos Aires se convertiría en una gran competidora de la Ciudad de los Reyes. Por otra parte, la libertad de comercio entre España y los territorios ultramarinos, decretada por Carlos IIII en 1778, significó un duro golpe para el sector mercantil. Para los comerciantes limeños, la iniciativa borbónica suponía que los antiguos contrabandistas que les hacían la competencia podrían, a partir de en-

60 H I STO R I A Y V I DA

tonces, introducir sus productos en su territorio dentro de la legalidad. El mayor momento de crisis se produciría con el terremoto de 1746, el más devastador de la historia limeña, que provocó una destrucción casi absoluta. Según un testigo de la época, el padre Lozano, solo veinticinco de sus tres mil casas permanecieron en pie, aunque tan dañadas que tuvo que ordenarse su demolición. No obstante, es muy posible que estos datos sean exagerados. Los propietarios o inquilinos tenían interés en magnificar la destrucción para obligar a sus acreedores a que les rebajaran las deudas. En cuanto a las pérdidas humanas, la cifra oficial ascendió a 1.141 víctimas. Si se trata de una cantidad exacta, no fueron demasiadas, en comparación con la magnitud de la hecatombe material. La catástrofe se vio agravada por el potente tsunami que siguió al movimiento sísmico, que anegó totalmente el puerto del Callao. ¿Cómo superar una situación tan dramática? En aquellos momentos de desesperación, llegó a plantearse la posibilidad de reconstruir Lima en otro lugar. El plan se descartaría, entre otros motivos, por su elevado coste económico. El desastre hizo necesaria una remodelación a fondo de la capital peruana, acometida, básicamente, bajo el mandato del virrey Amat, un personaje polémico por diversas razones, entre ellas, el desmedido afán de enriquecimiento que se le atribuye. Por otra parte, sus amores con la célebre actriz Micaela Villegas, más conocida como la Perricholi, le otorgaron una popularidad que en el Perú llega hasta nuestros días. Amat patrocinó una política de obras pú-

PLAZA MAYOR en 1843, pocos años después de la

independencia. A la izqda., retrato del virrey Amat.

en la actualidad la plaza Navona, diseñada a imitación de su homónima romana. Fue también el momento en que surgieron los primeros cafés, por influencia de la moda francesa, donde se divertían las clases medias y altas locales. Para prevenir futuras catástrofes, muchas de las antiguas casas de piedra se susti-

TRAS EL GRAN TERREMOTO DE 1746, SE PLANTEÓ LA POSIBILIDAD DE RECONSTRUIR LIMA EN OTRO LUGAR blicas inspirada en la que se llevaba a cabo, de la mano del rey Carlos III, en Madrid. Sus criterios urbanísticos respondían a una clara motivación política: el esplendor de Lima debía reflejar la grandeza de la monarquía española. La reconstrucción trajo una puesta al día a distintos niveles. Se erigió la plaza de Toros de Acho, la más antigua de América del Sur. Se alzó, asimismo, el paseo de las Aguas, nombre con el que se conoce

tuyeron por edificios de adobe. Se trataba de un material con menos lustre, pero presentaba la apreciable ventaja de su mayor resiliencia a los terremotos. La ciudad quedó dividida en barrios, cada uno en manos de un alcalde. Estos funcionarios debían asegurar el orden público, una preocupación constante en una sociedad tan desigual como la limeña, donde los privilegiados temían la rebelión de los esclavos o de los indígenas. Para

garantizar la seguridad pública, Amat expulsó de la capital a los vagabundos.

Fiel a la metrópoli Hasta el fin del período virreinal, Lima fue el baluarte más sólido del dominio español en América del Sur. Los historiadores han explicado este hecho de distintas maneras, atribuyéndolo a la fortaleza de las instituciones coloniales o a la ausencia de una conciencia nacional. Para Alberto Flores Galindo, el gran historiador marxista, la clave había que buscarla en la estructura social de la capital peruana. Si los sectores blancos y acomodados del Perú colonial se mantuvieron fieles a la monarquía borbónica, fue porque necesitaban su paraguas para protegerse de la potencial rebelión de las clases populares, a las que asimilaban, sin más, a clases “peligrosas”. Su temor se acrecentó tras la rebelión indígena encabezada en 1781 por Tupac Amaru II. En la década siguiente, las noticias sobre el sangriento alzamiento de esclavos en Haití

contribuyeron a que se extendiera la paranoia. ¿Y si sucedía lo mismo en el Perú? Para evitarlo, la burguesía donó a la Corona, durante las guerras de independencia, más de cinco millones de pesos, además de convertir su flota mercante en una de guerra para combatir a los rebeldes. Por otra parte, el orden colonial se veía reforzado por el duro antagonismo entre los grupos subalternos. La documentación del siglo xviii da cuenta y razón de la hostilidad entre negros e indígenas, dos grupos que, a decir del virrey Ambrosio O’Higgins, eran “irreconciliables”. Su odio mutuo era más fuerte que el que pudieran profesar hacia los españoles. Tanto fue así que la independencia vino de la mano de ejércitos extranjeros. De ahí que se hable de ella como de algo “concedido”. La historiadora Scarlett O’Phelan no comparte esta tesis tradicional, al mantener que la participación de los criollos en el movimiento secesionista fue bastante mayor de lo que se suele creer. Pero es

dudoso que el protagonismo autóctono hubiera bastado para asegurar la victoria sin los ejércitos de Simón Bolívar y de José de San Martín. Fue este último, en 1821, quien inauguró la historia del Perú republicano. No obstante, la presencia hispana se prolongaría aún tres años más, hasta la derrota final en Ayacucho.

PARA SABER MÁS ENSAYO

Alberto. La ciudad sumergida. Aristocracia y plebe en Lima, 1750-1830, en Obras completas III (II). Lima: Sur, 2010. GÜNTHER DOERING, Juan y LOHMANN VILLENA, Guillermo. Lima. Madrid: Mapfre, 1992. TORRES ARANCIVIA, Eduardo. Corte de virreyes. El entorno del poder en el Perú del siglo XVII. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2006. WALKER, Charles. Colonialismo en ruinas: Lima frente al terremoto y tsunami de 1746. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 2012. FLORES GALINDO,

H I STO R I A Y V I DA 61

VERDI, EL MÁS HUMANO El genial compositor italiano fue un patriota en lo político, un experimentador en lo profesional, pero, sobre todo, un hombre luchador y generoso que transmitió a través de su música no solo la belleza, sino también las grandes complejidades del alma. ÁNGELES CASO, HISTORIADORA DEL ARTE Y ESCRITORA

L

os últimos días de enero de 1901, recién comenzado el siglo xx, la ciudad de Milán mantuvo la respiración y se esforzó en hacer el menor ruido posible, mientras en una de las habitaciones del Grand Hotel, cerrado al público, agonizaba el maestro Giuseppe Verdi, abatido a los 87 años por una trombosis. Al amanecer del 30 de enero, tres días después de su fallecimiento, doscientas mil personas se agolparon en las calles en absoluto silencio para acompañar el féretro hasta el Cementerio Monumental. Y apenas un mes después, cuando sus restos y los de su esposa Giuseppina fueron trasladados, como era su voluntad, a la Casa di Riposo para viejos músicos fundada y dotada por él, más de trescientos mil italianos acudieron a rendirle el último homenaje, acompañando como una sola voz el Va, pensiero que un coro de ochocientos cantantes interpretó mientras la carroza fúnebre se ponía en marcha. Emociona pensar que hubo un tiempo en el que un compositor –o un escritor, como ocurrió con Victor Hugo en París años antes– era despedido de esa manera. Lo cier-

SI ALGO DEMOSTRÓ FUE SU CAPACIDAD PARA LUCHAR, SIN TRAMPAS, PERO TAMBIÉN SIN RENDIRSE NUNCA to es que los italianos no decían adiós tan solo a un genio de la música, sino a un hombre que, con la única arma de sus partituras, había contribuido a la unificación del país tanto como el propio Garibaldi, y había demostrado siempre una integridad y una fortaleza que lo habían convertido en un auténtico patriarca por méritos propios, un gigante artístico y moral.

Compositor con yelmo Si algo demostró Verdi a lo largo de su vida fue su inagotable capacidad para la lucha más limpia, sin utilizar jamás trampas ni estratagemas, pero también sin rendirse nunca, ni siquiera allí donde parecía haber alcanzado ya sus objetivos. Solo eso le permitió pasar de ser el hijo de unos taberneros pobres de aldea a uno de

64 H I STO R I A Y V I DA

FOTOGRAFÍA de un joven Verdi sin datar. En la pág. anterior, retrato del compositor de Giovanni Boldini, 1886.

VERDI

QUÉ FUE EL RISORGIMENTO El fin de una Italia repartida entre el papado, austríacos y franceses

mar una república para apoyar a la dinastía de Saboya y constituir el nuevo Reino de Italia bajo Víctor Manuel II.

EL PROCESO de unificación de Italia a lo largo del siglo XIX –conocido como Risorgimento– fue lento y costoso en vidas. Inspirado por el Romanticismo y sus ideas sobre el estado-nación, supuso el alzamiento de buena parte del pueblo italiano contra las dinastías extranjeras que dominaban la península desde el siglo XVI. A través de diversas

revoluciones, de acciones militares por parte de Garibaldi y de tres guerras de independencia que tuvieron lugar en 1848, 1859-61 y 1866, los patriotas italianos expulsaron a los Habsburgo, dueños de buena parte del norte, y a los Borbones, reyes de Nápoles y Sicilia. Gracias al buen hacer del conde Cavour, ministro del Piamonte, los patriotas fueron abandonando la idea inicial de procla-

LO MÁS COMPLICADO de todo el proceso fue lo relativo a los estados del papa y a Roma en particular. Muchos católicos, y en especial Napoleón III, que había apoyado militarmente al Piamonte, se negaban a atacar el poder temporal del pontífice. Roma fue finalmente tomada por el ejército italiano en 1870, y Pío IX, obligado a quedarse tan solo el pequeño resto del territorio del Vaticano.

los compositores de ópera más importantes de la historia. Pero, sobre todo, solo eso le permitió sobreponerse a su propio éxito. Salvo en contadas ocasiones, Verdi no fue uno de esos artistas que se ven obligados a mantenerse firmes a pesar de los fracasos. Su historia fue precisamente la opuesta, y, por eso mismo, aún más difícil: la celebridad lo acompañó casi desde el principio de su carrera, cuando con tan solo veintinueve años, su tercera ópera, Nabucco, hizo de él el compositor de moda en medio mundo. En lugar de dormirse en los laureles, como tantos creadores habrían hecho, en lugar de repetir la fórmula del éxito –en ese proceso de autoimitación tan común en el mundo del arte–, Verdi se empeñó siempre

en ir más allá, en seguir experimentando, en iniciar una y otra vez ese interminable camino de búsqueda que recorren los verdaderamente grandes. Hasta tal punto que sus tres obras más indiscutibles e innovadoras –Otello, la Misa de Réquiem y Falstaff– las compuso al borde de los ochenta años, cuando, además, tanto su enorme fortuna como su celebridad le hubieran permitido dedicarse simplemente a descansar o, en el mejor de los casos, a escribir alguna obrita menor y acomodaticia. Sin duda alguna, en ese carácter testarudo e invencible se le notaba la sangre de campesino parmesano, heredero de largas generaciones de gentes que habían sobrevivido tozudamente a inundaciones, heladas, sequías y tempestades, pero tam-

bién al incesante paso de ejércitos de toda Europa que, a lo largo de los siglos, habían convertido aquellas regiones del norte de la península itálica en un permanente campo de batalla en el que solían dirimirse los intereses de las distintas potencias europeas. De hecho, a lo largo de su vida, su provincia natal, Parma, perteneció sucesivamente a Napoleón, a los Habsburgo y a los Borbones, hasta unirse en 1860 al nuevo Reino de Italia. Verdi no permaneció jamás al margen de una historia que afectaba no solo a su lugar natal, sino a Italia en su conjunto. Desde muy joven fue lo que se llamaba entonces un “patriota italiano”, una de aquellas personas que luchaban contra los austríacos, dueños del norte, y los Borbones, propie-

H I STO R I A Y V I DA 65

tarios del sur –por no hablar de los extensos estados papales–, con la pretensión de establecer una república que unificase todo el país y que, finalmente, terminaron apoyando a la dinastía de Saboya. Lo fue, al menos, desde su llegada a Milán, a los 19 años. Por entonces era ya un músico superdotado, aunque prácticamente autodidacta, que había iniciado su aprendizaje con una espineta de segunda mano regalada por sus padres de niño, tras mostrar una asombrosa pasión por la música. Aunque el conservatorio milanés –que años más tarde llevaría, por cierto, su nombre– le suspendió en su examen de acceso, la fama de aquel joven lleno de talento para la composición y la dirección pronto empezó a crecer entre los amantes de la música, muchos de ellos “patriotas”, gentes librepensadoras y anticlericales que le contagiaron rápidamente sus ideas y su entusiasmo por la lucha contra los “opresores”. Desde su tercera ópera –aquel Nabucco que compuso en 1842 y que le permitió salir de una profunda crisis producida por la muerte, en menos de dos años, de sus dos hijos y su primera esposa, Margherita Barezzi, y del fracaso total de su segunda obra–, Verdi demostró que era capaz, como ningún otro compositor de su tiempo, de remover con su música los sentimientos patrióticos de los italianos. Es sabido que el coro del Va, pensiero de Nabucco se convirtió de manera

66 H I STO R I A Y V I DA

GIUSEPPINA Strepponi, segunda esposa de Verdi. A la izqda., Margherita Barezzi, la primera, por A. Mussini.

espontánea en el himno del Risorgimento. En cinco de sus veintisiete dramas líricos, todos ellos de su primera época, Verdi volvió una y otra vez al asunto de la lucha de los pueblos oprimidos –aunque lo disimulase para la torpe censura bajo supuestas historias de origen bíblico o medieval–, convirtiéndose en un referente para los patriotas y también en lo que el mucho más ligero Rossini llamó “un compositor con yelmo”.

Espejo contemporáneo Esa visión de Rossini era cuando menos miope. Porque, casi desde el principio, el compositor comenzó a alternar ese tipo de melodramas belicosos con otros que se centraban en asuntos que cada vez le interesaban más. Aunque la mayor parte de los libretos que le prepararon no estuvie-

sen a la altura –no al menos hasta encontrarse, casi al final de su vida, con el poeta y también compositor Arrigo Boito–, Verdi buscó la inspiración para sus óperas en grandes autores. Shakespeare, Schiller, Byron y Victor Hugo fueron sus principales fuentes, aunque también se basó en dos románticos españoles, los dramaturgos Antonio García Gutiérrez –que le proporcionó las tramas de Il Trovatore y Simon Boccanegra– y el duque de Rivas, que le procuró La forza del destino. Lo que Verdi encontraba en aquellos poetas era la reflexión sobre muchos de los conflictos humanos más profundos. Aunque a los espectadores de la actualidad no siempre nos resulte fácil comprenderlo, engañados por la belleza de la música, por la frecuente complejidad de las tramas o por la teatralidad de las puestas en es-

VERDI cena, sus óperas son casi siempre obras de tesis, meditaciones musicales sobre la moral, el ejercicio del poder o la complejidad de las relaciones humanas, en particular las paternofiliales, que supusieron para él una auténtica obsesión. Pocos compositores han sido capaces de escribir óperas de filosofía política como las bellísimas Simon Boccanegra y Don Carlo. O de lanzar un escupitajo a la cara de los hipócritas espectadores como el que él lanza en La Traviata. Cuando compuso en 1853 esa obra, que ahora vemos como un ejemplo perfecto del melodrama decimonónico sin más, Verdi estaba en realidad defendiendo a su compañera desde hacía varios años, la soprano Giuseppina Strepponi, que había sido en su juventud una mujer de “poca virtud” y que ahora, al vivir públicamente con él sin casarse –solo lo harían, y en secreto, muchos años más tarde–, se había convertido en objeto de absoluto desprecio para muchos. Al hacer de la cortesana Violetta Valery una auténtica heroína, mucho más digna

VERDI EN ESPAÑA

Durante cerca de tres meses, el compositor visitó nuestro país, en el que había encontrado inspiración para sus obras.

EN 1863, VERDI y Giuseppina viajaron a Madrid, en cuyo Teatro Real (abajo) debía estrenarse La forza del destino. La historia y la literatura españolas habían inspirado varias de sus óperas: Hernani, Don Carlo, El Trovador –basada en una obra de Antonio García Gutiérrez– o esta Forza, compuesta a partir del Don Álvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas. LA PAREJA SE ALOJÓ en un hostal de la plaza de Oriente, pero, para disgusto de muchos, no hizo ninguna vida social, pues Verdi se había comprometido a dirigir la producción, y, cuando trabajaba, apenas salía. Los aficionados se vol-

vieron locos con la presencia del “Maestro Don José”, al que adoraban, lanzándole el día del estreno coronas, ramos y poesías. TRAS LA TERCERA representación, los Verdi abandonaron Madrid para recorrer Toledo, Córdoba, Sevilla, Jerez, Cádiz, Málaga y Granada. Lo que más gustó al músico fue la Alhambra. Detestó, en cambio, la “severidad” y el aspecto “terrible” de El Escorial, que influyó mucho en la composición, años más tarde, del Don Carlo, con su feroz crítica a Felipe II. Los Verdi volvieron a Italia contentos, pero, como era habitual, agotados por el mal estado de los caminos de la península.

CON LA TRAVIATA, VERDI LANZABA UN ESCUPITAJO A LA CARA DE LOS ESPECTADORES DE AQUEL TIEMPO y decente que los hipócritas burgueses que la rodean, Verdi estaba, pues, alzando un monumento musical a su compañera y, al mismo tiempo, mostrando a los espectadores en un espejo la parte más oscura de sus atildadas apariencias. De hecho –en un alarde de valentía–, aquella era la primera ópera que transcurría estrictamente en el mundo contemporáneo al de un público acostumbrado a que lo que sucedía en los escenarios fuese siempre algo distante, alejado en el tiempo o engrandecido por la mitología y la leyenda. Quienes vieron La Traviata en aquel momento a lo largo y ancho del mundo, se encontraron por primera vez con ellos mismos representados en escena. Lo cual no impidió que la ópera, a pesar de su fracaso el día del estreno y tras algunos cambios, se convirtiese en un éxito total:

H I STO R I A Y V I DA 67

VERDI ante el escritorio de su habitación en el hotel Milano en 1900, hacia el final de su vida.

A DIFERENCIA DE WAGNER, QUE SE ACOGÍA A LA PROTECCIÓN DE LOS “GRANDES”, VERDI MIMÓ SU INDEPENDENCIA su belleza fue más poderosa que el malestar que muchos pudieran sentir.

En defensa del arte Esa no fue la única innovación que aquel hombre rebelde y combativo impuso en los teatros. Cuando él comenzó su carrera, el compositor de ópera era poco más que un artesano que debía escribir a toda velocidad, a mayor gloria de los divos y divas del momento y, por supuesto, del bolsillo de los sempiternos empresarios de las salas: Rossini o Donizetti, por ejemplo, se veían obligados a componer tres o cuatro

68 H I STO R I A Y V I DA

óperas al año para mantenerse. Verdi impuso nuevas condiciones a su trabajo, forzando a favor de los compositores el creciente interés de las masas, a lo largo del siglo xix, por el teatro lírico. No solo llegó a cobrar más de lo que nadie antes había hecho, sino que luchó como un titán para que los derechos de los creadores fuesen respetados, haciendo que el nuevo Reino de Italia firmase con otros países acuerdos internacionales de una novedosa propiedad intelectual. También se empeñó en dignificar el teatro lírico, preocupándose por todos los detalles de las producciones, en una búsqueda de “la obra de arte total” paralela a la que Wagner estaba haciendo en Alemania. Pero, mientras que este se acogía a la protección de los “grandes” del mundo y buscaba todas las maneras posibles de publicidad, Verdi siempre se mantuvo aislado, negándose a saludar a nadie para obtener sus fines y a utilizar ningu-

na estratagema publicitaria que no fuese la de su propio talento. Como un árbol poderoso que se mantiene firme en lo alto de una montaña. Así fue Verdi, el campesino de Parma, el “oso de Busseto”, como se definía a sí mismo para expresar el mucho tiempo de aislamiento de la celebridad y las esclavitudes sociales que pasaba en su maravillosa finca de Sant’Agata, cercana a esa pequeña ciudad parmesana y a su aldea natal. Un árbol cuyas raíces se hundían en la mejor tradición musical para alzarse luego hacia el porvenir. Y cuya sombra abarcaba a las muchísimas personas de las que se preocupó a lo largo de su vida, dotándolas de recursos económicos o promoviendo leyes: jóvenes compositores titubeantes, campesinos pobres, estudiantes sin dinero, músicos retirados (para los que fundó la mencionada Casa di Riposo en la que está enterrado). Y es precisamente ahí, en ese continuo interés por los otros, donde radica lo mejor del Verdi persona, pero también del Verdi músico. Porque lo que por encima de todo distingue a sus óperas no es solo su gigantesco talento, no únicamente su capacidad para crear belleza desde la nada, sino su profunda comprensión de los seres humanos, a los que fue capaz de retratar como nadie con notas y armonías. En el fondo de su música, Verdi fue un filósofo, alguien que hubiera podido pasearse mano a mano con los antiguos por los jardines atenienses. Y es esa profunda comprensión de lo humano la que hace que sus óperas sigan emocionándonos a día de hoy, la intensa compasión hacia la debilidad de sus congéneres, que le alza inevitablemente a las cimas de la creación.

PARA SABER MÁS BIOGRAFÍA CASO, Ángeles. Giuseppe Verdi. La intensa vida de un genio. Barcelona: Planeta, 2013. MILA, Massimo. El arte de Verdi. Madrid: Alianza, 1992. PHILLIPS-MATZ, Mary Jane. Verdi. Una biografía. Barcelona: Paidós, 2001.

CATÁLOGO

Giuseppe Verdi, vicende, problemi e mito di un artista e del suo tempo. Colorno: Edizioni “Una città costruisce una mostra”, 1985. En italiano. VV. AA.

EL TREN A NIN La línea que debía unir Damasco con La Meca en los últimos tiempos del Imperio otomano acabó destruida por instigación de Lawrence de Arabia. ANTONIO BAQUERO, PERIODISTA

UN ALTO mando del ejército turco y un jeque beduino en una sección del Hiyaz.

GUNA PARTE

na estación sin trenes se alza en el corazón de Damasco. El imponente edificio, diseñado por el arquitecto español Fernando de Aranda, cuenta con dos plantas, un bonito pórtico de columnas apoyado en una escalinata, ventanales con decoraciones típicas de la arquitectura árabe y una profusa decoración, para la que se importaron expresamente azulejos de Talavera de la Reina. Aunque ya no hay viajeros ni ferrocarriles, la elegante estación es uno de los pocos vestigios que quedan del Hiyaz, la línea férrea construida por el Imperio otomano para conectar Damasco con Medina y La Meca, las ciudades santas del islam. Un tren de leyenda cuyo nombre evoca siempre al hombre que lo destruyó: Lawrence de Arabia.

U

72 H I STO R I A Y V I DA

La idea primigenia del tren la propuso al sultán un ingeniero estadounidense en 1864. No obstante, el elevado coste de la obra llevó a descartar su construcción. Casi cuatro decenios más tarde, el pachá Arap Izzet le planteó el proyecto al nuevo sultán, Abdul Hamid II. Como argumento, el pachá esgrimió el hecho de que la vía férrea tenía vital importancia desde un punto de vista estratégico. Con ella, el Imperio otomano podría vertebrar de una vez por todas el Hiyaz, la región noroccidental de la península arábiga, que si bien sobre el papel estaba bajo dominio otomano, en realidad era coto privado de jefes tribales que funcionaban de forma autónoma. La vía permitiría trasladar desde Constantinopla, en poco más de 120 horas, cientos de soldados y provisiones a las hasta entonces aisladas guarniciones otomanas

en ese territorio, que apenas podían ejercer un control efectivo sobre el mismo. Se pretendía así solventar uno de los principales problemas del ejército otomano, muy eficaz en el campo de batalla, pero cuyo punto débil residía en la fragilidad de sus rutas de abastecimiento. En paralelo a la vía se levantaría una línea de telégrafo para mejorar las comunicaciones de las autoridades a través de esa área hostil. El gobierno era consciente, además, de que ese territorio descontrolado representaba el talón de Aquiles otomano ante las más que previsibles acometidas británicas desde el vecino Egipto, que desde 1882 era un protectorado del Reino Unido. El sultán sabía del interés de Gran Bretaña y Francia por repartirse los territorios del Imperio, que habían bautizado como “el enfermo de Europa”.

EL HIYAZ EL ARQUITECTO DEL SULTÁN La frenética actividad del español Fernando de Aranda FERNANDO DE ARANDA, el español que construyó la bella estación del Hiyaz en Damasco (en la imagen, su exterior), logró convertirse en uno de los arquitectos de referencia para las autoridades otomanas. La estación de ferrocarril, para cuyo diseño ganó un concurso al que se presentaron prestigiosos arquitectos internacionales, la levantó en 1917, con lo que fue el punto de partida del Hiyaz durante apenas un año.

Aunque nació en Madrid en 1878, Fernando de Aranda llegó en 1886 a Turquía de la mano de su padre, pianista, organista y compositor de mismo nombre y carrera internacional. Este fue contratado por el sultán para que dirigiera su orquesta personal bajo el título de músico mayor de palacio. Pronto fue nombrado director de las Bandas Militares Imperiales y recibió el título de pachá y de coronel de división.

ARANDA DISEÑÓ NOTABLES edificios públicos de Damasco, como el Serrallo, la casa A’abid, la sede de la Compañía de Aguas, el rectorado de la Universidad de Damasco e incluso algunas mezquitas. Obra suya es también el hotel Zenobia de Palmira, cuando a la bella ciudad del desierto solo arribaban viajeros cosmopolitas.

TRAS EL DERROCAMIENTO del sultán en 1909, Fernando padre regresó a España, pero su hijo, que formaba parte de la élite del Imperio, se instaló en Siria, donde desarrolló el grueso de su carrera. Durante los años treinta, se separó de su primera esposa y se casó con una mujer de una rica familia turca, para lo que se convirtió al islam y adoptó el nombre de Mohammed. Tras su fallecimiento en 1969 fue enterrado en un cementerio musulmán en Damasco.

¿CÓMO SE CONVIRTIÓ un español en arquitecto de referencia del Imperio?

LAS CANCILLERÍAS OCCIDENTALES ESTABAN CONVENCIDAS DE QUE EL IMPERIO NO ESTABA A LA ALTURA DEL PROYECTO Pero la estratégica no era la única razón. La principal misión del nuevo ferrocarril había de ser el traslado de los miles de musulmanes que cada año se desplazaban a La Meca para cumplir con el ritual sagrado del Hayy, la peregrinación. Hasta entonces, los peregrinos habían de realizar un penoso viaje en caravanas de camellos que duraba casi dos meses. Durante la travesía, estaban a merced de los salteadores de caminos, así como de los mercachifles que les engañaban haciéndoles pagar de más por el traslado. Por otra parte, como el calendario musulmán es lunar, el Hayy variaba cada año. Así, cuando caía en verano, los peregrinos habían de cruzar el desierto del norte de Arabia bajo un calor abrasador. Si caía en invierno, se enfrentaban a temperaturas heladoras y a lluvias torrenciales. Con el

tren, en cambio, el viaje desde Damasco se reduciría de dos meses a solo cuatro días, y, aunque no era un ferrocarril de lujo, las comodidades eran infinitamente superiores a las que podía ofrecer una caravana. Con todas esas consideraciones, el sultán emitió el 2 de mayo de 1900 un irade (edicto) en el que anunciaba el que había de ser el último gran desafío del Imperio otomano: el Proyecto de Ferrocarril Hamediye Hiyaz, que pasó a ser conocido como el ferrocarril del Hiyaz.

¿Quién va a pagar esto? Su construcción suponía un desafío de tal envergadura que, en un principio, las cancillerías occidentales, especialmente las de Francia y Gran Bretaña, transmitieron a sus respectivas capitales el convencimiento de que Constantinopla no iba a ser capaz

de realizarla con éxito. Pero se equivocaron. En una maniobra que tuvo un enorme impacto propagandístico, el sultán decidió que las vías del tren no serían propiedad del Imperio, sino que se clasificarían como waqf, término con el que se designa el capital o las propiedades donadas al conjunto de la comunidad islámica. Eso hizo que la construcción del Hiyaz trascendiera las fronteras otomanas y que fuera visto como un proyecto de la totalidad de los musulmanes, que lo percibieron como la demostración de la capacidad del califato de acometer obras tan complejas como las ejecutadas por las potencias occidentales. El Imperio destinó el 18% de su presupuesto a los trabajos, mientras que el resto del coste se financió con aportaciones privadas de creyentes de todo el orbe, desde el jedive de Egipto al sah de Persia, además de particulares de lugares tan lejanos como Argelia o India. El propio sultán, que hizo la primera gran donación a la obra, se dirigió a los ciudadanos del Imperio otomano pidiéndoles ayuda para la empresa, que costó 40 millones de liras turcas de oro. Altos funcionarios, comerciantes y empresarios hicieron importantes aportaciones. A quienes

H I STO R I A Y V I DA 73

La aorta estrangulada EN SUS POCOS AÑOS en funcionamiento, el ferrocarril del Hiyaz abrió las puertas de Arabia a las tropas del Imperio otomano (abajo, c 1914). Hasta entonces, la independencia de facto de la zona era casi total. Las tribus locales se opusieron en todo momento a la existencia de la línea, que incluso sufrió ataques y sabotajes. También los encargados del método de transporte habitual en la región, los caravaneros, sintieron el tren, mucho más cómodo y rápido,

como una amenaza. De hecho, la línea seguía la ruta de las caravanas forjada por los comerciantes nabateos en 1900 a. C. para conectar Oriente Medio con Yemen. AL FINAL DE LA PRIMERA Guerra Mundial, la línea estaba prácticamente destruida en numerosos tramos de la península arábiga. Su devastación truncó la que se había configurado como la mayor vía de comunicación entre Siria y Arabia.

aso

Ma

Cá u c

Mar Negro

T URQ UÍ A

IMPERIO OTOMANO

fra

tes

Kuwait

Tabuk

lfo

ar

Ro jo

Los que lo hicieron posible La principal fuerza de trabajo fueron los cerca de cinco mil soldados turcos implicados en las obras. El recurso a los militares no era nuevo. Ya lo hizo el Imperio zarista durante la construcción del transiberiano.

ico

jo

ar

participaban se les entregaba un medallón y un berat, un certificado en el que se señalaba al interfecto como donante a una causa islámica, un título honorífico que podía ser incluso hereditario.

EL TERRENO ERA MUY POCO FAVORABLE, O ARENOSO O PEDREGOSO, Y HABÍA QUE SALVAR ENORMES DESNIVELES

rs

La Meca

Ro

M

Medina



HIYAZ

Ad Dar al-Hamra HIYAZ Mada’in Salih Hadiyya

os

Riad

Medina

Tabuk

74 H I STO R I A Y V I DA

gr

Go

ARABIA S A U DÍ

M

Damasco Acre Daraa E GIPT O Haifa Busra Nablús Zarqa Ammán Qatrana Canal Ma’an de Suez Mudawwara

Bagdad

JORDANIA

Áqaba

E GIPTO

IRÁN

a

El Cairo

Éu

Z

Haifa ISRAEL Jerusalén

Damasco Daraa Zarqa

ris

Mar Mediterráneo

Teherán

Tig

Aleppo S IR IA

Chipre

pio

Ankara GRE CIA

as r C

Estambul

El hecho de que la escuela de ingeniería del Imperio otomano llevara apenas veinte años funcionando hizo que hubiera de contratarse a especialistas occidentales. La mayoría de ellos provinieron de potencias amigas como Alemania y Austria. La obra estaba comandada por un comité técnico cuyo puesto clave ostentaba el alemán Heinrich August Meissner, que tenía el cargo de pachá y que era el director de trabajos de ingeniería. No obstante, también participaron en la construcción numerosos sirios, iraquíes, italianos, griegos y montenegrinos. Durante los ocho años que duraron los trabajos, cientos de ellos perdieron la vida. Una epidemia de cólera se llevó a más de cien. El desafío era mayúsculo. Se trataba de un terreno muy poco favorable para el trazado de una vía férrea: o demasiado blando y arenoso o extremadamente pedregoso

Imperio otomano Reino del Hiyaz Ferrocarril YEMEN 0

500 km

En el caso otomano no hubo más remedio, pues ni la cuantía de la paga logró que obreros civiles quisieran intervenir en un proyecto en el que habían de trabajar bajo unas terribles condiciones. Los beduinos, por su parte, se negaron en redondo a participar en la ejecución de un ferrocarril que rechazaban. A las extremas temperaturas se sumaba la dureza del trabajo, la escasez de agua, tener que pasar meses durmiendo a la intemperie y el riesgo de sufrir ataques de las tribus beduinas de la zona.

y duro, y había que salvar enormes desniveles. La tarea se topaba con el problema agregado de la escasez de agua, necesaria para los trabajos y para los propios operarios. Para ello se construyeron 37 cisternas. Muchas de ellas se levantaron un año antes de que a su emplazamiento llegaran las obras. Para franquear los desniveles tuvieron que erigirse cientos de puentes de piedra, siete grandes puentes de hierro y nueve túneles. A lo largo del trayecto se levantaron 96 estaciones y apeaderos, 2 hospitales y numerosos talleres. Cuanto más avanzaba la línea por el desierto de la península arábiga, más dificultosa se volvía la labor. Además de la carestía del agua, pesaba el rápido deterioro que la arena del desierto causaba en toda la maquinaria. Por otra parte, la falta de tejido empresarial en el Imperio otomano obligó a importar buena parte de los materiales del extranjero. Se trajeron traviesas y raíles de Bélgica, Estados Unidos, Francia... La demanda era tal que se generó una auténtica competición en-

EL HIYAZ

CONSTRUCCIÓN del ferrocarril del Hiyaz. Colocación de las vías cerca de Tabuk, 1906.

tre compañías de todo el planeta para hacerse con las concesiones. Para colmo de hándicaps, cuando el proyecto se aproximaba a Medina, las autoridades religiosas de las ciudades santas reclamaron al gobierno otomano que no hubiera en los trabajos ningún empleado cristiano. Todos ellos, estuvieran en el escalafón que estuvieran, debieron ser reemplazados por musulmanes.

Enemigos sin cuartel Las tareas eran objeto de acoso por parte de los habitantes del Hiyaz, que se opusieron al plan desde el principio. El jerife de La Meca, el emir Huseín bin Alí, contempló el ferrocarril como un instrumento que permitiría a los otomanos minar la soberanía de la que gozaban de facto las tribus árabes hasta ese momento. Los más beligerantes fueron los propietarios de las caravanas, que vieron en peligro su medio de vida. ¿Quién iba a pagar 40 libras por un viaje en caravana de dos meses pudiendo llegar en cuatro días por solo 3,5? En

un primer momento, para desacreditar el tren, se llegó a afirmar que el periplo a bordo del Hiyaz era “un viaje de mujeres y enfermos”, y que los verdaderos peregrinos musulmanes se desplazaban a La Meca a lomo de camellos, tal como lo había hecho el profeta Mahoma. El hostigamiento de las tribus beduinas era constante. Solo en 1908, la línea y sus trabajadores sufrieron 123 ataques. En uno de ellos, contra un campamento de soldados otomanos en Bir Rumah, participaron cerca de mil quinientos jinetes árabes. Los turcos, no obstante, gracias a sus espías, les tendieron una emboscada en la que mataron a más de trescientos. Para evitar esos asaltos, se levantaron numerosas fortificaciones a lo largo de la línea, y el ejército otomano creó el Batallón de Ferrocarriles, dedicado en exclusiva a la custodia del Hiyaz. Ciertas estaciones contaban incluso con búnkeres de piedra y puertas blindadas, surtidos de provisiones, para que los empleados pudieran refugiarse en ellos durante días. Las auto-

ridades otomanas optaron también por sobornar a algunas tribus locales con el fin no solo de que dejaran de atacar la línea, sino de que aceptaran protegerla. Pese a todas las dificultades, las obras avanzaron rápido. En ocho años, el Imperio otomano fue capaz de construir 1.464 kilómetros de vía férrea que conectaban Damasco con Medina, la segunda ciudad santa del islam. El tren salía de Damasco y se dirigía hacia Daraa para continuar por Transjordania (la actual Jordania) hasta Zarqa, y de ahí adentrarse en la región del Hiyaz hasta alcanzar Medina. Y a esa línea principal se agregaron ramales a ciudades como Haifa y Jerusalén. Incluso se proyectaron enlaces ferroviarios con Bagdad y El Cairo. En 1918, el Hiyaz contaba con 1.900 kilómetros. Sin embargo, nunca alcanzaría La Meca, su destino inicial. Si los trabajos ya fueron seguidos por la prensa a nivel mundial, la inauguración de la línea entre Damasco y Medina fue un acontecimiento internacional. Que el califato hubiera sido capaz de culminar

H I STO R I A Y V I DA 75

tamaña obra fue visto por musulmanes de todo el planeta como una señal divina. El Hiyaz fue el mayor proyecto acometido por los musulmanes desde los primeros tiempos del islam. Muchos lo vieron como un retorno a esa época dorada. “¿Es posible concebir algún otro servicio religioso más sublime que este? La nación musulmana entera está orgullosa de esta sobrehumana y sagrada obra de nuestro ilustrado soberano?”, escribía el diario turco Iqdam el 27 de julio de 1900. “Todas y cada una de las personas esperan con sus deseos más sinceros que tan noble trabajo, que atrae tanto la satisfacción de Dios como la alegría del profeta, sea llevado a cabo tan pronto como sea posible”. Para el sultán Abdul Hamid II, la culminación de aquella fase fue un éxito propagandístico. En todo el orbe islámico, la imagen del sultán, que ocupaba el puesto de califa –es decir, de representante en la tierra del profeta–, salió reforzada.

LA CULMINACIÓN DE LA LÍNEA HASTA DAMASCO REFORZÓ LA IMAGEN DEL SULTÁN EN EL IMPERIO Y EN EL RESTO DEL MUNDO El tren del Hiyaz se convirtió en un elemento clave en la política internacional de la época. Las potencias occidentales, que hasta entonces lo despreciaban, pasaron a contemplar a Abdul Hamid II como un mandatario competente, poderoso y con visión estratégica. Además, el refuerzo de las capacidades militares que supuso para el ejército otomano la apertura de la línea inquietó mucho en las cancillerías europeas, que movilizaron sus servicios de espionaje para recabar toda la información posible del proyecto. Los más preocupados fueron los británicos, que temían que, además de fortalecer su presencia militar en la península arábiga, el Hiyaz, sobre todo el tramo entre Transjordania y Áqaba, permitiera a los otomanos lanzar un ataque desde allí a las posesiones británicas en Egipto, amenazando su hegemonía en el mar Rojo. Tanto se revitalizó la imagen del sultán entre los musulmanes que, en sus cables, los diplo-

76 H I STO R I A Y V I DA

EL HIYAZ máticos y espías británicos alertaban de que el éxito del tren podía generar el “peligro de un proyecto panislámico”. La inauguración del Hiyaz tuvo lugar, mediante una fastuosa ceremonia, el 1 de septiembre de 1908, justo el día en que se cumplían 33 años del ascenso al trono del sultán Abdul Hamid II. El transporte de peregrinos fue todo un logro. El desplazamiento se desarrollaba de un modo en el que se pudieran observar las distintas plegarias del día, y a bordo viajaba siempre un imán para dirigir la oración. En los cuatro primeros años, el tren transportó una media de 30.000 peregrinos. En 1914, la cifra se disparó hasta los 300.000.

Acoso británico El éxito del Hiyaz y su impacto en las capacidades militares otomanas convirtieron el ferrocarril en uno de los objetivos principales de las tropas británicas. En Londres se temía que los turcos otomanos emplearan la vía para lanzar una ofensiva sobre el canal de Suez, cuya pérdida supondría un enorme revés para Gran Bretaña. Con todo ello, el estallido de la Primera Guerra Mundial hizo del Hiyaz una región de intensísima actividad bélica. El Reino Unido incentivó decididamente la sublevación de las tribus árabes contra los otomanos. Esa revuelta, organizada y liderada por el mítico T. E. Lawrence, derivó en un acoso sistemático de los jinetes árabes contra las tropas turcas. El principal objetivo de esos ataques fue, con diferencia, el ferrocarril del Hiyaz, cuya vía sufrió constantes sabotajes y cuyos trenes eran persistentemente asaltados. Lawrence era consciente de que el sometimiento de los otomanos en esa región de Arabia pasaba por la inutilización de aquella infraestructura. Y lo logró. Tras derrotar a los otomanos en el Hiyaz, Lawrence de Arabia comenzó su avance imparable hasta su entrada en Damasco en 1918. La rebelión instigada por el aventurero británico fue una de las graves heridas que llevaron a su fin al Imperio otomano, oficialmente abolido en 1922. Tras la guerra, la línea férrea quedó tan destruida que nunca más volvió a entrar por completo en funcionamiento. Algunos tramos nunca fueron reparados. El Hiyaz murió con el Imperio. Así, la importancia que le daban las potencias occidentales a

LAWRENCE de Arabia. A la izqda., inauguración

de la llegada de la línea del Hiyaz a Medina.

ese tren era tal que, en el artículo 360 del Tratado de Sèvres, firmado entre los aliados y Turquía en 1920, se estipulaba que el gobierno turco renunciaba a todos sus derechos sobre la infraestructura. Hoy, solo algunos ramales en Jordania siguen en marcha. Al final, el Hiyaz apenas estuvo diez años en funcionamiento. Aunque ha habido varios intentos de reconstruirlo, los proyectos siempre han caído en saco roto, sobre todo por la negativa frontal de Arabia Saudí a recuperar la línea. Además, las malas relaciones entre Siria y Jordania y la imposibilidad, por el conflicto permanente con Israel, de restablecer los ramales a Jerusalén y Haifa han dejado el tren en una vía muerta definitiva. Durante todos estos años de inactividad, decenas de buscadores de tesoros han realizado cientos de agujeros en los alrededores de la vía en busca del oro y la plata que, según se cuenta entre los lugareños, los soldados otomanos enterraron, por no poder llevarlos consigo, en su apresurada huida tras la derrota en la Primera Guerra Mundial. La leyenda sigue viva.

PARA SABER MÁS ENSAYO

Metin. The Hejaz Railway. The Construction of a New Hope. Clifton, Nueva Jersey: Blue Dome, 2010. En inglés. NICHOLSON, James. The Hejaz Railway. Londres: Stacey International, 2005. En inglés. HÜLAGÜ,

INTERNET

The Hejaz Railway. En alemán e inglés. www.hejaz-railroad.info The Hejaz Railway. En inglés. nabataea.net/hejaz.html

H I STO R I A Y V I DA 77

CIENCIA

UNA SAGA DE CIENTÍ De origen asturiano, la familia Álvarez, que emigró a Estados Unidos, comprende cuatro generaciones de científicos de primera línea. EVA MILLET, PERIODISTA

finales de los años setenta, un geólogo llamado Walter Álvarez se encontraba en Italia, en la Gola del Bottaccione; una garganta mítica, ya que en sus paredes se acumula parte de la historia geológica de la tierra. Álvarez estudiaba el origen de los montes Apeninos, pero, por casualidad –porque, como dijo, “en la ciencia es frecuente encontrar cosas maravillosas por pura casualidad”–, halló la pista para formular una teoría que cambió la historia del planeta: la del impacto de un meteorito que, hace 65 millones de

A

78 H I STO R I A Y V I DA

años, provocó la extinción de los dinosaurios. Fueron unos animales diminutos, sin embargo, los que ayudaron a Walter a formular su teoría. Se trata de los foraminíferos, unos organismos marinos que también vivieron en el Cretácico y cuyos microfósiles son un indicador de la edad de la roca. En Bottaccione, una anomalía llamó la atención de Walter: la caliza del último estadio del Cretácico estaba trufada de foraminíferos. Sin embargo, justo por encima, había una capa de arcilla, de algo más de un centímetro de grosor, sin rastro de estos organismos.

Aquel cambio tan brusco, además de la “coincidencia” de que los foraminíferos más grandes desaparecieron al mismo tiempo que los dinosaurios, despertó la curiosidad de Walter. Y, como hijo, nieto y biznieto de científicos, empezó a hacerse preguntas. Para responderlas contó con la ayuda de su padre, Luis Walter Álvarez. Nobel de Física en 1968 y profesor de la Universidad de Berkeley, Luis tenía “una enorme capacidad de dar nuevos enfoques a los problemas”, según explicó Walter al periodista Carlos Rodríguez, autor de una biografía sobre la saga.

360b / Shutterstock.com

LOS ÁLVAREZ

FUE MUY DISCUTIDA SU TEORÍA DE LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSARIOS A RAÍZ DEL IMPACTO DE UN GRAN METEORITO

FICOS Fue idea de Luis analizar el contenido de iridio de la arcilla para datarla. El iridio es un elemento abundante en los meteoritos, pero muy raro en la tierra, donde se posa en forma de polvo cósmico. El razonamiento era que cuanto más tiempo hubiera tardado en acumularse en la arcilla, más iridio contendría. Lo que ninguno de los Álvarez sospechaba era que en aquella arcilla hubiese una cantidad desproporcionada del metal de origen extraterrestre. Esta anomalía supuso el embrión de la teoría de que la extinción masiva del Cretácico fue consecuencia del impacto de un

bólido espacial que cambió las condiciones de habitabilidad del planeta. La hipótesis se presentó en la revista Science en junio de 1980 y abrió un durísimo debate científico. Los Álvarez fueron vilipendiados, especialmente por los paleontólogos; ataques a los que ellos respondieron también con contundencia, sobre todo por parte de Luis, que no dudó en desacreditar a algunos de los que se oponían a ella. La disputa finalizó en 1991, cuando se halló un cráter de 160 km de diámetro en Yucatán cuya datación coincidía con la extinción de los dinosaurios. Hoy, la tesis de los Álvarez está unánimemente aceptada, pero Luis no pudo llegar a disfrutar de aquel último reconocimiento: falleció en 1988 a causa de un cáncer.

Un chico de Asturias En su funeral, celebrado en la Universidad de Berkeley, se interpretó el Asturias de Isaac Albéniz. Fue un modo de recordar la procedencia de su familia, ya que en Asturias, en el municipio de La Puerta, Salas, nació en 1853 su abuelo, Luis Fernández Álvarez. Era un niño de naturaleza generosa y buen carácter que perdió a

UNIVERSIDAD de California, Berkeley. A la izqda., Luis y Walter Álvarez en 1985.

su madre, Carmela Álvarez, con cuatro años. El padre, Eugenio Fernández, trabajaba como administrador del infante Francisco de Paula, hijo de Carlos IV. Era el único hombre al que el infante otorgaba las llaves de su bodega, lo que indica la confianza que le tenía. El puesto brindó la oportunidad a Luis de educarse en Madrid, con los hijos del infante. También pudo escapar del incómodo ambiente familiar en Asturias: el padre se había casado con su tía materna y no se llevaba bien con ella. Aquel intervalo feliz duró poco, porque Eugenio falleció a raíz de un accidente en 1860. Los niños tuvieron que regresar al pueblo. Con trece años, Luis decidió emigrar junto con su hermano Celestino a Cuba con lo puesto. En la isla, el joven trabajó en la industria tabaquera y tomó contacto con la masonería, lo que facilitó su traslado a Estados Unidos. Marchó con 21 años y se dedicó al comercio. Sin embargo, Luis quería ser médico, así que se matriculó en la Facultad de Medicina Cooper –hoy Universidad de Stanford–. Durante la inscripción perdió su apellido paterno, con lo que pasó a ser “Luis F. Álvarez”. Fue un estudiante excelente, y en 1887, con 34 años, se graduó. Empezó a ejercer sin éxito en San Francisco hasta que recibió una oferta para trabajar en Hawái. Allí se instaló con su esposa, Clementina, y sus hijos, Walter y Milton. En las islas nacerían tres vástagos más. En Hawái, el doctor Álvarez trabajó en la lucha contra la lepra, continuando la labor

H I STO R I A Y V I DA 79

CIENCIA EN EL PROYECTO MANHATTAN

La controvertida iniciativa de la que formó parte Luis Walter CON ESTE NOMBRE, en código, se conocía el programa de investigación organizado por el gobierno de EE UU para producir la bomba atómica. El proyecto se gestó cuando, en 1939, un grupo de científicos (muchos de ellos refugiados de regímenes fascistas europeos) pidió a Albert Einstein que alertara al presidente Franklin D. Roosevelt de los peligros que supondría la fisión nuclear en manos alemanas. En 1941, Roosevelt autorizó el desarrollo de la bomba atómica. Gran Bretaña y Canadá se unieron al proyecto, que en sus inicios se desarrolló en la Universidad de Columbia, en Manhattan. LOS MEJORES CEREBROS de la física del bando aliado, como el italiano Enrico Fermi, el húngaro Edward Teller, el danés Niels Bohr y Luis Walter Álvarez, trabajaron en la empresa. Su director científico fue el carismático físico Robert Oppenheimer. A medida que las investi-

iniciada en la leprosería del padre Damián de Molokai, misionero católico belga, desde el punto de vista científico. Desarrolló un método para un mejor diagnóstico de la enfermedad e importó nuevos tratamientos. Allí crecieron sus cinco hijos, a los que Luis enseñó el español. De los hermanos, han pasado a la historia Walter Clement (nacido en 1884) y Mabel (nacida en 1891), que se convirtió en una reputada pintora impresionista.

80 H I STO R I A Y V I DA

gaciones avanzaban y pasaban de lo teórico a lo empírico, se construyó en 1943 el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, como su sede. El presupuesto había pasado de los 6.000 dólares iniciales en 1940 a 2.000 millones. (Abajo, Oppenheimer en Los Álamos, en el centro de la segunda fila, 1946).

ARRIBA, Luis Fernández Álvarez, el iniciador de la saga. ABAJO, su hijo Walter Clement Álvarez.

LA PRIMERA BOMBA atómica explotó en julio de 1945, en la Prueba Trinity que se llevó a cabo en Alamogordo, también en Nuevo México. Un mes después, otros dos artefactos (uno de uranio y otro de plutonio) se lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki con las horripilantes consecuencias ya conocidas. Oppenheimer se declaró arrepentido de su papel en Manhattan y fue sometido a una caza de brujas. Llegó a ser acusado de traición, y él mismo solicitó una comisión para evaluar su lealtad. Aunque fue exonerado, se le apartó de la investigación gubernamental.

El continuador Walter, por su parte, también estudió Medicina en la Cooper, donde terminó la carrera como número uno de su promoción. En 1905 publicó su primer artículo sobre esta materia, sin saber que se convertiría en el principal divulgador médico del país. Además de sus libros especializados, fue pionero en escribir sobre medicina para el gran público: su columna se publicaba en casi un centenar

de diarios. En su memoria se estableció el Walter C. Alvarez Memorial Award, que premia la excelencia comunicativa en el periodismo médico. Durante toda su vida, Walter ejerció su profesión de forma infatigable: primero, al norte de México, en la gigantesca explotación minera de Cananea. Después, en San Francisco, donde también empezó a investigar y describió el “síndrome Álvarez”: un desorden de hinchazón abdominal de origen psicológico. En 1926 se trasladó con su familia a Rochester, Minnesota, para trabajar en la Clínica Mayo. Durante 25 años ejerció en este famoso centro, donde se gestó la práctica de la medicina moderna y al que acudía gente de todas partes del mundo. La vida en Rochester giraba alrededor de esta institución, y a casa de los Álvarez acudían infinidad de visitantes ilustres. Un entorno familiar que fue muy formativo para los cuatro hijos, entre los que destacaba Luis Walter, el segundo, nacido en 1911: otro niño muy despierto que a los once años fabricó una radio con cristal de galena, toda una novedad entonces. Durante su adolescencia, Luis pensaba que su plácida vida en Rochester poco tenía

LOS ÁLVAREZ

LUIS WALTER ÁLVAREZ (a la dcha.) y Arthur Compton. Este también intervino en el Proyecto Manhattan.

LUIS TUVO UN ENCARGO DRAMÁTICO: OBSERVAR EL LANZAMIENTO DE LA BOMBA LITTLE BOY SOBRE HIROSHIMA que ver con las de su padre y su abuelo, tan intrépidas, con periplos en España, Cuba, Hawái y México. Poco iba a imaginar que la suya también incluiría aventuras, aunque pasara la mayor parte de ella en un laboratorio o, como le aconsejó su padre, sentado en su sofá, “pensando”.

Ganas de acción La andanza más dramática la vivió el 5 de agosto de 1945, dentro del bombarde-

ro B-29 The Great Artiste, que escoltaba otro avión, el Enola Gay, camino a Hiroshima. Luis formaba parte del Proyecto Manhattan, dirigido por Robert Oppenheimer, para desarrollar la bomba atómica antes que Alemania. Ese día era el encargado de la observación científica del lanzamiento del artefacto. Para llegar allí había estudiado Ciencias en la Universidad de Chicago, donde se enamoró de la física. Se doctoró en 1936, con 24 años, y pronto se convirtió en una figura destacada en su campo. Antes de la guerra trabajó en la Universidad de Berkeley en California y en el prestigioso MIT de Massachusetts, donde inventó un sistema que permitía el aterrizaje de los aviones sin visibilidad. Pero Hiroshima (“una de las experiencias más sombrías e impresionantes de mi

vida”, escribió) le marcó de tal modo que abandonó los proyectos militares. Siempre expresó su dolor por “la terrible pérdida de vidas por ambos bandos”, aunque también sostuvo que la estabilidad del mundo descansaba “en la existencia de armamento nuclear, una caja de Pandora que yo ayudé a abrir con mi trabajo sobre el tritio y en Los Álamos”. Los años posteriores a la guerra fueron agitados, laboral y personalmente: se divorció de Geraldine, madre de sus dos hijos, Walter y Jean, y se casó con Janet Landis, colega en el Laboratorio de Radiación de Berkeley. Allí diseñó la cámara de burbujas de hidrógeno líquido, un invento que permitió fotografiar y analizar las interacciones entre partículas y descubrir otras nuevas. Este hallazgo le reportaría el Premio Nobel de Física en 1968. La curiosidad fue la fuerza que impulsó la prolífica carrera de Luis Walter Álvarez. Entre otras cosas, participó en la construcción del primer acelerador de protones, codescubrió el efecto Este-Oeste de los rayos cósmicos y los utilizó para uno de sus proyectos más llamativos: la búsqueda de cámaras ocultas en la pirámide de Kefrén, en la meseta de Giza (quedó demostrado que era de roca sólida). En Berkeley era conocido por ser un científico imaginativo y creativo, con grandes inquietudes. Su rol en la demostración de la teoría de la extinción fue clave para que su hijo Walter, hoy de 76 años y también profesor de esta universidad, haya pasado asimismo a la historia como miembro de esta extraordinaria saga de científicos de origen asturiano.

PARA SABER MÁS MEMORIAS

Luis W. Adventures of a Physicist. Nueva York: Basic Books, 1987. En inglés. ALVAREZ, Walter Clement. Alvarez on Alvarez. London: Strawberry Hill Press, 1977. En inglés. ALVAREZ,

BIOGRAFÍA

Carlos. La saga de los Álvarez. Oviedo: Cajastur, 2004. RODRÍGUEZ,

ENSAYO ALVAREZ, Walter. Tyrannosaurus Rex y el cráter de la muerte. Barcelona: Crítica, 1998. KOLBERT, Elizabeth. La sexta extinción. Barcelona: Crítica, 2015.

H I STO R I A Y V I DA 81

ARTE

© The State Hermitage Museum. Foto: Vladimir Terebenin.

82 H I STO R I A Y V I DA

MONET

EL EDÉN PRIVADO DE MONET Hasta el 20 de abril, la Royal Academy of Arts de Londres repasa en una exposición lo más “florido” de la pintura de los siglos XIX y XX. ANA ECHEVERRÍA , PERIODISTA

A

parte de la pintura y de la jardinería, nada se me da bien”. Este arranque de modestia resultaría más creíble si no hubiera surgido de la pluma de Claude Monet. Que el impresionista francés se hizo mundialmente famoso por sus cuadros no es ningún secreto. Lo curioso es que también fue una celebrity de la botánica, hasta el punto de protagonizar reportajes en revistas especializadas, de las que él mismo era asiduo lector. “Lee más catálogos y listas de precios de horticultura que artículos sobre estética”, escribió el periodista Maurice Guillemot después de entrevistarlo en 1897. De Monet, que DAMA EN EL JARDÍN, Claude Monet, 1867.

Museo Estatal del Hermitage, San Petersburgo.

poseía una biblioteca de más de seiscientos ejemplares, no puede decirse que fuera un iletrado. Pero su principal fuente de inspiración no era la historia del arte, sino la naturaleza. Una naturaleza primorosamente domesticada, primero en el pequeño jardín de su casa de Argenteuil, cerca de París, y más tarde en su espectacular hacienda de Giverny, en la Alta Normandía.

Locura floral Monet no estaba solo en su pasión por las flores. Desde principios del siglo xix, una auténtica epidemia de fiebre hortícola se extiende entre las clases medias de París y Londres. Dos invenciones prodigiosas la sustentan: la caja de Ward y el invernadero. Nathaniel Ward, creador de la primera, era un naturalista y explorador inglés. Su invento, una jaula de

H I STO R I A Y V I DA 83

Foto: © Portland Art Museum, Portland, Oregón.

ARTE

cristal casi hermética, sirve para transportar plantas vivas durante largos períodos de tiempo en buenas condiciones de humedad. Así, cualquier especie difícil de cultivar a partir de semillas puede importarse desde el lugar más remoto. El invernadero garantiza que las flores más exóticas y delicadas sobrevivan a los inviernos europeos. Miles de plantas desconocidas llegan de Asia, África y América para instalarse en los parques de Europa. Es una auténtica globalización de las flores. Y la ciencia aún tiene un tercer as en la manga: la hibridación. Gracias a los experimentos de Mendel y Darwin se crean incontables variedades de crisantemos, iris, dalias... La hibridomanía llega a su paroxismo en

84 H I STO R I A Y V I DA

NYMPHEAS (Nenúfares), Claude Monet, 1914-15. Portland Art Museum, Oregón. EN LA PÁG. OPUESTA,

El jardín en la rue Cortot, Montmartre, Pierre-Auguste Renoir, 1876, Carnegie Museum of Art, Pittsburgh. A SU DCHA., Estudio de los niños Vickers, J. Singer Sargent, 1884. Flint Institute of Arts, Flint, Michigan.

la Exposición Universal de París de 1900, para la que se plantan 20.000 variedades de rosas distintas. Para los intelectuales decimonónicos, las flores son mucho más que un capricho decorativo. La escritora George Sand las considera un “elemento esencial de la civilización”. En el siglo anterior, lady Mary Wortley Montagu pone ya de moda el “lenguaje de las flores”, y los amantes de alta cuna intercambian mensajes florales secretos que, en realidad, cualquiera puede

descifrar. Los parques y bulevares diseñados por el equipo del barón Haussmann, pulmones urbanos que no tardan en imitarse en todas las capitales de Europa, se interpretan como saludables invitaciones al ejercicio. Los pedagogos insisten en las bondades educativas de los vergeles domésticos. Pissarro, Manet, Morisot, Sargent, Sorolla, Rusiñol..., una legión de impresionistas pinta jardines. La horticultura se cuela hasta en la política. El anarquista Proudhon aspira, según sus propias pala-

Adquirido por la generosidad del Sr. Alan M. Scaife y Sra.

MONET

bras, a convertir el planeta “en un inmenso jardín”. El utópico Fourier imagina una agricultura que combine verduras y flores. Y Étienne Soulange-Boudin, militar, diplomático y presidente de la Asociación de Horticultura de París, lamenta que ambos bandos de la batalla de Waterloo no hubieran decidido quedarse “en casa a cultivar repollos”. Quimeras aparte, lo cierto es que los jardines han dejado de ser privilegio exclusivo de monarcas y aristócratas. A finales del siglo xix, hasta el más pobre puede permitirse una maceta en el balcón y un paseo por el Bois de Boulogne.

Una paleta vegetal Los jardines de ensueño, eso sí, siguen saliendo muy caros, como Monet podrá comprobar por sí mismo. En abril de 1883, el artista alquila Le Pressoir, una finca rural en Giverny, Normandía, y se traslada allí con su numerosa familia: sus dos hijos, su segunda esposa Alice y los seis hijos de esta. Inmediatamente se vuelca en el jardín: elimina el huerto, arranca arbustos y árbo-

Donación de Viola E. Bray Charitable Trust vía Sr. William L. Richards y Sra.

CUANDO SUS FINANZAS VAN VIENTO EN POPA, MONET COMPRA LA CASA DE GIVERNY Y CONTRATA A SEIS JARDINEROS

les, sustituye los manzanos por cerezos y melocotoneros japoneses, planta parterres de flores perfectamente coordinadas por colores, con su gusto exquisito de artista. “La jardinería es algo que aprendí en mi juventud, cuando era infeliz”, confesará más adelante. “Tal vez le deba a las flores el haberme convertido en pintor”. Al principio cava, siembra, desbroza y riega con sus propias manos y la ayuda de los niños. Pero hacia 1890 sus finanzas empiezan a ir viento en popa. Sus cuadros

se venden muy bien, especialmente en Estados Unidos. Busca otros dos marchantes además de Durand-Ruel. Compra la casa de Giverny, contrata a seis jardineros, acude a eventos de horticultura, recurre a sus contactos para obtener las semillas más caras y buscadas. Construye cobertizos e invernaderos, cuya temperatura comprueba pasando una noche en ellos con su familia. Adquiere más terreno y se las ingenia para instalar un impresionante estanque de nenúfares, a pesar de la

H I STO R I A Y V I DA 85

ARTE

JEANNE PISSARRO (llamada Minette) sentada en el jardín, Pontoise (detalle). Camille Pissarro, c 1872. Colección privada. Foto: © Colección privada. EN LA PÁG. OPUESTA, Balcón azul, Pierre Bonnard, 1910. The Samuel Courtauld Trust. The Courtauld Gallery, Londres.

86 H I STO R I A Y V I DA

MONET

EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU VIDA, SU JARDÍN, EN ESPECIAL EL ESTANQUE DE NENÚFARES, SERÁ EL MONOTEMA DE SU OBRA oposición de los granjeros de la zona, que temen infundadamente que estas plantas envenenen el agua del arroyo donde beben sus reses. Le añade un puentecillo encantador, inspirado en las estampas japonesas que colecciona desde hace años. En definitiva, dilapida su fortuna en flores, tanto por la rareza y calidad de algunas variedades como por la inmensa cantidad de brotes, bulbos y semillas que necesita para conseguir su objetivo: un jardín que esté permanentemente en flor, cuyos colores roten y se combinen en perpetua armonía. “La obra más bella de Claude Monet, en mi opinión, es su jardín”, afirmaría el botánico Georges Truffaut,

editor de la revista Jardinage y principal proveedor de plantas para el artista. En realidad, cuadros y jardines no compiten, sino que conviven y se alimentan unos a otros en una simbiosis perfecta. Monet planta lo que desea pintar y, pintando flores, se adentra en terrenos inexplorados para el arte occidental, incluso para el Impresionismo, abriendo la puerta a las Vanguardias. Durante los últimos veinte años de su vida, su jardín, especialmente el estanque de nenúfares, se convierte en el monotema de su obra. Se levanta a las cuatro de la madrugada para captar la luz más evanescente del día. El motivo representado pasa a un segundo plano, la composición es cada vez menos clásica y más lírica, los contornos se desdibujan, los encuadres se acercan, los lienzos crecen hasta alcanzar los cuatro metros de ancho y el artista se desespera tratando de alcanzar lo inalcanzable. “Quiero pintar el aire alrededor del puente, de la casa, de la barca. La belleza del aire allí donde están, y esto no es sino imposible”, escribe.

El edén de Giverny está vedado a los curiosos. “Ah, caballeros –se excusa ante sus galeristas–, no recibo a nadie cuando trabajo”. Pero sí recibe a un grupo selecto de amigos, como el novelista Octave Mirbeau o los pintores Gustave Caillebotte y Pierre Bonnard, todos ellos tan forofos de la jardinería como él. A Renoir le regala semillas, que el artista, menos atildado que su amigo, planta de manera caótica. Le visitan Vuillard, Matisse, el dramaturgo Sacha Guitry y unos pocos periodistas y fotógrafos. Hoy son cientos de miles los turistas que acuden cada año a Giverny para admirar los parterres y nenúfares de la antigua casa de Monet, replantados con la mayor fidelidad posible.

PARA SABER MÁS CATÁLOGO WILLSDON, Clare

A. P., DON, Monty y PRIEST, James. Painting the Modern Garden. Monet to Matisse. Londres: Royal Academy Publications, 2015. En inglés.

H I STO R I A Y V I DA 87

AGENDA

EXPOSICIONES DEL MES ANA ECHEVERRÍA, PERIODISTA

LA FLORIDA del Ynca: historia del adelantado Hernando de Soto.

e hijo de la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, el Inca Garcilaso era dueño de una vasta cultura y una no menos vasta biblioteca, cuyo inventario se conserva. Esta muestra la reproduce título a título.

REALISTAS DE MADRID

PUERTA DEL SOL, 1979, © Amalia Avia, VEGAP, Madrid, 2016. ABAJO,

Participantes en concurso de Miss Europa en Sitges, 1933. Pérez de Rozas.

Museo Thyssen-Bornemisza P.º del Prado, 8. Madrid Tel.: 902 76 05 11 Fechas: hasta el 22 de mayo

Arxiu Fotogràfic de Barcelona. Pl. Pons i Clerch, 2, 2.ª planta. Barcelona Tel.: 93 256 34 20 Fechas: hasta el 21 de mayo

La crítica española de los cincuenta solo tenía ojos para el informalismo, pero al arte figurativo nunca le faltaron adeptos. Siete de ellos dedicaron su carrera a pintar los espacios cotidianos de su vida en Madrid. Antonio López (1936) es el más conocido de un grupo unido por lazos familiares y de amistad.

LA BIBLIOTECA DEL INCA GARCILASO DE LA VEGA (1616-2016) Biblioteca Nacional de España. P.º de Recoletos, 20-22. Madrid

88 H I STO R I A Y V I DA

PÉREZ DE ROZAS. CRÓNICA GRÁFICA DE BARCELONA 1931-1954

No hubo evento de buena parte del siglo xx en Barcelona que no pasara ante el objetivo de los Pérez de Rozas: concursos de misses, carreras de motos... y, en un ámbito mucho más serio, manifestaciones, atentados, milicianos o víctimas de la Guerra Civil.

LA MONEDA EN ÉPOCA DE AUGUSTO Tel.: 91 580 78 00 Fechas: hasta el 2 de mayo

Murió el mismo día que Cervantes y, como él, fue uno de

los escritores clave del Siglo de Oro, aunque se centró en la crónica histórica. Sobrino nieto del poeta homónimo

MNAT. Pl. del Rei, 5. Tarragona Tel.: 977 23 62 09 Fechas: hasta el 26 de junio

Juno Moneta era la divinidad encargada de velar por la sol-

03 / 2016

DOS SIGLOS SUMERGIDO EN EL DELTA

VERANO DE 1813. Una flamante expedición de la marina británica, a las órdenes del contraalmirante Benjamin Hallowell, se retira con el rabo entre las piernas. Su plan de tomar Tarragona para bloquear los suministros de las tropas napoleónicas no ha podido salir peor. A la derrota se suma un temporal que retrasa las naves. Dieciocho de ellas embarrancan en la desembocadura del Ebro. Cinco naufragan. En 2008, un pescador, Carles Somolinos, se topa con los restos de uno de los pecios, el único de la costa catalana que no ha sufrido expolio. Su timón, de 9,5 m, es el mejor conservado del Mediterráneo. La muestra es una mina de objetos de época cuidadosamente restaurados: barriles de munición con el contenido intacto, que aún mantienen la marca del maestro de armas; bombas, granadas, pólvora, instrumental de navegación, botellas de vino y cerveza, condimentos, zapatos, jarros, cucharas... Dense prisa, la exposición es itinerante y zarpa a principios de marzo. DELTEBRE I. HISTORIA DE UN NAUFRAGIO MUSEU D’ARQUEOLOGIA DE CATALUNYA. P.º SANTA MADRONA, 39-41. BARCELONA TEL.: 93 423 21 49 FECHAS: HASTA EL 6 DE MARZO

H I STO R I A Y V I DA 89

AGENDA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, EN FEMENINO EXMODELO, EXESPOSA de un millonario egipcio, musa y creadora del Surrealismo, fotógrafa de moda... Lee Miller ya era un espíritu indómito antes de la Segunda Guerra Mundial, pero la contienda marcó el punto culminante de su carrera. Armada con una de las pocas acreditaciones de prensa concedidas a mujeres, Miller cubrió para la revista Vogue los bombardeos en Londres, la vida en bases militares y hospitales de cam-

paña, el asedio a Saint-Malo, la rendición alemana junto al Loira y la liberación de los campos de exterminio de Dachau y Buchenwald. Irreverente hasta la médula, no dudó en hacerse retratar lavándose la suciedad de Dachau en la bañera del mismísimo Hitler. Para miles de mujeres, como para la propia Lee, la guerra fue una experiencia contradictoria. El terror, la violencia y las privaciones trajeron de la mano un inesperado re-

galo: la emancipación. La cámara de Miller inmortalizó a un elenco femenino de soldados, pilotos, enfermeras de ambos bandos y miembros de la Resistencia francesa. LEE MILLER: A WOMAN’S WAR EXHIBITION IMPERIAL WAR MUSEUM LAMBETH ROAD LONDRES (REINO UNIDO) TEL.: +44 20 7416 5000 FECHAS: HASTA EL 24 DE ABRIL

ARRIBA A LA IZQDA., Máscaras antiincendio, Downshire Hill, Londres, Inglaterra, 1941, Lee Miller. ARRIBA, Mujer acusada de colaborar con los alemanes, Rennes, Francia, 1944, Lee Miller. ABAJO A LA IZQDA., Anna Leska, auxiliar de transporte aéreo, piloto polaca a los mandos de un Spitfire, White Waltham, Berkshire, Inglaterra, 1942, Lee Miller. ABAJO, Lee Miller en la bañera de Hitler, apartamento de Hitler, Múnich, Alemania, 1945, Lee Miller y David E. Scherman.

03 / 2016 QUÉ HAY EN TV... Los políticos y los astrólogos tienen algo en común: han de intentar predecir el futuro.

Desmontando a Trump Lunes 1, 22.50 h La fanfarronería. Las declaraciones ofensivas. El ego. La riqueza. El pelo. Esta es la historia de cómo Donald John Trump se convirtió en “El Donald”. Y de cómo un niño de Queens asaltó Nueva York, sobrevivió a dos matrimonios fallidos y a varios fracasos empresariales y logró reinventarse hasta erigirse en uno de los mayores iconos de EE UU.

Nostradamus XXI ARRIBA, A los toros, de J. Mongrell, 1903, colección Lladró. A LA IZQDA., reverso de un áureo de Tiberio. ABAJO, una de las instantáneas de la serie

“Mariñeiros”, de José Suárez, tomadas a lo largo de los años treinta.

vencia financiera de Roma. De su nombre deriva la palabra moneda. Las 79 de esta muestra circulaban de mano en mano por el Imperio en época de Augusto, que unificó el sistema monetario. Por eso, resultaban un soporte ideal para hacer propaganda del nuevo régimen.

COLECCIÓN LLADRÓ. SEIS SIGLOS DE PINTURA Fundación Bancaja. Pl. Tetuán, 23. Valencia Tel.: 96 064 58 40 Fechas: hasta el 3 de abril

La relación de los Lladró con el arte es un viaje de ida y vuelta. Las figuras de porcelana tienen museo propio en

Manhattan y están representadas en el Hermitage de San Petersburgo. Sus creadores, por su parte, atesoran una colección de óleos que incluye a maestros como El Greco, Zurbarán, Rubens o Sorolla.

JOSÉ SUÁREZ. UNOS OJOS VIVOS QUE PIENSAN Museo Centro Gaiás. Monte Gaiás, s/n. Cidade da Cultura. Santiago de Compostela

Tel.: 881 99 75 65 Fechas: hasta el 27 de marzo

Lunes 12, 22.00 h ¿Cómo pudo un profeta de la Francia del siglo XVI predecir tantos desastres de nuestros días? Los trágicos acontecimientos del 11-S, los recientes tsunamis en el Pacífico, el brote de ébola de 2014... ¿Cómo logró ver un futuro tan lejano? La respuesta es que tenía un secreto, y ahora sabemos cuál era. Este documental analiza a Nostradamus desde una perspectiva completamente nueva que nos permitirá por fin descifrar su código secreto. La verdad que sale a la luz es que este profeta, en efecto, poseía un don especial, que hizo que sus predicciones fueran de una exactitud asombrosa; un don, además, del que todos nos podríamos aprovechar. Ahora la pregunta es: si acertó tantas veces con nuestro pasado, ¿qué nos aguarda en el futuro inmediato?

José Suárez (1902-74) iba para abogado, hasta que su padre le regaló una cámara. Con ella recorrió medio mundo. La exquisita sensibilidad de sus instantáneas no impidió que su obra cayera en el olvido, a pesar de su amistad con Unamuno, Alberti o Akira Kurosawa. Una injusticia que esta antológica se ocupa de reparar.

H I STO R I A Y V I DA 91

LIBROS

Carlos III

BIOGRAFÍA

MÁS LUCES QUE SOMBRAS Balances elogiosos de Carlos III en su tricentenario ste año, con motivo del tercer centenario del nacimiento de Carlos III (1716-1788), se multiplicarán los estudios sobre su reinado. En nuestro país se ha prestado poca atención a lo mucho que tiene que aportar la historiografía italiana, como si no habláramos de un hombre que fue rey de Nápoles antes de serlo de España. En Italia, a su vez, los especialistas han tendido a olvidar que la trayectoria del soberano no acaba al abandonar este la península itálica. El historiador Giuseppe Caridi contribuye a poner fin a este desencuentro al integrar

E

92 H I STO R I A Y V I DA

en un solo volumen los dos períodos en la vida del monarca, a los que dedica el mismo espacio. En Carlos III. Un gran rey reformador en Nápoles y España, se manifiestan las continuidades entre ambas etapas en la política gradual de cambios, siempre con la oposición feroz de las clases privilegiadas. Las ideas permanecen y, en ocasiones, también las personas. Tras su partida a Madrid, el soberano prosiguió la correspondencia con su consejero Bernardo de Tanucci, ya que su nueva Corona no lo llevó a desentenderse de los asuntos napolitanos. Además, uno de sus

GIUSEPPE CARIDI TRAD. DE ISABEL PRIETO MADRID: LA ESFERA DE LOS LIBROS, 2015 499 PP. 25,90 €

ministros más célebres, el marqués de Esquilache, contra el que se rebelaron los madrileños en 1766, había sido su secretario de Hacienda en Italia. En los últimos años, el denominado “mejor alcalde” de la capital española, por obras públicas como la puerta de Alcalá, ha sido objeto de valoraciones contrapuestas. Aunque ha continuado la visión tradicional que le presenta como un gran monarca reformista, un historiador iconoclasta, Francisco Sánchez-Blanco, afirma que no fue ilustrado, aunque sí déspota. Esta orientación muestra también, por

03 / 2016 el soberano incentivó la agricultura, impulsó la red viaria, liberalizó el comercio con los territorios ultramarinos o fundó el Banco Nacional de San Carlos, antecedente del actual Banco de España.

El rey arqueólogo

CARLOS III comiendo ante su corte. Óleo sobre lienzo de Luis Paret y Alcázar, siglo XVIII.

El reino de las luces IGNACIO GÓMEZ DE LIAÑO MADRID: ALIANZA, 2015 406 PP. 18 €

ejemplo, una página de Facebook creada para intercambiar informaciones en torno al tricentenario. El título de este espacio digital no puede ser más significativo: “El mito del rey progresista”. Caridi, en cambio, cree que el balance del monarca fue positivo. En sus estudios, quien aparece es un hombre preocupado, sobre todo, por el bienestar de sus súbditos. Su reinado significó el reforzamiento de la posición internacional del país, gracias a los éxitos en la guerra contra los británicos que facilitó la independencia norteamericana (hyv 574). En el interior,

En la línea de Caridi, de reivindicación del legado carolino, se encuentra el escritor Ignacio Gómez de Liaño. Su libro, El reino de las luces, destaca especialmente el profundo interés del monarca por la arqueología. No en vano, siguió con mucha atención el desarrollo de las excavaciones en Pompeya y Herculano, ruinas romanas descubiertas durante su mandato en Nápoles, e incluso se preocupó por ellas cuando ya se había marchado a España. El interés por la arqueología habría garantizado a Carlos un lugar en la historia. Sin embargo, su obra en Italia fue mucho más allá. Impulsó las exportaciones, relanzó la marina, fundó el Albergo dei Poveri, destinado a proporcionar un techo a los más necesitados. Mientras tanto, hizo levantar el palacio de Caserta, que pretendía rivalizar en esplendor con el de Versalles, en el que se inspiraba. En los apartados dedicados a su reinado español, Gómez de Liaño, como Caridi, insiste en la faceta ilustrada del soberano. Así, al poco de llegar a Madrid, ya se dedicaba a trazar un plan de saneamiento de la capital: empedrado de las calles, instalación de alcantarillas... En cuanto a sus dominios americanos, destacan las excavaciones de las ruinas mayas de Palenque (Guatemala), en 1785. Se realizaron con métodos modernos para la época, ya que no se buscaba acaparar objetos de coleccionismo, sino comprender la cultura de un pueblo antiguo, lo bastante desarrollado para impresionar a los españoles decimonónicos. Nos hallamos ante un estudio ameno y bien documentado, aunque ensombrecido por algunas inexactitudes. Francia no arrebató el Rosellón y la Cerdaña a los españoles en el Tratado de Utrecht, en 1713, sino en el de los Pirineos, en 1659. Otro error es el relativo a los jesuitas: su expulsión no les convirtió en partidarios de la independencia de América. Hace ya años que un historiador de la Compañía de Jesús, Miquel Batllori, desmontó este mito. Francisco Martínez Hoyos

TAMBIÉN EN LIBRERÍAS La historia secreta de las bombas de Palomares RAFAEL MORENO IZQUIERDO BARCELONA: CRÍTICA, 2016. 536 PP. 20,90 € GÉNERO: ENSAYO

Hace cincuenta años, Manuel Fraga se bañó en una playa cercana a Palomares para demostrar que no había peligro. Era una jugada propagandística después de que cuatro bombas nucleares cayeran sobre aquel pueblo de Almería a raíz del accidente de un bombardero estadounidense. Tras un continuo secretismo oficial, el autor reconstruye los hechos con documentos inéditos.

Al-Andalus y la cruz RAFAEL SÁNCHEZ SAUS BARCELONA: STELLA MARIS, 2016 415 PP. 19 €. GÉNERO: ENSAYO

Para el autor, la Edad Media española distó de ser el oasis de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos que describe el tópico. Aquí analiza la conquista islámica de la península como el inicio de un estado excluyente que consagró la inferioridad jurídica de los cristianos. Los hubo que prefirieron renunciar a su fe por las ventajas que ofrecía la conversión. Otros emigraron hacia los territorios del norte, en manos de sus correligionarios. Pese a todo, el emirato cordobés –después califato– fue un estado de mayoría cristiana.

Diario (1893-1937) HARRY KESSLER BARCELONA: LIBROS DE VANGUARDIA, 2015 534 PP. 24 €. GÉNERO: DIARIOS

Aristocrático, políglota, cosmopolita... Harry Kessler conocía a todos los que eran alguien en el mundo de la cultura, de poetas como Verlaine o Rilke a filósofos como Nietzsche. En su diario reflejó sus encuentros con estas otras personalidades en lo que podría considerarse una historia secreta de la Belle Époque. Para muchos, este sería “el diario del siglo XX”. Ahora, por primera vez, llega al público español gracias a una antología realizada por el historiador José Enrique Ruiz-Domènec.

H I STO R I A Y V I DA 93

LA LIBERTAD guiando al pueblo, el icónico lienzo de Delacroix sobre la Revolución de 1830.

La transformación del mundo JÜRGEN OSTERHAMMEL TRAD. DE GONZALO GARCÍA BARCELONA: CRÍTICA, 2015 1.607 PP. 48 €

ENSAYO

¿QUÉ SUPUSO EL XIX REALMENTE? Una historia global de un siglo mucho más global de lo que se suele creer l xix fue el siglo del nacionalismo, pero también asistió a una creciente globalización. Durante la misma, millones de personas buscaron una vida mejor en países lejanos, ya fueran europeas o asiáticas, caso de los chinos en Norteamérica. Los estadistas, igual que los militares, se habituaron a pensar en términos de “política mundial”. Los disidentes hicieron lo mismo: no en vano, en 1864 se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores. Hacia 1910, el mundo se había hecho más pequeño e interrelacionado, de forma que un cambio en Buenos Aires o Tokio ya repercutía en Nueva York o Londres. Profesor de Historia en la Universidad de Constanza (Alemania), Jürgen Osterhammel es un especialista en este tipo de procesos, como muestra su obra Globalization: A Short History, en coautoría con el tam-

E

94 H I STO R I A Y V I DA

bién historiador Niels P. Petersson. Ahora, con La transformación del mundo, aborda la misma problemática con una ambición inaudita. En más de mil seiscientas páginas, su propósito es ofrecer una interpretación en la que conviven la política, la economía, la cultura... Osterhammel traza una historia total que nos recuerda la metodología de la francesa Escuela de los Anales, una corriente famosa, entre otras razones, por interesarse básicamente por el análisis de las estructuras sociales.

Superar el eurocentrismo El autor integra en el relato de los acontecimientos la reflexión teórica, de manera que el lector se interroga sobre conceptos que cree conocer, pero distan de ser evidentes. Por ejemplo, acerca de los límites del período. Desde una perspec-

tiva científica, el siglo convencional de cien años no le sirve a Osterhammel. Para él supone una arbitrariedad, porque ni empieza ni acaba con un cambio que suponga un antes y un después. Por eso, en la línea de Eric Hobsbawn, gran maestro de la historia social, se decanta por un “siglo largo” que se abre con la Revolución Francesa de 1789 y acaba en 1914 con la Primera Guerra Mundial. Otro mérito del estudio es la forma en que supera los límites del discurso eurocéntrico al abordar la evolución de otros continentes. El resultado es, pues, una historia auténticamente universal. Con todos los matices necesarios. Así, mientras el siglo xix chino fue una etapa de catástrofes militares, el de Japón marcó el inicio de una modernidad no incompatible con la tradición. F. M. H.

03 / 2016

SOLDADOS ALEMANES con ametralladora en una trinchera en la batalla de Verdún, 1916.

ENSAYO

Verdún sin mitos PAUL JANKOWSKI ANALIZA CON ENORME PRECISIÓN LA BATALLA MÁS LEGENDARIA DE LA GRAN GUERRA La explosión sorprendió a los soldados con la bayoneta calada, esperando un asalto que nunca llegó. El obús alemán levantó una ola de tierra que sepultó en su trinchera a unos cincuenta franceses. Solo la punta de las bayonetas indicaba su posición. La imagen es tan falsa como atractiva. Aún hoy, la legendaria “trinchera de las bayonetas” es uno de los lugares más visitados del Monumento conmemorativo de Verdún, aunque los turistas descubren que ninguna bayoneta florece del suelo. Flamante centenaria, Verdún sigue rodeada de estereotipos. Fue la batalla más larga de la Primera Guerra Mundial, pero no la más sangrienta, aunque 700.000 alemanes y franceses cayeron heridos o perdieron la vida. Con su muerte, Francia salvó al mundo, dijo el presidente galo Raymond Poincaré. En Verdún, 1916. Crónica de la batalla más célebre de la Primera Guerra Mundial, Paul Jankowski desmonta el mito: Verdún no decidió nada. “La batalla que ninguno de los dos bandos

creía que decidiría la cuestión de la guerra se convirtió en una batalla de prestigio a la que ninguno de los dos bandos se atrevió a renunciar jamás”. Verdún empezó y terminó a cañonazos. Sesenta millones de proyectiles se dispararon durante los trescientos días de batalla, transformando bosques y pueblos en un lodazal de cráteres, un macabro cementerio donde los poilus (peludos) franceses combatían contra los landser (soldados rasos) alemanes, entre ratas, piojos y cadáveres. “Imposible imaginar un lugar más atroz sobre la tierra”, recordaría un teniente francés. Con maestría, Jankowski nos lleva al horror que vivieron los soldados de ambos bandos, enfrentados en un escenario apocalíptico.

Del fracaso al mito Durante décadas, Erich von Falkenhayn, el general en jefe alemán, fue un monstruo sanguinario. Él mismo alimentó la leyenda intentando justificar su derrota. Aca-

Verdún PAUL JANKOWSKI TRAD. DE TERESA MARTÍN LORENZO MADRID: LA ESFERA DE LOS LIBROS, 2016 480 PP. 25,90 €

bada la guerra, Falkenhayn afirmó que envió al káiser un memorando en la Navidad de 1915 explicando que el auténtico objetivo de la ofensiva era “desangrar hasta la muerte a las tropas francesas”. Nadie lo halló. Tras la destrucción de los archivos imperiales en 1945, su búsqueda es imposible, pero quizá no se pudo encontrar porque nunca existió. Paul Jankowski ha escrito un ensayo magistral que es mucho más que un relato de la batalla. Con brillantez, analiza las sucesivas lecturas de Verdún: el relato heroico que nació nada más iniciado el choque, la apropiación nazi del sufrimiento de los landser, el uso durante años de la última gran victoria militar francesa para simbolizar la unidad de la nación... Tras la vergüenza de Vichy, se intentó lo imposible: conmemorar Verdún sin mencionar al “salvador” Pétain. Al fin y al cabo, el capitán De Gaulle también había luchado allí. En su inmensidad, la batalla más larga podía aceptarlo todo. Joaquín Armada

H I STO R I A Y V I DA 95

CINE

Brooklyn DIR.: JOHN CROWLEY. INTS.: SAOIRSE RONAN, EMORY COHEN, DOMHNALL GLEESON

DRAMA

Al otro lado del Atlántico UNA INMIGRANTE IRLANDESA EN NUEVA YORK El novelista Nick Hornby (Alta fidelidad, Fiebre en las gradas) se ha convertido en un valor seguro para las adaptaciones literarias. Tras su aplaudido guion de An Education (2009), vuelve con otra extraordinaria adaptación: Brooklyn (Lumen, 2010), la novela más conocida de Colm Tóibín. Ambientada en los años cincuenta, la película narra la historia de una joven irlandesa (fabulosa Saoirse Ronan) que se ve obligada a emigrar a Nueva York. Poco

después, cuando ya está integrada en su nuevo hogar, tiene que regresar a su pueblo natal. Un conmovedor viaje de ida y vuelta en el que se reflexiona sobre conceptos como el hogar y la identidad, y en el que se describe la vida en un pequeño pueblo irlandés, la de los inmigrantes irlandeses e italianos en Brooklyn y las transformaciones que experimentaba el populoso distrito neoyorquino. Carlos Joric

COMEDIA

Los hermanos Eddie Mannix, personaje en el que se centra la nueva película de los hermanos Coen, fue vicepresidente de la Metro-GoldwynMayer durante la época dorada de Hollywood (años cuarenta y cincuenta). Su nombre ha pasado a la historia por dos razones: su posible implicación en la muerte del actor George Reeves (famoso por encarnar a Superman en televisión) y su trabajo como “protector” de la vida privada de las estrellas de la Metro. ¡Ave, César! narra en tono de comedia la investigación que emprende Mannix para averiguar

DRAMA

Un atentado fallido Después de narrar los últimos días de Hitler en El hundimiento (2004), el director Oliver Hirschbiegel cuenta en esta ocasión los que pudieron haber sido sus últimos minutos. La película reconstruye el atentado fallido perpetrado contra el Führer el 8 de noviembre de 1939. Su autor fue Georg Elser, un carpintero que intentó acabar con Hitler colocando una bomba en la cervecería donde el dictador estaba celebrando el golpe de Estado que dio en 1923. C. J.

13 minutos para matar a Hitler DIR.: OLIVER HIRSCHBIEGEL. INTS.: CHRISTIAN FRIEDEL, KATHARINA SCHÜTTLER, BURGHART KLAUSSNER, JOHANN VON BÜLOW

96 H I STO R I A Y V I DA

03 / 2016 OTROS ESTRENOS

Remember DIR.: ATOM EGOYAN. INTS.: CHRISTOPHER PLUMMER, DEAN NORRIS, MARTIN LANDAU. GÉNERO: DRAMA

Coen se ríen de Hollywood dónde se encuentra la mayor estrella de su estudio (interpretada por George Clooney), quien parece haber sido secuestrado durante el rodaje de la superproducción de romanos que estaba rodando. Guionistas comunistas, estrellas del musical fascinadas (y embarazadas) por directores llegados de Europa, periodistas del corazón entrometidas y cientos de extras vestidos de romanos. Toda una serie de personajes que sirven a los Coen para elaborar una mordaz sátira en torno a la industria del Hollywood clásico. C. J.

El director Atom Egoyan (El dulce porvenir, Exótica) vuelve con un drama sobre el Holocausto. Una singular historia de venganza protagonizada por un anciano con alzhéimer, superviviente de un campo de exterminio, que busca al criminal de guerra nazi responsable de la muerte de su familia.

Eva no duerme DIR.: PABLO AGÜERO. INTS.: IMANOL ARIAS, GAEL GARCÍA BERNAL, DENIS LAVANT. GÉNERO: DRAMA

¡Ave, César!

DIRS.: JOEL COEN, ETHAN COEN INTS.: JOSH BROLIN, GEORGE CLOONEY, SCARLETT JOHANSSON, TILDA SWINTON

El 22 de noviembre de 1955, el cuerpo embalsamado de Eva Perón fue secuestrado por los militares que habían derrocado a Juan Domingo Perón. La película narra este suceso por medio de tres relatos protagonizados por el embalsamador, el militar que robó el cuerpo y el dictador Aramburu.

AVENTURAS

El azote colonial en el Amazonas

El abrazo de la serpiente

DIR.: CIRO GUERRA. INTS.: BRIONNE DAVIS, NILBIO TORRES, ANTONIO BOLÍVAR

Multipremiada película colombiana con una lectura visualmente hipnótica (con una espléndida fotografía en blanco y negro) y dramáticamente devastadora acerca de los efectos del colonialismo sobre la cultura indígena del Amazonas. Basándose en los diarios del etnólogo alemán Theodor Koch-Grünberg y el biólogo estadounidense Richard Evans Schultes, El abrazo de la serpiente narra en paralelo el viaje físico y espiritual que, acompañados de un chamán, emprendieron los dos científicos en 1901 y 1940 respectivamente. C. J.

Dioses DIR.: LUKASZ PALKOWSKI. INTS.: TOMASZ KOT, PIOTR GLOWACKI. GÉNERO: BIOPIC

Gran éxito de taquilla en Polonia que narra la vida de Zbigniew Religa, el primer cirujano en realizar un trasplante de corazón en su país. Fue en 1985, y para ello tuvo que sobreponerse a las reticencias morales, culturales y religiosas de una sociedad que le acusaba de estar jugando a ser Dios.

H I STO R I A Y V I DA 97

FOTO CON HISTORIA

LOS DÍAS FINALES DE UNA ESTRELLA nfermo de cáncer, el legendario Babe Ruth, uno de los jugadores de béisbol más famosos del siglo xx, decidió donar el manuscrito original de su autobiografía a la Universidad de Yale. Durante la ceremonia de entrega, el responsable de su recibimiento fue el capitán del equipo de los Bulldogs. Con el tiempo, aquel joven deportista se convertiría en director de la CIA, luego en vicepresidente de EE UU y finalmente en presidente. ¿Su nombre? George H. W. Bush. Tras combatir en la Segunda Guerra Mundial, Bush se inscribió en Yale, donde se incorporó a un equipo deportivo, como es frecuente en las universidades norteamericanas. Optó por el béisbol, el deporte nacional. La imagen de este mes refleja su encuentro con Babe Ruth, que definiría como “trágico”. Bush se refería a la impresión que le causó la precaria salud del mito: “Se estaba muriendo. Su voz era ronca y apenas podía hablar”. Ruth, en efecto, falleció dos meses después. El futuro mandatario sufrió aquí su primer traspié diplomático. La fotografía muestra cómo intenta estrechar la mano derecha del célebre beisbolista, sin advertir que el jugador la tiene ocupada con un cigarro.

E

LA FICHA FECHA 5 de junio de 1948. LUGAR Universidad de Yale. IMAGEN Babe Ruth (a la izqda.) con George Bush padre.

98 H I STO R I A Y V I DA